43
Lo sé!!
Dos semanas sin actualiza, debería de suicidarme, pero bueno...
Seré honesta, no sé como escribí este capitulo, ni si quiera sé si contribuye algo a la trama, llegué a un punto en donde la historia estaba en su mejor punto que se me acabaron las ideas, y lo sé, subi una nueva historia, pero porque tenía ganas y la inspiracion para esa historia.
Merezco morir, pero no hoy, por ahora me encuentro escribiendo el capitulo 44 y me doy cuenta de que falta muy muy muy muy poco para terminar esta mier... digo, historia :u
Sin más que decir leean esta cosa :''u pero les advierto que no yo supe como rayos terminé escribiendo todo esto.
(Narra Leonard)
—¿¡Qué se supone que fue eso!? —preguntó Wesh tomándome a la fuerza. Nos encontrábamos de nuevo en el bosque, yo estaba completamente herido y ante la presencia de mi sangre Jason estaba peor, había corrido por el bosque en busca de sangre—¡Si tan solo hubieras dejado que hiciera un plan, ese idiota ya estaría muerto!
—¡Se metió con William, estas loco si piensas que lo iba a dejar hacer algo como eso! — exclamé intentando alejar a Wesh, pero era inevitable, él estaba enojado y yo herido, no me quedaba más opción que escuchar palabras estúpidas de esa voz tan irritante—¡No lo entenderás porque la mujer que amas es una traidora!
—¡Esa no es razón para poner a Jade en peligro! —exclamó enojado por la ultima parte de mi oración, no era un secreto que Wesh al ver el poco interés que Amelia le ponía buscó a otra persona, siempre había sido así, un maldito egoísta que solamente quería ser amado con desespero—. Solamente eres un infeliz que vela por sus propios intereses, no lo pensaste, ¡te dije que me hicieras caso, que era una trampa, y ahora haces esto, poniendo en juego a las personas que amamos, a nosotros y linaje que la familia Norte!
—¿Tienes personas a las cuales amar Wesh? —pregunté en un intento de hacerle frente, pero solamente recibí una mirada fría y la indiferencia de Wesh. Sabía que había sido egoísta, sabía que había puesto en juego muchas personas, pero no me importaba, un millón de vidas no eran valiosas al lado de William, ni siquiera Jade.
—Será mejor regresar y hacer un plan—contestó dejándome caer al suelo. Realmente estaba destrozado, nunca había sentido como un arma satánica destrozando mi cuerpo, pero era doloroso, más tratándose de las nuevas, me seguía sorprendiendo como Near había regenerado sus heridas después de horribles ataques.
—No hay nada que planear, solamente debemos darle a Jade y matarlo en cuando estemos cerca, así nos evitamos que ataque humanos e intente revivir a sus padres, aunque no importa que tenga preparado, el cuerpo humano de Jade no podrá resistir—dije al sentir como mi cuerpo se recuperaba poco a poco, en esos momentos era cuando más extrañaba a mi rubio y sus poderes sanadores.
—¡Estás loco! —exclamó— ¡No puedes entregar así como si nada a Jade!, tu misma lo acabas de decir, Jade no podrá resistir a lo que Near tenga planeado, lo mejor será buscar otra manera, si pusieras atención a lo que te digo te darías cuenta de que no es imposible, solamente necesitamos un plan, así como el plan que usamos al matar a tu padre, así como el plan para capturar a Sky, no podemos improvisar, de lo contrario solamente estás poniendo en riesgo nuestras vidas— habló poniéndose en contra de mi decisión, aunque él tenía algo de razón, solamente estaba poniendo en riesgos sus vidas, pero no podía pensar con claridad, no podía dejar de pensar que si no entregaba a Jade, entonces William estaría en las manos del monstruo de mi hermano.
—Entonces hagamos una apuesta— dije con peligro en mis palabras, si algo en algo era conocido Wesh era por su pasión por las apuestas, había salido muy rico de Las Vegas en varias ocasiones—. Te dejaré hacer tu estúpido plan, te dejaré que guíes a los hombres que quieras, pero el único que debe de morir es Near, si dejas que Jade muera entonces habrás perdido, pero si logras salvarla entonces ganas.
—¿Qué es lo que ganaré? —preguntó interesado por la apuesta.
—Dinero, joyas, un auto, lo que quieras, todo lo que desees, incluso regresaré tu titulo como consejero de los Sangres Puras, te daré un titulo, serás un noble y olvídate de ser un Gitano, tendrás la eternidad resuelta— contesté a su pregunta, aunque no pude ver confianza en su mirada.
—¿Cómo lograrás devolverme mi antiguo trabajo? —volvió a hacer una pregunta, aunque no me molestaba contestar ese tipo de dudas.
