C2 : Brillo de gema y desayuno juntas
Pasaron unos días después del incidente del ojo, y todo parecía estar volviendo a la normalidad. Al menos, eso pensaba. No fue hasta que pasé por la tienda de la Gran Rosquilla que las cosas tomaron un giro inesperado. Normalmente, solo voy allí a comprar bebidas y alguna que otra golosina, pero lo que escuché esta vez me sorprendió.
-Oye, Nora, ¿cómo va todo? Sabes... la mayoría de la gente dice que tu familia tuvo algo que ver con el incidente en la playa, y pues... -dijo la joven recepcionista con un tono cauteloso.
-Todo tranquilo, linda. Solo fue un pequeño problema que las Gemas de Cristal resolvieron. ¿Tienes algo nuevo que probar? -respondió Nora con calma.
-No, no nos han traído nada nuevo este mes, pero deberías llevarte las últimas Gato Galletas. Me informaron que cancelaron su producción, así que prácticamente son las últimas que quedan disponibles.
-¿En serio? Bueno, entonces dame... -Nora se detuvo abruptamente.
"Un momento, ¿no se suponía que la cancelación de las Gato Galletas era parte del primer episodio? Si el ojo gigante apareció primero, eso significa que los eventos no están ocurriendo en el mismo orden que en la serie... Solo espero que esto no me cause muchos problemas."
-Dame solo una, algo me dice que tendré Gato Galletas para rato.
Después de hacer mis compras, me dirigí a casa. Greg estaba trabajando en el autolavado, así que solo me quedaba hacer la tarea y limpiar un poco.
-Bueno, si lo pienso bien, esto es bueno. El ciempiés gigante y el escudo... Ok, lo tengo -decía para sí misma mientras comía un sándwich helado.
-¡Noraaa! -Se escuchó un grito a lo lejos-. ¡Nora! Descubrimos que tus Gato Galletas las descontinuaron del mercado -dijo Amatista, entrando a la casa junto a las otras Gemas.
-Tranquila, Amatista. Supongo que no hay mucho que hacer. Eran buenas, pero por algo habrán decidido quitarlas.
-No esperaba esa respuesta, especialmente después de que fuimos a comprar todas las Gato Galletas que encontramos por ahí -dijo Perla, asombrada por la madurez de Nora.
-Oye, no me digas que robé todos esos helados por nada -se quejó Amatista.
-Yo regresé para pagarlos -aclaró Perla.
-Agradezco mucho el gesto, chicas. Las guardaré hasta que me las acabe o se echen a perder -dijo Nora mientras recibía el paquete con helados- Las meteré en la nevera.
Nora tomó una galleta y se dirigió a la sala donde estaban las chicas. "Bueno, hora del espectáculo", pensó mientras comía la galleta. Concentrándose lo suficiente, pudo sentir una corriente recorriendo su cuerpo hasta llegar a su ombligo. Luego de eso, su gema comenzó a brillar.
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De ella se proyectó un escudo rosado con adornos de una rosa.Al aplicar un poco de presión, el escudo salió disparado, rebotando por todos lados hasta romper la ventana de la casa. Este evento dejó sorprendidas y emocionadas a las Gemas, especialmente a Perla.
-¡Nora, hiciste un escudo! ¡Tu arma es un escudo! -exclamó Perla, visiblemente emocionada.
Intentando fingir entusiasmo, Nora respondió -¿En serio? Vaya, genial. Y... ¿ahora qué?
-¿Puedes hacerlo de nuevo? -preguntó Perla, casi saltando de emoción.
-Mmm... lo intentaré -dijo Nora, fingiendo esforzarse.
Nora conocía bien la teoría de cómo invocar su arma; de hecho, lo había hecho en muchas ocasiones a escondidas de todos. Practicaba desde los diez años. Steven basaba su poder en sus sentimientos, algo que a Nora le resultaba muy fácil, ya que se consideraba más "madura" en comparación. Había practicado durante años con la finalidad de estar lista para los futuros eventos. Tras fingir esfuerzo, Nora logró invocar un segundo escudo, esta vez apareció en su brazo.
-¡Lo logré! En serio es un escudo, y saben, es más fácil de lo que pensé.
