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Sus ojos, su nombre, y su voz era algo que desde hace días no podía alejar de su cabeza, junto a aquella propuesta de verse otra vez. De hecho, había pasado una semana desde que vio a Aarón y sentía que su vida ya no sería la misma, a la noche siguiente de a verlo visto, lo había esperado fuera del campus hasta pasada la media noche, no che tras noche y ninguna pista de él; regresaba a su habitación un poco decepcionada y sin poder conciliar el sueño y cuando lo lograba su alarma sonaba.

-Por favor, todos entreguen sus exámenes.

Anuncio el profesor. Lira salió de sus pensamientos con un sobre salto mirando con terror la hoja frente a ella, su examen estaba totalmente en blanco apenas figurando su nombre en el espacio correspondiente, miro a su profesor su hora duraba hora y media y todo ese tiempo se la paso perdida en sus pensamientos garabateando "Aarón" como una boba enamorada en la hoja. Sentía sus mejillas colorarse por la vergüenza, evidentemente no podía entregar esa hoja. Discretamente mientras el profesor recibía las hojas, Lira doblo la suya y la metió entre sus libros mientras se apresuraba a salir sin que este la viera.

-Por dios Lira ¿Qué pasa contigo? ¡Es la primera vez que reprobare un examen! – exclamo para sí.

Por suerte era la última, se apresuró a ir a los baños para mojarse la cara, fuera lo que fuera que le pasaba debía parar si o si, era por demás evidente que el día de mañana enfrentara al profesor frente a toda la clase por la ausencia de su examen, decir que había faltado seria la peor de las mentiras puesto que su asistencia estaba registrada. Mientras se secaba el rostro con una toallita de papel, el anillo que su madre le había regalo por su cumpleaños se le había salido, por poco logro tomarlo antes de que este se perdiera por el desagüe.

Se quedó mirando el anillo por unos segundos antes de ver su interior con curiosidad. Entrecerrando los ojos un poco pudo notar algunas líneas finas desordenadas pero que al mismo tiempo se leía algo...

-Lir...

Musito, era un poco confuso además que por el tiempo que tenía esa "joya" pasada de mano en mano el mensaje ya pudo haberse borrado en su totalidad, olvidando ese incidente regreso a su habitación, y a la vez regresando a la rutina a la que estaba acostumbrada y comenzaba a desesperarla: Clases, tareas, dormir, Clases, tareas, dormir... su rutina a veces se veía cambiada con planes previos y no sobre la marcha, tal vez esa noche esperaría a ese hombre fuera del campus otra vez.

Abriendo la puerta de su habitación, y tan metida en sus pensamientos que no noto esta estaba sumida en oscuridad. Algo o alguien la había tomado con fuerza del brazo y metido a la habitación cerrando la puerta de golpe y tapándole la boca para que evitara gritar. Lira por su parte e sentía aterrada por aquello.

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Eran cerca de las seis de la tarde, y a pesar de tener un nuevo cambio de horario donde el sol se ocultaba más pronto y hacía de la noche más larga, era demasiado temprano para que sus habitantes estuviesen dormidos... o no del todo.

En el pequeño salón tres personas estaban reunidas, dos de ellos siendo sermoneados como dos niños pequeños los cuales fueron sorprendidos haciendo una travesura o dos adolescentes haciendo algo indebido y pillados por sus padres. Fuera lo que fuera los reclamos de Vladimir no ayudaban en nada a que el pequeño Leo dejara de llorar.

-¡Yo les advertí que eso nos traería muchos problemas! – exclamo, Ethan miraba al rubio caminar de un lado otro de manera cansada.

-Se llama Leo y por centésima vez ¡Gritar no ayuda a que deje de llorar!

-Que los dos se pongan a gritar no ayuda en nada... Vladimir, no se cual sea tu odio por los niños, pero en algún momento fuiste uno y es normal que los bebés lloren si tienen hambre, frio y quieren un cambio de pañal.

-O porque solo quieren que los carguen.

-El asunto es, que posiblemente necesitas pasar tiempo de caridad con tu pequeño sobrinito para que aprendas a marlo. – Ethan y Vladimir se miraron con espanto ante las palabras de Kae, gracias al cielo esos dos no eran parientes.