—Por eso mismo, si yo gano, si Jade muere, si no eres capaz de salvarla, entonces yo regresaré a mi puesto como legitimo gobernante de la sociedad de vampiros, y tu serás de nuevo mi consejero y no mi Gitano, al mismo tiempo, volverás a tener mi confianza—contesté a su pregunta y pude ver como en la inmensa oscuridad del bosque, sus ojos comenzaban a brillar—. Pero si Jade vive, entonces haré lo que tú quieras, de todas formas, ganas en todas.
—Entonces si Jade muere tu regresas a ser el líder, y si Jade vive yo tendré un nuevo asistente, bueno, debo de admitir que no me gustaría que alguien tan insensato gobernará una civilización completa, los vampiros hemos vivido a la sombra de los humanos y alguien como tu sería capaz de hacernos salir a la luz, apuesto que serías capas de cruzar esa delgada línea— lo pensó un poco antes de extender su mano en mi dirección— Acepto.
(Narra Jade)
Lagrimas, eran lo único que salían de mis ojos al ser curada en silencio por William, él cual apenas podía mirarme, no por el hecho de estar desnuda, si no porque mi cuerpo estaba destrozado, apenas podía respirar, el dolor se ocupaba de impedirlo. Solamente podía verme en el espejo, ver como una silueta en forma de luna decoraba mi cuello era doloroso, finalmente había encontrado la imagen del dolor, la tristeza y la esclavitud, la luna a la cual le tenía respeto, había sido testigo de como me habían arrebatado mi libertad, de como mi cuerpo había sido mancillado y de como una promesa a un antiguo amor era rota, por las manos de otro hombre.
—No puedo creer que haya dejado que esto pasara— se lamentó William con un tono de voz entre tristeza y rabia—. El joven se excedió, no pensé que fuera ese tipo de persona.
—¿Qué tan grave es? —pregunté con miedo de mirar, solamente cerré los ojos, dejando que mis oídos me anunciaran la noticia más desgarradora que alguna mujer puede recibir.
—No podrás tener hijos— hizo una pausa para poder tomar aire, era difícil decir algo para una persona con tanto que vivir, aunque ya no era mi caso, en esos momentos, más que nunca, deseaba estar muerta. William solamente pudo escuchar un grito lleno de dolor salir de mi boca, al igual que un río de tristeza inundar mis ojos. Dolía, dolía escuchar que me habían arrebatado el don de dar vida, dolía que por culpa de un imbécil estuviera sufriendo, por culpa de alguien al que me habían advertido alejarme—. Todo está roto, apenas puedo encontrar el útero y las trompas están rotas, ni hablar de los ovarios, es como si un tubo de metal hubiera atravesado tu vagina y destruyera todo— susurró mientras su mano pasaba por mi cuerpo curando poco a poco las heridas—. Realmente lo lamento...
—¡Sáname rápido! —exclamé en un llano lleno de dolor—¡Sáname y así logro matar a ese maldito! —grité retorciendo mi cuerpo en la dura cama, sintiendo como en mi cuerpo las heridas exteriores eran lentamente curadas, sintiendo como se creaba nueva piel en mi cuerpo, sintiendo como las cicatrices que formaban—¡Hazlo rápido! —supliqué con agonía, no podía dejar de llorar, no podía dejar de sentir odio.
—No puedo dejar que mates a un Sangre Pura, eso no solucionará nada— contestó algo indiferente. Fue cuando me di cuenta de que lado se encontraba Wililam.
—¡Pensé que éramos amigos! —exclamé con el rostro lleno de lágrimas, de mi boca salía un llanto desgarrador, estaba completamente asustada, no sabía que hacer, lo único que me mantenía consiente era el dolor y el odio que había nacido en mi por la familia Norte—. ¡Déjame cortar sus cuellos, déjame liberarte, déjame liberarnos! — exclamé, supliqué y lloré, pero William solamente había mantener la vista baja, ignoraba mis lágrimas, pero en esa misma expresión pude ver el dolor que mis lagrimas de causaban. No era que Will no quisiera ayudarme, pero no era fácil corromper lo que él era, no podía desobedecer una orden, de lo contrario el sería el único en sentir las consecuencias.—¡Sáname rápido! —exclamé en un llano lleno de dolor—¡Sáname y así logro matar a ese maldito! —grité retorciendo mi cuerpo en la dura cama, sintiendo como en mi cuerpo las heridas exteriores eran lentamente curadas, sintiendo como se creaba nueva piel en mi cuerpo, sintiendo como las cicatrices que formaban—¡Hazlo rápido! —supliqué con agonía, no podía dejar de llorar, no podía dejar de sentir odio.
—No puedo dejar que mates a un Sangre Pura, eso no solucionará nada— contestó algo indiferente. Fue cuando me di cuenta de que lado se encontraba Wililam.
