III

Remordimiento de miradas culpables.

—¡Es mentira lo del mensaje, ¿no?!

—All Might, cálmate. —Nezu ordenó.

—¡¿Cómo quieren que me calme?! —Rompió la mesa circular ante la mirada de los héroes reunidos.

Aizawa, con el ceño fruncido, intervino. Nunca le gustó lo intenso que podía ser All Might en situaciones como la que el comité de héroes discutiría en los próximos minutos, anteponiendo sus problemas personales sobre lo que realmente importa.

—All Might, debemos hablar sobre Red Hood primero. —Puso un par de dedos su frente, relajando su semblante—. Lo de Izuku queda en segundo plano por aho-.

—¡Cierra la boca! —Agarró de la camisa al tutor de la clase 2A—. El cuerpo de Izuku desapareció de su ataúd, ¿cómo quieres que me calme? Ni aún muerto puede descansar en paz.

Algunos esquivaron la mirada, volteando a ver a otro lado; otros, simplemente chistaron de enojo. Hablar del Midoriya se convirtió en un taboo que a todo héroe incomodaba. Incluso, llegó al extremo de que casa vez que eran citados para una entrevista, pusieran como cláusula no hablar de este tema por respeto, vergüenza, miedo o lo que fuera que sentían.

Sin embargo, siempre había uno que otro que no se dejaba llevar por las palabras y ponía el servicio de héroe sobre sus sentimientos, a pesar de también lamentarlo.

—¿Y por qué tú no te diste cuenta antes? —Endeavor decidió meterse en la conversación—. Él fue tu ex sucesor, supongo que lo visitabas cada semana o mes, ¿no?

—Sabes que es difícil hacerlo.

—Desde que lo enterraron lo fue. —Respondió de inmediato—. Pero eso nunca fue excusa para que la gente no lo visite.

Dijo una gran verdad que el rubio no podía negar, por lo que, llevó la conversación a otro punto.

—Este problema no te incumbe en lo absoluto, Endevour. —Ahora All Might se encaminó hacia el sitio del héroe de fuego—. Cállate.

—Por supuesto que sí. —Se levantó de su asiento, encarando al héroe número uno—. Estamos reunidos para hablar acerca de Red Hood, ese maldito hijo de perra está libre haciendo de las suyas, y tú estás llorando por el cuerpo de la personas que traicionaste. —Lo señalaba con su dedo sobre el pecho, pero All Might no retrocedía ni se dejaba intimidar—. Quiero ir a casa a descansar con mi familia, no quedarme acá para soportar tu hipocresía.

La tensión del ambiente era tan evidente como las ganas de All Might por comenzar una pelea, que por más que siguiera siendo el número uno, no podría ganar. La mente del rubio se nubló con sentimientos de ira e impotencia, lo de su ex sucesor era una pérdida irreparable para los Midoriya, para él, para el mundo. Lo que hizo Endeavor solo fue recordarle tortuosos recuerdos que millones de veces soñó con haber reparado. Echarle en cara su pecado más grande, que lo perseguirá hasta estar hundido en lo más recóndito del infierno.

«Carajo.»

Maldecía en sus adentros.

Lo hecho, hecho estaba. No había vuelta atrás, ni viaje en el tiempo que remediara ese error.

Apretó los puños y la mandíbula, mientras daba la espalda al hombre de fuego y se sentaba en su asiento correspondiente. Más tarde informaría a la familia Midoriya sobre los hechos recientes con respecto a la desaparición del cuerpo, además, de visitar a una persona en especial muy relacionada con el pecoso.

—Primero debemos hablar de Red Hood, luego discutimos sobre... Ese tema. —El director anunció el orden de los asuntos a discutir. No hubo alguien que no se diera cuenta sobre el pesar en su tono de voz—. Aizawa, comienza con la información dada por el detective Naomasa.

Nezu otorgó la palabra al docente. Este, ni lento ni perezoso, empezó a informar sobre la situación.

—Exactamente, cuatro meses atrás se vio por primera vez al vigilante Red Hood. —En el centro de la mesa, a pesar de seguir rota, un holograma mostró la imagen del vengador—. No le dimos importancia porque parecía ser otra persona que usa su Quirk para pelear con villanos, su sanción sería una multa o un par de noches en el calabozo.

Tsk. —El pelinegro dirigió su mirada a la heroína Mirko, quien había chistado de forma molesta—. Ese malparido me disparó más de cuatro veces en la pierna, ¿quienes fueron los malditos que lo dejaron libre? —Preguntó con odio. Si Red Hood hubiera sido atrapado en primera instancia, las visitas al hospital, contando el hecho de que perdía tiempo en ese lugar, no existirían en su agenda.

—Continuando... —Suspiró, Mirko debería saber que los tiempos han cambiado y que gente como Red Hood no eran primordiales para la mayoría de héroes—. Fue un error dejarlo libre, ya que, aparte de no saber nada de él, su primer asesinato ocurrió más temprano que tarde desde su primer avistamiento. —Ahora, el holograma mostró el rostro de un héroe—. OceanKing, héroe del mar, acusado de cargos de violencia doméstica, sobornos, corrupción y asesinato en su zona, mas, no había prueba sustancial como para llevarlo a Tártaros. Su cuerpo sin vida fue encontrado en la costa de la ciudad. —Sin querer, aparentemente, dio un golpe en la moral de algunos—. Luego siguió BigSon, héroe hermano, acusado de trata de blancas y consumo de drogas ilegales. Encontrado muerto en su departamento con diez balas en todo el cuerpo. —Tomó aire para continuar—. SummerWatch, heroína solar, acusada de comercialización de drogas y de proxeneta. Causa de muerte: bala en su zona craneal, mientras iba a una fiesta ilegal donde se encontraban decenas de niñas secuestradas. Al parecer, Red Hood informó a las autoridades.

