Nacimientos.
──¿Eso importa?──Pregunte a Suleiman viendo los cabellos.
──Creo que no.──Rio él.
Nueve meses, nueve mendigos meses habían pasado desde esa noche donde le di todo de mi a Suleiman, y había pasado lo que yo no hubiese querido.
Estaba en cinta, más específicamente a punto de dar a luz, juro que yo no se ni como paso esto, por que a ver, me tome como doce tes de ruda después de ese día, pero parece que Mustafa quería nacer.
Definitivamente las reacciones sobre mi embarazo habían sido muy distintas, lo que si las más emocionadas habían sido Gulfem y Hatice, la Sultana de sangre estaba emocionada al saber que tendría otro sobrino, por lo que me regalo unas hermosas joyas y unas bellas ropitas de bebé.
Gulfem me había regalado una pulsera contra el mal de ojo, y durante todos estos meses me estuvo consintiendo con mis postres favoritos.
Por otro lado, había conocido por fin a la Sultana Ayse Hafsa, a su lado estaba Mükerrem, la concubina favorita de Suleiman, muy poco se habla sobre ella, pero ella era realmente como en los libros de historia, una mujer hermosa pero imponente.
Lo cierto es que a ninguna de las dos les cayo bien la noticia, Ayse Hafsa me felicito, pero bien me advirtió que como yo intentase hacer algo no dudaría en deshacerse de mi, y bueno, Mükerrem, ella solo me miro como si fuese la peor paria del planeta.
E inmediatamente supe que esa mujer seria el peor peligro para mi hijo, por lo que yo empecé a estar muy alerta, no comía nada a menos que una criada lo probase primero y casi nunca salía de mi habitación.
Luego estaba mi relacion con Suleiman, y en estos nueve meses me había enamorado más de él, por lo que me emocionaba el solo hecho de que la mayor parte de mi embarazo el hubiese estado conmigo, siempre había estado conmigo en todo momento.
Y también conocí a Pargali Ibrahim, el traidor del imperio otomano.
Sorprendentemente me lleve muy bien con el futuro gran visir, en tan solo unos tres meses, Ibrahim se había convertido en un hermano mayor para mi y para mi sorpresa, este hombre era él que más se había preocupado por mi durante el embarazo.
También les conté por carta a la Sultana Sah y a Alexandra sobre mi embarazo, la primera me envió unos preciosos aretes y sus felicitaciones, mientras que Alexandra me envió una pulserita de perlas y unos vestidos, junto a una notita que decía: "Yo seré quien les de permiso a tus hijos a escondidas mientras tu los regañas."
Extrañaba a la pelirroja, quisiera verla, pero sabía que nos veriamos cuando Suleiman asumiese el trono.
Allí le presentaria a Mustafá, tendría que dejarle en claro que él no seria una amenaza para Mehmed.
Habría que crear otra estrategia para que nada le pasará a mi hijo.
Volviendo a la actualidad, caminaba por los pasillos acompañada de Suleiman, me dejo en mi habitación ya que tenía que ir a ver a su padre, es decir, al Sultán Selim Khan.
Me dio un beso antes de retirarse y prometerme que volvería en la tarde con un postre.
Como quería a este chico, con una sonrisa me eche sobre mi cama, por que por fin tenía mi propia habitación.
Y allí en medio de la soledad, empezaron las contracciones, y no era mentira eso que decian que dolia como el diablo.
Afortunadamente Gulfem aparecio en mi campo de visión y llamo a las médicas para que me atendiesen rápidamente.
Y allí comenzó quizás mi batalla más dificil, traer una vida al mundo y con eso todos mis temores salieron a flote, ¿Que ocurria si yo no era una buena madre para mi pequeño? Por que era bien sabido que la Mahidevran original era una excelente madre.
¿Que pasaba si yo no era ni la mitad de buena que ella?, ¿Realmente podría ser una buena madre?
Al parecer Gulfem se dio cuenta de todo y me tomó la mano, dandome una calida sonrisa, en ningún momento del parto se alejo de mi y tampoco solto mi mano.
──¿Y mi hijo?──Pregunte cuando había acabado de pujar.
──Hijos.──Sonrió Gulfem cargando a un bultito.
Me sorprendí cuando escuche eso, ¿Hijos? Mahidevran solo tuvo a Mustafá, y de pronto recorde esa teoría.
──Dame a mi pequeña.──Sonreí y estire mis brazos.
Gulfem sonrió y me dio a una hermosa niña, bese suavemente su frente, luego la enfermera me entrego a Mustafá.
Sonreí al verlos a ambos, los dos eran mi mayor tesoro en este mundo, tenía que protegerlos de todo.
Luego de unos minutos, entro Suleiman junto a la Sultana Hatice, Ayse y Mukerrem.
──Lindos.──Sonrió Suleiman observandolos.──Tú nombre será "Mustafá."
Mire a mi principe, aunque ya supiera cual era el nombre de los dos, me emocionaba estar presente en el rito de nombramiento.
Mis dos hijos, cuyos nombres eran: Mustafá y Fatma Nur, dormían placidamente sobre mis brazos, mientras que Suleiman les acariciaba el rostro, estaba feliz y nada, ni nadie podría quitarme esta felicidad.
Bien, Si existio Fatma Nur, pero su origen es incierto, unos dicen que era hija de Mukerrem, otros dicen que era hija de Mahidevran.
Decidí irme por esta última, por que realmente su madre no esta confirmada, lo único que se sabe es que era hija de Suleiman.
Por que de haber sido de Hürrem también, sería más que claro que ella aparecia en registros del harén.
La información que hay sobre esta sultana es natamente nula, por lo que me tomo el atrevimiento de crear una historia para ella.
Sin más que decir, ¿listos para el desmadre que se viene?
Nos leemos <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top