poder
Los seres humanos avanzaron rápidamente, si bien no era la especie más fuerte sobre la tierra, si era una de las más listas, esta cualidad les permitió explorar las aguas, montañas, valles, desiertos, incluso el espacio exterior.
La mayoría de las...especies, evito el contacto con ellos, pero otras como los Dragones y los Magos, formaron alianzas y una convivencia codependiente. Por desgracia para ellos no tomaron en cuenta la capacidad autodestructiva del hombre....y pagaron las consecuencias.
Sus sociedades de autoayuda se fueron debilitando, hasta desaparecer.
La avaricia y deseos de poder se incrementó en el ser humano, gracias a su inteligencia desarrollo armas tan poderosas como sus "aliados", finalmente con la excusa de prevenir una posible traición dieron el primer paso, atacando a los dragones y magos.
Estos, molestos por la conducta de los humanos, decidieron retirarse, ya que no deseaban entrar de nuevo en guerra, muchas especies los siguieron, se ocultaron en los lugares más alejados y solitarios del planeta; con el paso del tiempo se convirtieron en mitos y leyendas, la gran mayoría dejo de creer en su existencia.
Pero no todos los humanos los olvidaron. Una congregación religiosa jamás dudo de su existencia y se dedicó al estudio de estos seres, recolectaban leyendas, cuentos, pergaminos, pinturas, esculturas...libros, todo aquello que los mencionara, memorizando cada detalle...y debilidad mencionada, al pasar el tiempo, deseosos de más, decidieron cazarlos, entrenaron a feroces guerreros, los cuales armaban y enviaban en su búsqueda, muchos cayeron ante estos seres, pero eso no los desilusionaba, creaban y mejoraban armas y ciencia, todo lo necesario para su fin. En ocasiones contaban con suerte y lograban atrapar a una que otra especie...era aquí cuando la tortura comenzaba para ese pobre infeliz, estos eran usados como conejillos de indias de la congregación, los cuales deseaban conocer todos sus secretos, para ellos los encerraban, estudiaban, experimentaban y al final los asesinaban.
Así comenzó el trabajo de estos silenciosos humanos, que en el día se dedicaban a dar cátedras de amor y tolerancia, mientras en la noche torturaban y diseccionaban a otra creatura de Dios, con la burda excusa de proteger a los humanos. Su práctica secreta se desarrolló por siglos, les permitió avanzar tecnológica y científicamente, se hicieron de riquezas y feligreses, y continuaron, aguardando el momento para surgir, el momento preciso para tomar el poder y control del mundo, un momento que por desgracia llego.
Por qué el gen autodestructivo del humano no se puede erradicar, y nuevamente se activó, en esta ocasión contra ellos mismos. La paz y prosperidad había reinado por mucho tiempo, los hombres lograron desarrollarse y vivir en equilibrio por más de dos mil años, pero por desgracia su prosperidad y avance fue un cuchillo de doble filo, ya que para alcanzarla se tuvo que sacrificar mucho, gran parte de los recursos naturales desaparecieron, ocasionando que el equilibrio ambiental se quebrara y un sinfín de desgracias naturales ocurrió.
Inundaciones, tala inmoderada, sequias, todo esto afecto al planeta. Los pocos paraísos que quedaron se encontraban en ciudades no tan desarrolladas y en los lugares más alejados dela tierra.
Los grandes gobiernos entraron en crisis, sus poblaciones morían o se levantaban en armas, desesperados decidieron declarar la guerra a los países pequeños, buscando así apoderarse de sus recursos y salvar a su gente, pero la solución resulto peor.
En su búsqueda por esos recursos las grandes naciones chocaron entre sí, una guerra mundial se desato y poderosas y aterradoras armas vieron la luz. Las ciudades se bañaban con sangre, o peor eran destruidas por completo victimas de armas nucleares, las poblaciones comenzaban a reducirse drásticamente, y los paraísos, que todos deseaban conquistar empezaron a perecer, debido a los agentes químicos.