—¡Pensé que éramos amigos! —exclamé con el rostro lleno de lágrimas, de mi boca salía un llanto desgarrador, estaba completamente asustada, no sabía que hacer, lo único que me mantenía consiente era el dolor y el odio que había nacido en mi por la familia Norte—. ¡Déjame cortar sus cuellos, déjame liberarte, déjame liberarnos! — exclamé, supliqué y lloré, pero William solamente había mantener la vista baja, ignoraba mis lágrimas, pero en esa misma expresión pude ver el dolor que mis lagrimas de causaban. No era que Will no quisiera ayudarme, pero no era fácil corromper lo que él era, no podía desobedecer una orden, de lo contrario el sería el único en sentir las consecuencias.
—Por favor guarda silencio— suplicó en un susurro—, solamente déjame curarte, hallaremos una forma de quitarte esa marca— mintió, lo cual me dolió aún más que las heridas en mi cuerpo. Pude sentir como mis heridas eran un poco más lentas en sanarse, supuse que William lo hacía a propósito. Dolía, dolían en todos los sentidos.
—¡Sabes cual es la forma de quitar una marca! —exclamé en agonía por el inmenso escozor que recorría mi cuerpo—. ¡Solamente necesito cortar el cuello de ese maldito!
—Claro, por esa misma razón no puedo dejar que lo hagas, sé que si lo lograrías, porque en tu vida pasada mataste al padre de Leonard, y tu padre mató a mi creador, pero no puedo arriesgarme a que el linaje de la familia Norte desaparezca— explicó un poco más exaltado, pude sentir como si William se estuviera dividiendo en dos, en lo que su mente y protocolo de creación quería y lo que su corazón quería. Pero no necesitaba que tuviera un problema existencial en esos momentos, necesitaba a un amigo que me ayudara a borrar esa marca, necesitaba que William más que nunca mi amigo, necesitaba que dejara de lado que era el mayordomo de una asquerosa raza.
—Por favor— volví a suplicar. Parecía que solamente podía hacer eso, llorar, sentir dolor y suplicar por piedad—. William, no me hagas querer suicidarme— esta vez hablé un poco más bajo, pero el sollozo seguía siendo igual de intenso—, sé cómo romper una marca, existen muchas formas, pero prefiero mil veces cortar el cuello del monstruo que me quitó la experiencia de ser madre.
Ante esas palabras, William pudo comprender lo grabe que había sido, lo doloroso que era decir que no sería madre, que nunca podría dar vida, era cruel que ni William con sus poderes sanadores pudiera regresarme ese don, así que el rubio no tuvo más opción que aceptar mis condiciones. Esa tarde, había cuidado de mí, me brindó ropa y sanó mis heridas profundamente, sentir como las heridas se cerraban fue una experiencia tortuosa, pero a la larga pude comenzar a moverme sin dolor.
William me mantuvo ese día escondida, me proporcionó alimento y ropa, me cuidó como mi madre lo hacía cuando me peleaba con los vecinos, dulce y con mucho cariño. Pude escuchar en ocasiones como la voz de Justin golpeaba las paredes llenas de rabia, William se había hecho el ciego ese día, me mantuvo bajo el castillo en una habitación debajo de la suya, una especie de habitación de pánico estaba abandonada, muy vieja, pero pude dormir un poco más tranquila al saber que no me encontrarían ahí.
—¿Hijos? —preguntó en una risa Violetta, le fue inevitable ver a Jason con burla. Si en algo conocía a Jason era en lo poco cooperativo y despreocupado que era, le había sorprendido cuando el castaño le dijo que sonaba bien la idea de procrear —. Estás loco, no puedo tener hijos si sostengo una espada, además, admitámoslo, eres muy malo con los niños.
—Hablo en serio, ya te hice una marca, supongo que tener hijos no suena a una mal idea —contestó Jason ante la poca fe que tenía su amada de él.
—La marca fue un acuerdo mutuo Jason —se acercó a él para poder rodearlo del cuello, tomó impulso con sus piernas y dio un brinco, abrazando las caderas de Jason con sus piernas, como si se tratara de un koala. El castaño la sostuvo de las caderas y le regaló un casto beso, dulce y lleno de amor —. Quedamos en estar juntos por siempre, pero no sé si podremos cumplir esa promesa —dijo con preocupación.
—No digas eso Viole —se apresuró a decir Jason con un tono melancólico, dolía que su amada dijera algo como eso.
—Ahora eres un vampiro 'clase A', pero ahí no termina, seguirás evolucionando hasta que no quede nada de humano en ti, entones tendrás que matarte y no estaré lista para ese momento, además, aunque encontremos la cura ya tendré unos ochenta años —se explicó rosando su nariz con la de Jason, un acto que hizo que la conversación fuera menos seria.
