Capitulo 70 (Conociendo Al Supremo)
---En las calles de Nueva York---
Las tortugas conducían por las oscuras calles de esa ciudad, aun con la desesperación y la angustia a más no poder.
Hasta que el líder tuvo que frenar de golpe, si no hubiera atropellado a un pequeño ser que se les acaba de atravesar en el camino.
El enfreno provocó que, Leo tuviera una gran sacudida hacia adelante, dejándolo unos segundos desorientado.
Los ocupantes de atrás unos cayeron al suelo estrepitosamente y otros solo se tropezarán entre si y sostuvieran con los muebles y objetos que había dentro, para evitar caer.
Casey: (Corre hacia la parte delantera) ¿Qué paso Leo? ¿Por qué frenaste así?
Leo: (Levantando la mirada observando hacia el frente) Ese... ¡¡¡¿ZWEI?!!!
Casey: (Mira hacia el frente contemplando al can) Es la mascota de Yang y Ruby.
Mikey: (Levantándose del suelo con rapidez, sus ojos parecían suplicantes) Si él está cerca, ellas... También lo deben estar.
El joven de banana naranja, no tardo nada para estar abriendo la puerta del tortumovil y salir corriendo en dirección del perrito, el cual dio unas cuantas vueltas y luego se dirigió al callejón de donde había provenido.
Tanto Donnie como Abril, imitaron la acción del más joven, yendo hasta donde había ido al can.
Casey: (Sonríe un poco y ve a la tortuga de bandana azul) Debemos avisarle a Raph... Que las hemos encontrados.
Leo: (Suspira algo aliviado, pero su mirada aun perdida al frente) Si... Deberíamos de...
El chico de cabellos azabache, no había tenido una buena relación con este mutante, salvo algunos intercambios de palabras y saludos, él era más afín con Raph y con el hiperactivo de color naranja. Pero por alguna razón este sentía un tanto de simpatía por él y quería darle algo de apoyo, sabía que lo necesitaba.
Casey: (Poniendo la mano en el hombro del conductor) ¿Qué pasa? ¿No quieres ver a tu hermosa princesa de cuentos de hadas?
Leo: (Baja la mirada algo pensativo) No... No es eso... Solo que... (Gira levemente la cabeza).
Casey: (Le dedica una sonrisa muy amplia) Entonces, vamos a buscarlas. Si esta ese perrito loco aquí, ellas deben estarlo.
Leo: (Aprieta el volante) Pero... Si... Ella no quiere...
Casey: (Mostrando una sonrisa con una mirada tranquila) Mira Leo... Sé que no somos tan amigos o incluso muy cercanos, pero por lo poco que he convivido contigo, no eres del tipo que tiene tantas dudas de un tema y no hace algo al respecto para solucionar las cosas. (Lo mira) Así que, vallamos todos juntos por nuestras amigas y tratar de reparar el daño. No pasara nada (Se señala con el pulgar) Confía en mi ¿Si?
Esas palabras del chico de la bandana negra en el cabello, le parecieron simples, pero cargadas de una gran verdad, era cierto, él no era así, sus dudas debían ser dispersadas por la confrontación, la cual solo podía darse al hablar en cara con su amada, temer, sentir tristeza y desesperación son emociones humanas y las cuales debía tener al estar enamorado, pues no solo la alegría, felicidad y amabilidad es la que reina en un corazón. Gracias a todo eso obtuvo una pequeña llama de confianza que había perdido.
Leo: (Suspira, levantando la mirada al chico) Tienes razón... Vallamos a por ellas.
Casey: (Sonriendo confiado, mostrando su dentadura, la cual le faltan algunos dientes delanteros) Esa es la determinación que un líder debe tener.
Ambos jóvenes, bajaron del trasporte en el que iban, ignorando olímpicamente a la otra chica que viajaba con ellos y que no se había dignado en ningún momento en salir de allí.