Pero esta guerra no se detuvo, y peor se convirtió en una guerra de especies. Los antiguos y olvidados mitos resurgieron, las creaturas de fábula comenzaron a emerger, deseosos de proteger lo que quedaba de sus hogares, ya que esa guerra se había expandido hasta los confines del mundo.
Y claro, esta fue la oportunidad que la iglesia necesitaba. Con los gobiernos más poderosos destruidos y esa creaturas emergiendo de la tierra, estaban seguros de que esa era su señal para...salvar a la humanidad y restablecer el orden.
Por qué siglos de investigación habían rendido frutos, si, perdieron a una gran cantidad de miembros en el proceso de sus experimentos, pero el resultado valía la pena. Habían logrado mimetizar varias cualidades de estas especies, incluso algunas las mejoraron, y las injertaron en un grupo selecto de cazadores, que fueron perfeccionados por generaciones.
Los primeros intentos habían sido nefastos, sus guerreros no lograban recibir esos..."dones", ya que su cuerpo no estaba acondicionado para ellos, pero no se rindieron, pese a ser hombres religiosos nunca dudaron en hacer uso de la ciencia, varios de sus miembros se dedicaron de lleno a ello, aprendieron y perfeccionaron su arte con la ayuda de científicos de todo el mundo. Mientras otro sector era dividido y entrenado (su cuerpo) para ser los recipientes. Tardaron cientos de años pero lo lograron, lograron convertir al humano en un excelente receptor, un receptor para aquellas habilidades que habían arrancado de la forma más cruel.
Sus guerreros elite eran tan fuertes o más que un ogro, tan rápidos como un licántropo y más letales que un vampiro. Los Templarios, como decidieron llamarlos, era su Reyna en este juego de ajedrez, y había llegado el momento de moverla.
Una nueva guerra se desato, las especies, que buscaban salvar lo que quedaba de su hogar, y los "ángeles humanos", que buscaban su exterminio y el poder. Los resultados de la investigación salieron a flote, los templarios, expertos en cazarlos, no tardaron en ganar terreno, no se atemorizaban contra sus oponentes, ya que conocían sus habilidades y debilidades como la palma de su mano, Manticoras, elfos, lobos, orcos, todos ellos caían presas de los templarios.
Pero su mayor logro fueron los dragones, las creaturas más poderosas que el mundo a conocido. Estos enormes reptiles les dieron gran batalla, ya que ellos también habían evolucionado, hubo enormes pérdidas en el bando templario, incluso llegaron a creer que perderían. Pero no fue así, en uno de sus viajes encontraron un arma perfecta que les ayudo en la batalla, y frente a la sorpresa de todos, lograron erradicar a las enormes bestias.
Con la perdida de uno de sus líderes más importantes, las demás especies decidieron retirarse nuevamente e intentar sobrevivir en el anonimato, como lo habían hecho hasta ahora. De momento los templarios se lo permitieron, seguir con esa guerra no les convenía mucho, a pesar de que la tenían ganada.
Con esta última guerra la iglesia se logró hacer del dominio mundial, mando a sus tropas a recoger a todas sus pequeñas ovejas que se encontraban dispersas por el mundo. Después comenzó a construir, pequeñas, pero bien vigiladas, ciudades, rodeadas por imponentes muros, que se encargaba de cuidar. Las ciudades se edificaron cerca de las ruinas de otras, en ocasiones a su lado o sobre ellas; pero la iglesia no se conformó con encerrarlos, comenzó a difundir leyendas sobre las antiguas ciudades, las cuales aseguraban se encontraban repletas de esas creaturas, o que eran inhabitables debido a las bombas bacteriológicas usadas anteriormente (lo cual era cierto en algunas ocasiones), de esta manera, esparciendo el miedo, lograron controlar a lo que quedaba de la población humana.
Así la iglesia tomo el mando, en todas las pequeñas ciudades que construyo, y si alguien intentaba rebelarse lo exiliaban, algo muy temido por todos, por lo que casi nunca surgieron revolucionarios. En poco tiempo los humanos solo aceptaron una verdad: fuera de esas murallas reinaba el mal y los únicos que podían protegerlos era la iglesia y su ejército de Templarios.
