five - meet

chapter v.
( avengers )

el sonido de los tambores palpita en mi corazón
el sonido de las armas me destrozó,
te has quedado estupefacto
thunderstruck ─── ac/dc

alemania
3 de mayo, 2012

  ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

  ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

—Agente Romanoff, ¿me ha echado de menos? —la voz de papá suena a través del ritmo de "Shoot to Thrill" de AC/DC.

El fuego nos sigue mientras volamos a través del oscuro cielo alemán. Nos deslizamos más allá del quinjet y papá dispara con ambos propulsores contra el hombre que se eleva en el centro de la plaza. Loki. Su cuerpo retrocede y se estrella contra los escalones, gimiendo al contacto. Papá y yo aterrizamos en el suelo mientras sus botas de metal golpean fuertemente contra los adoquines y mis pies se mueven un poco para frenarme. Él se levanta de su posición para unirse a mí y enfrentarlo. Levanta los brazos y varios objetivos se establecen sobre nuestro nuevo enemigo, el monstruo de mis pensamientos, el demonio de mi cabeza. Estoy a unos metros detrás de papá, tal como lo prometí, pero hago todo lo posible para parecer igual de intimidante.

No me importa lo que Loki haya hecho. Ya no tengo miedo. Estoy muy furiosa.

Mientras la canción sigue, papá bromea:

—Da un paso más, papá de Bambi.

Sonrío ante la burla del ridículo casco de Loki con cuernos. Es gracioso, pero tengo que resistir las ganas de reír. No es el momento. El hombre del traje rojo, blanco y azul ajusta un escudo marcado con una estrella en su brazo y se acerca a mi padre. La armadura de Loki se desvanece repentinamente cuando sus brazos se levantan con cuidado, pero sigue teniendo una expresión agria en su rostro.

—Bien jugado —los brazos de papá bajan mecánicamente.

El hombre de rojo, blanco y azul respira hondo antes de inclinar la cabeza hacia papá.

—Señor Stark.

—Capitán.

Bueno, esto es incómodo.

Paso delante de ambos y pongo a Loki de pie con brusquedad. Ignorando su sonrisa intrigada en mi dirección, cojo sus manos y cierro las esposas alrededor de sus pálidas muñecas. Mientras levanto la cabeza para nivelarme con él, me sorprende lo fijamente que me mira. Claramente me he enfrentado a una buena cantidad de psicópatas que la toman conmigo o mi padre, pero algo sobre este hombre me hace sentir personalmente ofendida. Después de la instalación y de que él se hiciera cargo de mi mente, se empieza a notar que esto es más de lo que parece.

¿Pero qué diablos podría ser?

Sus ojos terriblemente azules dan aspecto de serpiente y me doy cuenta de cómo debe verse mi cara. Pura y simplemente conmocionada. Tragando, aprieto los dientes con enojo y retrocedo para que unos pocos agentes puedan llevarlo al quinjet que ha aterrizado.

—Lees —los ojos brillantes de papá se encuentran con los míos mientras intenta sonar indiferente—, estás bien?

—A medias —me encojo de hombros—. Ni horrible, ni excelente, solo... a medias —le guiño un ojo antes de ir tras los agentes que se dirigen a la nave.

Papá me sigue de cerca cuando el hombre de rojo, blanco y azul viene detrás. Tres pares de pies caminan por la rampa y, cuando miro alrededor del avión, encuentro a Natasha Romanoff en el asiento del piloto. Como si pudiera sentir nuestra presencia, gira en su silla y baja los auriculares para poder escucharnos.

—¡Hey, chica, ha pasado mucho tiempo! —sonríe alegremente.

—Y que lo digas —le sonrío mientras ella me abraza—. ¿Cuánto ha pasado desde la última vez que nos vimos?

—¿Tres? ¿Cuatro meses? —dice pensativa, inclinando la cabeza muy ligeramente.

