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Lira...

Su carrera fue detenida en seco, había escuchado un aullido a lo lejos, no, más que un aullido era como si alguien gritara su nombre, era extraño... ¿Por qué? Tal vez se estaba volviendo loca y estaba dejando que el bosque jugara con su mente, pero la verdad era que le encantaba estar en ese lugar y en ese instante cuando la luna bañaba con su luz natural toda esa vegetación, no sabía describirlo, pero se sentía como estar en un acogedor hogar. Inspirando profundamente el fresco del bosque emprendió nuevamente su carrera hasta llegar al pueblo, reviso su móvil, la señal le había regresado y solo hasta esos momentos sus orbes zafiro miraron el pequeño aparato con terror, las tres de la mañana.

-¡Van a matarme!- exclamo. los autobuses dejaban de pasar justo a las una treinta de la mañana lo que significaba que debería esperar hasta las cinco para poder tomar uno que la llevara de regreso a Anteros.

La chica torció los labios, hasta hace tres años Saint Denis había dejado de considerarse un lugar tranquilo por los múltiples asesinatos ocurridos y más el de una familia entera donde los cuerpos de los hijos jamás fueron encontrados, y aunque pareciera que todo había regresado a la calma la sensación de miedo seguía presente, nadie sabía cuándo o quien sería el próximo en perder la vida.

Llegando a la parada del bus observo el mapa con las diferentes rutas, por lo general el bus que ella debía tomar solo se hacía media hora de camino, si corría tal vez llegaría en una hora y podría dormir lo suficiente para su clase de las once. La idea no le desagrado, amaba correr era tan natural en ella. Mientras se preparaba para emprender su carrera hasta la universidad nuevamente se detuvo, el viento acaricio con gentileza su rostro llevándole nuevamente ese aullido.

-Calmate Lira... esa película te dejo un poco tocada...- dijo para sí comenzando a correr.

Aquella sensación de libertad, de su cabello ondulándose con el viento en cada uno de sus movimientos, moviendo sus piernas como si anduviera por el viento sin tocar el suelo era una sensación tan agradable que, si por ella fuera correría día y noche, su madre aseguraba que de haber sido posible ella hubiese nacido con los pies por delante y en lugar de gatear como un bebé normal hubiese comenzado a correr en primer lugar.

Lira había ganado varios premios en primer y segundo lugar en eventos como carreras con obstáculos, a simple vista la chica de cabellos negros no parecía ser del tipo atlético, tampoco que estuviera interesada en competir en las olimpiadas; ella no era competitiva en ese sentido para ella correr era como tipo de arte cuyo pintor receloso de su trabajo lo ocultara del mundo para sí mismo.

Llego a la universidad deteniéndose justo en la parada del bus para recuperar el aliento, con la frente perlada en sudor y la blusa pegada al pecho por el mismo motivo, miro nuevamente su móvil una hora y media, más de lo que había pensado, pero por fin estaba ahí, si no se daba prisa se toparía con el responsable administrativo y se ganaría un buen sermón además de un reporte. Entro con mucho cuidado a su habitación y se dejó caer en su cama tal cual peso muerto. Sus ojos apenas se cerraron y se abrieron de golpe al escuchar su alarma. Genial, no había descansado nada y sabía que las dos horas de comunicación audiovisual serían las más largas de ese día; apenas se levantó entro a la ducha dejando que le agua caliente de la regadera le diera en la cara por un instante se imaginó bañándose bajo una gran cascada, pero no solo eso, también se imaginó a un hombre apuesto de ojos dorados que le miraba como si fuese la primera vez que veía a una mujer.

-¡LIRA!

El grito fuera del baño le hizo regresar a la realidad, salió de la ducha envuelta en su bata y con otra toalla se secaba el cabello, su compañera de habitación una rubia de ojos marrones le miraba con reproche.

-¿May?

-¡Nada! ¿Dónde estabas? Dijiste que regresarías temprano después de la función, ¿Tedas una idea de lo que es mentir a los profesores sobre dónde está mi compañera?

-Lo siento Samay de verdad... solo se me fue el tiempo, pero lo que importa es que estoy aquí ¿no? Además, sé que les has dado una gran mentirilla.

