ESPECIAL (CAPÍTULO VEINTE)

Stacy

Quiero que todo acabe, que ese maldito señor se largue de una vez. Quiere controlar y monitorear todo. Si no he tomado cartas en el asunto, es por mis dos esposos, principalmente por Louis. Pero poco a poco, mi paciencia se agota.

Me encontraba en lo que se ha convertido en mi oficina, despachando al último estudiante de la enfermería. Tengo claro que ninguno de esos infelices está a gusto con mi presencia aquí. Me lo hacen notar con sus miradas y trato. He aprendido a ignorarlos, por mi propio bien.

Bael se presentó después de mi llamado. Tenía que enfrentarlo luego de lo sucedido.

—¿En qué estabas pensando? ¿Cómo te atreviste a atacar precisamente a esa gente y en nuestro territorio? ¿Querías provocar una guerra? Mis esposos pudieron calmar las aguas, pero no siempre estarán ellos ahí para tapar tus errores. ¿Qué fue lo que te llevaste de ellos?

—De ellos no me llevé nada.

—Entonces, ¿por qué los atacaste?

—Parecía que estaban buscando por esos lares algo que no se les ha perdido. Solo me limité a espantarlos. Si hubiesen encontrado el camino a la clara, serías la primera sospechosa y a quien atacarán sin dudar.

—¿Has logrado algún avance?

—El cuerpo de tu padre no es un recipiente útil. Aunque, por alguna razón, se ha conservado por todo este tiempo, eso no es suficiente. Necesitaremos encontrar un recipiente adecuado para albergar tal poder. Un cuerpo fuerte y resistente.

—¿Cuáles son las características que debemos buscar en ese recipiente? ¿De qué manera podemos asegurarnos de que sea el adecuado?

—El recipiente debe ser lo suficientemente robusto para soportar el poder y la energía de su alma, porque el alma de tu padre requiere un recipiente que pueda albergar y equilibrar adecuadamente su energía. Necesitaremos encontrar un recipiente cuyo espíritu esté en armonía con la naturaleza y cuyas energías sean compatibles con la esencia druídica. Buscaremos a aquellos que han mostrado una profunda conexión con los elementos y que manifiesten un respeto innato por el mundo natural.

—Comprendo. Entonces me dedicaré a encontrar el recipiente correcto.

—Invocar el alma de tu padre y transferirla a un nuevo recipiente conlleva ciertos riesgos y posibles repercusiones inesperadas. Aunque debes estar al tanto de cuáles son esos riesgos, pues no es la primera vez que lo haces.

—Entiendo que hay peligros involucrados, pero mi deseo de traer a mi padre de vuelta supera cualquier temor. Estoy dispuesta a enfrentar cualquier consecuencia.

—Es valiente de tu parte, pero debes estar preparada. Durante el proceso de transferencia, existe la posibilidad de que otras entidades o espíritus aprovechen la abertura entre los mundos para intentar ocupar el recipiente destinado a tu padre. Si otro espíritu logra apoderarse del cuerpo en lugar de tu padre, sus intenciones podrían ser contrarias a tus deseos. No tendríamos control sobre quién ocuparía el recipiente. Esto podría desencadenar situaciones peligrosas y complicadas.

—Lo sé, y estoy decidida a asegurarme de que sea el alma de mi padre la que regrese. ¿Hay algo que podamos hacer para evitar que otro espíritu se interponga?

—Hay medidas de protección adicionales que podemos tomar para minimizar los riesgos. Reforzaré el círculo de invocación y utilizaré mis habilidades para proteger la integridad del ritual. Sin embargo, debes tener en cuenta que no hay garantías absolutas.

—Entiendo que no podemos eliminar completamente los riesgos, pero confío en tus poderes. 

—Valoro tu confianza.

—Entonces nuestro objetivo sigue siendo el mismo: traer de vuelta a mi padre y restaurar su presencia en este mundo.

Noa

La habitación estaba sumida en la oscuridad, solo la tenue luz de luna se filtraba por la ventana entreabierta. Me acomodé en la cama, exhausta después de ese largo día, y me sumergí en un sueño profundo. Sin embargo, algo interrumpió mi tranquilidad.

En medio de la noche desperté de golpe, sintiendo una presencia en la habitación. Mis ojos se abrieron lentamente mientras mi corazón comenzó a latir con fuerza. Observé a mi alrededor, tratando de distinguir alguna figura en la oscuridad.

La habitación estaba en silencio, solo el suave murmullo del viento que se colaba por la ventana rompía el silencio. Pero la sensación persistía. Me sentía observada. Y el único que me producía ese sentimiento era ese hombre.

Mis ojos barrieron la habitación, hasta centrarse en la mesa de noche y fue ahí donde pude comprobar que mi instinto no estaba fallando. La manzana que dejé atrás por culpa de mi hermano, estaba puesta sobre la mesa. En ese momento que él me la dio, la acepté sin dudar. Era la primera vez que veía una manzana tan apetecible a la vista.

—¿Realmente crees que podrás pasar desapercibido? Puedo sentir tu presencia y reconocer tu olor. ¿Por cuánto tiempo más seguirás ocultándote? ¿Sueles invadir mi habitación a menudo?

—Solo vine a traerte lo que dejaste—la sombra se desplegó lentamente, revelando su figura, bastante cerca de la ventana, tal parece que estaba a punto de irse, pero lo atrapé en el acto.

