Capítulo 5. Un nuevo amigo y un favor






















¿Cómo había terminado en esta situación? Si su mañana había arrancado relativamente bien.

Se despertó temprano.

Habló con su gemelo y con algunos de sus compañeros.

Desayunó rico, cortesía de Tachibana que lo invitó a desayunar a su departamento.

Se fueron juntos al instituto, en donde el pequeño Naoto intentaba ir en su patineta. Que después quedó en su colegio.

Se cruzaron con Hanagaki Takemichi que estaba bastante dormido.

Luego se separaron, tomando cada uno un diferente camino.

Se cruzó con su pequeño amigo, Asui y juntos terminaron el recorrido.

Hablaron de ciertos temas, hasta que Asui preguntó sobre su anterior instituto y el caso del asesinato del profesor, que Kenji no estaba preparado para hablarlo en donde por suerte su pequeño amigo lo  entendió.

Tocó el receso.

Comieron.

Asui le hablo sobre ciertos trajes que era fanático de la moda y Kenji de paso, aprendía más sobre ese mundo.

Volvió a tocar la campana.

Siguieron con las aburridas clases, que cada vez asistían menos alumnos.

Volvió a tocar el timbre pero esta vez de salida.

Y se estaban yendo cuando fueron detenidos por los dos matones del otro día.

Y aquí estaban.

Asui detrás suyo temblando como una hoja que sujetaba su brazo del miedo mientras que él miraba con aburrimiento a esos dos que no estaban solo ellos sino que también había cuatro chicos más.

—Miren como tiembla esa nenita.— se burló, el que si recordaba bien, era el chico de apellido Katane.

—¿P-Por qué ha-hacen es-esto?

—Y otra vez esa pregunta.— se burló Goten, golpeando su puño contra la palma de su mano, causando que el pequeño Asui temblara del miedo.— ¿Por que crees que hacemos esto?

—P-Por P-Porque...

—¡Porque nos gusta! ¡Nos encanta golpear fracasados como tú!— gritó lanzando una carcajada en donde los otros también rieron.— Y esta vez no vendrá el idiota de Mitsuya a salvarlos...

》Está demasiado ocupado en su estúpido club.《

—Y no importa cuanto griten por ayuda.— se burló Katane.— nadie vendrá aquí...

》¡¿Que demonios?! ¡¿Estas bostezando?!《

Akabane se rascó su ojo derecho del sueño y miró con aburrimiento a la persona en frente suyo. Que inmediatamente sintió como el cuello de su camisa era sujetado siendo levantado por el grandulón sintiendo su apestoso aliento en su rostro.

—¿Acaso estas listo para recibir una golpiza?

Akabane ni siquiera tuvo tiempo de defenderse cuando ve con sus propios ojos como la mirada del matón en frente suyo se pone en blanco y el agarre en su cuello se afloja hasta caer de costado, inconsciente.

—Vaya...— susurró Kenji sorprendido  mirando al chico inconsciente, para luego levantar sus ojos encontrándose a un muchacho alto, muy alto, delgado de cabellos cortos con un buen diseño en el costado y de color azul, que le daba la espalda, protegiéndolo a él y a Asui.

—Mierda, es Hakkai Shiba.— escuchó el pelirrojo decir de uno que temblaba del miedo.

El mayor Akabane inclinó su cabeza hacia un costado intentando recordar de donde había oído aquel nombre pero el suspiro de alivio de Asui llamó su atención, que al mirarlo sobre su hombro se asustó.

—¿Estas... llorando?

—E-Es q-que... es... es... Shi-Shiba.

Kenji no entendió a qué se refería su pequeño amigo que quiso preguntarle cuando otros quejidos le llegaron a sus oídos que miró hacia el frente sorprendiéndole al ver al otro, Goten, también en el piso, revolcándose en el suelo.

—¡Carajo, vámonos de aquí!

—¡Si! ¡Vámonos, pertenece a la ToMan!

—¡Es el vice-capitán de la segunda división! ¡Y dicen que es increíblemente fuerte!

—Ya váyanse.— se quejó el nombrado, algo avergonzado de que dijeran todo eso.— y dejen de molestar a mis amigos.

》O no tendré para la próxima compasión.《

—¡Va-Vámonos de aquí!

