El campamento estaba sumido en un silencio inusual mientras las guerreras esperaban el regreso de su líder Shiva y la pequeña Aurora. Nyra permanecía al lado de la tigresa alvina, Asha, quien ahora formaba parte del equipo. Todos sentían la ausencia de su líder, y aunque tenían fe en su fuerza, el corazón de cada una se llenaba de preocupación de que le pudiera haber pasado algo.

Aria: (mirando hacia el bosque) Deberían haber regresado hace tiempo.

Nyra: (con determinación) No puedo esperar más. Voy a buscarlas.

Antes de que Nyra se marchara, algo se diviso desde la distancia era Shiva la cual estaba siendo acompañada por la pequeña Aurora.

Maya: (aliviada) ¡Shiva! ¡Aurora! ¡Han vuelto!

Shiva sonrió débilmente mientras se tambaleaba un poco al caminar. Sus amigas se apresuraron a rodearla, preocupadas por su estado.

Shiva: (con voz suave) Estoy bien, chicas. Solo un poco agotada después una batalla que nos tomo por sorpresa.

Aurora: (sonriendo) Mamá fue increíble. ¡Derrotó a un monstruo gigante!

Las demás guerreras miraron a Shiva con asombro, admirando su valentía y habilidades en la batalla.

Aria: (orgullosa) Eres increíble, Shiva. Siempre nos proteges.

Shiva: (agradecida) Y ustedes siempre me apoyan. Somos un equipo fuerte y unido, y juntas podemos superar cualquier desafío.

Nyra: (con una sonrisa) Así es, somos invencibles juntas.

En ese momento, Asha se acercó a Shiva y la miró con ojos brillantes.

Asha: (con suavidad) Gracias por cuidarme, Shiva. Estoy feliz de ser parte de tu equipo.

Shiva acarició el pelaje suave de Asha con ternura y asintió.

Shiva: (con cariño) Eres bienvenida, Asha. Estoy segura de que serás una gran adición a nuestro equipo.

Las guerreras compartieron una sonrisa, sintiendo la conexión especial que las unía.

Aria: (entusiasmada) ¡Vamos a celebrar su regreso, Shiva y Aurora! Tengo algunas de tus golosinas favoritas guardadas.

Shiva: (riendo) Eso suena genial. Pero primero, necesito descansar un poco aun nome recupero del todo.

Las demás asintieron, comprensivas. Sabían lo agotadora que había sido la batalla y que Shiva necesitaba tiempo para recuperarse.

Nyra: (con determinación) En ese caso. Descansa, Shiva. Nosotras nos encargamos de todo.

Aurora: (entusiasmada) ¡Yo ayudaré a cuidar de mamá!

Shiva: (sonriendo) Gracias a todas. No sé qué haría sin ustedes.

Con el corazón lleno de gratitud y amistad, Shiva entro al campamento, se recostó en su cama y cerró los ojos, sabiendo que estaba rodeada de personas que la amaban y la protegerían siempre.

Mientras la noche caía sobre el campamento, las guerreras se prepararon para la celebración que les esperaba. Sabían que esta era solo una de las muchas aventuras que enfrentarían juntas, y que mientras estuvieran unidas, podrían superar cualquier desafío que el destino les tuviera preparado.