XXIV.

Frank nota, mientras la semana va pasando, que el brillo en Matt empieza a volver. Esa aura apagada y tristonga empieza a desaparecer y Frank logra ver el verdadero Matt, el noble y divertido una vez más.

Aún se ve algo descuidado, a veces hasta taciturno, pero al menos Frank siente que lentamente está volviendo a ser quien es. Usando sus trajes de oficinista y la misma corbata a cuadros que María amablemente le dijo a Frank que le regalara, Frank puede sentirlo más él.

Ahora, el punto es el siguiente. En todo este proceso Frank trata de no presionarlo, de no ser muy cariñoso o muy invasivo, no quiere asustarlo y hacer que recobre las actitudes que había ganado después del trauma. Abrazos cariñosos y tomar su mano es con lo que Frank logra sentirse cómodo de hacer, nada que pueda hacer sentir a Matt mal.

Ahora, Frank quiere dejar en claro que él no fue el que empezó con todo. Él, totalmente inocente, solamente estaba hablando por teléfono como todas las mañanas con Matt. Se escucha el alboroto de fondo a través de la línea de Matt y Frank también puede escuchar a su hijo moviéndose por todo el apartamento con el carro a control remoto que Lisa le había regalado a su hermano.

Sigue haciendo frío, no tanto como ayer al menos. Frank le está diciendo a Frankie que tenga cuidado con el jarrón de la sala que casi tumba con el carrito mientras Matt se sobresalta en el autobús.

—Creo que me pasé la parada. —exclama contra el micrófono del celular Matt. Se escucha una voz en la otra línea, alguien dándole indicaciones a Antes de que Frank pueda responder, Matt vuelve a chillar de la otra línea.— ¡Sí, me pasé! ¡Disculpe! ¿Podría dejarme por aquí? —Matt empieza a hablar con, según Frank piensa, el chofer del autobús— Frank, tengo que dejarte-

—Está bien, que tengas un buen día. —dice Frank, sonriendo, divertido ante lo que está pasando.

—Tú también, salúdame a Frankie. —Frank piensa que hasta ahí queda la conversación, pero entonces, con un tono suave y algo apresurado, Matt le dice.— Te amo, nos vemos luego.

Y entonces él cuelga.

Él cuelga. Y deja a Frank cómo un adolescente que escucha esas palabras por primera vez.

Frank trata de no hacer una gran cosa todo este asunto del «te amo», es decir, ha dicho te amo antes, está seguro de que Matt también lo ha hecho. Pero porqué sea así no significa que no se siente irremediablemente feliz ante el hecho de que Matt lo ama.

Matt lo ama. A él, que es cascarrabias y ermitaño casi todo el tiempo; él que casi no habla de sus sentimientos y que no sabe qué hacer cuando Matt lo hace. A él que ha pasado la mayor parte de su vida siendo un boxeador mediocre que nunca logró llegar mas que a ser un éxito local.

Matt lo ama a él.

Pero está bien. Frank no va a hacer un escándalo de todo esto, tiene treinta y ocho años, por amor de Dios.

No va a hacer un escándalo. No va a hacer un escándalo. No va a hacer un escándalo.

Pero lo primero que hace cuando María llega a su departamento para recoger a Frankie, es decir, en un murmullo que igualmente se oye demasiado fuerte: —Matt dijo que me ama.

María desvía su vista de Frankie que está recogiendo sus cosas y deja de hablar de las noticias de esta mañana para mirarlo a él. Sus ojos cafés se abren y ella cierra la puerta detrás de ella, para seguir mirando a Frank desentendida.

— ¿Por qué la conmoción?

—Es la primera vez que me lo dice.

Ella parece entender, entonces. Pero aún se ve algo confundida.

—Repito, ¿Por qué la conmoción? —su tono burlesco solo hace que Frank se mueva ansioso por la habitación, pareciendo un niño. María aún le mira con diversión.— Te pareces a Lisa cuando ese chico de la preparatoria la invitó a salir. Cálmate.

—Es que es raro. Lo peor es que no se lo dije de vuelta, tampoco tuve tiempo pero es que no se lo dije. No le dije que yo también lo amaba.