—No te presiones —la volvió a besar, asegurándose de apretar un poco los glúteos de Violetta, haciendo que esta cortara el beso para darle un golpe en el pecho, ganándose la coqueta risa de Jason —, de seguro te verás sexy a los ochenta— bromeó ganándose un golpe que Violetta, golpes que solamente causaba cosquillas en lugar de dolor. Fue la risa que tanto había enamorado a Violetta lo que la hizo enojar más.
—Sigue haciendo esa clase de bromitas y te voy a castrar— habló con una voz nada juguetona, una mirada fría y bajando de los brazos de Jason.
Jason se alejó de ella, guardando la suficiente distancia para no morir y admirar a su novia, la cual tenia un pequeño sonrojo en sus mejillas, al parecer la idea de tener hijos con él no le sonaba tan mal después de todo.
'Ni siquiera puedo hacer eso como reencarnación'
Dije en mi mente al volver a abrir los ojos, había visto uno de los recuerdos de Violetta, no sabía lo que quería decirme con eso, pero no iba a matarme pensando. Cuando desperté me di cuenta de que William no estaba conmigo, el dolor ya no era tanto, la habitación donde me encontraba escondida estaba vacía, así que me tomé un tiempo para ponerme de pie.
Había pasado todo el día y la noche escondida de Justin, en una habitación individual que se encontraba debajo del castillo, un tipo de refugio, pero muy parecido a una habitación de motel barato, no había muchos lujos, pero si contaba con una cama, baño, un armario, una pequeña estufa y un radio viejo. William había pasado todo el día curándome hasta el punto de quedarme dormida. Cuando pude ponerme de pie me di cuenta de que ya tenía ropa, un enorme camisón color blanco que me llegaba hasta la rodilla y un short corto, ni siquiera me puse a pensar de quien era o de donde William la había sacado.
'Que no sean de Leo, que no sean de Leo, que no sean de Leo'
Me repetí una y otra vez mientras caminaba despacio hacia el baño, cuando entré pude ver otro cambio de ropa, esta vez mi ropa, así que me tomé una larga y refrescante ducha, me sirvió para poder pensar un poco mejor las cosas, derramar un par de lagrimas y quitar la sangre que aún tenía en mi cuerpo.
Cuando salí me cambie de rompa y me sequé el cabello, en el armario se encontraba un viejo peine así que me dediqué a desenredar mi cabello. En ese mismo armario se encontraba un espejo, haciéndome recordar la vez que supe que era una reencarnación, había sido un día igual de trágico.
Suspiré al tener ese recuerdo en mi cabeza, así que supe que no tenía más opción que hablar con Violetta, tal vez ella sabría que hacer, o tan siquiera hacerme enojar por otra cosa.
—Libertatem— pronuncié mirando mi reflejo, pude apreciar también como la marca de Violetta salía y como la de Justin comenzaba a brillar junto con la de mi brazo, era muy doloroso ver como mi cuerpo ya no era tan mío. Al poder liberar a Violetta, su reflejo sustituyo el mío, aunque no había mucha diferencia, salvo por los ojos y el cuerpo voluptuoso que ella tenía, fuera de eso, éramos idénticas.
—Hola Jade— me saludó con un rostro igual de triste.
—¿Sabes lo que sucedió ayer? —pregunté al borde de las lágrimas. Estaba cansada de llorar, ya no quería hacerlo, pero me era inevitable. Ante mi pregunta Violetta solamente pudo suspirar y guardar un poco de silencio.
—Compartimos alma Jade, y pude sentir como te arrebataban parte de ella— contestó con un tono de voz algo melancólico. Fue cuando comprendí que Violetta si podía sentir empatía—. Lo lamento tanto, no estuve para protegerte, ni Jason para protegernos, me hace pensar que nuca debí de ponerte es esta situación.
—¡Eso no importa ahora! —exclamé mirando finalmente su rostro—¡Necesito que me digas cómo mataste a Vicente Gravez para poder matar a Justin!
—No puedes matarlo—contestó dejándome sorprendida. Sabía que no iba a aceptar, pero literalmente me estaba diciendo que, aunque lo intentara, no podría cortar el cuello de ese maldito—. Tu padre y yo solamente tuvimos suerte de poder matar a un Sangre Pura, fue un trabajo en equipo y tu estás marcada por él, eso te restringe mucho, además en tu estado no podrás manejar un arma— se explicó un poco más, pero de igual forma seguía en negación.
—¡Tu palabra no tiene valor en esta circunstancia— contesté con rabia—¡Tú lo tuviste todo, eras la mejor en la espada, una cazadora extraordinaria, tu marca fue un trato de amor entre Jason y tú, podías tener hijos con Jason, lo tenías todo! —exclamé golpeando el espejo sin llegar a romperlo, solamente logrando un rostro lleno de terror en Violetta—¡No puedes decirme que debo o no debo hacer, siempre has querido dominarme pero no es tu vida, es mi cuerpo, mi alma y yo tengo el control! —exclamé golpeando un poco más fuerte, esta vez mi mano pudo sentir como el cristal se rompía poco a poco—. ¡Dime como demonios matar a ese anima!