Kenji chifló sorprendido al ver cómo esos chicos salieron corriendo dejando a los dos bravucones en el suelo. Sus orbes rojizos volvieron hacia el muchacho de cabello rapado y tonos azules que miraba a su amigo detrás suyo.

Alzó una ceja al ver a su pequeño amigo, Asui, sonrojarse al tener la mirada de aquel muchacho, pareciéndole interesante el ambiente que estaba circulando entre ellos.

—¡Gra-Gracias Shi-Shiba-san!— se inclinó hacia adelante en donde Kenji también lo imitó en silencio.

— No te preocupes Togata-san.— le respondió Hakkai al castaño que este volvió a sonrojarse confundiendo al alto.— ¿Estas bien?

—¡S-Si! ¡E-Estoy bi-bien!

Kenji no pudo evitar y soltó una risita divertida de sus labios llamando la atención de los dos y provocando que el pequeño castaño se sonrojara más.

—¡N-No te-te rías A-Akabane-san!— le reprochó avergonzado el castaño.

—Perdón.— se disculpó sin sentir ninguna pizca de pena.

—Oh... asi que tu eres ese chico.— habló Hakkai llamando la atención del pelirrojo y del castaño que el primero frunció el ceño.— Un gusto en conocerte Akabane-san, soy Hakkai Shiba.

Kenji sonrió con su caracteristica sonrisa angelical y agarró la mano del más alto en un suave apretón como saludo.

—Akabane Kenji.— respondió, soltandose.— y también es un gusto en conocerte.

》Realmente gracias por salvarnos.《

El peliazul chasqueó la lengua y dijo.

—Me imaginé que estarían molestandolos aquí.

—¿C-Como su-supiste q-que es-estabamos en-en problemas?— preguntó curioso el castaño.

—A Taka-chan le pareció raro que no llegaras.— comentó, comenzando a caminar hacia el interior del edificio siendo seguido por esos dos.— por eso te fui a buscar, pero no te encontré en el aula y algunas de tus compañeras que todavía quedaban me dijeron que habían sido emboscados por esos dos.

—Oh...— susurraron a la vez el pelirroja y el castaño.

—Espera, ¿Taka-chan?— preguntó confundido Kenji, acomodando mejor su mochila, siguiendo al mayor que no sabía muy bien a dónde estaban yendo.

—Mitsuya Takashi.— respondió Hakkai mirando sobre el hombro al pelirrojo que éste asintió con la cabeza comprendiendo rápidamente.— Taka-chan, aquí te lo traje.

Habló apenas abrió la puerta, en donde Kenji llenó de curiosidad vio al lado de la puerta un cartel que decía claramente 》Club de costura.《que al ver desaparecer al peliazul hacia dentro del aula, sus orbes se encontraron con varias chicas en diferentes mesas, tejiendo, cosiendo y algunas midiendo.

—Oh...— susurró sorprendido el pelirrojo, entrando su cabeza viendo mejor el aula.

—¡Bu-Buenas tar-tardes!— saludó Asui a sus compañeras con un claro sonrojo, que varias lo saludaron.— ¡Per-Perdón por-por la tar-tardanza Mit-Mitsuya-san!

Akabane que habia entrado al salón y que se había colocado al lado de Asui miró en la misma dirección que su pequeño amigo miraba, encontrándose para sus orbes rojizos  al pelilila concentrado en su trabajo.

El mayor Akabane no pudo evitar sonreír al ver lo lindo y atractivo que se veía el muchacho de orbes lavanda, con ese centímetro de costura alrededor de su cuello mientras entre sus  dientes sostenía unos alfileres mientras intentaba coser la tela alrededor del maniquí, que para mejor deleite, Mitsuya tenía unos lindos anteojos que rodeaban esa mirada que le atraía.

Que lindo.— pensó mordiéndose el labio inferior al ver trabajar esas manos, moviéndose en perfecta sincronización como si tocara algún instrumento.

Mitsuya al escuchar aquella voz y sentir una mirada penetrante sobre él que le recorrió unos terribles escalofríos en su columna vertebral al sentirse devorado. Apartó su mirada de su trabajo y dirigió su atención hacia aquella mirada, encontrándose con los ojos rojizos y esa sonrisa angelical que lo había llamado la atención.

Sin poder evitarlo sus manos temblaron provocando que se quejara al sentir un pinchazo en su dedo y que los alfileres que sostenía entre sus dientes se cayeran al suelo.

