---Leo y Ruby---

Los dos jóvenes se encontraban sobre el techo de un antiguo edificio, de una estructura rectangular, con cinco grandes ventanales que eran literalmente todo el lado frontal, las puertas de entradas también. Por ambos costados de ese edificio de forma alargada se encontraban otros dos del mismo tamaño que en donde estaban, pero con un toque más de columnas que de edificio en sí. Dejaba un muy bonito espacio en medio en donde transitaban muchas personas que estaban inundadas en sus pensamientos, no prestaban atención sus alrededores.

Ellos estaban tan fascinados por la vista, riendo y conversando. Mientras comían un delicioso helado que era de Brooklyn Bridge Park.

Ruby: (Sonriendo, mientras comía su cono con una bola de fresa y otra de chocolate que ambas llevaba trozos de los sabores antes dichos) Hmmm... ¡¡¡QUE DELICIOSO!!!

Leo: (Sonriendo, mientras devoraba uno de vainilla con salsa de caramelo) Sabía que te gustaría. Los helados de ese lugar son realmente buenos.

Ruby: (Comiendo su helado, mientras jugaba con sus piernas balanceándolas) Sip, en Remnant el helado no es tan bueno como aquí. Allá tiene un sabor más fuerte y aquí es tan suave y blandito. (Mostraba unos ojitos de estrellitas por el dulce sabor congelante).

Leo: (Sonríe mientras la mira emocionada, le parecía un espectáculo súper precioso) Me alegra que te gustara.

Ruby: (Pensativa, mientras miraba el lugar) ¿Aquí que es?

Leo: (la mira de forma atenta) Aquí es el Lincoln Center, usualmente la gente aquí viene a escuchar la opera.

Ruby: (Confundida) ¿Opera? ¿Qué es eso?

Leo: (Pensativo) bueno, es un lugar donde la gente viene a escuchar y ver una gran obra puesta en escena, donde cantan alcanzando notas muy altas.

Ruby: (Sorprendida, mirándolo con unos ojos de ilusión) ¡¡¡¿ENSERIO A LA GENTE LE GUSTA ESO?!!!

Leo: (Sonriendo nervioso y con un leve sonrojo, por el rostro lindo de ella) Si, a mucha gente le agrada la opera.

Ruby: (Comiendo su helado, mientras miraba a las personas) Que interesante, me encantaría poder escucharlos.

El joven mutante sonrió de forma confiada, y tomando la muñeca de la joven pelicastaña, la condujo hasta una pequeña puertecita que había en el techo, como su fuera una especie de pasadizo secreto.

Al abrirla e introducirse, se encontraron en un camino algo viejo y polvoriento de pasillo de madera, sin duda se notaba que hace muchos años nadie había entrado por allí. Caminaron de forma silenciosa por el lugar, el aun tomándola de la mano ahora y ella con algo de intriga por donde iba todo el asunto.

Ahora tenían que dar un pequeño brinco al llegar a unas vigas, tenían que sortearlas con sumo cuidado pues era madera algo antigua, sin embargo el piso de esa sección no era respectivamente el donde estuvieran los presentes, pero si uno de cemento que podría causar algún tipo de contusión en la cabeza.

Ruby: (Mirando atenta al joven) ¿A dónde vamos Leo? (Gira su cabeza para atrás) No deberíamos estar aquí, si alguien nos atrapa, podrías meterte en problemas y...

Leo: (Pone un dedo delante de él y le guiña el ojo) No te preocupes, pronto llegaremos.

La joven solo se cuestionaba el donde, después de las vigas, encontraron otra sección con una cortina y al atravesarla, llegaron a un sitio algo oscuro, que tenía una pequeña parte de luz que se escurría por otra cortina de color rojo ladrillo de terciopelo, era muy suave al tacto.

Se podía escuchar una música sonar y personas cantando de forma extravagante, pero sonaba muy divertido.

Rápidamente el mutante, soltó a la joven dejándola en medio del lugar y fue hacia donde estaba la última cortina, levantándola un poco, para lograr ver que es lo que pasaba afuera.

Ruby: (Sorprendida, con los ojos bien abiertos mirando todo el espectáculo) ¿Qué es esto?

Leo: (Sonríe) Es la opera.

La música sonaba de una forma armoniosa, era una orquesta muy elegante que dejaba escuchar unas melodiosas notas con un ritmo divertido, en escena estaba una joven mujer que no aprecia mayor de 24 años, de cabello castaño claro, atado en una cebolla alta, dejando unos mechones de cabello delante de cada oreja, con un tocado de cuentas enredado en su cabello, tenía un maquillaje súper natural, apeas un labial rojo, un poco de rímel en las pestañas y una sombra de color café claro asentando su mirada feroz que demostraba, un vestido rojo con un corsé amarillo, de un buen cuerpo que se dejaba ver aun con la ropa encima, unas zapatillas de piso, para finalizar todo un abanico de una tonalidad rojo quemado.

Parecía que en este momento fuera la protagonista, cantando notas tan altas que eran audibles en todos lados, incluso en donde se encontraban los dos jóvenes escuchando.

Atrás como de fondo, varias personas vestidas de una forma de aldeanos, un torero, un guardia y otra mujer que parecía molesta. Se veían construcciones de madera y papel resistente de edificios y carretas, se veía como una villa antigua más bien de la vieja España sin duda.

Ruby: (Impresionada) ¿Qué es lo que están haciendo?

Leo: (Pensativo, sonriendo a la joven) Creo que lo que están haciendo, es la opera de Carmen... Creo.

Ruby: (Con los ojos atentos y muy brillantes por lo que veía) ¿Qué es Carmen?