-¡Esto es maravilloso, una escena sin precedentes! ¿Qué dices, Garnet? -exclamó Perla, mirando a su líder.
Garnet permaneció inmóvil. -Mmm... sí... está bien, me alegra.
Había algo en Nora que Garnet no comprendía del todo. Gracias a su capacidad para ver el futuro, Garnet podía visualizar diferentes escenarios donde los sucesos podían ser negativos, positivos o incluso neutros. En esta escena en particular, Garnet había visto dos rutas: en una, Nora se emocionaba tanto por sus Gato Galletas que, tras una canción, su gema brillaba e invocaba el escudo, pero luego no lograba hacerlo de nuevo; en la otra, Nora cantaba sobre las Gato Galletas, comía una, y nada sucedía. "¿Me habré equivocado?" fue el pensamiento que cruzó por la mente de Garnet.
-¡Oye, ahora sí eres una Cristal Gem de verdad! No es que no lo fueras antes, pero... -Amatista fue interrumpida por un temblor que resonó en la casa.
Al salir por los gritos de la gente, Perla pudo ver a un enorme ciempiés gema escalando el templo mientras rociaba ácido a los lados.
-Es la Madre Ciempiés. Sus crías han sido un problema durante estos días. Acabemos con esto de una vez -dijo Perla mientras invocaba su arma.
Una vez que todas estuvieron en posición, Garnet gritó -¡Gems, al ataque!
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Las tres se lanzaron hacia el monstruo, atacando desde distintos ángulos, mientras Nora observaba desde la distancia. De repente, Amatista dejó de luchar y saltó hacia donde estaba Nora.
-¡Vamos, Nora! Ese escudo nos podría ser útil -dijo Amatista, jalándola del brazo.
-E-espera... Ok, ¡vamos! -exclamó Nora, corriendo hacia la playa.
Al llegar, Nora quedó asombrada al ver a las chicas en plena batalla. Sin pensarlo, lanzó su escudo hacia el monstruo. Las Gemas se sorprendieron al verla unirse, pero no dejaron de luchar.
-¡Nora, mantén tu distancia al atacar! -gritó Perla, justo antes de invocar dos lanzas que atravesaron el abdomen del monstruo.
"Wow... En serio, nunca me canso de esto. Son increíbles, no importa que cada una sea un problema por resolver."
Cuando el ciempiés se preparaba para lanzar su saliva corrosiva hacia Perla, Nora reaccionó rápidamente, lanzando su escudo y cerrando la boca del monstruo con el impacto. Sin detenerse, creó otro escudo y se plantó frente a Amatista, cubriéndola de las enormes garras y protegiéndola del golpe.
-¡Lo estás haciendo genial, chica! -celebró Amatista.
-N-ni tanto, no puedo atacar ni acercarme... -suspiró Nora-. ¡Terminen con esa cosa rápido!
Perla, al notar que Nora estaba agotada, decidió tomar una apuesta arriesgada. Lanzó una lanza hacia el costado del monstruo y luego invocó dos más, cortando una de las patas izquierdas para desestabilizarlo. Mientras tanto, Garnet golpeaba ferozmente el lado derecho. Una vez que el ciempiés quedó sin su pierna izquierda, Garnet lo golpeó con toda su fuerza, mientras Amatista lo jalaba con sus látigos hasta que finalmente lograron voltear a la bestia, dejándola sin poder recomponerse.
Viendo esto, Nora lanzó su último escudo, ya exhausta. Garnet lo atrapó en el aire y lo usó para clavarlo en la gema central del ciempiés, haciendo que este explotara.
-Nada mal para... -respiró profundamente- mi primera misión oficial... ¿no? -preguntó Nora, jadeando.
-Amiga, ¡lo hiciste excelente! -la animó Amatista.
-No estuvo mal, pero hay mucho que debemos mejorar, empezando por tu postura al... -Perla comenzó a decir, pero fue interrumpida antes de que pudiera empezar con su sermón.
-Estuviste fantástica -dijo Garnet, levantando el pulgar.
-¿Puedo hacer lo de la burbuja?
-Mmm... claro, ¿por qué no? -dijo Perla, finalmente cediendo.
