[01]-Gravity Falls UA: Honey Taste (MA)

Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene temas de violencia situaciones de tema erótico y sexual. Lenguaje ofensivo y vulgar.

Mabel Pines – 19 años.

Bill Cipher – Demonio sin edad.

––––•(-• (Honey Taste) •-)•––––

"Lo que ayer sabía a miel dulce, ya no lo es"

Sabe que es muy temprano para abrir la tienda, sabe que su tío Stan está dormido desde anoche en el sofá junto a su hermano Ford; porque se quedaron viendo una película hasta tarde de crímenes e investigación policiaca. Y aunque su tío abuelo Stan le aburría todo lo que con llevaba investigación y cero acción, no le negara a su tío abuelo Ford en ver la película que eligió esa noche, como cada viernes.

Lo sorprendente era que su tío Stan se quedara despierto y no se durmiera a los 10 minutos cuando empezó la película.

Fue buena elección de mi tío Ford poner la película de Hannibal como opción en la noche de películas de los gemelos mayores. Puesto que Stan no pestaño en ningún segundo y se aferró a su asiento, esperando que atraparan al asesino en serie. El Dr. Hannibal Lecter el sociópata en serie devorador de humanos, el más buscado entre los 10 del FBI y sobreviviente de la posguerra en Europa que se realizó en la segunda guerra mundial.

Aún recuerda que antes de irse a dormir, sus tíos terminaban de ver el Silencio de los Inocentes antes de ver Hannibal. Solo porque Stan insistió en ver la continuación esa noche.

Mabel se fue con una sonrisa en su rostro después de acabar de limpiar la cocina tras la preparación de la cena. Su hermano gemelo estaba en una cita con Pacifica Noroeste, puesto que cuando dieron las 11 de la noche no escucho señal de que llegara o cerrada la puerta de su habitación abajo, donde antes era el antiguo sala de descansos de Soos.

La castaña se encontraba removiéndose entre las colchas de su cama matrimonial, era verano y tenía varios días de descanso antes de entrar al semestre universitario e iniciar su trabajo temporal en el café que estaba a dos cuadras de su instituto. Era su último verano en el pueblo de Gravity Falls.

Sabe que después de este verano ya no podrá pasar el mismo tiempo de calidad con sus mejores amigas y su futura cuñada. Tampoco podrá ver a su hermano gemelo: Mason Pines. El tiempo será corto y deseara disfrutar cada segundo cuando venga a visitarlos cada diciembre.

"Los veranos no serán los mismo en Gravity Falls"

Ella hizo cálculos -rara vez que los hace y sin estar en la escuela- y las matemáticas no le fallaban. No podía permitirse ni costearse viajes cada verano e invierno. Tenía que elegir uno. Y el más significativo seria las vacaciones decembrinas; más por la convivencia de sus padres y de sus tíos.

Tiene planes con los que querrá usar el dinero; entre una posible fiesta de graduación cuando termine la universidad o pagar los viajes escolares entre cursos para mejorar en el diseño de modas.

Mabel soltó un suspiro estirándose cómodamente sobre su lugar, las almohadas se acomodan a la curvatura de su cuello para híper extenderse sin problemas. Unas manos recorren su cintura de forma sedosa y cuidadosa, tocándola de una manera que le provoca un cosquilleo agradable.

Un suspiro bajo y el jadeo se hacen presente cuando la tela de su camisón grande se alza hasta el nivel de sus muslos casi por arriba de su curvatura femoral.

Ella abre sus ojos mirando al techo que apenas se alzaba levemente la luz de la mañana. La sensación fresca de los labios recorriendo y besando la piel de su abdomen. Es una sensación de estremecimiento rico y relajante, los húmedos besos viajan de su delicado abdomen hasta descender a su vientre, siendo cubierto su sexo femenino por una braga rosa de encaje y corte bikini.

La pieza es retirada con un desliz fuera de sus piernas lechosas y esbeltas, entre el bulto que se movía sigilosamente dentro de las sabanas.

