Capítulo 2
.
.
.
.
.
(|•|)
La luna continúa dominando el cielo durante la juventud de la noche. Es la época favorita para que los monstruos salgan de sus madrigueras y busquen a alguna presa con tal de alimentarse de ellos. Lastimosamente, dos monstruos han fallado a su misión, convirtiéndose en algo más que simplemente asesinos sin corazón.
Precisamente, uno de ellos estaba sobre el viejo puff rosado. Era N, el albino idiota favorito de todos. Sus ojos se abrieron lentamente, a la par que los contenedores en su diadema se encendía de igual modo. Instintivamente, el peli plata estiró sus extremidades a la vez que hacia una imitación pobre de un bostezo.
—Cuánto... — Balbuceo — ¿cuánto dormí..?— Sus manos se dirigieron instintivamente a su regazo, tratando de encontrar la dron que dormía entre sus piernas.
Sin embargo, en lugar de encontrar la pequeña cápsula, encontrar el frío de su solitaria situación. Aunque, no se percató al instante, pues primero bajo los ojos lentamente, antes de finalmente encontrarse completamente solo.
Su pecho recibió un golpe de realidad. Seco y gélido, sus entrañas se retorcieron en un silencioso dolor en el que solo pudo observar el hueco entre sus piernas. De sus labios escapó un leve hilo de voz, apenas más audible que un murmullo. Aclamaba por alguien, por su hija, Uzi.
Sus manos temblaron ligeramente antes de que se pusiera de pie lentamente. Buscó en la habitación con la mirada, su diadema intentaba encontrar aunque sea una sola señal de movimiento. Pero no había nada, estaba... solo.
— J... — Fue lo siguiente y a la vez lo único que pudo decir.
Ese nombre, el nombre de su jefa. Provocaba estragos en su ser. No sentía un odio por ella, pero si el origen de este. Se sentía frustrado, con el corazón latiendo a mil por hora en su presencia. Pero no era lo mismo que con V, no era amor, era incomodidad, era un mecanismo de defensa, el cual respondería a cualquier agresión, física verbal... y sin embargo, nunca actúa a tiempo.
Pero está vez había algo en ello. No había molestia. La presión en el pecho, el peso en sus hombros, el dolor de apretar los puños con tanta fuerza... se había ido. Excepto por algo, un minúsculo pero a la vez enorme pesar que atravesaba su alma. Su corazón, su núcleo.
Súbitamente, corrió hasta la trampilla, la abrió y bajo por ella. Apenas aterrizó en el suelo firme, sus alas se extendieron y salió volando por el túnel antes de elevarse en el aire. Sus plumas metálicas cortaban el aire, formando un rastro de velocidad y nubes mientras intentaba localizar su hija. Sus ojos se fijaron en la torre de cadáver, lo que le hizo fijar curso hacia ese destino.
Su velocidad aumenta a cada segundo, hasta que simplemente aterrizó sobre la nieve en el suelo, creando una dispersión de esta gracias a su impacto. Rápidamente, se adentró a la torre. El aroma era penetrante, aceite y metal resbalaba de las paredes sólidas pero a la vez delicadas. Todo se podía venir abajo por culpa de un golpe, pero a la vez se necesitaba algo más que fuerza bruta para derribarla.
Pero ni siquiera prestó atención a esto. No estaba ahí para destrozar nada, solo para encontrar a su hija. Sus pasos estaban dirigidos a la nave, donde presumiblemente J estaría. No tenía ni la menor idea si ella había descubierto algo, o si V había revelado su secreto. Pero ni siquiera le importaba, solo iba a tomar lo que era suyo, lo que había estado protegiendo por más de un mes.
Pero no siquiera fue capaz de cruzar la entrada de la nave cuando sintió una presión en su pie derecho. Bajó la cabeza al instante, solo para allarse atrapado por un cable negro con terminación en una jeringa amarilla... una cola, la cola de una de sus compañeras. Apenas pudo percatarse de esto, pues al siguiente instante fue arrastrado por una gran fuerza, la cual lo sacó de la torre antes de arrastrarlo por la tormenta de nieve.
https://youtu.be/eEWzRy62sxE
Las alturas habían sido dominadas por una espesa niebla y oscuridad. Dificultaban la visión con la ayuda de la nieve volaba a sus alrededores como un huracán de frío. Mas esto no le impidió reunir la energía necesaria para cargar su cañón y disparar un láser a su atacante. Al hacerlo, pudo entender que no había esperado tal movimiento, pues ambos comenzaron a descender por culpa de la maniobra sorpresiva de lo que parecía ser J... o V. Lo que le permitió utilizar su brazo restante para cortar la artadura en su tobillo con su espada.
Al hacerlo se desprendió de ella, siendo arrastrado por el aire y gravedad hasta que sus alas se abrieron y frenaron su caída. Sus ojos se movían de izquierda a derecha entre la cortina blanca, tratando de localizar algo entre la nieve y el caos de la tormenta.
Su núcleo latía inusualmente rápido. Nunca se había sentido tan abrumado por un combate. Pero su mente no estaba en el duelo, sino en otro sitio. Comenzó a descender lentamente cuando, al pasar los segundos, ningún ataque se presentó ante él.
Cuando finalmente sentía como la "adrenalina" que recorría su ser se estaba disipando, un par de brillantes luces amarillas resplandecieron entre la niebla, haciéndose cada vez más grandes conforme más distancia iban acortando. Con sus garras delante de él, N intentó frenar el ataque, recibiendo el impacto de lleno pero de igual modo atrapando las propias garras de la otra oponente.
Así, ambos comenzaron a caer en círculos por culpa del golpe.
— ¿¡Qué crees que haces?! — Cuestionó N.
— ¿¡Qué hago?! ¿¡Qué haces tú?! — Respondió con un cabezazo. V lo miró a los ojos mientras se alejaba.
— V... — Masculló suavemente, con parte de su ira desvanecida. O eso era por unos segundos, antes de que la chispa se volviera a encender en su interior — ¿¡Dónde está Uzi?!
