—¿Estás seguro? —Me pregunta un chico de cabello negro.

—¿Eh? —digo estúpidamente mientras miro desconcertado a mi alrededor.

Observo mis manos, son las mismas de cuando era humano. Estoy en mi casa.

Rápidamente corro por el lugar buscando un espejo y cuando lo encuentro me miro.

"¿Esto es real?"

Me miró asombrado, viendo mi rostro, ojos y cabello, me pellizco mi mejilla tratando de despertar si es un sueño.

—¿V-Volví? —Me pregunto dudoso.

Realmente...... volví.

"Se supone que debería sentirme feliz, así que ¿Por qué?"

Apreté mi camisa.

—¿Steven? —Me pregunta Jo.

El al verme se me acercó y me sacudió tomándome de los hombros.

—¿Estás bien? ¡Hey! Responde....

En ese momento abro los ojos y veo a una kirlia en frente mío.

—¿Abbey? —pregunto confundido.

—¿Estabas llorando? —Me pregunta.

En ese momento llevo mis manos a mis ojos y los froto sintiendo humedad en ellos.

—Oh, sí —respondo.

—¿Te sientes bien? —Me pregunta Abbey.

—Oh sí —digo sonriendo.

Al escuchar mi voz quedo hecho piedra.

—Q-Quizás no tanto —respondo.

Comienzo a hacer círculos en suelo deprimido, o debería decir deprimida.

—¡Vamos comportate como un hombre! —Me reclama Abbey.

—Pero soy una mujer —respondo deprimiendome aún más.

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"Ahora que lo noto, estoy en el orfanato"

Por un instante pude ver una extraña luz a mi alrededor.

"¿Qué es eso?"

La luz da vueltas hasta llegar frente a mí, en un momento dado deja caer una piedra extraña.

—¿U-Una mega piedra? —Me cuestiono.

Miro a todos lados hasta escuchar la misma voz femenina de cuándo luché contra el Hypno.
—Gracias por salvarlo.

En ese momento, me quedé pasmado, sin saber muy bien que acaba de pasar.

Al llegar al comedor veo que todos están ahí, entre con cara de poker mientras las miradas se centra en mí.

"Bueno es normal, nadie cambio de género al evolucionar ¿Verdad? Puede ser, pero no deja de ser incómodo".

Observo a todos en la mesa. La señora Gianna, Abbey, están exactamente todos los que me acompañaron a festiva con excepción de Rose y Castia.

"Supongo que deben estar realmente ocupadas".

—.........

"Hey, ¿Por qué todos se me quedan viendo sin decir nada? ¡Es super incómodo!".

—..........

Pasamos un largo rato sin que nadie supiera que decir.

"Esto ya me está empezando a parecer molesto".

—¿Cómo dormiste? —Me pregunta la señora Silvye.

—.....bien —respondo de voz baja.

—¡Kya! ¡Que hermosa voz tiene —dice la Lilligant.

La tipo planta parece derretirse de amor, e incluso creo ver unos extraños corazones rodeandola.

—No te preocupes por tu cambio —Me dice Abbey—. Te ayudaremos a sobrellevarlo.

—¿No le habían dicho eso antes? —pregunta Drake.

Algo así fue el resto de la mañana, aunque fue algo incómodo luego de eso, me ayudaron con mis nuevas necesidades.

"No sabía que los pokémon también la tuvieran"

Suspiro, sabiendo que realmente será duro de ahora en adelante.

—¿Qué llevas en la mano? No la has soltado en toda la mañana —Me pregunta Abbey.

Con todo lo que pasó olvidé totalmente la mega piedra, que la mantuve conmigo. Abro mi mano y la acerco a Abbey.

—¡E-Es una gardevoirita! —exclama la Kirlia—. ¿Dónde la conseguiste?

—Aún si me lo preguntas... —Inclino la cabeza tratando de buscar una explicación creíble.

—¿Podrían ir a conseguir estos ingredientes? —Me pide la Lilligant.

Por cierto, ahora finalmente soy más alto que la señora Gianna.

"¿Yay~?"

Se positivo, Steven.  Abbey anota todo en mi lugar ya que no estoy prestando atención.

Cuando nos dirigimos a la puerta, la Lilligant nos habla.

—Tengan cuidado con los pervertidos —dice la tipo planta.

Me giro hacia ella y coloco mis manos en mis caderas mientras inflo mi pecho.

—Yo cuidaré de ella —respondo valientemente.

—Ja ja, Bien, pero lo digo principalmente por ti —Me dice la Lilligant.

Eso fue como un balde de agua fría, cayendo en cuenta de lo que quería decir.

—Soy lo suficientemente fuerte para cuidarme solo —digo riendo falsamente.

—OK —responde la señora Silvye.

Mientras camino por la plaza observo a un extraño Gallade tratando de ligar con una Froslass que le termina por acerca con bola sombra.