En completa soledad, se quedó mirando como cada persona salía del tortumovil, pero ella cruzándose de brazo con una mirada de verdadero odio, como hubiera querido que Leo, no se fijara y aplastara al estúpido perro, ya que ahora tenían el conocimiento de que esas cuatro chicas estaban cerca y como le hervía la sangre.
Su mirada entre la oscuridad en la que se encontraba, parecían ojos en si de un demonio, brillando antes de atacar a su víctima, apretando la mandíbula.
Pero pronto un pensamiento alegre para ella surco su mente retorcida y formo una sonrisa de igual forma.
Karai: (Caminando hacia la parte delantera) No significa que ellas quieran estar con ustedes. Deben odiarlos Jajajajaja. (Sonríe, con una mirada entrecerrada) Que bonito es el amor.
---Dimensión X---
Ruby: (Dirigiéndose a la única cámara que había aun intacta) Venimos a detener la invasión a la Tierra y a cualquier otra dimensión.
Krang Supremo: (Hablando por el comunicador de la cámara) Ustedes son los seres conocidos como Cazadoras. Vienen de la dimensión Remnant. ¿Creen poder detenernos? ¡¡¡A NOSOTROS!!! ¡¡¡EL GRAN Y PODEROSO KRANG!!!
Weiss: (Seria apuntando su sable) Sus estúpidas armas, no nos van a detener jamás Krang.
Yang: (Sorprendida, mirando a la peliblanca) ¿De dónde vino eso?
Weiss: (Girando a ver a la rubia) Estoy harta de esta estúpida misión, solo quiero acabar y sacarme los restos del Krang del cabello. (Tocándose la coleta larga y blanca que en efecto tenia algunas manchas rosadas y verdes de los seres que acababan de matar hace unos momentos atrás).
Krang Supremo: (Ríe) Jajajajajajajaja Tontas humanas, no se han dado cuenta El Krang, no será derrotado tan fácilmente, por unas criaturas tan primitivas como ustedes. Sera mejor que se rindan y se vuelvan parte de la colección de tenemos.
Blake: (Con los ojos muy abiertos algo conmocionada) ¿Colección?
Krang Supremo: Si... Una colección privada que tengo, de todos los seres a los que hemos destruido su planeta, los conservamos como especies únicas, algo así como... Un zoológico según el nombre en la tierra.
Yang: (Molesta, hasta se puede decir asqueada) Los tratan como animales en cautiverio... (Frunciendo el ceño) Cada momento me repugnan más.
Ruby: (Enojada) Los vamos a detener Krang Supremo. No importa que pase, pero hoy se acaba tu reinado y tu tiranía en todos estos lugares. (Apunta su Crescent Rose, convertida en arma de fuego) Lo juro por mi vida (Dispara, destruyendo la cámara).
Yang: (Con las manos en la caderas) ¿Obtuviste la ubicación Weiss?
Weiss: (Mirando su pergamino, mientras tecleaba en este) Pr supuesto que sí. Como lo predije estamos en la dirección correcta.
Yang: (Sonriendo emocionada) Es hora de acabar con ese gran idiota.
Weiss: (Suspira observando el aparato) No te confíes demasiado.
Yang: (Mirándola con duda) ¿heee?
Weiss: (Se acerca a esta) El Supremo Krang, está ahora armado hasta los dientes, si es que tiene (Gira los ojos).
Yang: (Ríe confiada) Solo debemos tener las armas cargadas y hacer las maniobras de evasión cuando necesitabas recargar.
Weiss: (Le muestra el pergamino) No solo con soldados Krang que hemos enfrentado, también hay otros tipos de armamentos y robot que no hemos combatidos.