De sus garras comenzaron a llover chispas, síntoma de sus intentos por separarse, pero a su vez llevarse la victoria.
—¿¡Quién?!— Dijo —¿Crees que te puedo oír, imbécil?
Antes de que N pudiera responder, un golpe seco se hizo presente en ambos. Se habían estrellado contra el suelo gracias a su rápido descenso, provocando que ambos se soltaran.
N estaba totalmente aturdido, mientras que V solo parcialmente, había sufrido caídas peores después de todo. Pese a ésto, se tambaleó mientras se levantaba. E incluso mientras ya estaba de pie, sus piernas temblaron suavemente, adoloridas bajo una cosquilleante quemazón.
—Tarado...— Declaró entre un tono de molestia y malestar, intentaba mantenerse firme en su lugar — como se te... ocurre... — Llevó inevitablemente su mano derecha a su cabeza.
N se mantenía inerte en el suelo, algunos quejidos se escapaban de su boca mientras se incorporaba con lentitud, tropezando más de una vez en su intento. Cuando finalmente pudo mantenerse en pie por más de cinco segundos, se encontró con los ojos de V, igual de aturdida que él.
—¿Dónde... esta Uzi? — Fue lo único que alcanzó a decir antes de volver a caer sobre su espalda.
V le miró suavemente, había comenzado a jadear pesadamente cuando su impulso de adrenalina se había ido.
.
.
.
.
.
(|•|)
Era una noche tranquila. El planeta no era azotado solamente por un infierno helado sino por una lluvia tóxica también, lenta y silenciosa. Y bajo esto, la albina de ojos amarillos se adentraba al viejo refugio olvidado por sus presas. El eco de sus pasos perseguía a la mujer mientras se sacudía del agua en su cabello.
Miraba al suelo pensativa, había estado muy ocupada con sus labores de desmantaladora. Su ropa estaba más oscura de lo normal y algunas gotas de aceite aún permanecían en su rostro. Su hobby favorito era todo un tema con V. No podía pasar ni un segundo segundo quiera sin que su pecho ardiera en una búsqueda de aceite y metal que desmembrar.
Y gracias a esto, había estado desconectada de sus labores con Uzi. Al principio pensó que N le reclamaría como ya había hecho antes. Pero nunca le mencionó el tema en lo más mínimo a pesar de que ya tenía una escusa lista preparada en un blog de notas. Pese a ésto, una extraña sensación hormiguente invade su pecho, su núcleo. N ha sido más apagado de lo normal, más silencioso y apenas presta atención a lo que ella o J le dicen...
Y creé saber el por qué.
V camino un poco más antes de detenerse por debajo de una trampilla, su gran secreto, suyo y de N.
Hablando de N, una extraña... melodia podía percibirse a pesar de los metros de metal y hormigón. Sonaba como una pequeña musica infantil.
V brincó hasta la rejilla y la abrió cuidadosamente antes de ingresar y volver a tapar el lugar. De inmediato se encontró con una habitación a oscuras, a excepción del puff que estaba contra la pared. Una lámpara de luz amarillenta a duras penas lograba proporcionar la iluminación necesaria. Pero esto no era necesario para alguien como V.
Frente a ella estaba un N dormido, completamente relajado, sin embargo, su visor estaba encendido, provocando luz propia con las palabras «playing: Gato de Barrio»¹ Mientras que en sus piernas descansaba una igualmente dormida Uzi, con algunas «zzz» en su pantalla, aparentemente todo gracias a la música infantil.
¹(Es una canción de Cri Cri xd. Música infantil pues)
V negó lentamente con los movimientos de su cabeza. Mientras lo hacía se cruzó de brazos. "Qué idiotas" dijo para sus adentros. Sin embargo, su atención se mantenía en ellos. Caminó lenta y silenciosamente con dirección a ellos, con sus ojos clavados sobre el dron albino como un par de cuchillos. Pero, cuando estuvo lo suficientemente cerca él y su «hija»... se limitó a observarlos... se veían tan felices, de alguna manera, y... tranquilos.
Un suspiro se escapó de sus labios. Una pregunta llegó a su mente, casi como una ocurrencia nacida en el peor momento: ¿Es N feliz?
Y de ser el caso, ¿que lo hace feliz?
Y de lo contrario, ¿por qué no es feliz?
¿Es esa niña, tan importante para él?
Los dedos de la chica robótica rozaron su visor suavemente antes de acariciar suavemente su cabeza. Las fibras sedosas retiraron parte de su pesar.
N se había encariñado con la cría de obrero. Su determinación era algo que admiraba, claro, no lo diría al aire así como así. Pero le encantaba ver lo mucho que se esforzaba por dar lo mejor de él, por siempre cumplir con un pedido, una misión con éxito. Ama verlo intentar impresionarla.
Un suave gruñido interrumpió sus pensamientos. Había sido ella misma, pero a la vez no fue con intención. Sus ojos se cruzaron con Uzi. La mocosa que ahora N estaba cuidando, irónicamente, descuidando sus tareas, dejando de ir a las caserías, no cumpliendo órdenes y... ya no busca impresionarla... ya no.
Una punzada invadió su corazón, como un cuchillo lanzado con crueldad. Ya no estaba en la cima, había sido cambiada, reemplazada, desechada como aún juguete. Todo por una niña que no es suyo, que él no fue pieza clave para su nacimiento, pero que cuida como si él la hubiera parido. ¿Lo peor? Ella ayudó a conservarla
—¿Qué me has hecho..?— Musitó
Cerró los ojos, su respiración entrecortada resonó por la habitación. N murmuró algo, aún dormido, parecía sentir el pesar de V, al igual que su cola, rodeándo el cuerpo de Uzi, pero a su vez buscando algo más con que acurrucarse.
—Estás muy cansado... ¿no es así?
