ten - an old fashioned notion

chapter x.
( avengers )

ahora eres mayor y el
peso que está sobre tus hombros
hace al mundo un poco más frío
ya no hay que esconderse en los
viejos días, sé fuerte, no pierdas
la esperanza, se pondrá más difícil
jump rope ─── blue october

helicarrier de shield
3 de mayo, 2012

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

El fuego salta en todas direcciones y los cristales se hace añicos.

El sonido de la explosión es suficiente para ensordecer a cualquiera y mi cuerpo es lanzado, haciéndome sentir que estoy volando. Grito cuando me doy cuenta de que el suelo ha dejado mis pies y choco con mi hombro en algo muy duro y metálico. Un fuerte grito sale de mis labios cuando siento mi espalda crujir y mi cabeza impactar. Me deja sin aliento, demasiado desorientada para moverme por un largo segundo. Mis manos se deslizan por el suelo de metal para poder agarrar mi cabeza. El dolor no es tan intenso ahora, pero el zumbido sigue ahí, sin cesar.

El humo me rodea y creo que el sistema de incendios se está encendiendo porque las paredes expulsan una sustancia gaseosa blanca que amenaza con abrumar mis sentidos. Gimiendo levemente, me giro sobre mi espalda dolorida para poder mirar hacia arriba y a mi alrededor. Hay un agujero de casi tres metros sobre mí y creo que es el laboratorio lo que veo tan lejos. Mis ojos parpadean cansados mientras trato de aferrarme a la realidad. Escucho voces a lo lejos, pero es difícil ubicarlas.

—¡¿Lisa?! —finalmente ubico la de mi padre cuando me ve a través del caos.

El pánico llena mi pecho y lucho por mantener la calma mientras hiperventilo. ¡Ha explotado! ¡Todo ha explotado! Había mucho vidrio y el piso desapareció y las visiones estaban en mi cabeza y... y... Me abrazo mientras continúo en pánico. No puedo respirar. No puedo respirar ¡Oh, Dios! ¡No puedo respirar! Mi pecho tiembla y las lágrimas rodean las esquinas de mis ojos. Mientras intento forzarme a calmarme, inhalo una espesa ola de humo y mis pulmones se contraen con repulsión.

Toso desesperadamente mientras tinto que él me escuche, para que sepa que estoy viva.

¡¿Papá?!

Mientras entrecierro los ojos por el agujero en el techo, creo que puedo ver su rostro entre el humo y las chispas. Su cabeza se mueve rápidamente hacia la derecha y hacia la izquierda, buscándome en la oscuridad. Sus ojos marrón chocolate finalmente encuentran los míos azules y suspira aliviado, llevándose una mano al pecho. Mis hombros se curvan hacia adelante en una risa feliz y las lágrimas escapan de mis ojos, pero rápidamente desciendo de nuevo a otro ataque de tos.

—¡Lisa! Hey, hey —me extiende una mano y me hace un gesto para llamar mi atención—. Respira por mí, ¿de acuerdo? Recuerda. Irá bien, bebé, lo prometo.

Aspiro el aire apresuradamente y trago saliva, obligando a mi cabeza a asentir.

—¡Bien, pequeñaja, muy bien! —él asiente con fuerza—. Lo estás haciendo muy bien, mi niña. ¡Ahora quédate ahí! ¡Tengo que ocuparme de esto, pero quédate ahí! ¡Iré a buscarte pronto, bebé!

Desaparece de nuevo antes de que tenga oportunidad de discutir. Aún sin aliento, de repente me doy cuenta de un cuerpo en movimiento a mi lado y mis ojos se dirigen en su dirección. El doctor está de rodillas, respirando con dificultad. Sus dedos se han clavado en la rejilla del suelo y puedo ver su figura temblando ferozmente. Él gime y gruñe, tratando de luchar contra el monstruo en su interior. Él puede hacer esto. Sus ojos ya no son de color marrón oscuro, sino un verde familiar y aterrador. Pero puede hacerlo.

—Doctor Banner —llamo apresuradamente—. ¡Hey, Bruce! ¡Esto es lo que Loki quiere! ¡Lo he visto! ¡No caigas en sus garras! Usted es fuerte y puede con ello... ¿verdad? ¿Doctor?

