10. Conectados.
Para cuando Jeongguk se dio cuenta de donde estaba, se le hizo extraño. Se encontraba en la sala de ensayo de su empresa, habían varias personas y solo pudo reconocer a dos; Taehyung y Namjoon.
No sabía qué es lo que el CEO estaba haciendo ahí, pero no le prestó atención en cuanto cruzó miradas con Taehyung y este le sonrió como solo él sabía hacerlo; poseía una sonrisa única, con una forma tierna y graciosa, con sus dientes rectos y blancos que parecían relucir. El muchacho estaba acompañado de una chica que Jeon no reconocía y que parecía encontrarse distraída con otra cosa.
— ¿Cómo estás?—Preguntó el menor, jugando con las mangas de su camiseta negra, mirándolo a los ojos y poniéndolo nervioso.
—Bien, ¿y tú?—Miró alrededor y vio que las personas que habían antes iban desapareciendo de a poco y la muchacha que antes estaba con Tae se encontraba hablando con alguien mientras trataba de seguir algunos pasos. Jeon la reconoció como su coreógrafa y quien estaba locamente enamorada de su CEO.
Tae se encogió en su lugar cuando Jeongguk observó todo el lugar, parecía algo perdido en sus pensamientos y no estaba prestándole atención. De igual forma no puso mucha importancia en esto porque en cuanto el mayor tomó una de sus manos y la entrelazó con la suya, juntando sus cuerpos un poco más y logrando que sus respiraciones chocaran contra el rostro del otro, le hizo olvidar todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Tan solo, estaban separados por unos centímetros así que si Taehyung o Jeongguk daban otro movimiento, estaban más que seguros que sus labios chocarían, y lo querían, pero parecía muy pronto para hacerlo.
—Ven, quiero presentarte a alguien—Dijo el menor dando un apretón a su mano para luego halarlo para que fuera con él. Namjoon estaba sentado en el suelo de la sala con su codo apoyado contra su muslo y su rostro apoyado en la palma abierta de su mano con una expresión aburrida, y una de sorpresa en su interior que no quería dejar ver—. Ella es Taesook, mi melliza. Te conté un poco sobre ella—Jeongguk apoyó su mentón en la cima de la cabeza de Tae cuando lo acercó un poco más a su cuerpo y le sonrió a la chica que lo miraba con una de sus cejas levantada, tratando de intimidarlo con ese gesto. Si ponía a ambos juntos podía ver el gran parecido que ambos tenían con una belleza compartida, única y exótica.
—Un gusto, soy Jeongguk.
—Igualmente—Murmuró y Jeon juró que ella se encontraba un poco cohibida. Sonrió un poco y luego volvió su mirada hacia el muchacho que parecía fundirse en el costado de su cuerpo.
Y le gustó. Porque se dio cuenta que Taehyung se amoldaba a él de una forma que parecía que ellos habían sido creados el uno para el otro. A pesar de que no era mucho el tiempo que se conocían, o dicho de otra forma, el tiempo que se encontraban en sueños, Jeon sentía que todo era perfecto y le gustaba. Pero le daba miedo el nunca poder verlo en persona, que todo eso quedara en algún lugar de su memoria y que al pasar el tiempo, ambos se olvidaran que parecían estar conectados al otro. Porque a pesar de que parecía que no, él se había dado cuenta que había una extraña conexión entre ambos que involucraba sentimientos y sensaciones. Momentos únicos que Gguk atesoraba en lo muy profundo de su cabeza, corazón y alma, no por capricho sino más bien porque quería seguir recordando eso que tanta felicidad le estaba dando.
La música empezó a sonar de repente y la coreógrafa de Jeon junto a la hermana de Taehyung hicieron unos simples pasos, la muchacha rió fuerte por algún comentario que había hecho quien ahora estaba enseñándole una coreografía. Taehyung movió las caderas cuando se separó un poco del mayor y luego, siguió los pasos de las féminas. Gguk miró a Namjoon y levantó sus cejas por parte sorprendido de que Tae tuviera tan buenos movimientos en sus caderas, y por otra parte porque aún seguía sin entender qué es lo que hacía Nam en ese lugar.
