Bienvenidos
Click!
Un pequeño elfo encendía una pequeña radio mientras se sentaba en su sofá, el crujido de la estática fue lo primero que se escuchó al mismo tiempo que, giraba los pequeños botones.
Bzzzzz....
Desde la ventana de la pequeña casa, se podía ver que ya era de noche.
Bzzzzz....
Zzztttt....!
De pronto, emergió una voz en medio de la interferencia que decía.
"Dentro de poco comenzara el horario para nuestros escuchas nocturnos..."
No pudo terminar el anuncio ya que fue interrumpido por más interferencia, tocando la antena de la radio comenzó a moverla haciendo que el sonido intercalara,
Bzzzzz....!
Criiiiiiii....!
En otro lugar una pequeña elfo estaba lavando los platos de la cena, los infantes estaban ya en su cama mientras ella escuchaba algo de música suave.
I heard he sang a good song, I heard he had a style~
And so I came to see him, and listen for a while
And there he was, this young boy, stranger to my eyes
En una casa un elfo de apariencia mayor estaba armando un barco en una botella, al mismo tiempo que, las noticias de la noche se escuchaban en su vieja radio.
"Y en otras noticias, parece ser que el clan Ahlström ha estado en una disputa con el clan Gustafsson. Todo parece ser porque la heredera del clan Gustafsson se niega a cumplir su parte del acuerdo, según los informes esto podría hacer una separación que no se ha visto en más de 400 años."
El elfo que aun luchaba con su radio le dio un pequeño golpe antes de que pudiera por fin tener señal.
"Lamentamos la interferencia, parece ser que los espíritus del clima están en una discusión, lo que, según nuestras fuentes, provoca que muchas radios no puedan captar la señal de nuestra estación. Se acerca una tormenta, esperemos que todos estén en sus casas a salvo. A continuación, nuestro horario de trasnoche para nuestros escuchas nocturnos."
Satisfecho el pequeño elfo tomo una jarra con té helado y palomitas, y con eso se preparó para escuchar su nuevo programa favorito, como el de ahora muchos de los condados élficos que había.
Las historias del elfo que se fue con la niña que alguna vez vivió en los bosques, se volvieron muy populares en poco tiempo. Había un auge de esas historias luego de que la embajada misma, tuviera que confirmar que, las historias no solo eran reales, sino que también vivir ellos mismos una de esas aventuras.
Lo que fue menos sorprendente que, dichos informes del elfo llamado Alfur Aldric, tuviera muchos de ellos con detalles no apto para menores lo que ocasiono una fuerte censura y que, en su defecto nadie más que la propia embajada las leyera.
Pero entre todo el papeleo que los elfos tenían, estaba la opción de hacerlos públicos de manera gratuita ¿y cual era esa...?
"¡Bienvenidos a Red Shoes Diaries Trollberg, les saluda su querido amigo Alfur desde Trollberg!"
Entre muchas de sus antiguas leyes e informes que los elfos tenían, muchos elfos de años pasados se quejaban de no tener sus informes a acceso al público porque estos tenían... detalles muy explícitos.
Los elfos que se quejaban de eso fueron un número alarmantemente alto, lo que ocasiono que el rey elfo terminara por aprobar una ley que les daba libertad de expresión con sus informes y si estos querían ser expuestos al público, debía ser que los mismos elfos lo relataran o distribuyeran ellos mismos sus relatos.
"Antes de comenzar, debo recordarles que, si tienen niños lo más apropiado seria que no estén en la habitación. Con eso dicho..."
Del otro lado, estaba Alfur con su pequeña gata en su regazo acariciando sus orejas mientras que, en su cabeza tenía unos audífonos especiales y hablaba a un micrófono, al mismo tiempo que hacía eso tenía muchas cartas de color rojo en un bote de basura, una de ellas estaba abierta y se podía leer en algunas partes.
"En base a su programa de radio, por favor, deje de dar detalles tan explícitos de..."
Las palabras se veían borrosas ya que tenían restos de comida en ella.