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-¡por última vez Snoutlout! ¡Así no es!
Hipo miraba aburrido como su profesor intentaba explicar el teorema de Pitágoras a su compañero, eso era una gran pérdida de tiempo, a ese cabeza de teflón nada se le pegaba.
¡RINNNNNN!, el sonido de una campana salvo al pelinegro de seguir siendo humillado públicamente, era el final de las clases.
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Ya habían pasado tres semanas e Hipo aun no regresaba a ver a su compañero, el castaño seguía en una etapa de depresión, incluso parecía que estaba muy enfermo, no lograba dormir por las noches y unas enormes ojeras adornaban su rostro, aparte de que estaba muy pálido. De verdad extrañaba demasiado a Rasmus, tenía un enorme deseo de verlo, de escucharlo y hablar con él, pero el dolor y el miedo al rechazo siempre lo frenaban. Para que se esforzaba si su amigo jamás se fijaría en él.
Desanimado regreso a su hogar, almenos el trabajo lo mantenía distraído, cuando llego observo como el padre Thomas y tres monjas subían a un auto muy lujoso, una cuarta hermana los despedía en la puerta, el chico se acercó despacio.
-Hipo asegúrate de alimentar a Camicazi, yo tengo asuntos muy importantes que atender, no dejes que la cena se queme.
-sí, Hermana.
La mujer se alejó a paso rápido por la calle, Hipo la miraba confundido. Entro tranquilo a su casa, parece que solo estarían él y Camicazi, eso suponiendo que Jedan se reuniera con el padre Thomas. Entro a su casa y se dispuso a revisar a la pequeña, esta se encontraba en su cama, muy arropada ya que era un día muy frio.
-¡Hola Cami!, ¿quieres bajar al comedor?, solo estaremos tu y yo.
-¿encelio?
-Sí
La niña estiro alegre sus bracitos, le encantaba pasar tiempo con Hipo, al cual quería como un hermano...o un padre. Pasaron una comida tranquila y alegre, el castaño la trataba como una princesa, la mimaba y atendía cada que podía. Cuando acabo de limpiar la llevo un rato a jardín, la sostuvo de su torso y le ayudo a dar unos pasitos.
La rubia intentaba desplazarse, pero el dolor en su espalda era insoportable.
-me lele, lloriqueo la pequeña aferrándose a su cuello.
-está bien, no te preocupes, lo intentaremos otro día.
-pelo yo quelo caminal, snif, quelo colel con tigo.
-estoy seguro de que podrás Camicazi, cuando tus piernas sean más fuertes, cuando crezcas...ya veraz.
El castaño la cargo y comenzó a pasearla por todo l jardín, detestaba no poder ayudarla...pero eso cambiaría, estaba decidido a curarla, estudiaría medicina y la curaría, no importaba si los doctores decían que era imposible, él estaba seguro de que lo lograría.
La niña se durmió, debido al paseo, Hipo la llevo a su alcoba y la acostó, abrigándola muy bien. Después bajo a la biblioteca y comenzó a leer. Una gran cantidad de libros cubrían la pequeña habitación, de muchos tamaños y grosor, incluso en varios idiomas, pero esto no era un inconveniente para el chico, por increíble que parezca, le estaba muy agradecido a su tutor por haberle obligado a estudiar tantos idiomas de pequeño. Algo muy curioso, porque Hipo, a pesar de ser un huérfano, era la persona más culta en toda la escuela, posiblemente la más inteligente, y aunque no le gustara admitirlo se lo debía a su tutor, que fue exageradamente estricto en su infancia con él. Gracias a ello había leído todos los libros de ese lugar, pasando el tiempo, después de todo él no era el chico al que invitaban a fiestas o reuniones.
Después de un rato se aburrió, dejo el libro y comenzó a inspeccionar la habitación, los estantes llenos, el sillón de la esquina, las ventanas con marco de madera detallado con rosas, el crucifijo que colgaba de la pared del final...el crucifijo, el chico se levantó y camino a esa pared, sus hermosos ojos verdes se clavaron en la pieza. Era una cruz muy hermosa, de unos treinta centímetros aproximadamente, de color humo con bordes de plata, y en el centro una frase escrita en latín, que formaba un círculo.