—Puedes hacerlo después.

— ¡Pero es qué ya se me fue el momento!

—Jesucristo, Frank. Eres un adulto, por amor de Dios. —ella se ríe con ganas, mientras sus manos se posan con cariño sobre los hombros de Frank y los acaricia.— Puedes decírselo después, no hay un tiempo exacto para hacerlo. Tampoco vayas a hacer algo asquerosamente forzado o dramático para decírselo porqué no eres un adolescente.

—No iba a subirme en un globo aerostático.

— ¿Estás seguro? —Ella ríe cuando Frank sube sus hombros, como dudando.— No eres tan romántico, eres un cavernícola casi todo el tiempo-

—Me siento ofendido-

—Pero —ella prosigue su oración, ignorando por completo la interrupción de su ex esposo.—, eres un buen hombre. Y sé que lo quieres. Trata de llevar esto con calma.

Ella le guiña un ojo, después procede a ayudar a su hijo con su mochila y Frank los sigue hasta la puerta del apartamento. Frankie se despide de él y María le dice, sonriendo mientras le da la espalda: —No se te olvide confirmar la presencia de tu novio en la cena de Nochebuena, haremos pavo.

***

A diferencia de como Frank esperaba reunirse con Matt después de que saliera del trabajo, la reunión es algo fría, casi fugaz. Todo comienza con Matt llamándolo en la noche, después de salir de su turno, para reunirse en el bar más cercano.

El bar es brillante y alegre, es lo primero que Frank nota al pasar. También es elegante y ostentoso, mas de lo que Frank está acostumbrado. No le sorprende, Matt trabaja en una firma importante y grande, es normal que sus alrededores sean igual de llamativos.

La cosa es que, cuando Frank lograr visualizar a Matt, no se ve tan brillante y alegre como este lugar. No se escucha tan emocionado o divertido como esta mañana cuando le dijo a Frank que lo amaba.

Cuando Frank se sienta en frente de él, oyendo como una horrible canción clásica suena en alguna parte y como los muebles de este lugar deben ser más costosos que todo su guardarropa, Matt parece achicarse aún más.

—Hey —saluda con cuidado Frank, tratando como toda esta semana de no invadir su espacio, tratando de no presionar con fuerza. Matt no se ve bien, Frank no quiere hacer algo estúpido como la última vez.—, ¿Cómo estás?

Matt no le responde, simplemente toma de su vaso con whisky una vez más y le dice a una camarera vestida con una corta falda que, por favor, le traiga la botella. Frank no dice nada, solo se mantiene observándolo.

Su corbata está desabrochada y su saco está recostado sobre la silla en la que está sentado. Su cabello está desordenado y su rostro está sonrojado. Frank espera que no haya estado llorando, pero tal vez sí.

— ¿Acaso algo pasó con Billy, Matt? ¿Quieres hablar de eso?

—Oh, no. No. —dice apresuradamente Matt, con la voz ronca, negando con la cabeza. Frank siente que puede relajarse en el asiento, pero no del todo. Aún algo está mal con él.— No... Bueno, hoy tuve que tenerlo cerca pero no estoy así por eso.

— ¿Quieres hablar de eso? —insiste Frank, sin estar preparado a como reaccionar si la respuesta es no. Matt nunca le oculta nada, pero Frank sabe que hay cosas que simplemente son difíciles de conversar, de compartir.

Cuando la camarera trae la botella y le ofrece un vaso de vidrio a Frank, todo se queda en silencio. La canción clásica que estaba sonando ahora ha cambiado por algo más moderno que a Frank tampoco termina de gustarle. Se sirve de la botella en el caso y observa como Matt hace lo mismo.

Matt se toma de un solo trago todo en el vaso y después procede a suspirar, con pesadez, como si estuviese estado aguantándose desde hace ya un rato. Frank espera pacientemente a que le diga algo.