Con un gemido bajo, me pongo en una posición inclinada y me dirijo hacia él. No quiero asustarlo, pero no quiero que piense que está solo. Tal vez si sabe que alguien tiene confianza en él, le ayudará. No lo sé, la verdad. Puedo ver su rostro más claro ahora que estoy cerca. Su expresión tiembla y sigue sacudiendo la cabeza con movimientos dolorosos. Empiezo a darme cuenta de que no es de miedo; es de rabia.

—Hey, Bruce. Doctor, escuche —el pánico regresa y se acumula en mi garganta—. Soy Lisa, la hija de Stark, ¿recuerdas? Hablamos de esto. ¡Puede controlarlo!

—Aléjate —Bruce sacude la cabeza con furia—. Por favor, por favor...

Escucho dos pares de pies y mi cabeza se alza bruscamente para ver a dos agentes corriendo hacia nosotros con preocupación en sus rostros sudorosos. Después de preguntar si estamos bien, muevo la mano hacia ellos rápidamente, tratando de hacer que nos dejen en paz. Más personas podrían hacer que Bruce se enoje. O hacerse daño. De cualquier manera, es mejor si estoy sola.

—Bruce —lo agarro de su brazo y él trata de alejarse, pero me agarro más—. Estoy aquí por usted. Lo entiendo. No quiere esto. No tiene que hacer daño a nadie. No eres un monstruo, no lo eres...

¿Como tú? —él escupe, lanzando la cabeza hacia atrás con el dolor de resistir.

Mis manos dejan de sostener su brazo con tanta fuerza.

Como yo.

Un monstruo como yo.

Aprieto los dientes y me trago el dolor.

Mis dedos presionan el brazo de Bruce mientras trato de recuperar su atención.

—Doctor, vamos.

Su voz se apaga de su tono suave, volviéndose profunda. Nuestros cuerpos tiemblan cuando otra bomba explota en otro lugar del vehículo. Me aferro a la reja para mantener el equilibrio, pero mantengo mis ojos en el hombre.

—Vamos —insto en voz baja.

De repente, su cabeza gira hacia mí y lo veo por última vez. Bruce Banner. El hombre que no quería ser un monstruo y llegó a convertirse en uno.

Entonces, casi creo que lo escucho susurrar "lo siento."

Preguntándome si lo escuché bien, su espalda se convulsiona hacia atrás. Su camisa comienza a rasgarse a medida que su cuerpo se estira y crece. Su piel bronceada se torna en el color verde que combina con sus ojos. No me alejo, aunque debería. La tristeza me supera en vez de ser el miedo. De alguna manera se siente muy personal. Quería que lo superara. Quería ver a alguien derrotar lo que otros les hicieron. No quiero que tenga que vivir con esto. Estoy congelada a su lado, tan pequeña en comparación a su enorme cuerpo.

Una mano muy grande y muy fuerte se estrella contra mi cuerpo y éste se contrae contra un grupo de postes y tuberías y caigo al suelo. Sin embargo, no tengo tiempo para sentir dolor porque Bruce, o Hulk ahora, se está acercando furiosamente a mí.

Con un jadeo rápido, giro sobre mis pies y corro por una escalera cercana, saltando dos escalones a la vez. Llego al rellano de la escalera cuando él arranca una parte de los escalones de metal como si fueran papel. Presa del pánico, grito y me lanzo en busca de un poste que cuelga desde arriba.

Una vez tengo los brazos enganchados, soy capaz de levantar las piernas e impulsarme temblorosamente. Su gran cuerpo se agacha, buscando enojado una forma de llegar a mí. Extiendo mis brazos y corro a lo largo del grueso poste, tratando de llegar a un lugar seguro. Una mano grande y verde se agarra fácilmente alrededor de la circunferencia del poste y mis botas chirrían al detenerme. Mi boca se seca y puedo escuchar mi sangre bombear en mis oídos. No pasa nada por un largo segundo ya que su mano está a sesenta centímetros de mí. Estoy pensando en arrastrarme cuando todo el poste está siendo derribado.