Bueno, supongo que no ha pasado mucho tiempo, pero nos hemos hecho cercanas desde el año pasado. Osea, tenemos que serlo cuando Natasha Romanoff da abrazos. Se ha convertido en este cierto papel en mi vida que aprecio: una amiga, una tía y casi una segunda madre. Cuando necesito consejos que no puedo hablar con papá por vergüenza, es a ella y a Pepper a quienes voy. Si necesito instrucciones sobre algo que a Pepper y a papá no les gustaría, le pregunto a ello. Incluso siendo la hija de un fabricante de armas, fue Natasha quien me enseñó a disparar. Aunque nunca preguntaré ni me atreveré a mencionarlo, tengo la sensación de que una parte profunda de Natasha anhela uno. Un hijo, quiero decir. No lo sé. Tal vez me equivoque.

Pero también creo que hay algo en una experiencia de vida o muerte con alguien que te convierte en un amigo. Además, no la odio ahora que sé que en realidad no está interesada en papá. Todo era parte de su tapadera y lo respeto. Ella ve como estoy tanto como puede. No es con frecuencia, tal vez cada dos semanas más o menos si está muy ocupada, pero no puedo culparla ya que probablemente está haciendo cosas geniales de súper espía.

—Me alegra verte, enana —ella se aleja y me da una cara severa—. ¿Cómo te va?

Las instalaciones. Lo sabe. Demasiado para Fury diciendo que nadie lo sepa. Para alguien que da muchas órdenes, no parece seguirlas muy a menudo.

Me encojo de hombros.

—Estoy bien. Lista y dispuesta. ¡De hecho, he madurado! Cosa que alguien —meneo la barbilla sobre mi hombro— no está dispuesto a afirmar.

Ella me da un asentimiento confiado en respuesta antes de mirarme y decirle a papá:

—Tony, es incluso más mayor desde la última vez que la vi.

Le sonrío por encima del hombro a mi padre, cuya máscara ahora está retirada.

Él se burla, mirando por la ventana.

—Nope.

Ruedo los ojos antes de asentir con la cabeza a Natasha.

—Está en un estado permanente de negación. No quiere creer que seré oficialmente una adulta en dos años.

—Eso o que es senil, una de las dos —le dice ella antes de regresar rápidamente a su asiento y levantar el quinjet del suelo.

Me río ligeramente y regreso al lado de papá, quien sigue mirando por la ventana.

—No te habrán herido nuestros comentarios, ¿verdad?

Él me ignora juguetonamente antes de volver su cabeza hacia mí y sonreírme. Le devuelvo la sonrisa y luego recuerdo que no estamos solos. Mis ojos vuelven al hombre de rojo, blanco y azul y me doy cuenta de que sigo peleando por admitir quién es.

Me refiero a que estoy sin palabras. Ese hombre es quién ya sabes. El súper soldado de los 40. La nueva esperanza de Estados Unidos. El hombre estrellado con un plan. El centinela de la libertad. El mejor soldado de la historia. El primer superhéroe del mundo. El héroe de mi abuelo. El recordatorio constante de mi abuelo ignorando a mi padre.

Papá ha dejado de verse simpático. Está frunciendo el ceño al espacio con la mandíbula apretada y los ojos casi entrecerrados. Mantiene una postura sensata hacia él mientras inclina ligeramente la cabeza hacia atrás y sus dedos golpean periódicamente la pared cerca de nosotros. El hombre de rojo, blanco y azul se ve incómodo y un poco irritado.

Decidiendo ser valiente y cortar la tensión, me aclaro la garganta y extiendo mi mano hacia él.

—Lisa Stark.

Sus hermosos azules claros como el cristal vuelven su majestuosa mirada hacia mí y empiezo a creer que estoy sufriendo un grave caso de asombro.

—Steve Rogers. Encantado de conocerte.

Me muero.

Steve Rogers. Steven Rogers. Steven Grant Rogers. Steve. Rogers. Capitán Rogers. Cap Rogers. Cap. Cap Rog. Whoa. Vale. Necesito relajarme y tomar un respiro. No es como si estuviera fangirleando ni nada. Soy como, ya sabes, una historiadora. Espera, ¿es lo mismo? No. ¿Sí? No importa, olvídalo.

