EUPHORIA.

"ADVERTENCIAS; Esta obra es FICTICIA, con esto no pretendo romantizar, normalizar, ni minorar las enfermedades mentales, las relaciones tóxicas, ni las consecuencias. Así que si no se toma por lo que es una historia para el entretenimiento de mis lectores y el poder revelar la oscuridad de mis personajes, te pido que te marches. ¿Todo ready? Bien, escena de consumo de sustancias ilícitas.

Alteración de la musculatura y altura en Valentín. 1.83x85".

"Ayudenme, me estoy aferrando a él para no caer, no es lo que quiero, pero es lo que necesito".


                                 ╔═══════ °❈° ═══════╗

"Esto se acabó Manuel, terminamos."

Cortó de un solo tajo una relación de tres años, alejó a la única persona que lo entendía y se quemaba con él día a día.

Valentín entró a su departamento azotando la puerta, el ruido resonó por todo el espacio junto a sus pasos pesados. Vacío su bolso encima de la mesa sacudiéndolo con rabia, sus útiles escolares se esparcieron por el suelo, y solo un frasco de pastillas, porros y un polvito mágico quedó en pie.

"Es lo mejor, mereces algo más Manuel, ya no puedo ni quiero estar con vos".

Caminó de un lado a otro cuán león enjaulado, pequeñas gotas de sudor resbalaban por su frente y se perdían por su cuello, pateó la silla la más cercana estrellándola contra la pantalla del plasma.

Maldita ansiedad, el deseo burbujeante que convertía en fuego sus venas no lo dejaba pensar con claridad. Esto es lo que debía ser, tiene que luchar contra esto.

Valentín miró de nuevo la mesa y mordió su labio inferior, "no" gritó una voz de su cabeza, él la ignoró, se sentó en el mueble y destapó el frasco, a medio caminó se detuvo, pensó en la sonrisa de Manuel, su rostro angélica, la manera en que pronunciaba Valen y la acentuaba en la siguiente, más no duró mucho, pues empezó a tragar una tras otra. No dudó en tirarla también cuando se vacío.

Entonces, esa sensación volvió de nuevo, los impulsos, el hormigueo, el repiqueteo constante y punzante, todo a su alrededor se volvió gris.

Voces distorsionadas que lloran, ríen y gritan, se siente como la muerte, todo fue un engaño, un maldito engaño, No había nada, que jodido.

Sin embargó ellos solo viven ahí.

Valentín restregó su rostro con las dos manos, masajéo su cuello. ¿A cual de estás le hacía caso?

"A ninguna," contestó su poca cordura.

Valentín llevó una mano a su bolsillo y sacó un billete, formó filas blancas rumbó al pase de la perdición. El sabor amargo durmió su lengua cuando acabó y apoyó su en el mueble.

Un peso extra hundió el puesto a su lado, caricias fantasmas se posaron en sus mejillas ahuecanlas. La dilatada mirada de Valentín volteó y lo observó con cariño. 

-No deberías estar aquí..- farfulló Valentín.

-Lo sé. - Manuel sonrió- Te amo.

-Yo te amo más..- confesó en un sollozo lastimero aferrándose a él, y embriagándose de su aroma.- No quería hacerlo. De verdad. Perdonáme.

Un brillo malicioso y fugaz adornó los ojos de Manuel.

-Shh, - Manuel lamió sus lágrimas saladas.- no importa, es normal. Cada sombra es un personaje y eso está bien.

Eso está bien. 

                                 ╔═══════ °❈° ═══════╗

Seis meses después.

Valentín caminó despacio cuando el dolor en sus costillas se intensificó, un descuido y él muy hijo de puta con el que peleó esa noche se aprovechó para darle una patada. Aunque claro, ese pelotudo se llevó la peor parte cuando lo hizo comer tierra dándole la victoria y los 50 mil.

Después de tomar un par de respiraciones profundas y despegar su frente de la pared del pequeño edificio donde vive, continúo su camino. Entró a su departamento y como de costumbre la soledad y frialdad lo abrazaron. Encendió la luz y su vista fue directo a la fotografía de Maia, su madre hermosa como siempre, llena de brillo hasta que él la opacó.

No. eso no fue su culpa, fue la eufória del momento.

Se quitó la remera y la dejó en el suelo. Se dirigió a la cocina, cortó las vendas ensangrentadas de sus manos y buscó un parche del dolor para sus malogradas costillas que se tornaron rojas.

Su celular empezó a sonar y decidió ignorarlo, el cansancio lo consumía y no ha estudiado para su exámen de ingreso a la universidad mañana en la tarde. Bufó y la pantalla se iluminó revelando quien perturbaba su paz.

Sara, Sara.

-Hola grandote..- dijo su novia cuando contestó algo risueña.- ¿Qué tal el ring?

Valentín rodó los ojos con hastió, ring no era la definición correcta para sus encuentros clandestinos, no cuando peleaban en un callejón lúgubre y de mala muerte como es la inter-central. Rodeados de gente estúpida que se entretenía con ver a Valentín siendo bestia, sumándole lo ilegal y que muchas veces llegaban a muerte.