-Me siento ofendido. - renegó Vladimir.

-¿Ofendido? – cuestiono Ethan.- yo siento como si me hubieran pateado las...

-¡Ethan!- regaño Kae.- muy bien hagamos esto, Vladimir tu cuidaras de Leo esta noche y nosotros vamos al Moondance.

.-¡¿Qué?! – exclamaron los dos, la de mechas blancas se acercó al rubio con el bebé en brazos sin poder creer lo que le decía, Vladimir por su parte retrocedió un par de pasos.

-Eso sí que no, Kaelani, yo no sé cuidar de esas cosas que babean y lloran, además ustedes son los padres ¿Por qué salir cuando tiene a alguien que cuidar?

-Por qué a Ethan le dará un ataque si sigue encerrado y de paso tu entiendes mejor lo que cuesta cuidar a un bebé y dejas de reclamarnos, así que tómalo.

-Escúchame Kaelani yo no...

-Vladimir, tengo una semana sin dormir, tengo que aguantar llantos, reclamos y mal humor desde hace más de diez meses y si no quieres que te haga sentir el mismo dolor que yo sentí con el parto multiplicado por mil, vas a cuidar muy bien de Leo ¿Entendido?

El silencio se había formado en ese lugar, incluso el bebé había dejado de llorar y solo se escuchaba el leve crujir de la madera en la chimenea; en algún momento Ethan había terminado detrás del sofá tomando una segura distancia y Vladimir, bueno él solo se limitó a extender los brazos algo nervioso. Desde que esa mujer llego a la mansión era como si un nuevo reinado se hubiera instalado.

-Kae...creo que...-su cáliz le miro sobre su hombro, el albino desvió la mirada aclarándose la garganta. - no nada... olvídalo.

-¡Bien, todo resuelto! Regresaremos una hora antes del amanecer, en la cocina dejamos la leche, los biberones y si tienes problemas con el pañal a Iván no le molestara ayudarte.

Dijo por ultimo antes de tomar a Ethan de la mano y salir del pequeño salón, Vladimir miro al niño en sus brazos que miraba a un punto fijo a la nada con esos ojitos azules, antes de soltar un pesado suspiro

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Lira sentía el cuerpo terriblemente congelado sumado a eso ligeros temblores, no había reaccionado rápido a la agresión sufrida, aun tenia aquella mano cubriendo su boca y otra sujetando su brazo, pero, y por extraño que pareciera, a pesar de encontrare en esa situación no estaba aterrada. La presión en su boca poco a poco fue cediendo logrando así avanzar tres pasos hacia adelante, respirar profundo y darse la vuelta.

-Aarón...¡Aarón por dios!

-Lamento haberte asustado, pero no sabía de qué otra forma tomarías mi presencia.

- Pudiste a verme encontrado fuera del campus o preguntar por mi... ¿Cómo entraste? - pregunto y era cierto para poder ingresar a las habitaciones debía tener un permiso especial.

-Por la ventana. - respondió. - por favor no corras las cortinas ahora. - le pidió, Lira lo detallo con la poca luz sé que podía filtrar, no entendía del por qué esa petición, pero aun así lo hizo.

-Demonios, pudiste matarme de un susto ¿Qué hubiese pasado si venía con alguien?

-No lo has hecho, sabía que regresarías sola. - el tono de su voz era seguro, un poco cansado, pero seguro de sus palabras, Lira suspiro lentamente dejando sus cosas en un rincón de la habitación antes de tomar lugar en su cama e invitarlo a sentarse a su lado.

-Te sonara loco, pero desde la última vez te he esperado todas las noches fuera del campus, sabía que vendrías, pero no así. - el pelirrojo coloco uno de sus brazos alrededor de los hombros de la azabache haciéndola recargarse contra de él, nuevamente esa sensación que ambos encontraban reconfortante.

-Pasaron algunas cosas y solo sentía que hoy debía estar contigo, también te sonara extraño pero la necesidad de venir a esta hora era más fuerte que yo. – confeso.

En la última semana Aarón se había reunido con Farah para intentar descubrir los planes de Uriel, y si era verdad que Lira, esa lira a la cual abrazaba en ese momento era la misma de hace 500 años atrás.