Me da la mano con un apretón firme pero no demasiado fuerte. La mía parece tan pequeña y frágil en la suya grande y fuerte. Grito internamente mientras estrecho la mano del Capitán América. Esto es trascendental. Esto cambia la vida. Lo digo en serio, este es el día más importante de mi vida. Márcalo en el calendario y considera que mi vida se ha cumplido porque literalmente estoy estrechando la mano del Capitán América. Oh señor. Increíblemente, me las arreglo para mantener la calma, manteniendo una sonrisa amable pero reservada en mi rostro.

—Conoció a mi abuelo, ¿no? —lo lamento tan pronto como lo digo.

Literalmente solo pensé en cómo mi abuelo continuaba diciendo lo increíble que era este hombre mientras constantemente le decía a mi padre que nunca era lo suficientemente bueno. Siempre fue comparado con él. Por mi abuelo. A quien acabo de mencionar. Delante de mi padre. Oh, Jesús, dame fuerzas.

Puedo ver la mandíbula de papá apretarse un poco más por el rabillo del ojo.

—Sí —Steve Rogers asiente con la mirada de memoria en sus ojos—. Howard era un buen hombre.

Me encojo de hombros, obviamente impresionada por mi abuelo más que por el bien de mi padre.

—No recuerdo mucho de él. No éramos cercanos y murió cuando yo tenía tres años.

—Oh, lo siento —Steve parece sincero al disculparse cuando sus cejas rubias se hunden y sus ojos azules se llenan de tristeza—. Oí que falleció, pero no lo tomé en cuenta.

—No, no, está bien —le aseguro—. Intentaba entablar una conversación, que ahora lamento... inmensamente.

Steve levanta una ceja confundido y papá me mira de reojo.

—¡No es que no haya disfrutado hablando con usted! —suelto en pánico—. ¡Porque me encantó, Capitán Steve... eh, Rogers, señor estadounidense! —deja de hablar—. ¡Puede creerme, camarada, me gustó! —¡por favor, deja de hablar!—. Es que tengo la horrible costumbre de volver incómodas las cosas —¡por el de arriba, cállate!—. Lo que en cierto modo es lo que estoy haciendo ahora, en realidad...

—Lisa —interrumpe papá, habiéndose tomado su buen tiempo para salvarme.

Ya —me aclaro la garganta torpemente, notando que la tensión es enorme, mientras evito los ojos de Steve—. Um, solo quería presentarme.

Los cielos me odian y ahora quiero la muerte inmediata.

Me agacho y tristemente me dirijo al otro lado del quinjet. No estoy realmente segura de hacia dónde voy, pero espero que sea un lugar donde pueda lanzarme directamente desde la parte trasera de este avión.

Loki se sienta casualmente en el banco adjunto a la pared, con las manos esposadas. No me da lástima. Dios, sigo furiosa. Sus ojos me siguen cuando paso por delante.

—Sabes —su voz me hace estremecer visiblemente cuando mis botas se detienen—, las niñitas no deben correr por lugares tan peligrosos. Pueden hacerse daño.

El aire sale del quinjet y el silencio se prolonga por un momento. No sé si alguien sabe cómo responder. Él ha estado en silencio todo este tiempo y ahora decide hablar, ¿y con un insulto hacia mí? Tratando de no dejar que mi ira me supere, mis dedos se rozan rápidamente contra los discos de metal de mis propulsores. Por lo general, me calma, pero no hace un muy buen trabajo en este momento. Puedo escuchar los pasos de papá en nuestra dirección y suspiro internamente. No quiero que este hombre piense que no puedo defenderme. Volteando, le doy a Loki mi mejor mirada mortal con una ceja enarcada.

—Lo siento, ¿yo soy la niñita? —un delicioso descaro gotea de mi lengua—. Echemos un vistazo a nuestro alrededor, ¿sí? ¿Quién es el que hace pucheros y se sienta a la espera?

Papá detiene su ritmo y nos mira con atención, pero hay diversión en su rostro. Steve está más erguido que antes, observando también. Natasha ni siquiera mira por encima del hombro, pero puedo decir que está escuchando por la forma en que sus hombros están mucho más rectos y tensos que antes.