— ¿Él es el chico con quien te fotografiaron en el concierto de la otra noche?—Una sonrisa boba y un asentimiento fue la respuesta. Y Namjoon supo que ya había perdido a Jeon.
Pero Jeongguk estaba perdido en sus pensamientos por el hecho de que ¿Por qué eso que había pasado hace unos cuantos días, seguía igual? Se suponía que si simplemente eran sueños, Namjoon no tenía porqué saber absolutamente nada de eso que estaba pasando y que estaba poco a poco, torturándolo.
Taehyung miró más allá y empezó a escuchar como las personas salían de la sala de ensayo. Observó con cuidado al tipo que estaba con Jeongguk; no sabía quién era y el muchacho no los había presentado, pero no era algo que él estaba prestándole la suficiente atención porque esta estaba puesta en el hilo rojo que parecía perderse en el suelo. No había una persona cercana a él que fuera la otra mitad porque el hilo, el cual parecía de un rojo apagado y algo deshilachado, se perdía entre los presentes. Tae sintió algo en su pecho, como una presión que le impedía respirar con normalidad, sabía que no era un ataque de ansiedad, era algo... mucho más fuerte que eso; como si estuviera sintiendo una profunda tristeza proveniente de alguien y realmente eso no le gustó para nada.
Reaccionó cuando un cálido toque se posó en su brazo y notó que sus ojos se habían llenado de lágrimas y estaba a nada de derramarlas. Sonrió algo hastiado tratando de calmar el rostro de incertidumbre que Jeongguk tenía, sabía que no entendía absolutamente nada de porqué él estaba a punto de llorar, ni tampoco los sentimientos que lo habían atacado de golpe. Taehyung lo abrazó y se dejó llevar por lo cálido y lo bien que se sentía estar ahí, con él y entre sus brazos.
— ¿Te encuentras bien?—Preguntó Jeongguk, moviendo su mano de arriba abajo sobre la espalda de Taehyung para luego dejar un suave beso en la cima de su cabeza. Lo acercó un poco más a él, sintiéndolo suspirar en el hueco que se formaba entre su cuello y hombro, haciéndolo sentir escalofríos correr por todo su cuerpo.
Jeon había sentido un tirón en su pecho, un suave deje de tristeza que dejó pasar en el momento que vio la forma en la que Kim estaba, pero a pesar de que había desaparecido un poco aún seguía estando ahí; pinchando con molestia y recordándole que había algo que estaba desorientandolo.
— ¿Quién es la persona que se fue recién? Estaba contigo hace unos minutos.
— ¿Namjoon? ¿El moreno alto?—Taehyung asintió aún sin mirar el rostro confundido de Jeongguk—, él es el CEO de la empresa y quien me ayudó en el inicio de mi carrera. ¿Por qué? ¿Te dijo algo?—Una risita y una negación mientras el menor afianzaba su agarre aún más.
—Simplemente cuando lo vi, me sentí triste—Negó con su cabeza sin comprender muy bien la situación y trató de hacer todo lo posible para que sus sentimientos no se reflejaran en su rostro. Y Jeongguk comprendió un poco más.
Esa tristeza que había sentido no era suya, sino de alguien más. Y ese alguien más era Taehyung. Entonces supo que la conexión que tenía con Tae era algo más fuerte, algo que los conectaba en cuerpo y alma, algo que los hacía sentir como el otro se sentía antes de que ellos mismos se dieran cuenta. Y a pesar de que sonaba todo como una locura, Jeon se dijo a sí mismo que el Universo era extraño.
—Sabes que a pesar de todo aquí me tienes ¿No? Puedes contarme tus sueños y tus inquietudes, lo que te gusta y lo que no, de lo que eres fanático y de lo que amas hacer. También puedes decirme del primer niño o niña de quien te enamoraste o de la cicatriz que adorna tu rodilla. Si alguna vez te quebraste alguna extremidad o si golpeaste a algún bully para que dejara de molestarte. Taehyung, estoy aquí, para ti, para siempre.
—Y tú sabes que también estoy aquí ¿No? Siempre que tengas algún problema, yo te escucharé sin importar qué. Si este es nuestro único medio para comunicarnos, entonces hagámoslo más nuestro, Jeongguk.