Mi voz fue en aumento, realmente estaba desesperada, tanto que incluso Violetta pudo ver mi tristeza detrás de mi furia. Al volver a ver al espejo, pude apreciar como Violetta derramaba lagrimas de sus hermosos ojos color verde, al verla llorar el mismo sentimiento inundó mis ojos, el dolor en mi hombro, el dolor en mi cuello y el ardor en mi brazo fue incrementado gracias por esas lágrimas.
—¡Te odio! —exclamé llorando— ¡Te odio maldita, si no hubieras reencarnado todo estaría bien, me hubiera importado una mierda ser pariente de Near o Jason, me hubiera quedado con Arturo y estaría terminando la universidad para poder tener una vida norma! —me lamenté mirándola a los ojos, su rostro seguí indiferente, pero sus lagrimas eran honestas, ambas podíamos sentir el dolor, la culpa y la falta de libertad—¡Ya no sé quien soy! —grité derramando un terrible llanto, solamente pude quedar recargada en el espejo y desahogarme hasta el punto en que ya no quedaran lagrimas que llorar.
—Si tanto lo deseas, entonces toma una espada, espera a que se distraiga, busca un punto ciego y corta su cuello, pero no te frustres si fracasas, te enfrentas a un Sangre Pura, no a un Fenómeno— confesó finalmente—. Debo agregar que esa noche solamente maté a Vicent Graves porque tuve suerte, todos estaban atacando al mismo tiempo y se descuidó un segundo, fue ese segundo el que selló el fin de aquel vampiro, si deseas quitarte esa marca entonces debes de ser rápida y dejar de lado tu odio, de lo contrario, no importa que arma que tomes, pues esta no cortará.
Al tener lo que tanto quería pronuncie la palabra 'Recurrit', haciendo que Violetta volviera dentro de mi cuerpo. No lo pensé dos veces para limpiar mis lágrimas, respirar el aire frio de la habitación y tomar el valor suficiente para salir. Subí por unas escaleras con dolor en mi vagina, seguía destrozada, William no había rescatado mucho, el dolor había desaparecido, pero me dificultaba caminar correctamente, como si mi cuerpo tuviera miedo de romperse. Cuando salí del sótano, me encontré con la habitación vieja de William, se encontraba vacía y no se sentía ninguna presencia. Caminé alerta de cualquier cosa, busqué en el viejo armario alguna espada, fue cuando comprendí que al parecer todos los cazadores tenían un fetiche con guardar armas en el armario, tener un terrible guarda ropa y hacerme la vida imposible.
Tomé la espada, no era la mía, pero servía de algo, me quité mis zapatos y peiné mi cabello en forma de molote, y no, no me refiero al platillo, me refiero a un peinado que sostendría mi cabello para no estorbar. Cuando estaba lista, atravesé la puerta y corrí. Comencé a correr hasta donde se encontraban los Sangres Puras, cuidando de no ser observada por la servidumbre, corrí por los pasillos y me escondí unos segundos para no llamar la atención. Mis pies no hacían ruido, había aprendido gracias a Wesh como quitar el peso de mis pies y correr como si se tratara de una brisa, pero nunca me enseñó combate de cuerpo a cuerpo, pero no voy a desquitarme con él, mejor les digo que corrí hasta llegar a una enorme habitación, la cual se encontraba cerrada por una enorme puerta, pude escuchar como había risas y el tintineo te una cuchara en una taza, voces familiares y la asquerosa voz de Justin. No tardé mucho en abrir la puerta.
El factor sorpresa no ayudó mucho, toda la atención se fijó en mí, o bueno, más bien en la marca en mi cuello.
Sin esperar una invitación, corrí en dirección a la mesa, salté en esta, derramando en el mantel los postres que se encontraban degustando, miré a Justin con un rostro fulminante, y como si se tratara de una partida de fútbol, comencé a lanzar los postres al rostro de Justin, este mismo acto hizo que se pusiera de pie, dio un gruñido y se alejó de la mesa. Mientras que sus padres y la maldita de Amelia solamente hacían un escándalo llamando de Will.
Al ver que esos monstruos eras indefensos, me abalancé contra Justin, saltando se la pesa, tomando mi espada con ambas manos, tomando fuerza en el aire, quedando sobre Justin, pude ver su punto débil, él había dudado un segundo, así que no tardé mucho y aproveché ese segundo para encajar mi espada en uno de sus hombros. Un grito salió de su madre, Amelia solamente se cubrió los ojos y sollozó misericordia mientras me llamaba 'perra', por otro lado, el padre de Justin, me tomó por la fuerza, se confió un poco, así que tomé de igual forma la espada y la enterré en mi cuerpo, haciendo que solamente Damien recibiera el ataque, no llegué a lastimarlo, pero si lo dejé indefenso.
