Capítulo 19. Maldita seas Karma















—Akabane-san por favor.— rogó uno de segundo.— debe descansar... ¡Su mano todavía no cicatrizó!

El pelirrojo suspiró una vez más ante la suplica constante de su compañero de basketball. Giró sobre sus talones para decirle que se encontraba bien cuando se sorprende al no solo tener la mirada de , sino de todo el equipo.

—Capitán, necesitamos su fuerza.— habló uno de tercero, alto e intimidante.— pero para eso también necesitamos que descanse.

—Estoy bien chicos.— respondió mostrando su mano, dejándose ver una gran cicatriz rojiza debido a que apenas se encontraba cerrándose y por la fuerza de haber estado usando el balón.— solo es un cortecito.

—En serio, tenemos definiciones diferentes a cortecito.— le reprochó otro de tercero.— Kenji, no tienes porque estar en la cancha calentando con nosotros... ni siquiera deberías estar aquí... nosotros podemos encargarnos del entrenamiento.

—Pero...

—Nada de peros.— volvieron a hablar.— Vaya a su casa... solo pasaron siete días de esa pelea hombre, esta bien que vayas al instituto a la mañana pero deberías ir a tu casa a la tarde a descansar.

—Pero estoy bien.— se volvió a quejar el pelirrojo.— están exagerando... ni que me hubiera roto una pierna.

—A casa, ahora.

Kenji hizo un puchero y con la cabeza gacha se encaminó hacia los intentos de gradas y agarró su bolso de mala gana.

—Bien, pero quiero que sepan que...— los miró sobre su hombro, con una mirada aterradora que hizo temblar al equipo.— cuando vuelva les haré la vida un infierno.

》Bye, bye...《

Y el pelirrojo salió del gimnasio sintiéndose un poquito mejor de haber dado aquella amenaza. Aunque también se sentía bien y cálido al tener también compañeros que se preocupaban por él.

Por ahí... no sería tan malo con ellos.

—¡Akabane-senpai!

La reconocida voz de Asui le llegó a sus oídos que miró sobre su hombro, que corría hacia el como si un monstruo lo estuviera siguiendo. Sonrió divertido hasta que sus orbes rojizos pararon detrás del castaño, encontrándose a Yasuda que venía hablando con Peyan y Mitsuya y atrás Hakkai.

Lo había olvidado.

El club de costura.

Aplanó los labios al cruzar miradas con el peliazul que éste lo miró con el ceño fruncido y lo apartó. Sus ojos rojizos pararon ahora en Mitsuya que lo sorprendió encontrarse también con sus orbes lavanda.

El cruzarse fue como si nadie más existiera.

Como si el tiempo fuera más lento.

Hasta que el pelilila los apartó para mirar a Peyan que éste tenía intenciones de acercarse a el, al notar como Hakkai y Mitsuya lo sostenían de los brazos mientras que Yasuda le pegaba en la cabeza.

—Kenji-kun... ¿Es-estas bi-bien?

El pelirrojo dejó de mirarlos al tener los orbes de la pandilla sobre él y le sonrió cálidamente a Asui que lo miraba preocupado.

—Estoy bien, ¿Vamos?

—¡S-Si!— asintió con la cabeza para luego mirar hacia atrás y saludar a los demás.— ¡A-Adiós! ¡N-Nos ve-vemos mañana!

—Bye, bye Yasuda-san.— canturreó fuertemente el pelirrojo caminando hacia la salida del instituto, dándoles la espalda mientras movía su mano de un lado a otro.

—¡E-Espérame Ken-Kenji-kun!— chilló corriendo detrás del pelirrojo hasta colocarse a su lado, sabiendo que su amigo lo acompañaría hasta su hogar. Y aunque estaba feliz de que su amigo haya vuelto al instituto no le gustaba el ambiente que había.

Todo el mundo hablaba de la pelea entre las dos pandillas.

Del muchacho apuñalado y que logró salvarse de milagro.

Y de cuántos chicos estuvieron gravemente en el hospital, principalmente seis chicos con el uniforme de la Tokyo Manji Gang, por haber sido brutalmente golpeados.