-Y con los agradecimientos de los condados del norte, vamos a comenzar.- Tomando un cuaderno de cuero, lo dejo sobre la mesa, la pequeña gata se estiro y salió del regazo de su amo para alejarse.
-Este reporte es de la navidad pasada, todos recordaran el incidente ocurrido en el festival de invierno, pero nadie pudo leer lo que ocurrió luego de eso.- Tomando su taza de café, le dio un sorbo mientras abría el cuaderno justo donde estaba el separador.
-Debo de advertir, hay algunos detalles que podrían considerarse muy calientes. Con eso dicho...
"Luego de que el festival de Yule llegara a su fin, Hilda se despidió de sus amigos. En el auto estaban ambas de camino a su departamento, Alfur estaba sobre la cabeza de Twig quien, estaba en el asiento trasero.
-Gracias por el regalo, cariño. Me encanta.- Agradeció la castaña, la bola de nieve con aquel árbol navideño. Dicho regalo estaba con Alfur y Twig en la parte de atrás.
-No hay de que mamá, me alegra que te guste.-
Alfur estaba redactando su informe conforme a la información que Hilda le había proporcionado, fue cuando estuvieron en un semáforo en una calle completamente vacía lo que hizo que el elfo levantara la mirada.
Y lo que vio no fue tan sorprendente para él.
Johanna había tomado la nuca de Hilda y le estaba dando un beso muy apasionado, diría que hasta posesivo por la forma en la que la lengua de la mujer entraba en la boca de su hija.
El pequeño elfo volteo a las ventanas esperando que no hubiera transeúntes, considerando que la mayoría de personas ya sé que se fueron un poco antes a sus casas o porque aún seguían alrededor del árbol gigantesco, no había nadie.
-Eso fue rápido.- Murmuro el pequeño elfo, Twig solo movió sus orejas en respuesta.
El sonido húmedo era muy evidente, las manos de Hilda estaban en los hombros de su madre en un intento de separarla y tomar aire, la saliva estaba empezando a caer de la boca de ambas. Fue cuando la lengua de la mujer volvía a entrar que Hilda logro quitársela de encima.
-¡Aaahh!- Un puente de saliva era la única muestra de que hubo un beso entre ambas, Hilda tenía sus manos en el pecho de su madre quien, solo sonreía al verla.
-¡Mamá! Eso fue... fue...-
-Una pequeña muestra del regalo que te espera en casa, cariño.-
-Oh, cruddlesticks...- Murmuro la peliazul cuando la mujer comenzó a conducir de regreso a casa.
[.]
La cena estaba servida, el plato de Laatikko fue devorado por los habitantes de la casa. Tontu se fue al espacio Nisse para así tomar su merecido descanso, lo que dejaba a Alfur con las dos humanas de la casa.
-¡Ah! ¡Espera!- Hilda estaba por dejar caer la copa de vino sin alcohol que sostenía cuando su madre se abalanzo sobre ella.
-¿No quieres que te de tu regalo, cariño?- Alfur estaba sobre la mesita que estaba frente al sofá de la sala mientras escribía lo que veía.
-B~Bueno... podemos al menos terminar de beber, nuestras bebidas?- La peliazul se miraba muy nerviosa, su rostro estaba sonrojado mientras levantaba su copa.
-Eso podemos hacerlo luego.- Quitándosela de la mano la dejo en otro lado, tomando su cara volvió a besarla, la más joven se miraba nerviosa mientras el beso se volvía más intenso hasta que..."
-¡Meow!- El gato café se recostó sobre los informes de Alfur quien, comenzó a regañar a su mascota.
-Peppercorn, mala. Estas sobre mis informes.- El regaño carecía de fuerza, tomando a la gata la dejo sobre su regazo donde se acomodó mejor.
-Lo siento, queridos oyentes. Mi gata esta un poco malcriada hoy.-
-¡Meow!-
-Dejando de lado la interrupción.-
"La camisa de Hilda fue la primera en desaparecer del cuerpo de la niña, cuando su piel estuvo expuesta se podía ver ligeros moretones en su cuello y hombros.