Cuando dejé en el piso al padre de Justin, regresé a atacar a Justin, movía mi espada con agilidad concentrándome solamente en cortar su cuello, aun así, a pesar de que solamente lo hacía retroceder y rasguñar sus brazos, con los cuales se protegía, él no atacaba.
Fue en ese momento en el que comprendí que se estaba haciendo la víctima, y fue ese microsegundo que bajé la guardia, la que me hizo quedar paralitica.
—¡Detente! —exclamó Amelia, fue en ese momento en el que dejé de tener control sobre mi cuerpo, fue cuando me caí en cuenta que había sido paralizada por el poder de Amelia—¿¡Quien dejó entrar a esta humana!? —preguntó con el tono de voz de una niña asustada, sus manos temblaban falsamente y unas lagrima se asomaban en sus ojos.
—Yo— contestó Justin enfrentándola—. ¿Acaso no ves que lleva consigo su marca!? —agregó exclamando con fuerza. Amelia hizo una expresión triste, entre sorprendida, decepcionada y a punto de llorar, por otro lado, Justin era el mejor actuando, parecía como si estuviera defendiéndome.
'Maldito hijo de puta'.
—¿Qué? —preguntó Amelia, pude sentir como mi cuerpo era liberado un poco de la presión, supuse que esas palabras habían infectado tanto en Amelia que había debilitado sutilmente su poder— Pero...— susurró al borde de las lágrimas— ¡Pero tengo tu marca!
Justin río un poco, después negó con la cabeza y sus piró un poco.
—¿Quieres apostar? —pregunto confiado. Yo solamente podía gruñir con odio, ante esas palabras mi cuerpo volvió a ser aprisionado por el poder de Amelia, permitiéndome difícilmente respirar—. Escucha bien Amelia, si me quito la camiseta y enseño mi espalda a mis padres, entonces podrás ver quien miente, debemos de recordar que tuve sexo con Jade, lo que quiere decir que, por ese acto, la marca que supuestamente te debería de regresar al que otorgó la marca, en otras palabras, si yo te hice la marca que tanto presumes, entonces aparecerá en mi espalda— explicó muy detalladamente, aunque no era necesario, ya nos sabíamos esa parte de las marcas.
—¡Ya basta! —exclamó la madre de Justin aproximándose al cuervo adolorido de su esposo (hermano). No había causado un gran daño, solamente estaba algo adolorido porque no apunté bien, pero tampoco era para tanto, un par de horas y estaría como nuevo— ¡Esa maldita humana ha sido un estorbo desde que puso un pie en este castillo, no pudiste cometer un acto tan infantil! —exclamó mirándome déjelos con odio, pude sentir como su mirada me penetraba, un miedo recorrió mi cuerpo, pero al mismo tiempo no pude hacer gran cosa, Amelia me mantenía paralitica, no podía dar mi versión de los hechos, no podía decir que ese maldito me había violado.
—¡Cállate madre, no tiene valor tu palabra! —exclamó el castaño—. Amelia ha estado mintiendo a todo el mundo diciendo que tiene mi marca, ella hizo pacto con alguien para que le hiciera una marca falsa, pero yo nunca la toqué y tengo las pruebas— habló con soberbia y comenzó a desprenderse de su ropa superior, sin preocuparse de dejarla caer al suelo. Cuando finalmente se quedó sin camisa, dio vuelta y se pudo ver una espalda llena de rasguños, pero sin marca alguna.
'Yo no hice eso'.
Dije para mí, pues en mi estado no podía ni abrir la boca o respirar con normalidad, mucho menos poder defenderme o tomar el hilo dorado para romper el hechizo. Estaba completamente indefensa.
—No pude ser...—susurró la madre de Justin, mientras que su padre se ponía difícilmente de pie. Si algo odiaba de los Sangres Puras, era que cualquier rasguño ya era una herida mortal, lo cual era estúpido, pues eran inmortales.
De un momento a otro, las miradas acusadoras y asesinas fueron en dirección de Amelia. La pobre princesita no hizo más que mostrar un rostro lleno de pánico, al parecer su plan había salido mal.
—Amelia...— la nombró el padre de Justin—. ¿Puedes explicarnos que fue lo que hiciste? —preguntó con un tono de voz adolorido, se pudo escuchar un respingo de Amelia. Pude apreciar un silencio muy teticro, y de un momento a otro, Amelia tomó fuerza y me estrelló contra la pared, haciendo que mi espalda impactara contra el concreto, dejándome no solo un dolor inmenso, si no también sin aire.
