Capítulo XII:|Control|"Joder, tienes razón, deberías tenerme miedo"
La casa crujió contra los vientos de invierno, se movió más no sé cayó ante los enemigos. El dolor de sus pies y la sangre en sus manos no le dijeron nada. Ellos venían por él, por el secreto en su cabeza. Sin embargo, al más mínimo movimiento... Él se desvaneció como las cenizas ante la brisa cálida.
×==×==×==×
Los rumores eran fáciles de controlar, más si no había ninguna prueba visual que fuera capaz de respaldarlos. Izuku estaba tranquilo haciendo los informes sobre las misiones que había tenido en Japón, señalando cada acción para dejar en claro que su voluntad no había cambiado en lo más mínimo. Seguía el rastro de los mafiosos, lo tenía bajo su mira más no los tocaba porque sería demasiado fácil acabar con ellos. Chisaki era una presa fácil porque ese excesivo gusto por depurar las suciedades de la sociedad lo hacía susceptible al pecado. No existía nada más manipulable que un mentiroso que le gustaba caer de vez en cuando en la tentación, en la autodestrucción propia como castigo. El problema era su compañero de departamento, Katsuki tenía los nervios a flor de piel. Gritaba más de la cuenta, y se estaba volviendo más intrépido en sus movimientos. No le molestaba verlo ser impetuoso, era sensual en más de un sentido ser espectador. Pero esa energía no la estaba gastando adecuadamente. Y no cedía de ninguna manera.
¿Pasearse en lencería erótica por el departamento como si fuera su casa?, probado más el alfa puro mantenía una fuerza de voluntad impecable y digna de admirar. ¿Dejar de usar supresores para impregnar con su fragancia cada sitio que tocaba?, probado pero hasta Todoroki tenía más efecto bajo ello que Katsuki. ¿Acercarse en la noches?, podría intentarlo si tan solo él estuviese ahí cuando se dormía. Llegaba tarde y se iba temprano. Las autoridades que le dieron su licencia profesional acordaron mantenerlo bastante ocupado para probar su capacidad de ser héroe, como si supieran las maliciosas intenciones del pequeño Sparrow. No era cómodo, a Izuku no le agradaba perder el control ante las autoridades. Y los rumores por ahí hacían a más de uno hablar mal de Katsuki, porque fue en su departamento y todo el mundo parecía ignorar la presencia de Shoto. Quizás era por efecto de las influencias de su padre, no le importaba. Pero era injusto, y más decirle degenerado cuando el pobre muchacho de veinticinco años era todo lo contrario. Y mucho más si eso recortaba el tiempo que Izuku poseía a su lado.
—¿Has averiguado algo sobre los mafiosos del bajo mundo?—Izuku jugó un momento con su lápiz antes de levantar la vista hasta Katsuki, que estaba parado al lado de su escritorio. El ruso empezó a usarlo porque le agradaba el aroma familiar en las cosas y a Katsuki no le molestaba, al contrario, le gustaba tener al Omega entre sus cosas. Era una forma fácil de marcar territorio.
—Mucho pero tengo que poseer tiempo para afianzar mi teoría. Aunque son un poco torpes en sus movimientos—el alfa se sentó cerca suyo, observando los papeles que tenía encima de la madera. Afinó su vista al ver el manuscrito.
—Tienes una linda letra... ¿Quieres ayuda con algo?—Izuku lo observó directamente, su máscara de héroe estaba colgado de su cuello y podía ver lo que el sol había hecho en su piel. El delineado de sus ojos y las ojeras eran tan adorables que posó su pulgar derecho en la mejilla contraria, limpiando un poco la tierra. El alfa se estrechó contra el tacto caliente, tomando la mano enguantada del ruso. Sintiendo las feromonas traspasar la tela oscura. Levantó la vista hasta los verdes y quitó el guante con sus dientes, haciendo un movimiento oscilante para dejarlo caer en el escritorio. Izuku sintió los labios en la punta de sus dedos fríos, la nariz del alfa viajó hasta el interior de su muñeca. Olfateando el aroma a petrico que desprendía el ruso, hallando un tacto dulce si se concentraba lo suficiente. Besó la piel suavemente antes de chupar con fuerza, el pequeño gemido fue interrumpido con el chillido de la silla acercándose más—. No sabes lo exquisito que hueles en este momento, incluso podría...
