Capítulo 24



La mente de Baekhyun solo se había empecinado con dos deseos en la vida: la libertad, y la maternidad. Cada uno lo ansió con mayor intensidad porque eran las únicas ambiciones de su vida. La una, la maternidad, era tan nueva como abrumadora. Antes nunca pensó en ello como una posibilidad verdadera, pensando que terminaría sus días en esas cuatro paredes que tenían garabateadas su nombre.

Pero habiendo ocurrido ese milagro del amor y de su matrimonio, Baekhyun lo empezó a considerar. Ver a un niño creciendo a su lado, cuidándolo y dándole el amor que él tenía atorado en el pecho sería la culminación de una vida asombrosa. Porque él sabía que su tiempo era limitado. Sus médicos siempre le dijeron que su enfermedad jugaba con su cuerpo y lo volvía más débil. Cualquier enfermedad podía llevárselo lejos y no quería dejar solo a Chanyeol. No. Un hijo le daría fuerzas para continuar y sería su vivo recuerdo.

Así que cuando Chanyeol le explicó que no podía ocurrir por la cantidad de riesgos que conllevaba, se sintió dolido.

¿Por qué todos podían hacer sus vidas a su gusto y él no?

¿Por qué las parejas podían hacer crecer sus familias y ellos no?

¿Por qué todos podían tener bebés y él no?

¿Acaso no era muy injusto?

Y su corazón apesadumbrado no tomaba un descanso. Su cabeza pensaba y se cuestionaba sobre esos riesgos. Él no dañaría a nadie, siempre se decía, pero quizás Chanyeol no le creía. Tal vez temía que un bebé, tan delicado, sufriera los efectos secundarios de su enfermedad.

Mas lo deseaba tanto.

Aunque no estaba molesto con Chanyeol, se sentía ajeno. Le gustaban sus besos, pero no tenía ánimos para recibir muchos. E incluso cuando se esforzaba y era cariñoso, el fantasma de sus deseos volvía tercamente a aparecer. Sentía que lo estaba estropeando todo.

Y esos deseos reprimidos y malestar de la mente le provocaron otras enfermedades. Su pecho dolía tanto como su cabeza. Su estómago se había revuelto de forma tortuosa hasta que devolvía todo lo que comía en la tarde.

Pero se había negado a decirle a Chanyeol. Odiaba ser una molestia y solo porque estaba asustado, fue que consultó con Kyungsoo.

—Tal vez te contagiaste con algún virus. Podría ser gripe.

—Solo quiero algún medicamento. Necesito dejar de sentirme como un muerto —puchereó.

Kyungsoo lo miró con aprensión. Baekhyun tenía los ojos levemente hundidos y agotados, faltos de brillo. Los labios los tenía algo pálidos y queriendo agrietarse. Tan mal como nunca antes lo vio.

—No deberías tomar ningún medicamento sin receta —le recordó—, pero podrías acudir con un médico de la clínica donde te atiendes.

—¿Me acompañarías? No quiero ir solo —suplicó.




***




La Doctora Lee era colega de su psiquiatra en la Clínica Song. La mujer se mostró amable y abierta incluso cuando Baekhyun le comentó su pequeño defecto.

—Podría ser una gripe estomacal. O quizás se trate de algo relacionado al estrés que manejas. Eso realmente puede enfermarte.

Baekhyun no lo dudaba. Todo su cuerpo se sentía cansado y cada vez que vomitaba sentía sus entrañas contraerse hasta el borde del dolor.

—O tal vez..., estés en cinta.

Baekhyun apartó el rostro de golpe.

—No. Nosotros usamos protección —suspiró.

—Puede fallar —alegó—. ¿Usas algún dispositivo?

—No, pero... lo hemos pensado —murmuró con pena porque había sido una idea de Chanyeol, no suya—. Sería lo mejor.

—De todas formas, me gustaría asegurarme. Si no lo descartamos, algunos de los medicamentos que te recete podría hacerte más daño que bien.