Y todo gracias a una persona.

El demonio rojo.

Todo el mundo hablaba de él.

La descripción del chico, que provino de ambas pandillas, comenzó a recorrer por todos los institutos, que con el paso de las horas la información se fue distorsionando,  alejándose de la realidad. Algunos decían que era alto y fuerte, bien musculoso, otros decían que tenía  varios tatuajes, otros decían que era un enano y un poco gordo.

Todo se fue distorsionando pero solo había dos cosas que acertaban bien y eso era, los cabellos rojos como la sangre y orbes heterocromáticos.

Uno rojo y otro dorado.

Claro que Asui no entendía muy bien porque decían eso, Kenji tenía sus dos orbes rojizos pero que esa última descripción, para el castaño fuese errónea, lo tranquilizaba un poco ya que todo el mundo de las pandillas lo estaba buscando.

Y Kenji se mantenía callado escuchando todo lo que decía.

La tensión que habia en el aula cada vez que lo mencionaban no podría cortarse ni siquiera con una tijera y más al tener a Mitsuya con ellos, que tanto el pelirrojo como el pelilila ignoraban aquellas palabras.

Y se ignoraban.

Asui estaba triste al ver cómo ya su amigo no saludaba al de orbes lavanda como antes y más al ver que Mitsuya ni siquiera le dirigía la mirada cuando lo saludaba solo a él. Sin embargo, el castaño sabía que ambos se morían por mirarse, por sonreírse y por hablarse pero los dos eran unos tontos.

Esta bien... la situación entre ellos era incómodo y más luego de saber lo que había pasado ese sábado.

Pero no era tan fácil y sabía que para el pelirrojo tampoco lo era.

Por lo menos, tenía entendido, que Kenji todavía no se encontraba listo para hablar sobre el tema y por ahí, Mitsuya, se encontraba esperando a que el pelirrojo diera el primer paso.

Pero al final, ninguno lo daba.

—No debes preocuparte por mí.

El castaño se sobresaltó al escuchar la voz del pelirrojo y lo miró a su lado, encontrándose con el perfil de su amigo y una sonrisa en sus labios.

—Ken-Kenji-kun...

—Estoy bien.— respondió mirando al castaño.— todo esta exageración terminará pronto.

—E-Eso es-espero.— susurró tímidamente.— ¿N-No, no has pen-pensado en ha-hablar con Mitsuya-san?

Kenji suspiró y miró el atardecer.

—Primero quiero hablar con Mikey.— respondió con sinceridad.— se me hace raro que todavía no me haya ido a buscar a mi casa o al instituto... pero creo que ha estado esperando a Draken para hablar.

—Y-Ya veo...

—Pero... no importa que tanto tarde Mikey en venir a buscarme o si yo voy hacia el.— sonrió desganado.— no se muy bien que decir... lo he estado pensando mucho...

》Ya me expliqué sobre el apodo... ya dije el porqué no les había dicho antes y... sinceramente no quiero tener que explicar de donde aprendí a pelear. Pero si no lo vuelvo a explicar... si no lo explico bien, se que no confiarán en mí y no quiero eso... porque me caen bien... son buenos chicos.《

—Lo-Lo son... pe-pero igual no-no les de-debes nada.

—Lo sé.— respondió.— y me lo he dicho varias veces, hasta mi hermano me lo dijo.

》Me ha estado ayudando ¿Sabes? Se ha quedado conmigo por unos días, sin importarle el instituto, y se quedó conmigo sabiendo que esta separación me afectó más a mí que a el. Aunque luego de lo que pasó el 3 de agosto, se ha preocupado demasiado por mí, me dio un muy buen regaño por haber peleado y por la herida hasta que después me felicitó por lo que hice.《

—¿Eh? ¿T-Te felicitó?

Kenji soltó una risita divertida y respondió.

—Sip, como todo hermano orgulloso.— sonrió radiante.— hasta me alabó por mi obra de arte.

—¿O-Obra de ar-arte?