—¿Vas a seguir enumerando la lista de muertos a causa del imbécil rojo? —Mirko interrumpió a Aizawa, ella quería ir de frente al asunto por el cual fue citada—. Todos sabemos que asesinó a gente mala, pero no sabemos qué hacemos aquí.

—Aizawa, omite esos detalles si fueras tan amable.

Nezu pidió amablemente, no quería aburrir a los héroes presentes.

—La lista está por superar los tres dígitos. El caso es que, a pesar de solo matar a héroes corruptos y villanos, entre ellos secuaces de la mafia, yakuzas y ex convictos que seguían cometiendo fechorías, no nos podemos confiar en que sus intenciones sean del todo buenas. —Aizawa miró a Nezu, el cual asintió, dando una especie de permiso—. Hace apenas una semana, hubo una pelea entre Red Hood y el asesino de héroes, Stain. Parece ser que por un choque de ideales y el control de la zona. —Se mostró el departamento donde ocurrió la pelea gracias al holograma—. El hecho ocurrió a altas horas de la madrugada. Red Hood regresaba de asaltar una de las bases de Black Skull, también de una pequeña riña con Mirko. —Todos se voltearon a verla, por lo que, ella dio un gruñido recordando la humillación que vivió—. Hubo varios pedidos de auxilio de residentes del edificio, pero ninguno fue entendido a causa del edificio en llamas de Black Skull.

—¿Quién ganó? —Endeavor, con los brazos cruzados y mirada seria, dirigió su mirada al centro de la mesa.

—Cuando llegó la mañana, los detectives Naomasa y Kenji informaron que... —Hubo un breve silencio que tensó a todos—. Stain fue asesinado a causa de tres balas en su corazón.

—Con que ganó el nuevo, ah. —Hawks recargó su espalda sobre el asiento, perdiéndose en sus pensamientos.

—No es que solo ganó. —Señaló a la nueva imagen proyectada—. Parece ser que, eso solo fue un juego de niños para él.

Stain era conocido por ser un hueso duro de roer, incluso para el top diez. Una persona peligrosa por cualquier ángulo que se viera, alguien con quien hasta el propio Endeavor tomaría mil precauciones antes de pelear. Resumiendo, el ex asesino de héroes siempre sería una amenaza de nivel nacional. Sabiendo esto, el cuarto se quedó en un silencio de ultratumba, no creían lo que en el medio de la mesa mostraba.

Ryuko, la heroína dragón, puso una de sus manos sobre la boca, sin procesar la idea de ver a Stain muerto de esa forma. Hawks y Mirko, uno con la boca abierta y la otra con el ceño más fruncido que nunca, pensaron en qué Red Hood es más fuerte de lo que parecía, ya que, no cualquiera recibía una patada de lleno proveniente de la heroína conejo y, horas después, se batía a duelo con Stain, ganando.

—¿La espada de Stain? —All Might habló calmado. Tenía que tomar a Red Hood en serio.

—A eso voy. —Aizawa respondió—. Como podemos ver, a pesar de ya eliminar a Stain, separó la cabeza del cuerpo, colocando este último en el basurero del edificio y la cabeza en el baño. —De pronto, el holograma resaltó la frase escrita en el piso—. «Un mal día». No se sabe el significado, ni mucho menos si es un mensaje encriptado. —Miró a All Might, generando que el rubio sintiera una mala espina—. Acerca de la espada, aparentemente, Red Hood se la llevó como trofeo. Se intentó buscar rastros de sangre que sean ajenas a Stain, pero no sé encontró.

—Podemos deducir que Red Hood fue herido y en la espada había rastros de su sangre. —Endeavor dedujo—. Limpió pruebas de la escena del crimen que podrían delatar su identidad secreta y abandonó el lugar luego de colocar el cuerpo de Stain en el basurero.

—Aparte de ser súper fuerte... —Best Jeanist analizaba los datos, intentando relacionar la información que tenían con posibles sospechosos—. Es demasiado inteligente y cauteloso.

«La peor combinación que podría desear que un villano tenga.»

Ryuko pensó y cerró los ojos. Otro problema más a su lista de deberes.

La sala se llenaba de suspiros. Ejercer el trabajo de héroe traía consigo desventajas como tratar de detener a personas tan problemáticas como peligrosas. Red Hood no era la excepción, más bien, entraba en el rango de «vigilante especializado en incrustar balas, precisamente, en cráneos humanos».

—Ahora, sobre la espada de Stain, como muchos ya suponieron, Red Hood se la llevó consigo. —A Red Hood no le gustaba dejar cabos sueltos y eso resultó ser muy claro.

—¿Conexiones? —Ryuko necesitaba más información.

—Trabaja solo. No está del lado de la Liga de Villanos, eso es lo único bueno. —Aizawa respondió a la duda—. Tampoco de la mafia de Black Skull, ya que, sus ataques se concentran en él.

—¿Por qué lo hace? —Best Jeanist creía que todo movimiento del vigilante tenía un porque—. Espera, dices que no es del mismo bando de La Liga por Black Skull, ¿estoy equivocado?

—No lo estás. —Red Hood nunca trató de esconder su propósito, el cual es obtener información acerca del grupo de villanos—. No sé si tiene algo pendiente con Tomura o alguno de sus esbirros, pero es claro que los está buscando. Todavía no está confirmado que la mafia y Tomura estén en buenos términos, pero resulta obvio que Black Skull opere a sus anchas en terreno que pertenece a La Liga.