No esperó una respuesta, y de hecho no la recibió. Pero su silencio era más que suficiente. Su propia cola se acercó hasta los brazos de N, arrastrándolos suavemente, también hizo a un lado su cola. Así hasta dejar a Uzi desprotegida.
Ella la tomó cuidadosamente, como si un pedazo de vidrio se tratará. Se concentró demasiado en su misión, que ni siquiera notó cuando la cola de N se enrolló en su brazo, una última resistencia.
Un jadeó escapó. Su núcleo fue apuñalado una vez más. Pequeños jalones eran propinados por N. Eran flojos, sin fuerza. Pero buscaban quedarse con algo, con alguien. Un suave gemido salió de su boca, exigiendo que ella le regresará a su hija, o al menos se quedará con él.
Llamó por su nombre, mientras acariciaba su cabello plateado. Parecía tener efecto y su cola dejó de aferrarse tanto. Su visor había dejado de reproducir esa tonta canción y ahora simplemente mostraba algunas «zzz». Su resistencia dejó de ser efectiva y se volvió un castillo de arena mojada, tan frágil que su cola se resbaló de su brazo y cayó al suelo.
—Lo siento...— No superaba a un susurro —Te la regresaré... luego... ¿ok?
Giro sobre sus talones y se dirigió a la salido. Pero frenó unos instantes antes de salir por la trampilla. Su cabeza se giró hacia el agotado dron. Su núcleo dió un vuelco cuando le vió intentar encontrar a su hija con sus brazos. De alguna manera se veía tan patético y a la vez... tierno.
.
.
.
.
.
(|•|)
—¡Entonces dónde está Uzi! — Exclamó N.
—Relájate, idiota. Ella está en un lugar completamente seguro — Aseguró mientras se cruzaba de brazos, sentada sobre una roca.
— La tomaste sin mi permiso — N la fulminó con la mirada.
— Tu abrías hecho lo mismo — Dijo como si no fuera la gran cosa, encogiéndose de hombros.
— No es acerca de lo que hubiera hecho yo. ¡Es sobre que te llevaste a Uzi y no me avisaste!
—¡Agh! ¡Ok! Sí, la agarré y no te dije, perdóname fuel guardián de la señorita Uzi — N la fulminó con la mirada.
—¿Por qué eres así?
—¿Así cómo?—Frunció el ceño—¿Tan genial y cool?
—Sabes lo que quiero decir... tan... seca...
—¿Seca? ¡Pfff! ¿No has visto a J? — Dijo entre risas, las cuales quedaron congeladas en la nada, tan pronto vió como N no parecía importarle J o su comentario.
—Acaso te importa como soy, ¿imbécil? — Desvaneció su sonrisa, ella misma la borro.
No hubo respuesta, solo un profundo silencio antes de que N alzará la vista. El cielo estaba lleno de estrellas, escaso de nubes. Sus ojos brillaron suavemente, maravillado.
—¿Dónde está Uzi?
—Y dale con esa niña... ¿por qué es tan especial? — Agachó la cabeza, casi como si verlo directamente a los ojos le provocará golpearlo.
—... No lo sé — Respondió sin mucho ánimo —Es especial para mí... la amó.
V levantó la mirada para verlo una vez más. Ahí estaba, volviendose a preocupar por los demás, tratando de ser leal a las personas como si de un perro se tragaba. Era un perro tonto, muy tonto. Pese a todo el castigo que recibía, sigue amando con la misma intensidad.
—¿La... amas?— Tembló, su voz hizo lo propio. Ni siquiera se detuvo a sí misma para no tomar sus hombros.
—Yo... eso creo... — Se estremeció ante su toque. Nunca la había tenido tan... cerca, presente, preocupada. Sentía su mirada sobre él, penetrando su corazón.
—Pero... apenas han pasado unas semanas... no puedes.
—Yo... — Desvío su mirada, a pesar de que la presión en sus hombros los hizo doler —yo no lo decidí. Simplemente paso.
—Solo dame... dime dónde está...— Su voz era temblorosa, suplicante. La propia V sintió una punzada atravesar su pecho —¿Por favor...?
V tembló, con sus suspiró débil, se permitió abrazar a N, a pesar de que él no lo había pedido o siquiera ella lo había planeado. Simplemente paso. Así cómo N se encariñó con Uzi, y ha decidido criarla como una hija, ella ha decidido...
—Eres un imbécil...
Un nudo se formó en su garganta. Sus brazos lentamente rodearon a V mientras colocaba su rostro sobre su hombro. Su núcleo se revolcó sobre su pecho ante el calor que emanaba, invadiendo su ser.
V se quedó en silencio, solo rodeando la espalda de N, aferrándose a él como si fuera lo último que tiene en su vida.
—¿Por qué eres así?
—¿Así... cómo?— Ahora su personalidad era puesta en duda.
—Tan... amable.
No obtuvo respuesta... solo los murmullos del aire. La nieve caía a su alrededor, cubriendolos bajo su manto blanco. N se acercó más cerca de V, buscando ese calor del cuál se había vuelto adicto. Era como un perro recién llegado intentando acurrucarse junto a la gata de la familia.
(|•|)
N arrancó a Uzi de las manos de V. De inmediato la alzó suavemente para inspeccionar su estado, siendo observado por la curiosa bebé quien solo tenía un signo de interrogación en su visor.
—Hey... tranquilo. No me lo voy a comer, ¿sabes?— N entrecerró los ojos.
—Eres capaz...
V no pudo evitar reírse ante sus palabras. Con una mirada juguetona, ella se acercó y arrebató a Uzi de él.
—Ok. Observa como me la como.
Un pequeño tic en el ojo izquierdo de N se hizo presente. El rápidamente quitó a Uzi de las manos de la loca psicótica con su cola y la acercó a él.
—No— Dijo.
—Ok, ok. No te enojes, idiota— Se encogió de hombros —. Cómo sea... hoy me toca cuidarla.
—¿Qué?
—Que hoy me toca cuidarla... ¿eres sordo?