—Sip... ¿No te lo mostré?— preguntó sorprendido sacando su nuevo teléfono.

— Woow.... que-que rápido tu-tuviste un te-teléfono.

—Ah sí, tuve que mentirles a mis padres para que me compraran otro.— contestó buscando la foto.— Aunque mucho no les interesa y por cierto, tengo el mismo número así que no te preocupes.

》Aquí está, mira.《

Asui observó la pantalla y una gotita resbaló detrás de su cabeza al ver la foto de esos matones enredados de cinta adhesiva y en frente de ellos, Kenji.

—Va-Vaya...— susurró sorprendido, mirando a Kenji que sonreia angelicalmente.— es muy-muy bu-bueno.

—¿Viste? A mí hermanito le gustó mucho.— respondió, los dos frenando en una casa, siendo la del castaño.— oh... ya llegamos.

—Gra-gracias Ken-Kenji.

—No me agradezcas, somos amigos.— lo abrazó.— nos vemos.

—Ve-Verás que to-todo mejorará... a-adiós.














😈😈😈















Kenji salió del baño con una bermudas de Jean, arriba con una camiseta bordó suelta y con una toalla  en su cabeza mientras se lo secaba y se dirigió hacia la cocina donde se encontraba su hermano menor cocinando.

—Huele delicioso.

—Lo sé.— sonrió ladinamente el menor.— lo estoy haciendo yo.

—Presumido.

—No soy presumido.— contestó.— soy sincero.

》¿Y cómo te fue hoy?《

—Como ayer y ante de ayer.— refufuñó con un puchero, tirándose en el sillón.

—¿Otra vez te echaron del entrenamiento?

—Si.— gruñó como un gatito.

—Me caen bien.— se burló Karma.— debes descansar.

—¡Pero están exagerando!

—Fue un corte profundo y largo Kenji.

—Agh...— se quejó.

—¿Y... sobre lo otro?

—Nada.

—¿Ese tal Mikey?

—No apareció.— respondió mirando hacia el techo.— creo que estaba esperando a Draken... supongo que en estos días vendrá.

》A Draken ya le dieron el alta, me habló.《

—Es con el único con el que te hablas de esa pandilla ¿No?

—Si.— suspiró cerrando sus ojos y llevando su brazo a su frente.— y con Hina, Emma y Takemichi... aunque el rubio ahora se está comportando raro.

—¿Raro?

—Si.— susurró.— actúa diferente, como si no me conociera o como si tardara en reconocerme... le hablo sobre el tema, sobre porqué  no quería que haya un enfrentamiento entre Moebius y la ToMan y no lo entiende, le pregunto sobre cómo sabía que Draken saldría el principal herido de gravedad y tampoco me responde, y no es porque no me lo quiera decir sino es que realmente no sabe de lo que estoy hablando...

》A Hina también le pasa... no lo reconoce, ella me dice que parece ser... dos personas diferentes.《

—¿Crees que él..?

—No.— respondió.— no lo creo, es distinto.

—Creo que deberías vigilarlo.

—Eso estoy pensando.— contestó preocupado por el rubio y su raro actuar.

—¿Y con mi futuro cuñado?

— Deberás dejar de llamarlo así.— susurró con pesar, sorprendiendo al menor.

—¿Cómo es eso?

—No nos hablamos ni nos miramos, todo es tenso.— respondió volviendo su atención al techo.— no se cómo acercarme a él... nuestro comienzo de relación amistosa se fue por el caño luego de lo que sucedió ese sábado.

—No lo comprendo.— respondió de mal humor el menor mientras cortaba unas cebollas para ponerlo en la olla.— ¿Por qué deberían sentirse traicionados, molestos por no haberles dicho que tu fuiste el que salvó a esa pareja?

—Es que al principio realmente creyeron que pertenecía a Moebius y que los había ayudado en ese acto tan asqueroso.

—Pero no fue así.