Justin enseguida me levantó, pero me negué a que me tocara, quería matarlo, pero no era el lugar correcto, Amelia había corrido fuera de la sala y no tuve opción que perseguirla, después de todo, ella también era culpable, culpable por despertar el alma de Violetta en mi cuerpo, culpable por orillar a Justin a marcarme, culpable por ser una hija de puta.
Corrí detrás de ella, a pesar de su largo vestido iba a paso rápido, y al conocer mejor el castillo, me dejaba un par de metros detrás. Fue en una curva que ambas dejamos de correr, pues un peli plateado la había sujetado con fuerza. La castaña forcejeaba, intentando librarse de la mano fuerte de Wesh, pero era inútil, ella era débil.
—¿A dónde tan rápido pequeña zorra? —preguntó con un rostro que me hizo estremecer.
Era la primera vez que veía el rostro lleno de odio de Wesh, sus ojos ardían como el infierno y no pude evitar sonrojarme al ver lo varonil que se veía. Gracias a esos pensamientos, mis marcas causaron un dolor en mi cuerpo, y Wesh vio mi cuerpo mancillado. Su rostro lleno de sorpresa y preocupación hizo alborotar mi corazón por un instante.
'Ahora no por favor'
—Jade...—me nombró con preocupación—. ¿¡Quien fue!? —exclamó sin solar a Amelia, al contrario, parecía que iba a romperla en dos.
—W-Wesh, me lastimas— se quejó con una voz inocente, como si realmente le hiciera daño.
—¡Cállate! — gritó tomándola sin delicadeza—. Debemos de tener una reunión con todo el consejo.
Después de eso, Wesh encerró a Amelia en una habitación, dejando también un conjuro sobre la recamara, previniendo que Amelia saliera o se escapara, pasó la tarde hablando con los lideres de las familias, pero al no estar Leonard tuvo que hablar con William, el cual me reprimió por escaparme del refugio, pero me dio igual.
La noche volvió a caer, me quedé en la misma habitación de William, pero ya no me sentía segura, tuve que pedirle a Wesh que pusiera una barrera protectora para que nadie de la familia Norte entrara, no quería ver a Justin, aún no me perdonaba por no haberle cortado el cuello. Violetta tenía razón en algo, aún no estaba lista para matar a un Sangre Pura.
William entró finalmente, él era el único que podía pasar la barrera.
—Lamento haber pensado que podría borrar esta marca— dije mientras las sabanas me cubrían, no quería ver los ojos de William, él había hecho mucho por mi y yo le había agradecido actuando a sus espaldas.
—No fue tu culpa— suspiró cansado. Si algo conocía a William era que tanto estrés causaba sueño en él—, mañana llega Leo con Jason, al parecer Jason tuvo un ataque y está evolucionando algo rápido, las medicinas ya no ayudan mucho, así que una vez que Leonard lo paralice estarán de vuelta, tendrás que ocultar esa marca a no ser que quieras liderar con el estúpido de Jason— habló con una voz algo ronca, sin duda el sueño le estaba haciendo efecto, tardó mucho en acostarse a mi lado.
—Me siento inútil—confesé en un susurró—. Se supone que en mi vida pasada maté a un Sangre Pura, mi padre igual, y Wesh me enseñó a dominar la espada, ¿por qué ahora mi cuerpo es tan inútil?
—Acabas de recuperarte, es obvio que no puedas hacer con agilidad las cosas que podías hacer antes— contestó tomando una parte de las sabanas para cubrirse de igual modo, procurando, dándome la espalda, supuse que no se sentía cómodo al compartir cama con alguien que no fuera Leo.
—Por ejemplo... ¿ser fértil? —pregunté escapando un ligero llanto ahogado, intenté no llorar o sentir tristeza, pero en un descuido había mostrado debilidad.
Escuché un suspiró de William y pude sentir como me abrazaba por la espalda, haciendo con nuestros cuerpos como cucharas.
—No pienses en eso— contestó ocultando su rostro en el espacio de mi cuello y hombro—. Si en algo son buenos los humanos es en no perder la esperanza, así que descuida, podrás tener hijos, solamente dame tiempo para mejorar las pastillas...— habló suavemente mientras poco a poco se quedaba dormido.
—Espero y funciones— susurré cerrando mis ojos.
Al salir el sol tendría que enfrentarme de nuevo a Jason.
Tan Tan, es todo por hoy.
Espero que les haya gustado, lo hice con amor y algo de sudo, la verdad no sabía que subir en este capitulo, pero al final creo que salio algo bueno(?
Perdonen faltar ortográfica, ando media desvelada por pasarme la noche haciendo aretes y pulceras, ya le estoy agarrando la onda.
Nos vemos en el siguiente capitulo 7u7.
Pero por haberme tardado tanto les voy a dejar un extra de la pareja que tanto aman.
¿Quien quiere ver a Will con lencería?
7u7
..................EXTRA..................
—Oye William— lo nombró Leonard entrando a la cocina.
