Capítulo 42: Recuerdos Ocultos
Shiva se encontraba frente a Aria, la mujer misteriosa que afirmaba ser su hermana perdida. Al ver a Aria, Shiva no pudo evitar sentir una mezcla de emoción, confusión y un ligero destello de esperanza en su interior. Miró fijamente a los profundos ojos esmeralda de Aria, tratando de encontrar respuestas en su mirada.
Shiva: Aria, esto es demasiado... es difícil de creer. Despertaste en mí tantas preguntas y emociones, pero también un sentido de conexión inexplicable. Pero necesito más que palabras, necesito pruebas tangibles de nuestra relación.
Aria asintió con serenidad, mostrando comprensión hacia los sentimientos de Shiva.
Aria: Entiendo completamente, Shiva. Las palabras pueden ser vacías si no van acompañadas de pruebas. Permíteme compartir contigo los recuerdos que atesoramos juntas, los momentos que forjaron nuestro vínculo. A través de ellos, podrás encontrar la verdad que has estado buscando.
Shiva asintió, decidida a explorar esos recuerdos y descubrir la autenticidad de la conexión que Aria afirmaba tener con ella. Extendió su mano y entrelazó sus dedos con los de Aria, preparándose para lo que estaba por venir.
Aria cerró los ojos y una ráfaga de imágenes y emociones inundó la mente de Shiva. Se encontró inmersa en su infancia, en un bosque que ambas hermanas solían exploraban y donde se divertían. Vio cómo se tomaban de la mano mientras caminaban por senderos cubiertos de hojas, riendo y compartiendo secretos.
También vio momentos más difíciles, en los que Aria la protegía de peligros y le brindaba consuelo en momentos de tristeza. Recordó la calidez reconfortante de los abrazos de Aria y su voz suave susurrándole palabras de aliento.
En otro recuerdo, Shiva y Aria se encontraban frente a un antiguo templo, enfrentando juntas una prueba de valentía y sabiduría. Vieron cómo se apoyaban mutuamente para superar los obstáculos, confiando en la fuerza y el amor que compartían como hermanas.
En cada recuerdo, Shiva experimentaba una gama completa de emociones. Risa, alegría, tristeza, miedo y determinación se entrelazaban, dándole una visión más completa de su pasado compartido con Aria. Cada recuerdo resonaba en su corazón y confirmaba la profunda conexión que sentía con su supuesta hermana.
A medida que los recuerdos se desvanecían, Shiva abrió los ojos y miró a Aria con renovada certeza.
Shiva: Aria, esos recuerdos... son reales. Son momentos que he mantenido ocultos en las profundidades de mi mente. Ahora se que nuestra conexión es genuina, que puedo confiar en ti y que realmente somos hermanas. Aunque el camino por delante es incierto, estoy lista para enfrentarlo contigo a mi lado.
Aria sonrió, su expresión reflejando gratitud, felicidad y alivio.
Aria: Shiva, me alegra que hayas encontrado la verdad en esos recuerdos. Juntas podemos enfrentar cualquier desafío que se presente. Estoy aquí para apoyarte y protegerte, como lo hemos hecho desde el pasado que compartimos.
Shiva se sentía abrumada por la mezcla de emociones que la invadían.
Shiva: Aria me has brindado respuestas y una sensación de pertenencia que había buscado durante mucho tiempo. Aunque aún hay muchas incógnitas por resolver, estoy totalmente lista para abrazar mi identidad y mi futuro, claro contigo a mi lado.
Ambas mujeres se tomaron un momento para asimilar todo lo que habían descubierto. La complicidad y el entendimiento crecían entre ellas, formando un vínculo más fuerte que cualquier adversidad que pudiera presentarse.
Shiva se apartó un poco de Aria y miró a su alrededor, tomando conciencia del entorno en el que se encontraban. Las calles de la antigua ciudad se extendían ante ellas, envueltas en sombras y misterio.
Shiva: Aria, hay tanto que necesito saber. Nuestro pasado, nuestros padres, ¿por qué nos separaron? ¿por que me enviaron a la guerra? Todo esto ha sido un torbellino de emociones y respuestas parciales. Necesito que me cuentes todo lo que sepas, que compartas conmigo los detalles de nuestra historia.
Aria asintió, comprendiendo la sed de conocimiento de Shiva.
Aria: Estoy dispuesta a responder a todas tus preguntas, Shiva. Pero hay mucho que contar y no es apropiado hacerlo aquí, en medio de las calles. Vayamos a un lugar seguro, donde podamos hablar con tranquilidad.
Shiva asintió y ambas mujeres emprendieron el camino hacia un refugio cercano. A medida que avanzaban por las sombrías calles de la ciudad, Shiva se sentía cada vez más decidida a descubrir la verdad que había permanecido oculta durante tanto tiempo.
Continuará...
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