Y Baekhyun hubiese refutado diciendo que era absurdo porque ningún milagro divino lo haría concebir. Sabía que Chanyeol había sido cuidadoso ya fuera con los condones o las pastillas. Dolía admitir que no era posible.

De todas formas, y presionado por Kyungsoo, se hizo la prueba de sangre cuyo resultado estaría en dos horas y media. Así que, para menguar el tiempo y la ansiedad, Kyungsoo lo llevó a dar un paseo por la colorida calle Insadong Ssamgi-Gil. Las personas se movían a prisa por los adoquines, admirando la riqueza cultural de las viejas casas coreanas y la comida que cerca se vendía.

—Si huelo otro teobokki voy a vomitar —advirtió Baekhyun cubriéndose la nariz con la mano y caminando a prisa lejos de los puestos callejeros.

Kyungsoo se mordisqueó los labios.

—Tal vez deberías considerar la posibilidad de un embarazo.

Baekhyun no se detuvo y tampoco lo miró, y eso le dijo a Kyungsoo que ya lo había considerado. Pero, por mucho que lo deseara, sabía que no debía ocurrir.

—No es tan malo —alegó Kyungsoo bajo la incomodidad del silencio parcial.

—Porque tú no estás loco —bisbiseó algo brusco, mas luego se arrepintió de haberse desquitado con Kyungsoo—. Y, de todas formas, no estoy embarazado.

—Eso no lo sabes. Podría ser...

—No debe ocurrir —replicó nuevamente con tono duro, renegado con la vida.

—Cariño, no lo tomes así. Un bebé podría-

—¡No en mi caso! No en mi caso... Chanyeol tiene razón. ¿Qué puedo ofrecerle a ese bebé como madre que no sean tragedias? —Sus ojos mojados se negaron a desfogarse, diciéndose tercamente que era fuerte y que todo estaría bien. Esas palabras en su cabeza trataban de opacar el crujido de su roto corazón—. Yo no podré cuidarlo..., tampoco podré hablarle correctamente... y, y... lo lastimaré. Yo lo lastimaré.

Kyungsoo tomó la mano de Baekhyun ante esos temblores por el llanto contenido en un dique tambaleante. Le acarició los nudillos con suavidad, uno a la vez y luego el siguiente.

—Y perdería a Chanyeol. Él podría irse y yo me quedaría solo con un bebé que dependería de un loco. ¿Cómo podría...?

—Chanyeol no se iría —le aseguró—. Él te ama. Prometió cuidarte.

—... Lo mismo debieron prometer mis padres el día que nací. Nueve años después me abandonaron en una clínica —murmuró con amargura que incluso le ardió en la garganta—. Sé que él me ama..., pero también sé que ningún amor es eterno. Ni siquiera el mío. ¡Quizás un día despierte y lo olvide! Lo repudie...

Tomó aire, una larga bocanada que se mezcló con el dolor en su garganta y que por poco no lo dejó hablar. Nuevamente, diciéndose que podía hacerlo, calmó su cabeza y su corazón.

—Tal vez le haga eso mismo a un bebé.

En ese momento lo admitió. Su cabeza por un breve lapso se unió a su pecho y admitieron en conjunto que un bebé en sus brazos correría peligro y sufriría más de un estrago de la terrible enfermedad que lo aquejaba.

Lo odió. Y le lastimó pensar que en verdad no podría tener nunca un hijo.

«Yo solo quería un ser que se pareciera a mí, que tuviera un pedacito de mi corazón para que acompañara a Chanyeol cuando yo me fuera», pensó y su corazón recibió el golpe. «Temo que no merezca esta dicha..., que esté ambicionando más de lo que merezco».

—Podría haber otra solución. Una enfermera o una nana que te ayude con el bebé.

Baekhyun desvió la mirada, no odiando la idea sino el sabor de la esperanza. Y para no hacerse más daño, decidió parar ahí mismo.