-Que sea la última vez, sabes que por lo ocurrido hace tres años se están tomando medidas de seguridad y si no te hubieran encontrado estarías en serios problemas. - Lira asintió enérgicamente, Samay era una de sus mejores amigas y exageraba en muchas cosas, pero era con buena intención.

-Si, lo se y lo siento no ocurrirá después, anda adelántate, voy a vestirme y te alcanzo en clase... y esta vez no tardare.

La rubia tomo sus cosas de su cama y salió dando un portazo, Lira por su parte se sentía un poco inquieta recordando su ultimo pensamiento ¿Por qué una cascada con un joven de ojos dorados? Tal vez era parte de uno de los tantos sueños locos que había tenido antes. Tras dos horas que para la joven fueron casi mortales por fin la clase se había terminado, tenía por lo menos media hora libre antes de otras dos clases y lo único que deseaba era tomar un café bien cargado y sin azúcar, tal vez el amargo sabor la mantendría despierta; el resto del día paso muy lento a su pesar cuando por fin pudo tirarse sobre su cama no pudo permitirse dormir, tenía deberes y mucho que hacer.

Pronto alguien llamo a su puerta, con pesar la de orbes zafiro se levantó para atender el cartero había llegado con un paquete para ella, tras firmas por él coloco la caja sobre su escritorio, era un paquete de sus padres, extraño por que dijeron que le mandarían uno el día de su cumpleaños y aún faltaba una semana.

Querida Lira.

¡Feliz cumpleaños! Seguramente te extrañara que te mandemos tu regalo antes, pero tu padre y yo decidimos irnos en una segunda luna de miel a Italia, sé que lo comprenderás cariño.

Lira rodo los ojos con gracia, sabia de ese viaje, más no que fuera antes de lo previsto.

Este año cariño cumples 23 ¡Que emoción! Pronto terminaras tus estudios y comenzaras la verdadera vida. Pequeña, el regalo de tus padres esta vez es algo especial y se puede decir que es un regalo por parte de toda tu familia materna también.

Ella miro tras buscar entre aquellas virutas de papel una pequeña cajita de madera, los detalles parecían haber sido hechos a mano, algo artesanal y que parecía muy antiguo, la cajita ya de solo por si verla le genero un poco de melancolía.

Por generaciones, el anillo que encontraras ha pasado de mujer a mujer en nuestra familia al cumplir los 23 y esta vez es tu turno de tomarlo y heredarlo cuando tengas una hija o una nieta, tal vez no querrás usarlo siempre, pero ten en cuenta que es una herencia familiar que seguimos con orgullo. Tu padre agrego una cartera con un par de dólares como su regalo extra.

Te deseamos lo mejor hija querida. mamá y papá.

Lira abrió la cajita encontrándose con un anillo algo peculiar, si, parecía muy antiguo, no era de oro o de plata, sino de marfil, y parecía hecho a mano, no solo eso sino también los detalles, mirar ese anillo incremento el sentimiento de melancolía, ese anillo... ya lo había visto antes. Pero ¿Dónde?

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Muy pocas veces desde que fue convertido en vampiro tenía esa sensación de dormir y estar despierto al mismo tiempo, era extraño que le pasara, y todo debido a aquel aroma que había regresado como un fantasma desde lo más profundo de sus recuerdos. ¿Hace cuánto que no pensaba en ella? ¿Cinco siglos? ¿Más? No lo sabía, pero seguramente era alguna casualidad.

-Eso fue hace tanto tiempo... no tiene caso preguntarse nada.

Con la noche cubriendo todo el lugar se levantó para realizar sus labores que no había podido cumplir la noche anterior por ir con Kae al cine, Vladimir iba a matarlo si la gotera de la biblioteca no estaba reparada y los libros y documentos se estropeaban con la humedad. Se vistió rápidamente y bajo las escaleras con total calma hasta ver a sus compañeros reunidos en la planta baja ¿Tanto se había demorado? Seguramente si, para que los demás ya estén levantados, pero intuía que algo más pasaba.

-Aarón, estábamos por ir a buscarte. - dijo Rafael.

- ¿Qué ocurre? - pregunto, dudaba mucho que la reunión fuera porque no había reparado el techo de la biblioteca aún.

-Kae comenzó con los dolores. – el albino se apresuró a hablar, entonces Aarón comprendió la situación.