—No, pero Pah estaba tan cegado por el enojo y la venganza que se obsesionó con esa información. Que luego apuñaló al líder, quedando solo el Demonio rojo y todo se complicó.— continuó.— Draken y Mikey se pelearon, Draken ya no quería saber de esa persona pero Mikey si.

》Creo que también estaba cegado por la venganza de querer salvar a Pah y sintiendo el enojo por Draken, la única manera de desquitarse y creyendo que cumpliría una venganza era atraparte o atraparme.《

—Ok... entiendo.— comentó poniéndole un poco más de sal a su preparación.— pero ese tal Draken y Mikey se reconciliaron.

—Así es, pero una facción de Mikey seguía creyendo que Draken dejó a Pah en la cárcel y que el mismísimo Mikey le había dado la espalda.— continuó uniendo los hilos.— y más al verlos bien, fingiendo que nada había pasado y olvidándose del Demonio rojo.

—Fue... ese tal Peyan, ¿No?

—Si, querían acabar con Draken y conmigo de una vez, por eso la emboscada.— suspiró.— todo lo demás ya lo sabes...

》Draken salió gravemente herido y a mi me descubrieron...《

—Creo que ese tal Mikey más de sentirse traicionado, se debe sentir un idiota.

—Y a nadie le gusta sentirse así.— continuó Kenji volviendo a suspirar.— además, somos amigos... el me ofreció su amistad y su tesoro, la ToMan, que me apoyarían y yo no fui capaz de decirle la verdad.

—Ya, lo hecho hecho está.— interrumpió el menor.— ahora tienes una oportunidad de aclarar las cosas y volverte a hablar con mi futuro cuñado.

—Si... pero estoy nervioso, me pongo nervioso al tenerlo en frente mío.

—¿Quién eres? ¿Y qué hiciste con mi hermano?

—Oh cállate.

—Realmente te gusta.

—Si... el es muy lindo y su aura es tan cálida, tiene una sonrisa muy bonita y su voz..

—Voy a vomitar.

—¡Karma!— le reprochó arrojándole una almohada del sillón ganándose un grito aterrado del menor.

—¡Kenji, ten cuidado! ¡Es la cocina!

—Bla, bla, bla...

Ambos pelirrojos en diferentes lugares, rodaron los ojos a la vez. Luego de un silencio de unos minutos, el menor volvió a hablar.

—¿Hablaste con él?— preguntó a la vez que bajaba un poco el fuego.

—No me contesta.

—¿No?

—Nop, está enojado porque no dejé que se hiciera cargo de Hanma.

—Hanma es... ¿Ese loquito no?— preguntó, apareciendo en el living, sentándose en el mismo sillón que levantó las piernas de su hermano y las puso sobre el.— el que quiere pelear contigo y que te unas a su pandilla.

—Si y también quiere pelear contigo.— bufó el mayor.— obviamente dije que no y no te quiero involucrado.

—Está bien, no me meteré en tus cosas pero...— lo miró seriamente.— si veo que realmente se está saliendo de control, me uniré.

Kenji suspiró y sonrió sentándose para mirarlo con cariño.

—Esta bien.— respondió.— pero solo tú... la clase E no se debe enterar de esto.

—Oh bueno... eso será difícil.— soltó una risita nerviosa, causando que Kenji alzara una ceja a punto de cuestionarle cuando varias voces lograron asustarlo.

—¡Kenji Akabane!

—¡Ch-Chicos!— chilló el mayor cayéndose del sillón, al ver repentinamente en su televisor, a todos sus compañeros en sus respectivos lugares, siendo una video llamada.— ¡¿Que demonios?!

—Ta-da~— se burló el menor.

—¡¿Como es eso que estuviste en el hospital?!— cuestionó Nakamura Río.

—¿Es verdad que te uniste a una pandilla?— preguntó Itona distraído con la construcción de un aparato.

—¡Eso es genial!— chilló Koki Mimura.

—¡Eso no es genial!— le gritaron las féminas.

—Es-Es peligroso.— tartamudeó nerviosa Okuda.

—¡Pff! ¡Ridículo!— gritó acercándose a la cámara, Terasaka.— ¡Una pandilla no es peligroso para un asesino!

