C9 : Una invasión alienígena y Manteniéndose juntas

Nora caminaba despacio y, al llegar a la puerta, tuvo que ingeniárselas para abrirla ya que llevaba a Lápiz en brazos. Con la poca fuerza que le quedaba, subió las escaleras y dejó a Lápiz en su habitación.

— Maldición, estoy... muerta —exclamó con pesadez mientras se acomodaba junto a Lápiz.

Justo cuando estaba a punto de conciliar el sueño, su celular comenzó a sonar de nuevo. Con desgano, revisó el móvil y vio que era Connie.

— ¿Aló? —respondió, cansada.

— ¡Nora! ¿Qué pasó?! Vi las noticias. Intenté contactarte, pero no respondías. Una nave se estrelló cerca del templo, ¿estás bien? —dijo Connie, nerviosa y asustada.

— Cariño, ahora mismo estoy muy cansada... Mañana te explico todo, ¿sí? —respondió Nora, cerrando los ojos.

— ¡¿Qué?! No, Nora, ahora mismo... —intentó decir Connie, pero la llamada se cortó.

Unos minutos después, Greg entró a la casa apresuradamente. Había manejado a toda velocidad hasta el templo y, al ver el desastre, entró en pánico al no encontrar a su hija. No fue hasta que Garnet le informó que estaba en casa que pudo calmarse. Una vez en el hogar, subió rápidamente las escaleras hacia el cuarto de Nora. Al verla recostada en su cama, soltó un suspiro de alivio; ni siquiera se preguntó por qué había una chica de tonalidades azules en la cama de su hija. Lo único que le importaba era que su pequeña estaba bien.

Al día siguiente, Nora despertó, aún sintiéndose agotada por lo sucedido el día anterior. A pesar de eso, se levantó de la cama y vio a Lápiz descansando a su lado. Se cambió de ropa y se dirigió a la sala, donde pudo escuchar a su padre preparando el desayuno.

— Buenos días, papá — murmuró una adormilada Nora, mientras se frotaba los ojos.

— ¡Nora! Siéntate, ya termino de freír esto... Por cierto, creo que tú y yo tenemos mucho de qué hablar — respondió Greg, con un tono algo más serio de lo habitual.

— Sí, papá — contestó Nora, sentándose a la mesa mientras intentaba ordenar sus pensamientos. ¿Cómo le explicaría lo que había sucedido?

Greg sirvió la comida y se sentó frente a ella, tratando de mantener la calma, aunque la preocupación lo carcomía por dentro.

— Verás, papá... — Nora comenzó, pero no logró continuar; el sonido de la puerta interrumpió el momento.

Al abrir, encontró a Connie, empapada de sudor y jadeando tras haber corrido hasta su casa.

— ¿Connie? Pero... es jueves, ¿no deberías estar en la escuela? ¿Está todo bien, amor? — preguntó Nora, con el ceño fruncido.

— E-eso... debería... decirte yo... a ti — jadeó Connie, aún recuperando el aliento.

Ya con todos sentados en la mesa, Nora empezó a relatar lo sucedido: la aparición de Lápiz Lazuli, su escape de la prisión... Pero omitió algunos detalles y minimizó otros, todo para evitar que se preocuparan demasiado.

— Bueno, eso es básicamente lo que pasó. Pero no se preocupen, todo está bajo control. Las Gemas y yo estamos en mejor forma que nunca—

Sin dudarlo ni un segundo, Connie se lanzó hacia Nora, abrazándola con fuerza mientras temblaba. Greg, incapaz de contenerse, rompió en llanto, uniéndose al abrazo. Ambos estaban realmente felices de que nada le hubiera pasado a la luz de sus vidas.

Después de intercambiar unas pocas palabras más, Nora tuvo que despedir a Connie, ya que debía volver a clases. Greg se sentó en la sala a ver las noticias, mientras Nora se dirigió a su habitación para ver cómo estaba Lápiz.

Lápiz despertó una hora después, aún aturdida por lo ocurrido. Sus ojos empezaron a enfocar mejor, pero de pronto el pánico la invadió. “¿Qué es este lugar? ¿Dónde estoy? ¿Me capturaron de nuevo?” pensó angustiada. Justo cuando su respiración se aceleraba, Nora entró en la habitación con un vaso de agua.

— Me alegra que ya te sientas mejor — dijo Nora, con una suave sonrisa.