Nora tomó la gema del monstruo y, con un fuerte deseo, logró formar una burbuja a su alrededor. Con un solo pensamiento, decidió el lugar ideal para enviarla y, al tocarla, la burbuja se transportó.
"Bien, sin dolor de estómago ni idiotes y media. Hoy fue más agotador de lo que pensaba, pero al menos ahora las Gemas me ven como parte del equipo."
Tras la batalla, las Gemas fueron directamente a la casa de Nora para celebrar su primer triunfo y su integración al grupo. Esa noche, Greg llegó a la casa con pizza para continuar la celebración.
Al día siguiente, Amatista llegó a la ventana de Nora transformada en un búho. Al verla, Nora se acercó y abrió la ventana con curiosidad. Amatista no dijo nada, solo le entregó una carta antes de alzar el vuelo nuevamente. Nora observó la caligrafía cuidada y asumió que debía ser de Perla.
Al llegar al templo, no pudo evitar admirar la belleza del lugar. Sin la cabaña, el templo se veía más místico y elegante, casi como salido de una leyenda mística. Mientras se acercaba al hueco en la montaña, divisó una puerta en la pared, cerca del portal por donde las gemas solían transportarse.
"No me molesta no tener la cabaña aquí, lo único que habría podido hacer sería abrir la puerta de Rose. Y la verdad, ese lugar me da miedo," pensó Nora mientras esperaba.
Tras unos momentos, la puerta se abrió revelando la habitación de Perla, quien salió lista para recibirla.
-Buenos días, Nora. ¿Estás lista para esta incursión? -preguntó Perla.
-Ya me preguntaba yo por qué vine un fin de semana. Bueno, está bien, después de todo nunca he visto el templo por dentro -dijo sintiéndose más animada.
-Eso es porque nunca estuviste interesada en venir -respondió Perla con un tono ligeramente apático.
-Discúlpame, pero lo único que recuerdo es escuchar a cierta persona decir "Es muy peligroso para una humana" -replicó Nora con una sonrisa pícara.
-Tú... Ash... solo pasa -resopló Perla, resignada.
Tras la breve discusión, Nora y Perla entraron en la habitación. A su alrededor, enormes plataformas de agua formaban cascadas interminables, mientras grandes pilares acuáticos se elevaban y desvanecían ante sus ojos. Entre ellos, había unos pilares principales que sostenían pequeñas lagunas en el centro.
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-Perla... Cómo que te gusta mucho el agua, ¿no? -comentó Nora, impresionada por el entorno.
-¿Tú crees? Bueno, no te fijes en pequeñeces. Comencemos con tu lección sobre el templo -dijo Perla, aclarando su garganta antes de continuar- Primero, cada cuarto en el templo tiene un propósito manifestado por su dueña. Por ejemplo, este cuarto permanecerá aquí siempre y cuando yo exista.
-Ok, creo que lo entiendo... ¿Qué es eso que está ahí abajo, en el fondo? -preguntó Nora mientras se acercaba al borde del pilar.
-Todos los cuartos en el templo están conectados de alguna forma. Al fondo, se encuentra el cuarto de Amatista. ¿Quieres ir a verlo?
-¡Claro! Pero, ¿cómo bajamos? -preguntó intrigada.
-Así -respondió Perla, empujando a Nora sin previo aviso hacia una de las columnas de agua. Los gritos de desesperación de Nora resonaron hasta que aterrizó en la pequeña laguna en el fondo.
Empapada y furiosa, Nora salió del agua solo para ver a Perla descender con elegancia por la parte interna de la columna.
-Vaya, no escuchaba a alguien gritar tanto desde la segunda... -empezó a decir Perla.
-¡¿Qué demonios te pasa, Perla?! ¡Casi me da un infarto! -exclamó Nora, visiblemente alterada.
-Creí que te gustaban las emociones fuertes, mi error -respondió Perla con una pizca de picardía.
Perla y Nora continuaron explorando una enorme cueva llena de montañas de basura humana, hasta que encontraron a Amatista acostada sobre una pequeña montaña de desechos, comiendo pizza mientras las esperaba.
-Hey, chicas, ¿qué hacen? -saludó Amatista despreocupadamente.
-Hola, Amatista. Perla me estaba dando un recorrido por el templo, solo pasábamos por aquí -respondió Nora.