—¿Qué sucede? —preguntó William dejando de lado los sartenes que se encontraban sobre la estufa. El rubio se encontraba haciendo un platillo que había sacado de Internet.
—¿Qué estarías dispuesto a hacer por amor? —preguntó sin rodeos aproximándose al rubio.
—Supongo que quieres un favor—contestó algo cansado, los 'favores' de Leo era muy especiales—. ¿Qué quieres que haga?
—Bueno... es solo si quieres— hizo una pausa antes de continuar—. Ayer estaba por la cuidad y había una tienda de juguetes sexuales y pensé que...
—¡No! —exclamó William negándose a las ideas indecentes de su novio—. Ni loco, es lo que odio de ti, siempre soy el pasivo y tus nunca sedes.
—Oye no hablemos de quien tiene el control en esta relación, y no te iba a sugerir usar ese tipo de juguetes, lo que te quería decir es que compré ropa para que la uses— se excusó con agilidad, probocando en el rubio un sonrojo.
—¡Es lo mismo! — volvió a exclamar, esta vez poniéndole más atención a la comida que preparaba que a su propio novio.
—Claro que no— rio un poco ante el rostro lleno de pena del rubio—. No voy a atarte o azotarte ni nada parecido, solamente es una prenda, y no es la gran cosa, es un suéter sin mangas que llega hasta los muslos y en la espalda tiene un orificio que llega hasta tu trasero.
—¿¡Por qué carajos quisieras verme en trasero!? —preguntó lleno de vergüenza, ganándose una risa traviesa de Leonard, quien se aproximó peligrosamente a su rubio para apretar ese durazno que se posaba en su espalda baja.
—Vamos, la pregunta ofende— bromeó besando la nuca de su novio, dejando un pequeño beso húmedo sobre la nuca.
—¡Leonard! —gritó en un gemido lleno de frustración— ¿¡Me dejarás terminar de cocinar si me pongo esa cosa!? — preguntó con el ceño fruncido, en parte le divertía que Leo jugara con él un poco, ya saben, salir de la rutina, pero le molestaba mucho lo insistente que era su novio.
—Cariño, no es necesario que dejes de cocinar, ¿qué tal si lo usas mientras preparas la comida? —propuso con una sonrisa coqueta—. Si lo haces entones te comparé todos los ingredientes que desees, incluso quitaré mi consola para volver el sótano una bodega llena de ingredientes.
Esa idea no le sonaba nada mal al rubio, después de todo, un almacén para experimentar con la gastronomía no le sonaba tan mal, solamente debía de ponerse la ropa y fin.
—Deacuerdo— contestó con entusiasmo.
William se fue a la recamara, donde se encontraba la prenda, se despojó de su ropa y se colocó la reveladora prenda que su novio había comprado.
Se miró al espejo y no había duda, realmente tenía un trasero tentador, pero lo que no le gustaba era que revelaba mucho su rosado durazno, sus piernas se encontraban descubiertas y si pequeña cintura resaltaba, haciendo aparentar anchas caderas.
Pudo apreciar como de igual forma sus mejillas se sonrojaban, le era difícil creer que su novio tuviera ese tipo de fantasías.
Con la cabeza en alto, un rostro cual tomate y solamente una ligera tela cubriéndolo, caminó por el pasillo y llegó a la cocina, donde su novio lo esperaba ansioso en una de las barras de la cocina.
—No hagas nada extraño...—susurró dándole la espalda para volver a dirigirse a la estufa—. Recuerda, un almacén de alimentos— le recordó tomando el cuchillo de forma amenazante. Leonard solamente pudo asentir y evitar reír, su novio realmente se veía sexy.
Fue tanta la tentación de ver a su novio al descubierto, siendo solamente restringido por esa delgada tela que Leonard no lo resistió más. Con todo el silencio del mundo y cuidando se que William no sintiera su presencia, se escabulló detrás de Will para quedar a su espalda, el rubio se encontraba tan concentrado en el platillo que ignoró por completo a Leonard, pero pudo sentir l peligro al sentir la mano cálida de su novio sobre uno de sus glúteos.
—¡Oye! —exclamó dándose la vuelta para poner sus manos en el pecho de Leonard, haciendo que tomara distancia—, no hagas eso— susurró sin poder mirar sus ojos azules—, es demasiado vergonzoso.
Esa simple oración hizo rebosar el corazón del ojiazul, William casi nuca mostraba ese lado débil y sumiso, no pudo resistirse a tomarlo de la cintura, acercarlo a su pecho y abrazarlo un poco. William aceptó con pena el abrazo, estar en entre los brazos de Leonard era reconfortante, pero la mágica se acabó cuando el más alto comenzó a acariciar el trasero del rubio.
—Es como un durazno— suspiró complacido por la suavidad de la piel pálida de William—¿Te pones alguna crema especial?
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