Ambas hermanas se quedaron mirando a la pantalla, ese radar que había creado la joven peliblanca, en su pergamino estaba dando frutos, con solo haber introducido el ADN Krang les ayudaba mucho, pero solo les prevenía de lo que vendría, se veían varios puntos rojos en un pequeño radio, y no solo eso, se podría esperar tantos Krang, preparados por un ataque de ellas, el elemento sorpresa se había ido a la basura, además que no sabían con exactitud que más encontrarían, pero ya era tarde para dar vuelta atrás.
Ruby: (Suspira algo preocupada, pero trataba de tranquilizarse a sí misma) Esta lucha será tal vez la más difícil que hemos dado, pero la daremos todas juntas con valor y el corazón de una verdadera cazadora, somos fuertes por separado, pero juntas seremos invencibles. Eso es lo único que debemos tener en mente, que sin importar lo que pase. (Sonríe para sus amigas) Debemos libertad a todos aquellos que el Krang, les arrebato su vida y todo lo que amaban.
Yang: (Sonríe orgullosa) Buen discurso Ruby, (Le acaricia el cabello) ¿Desde cuándo te has vuelto tan madura?
Weiss: (Seria guardando su pergamino) madura o no, tiene razón. ¿Cuál es tu plan líder?
Ruby: (Sonriendo emocionada) Nunca me habías llamado líder (Le da un abrazo).
Weiss: (levantando un poco los brazos, sin devolvérselo a la chica pelirroja) Si bueno... Ya compórtate, no me hagas retractarme de lo que dije.
Ruby: (Se separa de ella) Ho, sí, sí, sí. Perdona.
Yang: (Sonríe al ver a las otras dos algo más animadas) Bien... ¿Qué procederá?
Ruby: (Pensativa mirando hacia el techo) Es obvio que un ataque sorpresa ya no será nada efectivo, pues nos están esperando con todo lo que tienen.
Weiss. (Seria con los brazos cruzados sobre el pecho) Eso es correcto.
Ruby: (Sonriendo confiada) Lo único que nos queda es un ataque de frente, sabemos de lo que ellos son capazas, así que debemos esperar muchas sorpresas desagradables. Sin embargo tenemos algunos trucos bajo la manga. (La joven saca de su bolsillo de cargas una especie de huevo atado alrededor con hilo y sellado) Esto.
Yang: (Frunciendo el ceño) ¿Eso es?
Blake: (Seria mirando el objeto) Son las bombas de humo caseras de las tortugas.
Weiss: (Molesta mirando para otro lado) ¿Por qué traes algo como eso?
Ruby: (Suspira pesadamente) Miren, se lo que ha pasado y lo que menos queremos es la ayuda de ellos, pero tengo un plan y se necesitan estas cosas para lograr acabara con el Supremo Krang y traer paz a muchas dimensiones y sin contar la justicia algunas otras que ya no están. (Levanta el objeto) Esto nos dará aunque sea una mínima oportunidad de tener una ventaja contra ellos. ¿Qué me dicen?
Las tres chicas se quedan por un momento en silencio, intercambiando miradas, pues estaban algo pensativas en hacer uso de ese objeto, pero que más daba ahora, en este punto ya habían usado algunas cosas creadas por ellas y las tortugas en conjunto.
Yang: (Se acerca a la pelirroja) Si crees que nos ayudara y podre patear todos los traseros Krang que quiera, yo te apoyo hermana.
Weiss: (Refunfuñando) Solo quiero acabar con esto y no recordar nada de lo que paso, también lavara mi cabello. Cuenta conmigo.
Blake: (Mira a la líder seria) Por mi... No hay problema alguno.
Ruby: (Sonríe al ver la aceptación de sus amigas por su idea) bien, vamos chicas, en el camino les explicare el plan, deben ir cargando sus armas y prepararse para lo que sea, que haiga detrás de la siguiente puerta.
Yang, Weiss: (Asintieron con la cabeza) ¡¡¡SÍ!!!