—Otro loco que cree poder detener al hijo de perra de Shigaraki.

Aizasa pensaba igual que el héroe número dos. No sería la primera vez que un sujeto quisiera ir directamente en contra de Tomura y su grupo de amigos, tampoco sería la primera vez encontrar los cuerpos sin vida de los mismos sujetos en lugares donde el sol no alcanzaba a alumbrar.

—En conclusión. —Ya quería terminar e irse a casa con sus gatos—. Red Hood no ha matado a ningún inocente, pero, la falta de información que tenemos de él, su modus operandi: inteligente, aunque violento y sanguinario; sumando el hecho que aún desconocemos sus planes y propósitos, todo esto lo convierte en una amenaza para la sociedad. —Aizawa concluyó ante la atenta mirada de los presentes.

—¿Estás diciendo que nuestra prioridad ahora es Red Hood?

La pregunta de Endeavor alegró a Mirko. Esta sonrió por primera vez, aunque el sadismo se lograba notar a kilómetros.

—La liga de Villanos sigue siendo lo principal ante todo. —Nezu, quien estaba en silencio, optó por responder—. Solo que, ya tenemos suficientes problemas con ellos y sumarle el hecho de que hay una nueva posible amenaza al mismo nivel que Toga o Dabi, haría que los ciudadanos entren en una nueva crisis de terror. —Suspiró, recordando la última vez que ocurrió aquel hecho—. Lo recomendable es que el top diez de héroes se encargue de él, no sus agencias o aliados, ustedes mismos. No quiero visitas al hospital o a la morgue en vano.

—Eso es todo lo que se debía informarles. —Aizawa prosiguió con su voz aburrida—. Ruego en que guarden para sí mismos lo escuchado en la reunión y no involucrar a terceros en lo de Red Hood.

Lo héroes dieron un sí por respuesta. Algunos empezaron a retirarse, mientras conversaban entre ellos, ya había mucho estrés en sus vidas como para llenarse de pensamientos acerca del nuevo vigilante de la ciudad; después de todo, eso se vería en el momento que se vieran las caras. Pero, uno que otro se quedó en la sala, esperando a que la mayor parte se fuera y preguntar algunas cosas, que por más que fueron aclaradas, no creyeron para nada.

En el caso de Ryuko, ella quiso esperar a que Mirko se pare y fueran juntas a la agencia a hablar o planear algunos movimientos en contra de Red Hood, mas, la mirada molesta de la coneja hizo entender que no se iba de allí hasta sacar más información de la que fue dada. La rubia suspiró, estaba ocupada y sabía que Rumi enfrentaba un duelo personal con el de capucha roja, así que, eligió por irse, ya después Mirko le contaría los detalles.

—Ah... —Nezu miró al frente, sabía la razón por las que la mitad del top diez y Aizawa se quedaron—. Ciertamente, hay muchos detalles que no he explicado por ser tratado como un tema confidencial gubernamental.

—Usted sabe quién es, ¿no? —La pregunta de Toshinori no sorprendió a nadie, ya que, pensaban igual, hasta el mismo tutor de la clase 2A.

La afirmación tomaba más fuerza a causa del tiempo sin respuesta por parte del roedor.

—No hay nada confirmado, pero...

—¿Pero? —Mirko se mostraba impaciente.

—Tengo sospechas de un individuo. —Era claro que la mente más brillante de Japón no se le escaparía detalles, por más imposibles que sean, convenientes. Sin embargo, creyó llegar a un punto de inflexión, donde la culpa carcome lo más profundo de su ser, al pensar que los muertos hablan y caminen.

Los héroes se miraron entre sí, aún esa respuesta no les aclaraba la pregunta. Además, insistir o no en el tema sería lo mismo, porque, el director no soltaría más información.

—Me largo. —Rumi de levantó del asiento—. La rata no nos va a decir más, así que, es tonto perder más tiempo en este lugar. —Cuando estaba en la puerta, a punto de cruzarla, volteó a ver a los demás—. Una última cosa: Red Hood es mío. Lo buscaré, romperé todos sus huesos y pondré fin a su jueguito de mierda. —La advertencia generó distintas reacciones.

Tanto a Endeavor como Aizawa no le gustaron las declaraciones de la morena. Aunque callaron para no generar una pelea evitable y llegar a sus respectivas casas para poder descansar.

—¿Quién quiere apostar a que pierde de nuevo? —Una vez que Mirko se fue, a nadie mejor que a Hawks se le ocurrió hacer una broma.

Mientras el resto se iba, ignorando el comentario fuera de lugar del héroe alado, All Might se posicionó en frente de Nezu, queriendo empezar a discutir el motivo por el cual vino en primer lugar. Después de preocuparía por detener a Red Hood, ahora lo primordial es arreglar el asunto que lo afligía.

—Director Nezu. —Llamó—. Hablemos sobre... Izuku.

—Cierto. —Miró al techo—. Toma asiento, esto tomará tiempo, pero diré todo lo que sé y las medidas que se están tomando. —Arrugó el ceño, molesto con la situación, a la vez que confuso—. Yo también quiero que él descanse en paz y... —Hizo una pausa por algunos segundos—. Y... Que me perdone.

Lo último podía ser interpretado de cualquier manera. All Might lo hizo, pero, solo Nezu entendía el verdadero significado de sus palabras.