—Volvamos a la clínica.

Quería recibir el resultado negativo tan pronto como fuera posible porque la guillotina dolía menos si era rápida.




***




No...

No podía ser.

POSITIVO.

Con una simple palabra, Baekhyun se vio estúpidamente ilusionado, como si una nube negra de advertencias sobre el tema no estuviera sobre su cabeza.

Tenía un bebé en su vientre. Lo único bueno de él.

—Yo... bueno, el resultado es positivo. Tienes casi cuatro semanas de embarazo —comentó la Doctora con la incomodidad abrazando su bonito rostro alargado. No pudo si quiera decir 'felicidades' porque no sabía si era así—. Deberías venir con tu esposo para hablar sobre el tema, y quizás tu psiquiatra para-

—¿Una foto? ¿Puedo tener una foto?

Ella lo miró estupefacta ante esa dulzura y desesperanza mezclada, e incluso su cabeza se vio confundida por la petición. Una foto. ¿Una foto de qué?

—¿Una ecografía?

Baekhyun asintió rápidamente, moviendo sus dedos inquietos sobre el papel.

—¿Puedo ver a ese bebé?

El gel se sintió helado contra su piel y aumentó su nerviosismo. Su vientre plano fue masajeado por el ecógrafo. Sus ojos ansiosos veían el monitor como si entendiera lo que ocurría.

—Aquí esta —dijo y en la pantalla le señaló una mancha que ni la esquizofrenia de Baekhyun le dio forma—. Es esa bolita que ves ahí. Está pequeña, pero es normal por ahora.

—¿Es un niño o una niña?

La Doctora le sonrió enternecida, y esa expresión ocultó su verdadera preocupación por el estado gestante de un paciente con esquizofrenia. No sabía qué haría cuando terminara con la ecografía. Obviamente debía recomendarle que en su caso sería más complicada la maternidad y esperaba que ello no detonara al jovencito.

—Eso solo lo sabríamos dentro de algunos meses más. Ahora es imposible de decir.

—Oh, entiendo... ¿Y está bien? ¿El bebé está bien?

—... Sí, está perfecto.

El silencio los sumió. La doctora le dio miradas angustiadas a Kyungsoo en busca de algún consuelo o un aliento para la situación, pero él tampoco sabía qué hacer ni qué decir. Y Baekhyun..., Baekhyun no alejaba sus ojos del monitor. Había empezado a darle forma ya a esa criatura.

Era suyo. Ese bebé era suyo.

—¿Puedo tener las... ecografías?

Ella asintió mudamente y una vez se acabó todo, le tendió toallitas a Baekhyun para retirar ese gel incómodo de su vientre. Le entregó también las fotos de la ecografía que Baekhyun llevó al bolsillo de su abrigo perla.

—Ejem —carraspeó ella—. Puedo agendarte una nueva cita con tu esposo para explicarles sobre tu embarazo y sobre un posible aborto. Sería mejor hacerlo en las siguientes semanas para evitar cualquier inconveniente.

Otra vez, los ojos de Baekhyun se ensombrecieron. Tenían un nubarrón por dentro que desfogaría en cualquier momento.

Un aborto...

Sí.

Por ese breve segundo se sintió como si ese bebé que llamó suyo dentro de su cabeza, dejara de serlo de forma tan abrupta. Solo era una criatura a la que nunca vería más allá de en sus fantasías.

No le pertenecía.




***




Encontró a Frijol, su perro shepard de colores blanco y café, en la entrada de la casa, lejos de su cercado en el jardín. Baekhyun fue hasta el animal que hacía sus piruetas como si reconociera el ánimo apagado de su amo. Intentó saltar, morderle suavemente las manos o incluso pararse en dos patas para saludarlo, pero el muchacho apenas y lo veía.