— Nora... — respondió Lápiz, más calmada — ¿Qué es este lugar? ¡¿Dónde está Jaspe?!—

Nora soltó una leve risa — Tranquila, estás a salvo aquí. Jaspe ya no puede hacernos daño. Toma, te traje un poco de agua... No sé si te ayudará, pero... — le ofreció el vaso.

— ¿Gracias...? — Lápiz hizo levitar el agua, haciéndola girar lentamente en el aire antes de suspirar — Nora... no deberías haberte arriesgado por mí. Sólo causo problemas—

Nora se sentó junto a ella en la cama y, con un tono dulce, respondió — Oh, mi Lápiz... No me importa arriesgarme si eso significa que puedo verte feliz. Mientras yo esté aquí, no volverás a ser víctima de nadie nunca más, lo prometo—

Las palabras de Nora llenaron a Lápiz de una calidez inesperada. Su sonrisa, sin embargo, titubeó por un momento — Pero... ¿qué se supone que haga ahora? No puedo regresar al Planeta Madre, me destruirían. Y... este lugar... ya pasé tanto tiempo atrapada aquí—

— No te preocupes por eso. Conozco un sitio donde podrías quedarte, al menos por un tiempo. Ven — dijo Nora, levantándose y ofreciéndole la mano.

Nora llevó a Lápiz a la torre de la Diosa Lunar. A pesar de que el sol comenzaba a asomarse, el cielo aún reflejaba la magia de la noche, bañando la torre con su belleza. Lápiz miraba asombrada mientras Nora la guiaba hasta la cima.

— Aquí es. Este lugar tiene unas vistas increíbles. Será perfecto para ti mientras encontramos algo más.

— ¡Por mi diamante, Nora! ¡Este lugar es perfecto! — exclamó Lápiz, eufórica — Es tan amplio y está lejos de todo... Muchas gracias—

— Todo sea por ti, mi Lápiz — dijo Nora con una sonrisa cálida.

— Mm... respecto a eso... — Lápiz bajó un poco la mirada, nerviosa — En la batalla con Jaspe, cuando dijiste que yo era tu Lápiz... bueno...—
.

.
— Ah... lamento si te incomodó, no era mi intención — respondió Nora, algo apenada — No lo diré más si... —

— ¡No! — interrumpió Lápiz rápidamente — O sea... no es que me incomode. S-si tuviera que pertenecerle a alguien... me encantaría que fueras tú — murmuró, alzando la mirada tímidamente con un ligero sonrojo en las mejillas.

“¡Haaaaaa! ¡Es tan linda! ¡Me muero! Ok, Nora, respira... mantén la calma y actúa cool” pensó Nora, luchando por contener su emoción.

— Jeje... pues, a mí me encantaría s-ser tu dueña, Lápiz — intentó decir Nora, pero sus nervios la traicionaron — B-bueno, creo que te dejaré tranquila... acomódate bien, linda. Volveré pronto — terminó diciendo apresuradamente, dando media vuelta.

Salió rápidamente de la plataforma y bajo las escaleras, dejando a la gema con una sonrisa y el rostro aún más sonrojado. Lápiz no podía creer cómo todo había cambiado tan drásticamente. Después de siglos atrapada en un espejo, ahora se encontraba en esta hermosa torre, acompañada de alguien que parecía apreciarla de verdad.

— No me importaría... ser completamente tuya — susurró Lápiz melancólicamente, mirando el horizonte con una pequeña sonrisa.
.

.
Al regresar a la ciudad, Nora vio a las Crystal Gems recogiendo los escombros que la nave había dejado tras su destrucción. Decidida a ayudar, se inclinó para recoger algunas piezas, pero fue interrumpida rápidamente por las Gemas.

— No te preocupes, yo me encargo — dijo Garnet, levantando con facilidad un gran trozo de escombro.

— Mm... está bien, iré a hacer otra cosa — murmuró Nora.

— Ah, Nora, suelta eso. Podrías lastimarte — intervino Perla, quitándole suavemente un trozo de metal que había recogido.

— Pero... ok, supongo — respondió Nora, un poco confundida.

— ¡Eres muy lenta, Nora! ¡Sal de la cancha! — exclamó Amatista, arrebatándole los escombros antes de que siquiera pudiera cargarlos.

— ¡Ya basta! ¿Qué les pasa hoy? ¿Por qué quieren que me haga a un lado?—

Las tres Gemas se miraron entre sí. Perla hizo un gesto para hablar, pero Garnet la detuvo, se acercó a Nora, agachándose hasta su altura, y le puso una mano en el hombro, hablándole con suavidad.

