Red
Su primer encuentro fue como todos otros. No salía de los parámetros de lo normal y mucho menos, se destacaba como un hecho importante del cual llegaría a casa hablando. En ese momento, no creyó que lo recordaría por más de un par de horas y solo si alguien, le preguntaba cómo había estado su día y qué había hecho. Estaba acostumbrado al encuentro con fans, por lo que no le pareció extraño aquel.
Ese día, Lee JooHeon se encontraba en una de las tantas cafeterías en el centro de Seúl, disfrutando de su día libre lejos de las cámaras, los fans y los escenarios. Se compró un vaso de café y escogió una mesa perfecta según él, la cual se hallaba en un rincón junto a una de las ventanas por donde ingresaba el refrescante sol de la primavera, específicamente en el segundo piso del local. El lugar estaba poco concurrido por esas horas y eso fue maravilloso para el idol, quien se concentró en crear nuevas letras en su computadora portátil.
Sumergirse en su trabajo nunca fue tarea difícil para JooHeon, por lo que no se percató de la presencia de aquella adolescente de cabellera roja hasta que ella, se aproximó a su mesa. Despegó la mirada de la pantalla para posarla en la chica de piel nívea de pie junto a él. Poseía labios finos de un lindo color cerezo. Mejillas suavemente sonrojadas por lo que supuso era rubor. Ojos grandes y de color avellana. Facciones aniñadas. Cabello de un destacable color rojo que le llegaba por debajo de los hombros y un cuerpo que iba a la perfección con el estándar de belleza coreano de hoy en día.
No había nada en ella que resaltara de las demás fans que se le habían acercado con anterioridad o eso, fue lo que pensó en ese momento.
Le sonrió de manera amigable y aceptó firmar una hoja de una animada libreta para ella.
— ¿Cómo te llamas? — preguntó antes de comenzar con la dedicatoria.
— Red
— ¿Red?
— Así es.
Su entrecejo se frunció suavemente tras su confirmación. «Supongo que debe ser un seudónimo.» Pensó y, sin darle mayor importancia, firmó la hoja.
— Red... Igual que tu cabello — señaló con la cabeza mientras tapaba el plumón y se lo devolvía junto con la hoja. — Me gusta el rojo. — Una suave sonrisa rompió en sus labios que fue correspondida de inmediato por ella.
— A mí también, Oppa...— alargó la palabra utilizando un dulce tono y haciendo el tan apreciado Aegyo en Corea.
— ¿Sí?
— ¿Tú me amas, Oppa?
La sonrisa que poseía se tensó con incomodidad ante la repentina pregunta. Se trataba de una pregunta fácil y a la vez difícil de contestar.
¿Él la amaba? Ni siquiera la conocía como para asegurar que la amaba pero también, él y los otros chicos siempre hablaban de lo mucho que amaban a sus Monbebes y, si ella era una Monbebe, en teoría y pensando con esa lógica, sí la amaba... ¿verdad?
Se debatió por unos milisegundos eso hasta que pensó «Qué diablos» y se dignó a contestarle.
— Claro que sí.
Sus mejillas adquirieron una tonalidad más fuerte al oír aquella afirmación y agachó la cabeza avergonzada.
— Yo también te amo, Oppa.
Tras decir eso, ambos se despidieron. Él volvió a lo suyo y ella abandonó el lugar de la misma manera en la que entró.
Pasaron un par de horas cuando JooHeon decidió que ya era tiempo para regresar a casa. Tomó sus cosas y abandonó el lugar con tranquilidad.
Ya en su hogar, dejó sus cosas en el cuarto que compartía con MinHyuk y ChangKyun y se quedó en la sala a ver un poco de televisión con ShowNu y HyungWon. Rieron de las tonterías que pasaban en el programa hasta que este terminó y cada uno tomó un rumbo diferente.
Desde ese día, comenzó a verla en todos lados o, mejor dicho, a notar que se encontraba ahí, entre la multitud con sus ojos fijos en él.
Cuando el grupo salía de las instalaciones de Mnet, SBS, KBS o la MBC ella siempre se encontraba afuera esperando junto a los demás fans.
Sin falta.
Y era muy fácil reconocerla gracias a su brillante y llamativa cabellera.
Intentó no tomarle demasiada importancia al asunto. Era consciente de las muchas historias que contaban los demás idols de fans demasiado apasionadas y creyó, ilusamente, de que solo sería cosa de tiempo antes de que la chica se terminara aburriendo. Pero él, en verdad, no tenía ni la menor idea de cuánto se equivocaba y se percató de ello con el pasar de los días.
Cuando iban a una sesión fotográfica, ella se encontraba por los alrededores.
Cuando iban como invitados a los shows de variedades, también estaba ahí.
Cuando salía de su casa o del edificio de la compañía solo o con alguno de sus compañeros para ir a dar un paseo o a tomar algo, allí también iba Red, siguiéndolo como si de su sombra se tratara.
Todo eso comenzó no solo fastidiarlo, sino que también a incomodarlo. Porque Lee lo vio en sus ojos, y de manera demasiado clara para su gusto.
