Capítulo 24
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Muralla exterior, Reino de Liones, por la mañana
El sol apenas comenzaba a elevarse sobre el horizonte, bañando el reino de Liones con una luz dorada, una mañana fresca y llena de la promesa de un nuevo día, se puede ver a una numerosa cantidad de caballeros sagrados de pie custodiando cuatro carrosas, un total de catorce guerreros leales a la corona, siendo estos los responsables de escoltar al Rey de Liones y al Consejero Real, quienes se acercan a los hombres ya montados en sus corceles. Los caballeros sagrados se dividieron en dos grupos, uno compuesto por diez miembros, encargados de ser la escolta de Bartra, mientras que los cuatro restantes serán la escolta de nuestro querido protagonista de corta cabellera grisácea, aunque el monarca no estaba del todo de acuerdo con dejar tan pocos hombres para su amigo, pero este le menciono que no hacía falta preocuparse, que solo acepto la pequeña escolta para mantener las formalidades, aunque esto no parece ser suficiente para el monarca.
Bartra: Estás seguro de esto?... Cuatro caballeros para ti parecen muy pocos... Sam –mencionó con un tono algo preocupado, mientras ve a su sonriente amigo, quien se ríe un poco ante la exagerado preocupacion del Rey de Liones, pero esto se debe a que no le revelo su historia al completo, sino de una forma diferente, obviando que antes era el príncipe del clan de las Diosas-
Samael: No te preocupes, mi Rey... Estoy seguro de que podrán manejar cualquier cosa que se nos presente en el camino –expresó con un tono relajado, manteniendo su sonrisa relajada y cálida, la cual en los últimos años se volvió un aspecto característico de su forma de ser, realmente siendo una apariencia opuesta si se comparara con su forma de ser anterior-
Bartra: Muy bien... espero que tengas razón –dijo con un tono derrotado tras soltar un pequeño suspiro, en verdad es muy difícil el intentar convencer al hermano mayor de Elizabeth, aunque él es muy bueno para dar ideas nuevas a otros-
Samael: Zaratras... en tus manos dejo la vida del Rey, confió en que harás un estupendo trabajo –menciono con un tono de mando, a la par que ve al caballero que encabeza la escolta de su majestad, recibiendo un firme asentimiento por parte de este-
Sin más tiempo que perder el grupo se puso en marcha, saliendo ambas escoltas en simultáneo al menos hasta la siguiente bifurcación la cual se encuentra a unos kilómetros de su posición actual, por lo que demoraran un poco, la razon de las carrosas, es que tal como aconsejo Samael, es bastante cordial llevar un presente, aunque el Rey de Liones quiso demostrar su verdaderas intenciones de preservar la paz, trayendo más cosas, aunque son dos carrosas para cada reino. Durante este pequeño recorrido que estan haciendo a la par Bartra no desperdició la oportunidad de seguir solicitando consejos de nuestro querido protagonista, quien sabiamente aclara las dudas de su majestad, ya que no puede evitar estar un poco nervioso, pero nada que no pueda manejar, debido a que no es la primera vez que hace algo como esto, aunque no puede evitar esta pequeña sensación de nervios, después de todo es algo que suele pasarle a los humanos, aunque el primogénito de la Deidad Suprema atribuye que seguramente se deba a la inexperiencia de la juventud. Luego deuna hora de viaje por fin llegaron a la bifurcación del camino, siendo este elpunto de separación, los dos amigos se desearon suerte en total silencio, unsimple cruce de miradas fue suficiente para que Samael y Bartra se transmitiesentodo lo que necesitaban, después de todo de eso se trata la amistad para loshumanos, ya que entre amigos no es necesario hablar para saber lo que el otro estápensando, tomando ambos grupos caninos diferente, siendo en destino de nuestroquerido Samael, el Reino de Danafor.
