Capítulo 23



Un año y medio después...

La vida matrimonial había empezado con más bajos que altos. Por la medicina que consumía Baekhyun en aquella época, sus hormonas alteradas y su inestabilidad, los llevaron a un par de discusiones sin sentido. Porque en ese momento Baekhyun solo podía expresarse de la forma más arrolladora y alterada.

Y pasaron por muchos cambios, probando los métodos más extraños para mantenerlo bajo control cuando tenía crisis.

A pesar de ello, no dejaron de intentarlo ni de quererse.

Baekhyun seguía frecuentando la academia de ballet, incluso si Madame Joo había amenazado con dejar el profesorado si 'ese animal estúpido está cerca de mí'. Chanyeol la ignoró y pronto fue Oh Sehun quien asumió la dirección.

Bailaba las mañanas en aquel salón apartado donde Chanyeol tenía un piano, semejante al que descansaba en el salón de la casa, con el cual acompañaba a su esposo. Había aprendido a tocar mucho mejor para complacer las exigencias ajenas e incluso memorizó un par de pasos para danzar juntos.

Aunque había recibido nuevamente la oferta de la rusa, el escándalo de su enfermedad opacó toda oportunidad de bailar en Europa. Y por las tardes, Baekhyun llegaba a aburrirse mucho. Pasar en la oficina con Chanyeol se había convertido en un hábito, pero su mente se cansaba muy rápido de todo.

Así que decidió que haría todo tipo de cosas. Porque la vida era muy corta, al menos para alguien como él.

Un día quiso empezar a pintar. Chanyeol le compró lápices, carboncillos y acuarelas para plasmar mil y una locuras en los lienzos. Aún era algo que hacía cuando en su cabeza aparecía una imagen.

Pero luego de un par de semanas, se cansó de ello, y recurrió a la música. Eso resultó muy interesante y provechoso. Chanyeol le enseñó a tocar el piano... y que podían amarse sobre el piano. Aunque le gustaba más cuando su esposo tocaba para que él bailara. Lo volvía todo tan íntimo y pasional.

Y así habían transcurrido meses largos, pero hermosos.

Ahora, Baekhyun se enfrentaba a algo mucho más peligroso. Era un doncel con ansias de ampliar su familia, incluso si su lado más racional le decía que eso podría ser insensato.

Esa noche, mientras veían una película en su recámara, su corazón se debatía entre abrirse y contar sus deseos, o simplemente callar. Baekhyun había estado muy nervioso toda la tarde porque la idea de un bebé no dejaba su cabeza. En su cabeza ya imagina cómo sería y qué rasgos de ambos adoptaría. Incluso el nombre, Hyunmin, lo vinculaba con ese niño.

Sus temores, sin embargo, se incrustaban en su lengua y no daban paso a nada más que quejidos silenciosos. Pero quería hablar de ello. Al menos poder decirle de su deseo a Chanyeol. Fue cuando en la película una mujer junto a un bebé pequeño apareció que se decidió a abordar el tema.

—¿Los bebés pesan mucho?

—No lo sé. Todo depende, creo. Yo solo cargué a Minho cuando era pequeño y él era muy gordito —comentó jocosamente, recordando la cara regordeta que tenía su sobrino en sus primeros días.

—Son muy lindos.

Chanyeol hizo un sonido, algo ligero que concordó con Baekhyun, más no dijo nada, solo apretó a su esposo contra su pecho. Baekhyun repasó sus dedos sobre el pijama ajeno que tenía un estampado muy peculiar que él mismo escogió: cuadrados de colores morado y negro en una tela de fondo color blanco.

—¿Alguna vez quisiste hijos?

—Sí, bueno, eso fue hace mucho tiempo.

Cuando estuvo casado con Sandara. Baekhyun lo sabía.

—¿Y sigues queriéndolo?

Chanyeol advirtió el rumbo de esa conversación. Se irguió en la cama apenas, pero sus ojos y su rostro fueron inmediatamente hacia Baekhyun. Su joven esposo tenía los ojos brillantes, cargados de una ilusión que a él le preocupaba.

—Ahora... es diferente —pudo contestar y fue más de lo que en su cabeza había, en realidad.

—Diferente —repitió con tono triste—. ¿No quisieras un bebé igual a mí? Siempre dices que soy muy bonito.

—Un bebé como tú sería hermoso y lo adoraría. Pero sabes que es complicado.

—¿Por qué?

Dentro de la cabeza de Baekhyun apareció la destructiva respuesta: «Porque estoy loco».