Cuando se enteraron de aquel embarazo todos quedaron sorprendidos, no era que una criatura de la noche no pudiera concebir un hijo, Beliath era un ejemplo, pero si era muy extraño que un transformado lograra dejar en estado a una humana o en este caso a un cáliz, Ethan no era un vampiro puro lo que lo hacía imposible, pero ahí estaba el claro ejemplo de que lo imposible se hacía posible. Evidentemente Vladimir estuvo encontrar desde que se enteró, sobre todo porque un bebé podría causar que su anonimato se perdiera, el niño o niña crecería y necesitaría educación o salir a cazar; indagando junto con Beliath quien junto con los demás no se negaban al futuro nacimiento, consiguieron información no tan grata.

De ser un bebé concebido por un vampiro puro este no causaría ningún problema en su desarrollo, pero al no ser así las posibilidades de nacer eran una a un millón, el bebé estaba vivo por estar en el vientre de su madre, una vez fuera posiblemente moriría. Para los futuros padres parecían no querer saber más sobre el tema, aunque fuera importante y Kaelani se lo había dejado en claro la noche anterior, ese bebe era un milagro y a pesar de que Vladimir fuera pesimista todos debían ayudar pasara lo que pasara.

-¿Qué es lo que sigue?- pregunto, se había perdido mucho en sus pensamientos de cierto modo eso le ayudaba a sobrellevar el incómodo silencio que se generó entre los seis.

-Por lo general no debería tardar nada en nacer, pero o es un humano del que hablamos... Kae y yo tomamos una decisión, si el bebé llega a morir Kae será transformada en vampiresa, así evitaremos que esto pase nuevamente. - anuncio Ethan, los demás asintieron de manera automática.

-Y si sobrevive ¿Qué harán? – pregunto Rafael.

-Esperaremos un tiempo a su transformación, eso si es que su vida no peligra, ella está muerta y no podemos llevarla a un hospital.

-En todo caso debemos estar preparados para lo que pase. – dijo Vladimir. – Ethan no dejes de darnos noticias, por ahora esta reunión se termina y todos pueden regresar a sus asuntos.

La pequeña reunión se terminó, cada uno tomo su camino, por suerte ni Vladimir o Rafael fueron a la biblioteca lo que haría más fácil su trabajo en reparar el techo.

Había pasado una hora desde que comenzó a reparar, ese era un gran problema de las construcciones viejas, necesitaban mantenimiento continuo. Tan metido en su trabajo estaba que muy tarde su cuerpo reacciono la sensación de peligro y su sentido capturo el aroma de las rosas y la miel. Un par de brazos rodearon su cuello en un fuerte abrazo y una mordida en su oreja izquierda.

-No sabes cuánto aprecio a los hombres que hacen este tipo de labores, me parece excitante.

-Leandra.

La mujer soltó una pequeña risa antes de liberarlo y colocarse a su lado recostándose sobre el tejado de una manera seductora.

-Hola mi gran lobo ¿Hace cuánto que no nos vemos?

-Tres años si mal no recuerdo, cuando te enteraste que ya no eres del interés de Ethan. – la súcubo chasqueo la lengua antes de rodar los ojos con fastidio, fastidio que le duro segundos antes de formar su sonrisa nuevamente. - si vienes a buscar a Beliath, hace rato que se fue y tal vez regrese antes del amanecer.

-No vine a verlo cielo, pasaba casualmente por aquí y te vi así que quise saludar.

-Pues en ese caso ya lo has hecho ¿Algo más?

-Vamos no seas así, aún falta por que termine la noche ¿Por qué no vamos a divertirnos? - Aarón rodo los ojos casi con dolor, cuando Leandra aparecía por la mansión afortunadamente él no estaba y cuando estaba... bueno, no podía negar que lo pasaba increíble con esa súcubo, aunque era una criatura de armas tomar, divertirse no estaba mal de vez en cuando.

-Tenemos definiciones de diversión muy diferentes Leandra, además puedo saber, ¿A qué te refieres con divertirte?

-Tal vez podríamos ocuparnos en algo que no requiera de la ropa o podríamos ir a bailar.

- ¿Bailar? Leandra, no te ofendas, pero, ¿Qué sabes de bailar? Y además creo que tienes unos elementos de más que llamarían mucho la atención.