Hipo lo miro y leyó en voz baja.
-Manus Sinistra Dei...la mano izquierda de Dios.
El chico continuo mirándolo, ese objeto era uno de los tesoros, tal vez el único, de su tutor, el hombre ni siquiera permitía que alguien más que él, limpiara esa pieza, y eso era raro ya que ponían a limpiar a Hipo toda la casa.
-pues, mmm (ladeándola cabeza), no se me hace muy importante, no creo que sea muy especial, bufo aburrido.
-ah, pero lo es Hipo, es un objeto muy importante y valioso.
El castaño brinco del susto, a su espalda se encontraba un sonriente Jedan. El rubio se paró a su lado y comenzó a hablar, sin quitar la vista del crucifijo.
-ese crucifijo es una especie de medalla Hipo, la medalla más alta que se le puede dar a un Templario, y te puedo asegurar que muy pocos la obtienen.
El chico lo miro sorprendido, y curioso, eso no lo sabía.
-dime Hipo, ¿Qué sabes del padre Thomas?
La pregunta tomo desprevenido al castaño, el cual lo pensó varios segundos antes de contestar, -bueno, sé qué hace varios años fue un Templario activo y...y...nada más, respondió apenado.
-ja,ja,ja, valla Hipo, se nota que no hablas mucho con tu tutor, el rubio comenzó a acariciar su cabella mientras le sonreía, -bueno, te hablare sobre él.
Veras, hace tiempo, cuarenta años para ser exactos, el padre Thomas llego a esta ciudad, era un joven de unos veinte años, y un templario, tenía la misión de vigilar el muro por unos meses, antes de iniciar su...viaje, un viaje que todo templario debe realizar. Por bastante tiempo todo fue paz y tranquilidad, incluso estaba por marcharse cuando...una noche...él...
El rubio guardo silencio, como explicarlo. Hipo lo miraba curioso. En segundos el rubio lo tomo de su mano y lo saco de la habitación, arrastrándolo a la puerta que daba al sótano, antes de que Jedan abriera la puerta, Hipo retrocedió asustado.
-yo...yo no puedo entrar ahí, afirmo nervioso.
Jedan le sonrió, coloco su mano en su hombro y lo miro fijamente.
-no te preocupes, el Padre Thomas no está, y yo no le diré que entraste...aparte no entenderás lo que te explico si no lo vez con tus propios ojos.
El joven se giró y abrió la puerta, tomo la mano de Hipo e ingresaron. Unas escaleras de metal los recibieron, parece que tenían que bajar por un pasillo estrecho; el corazón de Hipo comenzó a acelerarse, su estómago se apretó y podía sentir un ligero escalofrió recorrer su espalda; conforme avanzaban las emociones comenzaron a inundarlo, miedo, curiosidad, alegría, emoción, finalmente sabría lo que había en el sótano. Los chicos se detuvieron frente a una puerta enorme de metal. Jedan coloco su palma en el picaporte dorado, con cuidado lo giro y entraron. Cuando ingresaron el techo se ilumino por completo.
-Woooaaaaaaooooooo
Los ojos de Hipo se abrieron sorprendidos, la habitación se encontraba repleta de armas, en las paredes colgaban espadas de todo tipo y tamaño, una gran variedad de hachas y lanzas, bolas de metal, arcos, escudos. Pero eso no era todo, adornando el pasillo, en dos filas, unas enormes y alargadas vitrinas de cristal se encontraban repletas de armas de fuego, Magnum, beretas, lazers, granadas, lanza cohetes, rifles, desde las más antiguas, hasta las más modernas, se encontraban ahí. El castaño las contemplo asombrado, algunas las había visto en libros, otras de plano ni sabía que existían.
-¿son las armas de los Templarios?