Baekhyun fue hacia la parte trasera de la casa para encerrar a Frijol en el jardín, luego entró en la casa por la puerta de la cocina, tan en silencio que cualquiera hubiese pensado que era un fantasma. Mas despertó de ese letargo al escuchar voces en la sala.

Era Chanyeol, más temprano de lo usual en la casa, y ese amigo, Jonghyun.

—Él debe estar destrozado —fue lo primero que escuchó del hombrecito de baja estatura.

—Ha estado... triste, evitándome... Aunque he intentado explicarle, no lo entiende.

Baekhyun no tuvo que pensar mucho; supo que hablaban de él.

—Quizás lo hace. Pero, amigo, él es un doncel y es natural que se aferre a ese deseo de ser madre.

—Pero no puede —insistió Chanyeol—. Nada saldría bien.

Dentro de su bolsillo, Baekhyun arrugó la ecografía que había pensado en enseñarle a Chanyeol. No esperaba que cambiara de opinión respecto a ser padres, pero sí quiso compartirle ese pedacito del bebé.

—Su doctor dijo que ahora puede desearlo, pero en un tiempo quizás la idea lo sofoque. O incluso solo en un par de años sus crisis lo ataquen y a ese niño.

—Sí, es cierto —suspiró—. La verdad es que me apena mucho la situación. Baekhyun debe estar muy ilusionado.

—Es tan terco. Temo que no pueda olvidarse de ese capricho y su cabeza lo lleve a hacer tonterías.

«No podría hacerle daño a algo que amo tanto —pensó Baekhyun—, o eso es lo que creo».

—Ya ni siquiera sé qué hacer para convencerlo de que tener un hijo no es una buena idea. Lo he intentado todo —gruñó derrotado.

—Al menos siempre han sido cuidadosos, espero, y no hay riesgo de-

—No, no de eso no —le aseguró Chanyeol.

«En verdad no quieres tener un bebé conmigo».

Muy en silencio se movió por el pasillo oscurecido por las cortinas hasta su amplio estudio de frente al jardín. Cerró la puerta y se quitó el abrigo. Caminó hasta donde descansaba su caballete y un lienzo en blanco donde nunca supo qué pintar. En ese momento, con su cabeza tan exaltada, supo que quería darle forma a ese bebé por única vez.

Con la ecografía como inspiración pegada en el borde superior del lienzo, Baekhyun empezó a pintar directamente con óleo.

Empezó con un tono café para darle algo de profundidad a la figura. Hizo un garabato de lo que creía eran los bebés. Algo muy pequeño y regordete. Luego pinto con color piel la figura, dejando solo un delicado borde del otro color que luego difuminaría. Sus trazos no eran muy precisos y el bebé era más parecido a una mancha alargada que a otra cosa.

Trató de darle forma a los dedos, sin saber cómo eran los de un bebé de verdad, y luego su rostro. Los ojos los hizo cerrados porque el primer intento no le gustó, incluso si trató de plasmar la mirada aguzada de Chanyeol. Luego hizo los labios, los pintó con el pincel más pequeño que encontró, de un tono rosáceo agradable. Luego siguió con ese pequeño pañal blanco. Se detuvo por un momento para mirar lo que hacía, estudiando esos apresurados y locos trazos que no seguían la línea que en su cabeza tenía.

Miró la ecografía por varios segundos, a veces intercalándola con su pintura, hasta que la realidad lo arrolló. Estaba haciendo esa pintura para despedirse de ese bebé que nunca conocería.

—Lo siento —murmuró—. De verdad lo siento.

Sus dedos cayeron sobre la paleta del óleo y se mancharon con los colores, café, blanco y rojo.

Su respiración agitada llevó a su pecho a un muy frenético ritmo que lo alteró. Movió sus dedos sobre la pintura, acariciando a su bebé. Llorándole en silencio mientras sentía que ya lo perdía.

—Perdón, perdón —suplicaba sin cesar, porque no quería que ese pequeño bebé creyera que no lo amaba. Baekhyun ya lo adoraba, y sentía el corazón partido por tener que dejarlo ir.

