Capítulo 9. Santuario Musashi
















—¿No has encontrado nada?

—No, Kenji-kun.— se disculpó Ritsu, hablándole por los auriculares al estar escondida en el bolsillo de la campera de su amigo, al estar el pelirrojo en el exterior.— lo siento...

—No te preocupes.— le respondió Akabane frenando al ver en la vidriera una camiseta que le había llamado la atención.— gracias por ayudarme a buscarlo.

—Todavía no logro tener más accesos, sigo limitada.— se quejó la pelilila.— pero estoy segura que pronto lograré unirme a todo el internet.

》¡Y podré ayudarte mejor!《

Kenji se rió y negó con la cabeza, agarró y acercó el ícono de llamada que colgaba en el medio de los auriculares y le respondió.

—Ya me has ayudado mucho Ritsu, con ser una experta en hacker es suficiente.— comentó volviendo a caminar, dejando de lado esa linda prenda que pensaba comprarle para su hermano como chantaje para que no se enoje por si se enteraba lo que había pasado.— Ritsu-chan... por favor, no le digas nada a mi hermano lo que pasó con esa pandilla.

—Tranquilo Kenji-kun... por ahora no diré nada.— habló seriamente la muchacha artificial.— pero si llego a notar que otra vez...

—No volverá a pasar.— le aseguró con firmeza el rojizo.— él no volverá a salir, lo prometo.

—Confío en ti Kenji-Kun.

—Lo sé.— sonrió cálidamente al notar la preocupación de la pelilila pero sintiéndose mal al mentirle a su pequeña amiga virtual. Miró de reojo encontrándose con su reflejo en una de las vidrieras de un local, chocando con una mirada heterocromática.

Un orbe rojizo y otro dorado.

Sonriéndole con burla.

Kenji rodó los ojos molesto con su otro yo y siguió caminando por los locales, intentando ignorarlo. Estaba enojado, muy enojado con él al haber tomado el control cuando él solo podía enfrentarse a ese grupo.

No necesitaba su ayuda.

—Debo irme Kenji-kun.— volvió a hablar la pelilila logrando que el pelirrojo volviera en si, que le llamó la atención a unos metros suyo una cabellera castaña que conocía bien.— Kayano-chan me está esperando.

—Esta bien, gracias por estar conmigo Ritsu.— agradeció sacando su celular de su bolsillo, viendo a la pelilila que lo saludaba.— salúdame a Kayano-chan.

—¡Si! ¡Adiós!

Kenji vio como la pelilila desaparecía de su pantalla dejándose ver el fondo de pantalla que era su hermano y él juntos. Sonrió bloqueando el teléfono para luego correr hacia esa cabellera a la vez que la llamaba.

—¡Hina-chan!

—¿Eh?— la nombrada paró de caminar y miró sobre su hombro, sorprendiendose al encontrarse a su amigo y vecino.— Akabane-sempai, hola.

—Hola.— sonrió colocándose a su lado.— Ya te he dicho que me llames por mi nombre.

—Per-Perdón..— susurró avergonzada.

—Olvídalo, pero ya lo sabes.— se quejó con un puchero el pelirrojo, que al notar como iba vestida le preguntó con curiosidad.— ¿Que haces con tu uniforme del instituto tan tarde?

—Oh bueno... yo...

—¡Mira, es Michi!— interrumpió rápidamente el pelirrojo al reconocer ese tonto copete más adelante suyo. Que agarró la muñeca de su amiga y corrieron hasta colocarse detrás del rubio chillón.

—¡Hina no se debe enterar de esto!

—¿Enterarme de que?— preguntó curiosa Hina, causando que el Hanagaki saltara del susto y más al notar la presencia del pelirrojo.

—¡Hi-Hina! ¡Ken-Kenji-kun!

—Hola.— saludó inocentemente el pelirrojo moviendo su mano de un lado a otro.

—¿Q-Que hacen aquí?— preguntó aún asustado cuando ve como el pelirrojo sostenía la muñeca de la castaña. Hizo un puchero y los separó.— suelta a mi novia, Kenji-kun.

—Ay que celoso.— se burló el pelirrojo ignorando por completo los berrinches del rubio.— y respondiendo a tu pregunta, tengo que hacer las compras.

—Oh... — susurró el rubio para luego mirar a la castaña.— ¿Eh? ¿Por qué estás vestida con el uniforme?

—Vengo de mis clases privadas.— respondió la castaña con sus manos en la espalda, teniendo el bolso.— ¿Y tú que haces Takemichi?