—... Cariño, tu enfermedad... Es que no es tan simple.

—Pero, ¿por qué? —insistió con vehemencia, alejándose de Chanyeol—. Yo... lo he pensado y quisiera tener un bebé. Tendría lo mejor de nosotros.

—Y podría heredar tu enfermedad —suspiró cansado.

—Dijiste que no importaba... que no...

—Cariño, no se trata de eso, pero podría ser muy peligroso.

Y Chanyeol no encontraba las palabras correctas para decirle que tener un bebé en su condición podría ponerlos en peligro a todos. Que si la enfermedad llegaba a tocar al pequeño entonces sería todavía más complicadas sus vidas.

—¿Piensas que le haría daño? —preguntó escandalizado—. Es por... ¿Piensas que haré lo mismo que cuando quedé en cinta antes?

Chanyeol no podía afirmarlo con certeza, quería creer que no, pero antes ya había probado que las crisis de Baekhyun podían no conocer límites. Sin embargo, no le preocupaba tanto eso si no lo que esas crisis provocarían cuando ese bebé naciera.

¿Qué pasaría si Baekhyun se cansaba de ser madre y de ese bebé a los pocos meses de tenerlo? Así había ocurrido con todos esos hobbies. La pintura, el canto, la jardinería. Nada duraba mucho tiempo y estaba bien, pero un bebé... No podrían deshacerse del bebé después.

—Baek, no pienso eso, solo que tal vez por ahora no sería lo mejor. Quizás en un par de años.

Baekhyun bajó la mirada, decepcionado y abatido. Dentro, su pecho dolió con furia porque deseaba empecinadamente convertirse en madre. En su imaginación, ese bebé ya tenía un rostro que quería hacer realidad.

—Sé que lo deseas, pero quizás solo debamos esperar un poco más.

Aun así, esas palabras no ilusionaron a Baekhyun, solo le causaron una mayor decepción. Se sintió despojado de sus sueños y de la ilusión. Esa chispa en su pecho se agitó como si un viento quisiera apagarla y casi lo logró, pero la terquedad y el capricho la mantuvieron viva apenas.

—Cariño.

Baekhyun volvió a acostarse en la cama, dejándose abrazar por Chanyeol incluso si se sentía enfadado. Lo hizo porque quería entender las razones de su esposo, ¡quería!, pero no podía. Le pareció tan injusto.

Empero, tampoco fue capaz de enrabiarse con Chanyeol porque sabía que solo trataba de cuidarlo de las cosas que incluso no conocía ni entendía.

Solo sabía que su pecho tiritaba ante la idea de un bebé... de poder dejarle a Chanyeol un recuerdo suyo... algo más que los fantasmas de sus besos y su amor.




***




Dos días después, Chanyeol consiguió una cita con el psiquiatra de Baekhyun, más no llevó a su esposo. Fue solo y dispuesto a despejar las dudas que habían estado atormentado su matrimonio desde hace tiempo.

Aunque Baekhyun trataba de no demostrarlo, estaba dolido por su reticencia a que tuvieran hijos y se había distanciado de Chanyeol.

—¿Y Baekhyun? —preguntó el médico, Eunhyuk.

—Quiero que me ayude con un problema... Baekhyun quiere tener hijos.

El viejo médico movió la cabeza de un lado a otro, sopesando la noticia con algo de pesar. Había estado tratando a Baekhyun desde su salida de la clínica, primero con la desintoxicación y luego con nuevos tratamientos para calmar la aparente abstinencia que le provocaron años de drogas y medicamentos irrazonables.

La última vez que vio a su paciente fue hace dos meses, para recetarle pastillas para conciliar el sueño, para aquellas veces cuando su cabeza no dejaba de trabajar y el sueño desaparecía.

—Explícame.

—La otra noche abordó el tema. Dijo que quería tener un bebé. Yo no supe qué decir.

Francamente había sido caótico. La debacle en ese deseo podía originar —si es que no lo originó ya— atormentaba a Chanyeol de forma que no podía pensar en otra cosa. ¡Dioses! Él deseaba también un bebé de ambos. Sería hermoso y enloquecedor como Baekhyun. Tendría todo lo bueno de su esposo. Pero no era una idea aterrizada. Era prácticamente imposible y le dolía tanto como a Baekhyun.

Y aquella noche cuando hablaron se sintió como el villano que atormentaba a Baekhyun.