—Uh... ¿Tu? ¿Cuidarla?— Una mueca se formó en el rostro de la chica.
—Obvio.
—¿Estás... segura? Digo... osea... tu no eres precisamente la definición de...
—... Yo. Ya. Cuidé. A. Uzi. Antes... Imbécil.
—Ok, ok... solo... trata de no...— V arrebató a Uzi de sus manos y se fue volando —... ser muy dura con ella...— parpadeó múltiples veces...
De inmediato desplegó sus alas y...
—Hace mucho que no te veo... — La voz llamó a su alma y tensó su cuerpo. Se paralizó por unos segundos, en los que el aire comenzó a arremolinarse a sus espaldas —. Dos meses, ¿ah?
Siguió el viento, solo para encontrarse con la mirada vacía de J. Sus coletas bailaban con el aire, al igual que sus ropas. Una de sus manos había sido reemplazada por una espada.
—No preguntaré nada... pero la compañía no está muy contenta con tu desempeño— Se aproximó lentamente —. Y si soy honesta... yo tampoco lo estoy.
N retrocedió unos pasos, algunos de sus latidos eran tan fuertes que podía sentir su cuerpo temblar por ellos.
—Así que te daré de dos...— Frenó su avancé, y apunto a N con su espada —. O vives... o mueres... cómo el pedazo de mierda que eres.
No tuvo respuesta a eso. Sus pupilas se dilataron, parpadeando entre amarillo y blanco. Las manos le temblaban, casi como si estuviera apuntó de desmayarse ahí.
(|•|)
De caminó a la base en dónde escondían a Uzi. V se detuvo. Aún en el aire, se dió la vuelta. Miró a sus alrededores en buscá del idiota de pelo blanco, pero N no daba señales de vida.
—... ¿No me siguió? — Fue lo único que atino a decir.
Miró el cielo, las nubes comenzaron a dispersarse a su alrededor, proporcionándole más libertad visual, pero a su vez, también un pequeño dolor agudo en su brazo.
Rápidamente descendió hasta el suelo, en dónde se checó, y así pudo ver como si metal estaba al rojo vivo. Lo que solo podía significar una cosa: se estaba haciendo de día.
(|•|)
N Vs. J
={Panic of forgetting}=
(Pánico por Olvidar)
Sobre un lago congelado. J se dejaba consumir el frío. Su mirada estaba muerta, centrada, calculadora. Frente a ella, un N completamente callado, sus ojos temblaban como una gelatina a la interperie.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de J a la par que avanzaba cuidadosamente. Una satisfacción nació en ella con tan solo verlo así de indefenso, dudoso de su propia fuerza.
— Honestamente, vine aquí para ver cuán resistente puedes ser...— Se encogió de hombros mientras caminaba —. ¡Pero estás temblando como una de esas malditas tostadoras! Que decepción... esperó que el próximo modelo no sea igual.
Y tras esto, se lanzó hacia N, asestando un puñetazo con sus garras, que lo mandó a unos metros más lejos. Su sombrero cayó de su cabeza, y posteriormente fue pisado por J sin darle la mayor importancia.
Su cuerpo azotó contra el hielo, haciéndolo gruñir a la par que se fracturaba en distintas grietas irregulares. N alzó la cabeza lentamente con su cabello entorpeciendo su visión.
Se obligó a sí mismo a reincorporarse rápidamente, apenas lo suficientemente rápido como para esquivar un corte de J. El albino desenvainó sus propias espadas, y con ellas, se defendió de los ataques de la chica.
Chispas rebotaban por cada encuentro, sus movimientos eran rápidos y contundentes, sobretodo los de N, quién se especializada más en la fuerza bruta, contrario a J, quién prefería buscar puntos débiles y aprovecharlos con cortes certeros.
(Mi headcanon
N: Fuerza bruta.
V: Velocidad.
J: Técnica [precisión].)
Así, J hizo tajo en su rodilla, haciéndolo perder el balance y conectando una patada en el rostro la cuál lo alejó unos metros. N rebotó violentamente por el hielo antes de usar sus alas para frenar, al mismo tiempo que utilizaba su ametralladora.
J, sin darle mayor importancia a las balas, corrió hacia N con ambos sables, cortando los proyectiles con los hojas antes de saltar por encima de N y descender con un espadazo.
Usando la espada en su otra mano, N, bloqueó el golpe, solo para remplazar la ametralladora por sus garras y tomar la muñeca de J y la arrojó.
La dron se recuperó en el aire, aterrizando don mayor problemas en el suelo, solo para avalanzarse dlbre N, quién hacia lo mismo.
Un nuevo duelo de espadas tuvo lugar, con J a la cabeza, arrinconado a N y haciendo retroceder antes de empujarlo unos metros de una sola patada. Para luego posteriormente perseguirlo a gran velocidad.
Mientras rodaba por el suelo, sacó múltiples shurikens de su abrigo¹ y los lanzó sin piedad. Así tomando por sorpresa a J, quién no tuvo más remedio que cubrirse con sus brazos a la vez que se tropezaba.
¹(Sé que posiblemente lo saque de su brazo como el resto de sus armas, pero creo que así es más dinámico)
Ella se reincorporó rápidamente, mas apenas lo hizo se encontró con un N quién le asestó un puñetazo en el rostro con tal potencia, que su diadema se apagó por unos segundos.
J retrocedió torpemente, aturdida. Pero no lo suficiente como para no atacar con su cola. Sin embargo, fue repelida sin mayor problemas.
Ante la aparente vulnerabilidad de J, N intentó hacer un corte ascendente, sin embargo, la albina lo esquivó con maestría y le devolvió el golpe en forma de un gancho al estómago y posteriormente regresando el puñetazo de hace un rato.
N se alejó como pudo, mas la cola de J atrapó su tobillo, jalando de éste y haciéndolo tropezar antes de estamparlo contra el hielo sólido. Y no contenta con una vez, lo hizo una y otra vez antes de soltarle.