Loki sonríe como si me hubiera descubierto completamente.

—¿Es que te avergüenza tu edad?

—¿Es que te avergüenza tu cara?

Ese fue el peor contraataque del siglo. Palmeo mentalmente mi cara. Me estoy avergonzando. He decepcionado el apellido Stark. Papá trata de mantener una cara y posición neutrales, pero puedo verlo rodando los ojos. Me aclaro la garganta y decido que necesito tratar de redimirme. Me inclino hacia adelante, nivelando mis ojos con los de Loki, tratando de mostrar algo de agallas.

—Escucha, Rudolph, sería mejor que mantengas esa narizota roja tuya fuera de mis asuntos —papá sofoca una risita y me alegro de no haberle fallado—. Porque, después de lo que pasó, mis asuntos están encantados de patear tu trasero hasta Asgard. ¿Lo captas?

De repente, sus manos esposadas se aferran a mi cuello y me acerca. Siento que el pánico me recorre y los recuerdos destellan en mi cabeza; recuerdos que he trabajo para sobrepasarlos. Estoy demasiado sorprendida como para reaccionar mientras mis ojos se quedan mirando su rostro. Oigo movimientos rápidos detrás de mí, pero el mundo parece desacelerarse. Es casi como si el tiempo le hubiera dado la oportunidad de hablar.

Loki ladea un poco la cabeza, pero mantiene una sonrisa irritante en sus delgados labios.

—Pensé que apreciarías a alguien que mostraba interés.

¿Qué se supone que significa eso?

Una mano firme se mueve para apartarme de él; antes de que pueda, lanzo un puño rápido y enfadado que cruza la mandíbula de Loki. Me duelen los nudillos, pero no muestro ninguna reacción cuando su cabeza se hace a un lado. Siento que mi espalda se presiona contra el pecho de papá cuando él me tira hacia atrás y mira a Loki. Mis ojos azules se estrechan cuando Loki escupe sangre y se ríe.

—Ah, la hija de tu padre —Loki le dice divertido a papá antes de mirarme—. ¿No es eso lo que él quiere que creas?

Hay un nudo en mi garganta y mi barbilla se inclina en confusión.

Papá apenas contiene su ira al amenazarlo,

—Como le hables o te acerques, haré que tu lengua acabe frente a ti.

Suena un poco inquietante.

Frunzo el ceño mientras Loki continúa riendo en voz baja y levanta las manos esposadas en señal de rendición. Papá me aleja bruscamente. Terminamos de pie junto a Steve, quien se relaja un poco ahora que estoy lejos del loco. Natasha finalmente mira hacia atrás, entrecierra un poco los ojos hacia Loki y se enfoca de nuevo en el cielos. De repente me siento perdida. No sé lo que quiso decir y no sé si estoy más enfurecida con él o conmigo. Sí, me insultó y me agarró, pero le permití meterse en mis pensamientos y enojarme.

Me alejo apresuradamente de todos en el quinjet y apoyo mi hombro contra la pared para poder tener un momento de privacidad. Puedo escuchar mi sangre bombear en mis oídos y sentir mi corazón latir contra mi caja torácica, rogando por ser liberado. Mis manos tiemblan, pero no puedo decir si es por ira o miedo. Las extiendo lentamente frente a mis ojos, observando cómo los propulsores marcados en cero lanzan chispitas blancas y los cables en mis muñecas brillan un poco.

¿Qué está mal conmigo? Me estaba yendo tan bien. ¿Por qué no puedo controlarme por más de cinco minutos? Un tipo hace un movimiento y dice algunos comentarios fuertes y regreso al inicio.

Aprieto los ojos, trago con fuerza y ​​mis dedos se cierran en puños.

Contrólate, Lees.

—Eh, pequeñaja —siento que la mano de papá descansa suavemente sobre mi brazo—, estás bien?

Rápidamente me giro para enfrentarlo, enderezando mis hombros y asintiendo con la cabeza en el proceso.