—Hazlo—Izuku lo interrumpió. Ni siquiera sabía lo que él estaba diciendo, pero no le importaba. Quería más, nada de tregua hacia su persona. Katsuki acercó a Izuku tomando con más fuerza su antebrazo, tomando su rostro con la mano libre, restregando el guante contra su piel pecosa. A dos centímetros de su rostro, tragando duro antes de cerrar los ojos y abrir ligeramente la boca por el tacto, Izuku tembló bajo su toque. Su mentón también lo hacía y cuando sintió el aliento caliente contra su piel, el sonido de la puerta los detuvo.
—¡Katsuki es una emergencia, nos están llamando!—el alfa se levantó frustrado, Izuku busco su guante y se lo puso mientras seguía a Katsuki hasta la oficina de Aizawa. Era descuidado comportarse así en la oficina.
Según la información que Aizawa había obtenido de unos policías, un edificio a dos cuadras de distancia se había derrumbado bajo el ataque de dos villanos desconocidos. Uravity y Shoto estaban en la zona junto a Vendaval. Faltaba apoyo humano mientras los policías establecían un perímetro para evacuar a las personas de los alrededores. Katsuki se arregló mientras Izuku salía hasta el lugar del desastre, ayudar a los héroes nunca le había importado lo suficiente hasta que el nombre de Ground Zero estaba en la lista. Fue balanceándose por los edificios con sus látigos mientras con unas gafas especializadas veía los puntos de calor en la distancia, incluso a dos kilómetros bajo tierra. Eran una pareja de villanos, con los rostros cubiertos en unas máscaras de lobo. Uno de ellos era gigante, bordeando fácilmente los dos metros diez, era un alfa y podía sentirlo claramente por el aroma a humo que desprendía. Parecía poseer super fuerza, porque mientras peleaba con Shoto y Vendaval, no parecía esforzarse en lo absoluto. Solo estaba ganando tiempo. Katsuki lo siguió de cerca con sus explosiones hasta llegar a la cornisa del edificio más cercano. Ahí arriba, con la noche reinando sobre sus hombros, ambos establecieron un plan. Uravity estaba ayudando con los escombros y había que mantener alejado a los villanos de esa zona. Katsuki iba a confrontar directamente e Izuku iba ir por la Omega que acompañaba al rubio para aligerar la carga a los demás. A la señal, fue por detrás de su campo visual. Confrontandola por la espalda, pero la pelea que se formó entre ambos fue equitativa.
Y eso era extraño. Nadie en Japón podía empatar las habilidades de Izuku, su formación en los Sparrows le había hecho formidable en cualquier ámbito. Pero la mujer era tenaz, Izuku estaba perdiendo cuando Katsuki explotó cerca suyo. Shoto y Vendaval salieron lejos, Izuku chocó contra un poste de luz y la mujer también salió eyectada más no se dió cuenta donde porque el villano rubio tenía a Katsuki contra el suelo, aplastando su pecho como si quisiera quebrarlo bajo su pie. Izuku sintió su sangre hervir, el humo salió de sus feromonas y se arrojó contra el villano como si pudiera desgarrar la carne de su espalda con su dientes. Y sin importarle las miradas atónitas de los policías y víctimas, enterró sus dientes en el hombro derecho del alfa hasta que dejó libre a Katsuki. Con sus látigos, sintiendo la sangre caer por sus boca, lo arrojó lejos. Tomó a Katsuki entre sus brazos, el alfa le agradeció con la mirada mientras ambos se ponían de pie en el centro. Para contemplar, el villano se quitó la máscara, y al hacerlo observó directamente a Izuku. Había un sentir atónito en su mirada azulina.