— No queremos apartarte, Nora. Nos preocupamos por ti. Acabas de pasar por algo muy intenso. Nosotras estamos acostumbradas a esto; nacimos y vivimos en tiempos de guerra. Pero tú no — dijo con  calidez — Tú eres especial, Nora. Eres mitad gema, mitad humana, y eso te hace única. Pero cargar con tanto estrés no es bueno para ti—

Garnet se levantó con calma y continuó — Por ahora, nos gustaría que te relajes un poco, como lo haría cualquier adolescente de tu edad. Déjanos esto a nosotras, ¿sí?—

Nora suspiró, dándose cuenta de que tenían razón. Había estado bajo una presión constante, sabiendo lo que se avecinaba y sintiéndose cada vez más ansiosa por lo que podría suceder. Apenas había dormido o comido bien en estos últimos días, y era evidente que seguir así sólo la dañaría más.

"Steven lo pasó muy mal en "Future" por el estrés postraumático, y eso que él no sabía lo que iba a pasar... Quizá sea mejor que me tome un descanso."

— Está bien. Gracias por preocuparse por mí — dijo Nora, con una sonrisa agradecidab— Iré a dar un paseo por la ciudad, necesito despejarme un poco—

Tras despedirse de las Gemas, Nora se marchó en dirección a la ciudad , paso por la gran rosquilla en dónde saludo a los encargados , aunque aun sentia algo de pena al ver como Sadie intentaba evitar hacer contacto visual con ella . Tras una caminata paso por la pizzería de los Coffe.
.

.
" Hace tiempo que no salgo con las chicas, sería bueno pasear un rato con ellas"

Nora entró a la tienda, y las hermanas Coffee la recibieron con un abrazo cálido. Después de una breve conversación sobre lo que ocurrió en la playa y cómo la nave se estrelló cerca de su casa, Nora, que sentía cierta confianza con las gemelas, decidió compartirles un poco más de lo sucedido.

— ¡Vaya, eso debió ser aterrador! —exclamó Nikki cuando escuchó que había sido secuestrada.

— ¡Ja! Ojalá tener tus poderes mágicos para patearles el trasero a esos alienígenas —dijo Jenie, lanzando una patada al aire de forma cómica— ¡Nadie se mete con mi cabeza de repollo! —agregó mientras abrazaba a la rulosa.

— Jajaja, oye, ahora que tienen tiempo libre por la remodelación, ¿qué les parece si salimos? —sugirió Nora, separándose del abrazo.

— ¡Qué gran idea! —respondió Jenie sacando su celular— Le mandaré un mensaje a los chicos, a ver qué dicen —

— Preferiría que fuéramos solo nosotras. No me siento muy cómoda cuando somos muchos —intervino Nikki, un poco más reservada.

— De todas formas, los chicos no van a poder —dijo Jenie tras mirar su teléfono— Crema Agria tiene un “concierto” y Bob está pasando tiempo con su abuela—

— Qué pena. Bueno, entonces nos vemos aquí esta noche, ¿les parece?—

— ¡Sí! ¡Vamos de parranda! —exclamó Jenie, emocionada.

— Yo me encargo de preparar unas micheladas para llevar —añadió Kikki con una sonrisa para luego ser abrazada por su hermana.

Con el plan en marcha, Nora se despidió de las hermanas y salió rumbo a su casa. Pero antes, hizo una parada en la tienda de la esquina para comprar algunas golosinas y refrescos para la tarde. Al llegar a casa, se puso un bikini rosado de dos piezas y alistó su toalla. Vivir cerca de la playa tenía sus ventajas: podía disfrutar del sol y las olas cuando quisiera. Después de una tarde relajante en la playa, decidió volver a casa para alistarse para la salida con las chicas. Justo cuando estaba a punto de llegar, su celular vibró.

--------------------------------------------

💕Mi canelita de pasión💕:

-¿Estás libre mañana? Las clases se cancelaron porque la profesora dejó la ciudad

---------------------------------------------

"En serio, cuánto la amo. Tal vez podamos ir al parque de diversiones… No, espera. ¿Por qué no matamos dos pájaros de un tiro?"