Durante un fanmeeting que se realizó por el cameback del grupo, Red se presentó fielmente con el nuevo álbum en mano. JooHeon notó como ella esperó con paciencia hasta que su turno llegó. Sin dejar de observarlo en ningún momento y, cuando se encontraron frente a frente, JooHeon se aterró por lo que vio en aquellos profundos ojos color avellana.
Locura.
Una fuerte locura por él.
Un escalofrió le recorrió la espina dorsal y quiso alejarse de ella, porque le perturbaba lo que sus ojos gritaban de una forma silenciosa.
Mientras Red movía la boca, diciendo cosas que él no oía, JooHeon pensó en el día en que se conocieron y en lo que la muchacha le preguntó tan tímidamente.
"¿Tú me amas, Oppa?"
Se arrepintió.
Le dieron ganas de gritarle que no. Que él no la amaba y que ella, no necesitaba seguirlo como lo estaba siendo hasta el momento. De decirle que no se encontraba interesado en lo absoluto en ella y que, realmente, necesitaba que lo dejara tranquilo de una vez por todas. Hasta quería explicarle el miedo que estaba desarrollando hacia su persona por el constante acoso que estaba recibiendo de su parte.
Porque sí, tras echar un vistazo en esos profundos posos repletos de demencia, ahora tenía miedo.
— ¿No lo crees?
— ¿Ah? — salió de sus propias cavilaciones y miró a KiHyun, quien se hallaba sentado a su lado izquierdo completamente desocupado. — Disculpa, ¿qué me preguntaste?
— Su pelo. Es muy lindo, ¿verdad?
A pesar de que no quería hacerlo, la observó. Admiró su cabellera, evitando que sus miradas se encontraran nuevamente y formó una forzada sonrisa mientras asentía, con un nudo en la boca del estómago.
— Sí, es muy lindo.
— ¿A Oppa le gusta?
"¡No!" se vio tentado a gritar pero se tragó esa palabra y la remplazo por otras.
— S- sí, es lindo.
Las comisuras de sus labios se elevaron en una gran sonrisa que no logró más que perturbar a JooHeon. Era definitivo, si ella seguía así, hablaría con el CEO de su empresa para imponer una demanda de acoso en contra de ella.
El fanmeeting terminó un par de horas después. Su manager se ofreció a llevarlos a comer y, como se trataba de comida gratis, todos ellos aceptaron de inmediato.
Se sintió aliviado al percatarse que, durante esas horas que pasó con los chicos bebiendo y riendo de estupideces, Red no dio señales de estar acosándolo por ahí como lo estuvo los últimos días.
Por un momento, se sintió más libre y feliz de lo que había estado estas últimas semanas.
— ¡No debí haber comido tanto! — se quejó WonHo, ingresando al apartamento después de él y quitándose los zapatos al igual que todos.
— Yo no me arrepiento de nada — dijo ShowNu, encogiéndose de hombros con una adorable sonrisa pintada en sus labios y sus ojos convertidos en dos pequeñas medias lunas.
— Somos dos, bro.
Quitándose su chaqueta, JooHeon se dirigió junto a MinHyuk a su cuarto.
— Quiero dormir y... Oh, diablos, ¿qué es eso? — cuestionó el castaño claro, deteniéndose repentinamente en el marco de la puerta, consiguiendo que JooHeon chocara contra su espalda.
Curioso, el rapero lo obligó a hacerse a un lado para poder admirar el interior y ver lo que su compañero veía.
— ¿Qué cosa?
— Eso que está en tu cama... — murmuró con el entrecejo arrugado con desagrado.
Cuando los pequeños ojos de JooHeon se posaron en su propia cama y se fijaron en lo que había sobre ella, su estómago pareció dar un giro de trecientos sesenta grados y todo lo que comió, pareció querer salir disparado por su boca. Su órgano vital se contrajo y comenzó a bombear velozmente mientras que un grito ahogado, escapó de sus labios antes de que fuera capaz de reprimirlo.
Lo reconoció de inmediato.
Sobre su cama, manchando el cobertor de color blanco con sangre, se encontraba la cabellera de Red, brillando bajo la luz blanca que proyectaba la ampolleta. Con pasos titubeantes, se acercó a la cama con MinHyuk a un lado de él, sintiendo un horrible temor recorrer su cuerpo al darse cuenta de que, esa loca, pudo haber estado en su casa hace solo unos minutos o que, peor aún, podría estar ahí todavía, escondida en algún lado.
«Si es que está viva.» Dijo una voz en su cabeza.
— Hay que llamar a la policía — le dijo a su compañero, sintiendo toda la comida en medio de su garganta, peleando por salir.
MinHyuk asintió repetidas veces, luciendo igual de afectado que él mientras sacaba su móvil.
Se fijó que un lado de la "peluca" se encontraba una carta de color negro, la cual no tuvo la necesidad de tomar para leer, dado que se encontraba dada vuelta hacia arriba.
"Un regalo especial para ti, JooHeon-Oppa.
Con mucho amor, Red".
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