Manteniendo el ritmo firme aunque no apurado por cuidado a la carrosa, el grupo del primogénito de la Deidad Suprema, llegaría a su destino pasado el mediodía, seguramente cuando el sol ya se encuentre a mitad de camino de esconderse en el horizonte, para hacer del viaje un poco más relajante y divertido, Samael sorpresivamente empezó a hablar con sus escoltas, quienes nerviosos empezaron a responder de forma respetuosa, hasta que empezaron a agarrar un poco más de confianza, en especial al escuchar al consejero real de que no hacía falta ser tan cordiales con él. El viaje fue duro, aunque fue bastante más llevadero gracias a la fraterna charla que tuvieron los cuatro caballeros sagrados con el consejero real, quien pensó que la mejor forma de asegurar un buen trabajo por parte de su escolta es darle la confianza, la cual ambos compartirán, pero tras todo este tiempo por fin llegaron a su destino viéndose la pequeña muralla que cubre el Reino de Danafor, con su bandera y estandarte flameando en lo alto de la entrada, en donde se encuentran unos caballeros, al parecer estos guardias no poseen magia, aunque es sabido que este reino tambien posee caballeros sagrados. Los viajeros provenientes de Liones se presentaron formalmente ante los guardias de la entrada, presentaron la carta enviada por el monarca de estas tierras, y la respuesta otorgada por el Rey Bartra dándole permiso a Samael como su representante en esta reunión, los guardias al ver que todos los papeles coinciden, ademas del caballeroso y amigable comportamiento de los recién llegados, recibieron el permiso de ingresar sin problemas, agradeciendo ese gesto el primer hijo de la Deidad Suprema consulto a uno de los guardias si podía guiarlos de manera directa, ya que no quiere hacer esperar al monarca, recibiendo un asentimiento.
Samael: "Desde la distancia podía sentir una enorme fuerza mágica oscuro... no hay duda que se trata de un demonio, y de uno muy poderoso... pero por alguna razon tambien se siente familiar" –dijo en sus pensamientos mientras conserva su expresion tranquila y amigable para no levantar sospechas, aunque está muy atento a sus alrededores, intentando localizar la fuente de ese poder, ya que si se trata de un enemigo deberá encargarse de proteger a los humanos, ya que estan lejos de su liga-
El guardia de Danafor guio a Samael y sus escoltas a través de las calles del reino, la ciudad es vibrante y llena de vida, con comerciantes gritando sus ofertas y niños corriendo y jugando, sin embargo, el primogénito de la Deidad Suprema sigue buscando la fuente de origen de aquella magia oscura, finalmente, llegaron al castillo del rey, un edificio majestuoso con altas torres y muros fortificados. El guardia indico que solo el consejero de Liones lo siguiera por protocolo, ya que seguramente el monarca de Danafor lo esté esperando, los caballeros sagrados que acompañaron al joven de cabellera gris no parecen de acuerdo con esa petición pero su superior les dio la orden de esperar, y que se relajen, ya que no se encuentran en una pelea, el antiguo príncipe del clan de las Diosas fue conducido a una gran sala de audiencias donde el rey de Danafor estaba sentado en su trono, rodeado de consejeros y cortesanos, el gobernante se levantó al verlo entrar y extendió su mano derecha en señal de bienvenida. El representante del Reino de Liones hizo una pequeña reverencia en señal de respeto, para luego entregar la documentación que presento en la muralla a su majestad mientras hace una pequeña presentación, ademas de explicar con una mentira piadosa la ausencia del Rey Bartra en esta primera reunión de ambas naciones, aunque no parece molestar al monarca de Danafor, ya que el comportamiento y los documentos parecen aclararlo todo, por lo que pueden llevar su reunión sin problemas. La conversación diplomática se extendió durante varias horas, el antiguo dirigente del ejercito del clan de las Diosas y el gobernante de Danafor discutieron términos y condiciones, explorando diferentes áreas de colaboración, desde el comercio hasta la defensa mutua, ambos demostraron interés mutuo en fortalecer la relación entre los reinos y, finalmente, llegaron a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, siendo un viaje exitoso para nuestro querido protagonista, quien espera que a su rey le haya ido tan bien como a él.