--------------------------------------------

Tu :

-¿Estás libre ahora?😉

💕Mi canelita de pasión 💕:

-Sí, mis padres acaban de salir por su aniversario. No volverán hasta la medianoche y yo debo quedarme estudiando, pero si quieres podemos hacer una llamada😊

-------------------------------------------

Nora sonrió aún más. Un plan comenzó a formarse en su cabeza. Dejó las cosas en su casa, subió a León y puso rumbo a casa de su amada.

Connie intentaba concentrarse en sus estudios, repasando lo último que había aprendido en el colegio. Sin embargo, su atención constantemente se deslizaba hacia el celular, esperando con ansias un mensaje. Finalmente, la notificación que tanto deseaba apareció en la pantalla.

------------------------------------------

Nora Universe:

-Amor, mira x tu ventana 😋

Tu:

- Mi ventana ?🧐

-----------------------------------------

Connie se levantó rápidamente de su escritorio y se asomó por la ventana. Abajo, en el primer piso, vio a Nora, que la miraba con una sonrisa traviesa. Antes de que pudiera decir algo, Nora dio un ágil salto y entró directamente a su cuarto por la ventana.

— ¡Nora! —exclamó Connie, sorprendida— Jajaja, ¿por qué vinist...? O-oh... P-pero... ¿p-por qué estás en... en bikini? — Su voz temblaba, y trató de apartar la mirada, aunque sus ojos insistían en volver a la imagen de Nora. Su rostro se encendió en un tono carmesí.

— Quería que mi novia me viera en traje de baño —dijo Nora, acercándose lentamente, con una sonrisa  picara— ¿O acaso no te gusta? —susurró, mirándola a los ojos mientras se inclinaba levemente hacia ella.
.

.
— ¡Por Dios, claro que sí! —balbuceó Connie, sintiendo cómo su corazón se aceleraba— Q-quiero decir... te ves... increíblemente hermosa —añadió, sin poder evitar que sus ojos recorrieran cada centímetro de su cuerpo.

— Awww, ¿quieres un abrazito? —preguntó Nora, avanzando hacia ella como un depredador que acecha a su presa.

— Y-yo... —Connie tragó saliva, completamente desarmada.

— Jajaja, solo bromeo —dijo Nora, dándose la vuelta de manera coqueta, dejando que su cabello ondeara ligeramente— Jenie y Kikki me invitaron a salir esta noche, y pensé que sería perfecto si mi novia nos acompañara de parranda—

Connie intentaba recuperar la compostura, pero algo en su interior se removió al ver la figura de Nora de espaldas, con el bikini ajustado resaltando cada curva. Sentía una mezcla de emociones nuevas y desconocidas para una adolescente de su edad, como si se hubiera encendido una chispa en ella.

— Haaa... Me parece... bien —respondió Connie, sin poder apartar los ojos de Nora, su rostro se encendia aún más por las ideas intrusivas en su cabeza.

La morena sentía cómo su corazón latía más rápido de lo que debería. "¿Qué te pasa, Connie Maheswaran? ¡Contrólate! Es solo un bikini, ¡has visto cientos en la playa!", se decía a sí misma, intentando mantener la compostura. Pero, por alguna razón, el simple hecho de que Nora lo estuviera usando hacía que todo fuera... diferente.

"¡Es solo Nora en bikini! ¡Nada fuera de lo común!", se repitió, aunque sus ojos seguían pegados a su novia. Luego, su mente empezó a divagar. "Aunque… ese bikini le queda muy bien… Y si me acerco un poco más, tal vez pueda ver… ¡¿Qué demonios estás pensando, Connie?! ¡Por favor, céntrate!".

Miraba a Nora de reojo, tratando de no ser tan obvia, pero sentía cómo su cara se encendía cada vez más. "Esto no tiene sentido. ¿Por qué mi cerebro está en modo de emergencia? ¡Es solo mi novia! Pero... ¿Por qué se ve tan bien? No, espera… ¿Por qué quiero acercarme? ¡NO! ¡Basta, Connie, Calmate!"

Nora, consiente del pequeño colapso mental de Connie, se estiraba despreocupadamente, sonriendo como si nada. Y eso solo hacía las cosas peores.

"¿Cómo puede estar tan tranquila? ¡Ella está en bikini en mi cuarto! Y yo estoy aquí, completamente en caos interno. Si tan solo... ¡No! ¿En qué clase de película romántica cursi me he metido?", pensaba Connie, casi al borde de un colapso mientras sentía su cara arder aún más.