—Es un deseo natural en un doncel —señaló el médico lacónicamente—. La naturaleza de la mayoría de los donceles, como en los hombres y mujeres, los lleva a en algún punto desear tener hijos. Es normal.

—¿Y en él?

—Lo es —insistió el médico—. La pregunta que quieres hacerme es si es posible.

—Es que... no concibo la idea aún. Me preocupa.

—La esquizofrenia es una enfermedad compleja y que puede heredarse. La probabilidad de que su hijo tenga esquizofrenia no es alta y, en realidad, puede ser muy raro mas no imposible.

Esa respuesta suplió solo una de las preocupaciones de Chanyeol. Existían todavía las más apremiantes.

—¿Y qué pasará con Baekhyun?

El médico suspiró, preparándose mentalmente para lo que iba a decir, mientras acomodaba los lentes en el puente de su nariz.

—Tienes dos escenarios. En el primero, Baekhyun puede llegar a enfermizamente obsesionarse con la idea de ser madre. Esto es un poco más probable porque él en el pasado perdió a un hijo, incluso si fue por voluntad propia.

» Él podría enfrascarse tanto en ese deseo y hacer lo que fuera necesario para lograrlo —recalcó con empeño—. He tenido casos de mujeres que han sufrido una pérdida, sus hijos o incluso simplemente abortos. Cuando el paciente tiene esquizofrenia tiende a no conocer los límites, y eso lo sabes. Pueden robar niños ajenos o creer que un simple muñeco es su bebé. Y cuando eso sucede implica que ese paciente no tiene retorno alguno.

—Creí que la esquizofrenia no tenía cura.

—No la tiene, y no es a lo que me refiero. Verás, Baekhyun no tiene un grado tan elevado de esquizofrenia y lo hemos estado manteniendo así con medicación y terapia para que asocie el mundo en el que vive. Sin embargo, si llega a caer en una crisis profunda, puede que nunca salga de ella, que se aferre a ese capricho de ser madre y que sabe que es imposible fuera de su cabeza. Y en ese caso, Baekhyun tendría que ser internado.

A eso le temía más Chanyeol porque le había prometido a su esposo que nunca tendría que volver a una clínica para sufrir en soledad, custodiado por los demonios en las sombras que lo lastimaban. Le había jurado cuando se casaron que lo cuidaría y protegería de todo lo que más temiera.

No podía traicionarlo.

—¿Cuál es el segundo escenario?

—Que se olvide de ese deseo. La enfermedad de Baekhyun lo lleva constantemente a olvidar cosas de su entorno, incluso sus recuerdos no son para siempre. Él podría olvidarse de ese deseo y simplemente seguir con su vida como hasta ahora. Tú podrías ayudarlo no mencionándolo, o incluso tratando de explicarle que por el momento no es una buena idea.

Pero tampoco quería mentirle a Baekhyun. Decirle que el año siguiente tendrían ese bebé y puede que Baekhyun lo olvidara, mas llegado el tiempo Chanyeol lo recordaría.

—¿Y si ocurriera? Si Baekhyun estuviera lo suficientemente consciente como para tener a ese bebé.

—Incluso si Baekhyun ahora estuviera lúcido, por decirlo de alguna manera, eso no implica que vaya a estarlo el resto de la vida. Quizás cuando nazca el niño esa ilusión que tenía acabe, y no querrá al bebé. O tal vez no sepa tratar a un niño pequeño y lo envuelva en más crisis de las que pueda manejar.

» Tuve una paciente hace un tiempo —contó con seriedad, mas su voz era pesada—. Aunque yo no recomendé que tuvieran hijos, lo hicieron. El embarazo estuvo bien e incluso los primeros meses luego del parto. El problema real llegó cuando ese niño lloraba, gritaba y se enfermaba. Ella no supo cómo reaccionar y ahogó al bebé en la tina del baño.

» Esto no te lo digo para que te asustes, pero quiero que seas plenamente consiente de que existen muchos riesgos. Puede que Baekhyun sea una buena madre y cuide de ese niño, pero él siempre estará rodeado de crisis que ni si quiera tú puedes evitar.

—Tengo que hacer que se olvide de este capricho, entonces —resumió cansadamente y su voz soltó notas doloridas que incomodaron al médico.

—Es lo mejor. Sé que es duro, pero es lo más seguro para ustedes. E incluso si lo intentan, eso sería una lucha más grande que tendrías que librar.

Y la pregunta era, en caso de librar esa batalla, ¿lo lograría o se hundiría junto a Baekhyun?

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