Inmediatamente reuno las palabras.

—Sí. Estoy bien.

Papá puede ver a través de mi pequeña expresión, pero no dice nada. Solo asiente, manteniendo una expresión estoica. Steve me mira confundido y preocupado. Siento el calor subir a mis mejillas. Dios, desearía no haber venido. Hubiera sido mucho más simple y menos vergonzoso. Papá pasa algunos mechones de cabello que se me han salido de la trenza detrás de la oreja con una pequeña sonrisa alentadora. Presiono mis labios en una sonrisa falsa e infeliz y vuelvo a asentir, asegurándome de darle un poco de severidad extra. Cuando su sonrisa cae, papá se vuelve hacia Loki mientras Steve se mueve nervioso.

Steve entrecierra los ojos y mira de nuevo a nuestro prisionero silencioso.

—No me gusta.

—¿El qué? —pregunta papá, no impresionado—. ¿La estrella del rock se rinde tan fácil?

Steve responde en voz baja:

—No me ha parecido tan fácil —Papá parpadea y levanta las cejas un poco antes de que Steve continúe—. Tiene mucha pegada.

¿Pegada? ¿Por qué Steve no puede decir que Loki pega fuerte? Recórcholis, habla con jerga de los 40. Bueno, yo he pensando en "recórcholis" y eso es antiguo.

—Aún así, tiene usted bastante marcha para ser un vejestorio —papá resopla y mira con indiferencia a Steve—. ¿Qué hace? ¿Pilates?

Mis hombros se levantan al reír, contenta por la pequeña distracción.

—¿Qué? —la expresión de Steve se endurece una vez más.

—Gimnasia sueca —papá asiente con la cabeza en explicación—. Se ha perdido cosillas, sí... tantos años de Capistalactita.

Mi pequeña sonrisa se tuerce en un ceño en dirección a papá. Es un poco divertido, pero no muy agradable. De todos modos, es demasiado insensible decirlo en voz alta.

Steve ignora su última declaración para hablar con la cabeza ligeramente ladeada y los ojos entrecerrados.

—Fury no me dijo que usted estaría.

Ah, Furry, mi amiguito.

—Ya, hay muchas cosas que no le ha dicho —papá parece casi amargado.

Mis cejas se fruncen en culpa. Supongo que también me molestaría si Fury aleatoriamente secuestrara a mi hija en la carretera y luego, sin darse cuenta, la controlaran mentalmente. Osea, creo que eso es lo que piensa papá. Rayos repentinos surcan el cielo oscuro y siniestro. El trueno resuena en lo que parece una ira cercana y otro toca la parte superior del quinjet.

—¿De dónde sale esto? —pregunta Natasha, mirando al cielo con una expresión confundida.

Todos miramos a nuestro alrededor mientras el quinjet se sacude. Las paredes que nos rodean tiemblan como si hubiera un terremoto en el cielo y veo que las cajas se derrumban. Mis piernas se sienten como gelatina cuando el suelo bajo mis pies tiembla; agarró discretamente el brazo de papá para equilibrarme. Mi mirada encuentra a Loki mirando hacia el techo con los ojos muy abiertos y preocupados.

—¿Qué te pasa ahora? —llamo mientras Steve y papá siguen mi línea de visión.

—¿Te asustan los relámpagos? —cuestiona Steve con una mirada igual a la mía.

—No me gusta lo que viene a continuación —Loki nos informa ambiguamente antes de mirar hacia atrás con esa misma expresión de dolor.

Mis cejas se fruncen cuando miro a papá, esperando que me explique. Sus ojos se vuelven lentamente hacia Steve y hacia mí. Bien, entonces nadie sabe que pasa. Excelente. De repente hay un fuerte golpe en el techo y el quinjet se sacude.

Papá me toma del brazo para sostenerme mientras todos levantamos la vista rápidamente. Mi estómago se tuerce y mi pecho se siente un poco más pesado. Los relámpagos y los truenos continúan destellando y rugiendo. Steve se mueve hacia su escudo, papá se pone su casco, yo enciendo mis propulsores y Natasha se mueve cautelosamente en el asiento.