—Mierda...

—¡¿Es-Estas bi-bien Mit-Mitsuya-san?!— chilló preocupado el castaño, llamando la atención de varias compañeras.

—Si, si... no es nada.— susurró llevando su dedo pinchado a sus labios mientras se agachaba a agarrar los alfileres que fueron rápidamente agarradas por otra mano.

Mano pálida de dedos largos y prolijas.

Sus orbes lavanda se apartaron de esa mano para clavarla en el propietario de aquella extremidad, encontrándose al lindo chico de orbes rojos que le sonreía aún.

—A-Ah... gracias.— murmuró Mitsuya sorprendido al sentirse también nervioso ante la presencia del pelirrojo, mientras agarraba los alfileres.— Akabane-san.

—No es nada Mitsuya-san.— soltó una risita al ver un pequeño sonrojo en el pelilila.— Es muy lindo lo que estas haciendo.

—Ah... todavía no está terminado.— murmuró avergonzado, mirando su trabajo en un intento de alejar esos orbes rojizos sobre él.— pero gracias...

—¿Estas bien Taka-chan?

—Ah si, solo es un pinchazo.— le respondió el pelilila a su amigo, para luego clavar sus orbes lavanda en el castaño que se encontraba hablando con el pelirrojo mientras que el peliazul le explicaba lo que había pasado.— Lo supuse también...— susurró como respuesta a su amigo para luego hablarle al castaño.

》¿Tu estas bien Togata-san? 《

—¿A-Ah? S-si.— se sobresaltó e inmediatamente al tener la atención del pelilila se acercó a él y asintió con la cabeza, inclinándose hacia adelante como disculpa.—  Per-Perdón por la-la tar-tardanza Mitsuya-san.

—No te preocupes.— respondió y señaló una mesa.— ve a continuar con tu trabajo.

》Te estaba quedando muy bien.《

El castaño sonrió completamente sonrojado y dijo emocionado.

—¡S-Si!

Mitsuya vio como el castaño se iba hacia su lugar con brillitos a su alrededor.

Era un chico muy tierno.

—¿Te falta algo Akabane-san?

La voz de Hakkai logró llamar su atención que volvió su mirada al pelirrojo que frunció el ceño al verlo sacar algo de su mochila.

—Si, es que necesito un favor de  Mitsuya-san.— habló sacando el intento de osito de su bolso y se acercó al pelilila que se encontraba confundido mirando su "obra" entre sus manos.— Mitsuya-san ¿podrías... ayudarme con esto?

—A-Ammm...— susurró mirando con dudas la cosa que sostenía el pelirrojo que con dudas lo agarró.— estoy... algo ocupado...

—Oh no te preocupes.— respondió sonrojandose de la vergüenza al ver las miradas confundidas tanto del pelilila como el del peliazul.— cuando puedas...

—¿Que es esta cosa fea?

—Hakkai.— regañó Mitsuya a su amigo que éste dijo 》¿Que?《 que lo miró con mala cara, para luego clavar sus orbes en el pelirrojo que provocó que su corazón se acelerara y se pusiera nervioso al ver las mejillas sonrojadas del orbes rojizos más un puchero en sus labios.— no-no es tan feo Akabane-san...

》Aunque... no se que es.《

—Es... un intento de osito de peluche.— respondió realmente avergonzado y más al tener las miradas de varias chicas atentas en su conversación.— quise hacerle uno para mi hermanito menor pero...

》No me salió.《

—Oh... comprendo.— murmuró Mitsuya mirando al pobre y horrible osito de peluche para luego sonreír y mirar al pelirrojo que lo miraba sorprendido.— Haré lo más rápido que pueda para tenerlo lo antes posible.

》Si es para tu hermanito menor, tardaré en unos días.《

—¡Gracias Mitsuya-san!






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¡Aquí tienen nuevo capítulo!

¿Que les pareció?

¿Les gustó?

Se que dije que iban a aparecer ELLOS, pero en el próximo jeje.

Espero que les haya gustado.

¡Voten y comenten!

El lunes voy a tratar de traer un nuevo capítulo y si es doble mejor por su cumple mes <3

Muchísimas gracias por las 3 mil lecturas, me hacen feliz por su apoyo <3

Cuídense.

Besitos.

~M.






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