Talismanes
La sesión con el psiquiatra no había tenido los resultados que esperaban, así que Zi Xuan estaba más decidido con la idea del chamán de la familia de su hermano. Nunca se había interesado por esas cosas, sabía algo de tótems y cosas así por Zhen Wen que de cuando en cuando le daba sesiones de información chamánica que nunca pedía, sobre todo cuando tenían sus noches de hermanos. La última noche le recordó algunas cosas que casi había olvidado, aún así no tenía mucha idea de en qué consistía lo que iban a hacer. En principio el Maestro Wu hablaría con él, averiguaría lo que le pasaba y haría algo al respecto. Le gustaba aquella parte de "haría algo", fuera lo que fuera si conseguía alejar esos sueños y sensaciones y sobre todo sentimientos, sería un gran logro. Había nacido en él un sentimiento de culpabilidad por Anne por tener esos sueños con el chico ciego al que nunca había visto y ni siquiera creía que fuera real, pero aún así se sentía muy culpable.
El chamán abrió la puerta dejando escapar un olor a incienso que les hizo cosquillas en la nariz. A Zhen Wen le recordó a su infancia, cuando su madre lo llevaba para que no enfermara tantas veces, sobre todo durante el invierno. Había sido un niño enfermizo hasta la pubertad. Siempre se resfriaba en invierno, en verano el sol le provocaba muchas insolaciones y sufría de terrores nocturnos. El chamán le había dicho que un antepasado suyo le estaba rondando y que por eso siempre estaba enfermo. Le costó más de dos años y muchas sesiones que todo aquello pasara, aún así, su salud solía resentirse con facilidad. Pero le dijo que cuando su cuerpo empezara a ser el de un hombre, su espíritu sería más poderoso y crecería sano y fuerte. No se equivocó. A los doce años empezó a crecer como la mala hierba y su cuerpo se hizo fuerte y fibroso. No tuvo problemas para entrar al equipo de vóley del instituto ni al de la universidad y que él recordara, no había vuelto a enfermar.
Zi Xuan que nunca había creído en el chamanismo ni lo había visto tampoco en sus padres, recibió aquel olor con curiosidad. En ese momento se acordó del té que Song Lan le sirvió y se molestó al no haberse acordado de preguntar por el sabor que tenía. Casi de modo sincronizado ambos hicieron una reverencia al anciano el cual había mirado de forma severa a Zi Xuan. Cuando se levantaron volvió la vista hacia Zhen Wen.
—A-Wen, mírate. Eres un roble que aterra a los espíritus de sus ancestros. Ya no necesitas de mis cuidados y has abandonado esta casa por mucho tiempo.
—Maestro Wu, no diga esas cosas. Si estoy bien es gracias a usted y si no vengo también es por eso. Pero no me olvido que vela por mí cada día. Por eso confío en usted para que ayude a mi hermano Zi Xuan.
El chamán volvió a mirar a Zi Xuan de forma seria, él se sintió un poco amedrentado y sonrió a cambio. —Vamos a entrar—concluyó el anciano abriendo el camino.
El salón donde el Maestro Wu hacía sus sesiones era amplio y cargado de simbolismo. En una pared descansaban los tótems de la abeja, el lobo, el oso, el pez y el águila y sobre estos el del dragón. En otra pared había cuatro acuarelas de las montañas Song, Heng, Tai y Hua y debajo de ellas de los ríos Changjiamg y Huanghe si no recordaba mal. Por detrás del lugar donde se había sentado el Maestro Wu había un Tiangandizhi y un Xia Xiao Zheng pero algo hizo que diera un respingo que hasta a él mismo le sorprendió, al maestro no. Fueron los nombres de las tres divinidades taoístas principales en unos caracteres dorados, "Venerable celeste del comienzo original", "Muy alto señor de Dao" y "Muy alto señor Lao". Zi Xuan se recolocó en su asiento y el maestro sacó un talismán que colocó justo delante de él en la mesa. Después miró la reacción de Zi Xuan, él instintivamente se reclinó un poco.
—A-Zhen me ha contado lo que te pasó. Cuando se viaja entre la vida y la muerte siempre se paga un precio.
El maestro observaba todos los gestos que hacía Zi Xuan mientras hablaba. Este se veía incómodo con aquel talismán delante. Parecía que no encontraba su sitio en el asiento y se pasaba inconscientemente la mano por el cuello. El champán ya tenía bastante información así que lo recogió dejándolo en un cajón donde había otros que revisó dejando uno poderoso bien a mano.
—No ha sido un viaje deseado, se lo aseguro. He visitado a un psiquiatra para hacer una regresión pero no hubo resultados.
El maestro arqueó una ceja y extendió su mano con la palma hacia arriba. Hizo un gesto para que Zi Xuan colocará su palma sobre ella.Observó la palma y dejó con una velocidad vertiginosa lo que parecía un hueso pequeño con forma semicuadrada en la palma de Zi Xuan. Él con un respingo la retiró, dejando que el pequeño hueso rodará por la mesa y lo recogiera al vuelo Zhen Wen para que no se cayera al suelo.