Pasaron unos segundos, en los que N se quedó completamente inmóvil, rendido sobre el hielo macizo debajo de él.
—Si no peleas, te destruiré como chatarra inservible— J habló, prácticamente frente a él. N tembló ante su presencia. Se sentía sobrenatural, extraña, provocaba un cosquilleo en su nuca.
—¿Des... destruirme?— El cable negro de su cola rodeó su cuello, apretándole gradualmente como una boa
—Eso fue lo que dije, destruirte, pedazo de chatarra...— Alzó al pelo blanco con su cola hasta que ambos pudieran ver los ojos del contrario —Una vez que te mate, la compañía mandará un respaldo tuyo.
—Por supuesto que... no recordarás nada— Su respiración se volvió entrecortada, con sus manos tratando de llegar a su cuello y aligerar la constricción¹.
¹(«Acción y efecto de constreñir» ósea, apretó más fuerte... xd?)
El eco de sus palabras recorrió su sistema. Enterrándose en su alma como cristales, amplificando el eco en su interior, repitiendo una y otra vez: «no recordarás nada»
Un pinchazo lo sacó de sus pensamientos. Era un solo dolor, pero profundo, ardiente. Extendiéndose por su piel como un millar de agujas al rojo vivo. Apretó sus ojos en agonía, suprimiendo un gemido al apretar los dientes.
J recorrió sus dedos por su ropa. Gotas de aceite rodaban por la ropa, impregnando la tela de su tonalidad aún más oscura. Se enfocó en el rostro de N... indefenso, patético, vulnerable, estúpido, débil, basura... son solo algunas palabras que pasaron por su cabeza.
J había usado su propia cola para apuñalarlo. Con los nanobots devorando su metal y circuitos por dentro, como un millón de hormigas, mordian y arrancaban sin compasión. Sin avisó previo, la líder desprendió el arma de su estómago, arrancando la jeringa del cable negro.
—Eres tan patético. ¡Por un momento creí que podrías haber sido un reto!— Lo estampó contra el suelo —Y pensar que alguna vez fuiste el líd...— Su rostro fue iluminado por un destello amarillo, a lo que rápidamente se alejó.
Un rayo de energía, proveniente del cañón de N, se elevó hasta el cielo, destellando entre lad nubes.
—Tu me... ¿a...atacaste...?— Preguntó, prácticamente al aire. Su oponente estaba tendido en el suelo, inmóvil, como si ese ataque hubiera drenado todas sus fuerzas —¿A... traición...?
Nunca recibió una respuesta, solo el frío silencio de Copper-9. Apretó los dientes, sacó su espada y se encaminó hacia N. El hielo se sollozó bajo su peso, de entre las grietas, agua lograba asomarse, congelándose una vez más a los pocos segundos.
—¿¡No vas a pelear?!— Exclamó — ¿¡Eres un puto maricón?! ¿¡Acaso no quieres vivir?! — Alzó la espada sobre su cabeza apenas estuvo frente a su cuerpo desplomado.
Nada satisfizo sus cuestionamientos, además de un suave movimiento del dron que hace tan solo unos momentos se mantuvo imperturbable. Sus ojos, amarillos, temblaban, como los de un cachorro asustado, aterrado, víctima del miedo. Siendo únicamente un pobre diablo tendido en el suelo como un montón de basura.
J suspiró, bajando la espada cautelosamente.
—Creí que eras mejor...— Nuevamente, esperó una respuesta que nunca llegó —. Te haré un favor... pero no sé cuál...— Un gruñido salió mientras pensaba.
— ¿Te parece sí... eliges con que arma te gustaría morir? — Ella extendió su brazo con su espada —Ya sabes lo que tengo: espadas, ametralladoras, escopetas, cañón láser, Uzis, una bandera genial... ya te sabes el catálogo completo.
«Uzis
La palabra rebotaba entre las paredes de su mente. Cada rebote tenía su propia personalidad, un diferente sonido, otra sensación. Ecos del pasado invadieron su corazón, mente, alma. Eran afiladas agujas, penetrando su piel y haciendo sangrar su alma.
«Uzi»
Susurró
Sintió algo en su pecho, no era doloroso, no era un peligro. Cálido, suave, confortante. Su núcleo, rodeado de un calor extraño, pero lindo, acojedor. Memorias, recuerdos de su hija aterrizaron sobre él y lo cubrieron como a una avalancha. Abrió sus ojos una vez más, la nieve le saludó desde su gélido regazo.
Sin embargo, un gran dolor en su estómago lo alejó de aquella tranquila. Sus ojos se clavaron sobre J, quién había pateado su estómago. Fruncía el ceño, cruzadando los brazos.
—No tengo todo el día, imbécil — Deshizo el nudo de sus brazos y levantó su brazo derecho, con su espada brillando ante la luna.
Su ojo se fijó en la hoja, resplandeciente, majestuosa.
"nO pUEdO coN J..."
"NO SoY capAz dE vENcERLa..."
"SuPonGO qUE TuVIsTe raZóN"
"eLlA vA A maTaRMe... v"
"¿V?"
"v..."
"¿dÓNde EStaS...?"
"aHOra qUE tE NeCeSITo..."
"¿DÓnDe EStaS?"
"¿dÓNdE EsTA uzI?"
"¿DóNDe... estOY yO...?"
Extendiendo una de sus alas, N golpeó a J, alejandola lo suficiente como para ponerse de pie y tomar su distancia. J por su parte, tenía una expresión ligeramente confundida, pero también frustrada. Resopló por lo bajo.
—Aún quieres más, ¿huh?— Se esforzaba por sonar tranquila —¿No tuviste suficiente?.. ya habías perdido...— Se encogió de hombros.
—No voy a morir...— Respondió, después de mucho tiempo.
Una suave carcajada se escapó de sus labios a la par que se cruzaba de brazos.
—Yo no estaría tan seguro...— Suspiró —. Hoy... — En su visor se manifestaron las palabras «Discurso para tirar la basura» — las cosas cambiarán... finalmente seré libre de tu... tu...