Rey de Danafor: Me complace que hayamos llegado a un entendimiento, Consejero Real de Liones, Sam... Espero que esta alianza prospere y traiga prosperidad a nuestros pueblos –expreso con un tono amigable a la par que emocionado, mientras que todos los presentes aplauden en señal de apoyo a las palabras del soberano-
Samael: Así será, su majestad, estoy seguro de que esta es solo el comienzo de una relación fructífera –menciono con un tono tranquilo, teniendo su clásica sonrisa cálida, definitivamente todo salió como esperaba, por lo que ya no deben preocuparse de un conflicto, aunque sí tendrán que cuidar mucho esta alianza-
Solo queda una cosa, por suerte es lo de menos, una pequeña redacción en dos papeles y la firma de ambos representantes, dando por sentada la alianza entre el Reino de Liones y el Reino de Danafor, cuyo monarca al ver que el sol ya está por ocultarse, decidió ofrecer una invitación al consejero real y a sus escoltas pasar la noche en una de las posadas más lujosas de la ciudad, por lo que le entrego una pequeña carta con su sello, solo debe dársela al guardia que lo trajo hasta aquí, que lo guiara a su lugar de descanso. Samael agradeció el gesto retirándose del castillo encontrándose con su escoltas y el guardia, siguiendo las palabras del Rey de Danafor, el caballero guio al grupo al que posiblemente sea el mejor establecimiento de descanso de todo el reino, donde le fueron otorgada tres habitaciones, dos para los caballeros sagrados y una habitación especial para nuestro protagonista, quien agradeció el gesto de la gerente del lugar, aunque entiende por qué lo hizo, ya que la mirada de la joven mujer no paraban de seguirlo desde el momento en que entro. Una vez que ya se instalaron, nuestro protagonista comunico a sus escoltas que saldría a caminar un poco, que descansen, al inicio esto no tenían intenciones de aceptar, pero al ver la mirada fulminante del consejero real, decidieron pensarlo de nuevo, permitiendo que esta salga a solas, aunque la intención de Samael es seguir y localizar el origen de esa magia oscura, la cual se propaga por todo el lugar aunque tiene un centro claro, solo debe localizarlo, iniciando su caminata, sorprendiéndose un poco de al divertida vida nocturna que tiene la gente de este reino, aunque no los culpas ya que hace unos momentos el sol se ocultó en el horizonte.
Nuestro protagonista siguió caminando perdido en sus pensamientos provocando que no se diera cuenta de forma inmediata que alguien estaba corriendo en su dirección, provocando un pequeño accidente, aunque en realidad fue ver que una joven choco contra él para luego caer de trasero al piso, siendo suficiente para que Samael regrese en sí, intentando asistir de forma inmediata a la mujer. Una vez que la ayudo a ponerse de pie, el primogénito de la Deidad Suprema, quedo en un estado de shock, sus ojos se abrieron ampliamente, ligeramente empezó a temblar mientras siente que su sangre se congela, sintiendo una mezcla de emociones muy fuertes, siendo la primera vez que sufre de algo como esto en su vida, la joven a la que ayudo a ponerse de pie, de corta cabellera rosa algo oscuro, ojos celeste, pero su rostro, definitivamente para nuestro protagonista se trata de ver un fantasma, una persona que le recuerda a alguien muy preciado para él.
Samael: "Elizabeth... No, no puede ser. ¿Podría ser...? ¿Sería posible?" –dijo en sus pensamientos de forma temerosa, no pudiendo esbozar un solo sonido, estando completamente congelado mientras ve a la joven que posee el rostro de su hermana menor, siendo un mar de dudas que lo empiezan a abrumar de una forma exagerada-
Joven: Oye amigo... ¿te encuentras bien? –Cuestionó confundida al ver el rostro en shock del antiguo príncipe del clan de las Diosas-
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Espero que les este gustando la historia hasta ahora, los invito a que si les gusta voten y comenten.
Como es común en mis historias al avanzar tanto, respondere las preguntas que me hagan aqui en el proximo cap.
Los invito también a que lean mis otros fics, además de preguntarme cualquier duda que tengan hasta ahora.
El link del discord de la Demons Crew esta en mi perfil... gracias por unirse.
Nos vemos en el siguiente capítulo y gracias por el apoyo.
Se despide vuestro Dios Demonio.
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