Gruño mientras ruedo por la reja y me levanto. No hay duda en mi mente de que está justo detrás de mí ya que puedo escucharlo estrellarse contra todo lo que nos rodea.

Me tapo la cabeza mientras chispas y vidrios vuelan en mi dirección, rebotando desde las paredes. Cuando su gran mano verde me alcanza, viro a la derecha y me deslizo entre unas tuberías y un gran respiradero. Mi cuerpo se desliza fácilmente sobre el metal y veo un espacio vacío al final de este descenso. Levanto la mano para agarrar una tubería y con bastante gracia empujo mi cuerpo hacia el suelo nivelado. Paso a través de pequeñas grietas en la sala de máquinas, tratando de permanecer oculta hasta que el Doctor Banner pueda regresar. Escucho el suelo crujir y tiemblo cuando las sombras pasan.

Santa mierda, esto es una película de terror. Soy como una de esas chicas tontas que se va sola a las habitaciones oscuras mientras hay un hombre loco suelto. Genial. Significa que voy a morir. Además, soy la menos famosa y eso nunca es bueno. Osea, echemos un vistazo. Tenemos a Iron Man, el multimillonario que literalmente no morirá, no por la falta de intentos tanto de su parte como de los demás. El Capitán América, el hombre que tomó un descanso durante setenta años y se presentó en la actualidad. Thor, el guaperas extraterrestre mayormente musculoso que puede o no ser inmortal. Natasha Romanoff, la maestra del espionaje que definitivamente es inmortal. Bruce Banner, el que actualmente quiere matarme y que también es Hulk, por lo que todos sabemos que no se va a morir. Nick Fury... ¿necesito decir más? Los poco famosos siempre mueren primero.

Estoy jodida.

Bruscamente, una gran cara aparece frente a mí y grita en un tono profundo y horrible. Salto hacia atrás y me caigo de nuevo. Mi espalda aterriza contra una escalera de metal y Hulk tira de las grandes vigas que separan su cuerpo grande del mío. Jadeo por aire mientras el dolor del aterrizaje y el pánico de morir amenazan con alcanzarme.

Definitivamente estoy jodida.

Entonces alguien choca con el cuerpo verde y se va volando hacia atrás, rompiendo otras paredes. Recuerdo haber visto un destello de cabello rubio y hermosos músculos.

Thor.

Bueno, supongo que ya no estoy jodida.

Escucho un montón de golpes fuertes en la dirección en que Thor abordó a Bruce. Todo lo que puedo decir es que me alegro de estar aquí y ellos no. Gimo mientras me pongo de pie y mis manos se aferran a la barandilla. Me duele el cuerpo y no tengo dudas de que mañana me dolerá mogollón. Respiro profundamente y relajo los hombros cuando mi cerebro parpadea de dolor. Mis manos se mueven hacia la cabeza, presionando mis sienes, tratando de aliviar la agonía que se extiende entre mis oídos. Destellos azules cruzan mi visión e imágenes consumen mi mente.

Veo un trono.

Veo un guantelete.

Veo a Loki.

Veo a otros.

Veo un cubo azul.

Cuando las imágenes se detienen, retrocedo, sintiendo que me acaban de dar un puñetazo en el estómago. Y luego me doy cuenta de que me están golpeando ahí. Grito al caer otra vez. Mis brazos se agitan, luchando por alejarme de mi atacante. No es demasiado alto ni grande, pero es intimidante, especialmente con el carcaj en la mano y la flecha en el arco. Lo conozco. Me protegió una vez. Ya no.

—¿Agente Barton? —pregunto rápidamente, aterrorizada.

Sus brillantes ojos azules sin vida ni siquiera reconocen el nombre, sus dedos se mueven para soltar la flecha. Me protejo la cara lo mejor que puedo, esperando a que me disparen. En cambio, veo un destello rojo y el Agente Barton está dando vueltas, intentando dispararle a Natasha, quien apareció de la nada. Ella agarra el arco, haciendo que la flecha falle su objetivo.