-Ahora voy a darte tu regalo , cariño~-
Alfur estaba escribiendo frenético mientras no quitaba la mirada de lo que pasaba en aquel sofá, ya sea porque estaba acostumbrado o no, su trabajo era reportar lo que pasaba en la vida de Hilda. Y si debía de escribir lo que veía, bueno, él era muy responsable con su trabajo.
-¿Por qué no hablamos de nuestros sentimientos? Hoy fue un día muy largo.- Podía ver que Hilda estaba algo nerviosa, parecía que su aventura con los santas de Islandia la había agotado.
-Hilda, te voy a dar tu regalo. Quieras o no.-
-Oh cielos.-
Y con eso Alfur pudo ver como Hilda parecía a pesar de todo, muy receptiva a disfrutar su regalo navideño."
"...Y mientras Hilda estaba gimiendo, Johanna estaba demostrando porque tiene una buena mano dibujando, saben, Hilda estaba tan roja que puedo decir parecía una bola que pondrían en un árbol de Yule."
Del otro lado una elfo estaba bebiendo su taza de té mientras comía sus propias palomitas, a su alrededor habían más elfas adultas quienes escuchaban sin perder detalle alguno.
-Oh cielos~- Una de ellas tenia un abanico de papel con el que se soplaba la cara, mientras sonreía con un rostro sonrojado.
-¿Creen que haya usado la correa?-
"Aunque debo de admitir, que no pensé que Tontu estaría al tanto del regalo de Johanna, debo de decir que ese juguete no estaba en el registro contable de la casa."
Crack!
La papa frita crujió en la mano de una de ellas, el rostro sonrojado de una pequeña elfo que tenia un lazo en su cabeza era evidente.
-¡Gane!- Ante el sonido de eso, las otras se quejaron y pronto le pasaron billetes a la ganadora.
[.]
Alfur tomo un sorbo de su taza de café, sonriendo ante las notas que tenia sobre la mesa continuo.
-Pero creo que es algo que ya deberían de saber, no? Aunque, admito que Hilda no durmió esa noche.-
"-Aaahh~ Aaahh~- Hilda estaba en su cama, luego de muchos ruegos entre gemidos, pudieron trasladarse a su cama.
Su ropa estaba en el suelo donde ahora estaba Twig observando lo que pasaba con su dueña.
La peliazul estaba boca arriba donde se podían ver mordidas con algunos chupetes en su cuello y hombros, sus labios estaban algo rojos y se podía ver el rastro de lágrimas secas.
-Q~Que buen regalo... mamá...- Sonrió a como pudo y solamente se hundió en su colchón donde intento dormir.
-¿Quién dice que ha terminado, cariño? Es lo mínimo que te mereces por tan lindo regalo.-
Al escuchar eso, Hilda abrió los ojos asustada al ver como su madre se colocaba su correa especial y la atraía hacia ella.
-Feliz Yule, Hilda~-
-¡Aaaahhh!"
-Y a Twig tuvieron que sacarlo del cuarto, ya que termino saltando a la cama para lamer la espalda de Johanna y a ella no le gusto.-
Cu-cúuuu!
Cu-cúuuu!
Cu-cúuuu!
-Parece que mi tiempo termino, ha sido un placer narrar mis informes. Y también gracias porque sin ustedes, no podría mostrar más de mi día a día en Trollberg. Se despide su buen amigo elfo, Alfur Aldric de los condados del norte, buenas noches!-
[.]
La bebida estaba terminada, las botanas igual y el elfo contento con eso, apago su radio para irse a la cama.
El barco en la botella estaba listo, tenía una bandera azul y satisfecho le coloco una tarjeta para así empacarlo, lo llevaría a la correspondencia mañana. Tomando la pipa que encendió en medio del programa dio una calada satisfecho, fue una buena noche.
El grupo de mujeres comenzó a chismear sobre el próximo episodio, realmente necesitaban al menos saber que podrían esperar mañana en un nuevo informe.
Red Shoes Diaries Trollberg era un programa de radio que, sin duda resultaba adictivo.
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