—Lo que pasa es que... Hace ya unos días, una mujer vino al bufete. Se ve como las mujeres que normalmente atendemos. De clase alta, con joyas, pero estaba tan... Tan asustada. Gwen y yo estuvimos con ella en todo el proceso y tratamos de calmarla. Nos contó que su marido la golpeaba y deseaba finalmente denunciar, que necesitaba un abogado. Necesitaba uno bueno. Su esposo es de estos hombres reconocidos e importantes y no podía ir a cualquier lado, sabía que sería difícil ganarle a un hombre con tanto poder. —Matt vuelve a tomar la botella y echa más whisky en su vaso. Sus manos tiemblan y se ve tan cansado. Frank le sigue mirando, esperando atentamente a que hable— La cosa es que no la ayudamos. No nos dejaron.

— ¿Por qué no?

—Al parecer su esposo era... Verdaderamente importante. El bufete no tenía las agallas para combatir contra alguien como él y simplemente... Le dijeron que no, Frank. —Matt se echa atrás en el asiento, vuelve a suspirar con pesar— Hoy en las noticias hablaron de que fue encontrada muy herida en su casa. Frank, su esposo casi la mata. Una de las mujeres de limpieza la encontró, de no ser por ella, tal vez-

Frank no puede seguir escuchando más porqué Matt empieza a llorar. Todo en Frank se revuelve al escucharlo, tan roto y sintiéndose tan culpable. Frank recuerda cuando en su pequeña crisis, María había estado hablando de las noticias y la había logrado oír hablar de una mujer de clases alta en Hell's Kitchen que había sido trasladada al hospital antes de que Frank procediera a sacar todo su vómito verbal.

—No es culpa tuya. —murmura Frank, extendiendo su mano por encima de la mesa, buscando la mano de Matt. Cuando la consigue, el tacto se siente frío.

—Lo sé, lo sé. Es solo que... Cuando era niño y quería convertirme en abogado, lo que quería hacer era hacer justicia. Proteger a los que no podían ser protegidos y ahora estoy aquí, trabajando para esta gente que ni siquiera se siente mal de no haber ayudado a esa mujer. Y... Yo no quiero ser como ellos, Frank. No quiero serlo en lo más mínimo. Y sé que este trabajo es bueno, tengo tantos beneficios y ventajas y es una gran oportunidad. Pero... No puedo estar ahí más.

— ¿Qué vas a hacer?

—Voy a renunciar. —declara él, totalmente seguro. Frank siente como aprieta con suavidad sus manos entrelazadas, el tacto gélido tomando más calidez.— Ya salimos de vacaciones y volveré en enero y renunciaré. No puedo quedarme ahí.

Frank lo sabe. Sabe que Matt nunca se ha sentido muy bien con el bufete, sin importar que tan bien se llevara con sus compañeros y las amistades que hubiese hecho en el proceso. Nada de eso importaba; la manera en la que se llevaban las cosas y el trato hacia los clientes siempre tan frío e impersonal eran cosas que dejaban a Matt intranquilo.

—Me sorprende que hayas durado tanto. —suelta Frank, sin pensar. Matt suelta una risa un poco gruesa.

—Soy muy terco.

—Ni me lo digas. —Otra risa sale de los labios de Matt, esta es un poco más real, e igualmente Frank puede palpar la tristeza detrás de ella. Frank suelta la mano de Matt y se levanta de donde está sentado para sentarse más cerca de Matt, no enfrente de él, sino a su lado. El brazo de Frank lo abraza por los hombros y con su mano libre procede a limpiar sus lágrimas, mientras Matt suspira por el toque.— No puedes martirizarte así, Mattie.

—Es solo que es tan injusto.

—La vida es injusta. El santo Matthew no puede salvarlos a todos y eso es algo que debes aprender a entender. —Un beso en la frente de Matt parece ser suficiente para que deje de temblar por el llanto, al menos por ahora.— Ahora deberíamos devolver esta botella porqué no hay manera de que podamos pagarla.

Matt ahora sí se ríe, con ganas. Cuando la camarera les dice que no pueden devolver la botella, ambos pagan mientras Frank se queja de la mente de borracho de Matt. Pero Matt sigue riendo, la tristeza de hace unos minutos empezando a disiparse después de varios minutos que pasan.