Las tres chicas, comenzaron a caminar con paso apresurado hacia su último destino en esa gran guardia metálica, con cuidado de no hacer más ruido del que habían provocado, sabían que lo que les aguardaba iba hacer una de las más grandes batallas que tendrían que llevar acabo sin mencionar que podría ser la última en sí. Pero ese pensamiento lo ignoraban, no estaban dispuestas a morir en ese lugar por ninguna razón y eso les daba fuerzas para seguir su camino.
Ninguna de las tres se dio cuenta que les hacía falta un miembro en el equipo.
La pelinegra, se había quedado contemplado las puertas que detrás de estas se encontraban diferentes tipos de seres.
Blake: (Su mirada se encontraba perdida con un toque de melancolía en sus hermosos ojos ámbar) Les arrebataron todo, por un simple capricho de ellos, y luego los encerraron para toda su vida, como animales que les quitaron su derecho de vivir.
Baja la mirada, apretando sus puños y su mandíbula, en su rostro se estaba mostrando una expresión de enojo e ira, tan marcado, como si todo eso estuviera guardado en su interior por años y ahora efloreciera de una sola vez.
Blake: (Furiosa) Les daré la libertad... Que le han robado. (Saca su arma) Se los prometo.
La chica, se gira hacia la dirección que sus compañeras habían seguido, para de igual forma imitarlas, con una rapidez digan de su estirpe. Perdiéndose entre esos pasillos que guardaban tanta tristeza y crueldad.
Las cuatro cazadoras, llegaron hacia la puerta principal en la que sabían que detrás de esta se encontraba el líder de las tropas Krang, dispuestas a todo lo que fuera a pasar, se preparaban para la entrada furtiva.
La peliblanca, se posiciono enfrente de esa gran puerta blanquecina con bordes morados, observando para ambos lados de donde el derecho estaba Blake y Ruby y del izquierdo Yang, las tres sosteniendo en sus manos aquellas bombas caseras de humo.
Ruby, solo asintió con la cabeza, ante la cara de duda de la peliblanca, como indicándole que procediera con el plan.
Esta inhalo profundamente, dando un paso hacia adelante, levantando su sable con la punta hacia la puerta, haciendo un sello de igual forma con su símbolo de familia, pero de un color blanco con toques lila, cerrando sus ojos intensificaba el poder dado a ese ataque, pues la tonalidad iba subiendo poco a poco pasando al violeta y pronto al morado. Cuando llego a este punto, abrió los ojos rápidamente y una explosión fue el único sonido que se pudo oír, con esto a puerta había sido completamente destruida, dejando al descubierto a todos los seres que estaban dentro.
Sin embargo la visibilidad del lugar se vio oscurecidas, pues las bombas fueron arrojadas, dejando un humo oscuro como cortina para su entrada, a lo cual los Krang se quedaron confundidos por lo que ocurrió que no les dio tiempo de reaccionar ante el ataque.
Weiss de nueva cuenta hizo uso de su sable cambiando el Dust utilizado girando al mango de este, dejando ver una tonalidad azulada, clavándola en el piso haciendo que saliera el habitual hielo, congelando los pies de los robots Krangs que se encontraba en el lugar, no todos pero si lo que se encontraban al frente. pero este era diferente al que se conocía con anterioridad, pues ese elemento gélido estaba subiendo rápidamente por todos sus cuerpos, haciendo que la posibilidad de movilidad fuera completamente nula, incluso los Krang dentro no lograron salir y quedaron atrapados en esos atuendos fríos.
Yang, esa rubia, se estaba divirtiendo con tantos oponentes no se daría abasto, pero lo trataría de hacer, impulsándose con sus guanteletes, para llegar a gran velocidad contra los Kragndriode normales que conocían y otros más altos, disparando a diestra y siniestramente. De esta forma destruía partes robóticas, pero esta vez no se detendría hasta ese punto, sus extremidades siendo tan fuertes y el impulso de las balas, le darían mayor fuerza de golpe. Pues con cada ataque de sus armas, extrañaba el puño contra esa especie de ser gelatinoso, atravesándola por completo y dándole fin a su vida.