Mi boca se abre cuando la veo girar el arco antes de que él gire y la golpee en la cara. Ella se aleja mientras él usa un objeto curvo como espada antes de que ella gire y lo patee. Rápidamente me arrastro hacia atrás, ellos continúan luchando en el camino de metal, dejando escapar gruñidos y sonidos de dolor mientras se lastiman mutuamente. Después, quedan prácticamente cara a cara cuando Barton se aferra a un lado del arco y ella a la cuerda. Él lo aleja, pero ella no lo suelta incluso después de ser golpeada. La empuja contra la barandilla antes de que ella lo arrodille a un lado y le de un puñetazo. Él se tambalea y ella se da la vuelta, sosteniendo el carcaj sobre su espalda y hombros. Luego él saca un cuchillo y regresa a otra posición de lucha.

Estoy sin aliento y exhausta, y todo lo que he hecho es mirar.

—¿Nat? —llamo en voz baja.

—Corre —responde ella sin aliento.

—¿Segura? —aún miro a Barton mientras se acerca, estudiando a su oponente.

Luego él mueve el cuchillo, pero ella rápidamente desvía su ataque y lo patea a un lado. Él va a atacarla de nuevo, pero ella lo agarra del brazo, lo patea otra vez y tira de su extremidad hacia atrás. Escucho un repugnante crujido de sus huesos y él grita un poco.

—¡He dicho que corras! —Natasha grita justo antes de que él arroje el cuchillo a su mano libre y haga un corte.

—Sí, uh, vale —murmuro apresuradamente antes de ponerme de pie y correr.

Respiro profundamente, aún tambaleándome por la pelea que vi entre Natasha y su mejor amigo. Salgo de la sala de máquinas y me pierdo en los pasillos regulares del helicarrier. Descanso mi hombro contra la pared por un momento, recuperando el aliento y frotando mi dolorida columna. Mientras sigo mirando a lo lejos, mi mente se tambalea hacia mis visiones y mi cabeza cae por miedo a ellas. Sigo temblando cuando las visiones empiezan a retroceder y me quedo con un solo pensamiento en mi mente.

Loki.

Aprieto los puños y vuelvo a correr. No estoy muy segura de cómo llegar a donde voy, pero algunos lugares se empiezan a hacer familiares. Paso algunos agentes de S.H.I.E.L.D. que me dan miradas de reconocimiento. A veces los reconozco, dando breves asentimientos. Entonces se me ocurre una idea. Me agarro del brazo de un agente masculino que pasa y él me mira con sorpresa y casi irritación.

—Hey, hey —lo detengo—. Sabes quién soy, ¿verdad?

Lentamente me reconoce antes de asentir.

—Claro que sí, señorita Stark.

—Encantador —señalo su auricular—. Lo necesito eso.

Él parpadea, confundido.

—Por favor —añado.

—Oh, oh, está bien, sí, madame —se saca el comunicador de la oreja.

¿En serio me ha dicho "madame"? Wow. Es raro. Tengo más que decir al respecto, pero no hay tiempo. Asiento, lo llevo a mi oído y retomo la marcha.

Tan pronto como lo hago, escucho a un hombre, creo que su nombre es Sitwell, decir:

—¡Ha habido una brecha en el perímetro! El enemigo lleva uniforme de S.H.I.E.L.D., todos a sus puestos.

—Maravilloso —murmuro para mí misma.

¿Cómo anuncio que estoy aquí?

Doblo otra esquina mientras mis ojos buscan salvajemente con la esperanza de encontrar lo que estoy buscando.

—Eh, Lisa Stark aquí, supongo —oh, sueno tan estúpida—. ¿Hay alguien por ahí que conozca, eh, cambio?

—¡Lisa! —la voz de Steve chilla, escucho disparos en el fondo—. Dios, me alegra saber que estás viva, chavala.

—Ja —sonrío antes de agacharme detrás de una pared mientras un grupo de agentes de aspecto sombrío pasan—. También me alegra saber que sigues vivo, viejales.

Supongo que es justo llamarlo así cuando me acaba de llamar 'chavala'.

—¡Stark! —dice Steve—. ¿Oye eso?

—¡Lees! —la voz de papá llena mi oído y suspiro de alivio antes de que continúe—. ¿Sigues en la sala de máquinas? ¿Estás herida, pequeñaja?