—¿Syn?—Izuku perdió el aliento por unos instantes antes de ver a la Omega detrás del alfa, acercándose también atónita, quitándose la máscara y dejando caer una larga cabellera verde con ella. Una igual a la del ruso.
—¿Roditeli?...¡¿chto khren'?!—Katsuki debió notar el temblor de sus brazos al sostenerlo, porque en ese momento, antes de que Shoto congelara por completo a la mujer, Izuku casi cayó de rodillas a su lado. El alfa tuvo que ignorar el dolor en sus costillas rotas y hacerlo entrar en razón.
—¿Izuku?, vamos pedazo de mierda extranjera, no me ignores ahora—Izuku observó a Katsuki con miedo, leyendo en sus ojos las intenciones. Antes de siquiera negarlo, Izuku atrajo a Shoto hasta ellos en un movimiento feroz de sus látigos. El alfa de cabellos bicolor llegó a su lado, asustado por la abrupta acción.
—Cuídalo, esto es algo que yo debo arreglar solo—Shoto vio como Izuku se iba del lado de Katsuki para enfrentar a los dos villanos. El rubio intentó moverse para detenerlo pero sus costillas rotas eran demasiado dolorosas para siquiera intentarlo.
—Vamos, te llevaré a la ambulancia.
—¡No, no lo dejes solo!—alcanzó a decir mientras limitaba sus movimientos—. Son sus jodidos padres.
—¿Cómo sabes? Tú no hablas ruso—Todoroki lo observó exasperado, Izuku estaba ahora peleando con el ruso mayor. El hombre era superior, pero Vendaval lo estaba ayudando mientras los policías hablaban contra sus radios en busca de más ayuda heroica.
—Algo entiendo pedazo de mierda, el viejo lo llamó hijo—Katsuki se sentía como un inútil en ese momento, Izuku realmente lo estaba intentando, y si no fuera por sus látigos haciendo de escudo en ocasiones, habría quedado inconsciente al primer golpe.
Pero no fue suficiente por mucho tiempo, la mujer arrojó lejos a Vendaval y en ese instante de distracción, el ruso rubio logró llegar a la cara de Izuku, golpeando su quijada y dejándolo caer al suelo como peso muerto. Katsuki se puso de pie, intentó llegar hasta ellos mientras se arrastraba en sus pies... Demasiado tarde, la Omega tomó a Izuku entre sus brazos y de la nada apareció una bruma oscura que los hizo desaparecer sin dejar nada atrás. Solamente un patrón destructivo que había logrado asesinar a doce personas. ¿Qué buscaban? Una memoria USB que contenía un programa para establecer líneas de información con las computadoras de cualquier gobierno. Porque instaba una conexión ciega a los ojos de la seguridad gubernamental desde internet, cualquier computadora que poseyera acceso a la red, estaría bajo el poder de la pareja de villanos. ¿El motivo? Aún desconocido. Sin embargo, Katsuki solamente concertaba una cosa.
Se habían llevado a su compañero y eso era imperdonable.
(...)
Izuku sintió la pesadez en su cabeza, alojandose con dolor al tratar de moverla. Unos brazos delgados lo sostuvieron mientras le susurraba algo en ruso, pudo concretar pensamientos cuando el agua tocó sus labios y alcanzó a beber un sorbo. Solo uno poco antes de escupirlo por completo en el suelo, alzó la vista asustado y ahí estaba ella. Inko Midoriya, la gran Omega rusa que fue su sombra durante un tiempo. Ella lo miraba con preocupación, era un mujer hermosa que rozaba los cuarenta y cinco años. Delgada y con una cicatriz en su mejilla izquierda, una que viajaba por su cuello hasta acabar en su clavícula descubierta. El verde de sus ojos revelaba un sentimiento que Izuku no podía concertar como amor, era imposible. Los Sparrows se separaban de sus hijos para evitar conexiones confusas. Incluso ellos no deberían estar ahí, ni siquiera deberían estar con vida. Algo vago le había dicho Lilia en su momento sobre su fin, que habían fallecido en un fatídico accidente. Toda su vida creyó que era especial porque no los tenía a ellos, porque por sí mismo podía salir adelante y brillar sobre el nombre de sus padres, ahí frente a ella, tenía tantas preguntas que no podía concretar nada.