—Olvídalo, ¡¡solo déjate matar y ya!!— Se puso en posición junto a una >< en su visor.
.
.
.
.
.
<•••>
N Vs. J — Phase 2
=[Murderous Rage]=
(Rabia Asesina)
https://youtu.be/4ws6vTs7ygA
Original Song Name: Psychotic Determination — (Determinación Psicótica)
Rodeados de una tormenta de nieve, los rivales se miraban fijamente. Una sonrisa mordaz apareció de entre los labios de J. N por su parte, se mantuvo imperturbable, o al menos así era por el exterior.
De un momento a otro, abrieron sus alas y despegaron en un choque de sus espadas. Tras este primer encuentro, más colisiones le siguieron. Cada uno más rápido y fuerte que él anterior. J tomó la delantera con una patada, seguido de varios misiles.
N se recuperó rápidamente, y esquivó los misiles al descender a gran velocidad. Misma con la cual embistió a J con dirección al suelo. Al impactar, ambos se alejaron de un salto, aunque J tomó una ruta más agresiva al saltar por encima de N con una patada de hacha. Esté se hizo a un lado, escapando de la destrucción que ocasionó el golpe.
Sin dar un solo segundo de respiro, J se abalanzó sobre N, empezando un nuevo encuentro de espadas. Hasta que N atrapó la hoja con sus garras, aprovechando la oportunidad para lanzarla por los aires y perseguirla.
J luchaba por recuperarse, abriendo sus alas para frenar su caída, sin embargo, así fue presa fácil para un disparo láser de N. Y no contentó con ésto, asestó una patada en el estómago de la chica, ascendiendola hasta las nubes.
Niebla, nubes, nieve, rodeaban a los drones quienes se adentraban a sus Domino's con cada intercambio. J conectó un garrazo en el pecho de N, solo para propinar un puñetazo en venganza por la patada anterior, alejándolo.
Sin embargo, en lugar de regresar al siguiente instante, N se mantuvo en la neblina, escondido entre sus faldas como un astuto cazador. Solo sus ojos brillantes eran capaces de atravesar la neblina, pero estos también desaparecieron a los pocos segundos.
—¿Dónde...?— Masculló para sí. Antes de recibir un golpe por la espalda.
Ella giró rápidamente, sin embargo, N ya se había alejado y vuelto a esconder, solo para volver a atacar en sus puntos ciegos.
—Si así quieres jugar...— Con sus lanzamisiles, J disparó una lluvia de estos. Las explosiones daban claridad entre las nubes, deslumbrando la silueta de N —¡Te encontré!
J cargó hasta él, atrapando su rostro entre sus garras y descendiendo con él hasta el suelo, en dónde se estrellaron cerca de un edificio.
La dron se reincorporó antes que N, y aprovechando su vulnerabilidad, lo tomó de la pierna con su cola y lo arrojó contra el edificio. N se estrelló contra la pared, que apenas se mantenía en pie. Un quejido se escapó de sus labios, sin embargo, aún pudo moverse para esquivar otro garrazo de J.
La pared se derrumbó, y parte del edificio hizo lo mismo. Mientras lo hacía, N esquivaba los ataques de J, sus movimientos eran rápidos y cuidadosos, dando especial atención a mantener la guardia alta. Sin embargo, también se enfocó en contraatacar.
Las garras se atoraban entre ellas, desprendiendo chispas en cada encuentro. La danza mortal se volvía cada vez más salvaje y despiadada. El polvo (Dust) invadió el ambiente, cubriendo las piernas de ambos rivales. N se hizo a un lado para esquivar una arremetida de la cola de J, sin embargo, quedó vulnerable al siguiente ataque.
Sus pupilas temblaron, sus piernas se estremecieron por el dolor. A la derecha de su visor, resbalaba aceite, y también el rastro de los dedos metálicos. Retrocedió...
Una pequeña sonrisa se vió nacer en los labios de la chica. Observó el aceite en sus garras, brillante, tibio, pegajoso. Se aseguró que N viera como devoraba el líquido frente a él, mientras sus ojos brillaron con sadismo.
—No moriré...— Masculló, buscando convencerse a sí mismo.
Se lanzó sobre J, sin embargo, ella atacó primero, asestado algunos cortes en su torso antes de que esquivará un ataque retrocediendo, y regresará junto a un puñetazo con sus garras. Solo para volver a enfrascarse en una danza con sus espadas.
J se alejó de un salto, a la par que usaba su lanzamisiles. A lo que N se elevó al cielo, esquivando las explosiones y posteriormente embistiendo a J a través del edificio. En su interior, N, se impulso con cada pared, saltando de un lado a otro, rodeando a J, quién comenzó a disparar al aire con desesperación.
Sin embargo, el intento fue inútil. N conectó una patada en su estómago, y con ello intentar apuñalarla. Mas J logró defenderse con su espada. Aunque N no se rendía en sus esfuerzos por herirla. Su cola se había vuelto una lluvia incesante de picotazos, con una J que apenas y podía rechazarlos. Hasta que pudo tomar la jeringa con su mano, inmovilizado a N.
Aprovechando la situación, la dron jaló de su cola, y por consiguiente, de él. Estampandolo contra el suelo una y otra vez antes de lanzarlo contra una pared, la cual se derrumbó por el impacto. Sin embargo, N salió de los escombros a gran velocidad, atacando con aún más ferocidad, bloqueando los ataques de J, y contraatacando con maestría.
Finalmente, conectó un disparo de energía a quemarropa, sacando a J del edificio. Al seguirla velozmente con la ayuda de sus garras, pudo esquivar la lluvia de balas de J, conectando algunos cortes con sus garras.
La líder se veía abrumada por los ataques incesantes. La fuerza bruta de N era mayor a la suya, dificultando la labor de defensa y la hacia presa fácil. Poco a poco, comenzaba a seder a sus ataques, incapaz de seguirle el ritmo. Hasta que finalmente, su cuerpo se paralizó.
