Una joven y bella morocha de orbes iguales a la noche misma se encontraba sentada en una de las sillas que se encontraban afuera de una cafetería muy cerca de la Academia Magi a la cual asistía, la joven bebía tranquilamente un capuchino mientras leía su libro sobre artículos recuperados de una excavación que se hizo en diferentes partes de Arabia y Egipto, lugares donde siglos atrás se encontrarían posiblemente lo que fue el reino de Rem así como el Imperio Kou, aunque por ese entonces la distancia entre ambos reinos eran considerada desde su perspectiva corta, con los años del tiempo, la tierra sufrió grandes cambios, los humanos iban evolucionando y eventualmente morían y nuevas generaciones gobernaban sobre la tierra, pero así como los humanos progresaban, la madre naturaleza también lo hacia siendo así, que se crearan los cinco grandes continentes, es decir el mundo en el cual vivían actualmente.

Pero por alguna razón, tanto ella como sus amigas y miembros de su familia recordaban todo absolutamente sobre aquel mundo de magia y guerras de poder, pero no sobre de aquella vida sino de todas las 107 vidas que tuvieron, si bien recordar todo aquello era un tortura, los conocimientos adquiridos y aprendidos eran de mucha utilidad y no era de menos que le darían el mejor uso posible, pero ademas querian de alguna manera poder ser capaz de ver a toda la gente que conocieron en aquella magica aventura, no querian forzar a nsdie ni a sus respectivos destinos a que los recordsran o peor aun, a forzarlos a estar a su lado, solo querian saber como estaban...y si en ese nuevo mundo no tendrian que sufrir aquel infierno que pasaron en Magi, asi es como Dasha nombro a aquel mundo, por lo que entre todas se les ocurrio una grandiosa idea, era por ese motivo que decidieron crear un lugar en donde pudieran reunirse de alguna forma, dando la creacion y nacimiento a la gran y reconocida Institucion academica "Magi", pero muy a pesar de que a ellas se les ocurrio el lugar, era obvio que nadie las tomaria en serio por el simple hecho de ser tan siquiera unas niñas y tomando en cuenta que no todas habian renacido aun, no muchos adultos las tomarían con seriedad, pero les callaron las bocas a todos los adultos, logrando así que Dasha, Yukari, Rem y ella pudieran convencer a un gran grupo de empresarios para que se asociaran con las empresas Kain y proporcionaran el dinero que financiaría su proyecto, aquel GRAN logro con tan solo 6 - 7 años respectivamente, todo el mundo las tomo por genios y prodigios, pero la verdad era que era el fruto del conocimiento que tenían todas y claro esta, la capacidad de convencimiento que tenían cada una en Magi cuando trataban con diplomáticos y comerciantes.

Un suave suspiro salio de sus labios, mientras miraba fijamente el co tenido de su taza y luego a la lejanía, estuvo así un rato hasta que sus orbes chocaron con unos orbes carmín, se quedo un rato contemplando la silueta de la persona frente a su campo de visión.

Bajo la mirada para evitar que se diera cuenta de que lo estaba observando, se sentía algo tonta por como se comportaba, sabia que no seria lo mismo, su relación, la relación que ambos habían formado hace miles de años ya no existía, estaba consciente de aquello y así como en cada una de las 107 reencarnaciones que tuvo, tardo un tiempo en establecer un lazo con él.

Termino su café, dejo el dinero en la mesa, tomo sus cosas y se fue de ahí, pasando junto a ellos, y sin poder evitarlo y dejando escapar otro suspiro.

____: ...Feliz Cumpleaños...Ju-chan...-dice suavemente la joven, a la vez que aceleraba el paso.

El chico reacciono poco después de que la joven se alejara de donde estaba, escucho perfectamente lo que aquella joven desconocida dijo, causándole una gran curiosidad y confusión.

___: ¡Oí! ¡Judar, apurate! ¡Se nos hace tarde! -grita un joven de baja estatura y cabellos pelirrojos.

Judar: ¡Callate, Kouha! -responde con cierta molestia, a la vez que seguía su camino a la cafetería a comprar algo para comer ya luego seguirían unas largas e insufribles clases, pero así como se preguntaba...¿Como es que aquella joven sabia que hoy era su cumpleaños?.

A lo lejos la joven morocha miraba como aquel que el pasado era y seguirá siendo su mejor amigo se alejaba y dirigía a la cafetería en donde ella antes estaba.

Una sonrisa se poso en su rostro al ver una expresión diferente en su querido amigo, escucho una voz detrás de ella llamándola y luego de fijar la hora en su móvil se dio cuenta que se le hacia tarde para su clase de Historia y que debía ir por Dasha y la llevaría por las buenas o por las malas de ser necesario.

____: ¡Grecia-nee! -llama nuevamente la menor a la morocha.

Grecia: ¿Que pasa Yukiko-chan? -pregunta la mayor mientras acariciaba los cabellos de su pequeña hermana.

Yukiko: hoy a Dasha-nee le tocaba hacer la cena pero dijo que tenia trabajo por hacer por lo que dijo que tu la hicieras -dijo con una sonrisa mientras le notificaba el mensaje.

Grecia: entiendo...gracias por el recado, ahora regresa a clases y no te duermas -le dijo mientras palmeaba su cabeza suavemente.

Yukiko: hai~ -responde con una sonrisa para luego irse ya que estaban por tocar la campana.

Tras ver partir a la otra azabache, la joven Synclair retomo su camino en dirección a la cafetería principal donde los estudiantes de preparatoria y Universitarios, un buen lugar donde encontrar a Dasha, la cual sin duda estaría comiendo o perdiendo el tiempo con tal de no ir a clases, a veces se preguntaba quien era la mayor de la familia, ¿Dasha o ella?. Bueno, lo único bueno que habían sacado de tener el conocimiento de aquellas 107 serviría de algo bueno.

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Bueno eso es todo, espero que les guste y lo disfruten.

GreciaSynclair