-lo fueron, ase años, ahora usamos armas mejores, hablo orgulloso el rubio, -pero esto no es lo que quería mostrarte, ven, sígueme.
Hipo lo siguió como perrito fiel, entraron a otra habitación, aún más amplia que la anterior, esta se encontraba vacía, no había absolutamente nada, ni muebles, vitrinas o armas, lo único que se podía apreciar eran algunas marcas en el techo, suelo y paredes, parece que la estaban remodelando, porque había algunos agujeros en esos lugares, atravesaron la sala en silencio, al final había una puerta de madera, pintada en negro con una flama en el centro. El rubio se detuvo enfrente, antes de abrirla se giró a ver a su compañero.
-escucha muy bien Hipo, hablo serio, -lo que estoy por mostrarte es uno de los logros más importantes de la iglesia, un logro que todos los templarios deseamos tener, pero pocos alcanzamos... ¡no puedes decírselo a nadie!... ¿entendido?
Hipo trago grueso y asintió. El rubio se giró y comenzó a abrir la puerta despacio, cuando la barrera fue abierta, la habitación comenzó a alumbrarse, a diferencia de las anteriores, esta se alumbraba despacio, comenzó con una pequeña luz amarilla, que fue creciendo poco a poco, tornándose blanca e iluminar todo el lugar.
-esta es la razón por la cual el maestro obtuvo la medalla.
Los ojos de hipo se abrieron asombrados, el chico se congelo en su lugar, no daba crédito a lo que veía. Jedan se paró junto a él y continuo el relato que dejo pendiente en la biblioteca.
-una noche, mientras el Padre Thomas, en ese entonces un templario joven de veinte años, mientras el vigilaba, ellos aparecieron. Fue un verdadero Shock, muchos Templarios los creían extintos, ya que pasaron más de cien años sin ver a uno, Jedan se adentró despacio al cuarto, Hipo lo seguía en silencio,-El Padre Thomas dio la alarma, los templarios se prepararon para enfrentarlos... ¿recuerdas que en una ocasión me preguntaste si se podían transformar?, Hipo asintió, -bueno, estos dos Sí...y eso les dio mucha ventaja. Varios Templarios cayeron bajo sus garras, según dicen la pelea se extendió hasta mediados del día siguiente... Al final, solo un templario quedo en pie... El Padre Thomas. Hipo lo miro sorprendido, ¿solo él?, -a pesar de sus heridas consiguió derrotarlos y salvar a la ciudad...él solo... La iglesia reconoció su valentía, lo premio con ese crucifijo, lo reconoció como una mano ejecutora, "La mano izquierda de Dios".
Hipo lo miraba asombrado, y aterrado, el chico temblaba por dentro mientras contemplaba la habitación.
En el centro del cuarto, sujeto con hilos de metal, se encontraban dos enormes esqueletos, dos esqueletos de... dragón.
-eran dos razas muy fuertes Hipo, este (Jedan señalo a al esqueleto más pequeño, este tenía una cabeza muy parecida a la de Rasmus en su forma dragón, solo que con una cresta, con dos enormes huesos de alas que formaban una cruz, de grandes garras, con su enorme cola y dos enormes colmillos que sobresalían en su boca) era un Stormcutter, un dragón muy veloz, hábil en el combate aéreo y silencioso. El padre Thomas logro derribarlo con una ballesta.
-¡¿una ballesta?! Pregunto incrédulo Hipo.
-Sí, una de las ballestas del muro...estas ballestas son enormes Hipo, y poderosa, disparan a la velocidad del sonido, sus flechas miden más de diez metros y están hechas con un acero especial, pero lo más importante es la punta, esta es un láser independiente, y tan fuerte que es capaz de traspasar la dura piel de un dragón. El maestro consiguió derribarlo antes de que este lo embistiera, Jedan se acercó al esqueleto y le señalo algo a Hipo, el chico se acercó a ver, -puedes ver el camino de la flecha. En las costillas, para ser exactos en la tercera, se podía apreciar una ruptura, y más al final, en la vértebra del tórax, un enorme agujero.
*********
Y continuamos en el siguiente.
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