Capítulo 8. Héroe o Demonio










—Akabane-san es... ¡Increíble!

—Es muy rápido.

—Apenas puedo seguir sus pasos.

—¡¿Viste como lanzó la pelota?! ¡De espaldas! ¡Y encestó!— chilló otro emocionado.— ¡De espalda!

—¡Ya te escuchamos Kurata!

—Nuestro capitán es... asombroso.— concluyeron todos a la vez con brillitos a su alrededor.

—Me halagan chicos.

El equipo del instituto Keigo chillaron del susto ante aquella voz. Los integrantes, siendo ocho en total, giraron en sincronización encontrándose al pelirrojo con una sonrisa suave en sus labios logrando que la mayoría se sonroje.

—¡A-Akabane-san!— gritaron avergonzados, inclinándose ante él con respeto. Sorprendiendo al de orbes rojizos ya que él estaba en primer año de bachillerato mientras algunos de sus compañeros estaban en tercero, siendo prácticamente como su sempai, a punto de graduarse.

—No deben hacer eso, es vergonzoso.— se rió sonrojado provocando que la mayoría se sorprendiera y se sonrojara ante el aura angelical que lo rodeaba.— Me pone feliz que estén emocionados, necesitamos un equipo con confianza y espíritu.

—¡Si! ¡Entrenaremos muy fuerte!— gritaron dos compañeros, siendo de segundo año, con brillitos en sus ojos.— ¡Intentaremos estar a su nivel, Akabane-san!

El pelirrojo negó con la cabeza y les dijo.

—No es necesario que me llamen por mi apellido.— comentó, acercándose hacia su bolso blanco, para ponerlo en su hombro y mirarlos sobre éste.— pueden llamarme por mi nombre, Kenji.

—A-Akabane-san es, es genial.— lloraron los de segundo año, provocando que al de orbes rojizos se le resbalara una gotita detrás de su cabeza.— ¡Le prometemos capitán que entrenaremos muy duro!

—¡Si!— gritaron el resto, que algunos eran de tercero y otros de primero pero de otra clase, con espíritus emocionados y competitivos.— ¡Ganaremos la Interhigh!

》¡Conquistaremos Japón!《

—¡Si!— gritaron todos emocionados logrando que Kenji sonriera satisfecho.

—Así es... lo vamos a lograr.

—A-A-Akabane-san...

Un llamado lleno de timidez logró su atención encontrandose en la entrada del gimnasio de básquet a su pequeño amigo Asui y a su pequeña y nueva amiga Yasuda. El pelirrojo sonrió en su dirección para luego mirar a su equipo mirándolos seriamente causando que todos se tensaran y miraran con seriedad al de ojos rojizos.

—Mañana comenzaremos con el entrenamiento.— habló.— hoy evalué a cada uno, sus fortalezas y debilidades y no están nada mal, solo faltaba alguien que los dirija y concentración.

》Por eso... mañana... les esperará el infierno, espero que este ánimo que tuvieron hoy lo tengan mañana porque lo necesitarán. ¿Entendieron?《

—¡S-Si!

—Si... ¿Que?

—¡Si, capitán!

—Excelente.— sonrió angelicalmente.— descansen y nos vemos mañana.

—Es... aterrador que diga eso con una sonrisa.— susurraron unos, al verlo marcharse con esos dos.— Pero realmente es muy bueno en el básquet.

—Necesitábamos a alguien como el.— habló uno de tercer año.— es un maldito genio, alguien que nace con talento.

》Y creo que no vimos todo lo que puede hacer... es un verdadero monstruo.《

—¿Crees que haya más?

—Creo que es un lobo escondido en la piel de cordero... no nos está mostrando todo su nivel.

—Realmente con Akabane-san tenemos una oportunidad.— habló otro.— y es una oportunidad que no podemos desaprovechar ni tampoco podemos desgastar...

》Por eso... ¡Daremos todo para estar a su nivel!《

—¡Si!
















😈😈😈




















—Nunca había visto al equipo de básquet tan animado.— habló Yasuda mirando al pelirrojo que caminaba con su postura despreocupada, con su maletín en su mano a la vez que llevaba el bolso de entrenamiento colgado. Los dos chicos acompañando a la chica hacia su casa.— Eres increíble Akabane-san.

Kenji no lo creía así, pero era verdad que el equipo de básquet ahora estaban más emocionados. Recordó que la primera vez que fue al gimnasio para conocer a sus compañeros, había un ambiente lleno de pesar y tristeza, una ambiente de derrota total. Solamente un muchacho de tercero intentó animar el lugar, que fue insultado e ignorado por algunos que salieron del lugar maldiciendo al equipo de basketball.