Las manos masculinas sujetaron con delicadeza los muslos de la castaña, un agarre firme y suave evitando que retrocediera separando su entrepierna para dejar a la vista su pubis y la vulva expuesta de su rosado sexo. Había apenas un leve crecimiento de vellosidad pero era muy visible y corto en el área de bikini.

El sujeto se acomodó tomando su lugar antes de colocar un beso y lamer con su lengua gruesa y viperina los pliegues de su vagina. La piel sensible y caliente contra la suavidad húmeda y rugosa de la lengua de un demonio.

Mabel llevo sus delicadas manos al rostro del sujeto viendo entre la abertura de la sabana, la mirada color ambarina de su orbe derecho y la esclerótica oscura que cubría el iris dorado del izquierdo.

- Lento... - Menciono con una voz dulce la chica sonrojada ante el repentino toque. – ¡Ahh! – Sus manos fueron llevadas a cubrir el débil gemido que broto, cuando toco aquel punto sensible de ella.

- No podía aguardar un segundo más. – Pasando su lengua de abajo hacia adelante, rozando la perla de su clítoris hinchado. Cerró con su boca, sellando su vagina y lamiendo con profundidad el interior de su canal.

- ¡Mmm!... - Tomo la almohada se la llevo a morder para evitar que salieran los gemidos.

Su lengua penetraba en movimientos de entrada y salida rápida dando lengüetazos profundos, sus colmillos se clavaron en la tierna carne de sus labios mayores, la saliva goteaba de su boca y el sonido gutural del rubio causaba una vibración en su intimidad.

- ¡Bill! – Protesto en voz baja cuando sus pies se estiraron enterrándose en el colchón de su cama.

La soltó un poco y lamio en el punto exacto de su clítoris centrándose en movimientos rotatorios que fueron de lentos a rápidos. Escuchando a la joven gemir tan dulcemente y jadear de forma pausada. Su boca mordisqueaba su pubis y nuevamente entre lamidas continuas, atrapándolo entre sus dientes para después succionarlo.

- Dios... ahh... - Mabel llevo sus manos tirando de los mechones rubios y apretándolos, el sujeto aumento el movimiento y la succión escuchando el jadeo intenso de la mujer. – Ah, ah... B-Bill... - hablo entrecortado. Sintiendo la ola de temblores en su cuerpo, su vientre contrayéndose y estremeciéndose antes de llegar a su anhelado orgasmo.

Un líquido tibio, agridulce y transparente descendió por sus pliegues empapando sus pliegues y mojando un poco las sabanas del colchón. Seguido de un suspiro de alivio y un jadeo relajado que la hacía apagarse.

El rubio salió de las sabanas y busco los labios de su amante de forma desesperada. Un beso coloco sobre aquellos labios rosados color fresa, besándolos de forma apasionada y calurosa.

Bajo sus pantalones de chándal oscuro dejando al descubierto su masculinidad, se acomodó entre la intimidad de la chica. Posicionándose encima de ella empujo la punta de su glande contra sus pliegues enterrándose de una estocada a la vagina de la chica, la lubricación envolvía todo su tallo facilitando las embestidas que comenzó a moverse.

- ¡Ahh! – La mano del rubio levanto su pierna izquierda a la altura de su brazo, permitiéndola enrollar en su torso, cerca de los músculos serratos.

- Tú miel sabe deliciosa. – Menciono entre el beso, mientras embestía con golpes fuertes y lentos en sus genitales. – Siempre se me antoja comerte.

- H-Has... estado m-muy activo. – Gimoteo la joven mordiendo sus labios, llevando sus manos al cuello.

- ¿Tú crees? – Retirándole el camisón a la chica hacia arriba, dejándola desnuda ante su presencia.

Se acercó acariciar sus senos y besarlos, revelando los anteriores chupetones rojizos que le dejo antier ayer.

- Siguen aquí. – Pasando un dedo sobre su pezón. – Son hermosas manchas.

- Por tú culpa no voy a poder usar mi traje de baño frente a mis amigas. – Sonrojándose furiosamente ante el patrón de hematomas rojizos en su escote.

- Puedes usarlo. – Soltando una risa, escuchando los gemidos de la castaña fuerte mientras la penetraba con rapidez y fuerza. – Usa lo que quieras. – Menciono entre jadeos. – Y los haré más notorios.

