Empezó la guerra por el trono
──¿Esta todo listo?──Pregunté.
──Claro que si señorita, pronto empezara todo.──Ferhat me miro.──El pueblo tambien ests dispuesto a apoyarnos.
──Perfecto.
Ya habían llegado devuelta a Topkapi la familia imperial, parte de ella en realidad, Suleiman seguía en el palacio de caza, pero de igual forma podía empezar a mover fichas como me diera la gana, total, Mükerrem y Ayse Hafsa estaban aquí.
──Saldrá bien.──Ibrahim me sonrió.──Pronto veremos la nueva época.
──Lo sé, te aseguro que tu todavía tendras tu puesto de Gran visir.
──Me da igual el puesto.──Ibrahim sonrió.──Yo solo quiero que mi Sultana Hatice este bien.
──¡Ay, el amor!──Suspire dramáticamente.
──Que a ti te haya ido mal, no significa que a los demás también nos haya ido mal.
──Subete al carruaje.──Lo empuje a la puerta del vehículo.
──Valide.──Llamo Mükerrem.──¿Que ocurre?
──Siento como si algo muy malo estuviese a punto de pasar.──Explico la mujer.──Aunque no se muy bien que es.
──No se preocupe por eso Valide, ¿Quién se atrevería siquiera a atacarnos?──La griega sonrio.──Somos la familia más poderosa del mundo, nada puede pasarnos.
──Lo sé, antes de que eso pasará los matariamos.──Ayse Hafsa sonrio.──¿Como esta Seher?
──Sobre eso, no la encontre.
──¿Que?
──No estaba en la habitación cuando llegue.
──Mükerrem.──Llamo con seriedad la Valide.──¿No será que durante este tiempo, Mahidevran descubrio la verdad?
──Claro que no, eso es imposible.──Mükerrem se llevo una delicia turca a los labios y se quedo en silencio durante unos segundos.──No puede ser...
Mükerrem se levanto inmediatamente y salió corriendo hasta la habitación de Hürrem, entrando de golpee y encontrandose a la pelirroja alegrandose.
──¿¡Donde esta mi hija?!──Pregunto alarmada.
──Si tú no sabes, yo menos.──Hürrem termino de trenzarse el cabello.──Debe estar junto a Raziye.
──Hürrem, no te hagas, sé que no estás de nuestro lado.
──Tal y como lo dije ese día, nunca he estado del lado de nadie.──Sonrió y camino hacia la griega, haciendola retroceder.──Se les cayo el teatro.
──No tienes pruebas, nadie te creerá.
──¿Estas muy segura de eso?
──Por supuesto.
──Por tu propia estupidez estás en problemas ahora.──La rusa sonrió.──¿Desaparecistes todas las pruebas Mükerrem?
La griega palideció y salió corriendo de la habitación, esas cartas, todavía debían estar en el cofre, las quemaria antes de que Suleiman llegase del palacio de caza.
Encontro el cofre y comenzo a buscar entre los documentos las dos cartas, sin embargo, no encontro nada de ellas.
Un grito de frustración salió de su boca.
──¿Ya estan todos?──Hurrem le pregunto a Sumbul.
──Asi es Sultana, Mehmed, Mihrimah, Selim, Bayaceto y Fatma estan junto a su tía Hatice.──Informo Sumbul.──Ellos están en el sotano junto a la sultana y sus hijos, por si las cosas se ponen algo descontroladas.
──Me parece bien.──Sonrió.──Sumbul, ve con ellos junto a Zumorod, ustedes son los únicos en los que podemos confiar.
──Como deseé Sultana.──Sumbul reverencio.──Le deseo lo mejor.
Hürrem se despidió de su leal amigo y vio como desaparecía por la puerta, realmente deseaba volver a verlo.
Ni bien Sumbul y Zumorod se subieron al carruaje, la revuelta empezó, los jenizaros comenzaron a encaminarse al palacio y el pueblo iba junto con ellos, con antorchas y palos en la mano.
Todos estaban hartos de la familia imperial.
──¿Que es este ruido?──Pregunto Mükerrem irritada.
Se asomó a la ventana e inmediatamente se heló al ver la multitud intentando acceder al palacio.
Se apresuro a levantar a sus hijos y salie corriendo con ellos hasta la habitación de la Valide.
──Madre, tenemos problemas.
──¿Que sucede ahora?──Ayse Hafsa se froto los ojos.
──Los jenizaros y el pueblo se volvieron locos.──Susurró ella, asustando a la Valide.──Están intentando ingresar al palacio, ¿Que haremos?
Ayse Hafsa se levantó rápidamente de la cama y tomando de la mano a Raziye, se sentaron rezando que nada pasará a mayores.
Pero para su mala suerte, en media hora los jenizaros lograron ingresar al palacio, asustando a todo el mundo.
Gulfem salio de sus aposentos y corrio a esconderse en un calabozo junto con su pequeño, nadie los encontraría allí.
Mientras que la Valide y Mukerrem corrieron a la habitación del Sultán, el área con más protección en él palacio, al ingresar se asustaron al ver a la mujer sentada en el escritorio del Sultán.
──Mahidevran.──La Valide susurro el nombre de la mujer.
──Así que ya ingresaron.──Sonreí.
──¿¡Tu planeaste todo?!──Grito Ayse Hafsa dandose cuenta.──¿¡No sabes el castigo por traicionar a la família imperial?!
──Si me importara no hubiera hecho esto, pero no me importa en lo más mínimo.──Mi sonrisa no vacilo en ningún momento.──Yo no le tengo miedo a nadie, ni al Sultán, ni a usted y mucho menos a la inútil de Mükerrem.
──Cuando mi hijo se enteré, los matara a todos.
──Su hijo no se enterará, él ya debería estar muerto.──Mire como Ayse Hafsa palidecia y Mukerrem se llevaba la mano a la boca.──Ustedes serán las siguientes, y les juro por Allah bendito que su muerte no sera nada bonita, moriran en la pobreza y en el olvido, no tendrán poder ni Sultanato, morirán solas y de una manera dolorosa, pagarán lo que me hicieron años atras.
Y tras decir esta palabras, sin esperar respuesta alguna, salí de la habitación, iría a echarle más leña al fuego.
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