Sus ojos encontraron la pintura roja embarrando la figura del bebé. Su cabeza la vio como sangre.

—No..., no...

Aruñó y trató de limpiar el rojo del cuadro, pero por cada vez que sus dedos pasaban sobre el lienzo, se embarraba de más rojo. Asustado y con el recuerdo de aquel evento en el pasado donde tuvo que deshacerse él mismo de un bebé, su cabeza se atrofió.

—¡No!

Le temblaron las manos y se asustó tanto que brincó del asiento haciendo un gran escándalo cuando el caballete se cayó. Al verse envuelto de ese color, se sintió sucio, culpable. Corrió al baño del pasillo y abrió el grifo de la llave para enjuagar sus manos.

Pero el rojo no dejaba de salir, fluyendo con el agua por largos minutos. Y cuando sus ojos se encontraron en el espejo notó también una mancha roja en su suéter negro, justo en su vientre.

***

Chanyeol escuchó el estropicio junto a Jonghyun. Sin saber quién más podía estar en la casa, fueron hacia el pasillo con mucha cautela donde encontraron la puerta del estudio de Baekhyun abierta y en caos. Iban pasando hacia allá, cuando en el baño del pasillo escucharon lamentos y quejido.

Chanyeol vio a Baekhyun empapado en agua, acurrucado en un rincón junto al mueble del lavamanos. Había algo rojo en el agua y pegado al lavamanos, esa misma sustancia estaba sobre Baekhyun.

—Cariño —llamó con suavidad, buscando no alterarlo más. Se arrodilló frente a Baekhyun que no dejaba de murmurar disculpas—. Baek, ¿qué ocurre?

Sin embargo, Baekhyun no decía nada, solo lloraba inconsolablemente, apretando sus rodillas contra su pecho.

—Patito, ¿por qué lloras? ¿Qué tienes?

Park pasó su mano sobre el cabello ajeno, quitándoselo del rostro donde había rastros rosáceos y casi rojizos.

—¿Qué-?

—Chanyeol —llamó Jonghyun quien se acercó a pasos suaves y se inclinó hacia el frente para tenderle un arrugado trozo de papel—. Es esto.

Paciente: Park Baekhyun 3.5 semanas de gestación.

La foto de ese minúsculo bebé estaba más abajo.

—Perdón —le dijo Baekhyun—, sé que no lo quieres... Lo siento.

Las manos temblorosas del joven le arrebataron la ecografía y la llevaron contra su pecho, atesorándola.

—Pero no me lo quites —murmuró tan bajito que el sonido no llegó ni a sus propios oídos—. No, no me lo quites.

—Cariño, shhh...

Solo en ese momento, Chanyeol fue verdaderamente consiente de cuánto le dolía a Baekhyun no poder tener ese bebé. Ver sus toscas lágrimas empapando su rostro y ese miedo con el que se aferraba a esa ecografía.

Se odió por hacerle eso a su esposo.

—Está bien —le aseguró, acariciándole con sus pulgares el rostro caliente—. Lo resolveremos.

Baekhyun negó rápidamente. No quería dejar ir a ese bebé. No podía.

—Déjame intentarlo —suplicó con la voz rota—. Déjame conocerlo... Puedo ser buena mamá... Yo no lo dañaré...

—Shhh, cariño, todo estará bien.

—Por favor, Chanyeol, por favor.

Esas súplicas taladraron el pecho de Chanyeol y lo dejaron en un limbo de incertidumbre.

Baekhyun estaba esperando un bebé suyo. 



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Hello!!

Por decirles que, me parece, el siguiente capítulo es el final y no, no es de su vida en familia jjj, solo para aclarar, porque creo que no tengo mucho que escribir sobre eso y que abarque un capítulo de 2k. 

So, los veré la siguiente semana con el final, esperando que la historia les haya gustado!

Una linda semana

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