- ¡Bill! – Sus gemidos eran altos que tuvo que ocultarse en el cuello del rubio. - ¡Uhg! Ah, ah, ah, ah, ah....

- Puedes gritar. - Besando su mejilla, abrazo su cuerpo delgado y se aferró un brazo en el borde del colchón aumentando las embestidas a golpes profundos e intensos. – Ah, ah, ah... Mabel. – Gruño profundo y extasiado el demonio.

- ¡No!... Dios... no... ¡Ahh! – Sus manos de aferraron con fuerza sobre los omoplatos del rubio, encajo sus uñas pasándolas en una fina línea rojiza que sabría que se curaría en unas horas. - ¡BILL! – Grito en alto la castaña cerrando los ojos.

El golpeteo de sus sexos era delicioso al sentir el contacto íntimo muy cerca entre ellos. Dos, tres y cuatro empujones en su interior y una carga seminal se liberó dentro de la cavidad uterina de la joven. El demonio movió un momento sus caderas antes de salir de ella y caer recostado en el pecho de la castaña, sobre sus senos.

- Buenos... días. – Dijo el demonio de los sueños, colocando una sonrisa coqueta y besando sus labios. Algo que la castaña le acostumbro hacer cuando lo saludaba en las mañanas en el bosque. Un saludo y un beso en la mejilla.

- B-Bill... - Menciono en un suspiro largo la joven con la frente perlada. – Buenos... d-días...

- El sexo matutino es delicioso, cuando lo hacemos a espaldas de Seis dedos y Fez. – Soltando una risa suave. – Mierda... es delicioso hacerlo en la mañana y con menos ropa.

Mabel hace rato estaba en un dilema de sus planes universitarios y las cuestiones de economía en su carrera, que había olvidado que el demonio se quedó a dormir anoche en su habitación, mientras le ayudaba a terminar de desempacar su maleta que no termino de acomodar hace 3 días.

- Bill... si mis tíos nos escuchan, te castrara. – Frunció el ceño la castaña.

- Sí, sí... mañana sin ropa a la misma hora. – Acomodándose a su lado. - ¿Cuál es el plan en este día? Estrella fugaz

Ella y él tienen una relación de hace 4 años, por lo que no le importaría pasar su verano con su novio antes de centrarse en sus estudios.

- Iremos al lago. – Sonriendo. – Mi tío Stan quiere ir de pesca.

- Entiendo. – Se acercó a besarla nuevamente. – Me tienes mal acostumbrado a esto. – Tocando sus labios. – Tienes que recompensarme cuando estés lejos.

- ¿Celoso? – Sonando mi voz en tono juguetón.

- No. – Menciono el demonio. – Eres mi Estrella fugaz, el signo de mi zodiaco. – Murmuro cerca de su rostro. – No debo estarlo, cuando eres mía.

- Sabes que soy tuya. – Besando sus labios.

"La miel dulce siempre sabrá deliciosa después del verano"

Mabel dejo de atormentarse más por el asunto de cómo se acomodaría en sus planes para tener tiempo, sabía que Bill la esperaría en cuanto regresara de sus vacaciones de invierno. Siempre fue paciente y la amaba, a pesar de haber sido un cruel demonio en el pasado.

Ella se acercó a Bill para abrazarlo y quedarse a su lado arropados con la sabana, cubriendo su desnudes.

- ¿No vas a levantarte? – Sabiendo que ella no perdía un minuto de su tiempo en los días de verano.

- 15 minutos más. – Acurrucándose en su pecho. – Ellos aún no despiertan.

- ¿Me das 15 minutos? – Sonriendo contento al verla asentir y acomodarse en sus brazos. Para él tiempo que pasaba con la castaña era valioso. – ¿Quieres una segunda ronda? – tocado la diminuta cicatriz en el ante brazo derecho de su novia. No tendrían problemas con el anticonceptivo.

- 20 minutos más. – Besando sus labios para darle el consentimiento al demonio de continuar con el sexo matutino.

Acabo que son vacaciones y ella estaba muy preparada para pasar el tiempo con su demonio favorito.

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