"Creo que podemos pedir aperitivos, ahora," dijo Harry e hizo un gesto a un hombre de pie detrás de nosotros.

   "No estamos volando, sin embargo," señalé.

   Él suspiró y buscó el cinturón para apretarlo. Algo fue anunciado por el piloto a través de los altavoces antes de que el avión saliese disparado hacia adelante y me empujé en mi asiento. La mano de Harry se apretó alrededor de la mía, pero, además de eso, él no daba señales de tener miedo. Los ruidos fuertes bloquearon mis oídos, y finalmente el avión se reclinó y despegamos del suelo.

   "¿Ves?" Le sonreí después de un minuto de estar en el aire y me recosté sobre su hombro.

   "Evelyn," advirtió.

   "No me voy a burlar de ti, no te preocupes."

   "Comida". Señaló a otro hombre acercándose a nosotros con otro carro. "Espera, voy a hablar."

   "¿Por qué?" Le pregunté. "Estoy sentada al lado del pasillo." De hecho, había un asiento vacío junto al mío, pero lo que sea.

   "Tú", me señaló, "No vas a decirle nada a ningún otro hombre. Lo juro por Dios, todos los hombres con los que hablas se ponen cachondos por ti. Mantén tus labios sellados." Tan pronto como el muchacho se puso de pie a mi lado, Harry se inclinó y le pidió dos paquetes de patatas fritas y una botella de agua.

   "Al parecer vamos a almorzar, como, en media hora," dijo Harry después de que recibiera su cambio.

   "¿Puedes decirme dónde vamos ahora?" Le pregunté.

   "No."

   "Sugerencias?" Le rogué.

   "Es un lugar." Pausa.

   "Y?"

   "Eso es todo", dijo.

   "Harry, vamos." Empujé su hombro con el mío.

   "Es ..." Pensó por un momento. "En realidad, no sé si te gustará  o no."

   "Me gusta todo", le dije.

   "No puedo decir nada más", dijo con severidad.

   Apreté los labios y me volví hacia la persona sentada frente a mí. "Discúlpeme". Oí a Harry resoplar detrás de mí mientras la chica volvió la cabeza hacia mí.

   "No." Harry agarró mi hombro y me empujó hacia atrás en el asiento. "No", repitió. "Una sorpresa es una sorpresa."

   "¿Qué pasa si quiero ver algo en esto y me dice la ubicación?" Le pregunté, apuntando a la pantalla.

   "No lo hará, simplemente no le preguntes a nadie." Su voz se suavizó. "Quería sorprenderte y no estas ayudando."

   "Lo siento," Murmuré y besé su mejilla.

   "Oh,", dijo, "y el único lugar donde puedes besarme -señalando su cara- está aquí." Señaló a los labios.

   "Esa es como, la única regla buena que hiciste hoy," dije con timidez. Él sonrió y me dio un largo beso en la boca.

   "Sabes, siendo este el único indicio, este vuelo va a tardar un largo, largo tiempo", dijo en voz baja. "Como, un día entero."

   Suspiré. "Hurra".

   "Hurra, por cierto."

   "No."

   "¿Qué?" , preguntó inocentemente.

   "Es un maldito avión, no seas estúpido", le susurré.

   Harry se encogió de hombros. "Yo lo he hecho muchas veces antes."

   "Como dije antes, seguro."

   "Vamos, sera divertido." Apoyó la cabeza en mi hombro y acarició su cara en mi cuello. Sus respiraciones me hacían cosquillas, y yo oprimi la barbilla al hoyo entre mis clavículas, haciendo un sonido estúpido en la parte posterior de mi garganta. Harry rió y se apartó.

   "¿Qué fue eso?" preguntó.

   "Me hace cosquillas," Me reí y me tapé la boca.

   "No te preocupes, no estoy de humor para hacerte cosquillas ", dijo.

   Asentí con la cabeza vagamente y crucé mis brazos sobre mi pecho. "Hace tanto jodidamente frío." Miré hacia arriba a una forma de la tapa de una botella de pop-up de aire acondicionado. "Harry, apágalo."