Nora finalmente la miró y le lanzó una sonrisa traviesa. —¿Todo bien, Connie? —preguntó, inclinando la cabeza.

"¡No, claro que no estoy bien! ¡Estoy a punto de desmayarme porque te ves increíble en ese maldito bikini!", gritaba Connie en su mente. Pero lo único que salió de su boca fue:

—¡S-sí! Todo perfecto… jejeje… —La risa nerviosa no la ayudaba en lo más mínimo.

Mientras Nora se acercaba juguetonamente, Connie pensaba: "Estoy perdida. Totalmente perdida…"

— Entonces, ¿me acompañarás esta noche? —preguntó en un susurro jugueton mientras sus labios quedaban peligrosamente cerca de los de Connie.

— ¡S-sí!... espera, ¿qué? ¿Adónde? ¿Esta noche? ¿Quien es Connie?—respondió rápidamente la morena, confundida por la mezcla de sensaciones que la abrumaban.

— Jajaja, ven acá, tontita —rió Nora, tomandola de la mano y llevándola fuera de la habitación.

Subieron a León, y Nora, sin dudar, la hizo sentarse justo detrás de ella, lo que permitió que sus cuerpos estuvieran pegados. Connie sintió el calor de la piel desnuda de Nora contra ella, un contacto que le producía una extraña electricidad en todo el cuerpo, pero que, por nada del mundo, iba a rechazar.

Una vez llegaron a casa de Nora, esta se giró hacia Connie y le pidió que esperara mientras se cambiaba. Connie observó cada movimiento, su mirada atrapada en la silueta de Nora hasta que desapareció en la escaleras. Al poco tiempo, Nora regresó ya vestida y ambas volvieron a subirse a León, rumbo a la pizzería.

Cuando llegaron a la pizzería, vieron a las hermanas Coffie esperándolas en el estacionamiento. Jenie agitaba los brazos con entusiasmo mientras Kikki sonreía tranquilamente.

— Chicas, les presento a mi novia, Connie —dijo Nora con una sonrisa, sosteniendo la mano de Connie.

— H-hola, un gusto conocerlas —respondió Connie, un poco tímida bajo la mirada curiosa de las hermanas.

— ¡Así que esta es Connie! —exclamó Jenie con una sonrisa divertida— ¡Ya era hora de que la trajeras!—

— ¡Sí! Ya pensábamos que no querías presentarnos —agregó Kikki, riendo.

Nora sonrió mientras las hermanas bromeaban. Después de los saludos, todas subieron al auto de Jenie, que tenía un diseño de pizza, y salieron a la carretera.

Mientras conducían, Nora notó algo raro a lo lejos: un brillo verde intenso. Se acercaron y vieron la nave de Peridot, en medio de un campo.

— ¡Miren eso! —dijo kikki emocionada, señalando la nave.

— ¿Qué es eso? —preguntó Jenie, bajando la velocidad.
.

.
— Es la nave de Peridot —explicó Nora— ¿Que les parece si vamos a verla antes de que las cristal gems se la lleven?—

Sin pensarlo mucho, Nora bajó del auto y se acercó a la nave circular. Connie la siguió, algo nerviosa pero llena de curiosidad. Las hermanas también se unieron, y todas comenzaron a bromear lansando rocas y a jugar alrededor de la nave, riendo y disfrutando el momento.

Nora encendió una bengala dentro de la nave y está se dispara hacia en cielo dejando una gran señal. No pasó mucho tiempo antes de que las Crystal Gems aparecieran para llevarse la nave.

De vuelta en Ciudad Playa, cada una de las chicas se fue a su casa, pero Nora insistió en acompañar a Connie. La noche estaba tranquila, y las luces de las calles apenas alumbraban el camino mientras caminaban juntas.

Cuando llegaron a su casa, Nora no la dejó simplemente en la puerta. En lugar de eso, la miró con una sonrisa traviesa. Sin decir una palabra, la levantó delicadamente en brazos.

— ¡Nora! —susurró Connie, entre risitas nerviosas — ¿Qué estás haciendo?—

Nora la miró con dulzura — Solo asegurándome de que llegues bien a casa, mi amor —murmuró con una sonrisa juguetona.

Luego de un salto llegó a ventana en la habitación de Connie,  procurando no hacer ruido para que los vecinos no se dieran cuenta. Una vez dentro, Nora la dejó suavemente en el suelo, sus manos rozando por última vez la cintura de Connie antes de soltarse.