A pesar de ser la escuela de héroes más sobresaliente de Japón, reconocida mundialmente por haber educado a héroes de gran calibre como All Might, el ambiente en ella no es para nada concordanre con lo que en realidad se hablaba afueras. Desde aquella tragedia, que jamás debió ocurrir, la clase de héroes ya no era vista igual, ni por otras áreas ni por ellos mismos. La desunión y culpa conllevaron a que el lazo fuerte que los unía, hasta el punto de llamarse familia, sea roto con suma fragilidad. Nadie confiaba en nadie, ni los que se declaraban mejores amigos podían poner las manos al fuego por el otro. Desdeña y desidia, resultados del incendio que ellos avivaron, cegados por el odio y actuando a causa del dolor.

Si la hipocresía tuviera una central en el mundo, eso nos llevaría a la clase de héroes 2A de la UA.

—De acuerdo, cuídate, viejo. —Todoroki bajaba de las escaleras, llegando a la sala común de los dormitorios y dando la cara a todos sus compañeros.

—¿Qué dijo tu padre, Todoroki-Kun? —Yaoyorozu fue la encargada de preguntar.

—¿Se sabe algo del cuerpo de Midoriya-chan? —Asui se sumó.

—¿Lo encontraron? —Mina, quien acariciaba al conejo mascota de Koda.

Shoto miró cada expresión, expectantes por lo que diría.

El día para él fue largo. Primero, que su clase se entere, por un descuido de All Might, sobre la desaparición del cuerpo sin vida de Midoriya, el mismo joven al cual arrebataron sus sueños; luego, la reunión del top diez, donde era obvio que hablarían sobre Red Hood y que el héroe número uno rogaría por información acerca del cuerpo de sus ex sucesor. Los alumnos del 2A se reunieron para esperar información, queriendo ayudar en lo que fuera o hacer algo, algunos por el cariño que tenían al peliverde, otros para aliviar un poco de la culpa que sentían y, en la mayoría, ambas cosas.

—No sabe nada. —Respondió sin más.

Si por él fuera, no hubiera interrumpido a su padre en sus deberes, ya que, el tema resultaba siendo insustancial. Después de todo, Izuku se había ido.

Nunca fue creyente de rendirle tributo al quien ya no está, ni mucho menos de apreciar lo que una vez tuvo en sus manos. El quiso y respetó a su mejor amigo cuando estaba con vida, lo tenía presente siempre en su mente y eso basta. Es por esto que la situación le parecía llegar a ser ridícula.

—Tsk. El maldito nerd sigue causando problemas incluso muerto. —Bakugo, quien también estaba en la sala, habló.

No solo fueron las palabras, también el tono que usó, hicieron que Todoroki fuera hasta él a enfrentarlo. Katsuki no había cambiado nada.

—¿En serio te refieres así contra él luego de lo que hiciste? —Él mismo aceptó que fue muy intenso al enfrentarlo.

—Todoroki-san, cálmate. —Iida intervino, alejando al bicolor del rubio, quien iba a explotar.

—¿Qué me calme? —También encaró al de lentes—. Este imbécil no ha cambiado nada, no respeta ni mucho menos se arrepiente de lo que hizo.

—¿A quién llamas imbécil, maldito mitad y mitad?

—A ti.

Ni bien dijo esas palabras, el pelicenizo reventó una explosión contra la cara de Shoto. Si no fuera por el delgado muro de hielo que construyó, el impacto le hubiera llegado.

—Sí, recurre a la violencia para resolver tus problemas. —No iba a responder de la misma forma, Bakugo no lo valía.

—Solo eres una mierdita que sigue resentido por la muerte de Deku.

—¿Resentido? ¿En serio crees que no lo estaría? Tú comenzaste a apalearlo cuando se dio la orden de su captura. —Sus palabras rememoraban aquel catastrófico día—. No dudaste, ni mucho menos te pusiste a pensar en el porqué del anuncio.

—Los vídeos delataban al nerd. —Se excusó.

—Deja de mentir, ni viste los vídeos. Lo peor de todo, atacaste por la espalda como el maldito cobarde hijo de perra que eres. —Bakugo, furioso, quiso arremeter de nuevo—. ¿Quieres atacar por decirte la verdad? —Mas, sus manos se congelaron gracias al Quirk del bicolor.

—¡Ya es suficiente, chicos! —Nadie quería meterse en la pelea. Muchos por miedo a recibir un golpe físico de Bakugo y otros por el golpe verbal de Todoroki.

—Siéntate, Melissa. —Ordenó Shoto—. Tú no tienes nada que ver en esto.

—Lárgate, rubia, voy a matar a este tipo. —Bakugo quería dar el siguiente golpe.

—¿Ven lo que digo? Este tipo no ha cambiado nada, sigue diciendo en voz alta que va a matar a alguien. —Miró al resto de la clase—. Adelante, hazlo. Si logras hacerlo, en tu lista de asesinatos ya habrán dos nombres.

—¿Qué importa el sentir de esos extras?

—No te dirijas a nosotros de esa forma. —La rubia protestó.

—Déjame decirte, Bakugo, que...

—¿Vas a decir alguna de tus mierdas moralistas? —Interrumpió al bicolor—.¿Qué él no merecía morir? ¿Qué nos equivocamos? Adelante, dilo, ¿crees que me dolerá? Ya lo superé.

Y esa fue la gota que derramó el vaso.