Akabane sabía que eran malos.

Demasiado malos.

Pero no a tal punto de que ni siquiera tenían entrenador y que el gimnasio le faltaban varios arreglos.

Que gracias a su billetera, o mejor dicho, el de sus padres, habló seriamente con el director de que ayudaría al equipo, al gimnasio y que levantaría el club de baloncesto hasta llegar a los noticieros de todo el país a cambio de que obviamente le devolviera lo que gastó con intereses.

Ese viejo director era un pez bastante miedoso aunque sabía jugar muy bien su carta de pobrecillo.

Kenji ya conocía ese tipo de gente.

—¿Cuántas veces te he dicho que me llames por mi nombre Yasuda-chan?

—¡A-Ah! ¡Per-Perdón!

Kenji rió volviendo su atención hacia el frente.

—Me recuerdas a una amiga.— comentó viniéndole a la mente a su pequeña amiga, Okuda Manami.— tienes la misma vibra y tu...— miró hacia el lado izquierdo sobresaltando al castaño.— me recuerdas también a un amigo mío.

》Aunque tu eres más adorable.《

—¡M-Mis mejillas Kenji-kun!— chilló avergonzado Asui ante el pellizco del pelirrojo sobre su moflete.

—¡Suéltenme! ¡Déjenla!

Los tres pararon de caminar en donde el castaño y la pelinegra se tensaron ante esos gritos desesperados y temblaron al escuchar las risas de varias personas y ruidos de motocicletas.

—Ha-Hay que... que ir-irnos...— tartamudeó asustado viendo como unas tres motos salían de la plaza a unos metros suyos, notando que vestían con una chaqueta roja.— s-son... son de-delicuentes.

—Hay que llamar a la policía.— habló nerviosa y asustada Yasuda, sacando su teléfono intentando marcar el número al tener sus manos temblorosas.

—Quédense aquí.— habló con seriedad Akabane al poder oler la sangre.— Yasuda llama a la policía.

》No se acerquen tanto.《

—¡¿Que?!— gritaron los dos, cada uno agarrando el brazo del pelirrojo.— ¡No puedes ir allí tu solo!

》¡Te matarán!《

—Hasta que llegue la policía y la ambulancia, los que son atacados brutalmente morirán.— habló con voz serena, soltándose del agarre de sus amigos y llevó sus dos manos a cada cabeza para darle caricias como si fueran niños pequeños y les sonrió con suavidad.— Alguien debe ayudar.

》Ustedes ya lo están haciendo quedándose aquí, llamen a la policía y a la ambulancia... les diré cuando se pueden acercar.《

—Pe-Pero..

—Háganme caso por favor.— le dejó sus cosas a sus amigos.— oh, necesito algo.

—¡¿Ti-Tienes un nunchaku*?!

Kenji sonrió inocentemente agarrando su "arma" del bolso deportivo y dijo.

—Siempre las guardo allí, nunca creí que lo necesitaría.— sacó la lengua juguetonamente.— cuídense, cuiden mis cosas y llamen ya.

Kenji corrió hacia la plaza en donde podía escuchar a la muchedumbre de chicos gritar y soltar grandes carcajadas a la vez que los gritos de un chico se apagaban con los segundos que pasaban.

Al doblar y adentrarse hacia el parque, sus ojos rojizos se encontraron dos grupos teniendo cada uno unos nueve integrantes. Con pasos silenciosos se acercó a ellos estudiando la situación, que uno de los grupos  estaban golpeando con patadas a un bulto tirado en el suelo mientras que en el otro... sus orbes se abrieron de sorpresa y de terror al ver entre un pequeño espacio a una chica tirada, inconsciente, semi desnuda con sangre a su alrededor mientras uno estaba encima de ella...

—¡¿Quien sigue?!

—¡No Aiko!

—¡Cállate!— golpeó con una patada al muchacho en el suelo, escupiendo un líquido carmesí.

—¡Eso te pasa por meterte con Moebius perra!— se burló otro, golpeando en el estómago.

—¡Esta perra puede con uno más!— gritó uno, señalando a la chica tirada en el suelo.— ¡¿Quién va a...

Y el muchacho no pudo terminar de hablar al haber recibido una patada en la nuca, tirándolo hacia adelante causando que el rostro chocara contra el suelo, quedando desmayado rápidamente.