— Buenas noches, mi amor —dijo Nora en voz baja, inclinándose para dejar un beso en su frente antes de saltar por la ventana.

Con la mirada aún fija en el lugar por donde Nora se había ido, Connie susurró suavemente:

— En serio te amo, Nora Universe—

Tras una intensa semana de investigación, las Crystal Gems finalmente decidieron poner en marcha un plan para localizar a la gema fugitiva. En una de sus reuniones, llegaron a la conclusión de que la mejor oportunidad de encontrar más información sobre el trabajo de Peridot sería revisando la guardería. Lo que las chicas no sabían era que Nora había estado escuchando todo en secreto.

Desde el escape de la prisión, las Gems habían dejado a Nora fuera de sus misiones, ni siquiera se habían tomado el tiempo de visitarla. Frustrada y sintiendo que la estaban dejando de lado, Nora decidió ir a hablar con ellas.

— ¿Crees que venga a buscarnos? —preguntó Perla, visiblemente inquieta.

— Peridot vino a la Tierra para monitorear el progreso de los inyectores — respondió Garnet — Nosotras no éramos su prioridad. Lo mejor será ir a investigar a la guardería—

Al escuchar esas palabras, Nora no pudo contenerse más. Inmediatamente reconocí el capítulo en el que estaba, sin pensarlo dos veces, salió de su escondite, interrumpiendo la conversación y sobresaltando a las Gems.

— ¿Qué? ¡¿Se están yendo a una misión sin mí?! —exclamó, con los ojos brillando de emoción.

— ¡Nora! —dijeron Amatista y Perla al unísono, sorprendidas de verla ahí.

— Chicas, sé que han intentado mantenerme alejada de todo esto... pero créanme, ya me siento mucho mejor. ¡Por favor, Garnet, déjame ir con ustedes! —imploró Nora.

Garnet la observó en silencio. Llevó una mano a sus gafas, como si fuera a usar su visión del futuro para confirmar lo que debía hacer. Pero en el último momento, se detuvo. Durante los últimos meses, había aprendido algo importante sobre Nora: no importaba cuántas veces tratara de predecir su futuro, Nora siempre hacía algo inesperado. Cambiaba el curso de los eventos, torcía el destino de maneras que Garnet no podía prever. Recordaba con claridad lo que había ocurrido con Lápiz Lazuli. En el enfrentamiento contra Jaspe, cuando había intentado ver el futuro, en casi todas las visiones Lápiz se fusionaba con Jaspe, creando una fusión peligrosa y llena de odio. Incluso si las Crystal Gems se fusionaban para luchar, no podían detenerla, y en el mejor de los casos, Lápiz arrastraría a Jaspe al fondo del océano.

Pero, de alguna manera, Nora había cambiado ese destino. Lápiz ahora estaba tranquila en la Torre Lunar, y Jaspe se encontraba perdida en las profundidades del océano, lejos de ser una amenaza. Y Garnet sabía que eso no fue una coincidencia. Nora había sido la clave para evitar ese caos.

— Está bien —dijo Garnet finalmente, su voz firme pero con una ligera sonrisa— Adelante, puedes venir con nosotras—

— ¿Qué? ¿Estás segura, Garnet? —intervino Perla, visiblemente preocupada— Habíamos dicho que esperaríamos unas semanas antes de...—

— ¡Oye! Ya dijo que sí, déjala en paz —interrumpió Amatista.

— ¡Gracias, chicas! Prometo que no las decepcionaré —exclamó Nora.

Después de intercambiar algunas palabras más, las cuatro subieron al portal y llegaron a la guardería. El lugar estaba en ruinas, pero se pusieron a buscar pistas por todas partes, sin éxito. Nora, mientras deambulaba entre los escombros, notó algo moverse entre las rocas. Tras unos segundos, la gema verde, Peridot, apareció ante ella.

— Ugh… tú otra vez. ¿Y las otras? ¿Están contigo? —preguntó Peridot, nerviosa.

Nora pensó rápido, " ¡Ja! Y pensar que ella será la que ... Un momento, si la atrapo ahora, puedo evitar que cause más problemas en el futuro. Sería tan fácil…"

De repente, una idea brillante cruzó por su mente.

— ¡Oh, no puede ser! ¡Mira! ¡ES DIAMANTE AMARILLO! —gritó Nora, señalando dramáticamente detrás de Peridot.