-¿Qué querés? - preguntó Valentín, él se seguía preguntando como una mina tan dulce como Sara seguía a su lado, la trata de la patada y solo la busca cuando quiere garchar.

Ella ignoró el tono hostil.

-Estoy trabajando en el boliche, mi turno termina en un rato. Necesito que vengas amor.

-¿Acaso pensás que soy tu cuidador? - frunció el ceño-Hacés petes de campeonato, ¿y le temés a un poco de adrenalina? Dejá tus niñerías.

Valentín pudo imaginar las mejillas sonrojadas de Sara por semejante comentario, y desviando la mirada por la pena.

Ella captó que iba a cortar y se apresuró en contestar.- No, no, espera, es importante por favor, anda, vení. Solo por esta vez.

Valentín resoplo, evaluando los pro y contra de esto. Comida, bebida y un orgasmo a media noche, nada mal.

-Dale.- Sara trabajaba en dos boliches distintos para sobrevivir, lo poco que ha convivido con ella fuera de las sábanas es que es una hija devota, el cansancio lo transformaba en esfuerzo para ayudar a su vieja que padecía una enfermedad crónica.- ¿En cual estás?

Media hora después Valentín esquivaba cuerpos sudorosos que se movían al ritmo de la música, mezclandose con la multitud buscó entre el montón a su novia, creyendo que ya había salido. Gracias a las luces de neón divisó su pequeña figura detrás de la barra haciéndole señas para que se acercará.

Sara se inclinó en la barra y susurró en su oído.- Esperáme arriba.

Valentín asintió. Luego de rodear la pista de baile siguió a la sala adicional. Está contaba con mesas circulares separadas y puestos largos con zona de confort, al igual que abajo el ambiente de fiesta se concentraba. Personas bebiendo, conversando y por supuesto fumando gracias al techo cristalizado abierto por el cual salía el humo.

Valentín se sentó en la mesa cercana a la baranda, desde ahí se veía todo. Casi que de inmediato la presencia de Sara se posó a su costado, dejando un vaso alto de color azul y gris repleto de hielo.

-¿Qué es? - inquirió Valentín.

Sara apoyó los brazos en la meda, su olor a perfume invadió las fosas nasales de Valentín, ella abonó su uniforme laboral y ahora traía una pollera, una remera corta y su cabello recogido, linda.

-No preguntés. Es azul y tiene alcohol, bebelo.- comentó con un guiño coqueto.

Su día, no mejor dicho todos sus días son una porquería, así que..¿por qué no?

Valentín se complació por la agridulce del cóctel. Y al final quedaba un picor delicioso con sabor a menta.

El pulsó de Sara temblaban cuando deslizó una hoja sobre la mesa, muy al alcance de él. -Y..si morís cayendote a piñas o te mandás alguna cagada.- murmuró ida.

-¿Qué?

Sara inhaló profundo.Con la yema de los dedos dio golpecitos a la hoja.

-Es una propuesta de trabajo, y..sería muy feliz si te decidís y aceptás.

Valentín soltó el vaso, ocasionando un respingo en ella.

-No te metás en cosas que no te incumben.- gruño molesto.

-No vas a ganar siempre. - mascullo con expresión triste y preocupada.

Valentín pasó su dedo pulgar por la comisura de sus labios ahogando una sonrisa. Sara no lo entendía, ella nunca podrá entender que más que  por placer es por necesidad, los demonios no se resguardan, los llevas a pasear para poderlos domesticar.

-Te banco mejor sin parlotear, no te debe importar lo que haga con mi vida. Vos sos desechable. ¿entendés eso?

-¡Aún así me importa! -vociferó con voz rota y mirada acuosa.- Vos sos lo único real que tengo Valentín, mi vieja de a poco me olvida, pronto ya no habrá ni un pedacito de mi en su memoria. -las lágrimas brotando humedeciéndo sus mejillas.- Estos cinco meses que he estado con vos me han levantado, se que no fue como un cuento de hadas boludo, sea lo malo o lo bueno estoy por y para vos, pero las veces que amanecemos juntos y desayunamos no puedo evitar el imaginarnos de otra forma. 

Valentín tensó mandíbula, apretó uno de sus formados brazos para distraerse, ya que por razones que conoce a la perfección la imagen de Sara con el rostro rojo, y de rojo a morado le..

-Buenas noches..- el saludo de un pibe interrumpió la conversación. 

No.

Mierda. 

Otra vez su mente juega con él, como los autómatas Valentín volteó tan rápido que su cuello crujió.

-¿Desean tomar algo?- reafirmando su aparición, él le devolvió la mirada, segura, decidida y con postura de superioridad, Valentín se volvió moldeable por ese gesto, su interior iba se removió y su estómago se desplomó y el pánico floreció como verano y su sangre se heló como invierno.

Manuel. 

                                 ╔═══════ °❈° ═══════╗


 Holi. Creó que en vez de tres capítulos está mini historia tendrá cuatro. Ojalá les haya gustado este capítulo y este Valentín tanto como a mí.

Los amo un mundo. Feliz de tenerlos como lectores y gracias por leer.

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