Leo: (Pensativo, mirando más a la joven que al espectáculo) Pues... No sabría decirte, no se mucho de eso.

Ruby: (Estando impresionada) Ho... Pero... ¿Podemos quedarnos a verlo completo?

Leo: (Asiente con la cabeza, sonriéndole) Claro que sí, lo que gustes.

La chica, solo le dedico una leve sonrisa y siguió admirando todo el espectáculo de esa bella opera. Miraba tan atenta que no notaba nada más que lo que pasaba en el escenario.

Miro como aquella joven canto y parecía discutir con la otra mujer que lucía un vestido de color azul pastel, un corsé rosa, zapatillas también bajas de un tono rosado y una coleta dejada de lado.

Después sonó una música diferente a lo que se estaba acostumbrado, como cuando una batalla se aproxima y así era, el torero y el soldado o general, en si la joven de Remnant, no conocía la diferencia de los rangos en este mundo, observo como peleaban con espadas. Luego un toro de madera y una rueda conducido por otra persona que se escondía detrás de una manta que parecía el cuerpo del toro, entro en la escena y fue directo a ambos hombres peleando.

Ella miraba como si fuera la cosa más interesante, como si aquella pelea era de vida o muerte. Respirando algo agitada y angustiada.

El mutante lo noto rápidamente, y sonriendo le tomo la mano a la chica, esta se estremeció y voltio a verlo.

Leo: (Sonríe) Tranquila, no te preocupes, es solo una obra.

Ruby: (Asiente con la cabeza) Es que... Es muy real... Yo.

Aquel toro, atacaba a ambos por igual, teniendo que esquivar y pelear al mismo tiempo con las espadas, hasta que fue el mismo torero que se descuidó y el animal artificial, dio contra él. Haciendo que este cayera al suelo, quedando inmóvil y provocando que uno de los cuernos del animal de cartón se quedara entre su brazo y cuerpo, haciendo que una especie de líquido rojo saliera de este.

Se mostraba una actuación de agotamiento en este y por su parte el soldado, solo observo el espectáculo, su actuación no constaba en ayudarlo en lo más mínimo. Solo miro aquel desgraciado hombre en el suelo y dio media vuelta, caminando hacia la mujer de vestido rojo con paso firme.

Parecía que el había vencido del duelo, por el corazón de la mujer, mas sin embargo antes de llegar a ella, el torero que hace unos instantes se encontraba en el suelo, había atravesado al guardia con su espada falsa, haciendo que este cayera al suelo de igual forma.

El torero cayo ahora su actuación era de un muerto y el soldado iba por el mismo camino, estando en el suelo, con el líquido rojo escurriendo de donde había recibido el golpe fatal, estirando su mano hacia la mujer que solo miraba sin expresión alguna.

Ruby: (Sorprendida) ¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡¿POR QUÉ LO APUÑADO POR LA ESPALDA?!!! ¡¡¡ESO ES TRAICIÓN!!!

Leo: (Suspira, mirando la obra) Así es el desarrollo sin duda.

Ruby: (Pensativa) ¿Por qué no lo ayuda?

Se escuchó de una música extraña, ahora parecía más de suspenso, como si dentro de esta hubiera una gran malicia que pronto se desataría y así fue.

La mujer, miro al pobre guardia moribundo y soltó una sonrisa muy sínica y elegante de la misma forma que parecía tan retorcida.

Ella solo se alejó riendo sin culpa, comenzó a cantar y el hombre solo miraba, tratando de estirarse para alcanzarla, pero jamás lo conseguiría en esta vida, esta solo siguió y siguió hasta que poco a poco comenzó a verse envuelta en un remolino de papel verde, representando el dinero que había tenido de la muerte de ambos hombres con los que había jugado sentimentalmente y ver su muerte por ella, fue una delicia.

Todos los demás aldeanos nunca supieron la verdad, solo la vieron como la pobre mujer que sus dos enamorados se murieron por su amor y que por obra del destino o lo que fuera tenía mucho dinero, fue dicho que heredo y así acabo la obra.

Una ronda de aplausos se dejó escuchar y el telón bajo.

Ruby: (Con los ojos furiosos y llenos de indignación) ¡¡¡¿PERO QUÉ CLASE DE FINAL ES ESTE?!!!

Leo: (Haciendo una mueca de disgusto) Sin duda, es algo... Que no recomendaría.

Ruby: (Frunciendo el ceño) Ella solo los utilizo a ambos y luego los dejo morir. Es una... (La chica parecía que se tuvo que morder la lengua, para no decir una grosería) ¡¡¡LOCA!!!

Leo: (Asiente con la cabeza) No me agrado mucho el final.

Ruby: (Con los brazos cruzados y los ojos cerrados) No me gusta la opera.

Leo: (La mira) No pienses eso por una sola obra que vez, pueden que otras sean mejores.

Ruby: (Pensativa) Puede que si... Pero una mujer que juega así con el corazón de dos hombres no me agrada y más porque el pobre guardia la quería de verdad, el torero solo de trofeo la deseaba, pero el otro de verdad era amor.

Leo: (Suspira pensativo) Algunas personas son así, es lo que retrata la obra que no todo lo que brilla es oro.

Ruby: (Asiente con la cabeza) Puede ser. (Se gira a ver al chico) ¿Nos vamos?

Leo: (Sonríe) Muy bien ¿A dónde quieres ir?

Ruby: (Pensativa, caminado para salir de ese lugar) No se tu dime.

Ambos sonrieron, y siguieron su camino hacia el techo del lugar, de igual forma como entraron ahora tenían que salir, pero en menos incertidumbre por parte de la joven y, algo risueña. Ahora seguiría alguna nueva idea de entretenimiento.