Pequeños espasmos invadían el cuerpo de J. Sus ojos bajaron hasta su abdomen, en dónde, la hoja plateada, atravesaba su metal, haciéndola sangrar a chorros.
El calor comenzaba a resbalarse de ella, la vida se escapaban de sus manos como agua entre sus dedos. El aceite cubría la hoja afilada con su manto azabache, mientras caía de su abdomen.
Nunca había experimentado ese dolor, el frío entrando en su cuerpo e invadiendolo como su territorio. La debilidad, la vulnerabilidad.
Su pecho dolió, sintió una punzada, pero no fue un ataque de N, fue algo más... interno. Un golpe directo... a su orgullo.
Apretó los dientes mientras cerraba su mano temblorosa en un puño, y con una patada alejo al albino por unos metros. Marcas en el suelo quedaron para posteridad como evidencia de tal ataque, mientras que N se inclinaba ligeramente hacia adelante, tratando de mantener el equilibrio.
Sin embargo, un brillo peculiar invadió su rostro. En su visor, su ojo izquierdo había sido sustituido por una ×. Mientras esbozaba una sonrisa que pocas veces mostraba. Sus colmillos brillaron frente a la luz de la luna. Y su visor finalmente fue dominado por una gran ><.
N Vs. J
Dust — It's My Turn!
—¡Mi turno!
Phase 2.5
={Psycho Murderer}=
El albino se lanzó hacia J a gran velocidad, dejando una estela de nieve detrás suyo. El Asesino Psicópata conectó un zarpazo en el pecho de la dron, seguido de un puñetazo a su rostro.
"¿Desde cuándo están... rápido?". Pensó la dron mientras esquivaba un disparo de energía a la par que abría sus alas. Rodeó a N, mientras las explosiones de misiles ocurrían a sus espaldas, hasta que se acercó lo suficiente como para lanzar una patada. Para su desgracia, N atrapó su pierna y la estrelló contra el suelo, y posteriormente lanzarla lejos.
N esbozó una gran sonrisa, con sus colmillos afilados siendo recubiertos por una salina viscosa. Extendió sus alas, a modo de parecer más intimidante, sin embargo, sintió un gran ardor en ellas que lo hizo soltar un chillido.
Vió sus alas, al rojo vivo, ardiendo como un montón de leña en la interperie. Era dolor punzante, que no dejaba de apuñalarlo una y otra vez. Llegó a una conclusión: se estaba haciendo de día.
Impulsado por el dolor, N, salió disparado hacia J, quién apenas se estaba poniendo de pie. Él la embistió y arrastró con su cuerpo, avanzando unos metros. Al separarse, N rápidamente preparó su espada para dar el golpe de gracia. Pero J pudo bloquear a tiempo mientras se ponía de pie, aún resistiéndose a caer.
Cada espadazo de N era más fuerte y rápido, desarticulaba la defensa de J, quién temblaba con tan solo bloquear sus ataques. Ni siquiera tenía la oportunidad de responder pues tenia que mantenerse bloqueado si no quería ser hecha pedazos. Retrocedió, aún con la guardia en alto, buscando algún punto débil en N.
El nombrado hizo gala de su fuerza, partiendo la espalda de J, quién rápidamente se alejó de un salto. Mientras retrocedía, pudo ver la expresión de N. Era una llena de confianza, ferocidad, nada igual al idiota del cuál se había estado burlando todo este tiempo. Tal vez lo había empujado demasiado, lo estimuló demasiado, y ahora, por subestimarlo, estaba siendo superada.
—¿¡Por qué no te mueres?!— Extendió sus alas con fuerzas renovadas — ¡¡Solo eres un puto pedazo de chatarra!!
Insanity — Time's over!
J salió disparada hacia N, sin embargo, en lugar de atacar de frente, lo hizo por la espalda, tomando por sorpresa a N, quién se llevó la patada de lleno. El combate evolucionó rápidamente, con sus garras, intercambios de golpes iban y venían a gran velocidad, J tomó la delantera, conectando un puñetazo al estómago de N, solo para luego utilizar su lanzamisiles a quemarropa.
Por la explosión, N cayó unos metros más lejos, sin embargo, la >< en su rostro aún no se borraba, en su lugar, brilló con más intensidad.
—Si te mató...— Susurró para sí, la distancia le permitía no ser oído por J — Uzi... vivirá...
De un salto se puso de pie, y se impulsó hacia J, quién lo esquivó al hacerse a un lado con gran elegancia.
—Eres tan patético como predecible... — Dijo, esquivando un segundo intento, y un tercero y un cuarto, hasta que finalmente N atrapó su rostro en un zarpazo.
Por el impacto, J salió volando por unos metros antes de detenerse por ella misma. Justo a tiempo para interceptar un golpe de N. Tras esto, ambos tomaron su distancia por unos segundos antes de volver a enfrascarse en un duelo con sus espadas como protagonistas, el cual escaló hasta un combate aéreo.
J cambió rápidamente a sus ametralladoras, a lo que N se alejó, esquivando las balas a gran velocidad a la par que volaba alrededor de ella para encontrar su espalda y atacarla desde ahí. Sin embargo, cuando se dispuso a hacerlo, fue sorprendido por una patada que lo estrelló directamente al suelo.
—¡¡Muérete de una vez, basura!!— Grito al aire. Disparando misiles a montones.
Entre las gigantescas explosiones, un láser amarillo ascendió, impactando contra J y entorpeciendo su ataque. A lo que N, quién pegó un gran salto desde el suelo, atrapó su brazo, y así giró en el aire hasta soltarla de regreso al suelo.
Antes de que J cayera, N conectó una patada doble sobre su estómago, así cayendo juntos, pero J recibiendo todo el daño.
Al caer, N observó el cuerpo inmóvil de J, ignorando la cola de J la cual atrapó su pierna y lo azotó contra el suelo repetidamente, dando tiempo a J a que se recuperará. Pero antes de que pudiera tomar más ventaja, N cortó el cable de su cola, así liberándose.