El agarre que ambos impusieron en el otro se hizo más fuerte, más inquebrantable y eso se hizo más cómodo para los dos, llenándolos de una profunda seguridad que nunca habían sentido con nadie más. Ni Jeongguk con toda la seguridad que poseía o el amor de sus fans, ni Taehyung con la ayuda de la terapia o las estúpidas pastillas para la ansiedad. A pesar de no querer separarse y sentir la necesidad abrumadora de permanecer al lado del otro, el final del sueño y por lo tanto, el final de su encuentro, se hizo presente con una molesta oscuridad que deshizo todo agarre y todo sentimiento, llevándolos a ambos a la realidad con la que ambos cargaban.
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Jeongguk abrió los ojos de forma lenta y casi tortuosa, con el sol molestando y haciéndolo sentir extrañamente incómodo. No supo qué estaba sucediendo hasta que el primer sollozo se escapó de sus labios, la tristeza que había sentido en ese sueño, se intensificó por mil y lloró desesperadamente. Hacía tanto tiempo que no lloraba de esa forma, era extraño que él siquiera llorara y lloraba por tantas cosas. Porque desde un principio, cuando comenzó a tener sentimientos que no debía, supo que el encuentro con Taehyung nunca se daría... Porque ambos tenían vidas distintas, porque vivían a miles de kilómetros lejos del otro, porque Jeongguk tenía escondida su verdadera orientación sexual y porque también tenía miedo de todo lo que decir la verdad deparaba.
Por alguna razón, se sentía vacío y con un dolor horrible en el pecho. El llanto no pudo calmarlo hasta que simplemente se quedó tirado en la cama y sus ojos hinchados comenzaron a molestarle. Probablemente debía de levantarse porque la puerta de su departamento estaba siendo azotada bruscamente por alguien y debía ver de quién se trataba, pero simplemente había perdido las ganas para hacer, incluso las cosas más monótonas.
Arrastrando los pies por el suelo y tiritando de frío a pesar de que la calefacción estaba prendida, abrió la puerta de entrada encontrándose con tres pares de ojos que se sorprendieron bastante ante el aspecto que Jeongguk tenía.
— ¿Sucedió algo?—Preguntó el muchacho con su voz sonando ronca y rota.
—Hemos venido para hablar de algunas de las cosas para el próximo álbum. Yoongi vino porque quiere hablar de algunos diseños que creó y dijo algo de que te quedarían perfectos a ti, aunque sonó más a excusa que otra cosa—Habló Hoseok con algo de desconfianza en su voz. Mirando hacia los ojos de su mejor amigo y supo, en ese momento, que Jeongguk no estaba bien, estaba destrozándose de a poco y todo eso le preocupó en demasía.
—Pasen y pónganse cómodos. Me doy una ducha rápida y arreglamos todo—A pesar de que sus ánimos estaban por el suelo, colocó una pequeña sonrisa en su rostro y luego, se movió en dirección al baño.
— ¿Jeongguk está bien?—Preguntó Yoongi una vez se sentaron en el sofá. Su pierna derecha cruzada encima de la izquierda, con su espalda recta y una mueca en sus labios que hizo rodar los ojos a Hoseok.
—No—Respondió Namjoon antes que Jung, mirando el lugar por donde el artista se había ido—, estuvo llorando, eso es más que obvio. Pero desde hace unas semanas hay algo que lo está molestando y él no va a ser capaz de contarlo.
—Pero tampoco es algo que ustedes puedan sacarle a la fuerza, por más que sean sus amigos—La boca de Yoongi había formado un pequeño pico, parecido al de un patito que hizo que Jung apartara la vista porque era una mueca muy graciosa. El muchacho creía que Min era... muy fino para estar en un lugar como ese y con personas como ellos lo eran.
Yoongi tenía un porte elegante... Y caro, desde su ropa hasta la forma en la que hablaba, sus gestos, como caminaba y su forma de pararse. Yoongi era una persona que a primera vista daba la sensación de que no debía juntarse con ellos, pero para sorpresa de todo el mundo había negado una invitación para ser exclusivamente el modista de una famosa modelo para ser el de un rapero por el cual en un principio nadie daba nada. Y ahora ahí estaban, con la estrella del momento y todos sintiéndose conformes con lo que el muchacho había logrado.