—¡Pero los asesinos no son inmortales!— se quejó Hinano Kurahashi.— ¡Podemos resultar heridos!

》¡Y más si son dos pandillas de más de cien personas!《

—¡Bah! Son unos bebés.— se quejó el grandulón.— Nos enfrentamos al ejército...

—Si, todos.— interrumpió Yuuma.— fue un trabajo en equipo, no uno solo...

—Chi-Chicos...— sollozó el mayor al ver a sus compañeros del otro lado, realmente sorprendido y feliz, que éstos al ver el estado lloroso del pelirrojo sonrieron cálidamente al pelirrojo mientras que el menor lo abrazaba.— estoy feliz de verlos.

—Nosotros también, Kenji-kun.

—Gracias por los peluches.— habló Kayano con una sonrisa en sus labios, con sus cabellos ahora negros, dejándose ver su peluche de un osito.

—¡Si! ¡Gracias por los regalos!

—Que bueno que les haya gustado.— sonrió Kenji sintiéndose mejor, mientras se secaba sus mejillas.

— ¿Es verdad?— preguntó Toka Yada.— ¿Es verdad que están vendiendo peluches de Koro-sensei?

Kenji sonrió y asintió con la cabeza, levantándose del suelo yendo hacia su habitación que agarró el peluche que se encontraba en su cama y volvió, encontrándose a su hermano con su teléfono.

—¿Pasó algo?

—No, solo tenias una notificación de Snapchat.

—Oh bien, pero no me gusta que me agarres el celular.— le reprochó el mayor, sentándose a su lado en el sillón.— yo no agarro el tuyo.

—Ya, ya perdón... también quería ver la hora.— le contestó levantándose de su lugar, yendo hacia la cocina.— la comida ya va a estar.

—Kenji sigue siendo malo en la cocina.— se burló Maehara.

—Cállate.

—¡Te dije que te puedo dar clases Kenji!

—No importa cuantas clases tome... la cocina y yo no nos llevaremos bien... jamás.

A todos se le resbaló una gotita en la cabeza.

—Kenji, ahora vengo.— agarró su celular y su pequeño bolso, teniendo la atención de todos.— tengo que ir a comprar sal, no tenés más.

—¿Sal? Debe haber en uno de los estantes.— respondió confundido el mayor.— ¿te fijaste allí?

—Sip y no, no tienes.— respondió yéndose hacia la puerta.— nos vemos chicos.

—¿Quieres que te acompañe? Ya es tarde...

—No me perderé.— rodó los ojos.— quédate con los chicos.

—Ok...— susurró Kenji, tirándose hacia atrás hasta ver desaparecer a su hermano detrás de la puerta.— raro... estaba seguro que había sal.

—Bueno... también eres malo con las compras Kenji.

—¡Nagisa!— le regañó el mayor con un puchero para luego sonreír.—Miren, este es el peluche.— se los mostró donde todos sonrieron con nostalgia al ver al peluche amarillo, reconociendo esa gigante sonrisa.

—¿Por que está desnudo?

—Bueno... ellos no sabían que tenía ropa.

—Que terrorífico.

—Seguro que Koro-sensei se habría quejado.

—O hasta haría sus propios peluches y los vendería en las ferias.

Todos rieron a la vez, estando de acuerdo a esa imagen mental.

—¿Tú estas bien Kenji-kun?— preguntó preocupado Nagisa.— Ritsu y Karma nos dijeron que fuiste herido.

—Solo es un pequeño corte.— respondió rodando los ojos, mostrando su mano.

—¡¿Pequeño corte?!— gritaron todos molestos e indignados.

Kenji se rió a verlos con ese rostros y les sacó la lengua juguetonamente.

—Eso no es un pequeño corte Kenji.— le regañó Nakamura.— ¿Y tu cabeza como esta? Supimos también que te golpearon con un fierro.

—Ni me lo recuerdes.— bufó con un puchero.

—Realmente esos chicos... ¿Realmente son así? ¿Se pelean... con objetos?

