No sabía que fueras tan ambiciosa, Gulfem.

──¿Qué ocurre Murad?──Pregunte al Sehzade.

──¿Realmente le importa Sultana?

Suspire con Frustración, realmente no iba a discutir con un crio, no quería hacerlo y tampoco tenía tiempo, mi paciencia se agotaba.

Desde que había hecho mi masacre en Topkapi, con los únicos príncipes con los que me llevaba era Mehmed, Selim y Bayaceto, es decir, mis hijos.

Claro que había intentado llevarme bien con los demás, y al principio éramos todos muy unidos, desconozco cual fue el motivo que hizo que Kasim, Mahmud y Murad se volvieran ariscos hacia mi.

Bueno, no desconocía el motivo del todo, tenía una idea, y en esa idea estaban Raziye y Gulfem, la primera era un víbora, claro que no podía esperar mucho, después de todo, ella era hija de Mükerrem, y era bien sabido por todos que esa mujer era el diablo.

Gulfem, bueno, no quería hacerme una idea equivocada de ella, después de todo, ambas éramos muy cercanas y en medio de todo, para mi Gulfem era muy preciada.

──Ibrahim.──Llame.

──Dígame Emperatriz.──Mire a mi amigo por unos segundos, antes de empezar a reírnos como locos.──¿Qué sucede Mahidevran?

──Encárgate tu del consejo de hoy, confió en ti, tengo que ir a dar una vuelta por el antiguo palacio.

──Como quieras, por cierto, mañana si tienes que estar presente.

──Lo sé, mañana recibiremos a la princesa Adelaida, estaré allí y si me encuentro muy ocupada, la recibirá nuestra Haseki.

──Debo admitir que la Sultana Hurrem me cae mejor de lo que me caía hace unos años atrás.

──Eso es verdad, todavía recuerdo cuando ninguno de los dos se podía ver.

Con una última risa de parte de Ibrahim, me dirigí al antiguo palacio, iría a alejar mis sospechas, quería saber si realmente Gulfem tenía algo que ver en esto.

De Raziye no me cabía duda alguna que ella estuviese más que involucrada, esa cría era la hija del mismo diablo.

Baje del carruaje e ingrese al antiguo palacio, mientras caminaba por los pasillos, todos los presentes me hacían una reverencia.

──Gulfem.──Salude entrando a sus aposentos.

──"Emperatriz."──Pronuncio mi titulo con desprecio mientras hacia una reverencia.

──¿Qué pasa contigo?──Pregunte.──¿Tu tienes algo que ver con esto?

──¿Realmente no lo sabes?

──No soy idiota, se perfectamente que tu y Raziye quieren entronar a sus príncipes, solo que, en tu caso espero que sea una broma de mal gusto.

──Lo lamento.──Gulfem se acerco a mi.──Pero no es ninguna broma, mi príncipe se merece el trono, es sangre legitima.

──En ese caso se lo merecería Mahmud al ser el primogénito.

──Al trono llega el que es más listo.──La mirada de Gulfem reflejaba odio.

──Así es, por eso yo estoy a cargo del imperio y soy la jefa de estado.──Le dedique una mirada.──Si hubiese sido tonta me hubiese quedado en este palacio y actualmente estaría haciendo compañía.

──No eres inteligente en lo absoluto Mahidevran.──Era evidente que estaba dolida.──A ti solo te movió la venganza eso no es inteligencia.

──Para la venganza se necesita mucha inteligencia y paciencia, si fuera tonta, no hubiera movido un solo dedo y de haberlo hecho, me cabeza hubiera rodado por los pasillos de Topkapi.

──Ya confirmaste tus sospechas, ahora vete.──Gulfem dirigió su mirada hacia otra parte.──Ya no tengo nada más que hablar contigo, y antes de que te vayas, te diré que alguna vez pensé que éramos amigas.

──Tu lo has dicho, lo éramos, tiempo pasado.──La mire.──Y lo hubiéramos seguido siendo si tu no me hubieses dado la espalda cuando más te necesitaba.

──No intentes echarme la culpa de nada.──Dirigió su mirada a mi.──Esta es la última vez que me dirigió a ti en este palacio, escúchame bien falsa Emperatriz que se sienta en un trono que ni siquiera es suyo.──Hizo una pausa.──Yo seré Valide dentro de poco y mi hijo será Sultán, y en ese momento hare de tu vida un infierno.

──Pues en Topkapi te espero, por que, no solo lucharas contra mi, si no, con la hija que Mükerrem pario.──Solté un suspiro.──Pelearas contra dos Sultanas, y ninguna esta dispuesta a alejarse del trono.

Y antes de que pudiese decir algo más, salí de allí, ya sabía quienes serian los enemigos dentro de poco.

──Bueno, al menos no lo negó.──Dijo Sah.

──Seria el colmo que lo hubiese hecho.──Hurrem me miro.

──Ahora no solo tengo que lidiar con esa maldita cría, si no que, Gulfem también quiere ser otro dolor de cabeza.

──¿Por que no matas a Raziye?──Sugirió Hatice.

──¿Para que? Si ya tengo a los otros dos alborotados por el trono, eso solo me serviría para firmar mi sentencia.

──Deshazte de los Sehzades.──Mi amada me miro.──Deshazte del problema de una vez por todas.

──No puedo...──Susurre.

La rusa soltó un suspiro y luego acaricio mi mano, dándome a entender que ella estaría aquí siempre, apoyándome en todo.

──Por supuesto que nos puedes, los ves todavía como esos niños que venían a buscarte cuando tenían miedo.──Afirmo Sah con una débil sonrisa.

──Así es, todavía recuerdo cuando ellos tenían miedo del mundo y venían hacia mi para que los pusiera bajo de mis alas, nunca me perdonaría arrebatarles la vida.

──Entonces hay que ver como ir frenando el problema.──Hatice sonrió.──Yo intentare que Gulfem entre en razón al igual que Raziye.

──Te agradecería que hicieras eso, de verdad.

──No tienes por que agradecerme, tu has hecho muchas cosas por mi y mi familia, déjame devolverte el favor, amiga mía.

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