Esta chica parecía divertirse mucho con eso, pues no le importaba ensuciarse sus manos con la viscosidad de esas criaturas ni los líquidos que salían de estos, si con ello paraban la masacre que ellos habían cometido antes. Las patadas de la joven tenían la misma acción en cada ataque, sin embargo algunos androides también llevaban armas y aunque los primeros no se pudieron defender, estos últimos lo estaban haciendo, con armas de disparos laser, esta se cubría con los guanteletes metálicos, pero los ataques eran muy fuertes pues incluso habían dañado la base de las armas.
La chica del moño negro, corría a gran velocidad, entre toda esa multitud, disparando con su arma hibrida, cartuchos Dust de fuego, que quemaban a los Krang dentro del robot, su gran puntería le hacía atinar solo a las masas gelatinosas rosas del interior, derritiéndolas.
Los nuevos enemigos o más bien los robots que no habían podido ver, tenían una apariencia de gigantesca, con brazos en forma de taladros al final, de los cuales funcionaban de forma óptima atravesando cualquier cosa, el torso era igual forma metálico liso, las piernas como las de un gorila, la cabeza parecía ser solo una especia de bombilla gigantesca, que se tornaba verde o roja dependiendo de la acción que estuviera realizando. El lugar donde se encontraba el Krang era un misterio aun, no se localizaban aberturas por ningún lado.
Blake, se encontraba en algunos problemas, pues dependía de su semblanza, pero no podía retenerlos tantos a estos nuevos androides, ya que cada que hacia una copia y se atrapaba en ellos, usaban esos taladros para destrozar el material de lo que fuera hecha. Sin embargo ella no se daría por vencida e idearía un nuevo plan, para acabarlos.
Y de esta forma así lo hizo, corrió hacia uno de esos enemigos e hizo sus copias, pero no siendo de algún material en si sólido, si no de solo lo que era sombras, lo cual confundía al ser que estuviera dentro pues parecía que la chica usara clones para estar en todas partes, de esta forma no previno que ella clavara su pistola en el pecho de este y disparara de forma continua, dañando así un poco la maquinaria de adentro del robot, luego la funda de su arma que también era filosa, se dirigió directamente a esa bombilla cubierta por una especie de casco de cristal, usando toda su fuerza lo clavo en este destruyendo de esta forma la movilidad de la enorme cosa.
Comenzando a tambalearse, sabía que si destruía la armadura, el Krang no tendría de otra que salir de donde quiera que se escondiera y de esta forma localizaría donde se encontraba, observando aun sobre el robot, todos los lados de este solo para ver si su teoría seria cierta. Pero sin advertencia ni aviso, otro de los androides con ese estilo de equipamiento, la ataco con esos taladros, esta apenas si tuvo tiempo de esquivarlo para que no le diera en algún punto vital, pero su pierna fue comprometida, teniendo una herida abierta y dejando ver la sangre que se desprendía de esta.
Pero aún tenía más ases bajo la manga, el listón negro que ella tenía sujetado en su arma hibrida, lo utilizaba para poder salir de cualquier problema, usándola como se podría decir una liana, lanzado su pistola hacia el aire, haciendo que se enredará en una de las vigas de arriba, y de esta forma impulsándose para alejarse del robot que la acaba de atacar y el que había destruido, además de mencionar que estaba disparando balas de fuego sobre los robots gigante, que bien si no hacían daño a la armadura, si podría hacer arder el interior por el calor sobres sí. Colgando de su listón, observaba si veía de donde se ocultaban esos Krang.
La pelirroja con la capa de ese mismo color, se había dedicado desde el minuto uno a partir los Kragndriodes normales con su Rose Crescent, de un solo tajo cortaba a varios a la vez, sus habilidades, fuerza y filo se encontraba a otro nivel, el entrenamiento ninja había dado sus frutos en cada una, los Krangs que salían de estos, se encontraban ante las botas de la joven, que los aplastaba de una sola vez. Con su semblanza de velocidad, podía correr grandes distancias en segundos y sin duda partirlos en el camino, no se daban cuenta de lo que pasaba cunado la joven ya se había destruido la estúpida armadura.