—Oh, bebé mío... Debes tener tantas preguntas en este momento. Sé que es confuso, pero debes entender una cosa, no somos los malos de la tragedia—Izuku se río de los nervios aflorando en su cabeza.
—Por supuesto, atacar un edificio es de personas muy buenas. No quiero imaginar cuántas salieron heridas o muertas. Es simplemente escandaloso e inaceptable—la habitación del hotel era espaciosa, Izuku no podía reconocer nada porque las cortinas estaban cerradas y el lugar era tan silencioso que tenía miedo de no estar en la ciudad.
—Izuku, tú más que nadie debería saber que unos cuantos deben morir para hacer el bien mayor. Esas personas son un daño colateral aceptable—Izuku chilló entre dientes.
—¿Aceptable? ¿Qué mierda estaban buscando para considerarlo aceptable? Ese edificio era de una telefónica que no tenía nada de sospechoso más que su número de trabajadores—sintió su cabeza arder con más fuerza al alzar su voz. No estaba en sus cinco sentidos, la vulnerabilidad lo hacía pensar mal.
—Mi niño, aún eres un novato en este sentido. Yo y tu padre estábamos buscando la llave. Un pendrive que es capaz de hackear cualquier red o programa del gobierno—Izuku se enderezó en la cama, su cabeza estaba abombada y caliente. Ardía donde su padre le había propinado el golpe y hablar era una tortura en sus músculos faciales.
—Suena como una mierda cliché—Inko lo ayudó, más él rechazó su ayuda con un movimiento de manos despectivo. Ella se lamentó en su silla y susurró con suavidad.
—Lo es, pero éstas personas son muy descuidadas con sus cosas—en ese momento la puerta se abrió, y entró Toshinori Yagi. Un gran alfa que hizo a Izuku tragar duro del temor que sus feromonas de humo irradiaban. Sin embargo, en sus ojos había cierta compasión que le pareció enferma a Izuku.
—¿Despertaste mi chico? Me alegro tanto...—se acercó hasta quedar a una distancia prudente—. Realmente estás tan grande. Yo y tu madre no te reconocimos inmediatamente porque has cambiado y tus rasgos están suaves pero esos ojos... Mi chico, irradian mucha fuerza—Toshinori intentó tocarlo, acariciar su cabeza y entregarle la reconfortante sensación de estar cerca de su progenitor. Izuku solamente se sentía enfermo, tanto que las náuseas subían por su garganta seca. Corrió la mano con asco—. Perdón por dañar de esa forma tu cara. Y más a tu alfa.
—Katsuki no es mi alfa—espeto Izuku. Ya estaba cansándose del circo asqueroso y familiar.
—Mira Toshi, está sonrojado—Inko y Toshinori se rieron, Izuku no lo podía creer. Su cabeza dolía hasta las náuseas, sus mejillas estaban rojas por la ira y ellos se enfocaban en algo tan estúpido que sintió cómo su estómago se retorcía en dolor y frustración. No era coherente, nada de la situación realmente lo era.
—Oh, no te preocupes por negarlo. Está más que aprobado, es un héroe muy fuerte, casi me gana ahí afuera—la sonrisa de Toshinori fue borrada en un instante cuando Izuku prácticamente escupió sus palabras.
—Pues debió haberte asesinado.
La tensión que se formó entre los tres con sus palabras se vio reflejada en las lágrimas que Inko intentaba con todas sus fuerzas contener. Su corazón nervioso estaba en el límite, ver a Izuku tan grande realmente la hacía feliz pero habían robado la llave por su bien. Por el bien de todos los Sparrows en Rusia. Detener el proyecto Prime era primordial para el futuro de ellos, incluso del mismo Izuku. Y no podía creer que su hijo estuviera tan a la defensiva aunque lo entendía profundamente. Toshinori por su parte no quería hacerle más daño a su hijo, pero sentir a Inko por la marca en su cuello de esa manera tan angustiosa lo hacía susceptible a sus más bajos instintos. Como el de usar sus feromonas como método de sumisión.