   "Apágalo tú."

   "No puedo llegar."

   Él levantó su codo y débilmente pinchó el aire acondicionado. "No puedo llegar, tampoco", dijo.

   En una media hora, la comida había llegado. Fuimos los últimos en recibirlo; pollo, arroz seco, un vaso de agua, unos cuatro bloques de chocolate negro y ensalada de frutas.

   "Ew." Harry bebió un poco de su agua. "No comas la sandía, está amarga."

   "Esa es la mandarina," señalé.

   "Esta jodidamente asqueroso", dijo mientras entró una azafata.

   "Baja la voz, estupido," dije, y di una patada en la espinilla.

   Él suspiró y estiró los brazos en el aire. "Esto. Apesta".

   "Tú idiota--deja de sonreir."

  "Voy a ver algo", dijo y agarró el control remoto.

  Las luces se apagaron a nuestro alrededor o fueron apagadas. Me di cuenta de la gente durmiendo y me sentí cansada , pero no quería dormir todavía.

  "Yo también", le dije y puse los auriculares complementarios sobre mis oídos.

-

"Perdone, señora," alguien dijo en voz baja. "El avión ha aterrizado."

  "Oh, lo siento." Me froté los ojos y me senté en mi asiento.

  La cabeza de Harry estaba descansando en la ventana cuando me volví hacia él, con las manos en su regazo. "Harry, despierta." Empujé su mejilla como él me hizo y abrió los ojos.

  "Hmm," tarareó, cerrando los ojos de nuevo.

  "Estamos aquí", le dije. Respiró hondo y se desabrochó el cinturón de seguridad.

  "Rápido," dijo, su voz profunda y lenta.

  "¿Cierto?" Tomé nuestros equipajes de la estantería y esperé en el pasillo por Harry. "¿Se te olvidó algo?"

  "El teléfono", dijo y golpeó el bolsillo.

  "Tenías mi teléfono?" pregunté en voz baja. Tan pronto como se quedó dormido viendo una comedia pensé que iba a comprobar si alguien llamaba. Sería medianoche de vuelta a casa en este momento por lo que deben haber notado que me había ido. "Quiero decir, tienes."

  Él asintió con la cabeza y sonrió, deslizando más allá de mi cuerpo y hacia su bolsa. "Apúrate, somos últimos en salir", dijo y tomó la salida trasera del avión.

  Salimos fuera sobre la plataforma metálica. A medida que entramos abajo, miré alrededor en el escenario delante de nosotros. El aire era denso y caliente.

  "¿Dónde estamos?" Respiré. Era tarde, alrededor de las seis o las siete de la tarde, si tuviera que adivinar. "¿Puedes decirmelo ahora?"

  "Nosotros", apretó, tirando la manija de la bolsa hacia fuera, "estamos en ... Adivina."

  "Hay un billón de putos sitios en el mundo y he esperado demasiado tiempo. Dime," le exigí. Seguimos el grupo de personas los cuales eran todos en el mismo avión en el aeropuerto. El aire frío se apoderó de nosotros, y escuche a Harry suspirar.

  "Bueno, es una ciudad tropical", dijo. "Y ... Adivina."

  Suspiré profundamente y miré alrededor y entre medio una multitud de personas. Una señal mecánica un contador de negocios decía Bienvenido a QLD!

  "Espera, donde esta 'QLD,' del que he escuchado de algún lado", le dije, tratando de alcanzar a Harry. "Todavía caminas demasiado rápido."

  Él tomó mi mano en la suya y nos dirigió hacia un mostrador. "Dame un minuto", dijo y se volvió hacia la mujer de mediana edad detrás del escritorio. Mientras hablaba con ella, miré alrededor del aeropuerto.

  "Para responder a su pregunta, estamos en Australia," dijo Harry de repente y me apartó. "Y nuestro transporte debería estar aquí en alguna parte. Probablemente se fue sin nosotros."

  "Juro por Dios que ese maldito se pasó", le advertí.