Una mano repentina se aferra a mi brazo y mi cabeza gira en su dirección. Un hombre en un uniforme de S.H.I.E.L.D. saca una pistola. Apresuradamente agarro su mano y la alejo. Una bala zumba por mi oreja antes de colocar mi codo en su mascarilla, rompiendo el plástico duro. El agente falso toma represalias golpeando su puño en mi estómago y luego en mi nariz. Gruño y llevo mi rodilla hacia su ingle. Mientras él se tambalea hacia atrás, levanto los puños y reboto un poco sobre los dedos de los pies. La adrenalina me está afectando.

Gracias a Dios, Natasha me enseñó a pelear un poco. Aprender de Happy es bueno y todo eso, pero prefiero a Nat.

Levanta su arma y dispara de nuevo, pero cuando el transporte se mueve repentinamente y cae un poco, no lo esquivo. La bala de metal roza fuertemente mi brazo y grito antes de arremeter contra él. Envuelvo mis piernas alrededor de su pecho y mis manos se aferran a su cabeza. Lanza algunos golpes más a mis costados y cada uno duele peor que el anterior. Tiro de él, controlando su movimiento. Nos estrello contra una pared antes de saltar y darle un rodillazo. Me aferro a su casco, lo arranco y lo golpeo en la frente. Cae al suelo con un ruido sordo.

Respirando pesadamente, miro su cuerpo inconsciente. Me limpio la nariz sangrante y siento el frío familiar de los propulsores metálicos contra mi labio superior. Oh. Podría haber marcado mis propulsores para derribarlo. Bueno, ahora me siento una idiota. Suspirando, presiono mis dedos contra mi nueva herida y dejo escapar un ligero gesto de dolor al ver sangre.

—¡Lisa! —la voz de papá me llama la atención mientras sigo corriendo por el pasillo.

—Niña, ¿estás bien? —Steve pregunta con preocupación.

—Super bien —murmuro, sintiendo el aguijón de la herida de bala.

—¡¿Te acaban de atacar?! —papá exige saberlo.

Finalmente llego a la puerta de la celda de Loki.

—¿No podemos hablar de esto más tarde?

—Lisa —comienza papá, pero no escucho el resto porque saco el comunicador de mi oído y lo guardo en mi bolsillo.

Marcando en silencio mis propulsores, uso mi hombro para abrir con precaución la pesada puerta de metal. Apenas estoy dentro cuando veo a Loki detrás de Phil, empujando con dureza la hoja de su cetro a través de su pecho. Oigo el crujido y el tirón de su piel contra la hoja y siento que me enfrío. Phil jadea cuando el metal apuñala su corazón. Mi cuerpo se adormece y toda mi sangre sale de mi cara. Thor, por alguna razón, está dentro de la celda y grita, golpeando con enojo su puño contra el cristal. Loki empuja a Phil fuera de su cetro y contra la pared. Su cuerpo cae al suelo sin fuerzas y se queda sin aliento cuando el rojo comienza a arrastrarse por su camisa.

Creo que estoy gritando.

No en voz alta.

Pero sé que estoy gritando en alguna parte.

Loki voltea y su rostro muestra sorpresa al verme. Ni siquiera lo pienso mientras obligo a mi cuerpo a chocar con el suyo. Ambos nos estrellamos contra el suelo y puedo escuchar a Thor todavía gritando en el fondo. Ruedo y me deslizo, disparándole mientras él bloquea cada explosión con el cetro. Levanta la punta del cetro sobre su cabeza y se mueve para bajarlo contra mi pecho.

No creo que sea para matarme, pero tampoco creo que me guste mucho la alternativa. No otra vez. ¿Pero qué evita que él me mate? ¿Por qué se detendría?

Me apresuro a apartarme del camino antes de que baje el cetro a la reja de metal. Pateo sus piernas. Él gruñe un poco y aterriza en el suelo a mi lado, yo giro para tomar el cetro. Mis dedos están encerrados alrededor del bastón de metal cuando las visiones vuelven con toda su fuerza.

Veo el cubo azul y me veo a mí.