—¡Izuku no hables así en frente de tu madre! ¡Somos tus padres, ten un poco más de respeto!—las feromonas de humo no doblegaron ni un poco el espíritu del joven omega, porqué del temor nacía la fuerza para contestarles a gritos.
—¡No! ¡Ustedes no son mis padres! ¡Yo no tengo padres, soy un Sparrow nacido en el castillo de Moscú, de la generación 098 y mi misión siempre ha sido ser el mejor de mi selección!—Toshinori bajo la carga de feromonas en la habitación y observó altivo a su propio hijo. Sus palabras eran tan patéticas como lamentables.
—Lilia realmente te corrompió hasta el hueso. Tan triste—Inko observó un poco decepcionada a su propio hijo, Izuku solamente reafirmó su postura ante esos ojos juzgadores. Ninguno de los dos poseía el derecho de juzgarlo—. ¿Nunca realmente te preguntaste quiénes éramos? ¿O cómo serían tus padres?
Izuku negó, riéndose de su ingenuidad emocional.
—Nunca me importaron ustedes, no era parte de mi trabajo conocerlos, pero Lilia sufrió. Yo la ví muchas veces ver ésas estúpidas fotografías viejas de ustedes dos, supuestamente muertos... ¿Y para qué? Siguen vivos y siendo una burla para los Sparrows. Que vergüenza me dan—Toshinori guardó silencio mientras controlaba su propia ira, Inko se acercó hasta su hijo con la expectativa de que él entendiera la situación sin enterarse del verdadero objetivo.
—Izuku... Nosotros intentamos escapar de los Sparrows muchas veces. Incluso tu concepción no fue planeada por un algoritmo genético. Nosotros nos volvimos amantes y te tuvimos por accidente. Ellos dijeron que si te entregabamos, nos dejarían ir. Obviamente no te íbamos a dejar ahí, pero después enviaron a Lilia... Ella nos cazo hasta que fingimos nuestras muertes... Lamentablemente nadie sale por las suyas de los Red Sparrow—Izuku solo sintió repulsión, ahora entendía la miradas extrañas en el castillo de Moscú mientras crecía. Era una aberración para su gente. No nació de la perfección genética, simplemente era producto de un error de la debilidad emocional. ¿Por qué Lilia nunca se lo dijo? ¿Por qué nunca contarle sobre su propia imperfección?
Era tan patético.
—Lo sé, yo mismo una vez fui un cazador. ¡No soy un maldito ignorante! ¡He sido el mejor desde que tengo oportunidad! ¡Ustedes nunca significaron nada para mí!—Toshinori hizo rechinar sus dientes. Las emociones se estaban descontrolando e Inko no sabía qué hacer.
—Izuku, todo lo que estamos haciendo es por amor, deberías entenderlo. Queríamos estar juntos, queríamos ser felices contigo pero... Ellos nunca nos dejaron volver. Siempre que intentábamos cruzar la frontera rusa, había alguien ahí para asesinarnos. Aunque estuviéramos muertos para la organización, nunca pudimos volver a Rusia—Inko realmente lo estaba intentando, más Izuku era terco hasta el hueso—. Entiéndelo mi querido, somos tus padres.
—¿Entenderlo? ¿Dónde estuvieron cuando un caníbal me violó y torturó durante días? ¿Dónde estuvieron cuando me apuñalaron en el corazón? ¿Dónde estuvieron cuando casi muero en Budapest por culpa de un traidor como ustedes? ¿Dónde estuvieron cuando lloraba hasta la desesperación en los entrenamientos? ¿Cuando me rompí las costillas por primera vez?—Inko lo entendía, ella también había pasado por ese proceso pero Toshinori había estado ahí para sostenerla en sus peores caídas, cuando el polvo del fracaso cubría sus delicados sentimiento—. Exacto, no estuvieron ahí. Su supuesto amor es egoísta. Nunca les importe, así que dejen el discurso de paz porque no les creo absolutamente nada.