—¡¿Que demonios?!— gritaron el resto, viendo a su compañero en el suelo mientras un pie se apoyaba en la cabeza de su amigo, encontrándose a un pelirrojo con la mirada oculta sosteniendo un par de palos en una mano.— ¡Osanai!— llamó uno furioso.— ¡Acá hay uno que quiere morir!

—¿Ah?— apareció entre el gentío un rubio chillón con un copete demasiado ridículo que se lo estaba peinando.— que idiota fue Fuji.— se burló de uno de los suyos al verlo tirado de esa manera, para luego clavar su mirada en el chico pelirrojo que no había levantado la mirada en ningún momento.— mátenlo, enséñenle que no debe hacerse el héroe.

Los nueve integrantes que estaban alrededor de la chica sonrieron divertidos hacia Akabane mientras que el resto y el líder seguían con el chico, que estaba asustado y sorprendido con el nuevo muchacho. El adolescente golpeado lloró y se quejó al ver de reojo el estado de su novia y se enojó consigo mismo al no poder hacer algo y más al sentir el trasero de Osanai sobre su cara, usándolo como asiento mientras veía como iba a morir ese pelirrojo.

Pero jamás se esperó lo siguiente.

Akabane con un movimiento rápido de su nunchakus dejó inconsciente a tres del grupo que se había acercado a él para golpearlo. Luego rápidamente saltó para caer encima de uno, apoyando su pie en la cabeza de éste empujándolo hacia el suelo con fuerzas, que al notar como se caía volvió a saltar usando al resto de esos chicos como escalera yendo hacia su objetivo.

Osanai tembló del miedo al encontrarse con una mirada heterocromática, uno rojo y otro dorado, llenos de intensión asesina solo hacia el. Su cuerpo se congeló del terror, era como si un lobo estuviera a punto de saltar sobre él que si no fuera por uno de sus chicos que logró arrastrarlo afuera del alcance de esa patada estaba seguro que no despertaría ni por tres días.

O... tal vez nunca...

—¡Osanai hay que irnos de aquí!

—¡La policía esta viniendo!

—Mi-Mierda... ¿Ese es Mikey "el invencible"?— preguntó aterrado uno de los chicos, que miraba sorprendido y asustado al pelirrojo que les daba la espalda.

—No, no es él.— habló otro, temblando del miedo al ver la rapidez con la que atacaba a otros dos que intentaron frenarlo pero que fueron rápidamente noqueados con esos palos.— ese chico es un demonio...

》Hay que irnos de aquí.《

—¡Vámonos!— rugió Osanai subiendo a su moto, aún temblando.— ¡Malditas escorias dicen algo y los mataré!— les gritó el rubio a los chicos que estaban tirados en el suelo, encendiendo el vehículo para luego mirar al pelirrojo que les daba la espalda.— ¡Tu pelirrojo, nos volveremos a ver!

》¡Y te mataré! ¡Te lo aseguro!《

Akabane entrecerró sus ojos viendo como algunos se escapaban en las motos que justo la policía había llegado que empezaron una persecución. El pelirrojo dejó de prestar atención a la ambulancia y a sus amigos que se acercaban asustados, y su cuerpo se dirigió hacia el chico que ahora se encontraba con la muchacha inconsciente mientras la abrazaba llorando.

—A-Aiko...

—¡Akabane-san!

—¡Kenji-kun!

El pelirrojo apartó la mirada de esa triste escena y lo clavó en sus amigos que a su lado estaba un oficial. Tanto Asui como Yasuda temblaron al ver la sangre en las manos del pelirrojo y en los nunchakus pero que se tranquilizaron al ver la mirada rojiza y esa sonrisa suave en sus labios.

Akabane Kenji estaba bien.

Eso los había tranquilizado.

Mientras tanto el pelirrojo sabia lo que tenía que hacer.

Sería una larga noche con la policía.



><><><><><><><><><><><><><><><><

Increíblemente ayer en dos horas terminé de escribir este capítulo. No tenia nada, no sabía ni siquiera como empezarlo.

¡¿Que les pareció?!

¿Les gustó?

Kenji conoció a Moebius... y estaba dispuesto a atacar a Osanai... ¿Que les pareció?

Tenganme paciencia con la relación entre Mitsuya y Kenji, todavía me cuesta hacer escena entre ellos.

¡Voten y comenten!

Muchísimas gracias por su apoyo, por sus votos y comentarios <3 Me hace feliz que se esté haciendo más conocido.

Ayer actualice CONFESIÓN por si no les llegó y mañana actualizo ADMIRACIÓN.

Cuídense.

Besitos.

~M.



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top