Veo hombres y mujeres de pie, peleando juntos. Algunos parecen muy familiares, pero no puedo ubicarlos por alguna razón.

Veo aparecer otros cinco objetos brillantes.

Veo el trono de nuevo y creo que veo mi rodilla presionando contra el suelo junto con muchos otros.

Veo manos familiares, mis manos, tocando el Teseracto.

Salgo de mi trance al sentir un objeto chocar contra el costado de mi cabeza. Mi cuerpo retrocede y mi cara choca con el cristal de la celda. Ignorando mis gemidos silenciosos y doloridos, Loki levanta el cetro y pasa sobre mí. Lentamente se dirige al panel de control y mira al hombre en la celda. Thor lo mira con rabia y esperanza. Es su hermano. Está rezando para que esto sea suficiente para detenerlo. No lo es. Loki abre la escotilla y clavo los dedos en la rejilla metálica cuando el viento se levanta y entra la luz. Miro por encima del borde hacia el suelo, intentando no caer. Estamos a miles de pies de altura. Nadie puede sobrevivir a esa caída. La expresión de Thor no cambia. Loki presiona fácilmente el botón y la celda se cae.

—¡No! —exclamo, viendo a Thor caer en picado.

Aparto la vista y sacudo la cabeza miserablemente. Después me arrastro hacia Phil, sin aliento. La sangre gotea por la comisura de su boca y hay una gran herida en su pecho. Cuando me ve acercarme, su rostro cambia de inmediato para que no refleje la cantidad de dolor que siente. Presiono mis manos contra su pecho, tratando de detener el flujo excesivo de sangre. Se estremece ante la presión, pero no me detengo.

No se irá.

No dejaré que mi agente favorito se vaya.

Le echo una mirada por encima del hombro a Loki, que está mirando la escotilla abierta. No tiene remordimiento ni culpa en su rostro mientras observa cómo la celda se estrella contra el suelo. Thor está muerto. Ardo en rabia, pero no puedo dejar a Phil. El suelo se cierra y Loki se vuelve arrogantemente para irse.

Phil dice:

—Vas a perder.

Siento una oleada de orgullo dentro de mi pecho mientras sonrío a través de las lágrimas que no he notado que estoy derramando.

Loki se gira lentamente.

—¿De verdad?

Phil lo insulta débilmente con un tipo de fuerza que no puedes fingir.

—Lo llevas en la sangre.

—Vuestros héroes están dispersos, vuestra fortaleza flotante cae del cielo —se burla Loki. Yo lo miro con lágrimas en los ojos—, ¿dónde está mi desventaja?

Phil responde:

—Te falta convicción.

—No creo que... —Loki no tiene tiempo para terminar, Phil me empuja fuera del camino y le dispara con esta enorme pistola que sostiene en su regazo.

El cuerpo de Loki absorbe la explosión y es lanzado hacia atrás, chocando contra la pared. Ambos miramos el enorme agujero.

—Así que esto es lo que hace —dice Phil en voz baja.

Río entre lágrimas.

—Dios, Phil, eres el mejor.

Sus ojos empiezan a caer y mi pecho se llena de pánico.

—Espera —presiono más fuerte en su pecho—. ¡Phil! ¡Mantente despierto, por favor!

—No pasa nada —acaricia suavemente mi mejilla—, irá bien.

—¡No, para! —espeto—. Espera, ¿sí? —empujo el comunicador de nuevo en mi oreja y empiezo a gritar—: ¡Agente caído! ¡Agente caído! ¡En la celda! ¡Enviad un equipo médico de inmediato!

La cara de Phil está tan pálida y sus manos se sienten frías.

—¿Alguien me copia? —grito furiosamente.

—Lisa, pequeña.

—Si comienzas a decir adiós o algo por el estilo, presionaré más tu pecho, ¿lo entiendes? —lo fulmino con la mirada, todavía llorando.

—Hay algo importante —susurra Phil, dolido.

—Si tienes algo importante que decirme, tendrás que guardarlo para más tarde porque ahora estamos un poco ocupados. Que sea mañana, ¿sí?

Él sacude su cabeza.