En el viaje al apartamento de Frank, Matt abraza la botella aún llena de whisky contra él y le cuenta las cosas que son menos triste de su día. Frank se pregunta cómo demonios puede estar tan alegre después de haber estado llorando hace menos de una hora. Le echa la culpa a los escasos vasos de whisky de buena calidad que Matt había tomado antes de que él llegara.

Cuando ambos llegan al apartamento, después de saludar a los siempre amables vecinos de Frank, todo se siente tranquilo. Matt ya no está hablando. Ya no se ve tan dócil o triste como en el bar, ya parece sentirse mejor.

Frank lo observa, como se quita el saco y lo deja en la mesa que está al lado de la puerta de su habitación, observa como se mueve por el lugar con tranquilidad porqué ya se lo ha aprendido de los pies a la cabeza. Como se quita la camisa y la deja a un lado para después pedirle a Frank que le preste una de sus camisas para poder dormir.

Ambos se recuestan juntos. Matt se acerca a su cuerpo y Frank lo abraza entre sus brazos. El toque siempre es amable y siempre hace a Frank sentirse feliz. Más feliz de lo que se ha sentido desde hace un buen rato.

Todo antes de Matt era tan oscuro, tan aburrido y tan tedioso. Todo en Matt hace que su vida brille, como dejó de brillar cuando María y él se separaron y Frank se sentía solo. Ya no se siente tan solo justo ahora.

— ¿Matt?

— ¿Si?

—Yo también te amo.

Matt se mantiene quieto, por demasiado tiempo, y entonces se ríe con nerviosismo.

—Oh, Dios. Te juro que eso solo se me escapó en la mañana. No tienes que decirlo solo porqué yo lo dije, Frank.

—No lo digo solo por eso. Lo digo en serio. Sé que soy un desastre en toda esta mierda de los sentimientos y que soy un ogro casi siempre.

—Siempre.

—Bueno, siempre. —Frank sonríe, antes de seguir.— Pero quiero que sepas que es en serio, que te amo.

Matt besa su pecho con cariño y dice, casi murmurando: —Yo te amo aún más.

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Oh, Mamma Mia, Here We Go Again!

Hola hehe, ¿Me extrañaron? Bueno, vengo a dar más excusas. Principalmente, no había actualizado antes porqué este mes de febrero ha sido una mierda, una muuuuuuy grande. Pero ya finalmente estoy mejor. Tuve varias crisis a mitad de mes que me dejaron mal y después tuve un momento muy duro con mis """"amigos y amigas"""" y finalmente ya estoy aquí. Aún más rota que antes pero aquí.

Además que en Venezuela dieron como una semana libre de trabajo y escuela porqué a nuestro Presidente pues idk solo quería darnos una semana entera sin nada por carnaval y eso retrasó las actualizaciones aún más, porqué no tengo wifi en mi casa. PEEEEERO en todos estos días libres donde me he quedado sin amigos por mis comportamientos autodestructivos y preparándome mentalmente para empezar pasantías, he escrito varios capítulos. Muchos capítulos; de hecho, ya estamos entrando a la ¿Etapa final? Sí, etapa final (imagínenselo con la voz del narrador de Venevisión) y nos falta poco para terminar por fin esta vaina. Lo que viene son capítulos... Bueno, me van a querer matar.

E S P A C I O   P U B L I C I T A R I O: he publicado un one-shot llamado "See you around, Red." que obvio, es un Frank/Matt y deberían leerlo. Doce mil setenta palabras llenas de fluff y angustia ahr. (También, atentos y atentas, porqué vienen muuuuuchos one-shot de Frank/Matt que estaban planeados para San Valentín pero que publico y termino ahora porqué soy un ser humano poco confiable) (se viene un M-preg y un Charlie Cox/Jon Bernthal 7u7)

Y esta nota está larguísima, hehe, lo siento. Los y las amo, y nos leemos en estos días. (POR CIERTO ¿Se acuerdan cuándo dije qué probablemente iba a terminar la historia a finales de febrero jajajajJAJJajaaja soy una buena para nada)

evelyn ✿

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