—¿Lo superaste? ¿Cuándo? Ni siquiera hiciste algo para redimirte. —Esas palabras la tomó con risa—. ¿Sabes algo? A comparación de los demás, tú mataste a Izuku por tu orgullo de mierda. Tú no eres un héroe, jamás lo serás. Mataste a Izuku por ser más fuerte que tú, ¿que héroe hace eso? La envidia te corroe al saber que él fue más héroe que tú, aun estando muerto. —Lo empujó en el pecho—.  Sí, estoy resentido, pero no contigo, porque no lo vales. Estoy resentido con Aizawa, con All Might, hasta con el inepto de Nezu. Ellos son los que te siguen permitiendo que actúes como se te dé la gana. Ellos permiten que un abusador asesino siga entre nosotros. —Cada palabra era un dardo directo a la yugular—. No te bastó con hacer mierda su vida por más de diez años. También tomaste su vida. —Melissa vio como el rostro del rubio se deformaba. Al parecer, Shoto contó algo que nadie sabía—. ¿Superaste el hecho de que lo maltrataste porque él no tenía un Quirk? Carajo, estás enfermo. No sé qué haces aquí. Nadie te quiere, ni los profesores, ni tus padres, ni ellos, nadie. Hasta Kirishima dejó de hablarte al saber el tipo de persona que eres realmente.

Podía defenderse, mas, sus palabras se quedaban en la garganta, sin opción a salir.

—¿Querías ser el héroe número uno? ¿Cómo All Might? Lo único en lo que se parecen es que contribuyeron con la muerte de un inocente, felicidades, ya tienes una cualidad del número uno. —Sarcamo—. Solo te falta una cicatriz gigante en el abdomen que yo mismo haré si no te vas de aquí, hijo de puta.

La palabras tienen poder. Bakugo, quien escondía su debilidad detrás del ego tan pretencioso, apretó la mandíbula. No importa la manera en que reaccione, ya sea empezando una pelea o espetarle, le daría la razon, de todas formas, a Todoroki. Se sentía humillado, demasiado, había días donde agradecía que todos hayan contribuido a la captura de Izuku, ya que así, nadie diría nada en contra suya, pero, Shoto es el único inocente, capaz de gritar las verdades a la cara sin remordimiento.

Para su mala suerte, él rebasó la línea maracada entre la paz y la guerra. Y eso, Todoroki no lo permitirá.

—Tsk. —Chistó con la lengua—. Tú nos echas la culpa, pero, tampoco hiciste algo para detenerlo. ¿Dónde estabas cuando lo capturamos?

El último recurso del rubio fue este: atacar cobardemente a la persona que visitó a su madre y a la traidora el mismo día.

—Eso, huye, cobarde. —Dijo, a la vez que Katsuki se iba de la sala hacia su cuarto. Tendría mucho por que pensar.

Todoroki actuaba como si esas palabras no le hubieran herido. No por la forma o que sea Bakugo quien se lo diga, más bien, por el arrepentimiento de poder haber hecho algo para ayudarlo.

Sin embargo, llegó tarde.

—E-Eso fue muy horrible de t-tu parte, Todoroki-kun. —Mina intervino, sin saber que fue el comienzo de otra cátedra de puros sermones.

—¿Crees que fui malo con él? —Levantó una ceja—. Si quieres, puedo demostrar lo malo que puedo ser.

—¿Q-Qué quieres decir? —La rosada tenía miedo.

—La verdad. —Bakugo no sería el único en tener una probada del pastel—. Izuku murió por tu culpa. —La señaló.

Shoto estaba cansado...

—No, por culpa de la puta clase 1A.

De todos...

—No creyeron en él.

Un año guardando su sentir...

—No lo ayudaron.

Un año aguantando la hipocresía...

—¡Carajo! Ni tuvieron piedad.

Un año queriendo mandar todo al diablo.

—Estoy harto de ustedes, de todos. —Miró a Iida—. Él creía en ti. —Luego a Tsuyu—. En ti. —Volteó a ver a Momo—. También en ti. —Finalizando en Mineta—. Mierda, hasta en una jodida escoria como tú, él creyó hasta el final. —Por impulso, congeló el piso. Su enojo era evidente ante los demás ojos—. No, no, es más, él creía en todos ustedes. —Colocó sus manos en la cabeza, mientras suspiraba apresuradamente—. Pero, ¡que genial es la clase de héroes! —Elevó su tono—. ¡Traicionando a la única persona que jamás haría algo en contra de nosotros!

—¡Cállate!

—¡Ven aquí y cállame, maldita bastarda!

Hagakure, quien había gritado, empezó a llorar por las duras palabras de Shoto.

—Todoroki-Kun, basta... Por favor. —Pidió Melissa, la cual fue a consolar a Toru, junto con Mina.

—Cállate, tú no tienes nada que ver en esto. —Respondió.

—Soy parte de esta clase. —Insistió. Debía preservar la poca paz existente entre ellos.

—Un simple reemplazo.

—¡¿Por qué estás enojado?! —Preguntó con molestia—. Todos aquí estamos preocupados, estamos igual que tú.

—Todos somo-. —Atragantó sus palabras—. Son culpables de su muerte y es jodido que se preocupen ahora que ya está muerto.

—¿Estás seguro que estás molesto con nosotros? —Ella captó el arrepentimiento que iba a expresar en sus palabras—. La guerra es contigo mismo, ¿no?

—Deja de hablar. —Activó su Quirk.

—Te estás comportando como Bakugo. —Aquellas palabras tocaron un nervio sensible.

Él no se parecía al idiota explosivo, no, nunca sería igual a alguien como él. Observó su alrededor, ver como el piso está congelado y la temperatura elevado en la habitación causaron que tuviera miedo de sí mismo. La cara de sus compañeros con miedo y a punto de lastimar a Melissa, quien no tiene la culpa de nada. Iba a dañar a una inocente, tal y como Bakugo lo hizo.

—Aléjate. —Podría estar furioso, pero, entendió cuál eran los límites.

—Todoroki...

—Me dan asco... —Apretó los dientes, buscando consuelo en sí mismo—. Me doy asco.