—Eso...— interrumpió el pelirrojo acercándose al rubio mirándolo sospechosamente.— ¿Que estas haciendo por aquí, Takemitchy?

—¡Kenji-kun no me llames así!— se quejó el rubio.— Y bu-bueno... yo.. yo estaba...

—Mmm...— la castaña se acercó a su novio y lo examinó, que el pelirrojo también hizo lo mismo, solamente para molestar al rubio sabiendo o mejor dicho presintiendo, que el de orbes celestes había hecho algo que lo ponía nervioso.

—¡Te-Te juro que no recuerdo na-nada!

—¿Eh?— exclamó la castaña apartándose del rubio cruzándose de brazos confundida mientras que el pelirrojo sonrió confiado en sus instintos al haber dado en el clavo de que había hecho algo pero que da la "casualidad" que no se acordaba.— no se de que estas hablando.

》Es que últimamente te has estado comportando muy raro.《

—Cierto.— estuvo de acuerdo el pelirrojo analizando al rubio de orbes celestes que los miraba a los dos confundido.—  el otro día te hablé y me miraste como si no me conocieras.

》Y eso me dolió... creí que éramos amigos Michi.《

Fingió sollozar el pelirrojo asustando al Hanagaki mientras que Tachibana consolaba con suaves caricias en la espalda al mayor que la castaña fulminó a su novio al haber hecho sentir mal al pelirrojo.

—¡Per-Perdón Kenji-kun!— chilló nervioso inclinándose ante el.— ¡Es que... es que estaba en mis días!

Silencio.

Takemichi se sonrojó ante la estupidez que había dicho y levantó la cabeza para mirar a su novia que tenía un TIC en el ojo y sus orbes irradiaban furia hacia el hasta que una gran carcajada interrumpió el ambiente incómodo que surgió.

Kenji se reía a carcajadas agarrándose el estómago mientras pequeñas lágrimas salían de sus orbes. Takemichi y Hina se miraron sorprendidos al escuchar la risa del pelirrojo para luego sonreír y reírse con él.

Hasta que la vibración en el bolsillo del menor interrumpió el cálido ambiente.

—Te están llamando Michi.— habló Kenji ya recuperado pero con sus mejillas rojas de tanto reírse.

Se sentía bien.

Se sentía feliz y cálido.

Hace mucho que no se reía así... desde la muerte de Koro-sensei no había vuelto a reír de tal manera que necesitaba aire y le dolía el estómago. No se había dado cuenta que la muerte de su profesor le había calado tan profundo que hasta ese detalle de no reírse de esa forma le había afectado.

Y se sentía bien.

Estaba seguro que Koro-sensei estaría feliz de verlo así.

—Vaya... es Draken.— habló sorprendido Takemichi al ver quien era.

Kenji y Hina se vieron y miraron al rubio esperando a escuchar la siguiente conversación

—¿Eh? Ahora estoy con Kenji y...— Takemichi ni pudo terminar de hablar que también estaba con su novia cuando Draken le dio cierta orden y le cortó. El rubio frunció el ceño y miró con pesar a su novia.— Lo siento Hina pero parece que Draken quiere que Kenji y yo nos reunamos...

—¿Eh?— se sorprendió y se señaló.— ¿Yo también?

—Si...

—Bueno.— habló la castaña sonriendo.— los acompañaré.















😈😈😈



















—Ya llegamos.— murmuró el pelirrojo viendo el templo con curiosidad.— que bonito lugar.

—Así es... pero creo que de día es más lindo.— rió nerviosa Hina ante la oscuridad que había y que no pasaba ni un alma.— ¿Estás seguro que se iban a reunir aquí?— preguntó hacia su novio.

—Eso es lo que dijo...

Los tres se miran al escuchar el ruido de motos para luego clavar sus vistas hacia la derecha encontrándose en el horizonte como se iluminaba ante las luces de varias motocicletas. Kenji con sus manos en el bolsillo, relajado a diferencia de sus dos amigos, chifló al ver la cantidad de motos pasar en frente suyo.

—¿Seguro que es aquí?— preguntó nerviosa Tachibana, escondiéndose detrás de Takemichi que el rubio se escondía a la vez detrás del pelirrojo, que el menor Hanagaki tenía envidia al ver a su sempai tan relajado.

—A-Ah si...— susurró nervioso Takemichi ante los fuertes ruidos de las motos.

