9

Volvió satisfecho luego de presentar el examen, iba a dormir como Yuri había sugerido y esperaba poder descansar como quería. Llego a su habitación pronto y dejo las cosas en su lugar, comenzando a quitarse la chamarra y los guantes, aunque ya era primavera aún hacia un frío terrible en el exterior.

Se estiró cansado y al voltear a su cama no pudo evitar sonreír, Yuri aún estaba ahí, dormía boca abajo abrazado de su almohada y tenía la expresión más adorable que había visto en él. Se acercó con paso lento a él y se sentó en la orilla, tratando de no moverlo mucho, estirando una mano para acariciar su rostro...el deseo de querer ver eso cada mañana le inundó sin poder evitarlo.
El ruso se removió levemente, frunciendo el ceño y hundiendo el rostro en la almohada, Otabek contuvo una risita y se quitó las botas para subirse a la cama sobre las cobijas. Yuri se despertó al sentir el movimiento y alzó el rostro buscando la causa, adormilado.

—Duerme —le dijo el azabache, posando una mano en su cabeza para recostarle.

—Beka —respondió sonriendo al reconocer su voz, acomodándose sobre la almohada—. ¿Ya hiciste tú examen?

—Si, todo salió bien.

—Me alegro —susurró cerrando los ojos, le gustaba la forma en que acariciaba su rostro—. ¿Qué hora es?

—Las ocho y media.

Se quejó frunciendo levemente el ceño.

—Tengo practica a las once —susurró sin ganas—. Debo levantarme.

—Duerme un poco más —sabía que estaba siendo egoísta al querer retenerlo a su lado, no sabía si eso se repetiría.

Yuri abrió sus ojos, tan despacio que a Otabek casi le da algo al descubrir sus orbes de nuevo.

— ¿Quieres que se me haga tarde?

—Quiero que te quedes conmigo —admitió, era difícil tratar de pensar en una mentira o excusa cuando veía tan fijamente a Yuri.

El rubio dejo escapar una risa incrédula y giró la cabeza para no verlo, ocultando su sonrojó, las mariposas revoloteaban en todo su cuerpo.

—Dame una hora y ya, anda.

—Pero sin dormir, o faltare a la práctica y mi profesora se volverá loca.

Otabek soltó una risa cansada y divertida, cediendo.

—Bien, entonces cuéntame algo.

Volteo de nuevo para verle, al azabache le pareció gracioso ver su cabello trenzado alzarse levemente por el movimiento de su cabeza, haciendo que unos mechones se escaparan del tejido.

— ¿Algo como que?

—Lo que quieras, solo no dejes que me duerma.

Yuri hizo una mueca, pensativo, en realidad no sabía que contarle, todo lo sentía tonto y aburrido.

—Háblame de ti —le dijo al ver que divagaba tratando de encontrar algo que contar.

—No hay mucho que decir.

—Lo que haya, quiero saber.

Sonrió y se removió para quedar de lado, viéndolo de frente.

—Me gusta el estampado de animal print, me gustan los gatos, intente ser vegetariano una semana pero no pude, me gusta la mitología y todos los cuentos que surgen de ahí —comenzó a enumerar las cosas, incapaz de pensar en algo que realmente le interesara a Beka—. Me sé el árbol genealógico de la mitología nórdica y todos sus mitos porque es mi favorita pero mi cuento favorito es el de Hades y Perséfone, mi color favorito es el morado y me gusta la primavera, considere hacer patinaje artístico pero a mí madre no le pareció, en Moscú siempre hice papeles femeninos en las obras...

—Espera, espera —le detuvo, alzando una mano, entre divertido y abrumado—. ¿Quién es tu Dios nórdico favorito?

—Loki, y diosa, Hela.

Se rió, asintiendo, era de esperarse.

— ¿Por que te gusta el cuento de Hades y Perséfone?

—La idea de que Hades raptara a Perséfone y ella no se quejara me hace pensar que ella también lo quería, o se habría quejado o intentado escapar, eran dos seres completamente opuestos y aún así lograron quedarse juntos como un verdadero matrimonio —explicó acomodándose de nuevo, mirando al techo está vez—. Creo que una pareja debe ser así.

— ¿Entonces quieres que te rapten de casa?

Yuri soltó una risa divertida, incapaz de contenerla.

—No, me refiero a que se deben dejar de lado las diferencias, aceptar al otro como es y cuidarle, como Hades a Perséfone de Pirítoo.

—Quién lo diría —murmuró divertido, acomodándose para ver al techo también, jamás pensó que a Yuri le gustaran esas cosas o que supiera tanto del tema—. ¿Harás papeles femeninos aquí?