—Tú no tienes la culpa de nada. Bakugo solo buscó excusarse. —Melissa tocó el tema, al mismo tiempo que susurraba solo para que él la escuche—. No sabías que Deku estaba en peligro.

Cada uno cargaba con su propio pesar, incluso, él mismo, ya que, él pudo ayudarlo a salir ileso, pero, llegó tarde.

Sí, toda la clase tenía una cruz en su espalda.

Shoto no es la excepción.

—Cierra la boca. Tú no perteneces aquí. —La encaró de nuevo. No se quería ablandar.

—Ellos me quieren aquí, con eso basta. —Respondió, no iba a bajar la cabeza de ninguna manera.

—Ellos también querían a Izuku. —Refutó, ganándose la sorpresa de la chica—. Tú solo eres la redención de un idiota que vendió al diablo a su alumno. Dime, ¿que se siente ser la puta de todos los culpables?

Slap.

Su mejilla ardía. Tal vez no fue buena idea enojar a la décima portadora del One For All, a pesar de decir la verdad todo el tiempo.

—¡Sé que estás molesto, lo sé, yo también lo estoy! —Melissa vio a través de él. Arrugó el ceño, mirándolo de forma seria—. Deku fue mi amigo, el mejor que podía desear. Enterarme que murió de esa forma me partió el alma. —Ella compartía el sentir de Todoroki, solo que en su momento soltó toda esa carga antes que se acumule en un mar de odio—. Yo también estoy molesta con ellos, Aizawa, con All Might... Con todos. —Nadie se sorprendió, ya que, desde que ella vino, dejó las cosas claras—. Pero, me di cuenta que Deku no hubiera querido esto. Él no... No desearía vernos peleados. —Intentó tocarle la mejilla, aunque Todoroki no lo permitió—. Él no hubiera querido verte dolido por su culpa.

—No sabes nada.

—Tal vez soy muy pretenciosa. —Rio un poco incómoda—. Pero, ya es hora de avanzar.

—¡¿Y olvidar lo que le hicieron a Izuku?!

—¡Ellos fueron engañados!

—¡No me jodas! ¡Se dejaron llevar por lo que los demás decían de él!

¿Qué haría Izuku para calmar la furia de Shoto? Melissa se lo preguntaba cada tanto. Intentó, con todo el valor reunido, hablar con Todoroki, convencerlo de dejar atrás el pasado y comenzar a emprender un camino donde el héroe Deku no estaría al lado suyo dándole ánimos. Mas, ¿con que cara lo haría? Si, aunque sea su idea, ella también se le dificultaba conllevar la muerte de su amigo. Ella también seguía resentida, pero, hablaba sobre unión. ¿Izuku haría lo mismo o qué hubiera hecho?

Melissa podía entender el dolor, lo ofuscado que Todoroki se encuentra. Y, al mismo tiempo, este entendía la falsedad en ella.

—Shoto. —Llamó por su nombre—. Hay que aceptarlo: por más que All Might muera, que a todos nosotros nos expulsen o que Tomura sea encarcelado, Izuku, él no-.

—No lo digas. —La tomó por el cuello—. No lo digas ahora que su cuerpo desapareció, ni se te ocurra decirlo. —Apretó más, preocupando a la gran mayoría por el bienestar de la rubia.

—V-Vamos juntos a buscar su cuerpo... —Lo abrazó, ante la negativa del mismo que había desecho la toma del cuello—. ¿Es eso no? Quieres que lo que queda de él esté en un lugar a salvo, ¿me equivoco? Hay que encontrar al culpable y dar a Deku el descanso que merece. —La propuesta sonaba interesante—. Vamos los dos solos si quieres, pero, hay que hacerlo.

—Y-Yo... N-no, carajo. —Mordía su labio.

Sí, él es de las personas que cree que es ridículo rendir tributo a un muerto y recordarlo cuando ya no está. Es de las personas con ideales fuertes. Es de las personas caracterizadas por la serenidad. Es de las personas que...

¿Acaso eso importa?

—Perdí, y-yo, perdí a mi amigo... —Miró directamente a la rubia, mientras se alejaba. Sus ojos se cristalizaron, evidencia de su voz entrecortada—. Ustedes me quitaron a mi mejor amigo.

Nadie lo sabía, pero, si bien Todoroki decía odiarlos hasta tal punto de querer abandonar la academia para jamás ver sus caras, él se mantuvo ahí solo por Izuku.

Todoroki Shoto es de las personas que creyó ser capaz en considerar que es ridículo rendir tributo a los que ya no están, hasta que él mismo decidió quedarse y graduarse en la UA, su lugar menos favorito en el mundo, para respetar la memoria de Izuku y decir, de alguna u otra forma, que el héroe Deku sigue ahí.

—¿Todoroki? —Lo llamó Melisa.

—Solo dejen de hablar y preocuparse de él cuando lo traicionaron. —Sin más que decir, Shoto se fue rumbo a su habitación. Quería, dormí, llorar o pensar, lo primero que su cerebro pueda procesar.

Sus últimas palabras colaron en las consciencias de todos los presentes. Entendían muy bien el enojo del bicolor, ya que, ellos también fueron responsables de la muerte de Izuku.

Llegó a su cuarto, todavía herido y pasmado por la escena que presentó. No se arrepentía en lo más mínimo, a excepción de cuando lastimó a Melissa. Aunque, la duda de ser el más indicado en gritar verdades le hacia sentir otra pieza más del tartufo rompecabeza.

Recibió un mensaje de su padre, quien le avisaba sobre los próximos movimientos de All Might. Abrió los ojos como platos, ¿en serio ese idiota estaba por visitar a esa chica? Tal persona que brillaba por su ausencia dentro de la clase. La que movió los hilos como titiritero, la principal responsable de la tragedia. Vino a su mente que algo pasó, que, tal vez, ella era responsable.