Para cuando ya no había más de esos Kragndriodes en su camino, se dirigió a los gigantes, había observado como su compañera había detenido sus problemas con estos nuevos robots, así que pensó en un plan rápidamente, cortar por completo esos taladros, ayudaría mucho.
La oz en la que se convertía su arma, fue su mayor ayuda en todo, con la velocidad al 100% y su particular rastro de rosas, se dirigió a uno de esos enormes cosas, subiendo con dificultad sobre este, hasta quedar cerca de las manos en esto, apoyo debajo de la muñeca metaliza del robot la parte filosa de la hoja y girando para de esta forma caer al suelo ella, y haciendo presión en el mismo punto, logro cortarla aunque no por completo solo una parte de esta, digamos que la mitad, aun quedando conectado a medias al cuerpo.
Lo cual dejo algo preocupada a la líder, como era posible si su arma estaba muy bien afilada, pero podría ser que tantos ataques había desgastado el filo, raro siempre aguantaba mucho en batalla.
Pero con lo que no contaba era que aquella chica que se encontraba en el aire, se dejó caer justo en aquel brazo, para romperlo con el sable del arma hibrida de esta y haciéndolo caer, lo cual provoco un gran estruendo en el lugar.
La pelinegra, aterriza de pie junto a la pelirroja, ambas chicas sin verse levantaron sus puños al nivel de la cara en lateral y los chocaron. Una clara señal entre ellas de un buen trabajo.
La batalla seguía, no importaba cuántos de esos Robot gigantes Krang mandaran, las chicas los seguían destruyendo, la cuestión es que no lograban detectar donde demonios se encontraba la maldita masa rosada de esas cosas que se supone los controlaba.
Yang: (Molesta, porque sus guanteletes no funcionaban) Argggg... ¡¡¡CÚBRANME, NECESITO RECARGAR!!!
Ruby: (Colocándose detrás de la rubia) Entendido (Comenzando a disparar con su Crescent Rose).
La reina de las nieves, acababa de derribar a una buena cantidad de esos robots, que había caído sobre unos Kragndriodes, lo cual provoco que fueran aplastados. Sin embargo esta también analizaba como era la falta de esos seres en esas armas.
No dudo y tomando en cuenta que podría confiar en sus amigas.
Weiss: (Girándose a sus compañeras) Blake... Ven aquí.
La pelinegra, solo asintió y corrió hacia donde esta quien la llamaba.
Blake: (La mira seria) ¿Qué pasa?
Weiss: (Mirando al robot) ¿No encontraste nada en los robots que luchaste antes?
Blake: (Seria) No, no había ninguna abertura, salvo ese foco extraño que parece ser la fuente de energía.
Weiss: (Se levanta, quedando de frente a esta) Estas cosas no llevan Krangs dentro, solo son unos cascarones vacíos.
Blake: (Sonríe a medias) Solo fue una pequeña trampa, para cansarnos y prepararse para la verdadera lucho ¿Cierto?
Weiss: (Suspira sonriente) Si eso es lo que realmente planearon. Creo que son más tontos de lo que parecen.
La peliblanca, se quedó pensativa por uno instantes después de dar esa respuesta, su mente analítica, la hacía concentrarse en encontrar el verdadero plan del Supremo Krang y sobre todo, saber dónde se podría encontrar, mirando para todos lados esa enorme sala vacía, que asimilaba como una habitación del trono, con paredes de metal reforzadas, el techo sumamente alto, y pues en medio del lugar había unas computadoras con varios proyectores y pantallas que deban ver cada rincón de este "Castillo", esto hizo que la joven se diera cuenta de algo.
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