-Cielo, no te alcanzaría ni una vida para conocerme, si aceptas quien sabe, tal vez encuentre a alguien mejor esta noche y puedas librarte de mis encantos.

Tentador, definitivamente la propuesta era tentadora, pero conociendo a la demonio difícilmente encontraría a alguien en quien posar sus ojos para quitarle la energía de aquella manera. Por otro lado, Aarón no tenía otros planes además de reparar el techo.

-Podría salir contigo. - comento. - Pero dudo que puedas hacer algo respecto a tus alas y los cuernos, solo si pudieras ocultarlos aceptaría la invitación.

Los ojos verdes de Leandra brillaron de inmediato, de alguna forma para Aarón fue como ver a un gato ansioso, la súcubo se puso de piel, bajando del techo con gracia, igual que un felino.

-Bien gran lobo, no tardare mucho, así que espérame y regresare.

Leandra entro a la mansión como si nada ¿Qué planeaba? A esas alturas ya no sabía si aceptar fue bueno o malo... para comenzar ¿Acepto? Definitivamente no estaba bien como para por fin haber aceptado una de las invitaciones de esa mujer.

***~~~***~~~

La noche recientemente había comenzado, el aroma a cítricos que inundaba el lugar a la vez que su cuerpo vibraba levemente gracias a la potente música que le aturdía un poco el sentido auditivo y toda esa gente bailando al ritmo, no era así como imaginaba un descanso antes de los exámenes, pero ahí estaba con sus amigos en el Moondance tomando algo y bailando aunque fuera sentada en su lugar, la música variaba dependiendo las peticiones de los clientes así que no podía decirse que fuera solo un estilo musical, pop, rock, metal para su gusto todo estaba bien.

-¡Venga Lira! – May tomo a su amiga de las manos arrastrándola a la pista de baila comenzando a saltar y moverse, la de orbes zafiro sonrió de medio lado comenzando a moverse a su propio ritmo algo que le duro pocos minutos antes de regresar a su mesa. - ¡amo esa canción!

-Y la anterior, la anterior a esa y la que sonaba cuando llegamos. - dijo con burla, la rubia hizo una mueca antes de mirar su móvil. ¿Qué ocurre? – pregunto, el rostro de su amiga cambio de uno divertido a uno serio.

-Vik. - respondió Lira hizo un gesto de no entender lo que le decía así que solo le mostro la pantalla del móvil con una llamada perdida de Viktor. Lira torció los labios, la actual pareja de su amiga no era del tipo que permitiera que su novia saliera de fiesta sin él, le miro revisar sus mensajes antes de tomar su pequeño bolso. – tengo que irme.

-Está bien, vamos.

-No, no... tu quédate, disfruta de la noche, Tom y Edna no han de tardar.

-Louis se enfermó, nos vemos mañana ¡Disfruta la noche! - dijo antes de despedirse de la azabache y abrirse paso entre la gente dejándola sola.

Por unos instantes suspiro pesadamente mirando las cosas de sus otros amigos, si se marchaba era posible que alguien las hurtara, tomo de su smoothie siguiendo disfrutando de la música y el ambiente que extrañamente le resultaba agradable, incluso podría jurar que ese aroma a cítricos había aumentado y le estaba relajando mucho.

Por otro lado, Aarón había llegado al Moondance junto con Leandra, la súcubo había cambiado totalmente su apariencia, sus cuernos y alas habían desaparecido y su vestimenta que no dejaba nada a la imaginación ahora era sustituida por un vestido ceñido rojo, el lobo debía admitir que se veía muy bien además de resaltar su tez blanca, Leandra se había percatado de que él no le había quitado la mirada desde que salió de la mansión.

- ¿Sorprendido? – pregunto con gracia. - Te lo dije cielo, incluso yo tengo mis trucos.

-Me sorprende más el hecho de que dieras por sentado que te acompañaría.

-Tú has puesto las reglas, así que no estaba de más si eso me garantiza una noche a tu lado.

Ambos comenzaron a caminar entre la gente, sin nada de discreción algunas miradas se posaban sobre Leandra quien caminaba con una sonrisa plasmada en su rostro y sin ver a nadie más llegando junto con él a una pequeña mesa no muy apartada de la pista de baile, en ese momento Aarón sintió un pellizco de incomodidad, realmente solo había estado en ese lugar una o dos veces y solo para alimentarse, prefería la comodidad de un bar y no el ambiente alocado de ese lugar. Se giró para ver a su acompañante, pero ella ya se había esfumado, genial... ahora solo se imaginaba lo ridículo que se vería en ese lugar solo; y seguramente de estar Beliaht estaría ocupado con sus conquistas.