En el pasado cuando aún era lobo, Aarón jamás había marcado a su pareja, no porque no quisiera, sino porque quería esperar el momento adecuado, una parte de él quería ganar el puesto de Alfa en la manada, otra quería que al luchar por el puesto la manada le tendría un poco más de respeto y dejarían de excluirlo aunque no lo lograra; posteriormente ocurrió el incidente que lo hizo ser lo que ahora era, un hibrido, y para cuando pudo recuperarse Lira había desaparecido, su olor, su presencia, ella había desaparecido. Y ahora de alguna forma la tenía a su lado otra vez, reencarnada y con la pregunta quemando su ser ¿Qué le había ocurrido?

Cuando la noche había entrado por completo y la oscuridad cubrió en su totalidad la habitación, la luz fue encendida, hasta ese momento solo se conformaban con la presencia el uno del otro en silencio.

-No sé qué te habrá pasado horas atrás, pero siento que necesitabas de la oscuridad ¿Te sientes mejor? – él asintió, colocándose de pie, la azabache tuvo que levantar la mirada, ese hombre era demasiado alto para ella, apenas su estatura le llegaba al pecho y por su complexión se preguntaba el cómo había hecho para subir hasta la ventana de su habitación. Ella estaba en un tercer piso y no había arboles cerca.

-Lira ¿Qué es eso que tienes en la mano? – Aarón por su parte la analizaba completamente, era ella, era la misma, cabello oscuro como la noche, sus hermosos ojos zafiro y su tez clara como la leche, su mirada la detallaba de pies a cabeza hasta que algo en su mano le llamo la atención. Lira se quitó el anillo dudándolo demasiado, hasta que por fin lo coloco en la mano de Aarón, este le miro sorprendido tras unos segundos dirigiendo su mirada en pautas iguales entre ella y el anillo. - ¿Dónde lo conseguiste?

-Es... una especie de herencia familiar. - explico- ha pasado en mi familia por generaciones o eso me han explicado cuando una mujer cumple 23 años hereda este anillo.

Ese anillo... ¡Ese anillo él lo había hecho para Lira! Entre los mates no existía la unión por matrimonio, solo la unión por la marca que el lobo les otorgaba, pero al ser totalmente diferente Aarón había hecho aquel objeto como su anillo de compromiso, cursi al inicio, pero era algo que de verdad quería para con ella. Lira había desaparecido por lo cual nunca tuvieron una familia, pero ella, su lira de hace 500 años tenía un hermano, un mate sin pareja... simplemente no lograba encontrar una explicación.

-¿Aarón?

-Cuídalo mucho. - dijo tras regresar el objeto a su mano. - Lira, este es un objeto preciado con una historia profunda detrás, y una promesa que sigue a pesar de los años.

-Aarón... ¿Quién eres en realidad? Disculpa, pero, al verte siento que no es la primera vez, que yo te he visto antes, de mucho tiempo antes ¿Ya nos habíamos visto?

-Te lo diré todo, si, pero no ahora. Mañana espérame fuera de este lugar y te lo contare todo. - sin dejarla hablar beso su frente y se dirigió a la ventana para marcharse

Lira solo se quedó plantada en su habitación tardando un poco en ir al a ventana, de algo estaba segura y era que él no era una persona normal y que esa respuesta respondía de manera positiva a su pregunta. Ellos ya se conocían, pero ¿Dónde? ¿Desde cuándo?

Notas finales:

Corto el capítulo, lo se, peeeeeeeeeeeeeeeero vamos con las explicaciones que tal vez no sean tan importantes, bueno xD solo dire que he tenido algunos problemas personales junto a una pseudo jefe poco profesional que no hizo más que estresarme... en fin.

¡Brevemente Vladimir quedo de niñero y Lira se cuestiona de donde y como es que ya sentía conocer a Aarón, el siguiente capítulo estará pronto y será largo además de que por fin pondré el tan ansiado (tal vez, no sé, quiero creer xD) Lemon!!!

Espero les gustara el capítulo.

Dudas, preguntas, aclaraciones lo que sea todo es bienvenido.

Hasta la próxima actualización