  "Entonces camina más rápido", dijo.

  "Vas a rasgar mi brazo, oh mi Dios. Espera, ¿a dónde vamos?"

  Suspiró. "Vamos a un hotel."

  "Oh, oh sorpresa. No has comprado una casa para quemar, al final," bromeé y aceleré el ritmo.

  "No te reirias si nuestro transporte se ha jodidamente ido ", dijo deliberadamente. Después de un minuto de correr por el aeropuerto, nos echamos a través de un par de puertas y al exterior para el calor. "¿Dónde está el autobús?" Harry gruñó por lo bajo.

  "Mierda", murmuré.

  "Perdimos el autobús," él gimió y se frotó la cara. "Por la putisima puta mierda joder."

  Me reí y él me miró fijamente.

  "No es divertido", dijo, sonriendo levemente.

  "Es un poco gracioso, lo admito," me reí en mi mano y luego me aclare la garganta. "¿Sabes qué hotel que era?"

  "No, Evelyn, No tengo ni puta idea," dijo con sarcasmo.

  "Entonces llama a un puto taxi!" (cab)

  Hizo una mueca. "Los llaman taxis aquí, y como, en todas partes," , dijo y se dirigió hacia el borde de la carretera.

  "Cállate". Mi atención divisó a los coches nuevos en filas, todos alineados por nosotros. "¿Por qué no alquilas un coche?" Le sugerí.

  "No tengo dinero", se quejó y se limpió una gota de sudor de la frente. "No es como si yo pudiera traer un millón de dólares sin que nadie me preguntase."

  Me quedé mirando los coches. "Roba un banco, entonces."

   "podría robar uno."

  "Nah, creo que un taxi está bien." Señalé a la multitud de personas que rodea una parada de autobús. "¿Qué pasa ahí?"

    Harry miró al frente por un momento, luego agarró mi mano de nuevo y me llevó allí. Después de diez minutos de pie en el calor intenso, nuestro transporte había llegado y todos abarrotamos el vehículo.

   "No hay ningún asiento", le dije, y a pesar de estar en un avión durante veinte horas y eso estaba cansada.

   "No creo que el hotel esté lejos, de todos modos," susurró él y agarró un asa que cuelga del techo. "Ven aquí."

   Me acerqué torpemente alrededor de las maletas y me puse frente a él. Él me hizo girar por lo que mi espalda estaba presionada contra su cálido pecho, y él envolvió su brazo alrededor de mi cintura. Las personas estaban alrededor de nosotros, la mayoría de ellos en su teléfono o mirando por la ventana. Así que todos los mangos que me rodeaban estaban ocupados agarré el mismo que el de Harry. Sentí su corazón latir contra mi piel.

   "¿Qué hora es," Le pregunté, "aquí?"

   Harry levantó su brazo y miró su reloj. "Once".

   En media hora, el autobús se detuvo por duodécimo vez y nos dejó.

   "Allí," Harry señaló en el aire a una torre. "Ese es el hotel. Vamos."

   "Estoy tan cansada," murmuré, pero lo seguí en silencio más allá de una fuente de agua, leyendo algo en letras de oro.

   "Casi llegamos," gritó.

   Apreté los labios y deambulé por el interior del edificio con él. "Fantasía", murmuré en bajo por las decoraciones que adornan la recepción seductora.; los cuadros y sofás de cuero y alfombras rojas.

   "Siéntate, podría tardar un poco," Harry me dijo antes de hacer su camino a la recepción.

   Lo vi hablar a una señora de mediana edad detrás del mostrador que tenía uno de esos monos Anamatronic durante cinco minutos, luego acercarse a mí con una llave en la mano.

   "La tengo," dijo y arrastró las bolsas en el ascensor. Tenía puertas de cristal y una enorme ventana de arriba a abajo, así que pudimos ver el exterior, ya que llegamos a la cima.

   "Todavía me siento cansado", confesó Harry mientras abría las puerta de la habitación que tenía una placa de oro en la cual ponía en la parte superior Hinderland Suite.