—Dan... bastante miedo.— exclamó un poco temerosa Hina.

—Yo creo que se ven un poco patéticos.— comentó Kenji completamente relajado, asustando y sorprendiendo al rubio y a la castaña al ver el rostro aburrido del pelirrojo.— Aunque no niego que el uniforme y sus motos me encantan.

》Tienen... su estilo.《

—¡Oyee!— gritó uno acercándose hacia ellos, que Takemichi y Hina se asustaron mientras que Kenji fruncía el ceño al ver cómo caminaba aquel chico.

¿Esta paspado?— pensó el pelirrojo ante el raro caminar del muchacho, ahora en frente suyo.

—¡¿Me estas ignorando?!— volvió a gritar, escupiendole el rostro al pelirrojo que hizo una mueca con sus labios del asco.— ¡¿Que crees que estas mirando?!

》¡Piérdanse idiotas!《

—¡¿Acaso tienes algún problema?!— le gritó otro, rubio, acercándose a ellos.— ¡¿Acaso quieren acabar muertos?!

—¡A-Ah n-no, no!— tartamudeó asustado el rubio que se asustó aún más al escuchar la risita de Kenji que solamente provocó que esos dos pandilleros se enfurecieran.

—¡¿Y tú de qué te ríes?!— gritó el pelinegro.

—Me río de lo que dijeron.— respondió tranquilamente, sonriendo con su típica sonrisa angelical aunque su mirada rojiza se había oscurecido, asustando a esos dos que temblaron del miedo.— Como si pudieran matar a alguien.

—¡¿Ah?! ¡¿No sabes quienes somos?!— gritó de vuelta, furioso ignorando el temblor de sus manos, el pelinegro agarró por la camisa al pelirrojo que asustaron a la castaña y al rubio.

—¡Su-Suéltenlo!— gritó Takemichi en un intento de defender a su amigo, agarrando la muñeca de aquel matón que recibió un fuerte empujón logrando llamar la atención de otro chico.

—¡La violencia está mal!— gritó Hina agarrando por la espalda a su novio, también asustada por el pelirrojo que se sorprendía al verlo tan tranquilo, con su típica sonrisa.

—¿Akabane-san?

El pelirrojo se sorprendió al escuchar aquella voz que la reconocería a kilómetros. Sus orbes rojizos se apartaron de esos dos en frente suyo y miró hacia su derecha encontrándose al lindo pelilila con el uniforme negro y letras doradas que para su sorpresa allí también estaba Shiba.

—Mitsuya-san y Shiba-san.— saludó contento Kenji, y más al haber visto al de orbes lavanda, moviendo su mano de un lado a otro aún siendo sostenido por el pandillero por el cuello.— Que sorpresa es verlos aquí.

—Nosotros deberíamos decir eso.— habló el peliazul, acercándose hacia su ubicación.— Oigan, suéltenlo... es mi amigo.

El pelirrojo trastabilló un poco hacia atrás ante el empujón que le dio el pandillero al soltarlo.

—¡Kenji-kun!— gritó preocupado el rubio, llamando la atención del pelilila y el peliazul.

—¿Tú eres Takemichi?— preguntó Mitsuya mirando al rubio que asintió con la cabeza, temeroso.

Mitsuya ahora con un buen y mejor propósito, con una patada golpeó al chico que había empujado al pelirrojo, dejándose ver su enojo.

—¿Que haces molestando a los invitados del comandante?

—L-Lo si-siento.— tartamudeó con voz llorosa provocando que Kenji se riera, recibiendo un codazo por parte del menor Hanagaki.

—Deja de reírte Akabane-sempai.— se quejó el de orbes celestes.

—Perdón, es que es muy divertida la situación.— sonrió angelicalmente acariciando la cabeza del rubio como si fuera un perro.

—Yo no lo veo lo divertido.— se quejó infantilmente el rubio chillón.

—¿Que haces aquí Akabane?— preguntó Hakkai al lado de Mitsuya.

—Draken llamó a Michi y dijo que yo también debía venir.— respondió sonriendo, con una pose despreocupada.— No sabía que los iba a encontrar por aquí.

—¿Así que también eres un invitado del comandante?— preguntó con curiosidad Hakkai, sorprendiendo al pelilila al verlo tan conversador.— ¿Cómo lo conociste?

—Será otro día.— interrumpió Mitsuya, haciendo un movimiento de cabeza a la vez que decía.— Vamos.