Papá se mueve y presiona algunos botones en los controles. La compuerta se abre y todos miramos como si estuviéramos esperando que ocurriera algo terrible.

Tengo un mal presentimiento.

—¡¿Qué hace?! —Steve grita a causa del viento.

Un hombre aterriza en la compuerta con un golpe sonoro. Retrocedo instintivamente antes de darme cuenta de reconocerlo de los archivos. La cara de Loki cambia a una de miedo al mira al nuevo. Mientras su cabello rubio sigue girando alrededor de su rostro, el hombre nos mira cabreado y papá levanta su brazo. Un martillo golpea el pecho de papá y yo grito en reacción. Vuela hacia atrás y su cuerpo de metal choca con Steve y conmigo, llevándonos al suelo. Observamos impotentes cómo el hombre clava sus manos en Loki y se zambulle con él al exterior.

Sin paracaídas.

Mi mandíbula cae y papá gime cuando él y yo nos ponemos de pie.

—Y ahora ese otro —murmura irritado.

—¡¿Otro asgardiano?! —Natasha grita desde el frente.

Steve se levanta dolorosamente.

—¿Este es amigo?

—No importa —dice papá, acechando hacia la compuerta—, tanto si libera a Loki como si lo mata, perderemos el Teseracto.

—¡Stark, necesitamos un plan de ataque! —grita Steve.

Miro a papá, lista para escuchar lo que vamos a hacer.

—Yo tengo un plan —papá mira por encima de su hombro, pausando brevemente—. Atacar.

'Me gusta. Simple. Fácil de recordar.' Oh, Jack Sparrow, siempre ahí cuando se necesita para citar.

Papá sale disparado del quinjet y veo cómo vuelva por el cielo. Es un gran plan y todo, pero no tiene idea de en qué podría estar metiéndose. Este hombre parece ser majo por los archivos, pero tiendo a no confiar tanto. Papá podría estar caminando directamente hacia una emboscada. Steve suspira con irritación y busca un paracaídas, como cualquier persona inteligente probablemente haría..

Natasha activa algunos interruptores en el tablero de control y mira por encima del hombro.

—Yo me sentaría, Capitán.

—No creo que pueda —responde Steve exasperadamente, apretando las correas sobre su amplio pecho.

—Ellos provienen de las leyendas, son dioses.

—Solo hay un Dios, señora —dice Steve con confianza, irradiando patriotismo—. Y seguro que no viste así.

Me parece justo.

Golpeo la parte trasera de mis botas negras a medida y los pequeños propulsores implantados que he estado construyendo durante meses se encienden.

—Muy bien, Capitán, nuestro turno.

—Espera, tú no vienes —Steve me mira con los ojos muy abiertos.

—¡Siéntate, Lisa! —Natasha ordena, sonando casi tan severa como en el ataque de Hammer.

Camino hacia atrás, sonriéndoles con un descuidado encogimiento de hombros.

—¡Hago lo que quiero!

Dejo de tocar el suelo y caigo por el aire. Steve salta a mi lado y extiende su cuerpo, claramente habiendo hecho esto antes. Steve tardará un poco más en bajar, así que sé que voy a estar sola por el momento. Golpeo los propulsores tanto en mis manos como en mis pies, giro mi cuerpo y sigo la dirección de papá. La visión de la caída de árboles es, naturalmente, un regalo desagradable. Paso a Loki, quien toma asiento, observando a mi padre y al extraño hombre enfrentarse. Papá se intenta levantar cuando disparo plasma al pecho del hombre. Vuela hacia atrás y se estrella contra un árbol. Aterrizo. Papá vuela junto a mí y patea al hombre con su bota de metal, enviando su cuerpo a través del árbol.

—Escuchas muy bien —me dice papá sarcásticamente.