Limpió sus ojos mojados con la muñeca, para después alistarse rápidamente y conseguir información de esa persona. Pero...

«¿Quién soy yo para hacerlo?»

Su mirada se fijó en un retrato algo viejo, que hacía memoria a tiempos, donde todos eran felices. Frunció el ceño: ver como estaba al lado de Iida, Izuku, Tsuyu y Uraraka, intentando sonreír, ya que, no podía mentir a la cámara que no estaba contento de tenerlos a su lado.

Sus amigos.

Tiempos felices.

Izuku.

Fue el último pensamiento del chico antes de enterrar su cabeza en la almohada. Por esta vez, por respeto a Izuku, al sentir que el pecoso sentía por esa persona, dejaría al hombre rubio hacer ese movimiento.

Horas después de la discusión entre Todoroki y toda la clase 2A, nos encontramos con un hombre alto y rubio, quien caminaba dentro de un largo pasillo, paredes blancas y sin luz. Hace tiempo que no venía al lugar, aunque, si no fuera por la falta de información y porque creía que ella sabría algo, tampoco hubiera venido en esta ocasión.

Habitación 66.

Leyó el pequeño letrero pegado en el centro de la puerta. Cerró los ojos y juntó toda las fuerzas posibles para entrar al cuarto. Quizás la persona adentro no le agradaba, es más, la odiaba. Pero, no dejaba de sentir cierta pena que una de sus ex alumnas terminase en esa posición tan devastadora.

—All Might. —Cierta chica castaña, de ojos marrones y muy delgada, a causa de poco ejercicio y dieta desbalanceada, llamó al héroe. No esperaba verlo después de lo sucedido.

—Hola. —Saludó.

La chica hizo el amago de sonreír, mas no lo logró. Pues, quien estaría feliz de recibir a alguien en sus condiciones: encerrada en un cuarto psiquiátrico, sin poder usar sus piernas y estar en un cuadro clínico de inestabilidad mental peligroso, capaz de herir a cualquiera que se le acerque.

No era su mejor momento a decir verdad.

El rubio recordó como ella era antes: llena de vida y con una sonrisa que complementaba bien a la de su ex sucesor.

—¿C-Cómo está, Deku-kun? —Por más que pase el tiempo, todavía seguía sin asimilarlo.

—Ha pasado tiempo.

—Él... ¿Deku-kun está bien?

El silencio se hizo, junto a una respuesta muda que Uraraka entendió al instante. Volvió a mirar al frente, admirando a la nada. Por más que ella presenció el video la de la explosión de la bomba en el cuarto donde Izuku se encontraba mal herido, seguía con la esperanza de que todo fuera un mal sueño y despertar, recibiendo noticias del pecoso.

—Deku está muerto. —Sus ojos, los cuales brillaban siempre al hablar sobre el chico, perdieron por completo la vida dentro de ellos.

—Señorita, Uraraka. —Ahora era su turno de llamarla, pero no obtuvo su atención, ya que, la castaña estaba concentrada en los miles de demonios dentro de su cabeza—. Quiero hacerle un par de preguntas.

Por más que insista, ella no daba chance a hacerle caso.

—Se trata de Izuku. —Usó el recurso primordial.

Ochako volteó a verlo, esperanzada a qué fuera lo que ella soñó miles de veces.

—Su cadáver a desaparecido del ataúd.

La poca felicidad reunida en su corazón fue opacada por una tormenta de aflicción. El cuerpo de su amado fue mancillado.

—¿Quién fue? —Si no fuera por las esposas que la unían a la camilla y el collar anti Quirk, ella ya hubiera ido sobre el rubio—. ¡¿Quién fue?! ¡Dime! —Forcejeaba. Quería respuestas a cómo diera lugar.

—Creemos que fue Shigaraki.

Otro dardo al lugar más íntimo de su alma. Calló de repente, escuchar ese nombre le llenaba de horribles recuerdos. Ese hombre fue el que la llevó a la locura, el responsable de usarla como carnada para que Deku se uniera a La Liga de Villanos. Que al no obtener lo que él quería, cambió los planes, que condujeron a los hechos de ese día.

—Sé que estás aquí por los errores que cometiste. —Se acercó con una silla—. Sé que, a pesar de estar del lado de los villanos, amaste tanto a Izuku como para querer cambiar. —Agarró una de sus manos—. Por favor, señorita Uraraka, ayúdeme a ayudarla. Ambos podemos salir de este agujero y llevar a Tomura a la cárcel.

—Y-Yo... No puedo, no tengo derecho. —¿Estar libre después de traicionar a su persona amada? Ni pensarlo—. Engañé a Deku-kun... Muchas veces.

—Mire. —Se estaba impacientando, aunque, la entendía por más loco que pareciera—. Nadie aquí es inocente, todos contribuimos en la causa de Tomura de alguna u otra forma. Todos estamos manchados con la sangre de un inocente, pero, ese idiota aún no ha sido capturado y sigue haciendo de las suyas. —Apeló al sentimentalismo—. Usted fue otra víctima más. Fue engatuzada por Tomura y se dejó usar para viles planes que muchos desconocen. A pesar de ello, te negaste a participar en el plan de Tomura y te volviste en contra de él para proteger a Izuku. —Ella no olvidaría la razón por la que llegó a este lugar—. Por favor, si hay alguna pizca de arrepentimiento en usted, dígame lo que sabe acerca de Shigaraki.

—Yo no merezco perdón alguno. —Seguía con esa idea.

