VIII.
— ¿En serio es tan malo qué pelee contra alguno de los boxeadores de ese sujeto? ¿Acaso es un narcotraficante o qué?
Matt suspira con fuerza y se frota los ojos mientras Peter lo escanea por la computadora a través de la vídeo llamada.
—Es algo así. Es un avaro. Tiene conocidos en todos lados y es un mal perdedor, puede destruir tu vida si simplemente amanece con ganas de hacerlo. —Matt vuelve a suspirar y se remueve el cabello rojo con fuerza.— Wilson Fisk es un desgraciado y Frank está loco si quiere meterse con él.
—Él debe saber lo que está haciendo, Matt.
—No, no lo hace. No está usando la cabeza si quiere meterse con ese lunático.
Peter suspira contra el micrófono y también se remueve el cabello, sin exactamente saber que decirle.
Peter vive en Queens, aún está en la preparatoria y vive con su tía, May, una joven viuda que lo sobre-protegía todo el tiempo. Peter y Matt se conocen por casualidades de la vida en una convención en New York de las empresas Stark y ahí es cuando se hacen como mejores amigos. A veces se visitan, a veces se quedan en sus habitaciones y hablan a través de llamadas o vídeo-llamadas.
Le tiene más confianza Peter de lo que tal vez algún día le tenga a Foggy, además. Porqué fue Peter el primero en saber que a Matt tal vez no solo le gustaban las mujeres. Y ahora, es Peter el que tiene que soportar su corazón alborotado por un hombre que tiene mas o menos la misma edad de su papá y que le hace querer perderse en todos los secretos que le esconde.
— ¿Pensaste en hablar con él? Cuando Michelle y yo tenemos problemas, lo hablamos. Ella es difícil pero es mi novia y la amo. Tal vez Frank no sea tu novio, pero anda, obviamente él se interesaría por lo que tú pienses.
—Claro que no.
—Ah pues, llámalo.
—Peter...
— ¡Llámalo, llámalo!
Peter golpea la mesa del computador y le grita, todo entusiasta como él es, que lo llame. Matt se siente abrumado por sus sentidos y coloca sus manos sobre su cara, exasperado. Siente, además, su celular vibrar en su bolsillo y se exaspera más. No necesito a Karen hablándole desde la otra línea o a Foggy haciendo chistes. Pero igual contesta.
—Hola...
—Si es muy tarde puedes decirme y cuelgo... No quiero enojarte más después de lo que pasó.
A Matt el corazón le brinca en el pecho y quiere que se lo trague la tierra. Sí, que se lo trague y lo escupa en donde sea que esté Frank, que le habla por celular.
—Frank... —murmura Matt, todo sorprendido, todo anonadado. No tiene que ver a Peter, sabe que está a nada de tener un ataque al corazón. Porqué lo escucha balbucear alguna estupidez mientras deja de gritar y golpear su escritorio.— No. No, no. Está bien, no estoy haciendo nada importante.
Matt se levanta de la silla y Peter lo ve, a través de la pantalla de la laptop que le da una imagen de poca calidad de su amigo. Peter está tan nervioso como él, volviendo a morder el emparedado que May le hizo hace unos minutos y espera atento que algo pase.
—Mattie... sobre lo de hoy...
—No tienes que decir nada, Frank. Tal vez yo exageré, eres un adulto; sabes lo que haces... No debí meterme en tus asuntos...
Matt quiere verdaderamente sentir lo que dice. No puede hacerlo. Quiero proteger a Frank, mantenerlo en sus brazos y que no peleara con ningún hombre de Fisk mientras él pudiese evitarlo.
Escucha, como el chillido de un niño enojado, a Peter recriminarle algo a través de la bocina del computador. ¡Expresa tus sentimientos con él!, le dice, todo espontáneo y sentimental como es.
—Mattie... No me mientas. —A Matt se le retuerce algo adentro del estómago, oyendo a Frank hablar con ese tono tan ronco pero a la vez tan dulce.— Vi tu cara, sé que estás molesto. No tienes por qué mentirme... Me interesa lo que piensas y sientas, sunshine, ha sido así desde el primer día.
Matt se quiere esconder en su cama y sonrojarse como un imbécil. Actuar como una niña hormonal y decirle que haga lo que quiera con él, que ya es suyo desde el primer día.
—Es solo que... —él suspira con lentitud.— Wilson Fisk es peligroso. No me da buena espina. Y que te involucres con él... No lo sé, me deja como intranquilo. No quiero que te hagan daño.
Matt se pega en la frente con fuerza por decir tantas estupideces y se avergüenza aún más cuando oye a Peter decir que lo está haciendo muy bien y que está orgulloso de él. Frank no le dice nada por un tiempo pero Matt lo puede oír sonreír.
—Sé cuidarme solo, sunshine.
—Lo sé. —le dice, en un suspiro.— Pero no cambia nada. Aún me sigo preocupando por ti.
—Voy a cuidarme, Mattie, por eso no te preocupes. Pero igual mis planes no cambiarán... La pelea seguirá en pie.
Matt sabía que sería así. Frank era tan seguro, tan temerario, sin miedo a nada. No le tendría miedo a las miradas escabrosas de Wilson Fisk y unos cuantos rumores de ciudad. Pero Matt sí tenía miedo.
—Cuídate. Iré a tu pelea... Pero por favor, Frank...
—Tranquilo, sunshine. Estaré bien.
Matt suspira una vez más y se pasa la mano por el cabello, todo confundido como ha estado el último mes por culpa de Frank.
—Buenas noches, Frank. —murmura con la poca fuerza que le queda. Si lo sigue oyendo hablar, le va a dar algo.
—Buenas noches, Mattie. —dice él, todo dulce, todo lindo. Matt se quiere morir ahí mismo de tanto amor abordándole el pecho como cosquillas.
Matt cuelga la llamada y después tantea la nada para buscar la silla en frente del computador, para colapsar sobre él y golpear su cabeza contra el teclado de la laptop. Peter se limita a ver como la luz de la pantalla alumbra los cabellos rojos de Matt y dice, casi sin querer: — ¿Todo bien?
—Sí. —murmura Matt contra el teclado, aún sin levantar la vista.
— ¿Qué te dijo?
Peter lo escucha hablar entre murmullos y balbuceos nerviosos, diciéndole que Frank se interesaba por él y lo que sentía, pero que igualmente pelearía, que era demasiado lindo y cortés y sus quejas por actuar como una colegiala en frente de él y por llamadas.
Peter sonríe. Porqué, maldición, a Matt sí que le gusta este sujeto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top