No tengo tiempo para responder con sarcasmo porque el hombre extiende su mano y el martillo literalmente vuela hasta él. Mi mandíbula cae una vez más mientras lanza el objeto al cielo y los rayos caen para conectarse con él. Me acerco al momento que él redirige su martillo a papá y el rayo lo golpea. Le lanzo un puñetazo fuerte, haciendo que se sobresalte. Papá tropieza, un poco desorientado por las corrientes de electricidad que lo atraviesan. El hombre esquiva fácilmente mi segundo golpe y me da unos codazos hacia atrás. Papá levanta ambas manos. El hombre vuela de nuevo, chocando contra todo lo que se encuentra en su camino. Papá se prepara antes de que ambos salgan volando, chocando entre sí, alejándose.

—Oh, vamos —gruño mientras intento seguirlos.

Sin embargo, antes de que pueda, regresan al suelo y lanzan golpes. El hombre agarra los dos brazos de papá y sus manos fornidas empiezan a aplastar su armadura. Puedo ver el metal rojo crujir y doblarse. Haciendo una mueca por el dolor de mi padre, le disparo al hombre en el costado y él se aleja lo suficiente como para que lo agarre. Intento mantenerlo quieto para poder disparar de nuevo, en cambio me agarra del cuello y me golpea la cabeza. Sí, cabezazos. Eso es muy sucio. Me muevo hacia atrás y caigo.

Ya está. Estoy fuera de combate. He terminado. Puedo ver estrellas y no creo que sea porque es de noche. Mi mundo gira y estoy aturdida. Creo que podría estar sangrando, pero es muy difícil saberlo. Ya tengo un dolor de cabeza masivo.

Gimo en silencio y me pongo de lado para verlos pelear de nuevo. Papá se agarra de los costados del hombre y lo arroja como un muñeco de trapo. Su espalda se estrella contra otro árbol y cae al suelo. Se pone de pie y corre hacia papá, quien lanza un golpe rápido que el otro esquiva. Mi visión se desvanece a medida que la lucha continúa, cada uno de ellos dando y recibiendo golpes.

—¡Eh! —su lucha se detiene repentinamente cuando un escudo se rompe contra sus cuerpos y vuelve a las manos de Steve—. ¡Ya es suficiente!

¡Gracias al cielo! Por fin hay alguien con sentido que detendrá la lucha. Steve salta del árbol alto y roto y aterriza con gracia. Papá mira vacilante al hombre, bajando el brazo. Tengo una mano presionada contra mi dolorida cabeza, pero mis ojos permanecen en la escena frente a mí.

—No sé qué pretendes hacer aquí —comienza Steve, aún tomando una postura defensiva.

—¡He venido para evitar que Loki realice sus planes! —grita enojado el hombre.

Pienso que es justo, a pesar de que él me arruinó por completo.

—Pues demuéstralo —Steve inhala—. Baja ese martillo.

—Um, sí, ¡no! —papá sacude la cabeza rápidamente y mira al hombre—. Mala idea. Él adora su martillo.

Papá es golpeado en el pecho con el objeto, volando hacia atrás. Rápidamente me arrastro para no ser golpeado por su cuerpo, escuchándolo gritar y gruñir cuando se detiene.

—¡¿Quieres que baje el martillo?! —ruge el hombre.

Luego salta y sus grandes brazos golpean el martillo contra el escudo de Steve. El sonido metálico estalla a nuestro alrededor y la tierra y mi cuerpo ceden a la fuerza. Siento astillas de madera a mi lado y a través de mi cabello mientras ruedo. Estoy boca abajo en la tierra cuando escucho un silencio absoluto. Otro gemido silencioso escapa de mis labios al levantarme, veo que los árboles a nuestro alrededor han sido derribados.

—Dios, esto es estúpido —murmuro irritado, tratando de salir de la tierra.

Oigo a papá gemir, levantándose tembloroso, dando pasos a derecha e izquierda para encontrar el equilibrio. Todavía sostengo mi dolorida cabeza mientras finalmente me pongo de pie. Steve se levanta detrás de su escudo y el hombre gime un poco al hacer lo mismo. Todos retrocedemos lentamente, respirando pesadamente con algunos trozos restantes agitándose.

—¿Hemos terminado? —pregunta Steve bruscamente.

Bueno, fue emocionante.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top