—Eres muy orgulloso, ¿sabías? —me levanté de la cama, tomando la manzana en las manos—. Si querías verme, podías habérmelo dicho. Nos habríamos encontrado en algún otro lugar y a solas.

—Eres una mujer muy atrevida y creída.

—¿Por qué tengo la leve sensación de que te gustan las mujeres como yo?

—Tal vez, en esta ocasión, no estás equivocada.

Su respuesta, a pesar de haberla dado con una expresión neutral, me puso nerviosa.

—C-confiaré en que no está envenenada— con una sonrisa de anticipación, acerqué la manzana a mis labios y hundí mis dientes en su carne jugosa.

El primer mordisco fue una explosión de sabor en mi boca. El dulzor embriagador se desliza por mi lengua, llenando cada recoveco con su esencia celestial. Cierro los ojos para saborear cada matiz, dejando que el néctar delicioso me envuelva por completo.

Cada bocado era un deleite irresistible. El jugo dulce se desliza por mi garganta, provocando un cosquilleo de placer en cada rincón de mi ser. La textura crujiente de la manzana se mezcla con su sabor divino, creando una sinfonía de sensaciones en mi boca.

La dulzura inigualable se entrelaza con la frescura frutal, creando un equilibrio perfecto que me hace desear cada vez más. Jamás había probado una manzana tan dulce como esta. Esa manzana se convirtió en un tesoro prohibido que me embriagaba de placer, transportándome a un lugar de dicha absoluta. Es mi fruta favorita. No la consumo a diario, solamente cuando las empleadas traen algunos paquetes exportados de la ciudad.

Cuando terminé de saborear la última mordida, una sensación de satisfacción y felicidad me envuelve. La manzana, ahora solo un núcleo vacío, ha dejado en mi paladar el recuerdo de su dulzura inigualable.

Fue un poco vergonzoso volver a la realidad y notar que él no había dejado de mirarme todo este tiempo.

—¿De dónde sacaste esta manzana? —deposité el resto de la manzana sobre la mesa de noche.

—De un árbol.

—Gracias. Amo las manzanas. Esta ha sido la más deliciosa y dulce que haya probado alguna vez.

Se volteó con intenciones de marcharse, pero por impulso, le sujeté el brazo.

—Oye, ¿por qué no te quedas un rato más?

No podía explicarme la razón por la cuál sentí la necesidad de pedirle eso, a pesar de estar consciente de que, seguramente iba a ignorar mi pedido, tal y como lo ha hecho en otras ocasiones. 

Me miró por encima del hombro por unos instantes, hasta darse la vuelta hacia mí. El aire vibraba con una energía eléctrica mientras nuestras miradas se encontraban en ese sublime momento, cargadas de deseo y anhelo. Mi corazón latía desbocado en mi pecho mientras notaba que su acercamiento cada vez era más. Pude sentir la frialdad de su cuerpo acercándose, envolviéndome en una dulce anticipación.

Sus labios rozaron suavemente los míos, un roce ligero que despertó un torrente de emociones en lo más profundo de mi ser. Fue un contacto suave pero decidido, cargado de pasión contenida y deseo incontrolable. Un suspiro escapó de mis labios, mezclándose con su aliento cálido que se fundía con el mío.

El beso se intensificó, nuestros labios enredándose en un baile apasionado. Mis manos se aferraron a su nuca, entrelazando mis dedos en su cabello mientras nuestros cuerpos se rozaban entre sí. Cada beso era un eco de las chispas que volaban entre nosotros, una conexión eléctrica que incendiaba cada fibra de mi ser.

Nuestros labios se devoraban mutuamente, explorando y saboreando cada rincón, de comisura a comisura. Mis piernas se debilitaron bajo la embriaguez de su boca, y me aferré a él en busca de apoyo, nuestras respiraciones entrelazadas en un ritmo frenético.

El mundo a nuestro alrededor se desvaneció, mientras nos sumergíamos en la emoción del momento. Era un beso que despertaba todas las sensaciones posibles, que derribaba barreras y desataba una pasión desenfrenada. 

Cuando finalmente nos separamos, nuestros labios quedaron húmedos y ansiosos por más. Nos miramos a los ojos, nuestros alientos entrelazados en un silencio lleno de significado. Mi mente y mi cuerpo se sienten tan livianos. Es como si flotara.

Se hundió en mis labios de nuevo, y lo que comenzó como suave y delicado, rápidamente se convirtió en algo más, algo mucho más intenso. Nuestras bocas se abrieron ligeramente, permitiendo que nuestras lenguas se encontraran en un baile sensual y lleno de deseo y ganas. Tenía la sensación de derretirme completamente en sus manos.

Me volteó, para que le diera por completo la espalda y sentí el roce de su erección por detrás, lo que me hizo vibrar de sorpresa y asombro. Su mano se aferró a mi cabello, torciendo mi cuello hacia él, dejándolo despejado y hundiéndose en el con deleite.

—Mmm, deliciosa— sus suspiros tan cerca de mi oído me provocaron corrientes eléctricas.

Cada roce de sus labios sobre la piel expuesta de mi cuello, era una explosión de sensaciones, haciendo que mi piel se erizara y un escalofrío recorriera por mi espalda, emitiendo ondas de calor más abajo de mi ombligo.

Su mano acarició mi muslo y sentí sus uñas hincar mi piel, a través de mi pijama, mientras la otra agarraba mi pecho. Se siente tan distinto a cuando Abraham y Walter tocaron mi cuerpo la otra noche.

No sé cómo las cosas llegaron hasta este punto, pero se sentía tan jodidamente bien.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top