—No lo sé, depende de mi profesora —cerró los ojos, acomodando las manos sobre su estómago.

—Está bien, iré a verte de todas formas —sonrió, sabiendo que Yuri hacia lo mismo aún sin verlo—. ¿Que más?

—Hm...no me gustan las etiquetas.

— ¿Cuales?

—Como...Yuuri, por ejemplo, a él le gusta usar vestidos y ropa femenina, la gente le dice trasvesti —explicó haciendo una mueca—. Esas palabras son las que no me gustan, si a Yuuri le gusta eso no tengo porque etiquetarlo, es Yuuri y ya, también estoy en contra de las salidas del closet —dijo haciendo comillas en las últimas palabras—. Si te gustan los hombres o mujeres no tienes porque decírselo al mundo, solo haz lo que quieres y ya.

—Interesante —susurró, analizando sus palabras—. Sigue.

—Me gusta poner apodos, es mi forma de expresar cariño.

Otabek se rió y asintió, lo había notado.

—Me gustan las novelas de romance pero no me gusta Romeo y Julieta —admitió, mordiéndose el labio al terminar.

—Es más una tragedia a un romance.

—Cierto —sonrió—. Vi The notebook y me pareció muy mala.

—Bella llora cada que la ve.

—Nunca entenderé el motivo del llanto —su mano derecha cayó a su costado cuando se removió un poco—. La gerbera es mi flor favorita.

— ¿Gerbera?

—Es un tipo de margarita —explicó divertido—. Son muy comunes pero muy poca gente sabe su nombre, por eso me gustan y por la historia que me contaba mi abuelo.

— ¿Que historia?

—Era sobre un príncipe —cerró los ojos, haciendo memoria, nunca creyó que él contaría esa historia—. Que tenía un jardín con las flores más bonitas que existen, pero su favorita era una de la que nadie sabía su nombre...hubo una guerra y el príncipe debió irse a defender a su pueblo junto con su padre, ellos ganaron la guerra y el brujo del bando enemigo le lanzó una maldicion al príncipe como venganza sabiendo que este deseaba conocer el nombre de su flor favorita, las flores del jardín irían muriendo haciendo que él enfermara más y más hasta que muriera, la única cura era un té de gerbera que se suponía nunca encontrarían porque nadie la conocía.

Otabek observaba con atención al chico, admirando sus gestos al contar la historia.

—Trataron de hacerle remedios con todas las hierbas que encontraron pero nadie encontró la correcta, los reyes pidieron ayuda en los reinos aliados pero no parecía haber alguien que pudiera salvarlo...hasta que llegó un comerciante de muy lejos, se enteró de la maldicion del príncipe y quiso ayudarle, se metió al jardín real para buscar la flor correcta y se la llevo a los sirvientes para que le dieran el remedio, el príncipe se curó y exigió saber quién lo había curado y como, el comerciante se presentó ante el con un ramo de gerberas y le explico lo sucedido —volteo a verlo ya que no decía nada ni hacia ruido, encontrándose de frente con su mirada, que le demostraba que lo escuchaba atentamente—. Se enamoraron y casaron, lo típico, pero el punto es que...todos la usan y nadie la conoce en verdad.

—Como tú —susurró sin despegar la mirada.

—Si tú lo dices —se rió y volvió la vista al techo.

— ¿Que más?

—No lo sé, creo que te he dicho todo —susurró, poniéndose ansioso de repente, había algo surcando su mente y estaba inseguro en decirlo—. ¿Me guardas un secreto?

—Si.

Suspiro, tragando saliva, sería a la primera persona a quien le contaría eso.

—Deseo tener hijos propios —murmuró, frotando sus pies, nervioso—. Tenerlos...yo, como una mujer, ¿me...entiendes?

—Sí, entiendo a qué te refieres.

Asintió soltando un gran suspiro.

— ¿Te parece extraño?

—Extraño no, inusual —explicó, admirando su nariz que a sus ojos era perfecta—. Puede que no tengas la capacidad de concebirlos, pero aun hay otras maneras.

La mano de Yuri se posó sobre su vientre y arrugo el suéter entre sus dedos.

—Eres la primera persona que lo sabe.

—Tu secreto está a salvo conmigo —aseguró deslizando despacio su mano izquierda para tomar la del rubio.

—Gracias...

Otabek suspiro y se acercó un poco a él.

—Eres todo un enigma, Yuri Plisetsky, jamás me habría imaginado todo eso de ti.

— ¿En serio? —se giró para tenerlo de frente, sin soltar su mano.

—Si —con los dedos acaricio la punta de su nariz y el arco de su boca—, me gusta oírte hablar y verte al hablar.

