Mire emocionada como Fatma y Mustafá dormían, realmente me gustaba la idea de ser madre, aunque si bien era cierto en un principio yo no los había querido tener, la realidad ahora era que no me imaginaba una vida sin ellos.

No me imaginaba una vida sin mis dos pequeños, me emocionaba tan solo pensar en el futuro, me imaginaba corriendo por Topkapi persiguiendo a Mustafá y Fatma por los pasillos, mientras ellos reían y yo los regañaba.

También me imaginaba viendo a Mustafá y Mehmed jugando juntos, o a Mihrimah y Fatma peinandose la una a la otra, esto era bueno, la Sultana del Sol y la luna tendría una hermana, Mihrimah no se sentiría sola.

Acaricie lentamente el cabello de mi pequeña Fatma y con mi otra mano tome la de Mustafá, era fascinante ver como sus manitos crecían lentamente cada día.

Aunque como todo, no podia estar muy tranquila, ¿Por que? Pues Facil, Mukerrem y Ayse Hafsa me daban mala espina, sabía que Mahidevran y Ayse Hafsa no tenían una mala relación, pero era evidente que Mukerrem no existía, o bueno si, pero su hijo estaba muerto y ella en el antiguo palacio.

Pero al tenerla cerca y viviendo en el mismo palacio, era evidente que haría de todo menos quedarse quieta, pues por lo poco que investigue de ella es que era una mujer bastante avariciosa y quizás por lo mismo era capaz de matar a los hijos de las otras consortes.

Por lo que casi nunca me despegaba de mis hijos, era muy raro que yo saliese de la habitación y si salía era solo para ver a Suleiman o Hatice.

──Sultana.──Llamo una de las niñeras de mis hijos.

──¿Que ocurre?──Pregunte.

──La Sultana Hatice desea verla en los jardines del palacio, ella y la señorita Gulfem quieren verla.

──Alista a mis príncipes, no saldre de la habitación sin ellos.

──Ella pidió que no llevase a los niños.

──Entonces no salgo.

──Sultana.

Le di una mirada de pocos amigos y volví a sentarme cerca de mis hijos, esa mujer estaba loca si creia que iba a salir de aqui sin mis hijos.

──Ya tengo la ropa de los príncipes.──Me informo la criada.──Vaya yendo usted, yo se los llevo luego.

──Si algo les pasa a mis hijos, haré rodar tu cabeza.──Advertí antes de salir de mis aposentos y caminar hasta el jardín.

Conversaba alegremente con Hatice y Gulfem, reiamos como siempre y bromeabamos entre nostras, evidentemente eran bromas que sabiamos que no nos ofenderiamos.

Todo marchaba extremadamente bien, hasta que me di cuenta de que ni Mustafá ni Fatma estaban aquí, miraba por todos lados buscando a la criada, pero no aparecía.

──No te extreses Mahidevran.──Hablo Gulfem refiriendose a mi nuevo nombre.

Cortesía de Suleiman por supuesto, el dijo que yo era su "Luna de buena fortuna", entonces no tenía que refutar, ahora era Mahidevran.

──Gulfem tiene razón, no creo que pueda pasarles algo a tus principes.

──No confio en Mukerrem, como bien saben, ella esta embarazada, algo podria pasarle a mis hijos.

──Mukerrem es inocente Mahidevran.──Intervino Hatice, protegiendo a su otra amiga.──Ella sería incapaz de hacer algo así.

No dije nada más, sabia que discutir con ellas iba a ser imposible, un sabor metálico en la boca.

Me levante de golpee, algo estaba mal y yo no sabía él que, aunque estaba un cien por ciento segura que Mustafá y Fatma les pasaba algo.

Hatice y Gulfem entendieron, y las tres nos encaminamos por los pasillos, corría desesperadamemte hacia mi habitación y al llegar a la puerta la abrí con brusquedad, las dos cunas estaban allí, pero no había ninguna criada cerca.

Me acerqué hasta ellas y vi a los que eran mis hijos durmiendo placidamente, lo bueno es que todo había sido una mala jugada de mente.

Acaricie la mejilla de Mustafá con una sonrisa.

"Esta fria." La mejilla de Mustafá estaba helada, no tenía color, mis manos empezaron a temblar.

──¿Mustafá?──Pregunte con nerviosismo.──¿Fatma? Ya es hora de levantarse.──Sacudi suavemente el cuerpo de Mustafá.

Pude escuchar como Hatice soltó un suspiro y Gulfem susurro un: "por Allah."

──¡MUSTAFÁ!──Grite al sentir que el cuerpo estaba más frío.──¡FATMA! ¡DESPIERTEN!

Un grito desgarrador salió de mi boca, todo a mi alrededor dejaba de tener sentido, solo me dedique a llorar y gritar el nombre de mis hijos.

Gulfem fue quién se acerco a revisar si seguían con vida, pero no, nada, ya habían abandonado este mundo.

¿¡QUE RAYOS FUE LO QUE PASO?! ¡SE SUPONE QUE NADA DE ESTO FUESE ASI!, SE SUPONÍA QUE YO LOS PROTEGERIA, QUE ELLOS VIVIRÍAN, ESTO ERA MIL VECES PEOR QUE EL DESTINO ORIGINAL.

Grite y grite hasta perder la voz, esto realmente debía ser una pesadilla, pero no, no lo era.

Entro de la Futura Valide Ayse Hafsa al escuchar el escándalo y se quedo sería cuando vio los cuerpos de mis pequeños.

──Sultana.──Llame entre jadeos.

──¡Mujer inútil!──Una bofetada fue lo que recibí por larte de Hafsa.──¡POR TU CULPA MIS NIETOS ESTAN MUERTOS!

──Madre...──Intento intervenir Hatice.

──Retirense y dejenme a solas con esta maldita mujer.

Hatice y Gulfem intentaron intervenir, pero con una mirada imponente las hecho de la habitación.

──Si fueses más sensata nada de esto hubiese pasado, por tu ambición mis niestos ya no viven.

──¿¡Ambición?!──Pregunte con lagrimas en mis ojos.──¿¡Se escucha cuando habla?!

──Digas lo que digas no cambiara el hecho de que ninguno de ellos respira.──Ayse Hafsa camino.──Es culpa de tus pecados.

Impulsivamente agarre el cuchillo que tenia sobre la mesa, no iba a permitir que esa maldita serpiente me gritase la culpa de la muerte de mis pequeños.

Grave error, grave error agarrar el cuchillo e intentar atacarla con ese objeto.

──¡Aghas!──Grito Ayse.──¡LLEVENSE A ESTA CONCUBINA AL VIEJO PALACIO EN ESTAMBUL! ¡ESTA LOCA!

──¡No puedes tocarme!──Grite.──El Sehzade Suleiman no lo permitira.

──Cuando él se entere de que sus hijos estan muertos por tu culpa y que intentaste atacar a su madre, no va a defenderte, nadie lo hará.

Mientras gritaba y lloraba durante todo el camino, me di cuenta que logre cambiar el futuro, de una manera peor.

Ya no había esperanza, solo queria morirme y esta vez de verdad, queria reunirme con mis pequeños.

Queria que me devolviesen a mis hijos.

No se olviden de votar.

-Huye épicamente.-