—Entonces, no lo hagas por mí, ni por ti; hazlo por Izuku. Dígame, ¿dónde está, Tomura?

—¡Te juró que no sé!

Llegar a Black Skull fue más complicado de lo que creyó. Las heridas en todo su cuerpo ensangrentado reflejaba lo duro que fue asesinar a más de cincuenta secuaces del mafioso. Aunque, al final, valió la pena, por fin obtendría la información que necesitaba para dar otro paso hacia la meta final de su plan.

—Contaré hasta tres.

—N-no, por favor. —Vio como Red Hood sacaba un cuchillo del bolsillo.

—Elije sabiamente por que mano quieres morir.

Levantó la pierna para darle un rodillazo en el mentón, haciendo que caiga encima del suelo. Extendió el brazo de Black Skull, poniendo el filo cerca de sus dedos.

—¡Ayuda!

—Uno. —De un corte limpio y sin dudarlo, rebanó el dedo medio de la mano.

—¡Ah!

—Te quedan cuatro dedos. —Ejerció presión, para que los movimientos bruscos del hombre no le permitiera escapar—. ¡Responde! ¡¿Dónde está Tomura?!

—¡No lo sé!

—Dos. —Prosiguió con el pulgar y anular, haciendo que el hombre casi se desmaye por el dolor—. Última oportunidad.

—Ya dije que no sé, maldito bast-.

—Tres. —Y finalizó rebanando los dedos restantes.

—¡Ah! —El dolor impregnó todo su cuerpo, aunque, suspiró de alivio porque creía que todo había terminado.

Qie ingenuo de su parte.

—Me gustó este juego. —Red Hood se dirigió a la otra mano del mafioso—. Que suerte que tengas quince dedos más.

—¿Qué? ¡No, por favor, no lo hagas!

—Ya sabes, a la cuenta de tres.

—¡Aléjate!

Vio como el cuchillo se acercó a uno de sus dedos, de nuevo. El miedo era evidente al ver su rostro.

—¡No!

Ese tipo estaba loco, tanto así como dejarlo sin dedos. ¿Qué seguiría después? ¿Las extremidades? ¿Sus ojos, dientes y orejas? Con solo imaginarlo, ya quería morirse de inmediato y no sufrir esa tortura.

—¡Te lo diré! ¡Revisa la computadora, en la carpeta de Tarea! —Brindó la ubicación—. ¡Todo lo que buscas se encuentra ahí! ¡Déjame ir!

—Ya era hora que lo dijeras. —Suspiró cansado—. Pensé que tardarías más.

Red Hood sacó un USB del bolsillo, mientras se dirigía a la computadora.

—¿Lo sabías? ¡Claro que lo sabías! —Con muchas lágrimas, a causa del dolor, le reclamó—. Tú solo estabas jugando, maldito sádico, eres igual que nosotros.

—No me compares contigo. —Imprimió algunos papeles. Sorprendentemente, la impresora no quedó destruida luego de la gran pelea.

—Crees ser un vengador, pero lo que haces es repartir tu propia justicia. —Carcajeó todavía estando en el suelo—. Eres igual a-.

Pum.

—Cállate. —Tomando una de las pistolas que habían en el escritorio, disparó hacia la pierna de Black Skull.

—¡Mierda! —Se lamentaba con mucho dolor.

—Aprende a callar. —Dejó el arma al filo del escritorio, punto exacto para que Black Skull, con un poco de esfuerzo, pudiera agarrarla.

Esto no pasó desapercibido por el mafioso más grande de la ciudad, quien actuó como si no se diera cuenta.

—¿Quién eres? —Preguntó una vez

—No acostumbro a torturar a mis objetivos, pero... Saber cómo niños, mujeres y hombres te rogaron por sus vidas así como tú lo haces ahora, por no morir asesinados de las formas más crueles, hace que quiera experimentar contigo mil formas de abrirte el estómago y sacar todos tus órganos mientras te mantienes con vida y consciente.

—¿Quién eres? —Volvió a preguntar, esta vez con más miedo que nunca. Como si estuviera viendo a la mismísima muerte frente a sus ojos.

—Yo no soy la venganza, ni la justicia. —Caminó varios pasos hacia delante, dándole la espalda de Black Skull, quien aprovechó en agarrar el arma con su mano buena—. Soy Red Hood.

Justo cuando el mafioso apuntó contra el vigilante, este se volteó a verlo. El hombre mayor sonrió y jaló el gatillo.

Pug.

El sonido de carne reventada se combinó con la explosión de pólvora dentro de la pistola. El cuerpo de uno de ellos cayó sin vida, teniendo un agujero en el cráneo como causa de muerte.

—Antes de apuntar con un arma, revisa si tiene balas. —No demostró pena ni lástima por el cadáver—. Imbécil.

Presionó un botón, el cual activó varios dispositivos que tenían una cuenta regresiva de cinco minutos. Tiempo suficiente para rescatar a los rehenes y salir antes de que la policía o la coneja vengan a por él.

Buenas, buenas!

Bueno, este es el cap más largo que he escrito y espero que lo disfruten.

Además, pido disculpas por no actualizar, taba de viaje.

Me fui a Chile con mis amigos y no salió del todo bien porque tenía que vacunarme xdxdxd. Cosas que pasan, pero me estoy divirtiendo aquí.

En fin, vuelvo el viernes, quizás.

Ah, quiero dar las gracias a BlacKn1gth por el increíble separador que hizo para la historia (obviamente, me refiero al rojo xd). Siganlo y tal vez hace encomiendas como portadas y eso.

Bueno, sin más que decir.

Soy DekuSama y muchas gracias por leer.

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