— ¡¿QUÉ?! ¡MI DIAMANTE! —exclamó Peridot, girándose rápidamente mientras formaba el símbolo del diamante con sus extremidades robóticas.

Aprovechando el momento, Nora creó su escudo con rapidez y se preparó para lanzarlo con todas sus fuerzas contra la desprevenida Peridot. Tenía una oportunidad perfecta, no había error de cálculo, su objetivo justo frente a ella.

Pero en el último segundo, algo la detuvo.

"Espera… si la atrapo ahora, cambiaré demasiado el canon. Aún necesitamos trabajar juntas para el Cluster. Si la derroto ahora, nunca confiará en mí… No puedo hacerlo."

Ese instante de duda fue suficiente para que Peridot se diera vuelta, disparando con su blaster. Nora apenas logró levantar su escudo a tiempo, pero el impacto la mandó volando por el aire.

— ¡Nora! —gritó Perla desde la distancia.

Mientras Peridot intentaba escapar, Amatista y Perla corrieron tras ella, pero la gema verde fue más rápida y logró escabullirse, desapareciendo en el cielo.
.

.
Nora se levantó con esfuerzo, lista para unirse a la persecución, pero se detuvo al ver a Garnet levantando un enorme trozo de escombro.

— ¡Garnet, no tenemos tiempo, se va a escapar! —exclamó Nora, frustrada.

— Está claro que estaba aquí por una razón. Será mejor averiguar qué buscaba —respondió Garnet, retirando el escombro para revelar una entrada subterránea.

Nora suspiró, resignada. "Ah, Garnet… la curiosidad mató al gato", pensó, pero decidió seguirla hacia la base subterránea que habían destruido anteriormente.

Al llegar, la escena fue aterradora. Varios tubos llenaban el lugar, y de ellos emergían mutaciones de gemas monstruosas, fusionadas a la fuerza con los restos de gemas caídas en la guerra. El horror en los ojos de Garnet era palpable, y antes de que pudieran reaccionar, una de esas abominaciones la atrapó.
.

.

— ¡Garnet! —gritó Nora, mientras esquivaba un ataque de otra criatura.

El pánico estaba claro en el rostro de Garnet. Las voces de miedo y confusión la abrumaban, casi desfusionándose por la angustia.

— ¡Garnet, escúchame! —gritó Nora, con desesperación en su voz— Sé que esto es aterrador. Sé que te sientes perdida y asustada, pero no estás sola. ¡Yo estoy aquí! Amatista y Perla también están contigo. El Planeta Madre no puede entender lo increíble que eres porque tú eres lo que ellas nunca podrán ser: ¡Eres la representación del amor, Garnet! ¡Eres fuerte, valiente, generosa… Eres una guerrera, no dejes que esto te rompa!

Las palabras de Nora penetraron en Garnet como un rayo de luz. Poco a poco, sus manos temblorosas dejaron de moverse. Con un grito de determinación, Garnet se liberó de la abominación, golpeándola con fuerza hasta que la criatura se desmoronó.

Nora se unió a ella, ayudándola a derrotar al resto de las mutaciones. Con esfuerzo, lograron encapsular a todas las gemas monstruosas en burbujas. Finalmente, la amenaza fue contenida.

— Nora… gracias —dijo Garnet, respirando con dificultad. Su voz temblaba con una mezcla de alivio y gratitud— Es curioso… pensé que yo era quien debía protegerte, pero tú terminaste salvándome—

— Siempre estaré para ti, Garnet —respondió Nora, con una sonrisa tierna mientras la abrazaba— No tienes que cargar con todo tú sola—

Después de un momento, se separaron y, con un suspiro de alivio, Garnet asintió.

— Vamos. Es hora de buscar a las demás —

————————————————

Autor: Y con eso, concluimos el episodio de hoy. ¡Soy un gran fan de la relación entre Nora y Connie! De hecho, hablaremos más sobre ellas en los próximos dos episodios. En el fanfic original en el que se basa este remake, se incluía el capítulo "Jura ante la Espada" como parte de este episodio. Sin embargo, creo que ese capítulo tiene un gran potencial para la trama, por lo que he decidido hacer un episodio especial dedicado a él. Espero que hayan disfrutado el episodio de hoy. ¡Un beso y un abrazo!

Autor: Solo tengo una pregunta para ustedes mis queridos lectores ...

LÁPIZ LAZULI, ¿SI O NO ? :

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top