—Ah, está caliente.
—No está caliente, tócalo de nuevo— le increpó Zhen Wen ante la tontería que acababa de oírle decir.
— No hace falta— respondió el chamán. Recogió ese hueso de manos del hermano mayor y lo unió a otros dejándolos que rodaran un poco por la mesa tras agitarlos en el hueco de la mano. Analizó la posición en las que habían quedado y se mesó el mentón pensativo. Los otros dos se miraron con cara de no saber qué estaba haciendo y esperaron una respuesta.
— ¿Puede ver algo, maestro?
—Piensa bien en todo lo que te voy a decir, presta atención. No hay nada oculto de tu niñez, es algo más grande. Eres una reencarnación y tu vida anterior está cargada de resentimiento y dolor. Hay mucha sangre en tu cuenta de vida, mucho sufrimiento. No suelo encontrar reencarnaciones de gente tan peligrosa, pero aquí estás. La mayoría de la gente no suele tener contacto con su vida anterior si es que han reencarnado, pueden morir sin saberlo con total normalidad. Pero en ocasiones hay un detonante que deja caer ese velo que la cubre. En tu caso el velo se ha movido y esa vida anterior se ha asomado y tarde o temprano hará que el velo caiga. Si eso ocurre no será algo bueno. Lo que trae esa vida es mucho dolor y resentimiento. Eso inundará tu vida hasta hacerla pedazos si la dejas. No debes dejar que tome el control.
Zi Xuan escuchaba todo aquello con atención, no se permitió la incredulidad que en otro momento hubiera tenido porque encajaba mucho con los sentimientos que tenía durante sus sueños, con la sensación de peligro que a veces le embargaba. Sí , esa desesperación y dolor la estaba sintiendo. Pero también había notado algo más, la necesidad de redención. Si en otra vida había causado mucho dolor, también sentía arrepentimiento y culpa cuando soñaba con el chico ciego. Si esa parte de él aparecía totalmente, sería para redimirse. No tenía ninguna duda que el deseo no era el de hacer daño sino de pagar por sus actos.
—Le creo, pero también se que puedo controlarlo. Desde que empecé a tener estos sueños y sensaciones no puedo cerrar los ojos y seguir adelante. No puedo hacer como que no está y vivir mi vida. Necesito resolver lo que tengo pendiente para seguir adelante. De lo contrario me volveré loco y entonces sí que mi vida se vendrá abajo.
—La fuerza que tiene tu vida pasada es como la de una tempestad. Aunque pretenda ser diferente, todo lo que haga será con exceso, te desbordará por completo y cambiará tu vida.
—También está la parte que yo controlo, no dejaré que tome el control por completo, quiero convivir con ella y saber qué me pasó y por qué necesito enmendar los errores. Estoy seguro que cuando resuelva eso, volveré a la normalidad.
Zhen Wen que hasta ahora se había mantenido en silencio agarró la muñeca de su hermano.
—A-Xuan, no puedes estar seguro de eso. Sé que lo estás pasando mal y quieres que todo termine pero debe haber otra manera. Debe haberla maestro, diga que la hay.
—No hay una solución fácil, podemos intentar atarla con algunos trucos, pero Zi Xuan debe querer hacerlo o no funcionará. Por eso te he dicho que pienses bien todo lo que te digo. Si te rodeo de talismanes pero tú te esfuerzas en abrirle la puerta, no servirá de nada.
El maestro Wu le dio un talismán escrito en un colgante para que pudiera dormir. Por suerte el que tenía guardado no necesitó utilizarlo contra Zi Xuan. Lo tenía preparado por si la cosa se descontrolaba. Lo que había hecho antes con los huesos y el talismán de invocación era para saber si algo oscuro estaba acechando dentro del amigo de Zhen Wen pero en realidad, solo con mirarlo entrar ya tenía la confirmación. La cantidad de sangre que llevaba a cuestas aquella vida pasada no indicaba que la persona que fue se dejara guiar fácilmente. Los jóvenes se marcharon y el prendió una barra de incienso que guardaba en un cajón contra los espíritus malditos. Aquel muchacho tenía un mal karma, su vida pasada empezaba a empujar con fuerza, si dejaba que ganara temía que Zi Xuan tuviera muchos problemas en su vida.
—A-Xuan, no tengo buenas sensaciones con esto. Últimamente eres una persona demasiado ansiosa y no controlas tus impulsos. Deberías hacer caso al Maestro y adormecer esa parte de tu pasado. Tengo miedo de que se descontrole.
—Eh, eh, eso no va a pasar.
Zi Xuan miraba el móvil mientras Zhen Wen conducía. Tenía una llamada de Anne y se dispuso a devolverla.
-Hola preciosa, si estoy con Zhen Wen ¿Dónde? pueeess, estamos comprando una batería para su móvil. Claro, claro. Luego nos vemos.
—Por qué mientes. Ella sabe que veníamos al Maestro Wu.
Zi Xuan se encogió de hombros y siguió mirando el móvil.
—¿Quieres un caramelo?
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