-Voy con ustedes, estoy aburrida de todos modos -dijo Amatista, levantándose para unirse a sus amigas.
Durante el trayecto, Amatista aprovechó para mostrarle toda su habitación a Nora, que en palabras de ella, solo eran "cerros y más cerros de basura." Luego de un tiempo andando, finalmente dieron con una pared que tenía un pasadizo de forma cuadrada.
Sin muchas opciones, las tres avanzaron por el pasillo, sus pasos resonando suavemente hasta llegar a un cuarto insólito. Las plataformas flotantes que llenaban la sala parecían formar un camino hacia lo desconocido.
-¿Por qué está ese cuarto ahí? -preguntó Nora.
-Mm... bueno, verás...-intentó explicar Perla, con algo de duda en su tono.
-La verdad, ya olvidamos para qué sirven la mayoría de los cuartos-interrumpió Amatista sin el menor reparo, provocando una mirada de desaprobación de Perla, mientras Nora soltaba una pequeña risa.
Después de caminar un rato, sin rumbo y con la oscuridad envolviéndolas, llegaron al centro del templo. Ante ellas, un gigantesco corazón de cristal rojo latía con un ritmo profundo y resonante.
-Wow..., ¿es el corazón del templo? -murmuró Nora, impresionada.
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-Así es, Nora. Es crucial que no lo toques, es extremadamente delicado y podrías meterte en un problema serio-advirtió Perla con firmeza.
-Vaya, parece que esto será otro de esos misterios que nunca se resuelven-Nora apartó la mirada del corazón, un poco frustrada.
-Creo que es momento de salir. Garnet está por terminar una misión y querrá que estemos listas para cualquier cosa-dijo Perla, girando sobre sus talones.
"Es el pergamino misterioso", pensó Nora, recordando el episodio.
-¿Puedo ver el pergamino misterioso?-preguntó con entusiasmo.
-Mm... ¿Cómo sabes que es un pergamino?-Perla la miró con sorpresa.
-Mmm... lo mencionaste antes- dijo Nora, nerviosa.
-Ja, qué raro, juraría que nunca...-Perla comenzó a responder, pero Nora la interrumpió rápidamente.
-¡Por favor, ¿puedo ir a verlo?! Prometo que no molestaré-suplicó Nora, acercándose a Perla con ojos de perrito mojado.
-Está bien, pero debes estar súper callada-aceptó Perla, suspirando.
Se desviaron por pasillos y ductos, hasta llegar al cuarto de Garnet, donde la líder atrapaba un pergamino negro en una burbuja, mientras este se consumía lentamente en llamas. Nora, emocionada, se tapó la boca para no interrumpir.
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Garnet se acercó al grupo con calma y habló.
-La gema está burbujeada y creo que Nora ha aprendido algo del templo hoy.
-Sí, Garnet. Es más, me pregunto... ¿qué es ese papel en la burbuja? -preguntó Nora mientras observaba con fascinación las llamas en su interior.
-Es único en este mundo. Solo debes saber que está contenido y que ya no causará más daño. Mejor salgamos de aquí, Nora aún no ha desayunado-dijo Garnet con una pequeña sonrisa.
Garnet las condujo fuera del templo, donde la luz del día las recibió. Nora decidió seguir el consejo de Garnet y se preparó un desayuno ligero, bastante diferente al festín diabético de Steven, optando por cereal integral con leche de almendras.
Mientras comía, las Crystal Gems la acompañaban en silencio, hasta que Amatista, sin poder contenerse más, lanzó la pregunta que había estado rondando en su mente.
-Oye, Nora, ¿te imaginas tener la habilidad para abrir la puerta de Rose? Ja, sería raro, ¿no?-preguntó con una sonrisa.
-¿El cuarto de mamá? Bueno, tengo curiosidad, pero me daría mucha tristeza entrar ahí, así que por ahora no tengo prisa en intentarlo-respondió Nora con tranquilidad , fingiendo una ligera tristeza.
Las otras dos gemas miraron seriamente a Amatista, quien entendió al instante que no era el momento adecuado. Las tres acordaron en silencio no volver a tocar el tema de la habitación, al menos no mientras Nora estuviera presente.
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