Namjoon y Hoseok eran personas humildes que habían empezado de lo más bajo, pidiendo prestamos a familiares y teniendo trabajos a medio tiempo en distintos lugares para poder sobrevivir a la universidad y al negocio que habían empezado juntos. Era suerte la fama que la empresa hoy en día había alcanzado y la de los artistas que habían salido de ese lugar. Ambos sabían que Jeongguk tenía talento e iba a ser grande, ellos habían puesto todo en él y lo había conseguido, lo habían visto crecer y dejarse la vida, lo habían escuchado llorar y querer renunciar cuando creía que nadie lo seguiría, pero ahora se encontraba en lo más alto de su fama y no había nada ni nadie que pudiera bajarlo. Porque todos sabían que Jeongguk se merecía eso y más.
—Cuando Jeongguk quiera hablar, él simplemente se sentará frente a ustedes y largará todo lo que tenga guardado. Denle algo de tiempo, si lo presionan simplemente lograrán que se guarde más para él.
—Hay veces que pareces ser un genio, Yoongi—Dijo Hoseok con una sonrisa, haciendo sonrojar a Yoongi.
—Idiota—Murmuró antes de desviar su mirada a Jeon, que venía entrando secándose el cabello con una toalla.
— ¿Quieren algo para tomar?—Hoseok y Namjoon negaron, pero Yoongi asintió con su cabeza y una pequeña sonrisa.
—Tú sabes que me gusta, Jeon.
Haciéndole burla al pálido, el menor de todos se movió a la cocina a preparar el té de frutas que tanto le gustaba al mayor mientras que él se preparaba un café bien cargado y sin azúcar para que hiciera algo de efecto en su cuerpo, y la cafeína pudiera levantarlo.
— ¿Con qué empezamos?—Preguntó Jeongguk una vez volvió de la cocina con las tazas en ambas manos, se sentó en el sofá frente a Hoseok y lo observó unos segundos antes de desviar la mirada hacia otro lugar.
Yoongi estiró su pierna y con su pie le pegó a Hoseok, haciéndolo a este sisear de dolor antes de que le clavara la mirada, el pálido trató de hacer todo lo posible para que el contrario dejara de clavarle la mirada al artista porque comenzaría a ponerlo nervioso e incómodo, y eso significaba a Jeongguk sacándolos a todos fuera de su departamento y diciéndoles que otro día sería el que hablarían.
—Yo... ¿Podríamos el viernes, después del ensayo, juntarnos en la cafetería que está en la esquina del estudio?—Yoongi sonrió porque sabía lo que sucedería ese día. Que Jeongguk se abriera a sus amigos, no era normal y a pesar de que todos estaban sorprendidos por ese motivo, aceptaron sin ningún problema. Eso les daba una idea de la forma en que sus sentimientos estaban asfixiándolo, era más que sabido que él no aguantaría más tener todo guardado para sí mismo y a pesar de que la mayoría de veces solamente se juntaban para hablar de trabajo, dejar este de lado por un día no lastimaría a nadie.
Dejando eso de lado y logrando el cometido por el cual habían ido en un principio, la tarde se pasó bastante rápido y la noche llegó. Los tres se despidieron del menor, Hoseok asegurándole que si algo sucedía lo llamara, Namjoon no pudo contarle al artista de su sueño y el hecho de que había soñado con él y un novio que no sabía que Jeongguk tenía.
El muchacho aún sentía ese pesar en el pecho, presionando y casi imposibilitando el poder respirar con normalidad. Se tiró en el sofá con uno de sus antebrazos tapando sus ojos, con las lágrimas aguijoneando las esquinas de sus ojos y un escozor quemándole la garganta. La tristeza no se iba y ya no sabía si era de parte de Taehyung o era él mismo al descubrir la verdad de todo.
Y entre lágrimas se durmió en el sofá, deseando que todo pasara y pudiera ser feliz.
Muchas gracias a quienes siguen leyendo esto. Lamento el retraso que tuve en volver a publicarla ya editada, pero por alguna razón no tenía ganas para hacerlo. Ya está siendo publicada nuevamente y espero que les esté gustando. Saludos.
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