—S-Si.— respondió Takemichi, los tres caminando, que el rubio miró a su amigo y en voz baja, preguntó.— Kenji-kun... ¿De donde los conoces?

—Vamos al mismo instituto, cursamos juntos.

—Oh... vaya...— susurró sorprendido Takemichi.

—A que el mundo es un pañuelo ¿No?— se burló el pelirrojo, causando que tanto Hina como Takemichi se les resbalara una gotita detrás de su cabeza al verlo tan tranquilo y divertido.

—Realmente estas cómodo.— habló la castaña con una sonrisa en sus labios.

—Es... emocionante esta situación.— respondió Kenji, mirando de reojo hacia el pelilila atrapandolo justo a tiempo, que Mitsuya apartó rápidamente la mirada.— muy emocionante.

—Hola, Takemitchy.

Kenji volvió su atención hacia la voz encontrándose al rubio ceniza sentado en una motocicleta, vestido con el mismo uniforme que el pelilila aunque la chaqueta lo sostenía sobre sus hombros. A su lado, parado, se encontró a Draken también con el mismo uniforme.

—¡Kenjichi viniste!— saludó emocionado el rubio, logrando llamar su atención que se encontraba viendo a su alrededor.— perdón por llamar de repente.

—Hola Mikey, Draken.— saludó Kenji moviendo su mano de un lado a otro.— tranquilo... solamente me salvaste de no hacer las compras, son aburridas.

—Oh...

—Oye Takemitchy.— llamó Draken al rubio que se escondía un poco detrás del pelirrojo.— ¿Por qué diablos trajiste a tu chica?

—L-Lo siento mucho.— se disculpó nervioso el rubio.— no sabía que sería así.

—Por supuesto que no sabíamos.— respondió Kenji aún con su pose despreocupada pero que lograron notar que la voz del pelirrojo estaba un poco enojado.— Creímos que solo nos encontraríamos con ustedes dos...

》No, con su estúpida pandilla maleducada.《

—¿Eh?— masculló molesto, un chico de cabellos rubio corto, alto, de cuerpo grande que se acercaba hacia ellos, que detrás suyo había un chico de cabellos largos y pelirosado que su boca se encontraba tapado.— ¿Pandilla estúpida? ¿Maleducada? ¿A qué demonios te refieres?

—Cálmate Mucho.— respondió Draken mirando de reojo al que nombro recién para luego mirar seriamente al pelirrojo, que le provocaba escalofríos el verlo tan tranquilo y despreocupado a pesar que pudieron notar un poco de enojo.— ¿Por qué dices eso... Akabane?

—Bueno, llegamos y ya querían golpearnos porque solamente estábamos allí.— señaló detrás suyo, mientras se acercaba hacia el comandante, ignorando por completo los orbes lavanda del pelilila.— parados, sin darnos tiempo de explicar. Que ni siquiera debíamos explicarle el porqué estábamos allí.

》Dime Mikey... ¿Tu pandilla es capaz de atacar a personas inocentes que solamente están allí parados? O cualquier persona que pase por aquí a estas horas... ¿Lo atacarían?《

—Por supuesto que no.— respondió rápidamente Mikey enojado al haber escuchado aquellas palabras y entendiendo el punto al que iba.— Mi gente no ataca a inocentes y si los molestaron ya nos vamos a encargar de ellos.

》Y en serio, perdón por llamarlos tan de repente.《

—Tranquilo, ya me siento mejor al escuchar eso.— sonrió angelicalmente hacia Mikey, colocando una mano en la cabeza del rubio ceniza dándole suaves caricias como un niño pequeño, sorprendiendo a todos allí al ver aquello, más Takemichi que chillaba en su interior del terror.— Me alegra saber que no son como Moebius.

Silencio.

—¿Que acabas de decir?— preguntó seriamente Mikey mirándolo fijamente al pelirrojo que ni siquiera se intimidó ante aquella mirada.

—Que me alegra saber que no son como Moebius.— repitió.

—¿Como sabes de ellos?— preguntó tenso Draken.

Kenji solo se mantuvo callado y sonrió.

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¡Hola! Acá les traigo un nuevo capítulo.

¿Que les pareció?

¿Les gusto?

Kenji no se va a quedar callado, si algo lo molesta lo dirá sin rodeos.

¿Que piensan de su doble personalidad?

Espero que les haya gustado.

Por ahí sea doble actualización, no sep.

¡Voten y comenten!

Cuídense mucho.

Besitos.

~M.






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