—Si pero no tienen entrenamiento.— contestó el pelirrojo.— son más de... pelear por instinto, puño, patada y si tienen un arma bien...

—Nos puedes explicar... ¿Cuáles son las reglas allí?

Kenji sonrió y les comenzó a explicar lo que sabía sobre la pandillas, como se encontraba dividido los territorios, sobre cuantas bandas había y cómo había conocido al líder de uno y era su amigo.

—Vaya... realmente el mundo de las pandillas es difícil.— comentó Isogai.— y algunos creen que es un juego, cuando la verdad es que su vida corre peligro.

—La mayoría lo sabe pero lo toman como, tu mismo dijiste, un juego.— continuó Itona.

—¿Y tú Kenji?— preguntó el Ikemen.— tanto tu como Karma les gusta esos juegos, la violencia... ¿Piensas a unirte en alguno de ellos? ¿Con tu amigo?

—No.— sonrió.— por ahora no me pienso unir a ninguna pandilla... pero ayudaré a mi amigo... la ToMan son buenos chicos, seré como un informante y evaluaré al enemigo.

—Ese es nuestro Kenji.— exclamó Nakamura feliz, cuando se escucha un grito de uno de sus compañeros resultando ser la madre de uno, llamándolo para comer.— Taisei te llaman para comer.

—Si.— bufó el pelinegro.— fue genial verlos de vuelta chicos, debemos realmente reunirnos.

—¡Si!— gritaron todos.

—¡Te iremos a visitar Kenji!— chilló emocionada Yukiko cuando se sonroja y tímidamente dice.— claro... si tu quieres.

—Pueden venir cuando quiera.— sonrió cálidamente el pelirrojo.

—Y si necesitas nuestra ayuda...— continuó Nagisa.— estaremos ahí, siempre.

—¡Somos una familia!— gritó Kayano siendo seguida por los demás.

—Gracias chicos.— sonrió con sus orbes llorosos el mayor.— los quiero mucho.

—Nosotros también Kenji.— hablaron a la vez.— no te metas en muchos problemas...

—Trataré.— sonrió ladino recibiendo una gran queja de las féminas hasta que cada uno se fue desconectando y se saludaron con la mano, hasta tener la pantalla negra.

Ritsu había logrado conectar el televisor con el internet y en vez de hablar desde una computadora logró conectarlo en la pantalla.

Realmente Ritsu era una muy buena amiga.

Sonrió para ir hacia la cocina pareciéndole raro que su hermano tardara tanto. Se acercó hasta la olla y notó que éste ya estaba apagado. Frunció el ceño confundido y se acercó hasta los estantes, dándose cuenta que allí estaba el paquete de sal que le había mencionado a su hermano.

—¿Que...?

Kenji se quedó mirando el paquete como si le fuera a decir la respuesta cuando de repente su cerebro hace click.

—Yo no tengo Snapchat.— susurró sintiéndose un idiota y  rápidamente salió de la cocina y agarró su teléfono, desbloqueandolo.

Buscó en WhatsApp encontrándose en las primeras filas, el nombre de Draken.

—Oh no... maldita seas Karma.







Draken - última vez 21:30

Oye Kenji, ¿Puedes venir al Santuario Musashi?
21:29 p.m

Mikey quiere hablar contigo.
21:29 p.m

Y bueno, si no vienes te iremos a buscar.
21:29 p.m

Voy.
21:30 p.m

:)
21:30 p.m











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¡Acá tienen un nuevo capítulo!

¡¿Qué les pareció?!

¿Les gustó?

Apareció un poquito la clase E <3 y ya se dan cuenta la linda amistad que tiene Kenji con todos <3 Nakamura trata a Kenji como su hijo, porque es un bebé :)

KARMA HABLARÁ CON MIKEY, ¿QUE PIENSAN QUE PASARÁ?

¿Que les gustaría que pase? Tengo la mitad escrito y no se como terminarlo, por eso pregunto jsjsjs

¡Voten y comenten!

Cuídense.

Besitos.

~M.

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