—Vamos, Phil —le susurro antes de volver al comunicador—. ¡Fury! ¿Fury, está ahí? ¿Hay alguien? ¡Necesito un equipo médico en la celda!

Me siento mal del estómago cuando la sangre de Phil cubre mis manos.

—¡Fury! —chillo más fuerte y con más desesperación—. ¡Papá! ¡Steve! ¡Dios, que alguien venga a ayudarnos! ¡Loki se ha ido! ¡Thor está muerto! ¡Que venga alguien!

—Lisa —Phil deja caer sus manos sobre las mías—, ¿recuerdas el accidente?

—¿Eh? —mis cejas se fruncen mientras hipo—. ¿Qué quieres decir?

—Howard, Ma-Maria... —tiene problemas al respirar.

Howard. La abuela.

Ayude a mi nieta y a mi mujer. Por favor, la voz de mi abuelo vuelve a mí.

Eso no fue real.

Phil sigue diciendo:

—N-no sé q-qué pasó e-en realidad.

—¿De qué hablas? —sacudo la cabeza rápidamente—. Phil, concéntrate en esto ahora, ¿de acuerdo?

—¡Lisa! —encuentra la fuerza para gritar—. Pasó algo más. Hubo más...

—Phil —digo en voz baja, sin entender de qué está hablando.

¿Hay algo más del accidente automovilístico? ¿De qué habla? ¿Imagina cosas? ¿Está alucinando? ¿No alucina la gente cuando muere? Oh, Dios. Se está muriendo. ¡Phil Coulson se está muriendo! ¡No, no, no puede!

Pies golpean el pasillo y la puerta se abre. Miro hacia atrás para ver a Fury yendo hacia nosotros. Las lágrimas brotan de mis ojos y empiezo a murmurar palabras que no tienen sentido. Intento explicar lo que pasó, pero Phil me calla. Fury cae frente a él e inmediatamente se enfoca. Mis manos no dejan el pecho de Phil, pero no creo que me vaya bien. Solo quiero seguir sintiendo los latidos de su corazón; necesito saber que este buen hombre sigue vivo. Me trajo de vuelta a la vida una vez. Voy a devolverle el favor.

—Lo siento, jefe —se disculpa Phil—, ha huido como un conejo.

—Manténgase despierto —Fury agarra su barbilla—. ¡No deje de mirarme!

—No. Se me agota el tiempo —responde con cansancio.

—Cállate, Phil, y habla. Por favor —le susurro, acercándome a él—. Concentrarte en mantenerte con vida. Háblenos de eso. Venga...

Phil sacude un poco la cabeza.

—Estoy bien con esto...

—No es una opción —Fury espeta con gravedad.

—Tranquilo, jefe. Esto jamás saldría bien —Phil se esfuerza por pronunciar las palabras— si no tuvieran algo que... —su voz es entrecortada—, que...

Sus ojos miran hacia un lado y deja escapar su último aliento. Mi boca se abre mientras miro el rostro sin vida de Phil. Fury continúa mirando a este buen hombre, este héroe con tanta tristeza como yo. Mi cara se arruga y dejo escapar un suspiro tranquilo y dolorido. Me siento sobre mis talones, observando cómo el equipo médico toca el cuello y el brazo de Phil. Fury se levanta y me lleva con él. Ambos nos apoyamos débilmente contra la barandilla amarilla.

Fury habla sin emoción, puedo ver lágrimas en sus ojos.

—El agente Coulson ha caído.

—Un equipo médico va hacia su posición —una voz desconocida intenta informarnos.

Sigo mirando sus inútiles manos y digo:

—Están aquí.

—Ellos han declarado su muerte —agrega Fury humildemente.

Mis ojos se apartan porque no puedo mirar al hombre que una vez me devolvió a la vida sin ella. Presiono una mano ensangrentada sobre mis ojos para que nadie pueda verme llorar. Siento un brazo a mi alrededor y me sorprende ver a Fury apoyado alrededor de mis hombros. Él asiente en comprensió y yo asiento de vuelta.