Sonrió apenado y desvío la mirada, negando.

—Tienes el don para hacerme sonrojar.

—Es mi especialidad.

Suspiro sin poder darle un descanso a sus mejillas y se acercó también, buscando su calor.

— ¿Que hora es?

—No lo sé, ¿nueve y media?

—Debo levantarme ahora —susurró sintiendo el brazo de Otabek rodear su cintura, atrayéndole más a él.

—No te vayas —susurró suplicante.

— ¿En serio quieres que me quede? —preguntó alzando la mano libre para acariciar su cabello.

"Toda la vida" estuvo a punto de responder, pero se mordió la lengua.

—Si, siempre que estoy contigo el tiempo pasa volando y siento que es insuficiente.

—Es que tenemos cosas que hacer —murmuró, olvidando por completo realmente por lo que debía levantarse.

—Desearía que el tiempo se congelara —le dijo con el mismo tono de voz, bajo e íntimo, enredando las piernas con las delgadas y torneadas del rubio.

—Yo también —estaban tan cerca, podía sentir sus cuerpos pegados, sus corazones latiendo con fuerza y sus ojos cerrándose muy despacio, era extrañamente reconfortante, volverse un solo ser con quien amaba.

—Yuri —fue lo último que Otabek dijo antes de terminar de acortar la distancia.

Cuando sus labios se unieron perdió el aliento, sus brazos buscaron rodear su cuello con suavidad y de forma sumisa correspondió al ritmo lento y demandante del azabache. Electricidad recorría su cuerpo entero y  sentía como si terminara de fundirse con el contrario, incapaz de separarse por voluntad propia.

Su boca hizo sonido húmedo al terminar, despertándolo del letargo hipnótico en el que se había sumido. Sus ojos se abrieron encontrándose con los de Beka que parecía verlo con devoción.
Tragó saliva y se relamió los labios, apenado, ahora parecía que ardieran por la falta de contacto.

— ¿Está bien...? —comenzó la pregunta con la voz algo jadeante—. ¿Está bien si voy a verte esta tarde?

—Si...

— ¿Podemos volver juntos?

—Si —murmuró como si fuera lo único que pudiera decir.

— ¿Y dormirás conmigo esta noche?

—Eres peligroso, Otabek Altin —susurró incapaz de dar un no como respuesta—. Me encantaría dormir aquí esta noche.

Beka le sonrió y acaricio su cintura dibujando pequeños círculos con los dedos.

-/-

Sonrió al verle, alzaba una mano para llamar su atención como si su look de motociclista punk -y fotógrafo- no lo hiciera ya. Llevaba su cámara colgada al cuello y en los brazos un ramo de flores, tuvo que contener un sonrojó al reconocer las gerberas.

—Estuviste genial —le dijo al tenerlo enfrente, extendiéndole el ramo.

—Gracias.

—A ti —se apresuró a contestar, indicándole el camino con un movimiento de cabeza.

— ¿A mi? —preguntó confundido, sintiendo de nueva cuenta las mariposas al momento en que Otabek tomó su mano.

—Por desnudar tu alma, antes no te agradecí.

Sonrió y negó, restándole importancia.

—Después te tocará a ti.

Soltó una risa cansada y divertida al mismo tiempo, andando sin prisas. El silencio no fue incómodo cuando se instaló, Otabek acariciaba el dorso de la mano de Yuri con el pulgar mientras él miraba a todos lados con curiosidad.
Se detuvieron al llegar a la motocicleta del azabache y Yuri busco guardar las flores en su maleta para que no se maltrataran, siendo interrumpido por el beso aturdidor que Beka plantó en sus labios. Sintió que su cuerpo cedía y antes de que sus piernas fallaran, él se separó.

—Te invitó a cenar —dijo tranquilo, subiendo primero.

Tuvo que tomar aire para poder ubicarse de nuevo y subir tras él, rodeando su cintura con los brazos.

—Vamos —dijo recargando la mejilla en la espalda del azabache, justo ahora estaba en la cumbre de la dicha.

Vieron lo que hice?! Referencia a mi otro fic con Hades y Perséfone(?) xD

Listo! Cap nuevo :3 me enfoco mucho en el Otayuri, es que se los debía xD y me encanta escribir de ellos aquí, bueno en todos lados pero no se, es muy fácil escribir si son ellos dos
Espero que el cap les guste :3 vienen como otros dos así y luego vikturi xD

Mil gracias por leer, comentar y votar uwu se les lovea, y aquellas que quisieron leer mi vida...tal vez luego, no se xD
Les mando todo mi lof *smooches*

Rave, la que siempre actualiza tarde (xD)

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