Rápidamente usó una de sus alas para golpear a J, alejándola. Pero ella aprovechó está distancia para utilizar ambas ametralladoras. A lo que N, sin ni siquiera pararse a analizarlo, corrió hacia ella, solo con sus espadas. Cortes rápidos y certeros eran efectuados con ellas, cortando o bloqueando las balas en una tormenta de rastros de luz plateados.
J siguió disparando, viendo como se acercaba poco a poco. Entre la tormenta de nieve y acero, vió dos ojos, los cuales se unieron en su modo de combate y sus dientes de plata brillaron entre el amanecer.
Finalmente, N se abalanzó sobre J, libre de balas, son embargo, ella se hizo a un lado, y aprovecho para hacer un corte en una de sus alas, la cual cayó a la nieve junto a un chorro de aceite.
N frenó, solo para darse cuenta que J ya no estaba detrás suyo, sino sobre él. Rápidamente se cubrió de la patada de hacha con su ala restante, el suelo se agrieto bajó sus pies, solo para agitar su ala para alejar a J, a la vez que se impulsaba hacia adelante, y así taclearla
Ambos rodaron por el suelo por unos segundos antes de reincorporarse. J atacó con un corte descendente, pero N la esquivó al agacharse a un lado y respondió con su cola, la cual intentó rasguñar al menos un poco a J e inyectarla con su nano ácido. Mas J se escabulló entre los cortes para asestar puñetazo lateral directo a su rostro.
N rodó por el suelo, jadeando, pues ambos estaban cansados, pero era él el más afectado, su visión comenzaba a tornarse borrosa. Pese a esto, no tardó en ponerse de pie una vez más.
Más espadazos fueron lo siguiente. Una lluvia de chispas caía sobre la nieve. Con cada movimiento, el enfrentamiento se volvía más feroz, pero a su vez, comenzaban a perder sus fuerzas.
La >< de N no tardó en diciparse en medio del combate. Pero aún seguía en pie, golpeando con mayor fuerza. Sus ojos, amarillos, poco a poco comenzaron a desvanecerse, perdiendo su tonalidad y volviéndose de un blanco insípido.
En un momento, N pudo hacerse a un lado, esquivando un tajo verticual de J, el cual solo pudo cortar unos cuantos mechones suyos. Ésto fue la oportunidad perfecta. Reuniendo sus fuerzas en un último ataque, empujó a J con su cuerpo.
Ella perdió el equilibrio, cosa que aprovechó, usando sus garras para atacar veloz y despiadadamente, haciendo cortes en todo su cuerpo.
J se vió abrumada por tantos ataques, no era capaz de defenderse de tanto en tan poco, aunque lo intentará. Por lo que, en una canalización de todas sus fuerzas, aguantó los golpes, ignoró el dolor y utilizó su espada para atravesar el pecho de un N con la guardia baja casi por primera vez.
Apenas sintió como la lluvia de zarpazos frenaba, ni siquiera se frenó a mediar palabra, a burlarse. Arrancó la espada de su pecho e hizo un último corte, partiendo N por la cintura.
Los ojos de N, completamente blancos, como cuando era un simple mayordomo, temblaron. Cayó al suelo en un golpe seco. Su mitad inferior no tardó en acompañarlo. Aceite se escapaban desde su torso y piernas, mientras su visión enfocaba entre glitches a J.
Ella por su parte, se tambaleó, mientras esbozaba una sonrisa ganadora. Casi cae, pero pudo sostenerse del suelo antes de volver a ergirse.
—Qué tal, ¿eh?— Susurró, sus ojos redolandecian con el brillo de la victoria — ¿El suelo se siente bien?— Rió suavemente.
—Ahí es donde perteneces... basura...— Levantó la cabeza, elevando la mirada y avistado el cielo despejado. Apenas habían nubes, y el sol ya estaba ahí, tan cerca de ellos que el tronco inferior mutilado de N estaba sufriendo las consecuencias a exponerse a la luz.
—¿Sabes...? Me... gustaría... quedarme a despedazarte— Suspiró, guardando sus armas —. Pero... ésto tomó más tiempo de lo que creí... gracias por cierto... perdí toda una noche de trabajo...
Retrocedió entre pasos torpes y lentos, riendo para ella misma y su victoria. Una gran paz llegó a su núcleo al verlo en ese estado. Indefenso, débil, apunto de perecer... tan satisfactorio, que le gustaría llevárselo para disfrutar más... pero eso sería arriesgarse a su regeneración, pero también a su debilidad.
Los ojos de N estaban fijos a J, temblaban como los de un niño asustado. Se le era difícil respirar, ni siquiera podía mantener los ojos totalmente abiertos. Su diadema se había apagó por completo, con la excepción del foco principal. No sentía las piernas, y eso le aterraba, sabía lo que había pasado, pero tenía miedo a quién había provocado eso. Al final... su valentía no sirvió de nada... volvió a perder frente a la persona a la que más teme.
Un quejido escapó de sus labios. Ni siquiera sabía lo que le pasaba, pero ni siquiera tuvo las fuerzas como para vocalizar ese dolor en algo más que un grito ahogado. Eran miles de agujas, clavándose sobre su piel y atravesando sus circuitos, provocando cortos y daños irreparables. El dolor se extendía progresivamente a un ritmo tortuoso, de abajo para arriba, tan lentamente que era preferible morir de una vez.
—Nos vemos, idiota. Ojalá tu respaldo no sea igual de inútil— Se encogió de hombros.
Y simplemente se fue, dejando a N bajo la luz del sol, disolviendo su piel a nada más que metal fundido. Con sus últimas fuerzas, abrió su ala restante, y se cubrió con ella.
.
.
.
.
.
.
.
.
7495 palabras
Fecha de inicio de escritura: 29/10/24 (lo escribí antes de regresar a Wattpad, por mero aburrimiento)
Fecha de publicación: 16/10/24
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top