Solo somos tres sentados a la mesa en la sala de reuniones. Thor está muerto. Bruce cayó desde el cielo. El Agente Barton es libre del hechizo de Loki, pero está en recuperación. Natasha lo cuida. Papá, Steve y yo no hablamos ni nos movemos. Solo estamos nosotros. No queda nadie más. Fury está delante y la agente no impresionada de antes, la Agente Hill, detrás de él. El silencio se alarga y se vuelve aún más doloroso. Papá mira al suelo mientras Steve mantiene sus ojos en la mesa. Siento que no hay sangre en mi cuerpo; es como si me desangrara junto a Phil. Estoy entumecida, sin sangre y sin lágrimas.

—Esto estaba en la chaqueta de Phil Coulson. Supongo no logró que los firmara —Fury arroja cromos intercambiables de aspecto vintage sobre la mesa, manchados de rojo.

Steve recoge con cuidado uno y veo su cara sonriente pegada en cada uno de ellos. A Phil le encantaba la "historia" del Capitán América. Recuerdo haber visto su emoción cuando se enteró de que yo era casi tan aficionada como él. Desde el año pasado me llamaba, cuando estaba en la ciudad, e íbamos juntos a museos. A veces, lo que empezaba como una conversación informal sobre hechos oscuros de la historia pronto se convertía en una competencia de la cual uno de nosotros conocía los hechos más extraños y aleatorios. Phil solía ganar.

Se merecía otra victoria.

Extiendo mis manos sobre mis muslos y frunzo ante la sangre de Phil que cubre mi carne. Los paramédicos sugirieron que me lavase las manos. Dijeron que limpiar la sangre aliviaría mi estrés mental, lo que sea que eso signifique. Que se jodan. Phil está muerto, tenga o no su sangre manchando mis manos. Respiro profundamente, tragando el pánico.

—Estamos paralizados aquí arriba —dice Fury humildemente, derrotado—. Nuestras comunicaciones, la localización del cubo —se encuentra con mis ojos y rápidamente miro hacia otro lado—, Banner, Thor. No tengo nada para ustedes. Y he perdido mi único ojo bueno. Quizás lo tenga merecido —hay un breve silencio—. Sí, íbamos a fabricar un arsenal con el Teseracto. Aunque yo nunca aposté todo a ese proyecto, porque jugaba a algo aún más arriesgado. Había una idea, los Stark lo saben, llamada 'La Iniciativa Vengadores.

Siento un escalofrío en mi columna vertebral y sé exactamente por qué.

La Iniciativa.

Los Vengadores

Ja.

No podemos hacer nada. No podemos pelear. No podemos estar de acuerdo. No podemos proteger. Ni siquiera podemos sobrevivir. ¿Qué fue lo que dije hace un año cuando papá fue rechazado de la Iniciativa? ¡Que estaba decepcionada! Decepcionado. "Estoy sinceramente decepcionada" fueron mis palabras exactas. "La Iniciativa Vengadores sonaba genial". Creo que voy a vomitar. Esto no es un juego. ¡Nunca lo fue! No es genial, divertido o emocionante. Pero no importa. No fui reclutada. Y sin embargo, aún tenía que ver morir a Phil. Todos morirán, no importa quién sea parte de este grupito.

Esto es la muerte.

El final.

El fin de todos.

Fury se para detrás de mi silla y apoya sus manos en mi reposacabezas.

—La idea era reunir a un grupo de personas excepcionales, ver si podían convertirse en algo más. Ver si podían trabajar juntas cuando las necesitáramos, para librar las batallas que nunca pudimos librar —papá mira en nuestra dirección, pero la cambia cuando Fury y yo miramos hacia atrás—. Phil Coulson ha muerto creyendo aún en esa idea, en los héroes.

Papá se levanta bruscamente.

Héroes.

Todos lo miramos mientras sus ojos parpadean en nuestra dirección por última vez. Lo veo salir de la sala, incapaz de escuchar nada más. Mis dedos recogen ligeramente una de las cartas de Phil y la deslizo en mi bolsillo. Luego empujo mi silla hacia atrás y me voy para seguir la figura de mi padre.

Cuando salgo por la puerta, escucho a Fury decir en voz baja:

—Bueno, es un concepto pasado de moda.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top