Lira comenzó con una rara sensación en el cuerpo, miro su bebida algo extrañada la había pedido sin alcohol, no quería que la cabeza le doliera al día siguiente y era su tercer smoothie... o será que ¿Le habían puesto algo más? Ese pico en el cuerpo solo lo sentía cuando estaba muy ansiosa. Se levantó del lugar sin importarle dejar las cosas solas, detenerse en la pista y comenzar a bailar como si alguien la estuviera controlando, aunque no era nadie era esa sensación de la cual su cuerpo era presa. Moviéndose rítmicamente sin importar estar sola. Para Aarón pasaron pocos instantes antes de sentir como la música y el ambiente pasaban a segundo plano, el aroma en el lugar había cambiado por el de jazmines, sus orbes doradas comenzaron a buscar por todo el lugar ¿Dónde? Se preguntaba, se levantó y comenzó a caminar abriéndose paso entre la gente hasta detenerse en un punto, observando a una mujer en especificó.

Cabello negro, tez blanca, aroma único. Extrañamente cerca y lejos al mismo tiempo.

-¡Aarón!

El grito de dos voces lo sacaron de su embelesamiento y no solo él, la mujer que antes bailaba por una rara sensación en el cuerpo se detuvo mirando tras de ella, a un hombre alto de tez morena y orbes dorados, esos orbes que le eran extrañamente familiares.

- ¡Aarón! - gritaron otra vez comenzando a jalarlo, el lobo apenas fue consciente de lo ocurrido una vez fuera del establecimiento, ambos hermanos se veían visiblemente molestos.

- ¡¿Qué carajos haces aquí?! – grito Beliath a Leandra, la demonio soplo su flequillo visiblemente roja de coraje.

- ¡No te importa donde ando mocoso! - grito.

-¡¿Por qué fuiste tu?!

-¡¿Por qué fuiste tu?!

Sin comprender mucho de la situación Aarón se interpuso colocando sus manos en el hombro de cada hermano.

-¿Qué ocurrió? Pensé a que los niños los había dejado en la mansión. - ambos hermanos le miraron con reproche antes de mirarse nuevamente y cambiar el color de su tez blanca a un carmín. - y bien ¿No hablan?

- ¡Ese imbécil trato de ligar conmigo! – grito Leandra señalando acusadoramente.

- ¡¿Yo?! ¡Ahora resulta que es mi culpa! ¡Esta idiota comenzó a seducirme por la espalda! - definitivamente si se lo proponían ambos actuaban como dos niños pequeños peleando por un juguete roto.

-Bien no sé cómo han ocurrido los hechos, pero no me sorprende, Beliath, Leandra, los dos son demonios... demonio y mitad demonio, y me es hilarante que ninguno de los dos reconociera el tono de voz del otro.

Era verdad y ellos lo sabían, se dedicaron una fuere mirada de odio tal cual dos hermanos por no conseguir tener la razón y comenzaron a irse por direcciones contrarias, Leandra desplego sus alas dando un salto hasta llegar a uno de los tejados donde se perdió de vista, Belaith por su parte se encamino al callejón perdiéndose de igual manera.

Su noche se había terminado y de qué manera, talvez para él sería mejor regresar a la mansión, no estaba hambriento como para hipnotizar a alguien, podría esperar un poco más.

Notas finales:

Y aquí tenemos un segundo capítulo, la verdad que ya tengo muchas cosas planeadas y muchas sorpresas muajajajaja, esto apenas es el comienzo y por si se lo han preguntado, no, Leandra no será la villanada de esta historia, pero siempre quise hacer una interacción más de hermanos entre ella y Beliath xD

El bebé de Kae e Ethan está por nacer, ¿nacerá vivo o muerto? – intrigas locas aparece- ¿será niño o niña? El anillo que le dieron a Lira como regalo adelantado ¿Qué significara?

Espero les gustara el capítulo.

Dudas, preguntas, aclaraciones lo quesea todo es bienvenido.

Hasta la próxima actualización.