Toshinori llegó a su límite.
—Ya veo, supongo que necesitas un poco de tiempo. No importa mi chico, estarás aquí hasta que cambies de opinión—Izuku iba a refutar pero Toshinori le administró en un movimiento ágil una dosis fuerte de sedante. Dejándolo nuevamente inconsciente en la cama del hotel, Inko vio a su alfa con preocupación.
—Toshi... ¿Qué? No es así como debía ser nuestro primer encuentro con él. Es nuestro hijo y no un nombre en la lista.
—Pero míralo Inko, nos odia. Y quizá tenga buenas razones para hacerlo pero...—Él se rindió. Inko se acercó hasta su alfa, tocó sutilmente su mejilla y alojó un beso en la misma. Sintiendo el temblor en su piel áspera. Al finalizar, se abrazó a él y susurró con cuidado.
—No podemos llegar a su vida y simplemente esperar que nos acepte así como así. Después de todo ha vivido cosas horribles y no hemos estado ahí para recoger sus pedazos—Yagi lo entendía pero una parte de sí mismo le decía que era Lilia hablando a través de su propio hijo y eso solamente le hacía hervir la sangre. La mujer había sido su mejor amiga durante años y al final solamente obtuvieron de ella una puñalada en la espalda. Una traición que nunca sería capaz de perdonar y menos ahora que veía a Izuku convertido en ella, en sus ideales enfermizos.
—Si... Solo dale un poco de tiempo. Sé que cambiará de opinión. De otra forma, se dónde atacar—Inko se alejó un poco confundida, casi sorprendida por su comentario. Toshinori continuó como si nada—. El chico Katsuki, ahora estará vulnerable lejos de él. Sería una lástima que alguien le hiciera una visita inesperada en el hospital.
Inko tembló de miedo.
—Toshi, no eres un asesino por placer—él la abrazó, tratando de calmar su incertidumbre.
—No te preocupes Inko, no lo mataré... A menos que él me dé razones suficientes para hacerlo—Inko estaba sorprendida, más en ese momento sintió el arrebato del impulso. Un látigo la hizo salir por la ventana hasta caer en un automóvil del estacionamiento del hotel, dejando a Izuku con su padre solos en la habitación, que por un instante y cometiendo el mismo error de su hijo, se descuidó. El Sparrow aprovechó ese mínimo instante y presionó donde había mordido anteriormente y tomó su brazo para doblegarlo hasta el crujido. Yagi gritó en agonía.
—Nadie toca a Katsuki, solamente yo ¿me oíste?—Yagi intentó moverse, pero Izuku fue por su otro brazo y ante la expectativa de romperse el otro, se contuvo en contraatacar, claramente había subestimado la resistencia de su hijo ante los sedantes. Era obvio que Lilia lo había entrenado para acabar con todas sus debilidades—. Te dejaré con vida porque yo no soy tu cazador pero no esperes que la próxima vez sea amable. Porque será mucho peor que ahora—para dejar las cosas parejas, Izuku tomó su brazo sano y lo rompió con ayuda de sus látigos, dejando expuesto el hueso en la piel sangrante. El grito de Toshinori alertó a toda la cuadra—. Esto es por las costillas rotas de Katsuki.
Viendo a su padre en agonía, se marchó rápidamente del hotel, afortunadamente no estaba tan lejos del centro de la ciudad, en donde vivía Katsuki. Llegar no sería un tormento. Toshinori apenas podía moverse en el suelo, Inko con otras personas tuvieron que llegar para socorrerlo. Pero era imposible hacer mucho, además, su hijo era la viva imagen de la parte más oscura de los Sparrows. Y lo sentía claro, él no tenía camino de retorno. Estaba muy corrompido, solamente tenía que alejarlo del proyecto Prime para salvarlo. Era lo único que iba hacer como padre. Porque la familia que idealizo en su cabeza... Nunca se iba a concretar.
×==×==×==××.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top