Hürrem y Mahidevran

──Mahidevran.──Llamo Hürrem con una sonrisa.──Que bueno que te veo, Mehmed y Mihrimah preguntaban por tí.

──Cínica.──Dije al ver la sonrisa de la muy descarada.──¿Hasta cuando me vas a seguir viendo la cara de idiota?

──Ay no.──Hürrem se llevo los dedos en la punta de la nariz.──No puede estar pasandome esto.

──¿Como que "Ay no"?──Pregunté molesta.──¿Te hace mal saber que vas a perder a tu criada?, ¿Te hace mal saber que ya no seré una pieza en tu juego?

──Me hace mal saber que mi plan fracaso, maldita entrometida.──Ella se levantó y camino hacia mí.──¿No te han dicho que escuchar conversaciones ajenas es de mala educación?

──¿No te han dicho que fingir amistad es peor que escuchar conversaciones ajenas?

──Rosi, no hables si no sabes el contexto.──Hürrem guardo silencio antes de darse de lo que dijo.──...Digo Mahidevran.

──¿Rosi?──Pregunté sorprendida al oír él apodo que me puso mi madre cuando aún vivía.──...¿Tú como sabes eso?

──...Me decepcionas Rosi.──La rusa hizo fingiendo tristeza.──Yo te reconocí y tú ni me reconoces después de años, me has herido profundamente.

──Hürrem, explicame que es todo esto, no tengo tiempo para tus dramas.──Dije molesta.

──¿De verdad no me reconoces?──Pude ver que la cara de Hürrem ya no expresaba alegría ni broma alguna, más bien, demostraba tristeza.──Si tu y yo nos conocemos desde chiquitas.

──No, no tengo ni la más mínima idea.

──La señora Julisa estaría muy decepcionada de esto.──Hürrem se acerco a mí.──Soy yo, Mía, Mía Wagner.

──...¡Maldita!──Me abalance sobre ella.──¡Mi conejo, idiota!

──¡Ya te perdí perdón por Pelusa, no fue con intención, lo juro!

──Mientes.

──Te lo juro, te lo juro por mí mamá que no fue con intención.

──No tienes madre, ¿Lo olvidaste?

──Tu tampoco.──Hürrem me hizo a un lado y se levanto del suelo.──Pero en fin, soy yo.

──...¿Cómo?──Pregunte levantandome.

──Bueno, no es como si la Salud mental de mi abuela estuviese bien──Hürrem se sentó.──Digamos que una noche me levanté y fui a su habitación al oír ruidos extraños, lo siguiente que recuerdo es que estaba forcejando con mi abuela y todo se volvió negro de un momento a otro.

──Entonces.──Hice una pausa.──¿Siempre lo supieste?, digo, ¿Siempre supiste que era yo?

──Sí, siempre.──Sonreimos las dos.──Pensé que me reconocerías como yo a ti, pero no fue así. Realmente me emocione mucho al verte y estaba feliz de ver a mi querida amiga, es más, después de que accidentalmente matase a Pelusa, te compre otro conejo y te lo iba a dar, de verdad, pero pues, me morí.

──...¿Nunca fingiste nada?, o sea, ¿Todavía soy importante para tí?

──¿Ah?──Pregunto ella mirandome.──Claro que lo eres tonta, sería muy cruel de mi parte haberte hecho creer que eramos amigas, utilizarte para criar a mis hijos y encima deshacerme de ti como si de un perro se tratase.

──¿Por que dijiste todo eso?

──Para protegerte, evidentemente.──Hürrem me invito a sentarme a su lado, cosa que obedecí.──Si me gano la confianza de esas viejas podría comprobar mis tres teorías, la primera: ¿Que tanto tienen que ver esas dos con la muerte del Sultán Suleiman Khan?, la segunda: ¿Ellas tienen que ver directamente con que Gulfem de la nada se haya declarado tu enemigo publica?

Y la tercera me lo dijo en el oído, con cada palabra yo iba palideciendo.

──¿Que...? No, eso es imposible.

──Todo es posible en este mundo.

──No existen las pruebas de ADN, no podremos comprobarlo.

──Si es cierto, pero, ¿No viste sus ojos? Son idénticos a los tuyos, y Seher es literalmente la fotocopia de la señora Julisa.

──Hürrem, no quiero tener falsas esperanzas.

──¿Que tal si lo son? Podrias volver a tener a tus hijos contigo.

──Ellos quieren a Mukerrem.

──Son niños, no saben si la quieren o no, dime, ¿No te has puesto a pensar que ellos podrían sentirse fuera de lugar con Raziye y Mahmud?

──...Pero, ¿Por que Mukerrem haria algo así? Si ella es fértil y puede dar a luz más hijos.

──Por que es vanidosa.──Hürrem tomo mi mano.──Escucha, nada, literalmente nada de lo que yo les dije a Mukerrem o a la Valide es cierto, yo a ti te quiero y mucho, aunque no de la forma que me gustaría, pero te quiero.

──¿Que hay del Eunuco?

──El Eunuco era Zumorod.──Rio Hürrem.──Él y yo acordamos que él solo sería una pared hasta cerciorarme de que todas mis teorías fuesen ciertas, una vez lo supiera, te divorcias, vuelves a Topkapi a reunirte con tus hijos y a darle la guerra a Mukerrem.

──Por eso intento defenderte.

──Sí, supongo que por eso.──La pelirroja me envolvió en un abrazo.──Bromita a todo lo que dije.

──Si antes pensaba que estabas loca, ahora pienso que estas demente.──Reí por lo bajo para corresponderle el abrazo.

──¿Que quieres hacer ahora?

──Recuperar a mis hijos.

──Me parece bien.

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