Parece percatarse de nosotros, ya que comienza a acerca a nosotr-as mientras nos saluda.

—Ten cuidado, seguramente será un pervertido —Me dice Abbey ocultándose detrás de mi pierna.

—Hola trapito —Me saluda burlándose de mí.

Algo dentro de mí se quebró y lancé un puñetazo directo al rostro de ese Gallade dejándolo en el suelo.

—¡Soy yo! ¡Soy yo! —exclama el tipo psíquico/lucha mientras sujeta mis manos—. Soy Drake ¿No me reconocen?

—Matalo, se volvió un ladrón —Sentencia Abbey detrás mía.

—¡Lo estás malinterpretado! —responde el Gallade.

—Además, ¿No estabas en el orfanato? —interroga la pequeña Kirlia.

—Cómo sea —Interrumpo—. Debemos ir por las compras ¿No?

Mientras camino, Abbey y Gallade se acomodan a mi lado mientras caminamos hacia la plaza.

"Ahora que lo pienso, ¿Sería Jo capaz de reconocerme? Imposible, supongo, y aunque se lo diga dudo que me crea aún contando con el testimonio de Castia".

Ese pensamiento me mantuvo distraído durante un gran rato, aunque, quizás no deba preocuparme por ello, dudo que alguna vez nos reencontremos.

Suelto un suspiro mientras camino delante de Abbey y Drake.

—¿Estás realmente bien? —Me pregunta la Kirlia mientras se pone en frente mío.

—Sí, ¿Por qué preguntas? —digo mientras la miro desconcertado.

—Bueno, pareces distraída —Me comenta Drake.

—N-No es algo por lo que deban preocuparse —respondo negando con mis manos.

Ambos se me acercan mientras toman mis manos y me sientan en la banca.

—Perdón si somos entrometidos, pero, es obvio que algo te pasa y como tus amigos no podemos dejarlo pasar —Me dice Abbey.

La miro algo sorprendido. Drake sólo se rasca la nuca mientras se ve avergonzado.

—Sí, eso, amigos —dice entre murmuros.

—No te preocupes, él es tímido con aquellos  amigos cercanos —Me comenta la Kirlia.

—Es sólo que recientemente he recordado a alguien especial —digo sinceramente—. Y he comenzado a preguntarme, ¿Acaso está bien vivir aquí?

Ambos me miran con cierta tristeza.

—No me malinterpreten, me gusta vivir aquí, pero, es sólo que, pensar que jamás podré devolverle el favor  —respondo mirando mis manos—. Además, no es como si me fuera a reconocer de cualquier modo.

—¿Por qué? Ciertamente antes eras macho, pero eso no quita el hecho de que existiera la posibilidad de ser un Gardevoir —comenta Abbey.

—Sería así si fuera un Ralts de nacimiento —respondo.

Ambos me miran sorprendidos.

—¿Q-Qué quieres decir? —Me pregunta Drake.

"Diablos, ¿Qué estuve apunto de hacer?"

—O-Olviden lo que acabo de decir, jajajaja. Sólo fue una broma —respondo.

"Si vivir aquí está bien, no hay nadie esperándome allá"

Una vez más, me mentí con esas palabras. En ese momento empezó a llover, todos se fueron a refugiar.

La lluvia terminó por empaparme.

—Bien, chi-

No pude terminar la frase ya que tanto Drake como Abbey me empezaron a a abrazar.

—¿C-Chicos? —pregunto confundido—. Si nos mojamos demasiado nos resfriaremos.

Más ninguno de los dos me soltaron.

—No te dejaremos ir hasta que nos termines de decir —comenta la Kirlia.

—........

—¡Sí! ¿Acaso no confías en nosotros? —Me cuestiona Drake.

—Bien, se los diré. Antes de encontrarme en aquél bosque fui atacado por un Tyranitar —digo cerrando mis ojos—. Y cuándo desperté me encontró la señora Silvye.
—Sí, eso ya nos lo habías contado —Me comenta la Kirlia.

—.....pero eso no es todo —declaro.

La lluvia seguía cayendo, como si fuera un mal augurio de lo que estuviese por pasar, quizás jamás lo debí haber dicho.

—....yo era un humano —declaro.

Escucho una sombrilla caer, al voltear observo a la señora Silvye asustada.

—¿U-Un humano? —pregunta observándome con miedo, aquellos ojos llenos de amor con los que me miraba fueron reemplazados por unos llenos de repudio.

Al tratar de acercarme la escuché.

—¡Aléjate de mi, humano! —exclama la Lilligant.

En ese momento fui rodeado por una gran cantidad de pokémon.

No sé la razón, pero repentinamente todos me apuntaron con sus mejores ataques.

—¿Por...qué? —Fue lo único que salió de mi boca.

To be continued.....