Capitulo 25 (Una Herida, Un Comienzo)

Mikey: (Sonríe algo avergonzado) Porque eres mi amiga.

La pelinegra, lo observo por unos instantes de forma sorprendida pero insensible, volteando la mirada al combate y poniéndose de pie, sin mostrar que sus heridas la lastimaban.

Blake: (Seria, pareciendo más distante de lo que es) Yo no tengo amigos, así me gusta.

Mikey: (sorprendido) Tal vez no sientas que seamos amigos, pues solo nos conocemos dos días, pero me agradas mucho... Además...

Blake: (Mirándolo de forma desaprobatoria) Cállate. Salgamos de aquí, es lo único que importa ahora.

La joven cazadora, pareciera que aquel momento de platica con la tortuga de bandana naranja, le hubiera despertado algún gran poder, peleaba de una forma tan limpia y perfecta, sin darle la más mínima importancia a sus heridas, su semblanza era algo que activaba cuando tenía la oportunidad de tener cerca a unos de esos monstruos Krang gigantes, y su arma creada por ella misma, le ayudaba a abrirse paso, sin embargo aún estaba en que sola no los superaría por completo.

Aun con las fuertes palabras dichas antes, Mikey no permitió que ella enfrentara a esas cosas, sola, el buen corazón de ese joven mutante, es tan grande que ayudara a cualquiera que lo necesitara aun si ese ser no fuera su amigo.

Formando un buen equipo, que parecía que peleaban solos por su cuenta, pero no era así para nada, ambos ayudaban, sin hablar ni nada más que sus acciones, para poder salir de allí.

El chico mutante, utilizado sus nunchakus enredaba sus cadenas en los pies de aquellos robots alusivos a simios y los derribaba, utilizando la cuchilla oculta en su arma, cortaba de tajo al gelatinoso Krang de su interior. No era habitual de él estar callado en una batalla, pero en esta así pasó el tiempo, no se sentía tan animado de costumbre.

Al encontrarse justo delante de la puerta de salida, y viendo que los Krang, que lograban salir de los robots antes de ser cortados, activaban más de estos golems, Mikey de su cinturón, tomo unas de las bombas de humo caseras creadas por Donnie, a base de cascarones de huevo, pólvora y una tapa.

Al lanzarla enfrente de ellos, el humo morado, se empezó a dispersar y este rápidamente tomo la muñeca de Blake y corrieron rápidamente a la salida, sin duda era una verdadera fortuna de que ambos sean tan atléticos, pues para salir del gigante subterráneo se recorría una gran distancia.

Cuando llevaban una gran distancia de ventaja del enemigo, sin dejar de correr la pelinegra cazadora, se zafó del agarre de Mikey, para seguir corriendo pero por su cuenta, lo que hizo que mutante, se detuviera de golpe, quedándose atrás, y provocando a Blake, que igualmente detuviera el paso, quedando parada delante de él.

Blake: (Mirándolo con su semblante frio) ¿Qué te ocurre? Debemos correr y salir inmediatamente.

Mikey: (con la cabeza baja) Te desagrado mucho ¿Verdad?

Blake: (Confundida, por aquella pregunta) ¿De qué hablas? Este no es tiempo de conversar de algo así, solo vayámonos.

Mikey: (Suspira pesadamente) Siempre... He querido amigos sabes...Que no me teman o les provoque asco... Creí que pude encontrar algunas amigas ayer... Pero tal vez me equivoque... Y es verdad... Soy un mutante, un ser diferente que las personas siempre temerá y aborrecerá y que jamás tendré mas amigos de los pocos que tengo.

Blake, sorprendida por las palabras de Mikey, en su semblante se había desvanecido el de frialdad costumbre de ella, por uno de completa compresión, en su mente se amontonaban recuerdos y momentos en los que su origen le habían afectado en su vida, y logrando empatizar con lo que ese joven mutante sentía y que ella había actuado con él, como muchos lo habían hecho con ella.

Blake: (Mirándolo) No creas que no tendrás amigos... Encontraste tres ayer... Ellas son muy buenas como amigas y camaradas, son lo mejor.

Mikey: (Levanta su mirada) Y ¿Tu?

Blake: (Mirado al piso) Yo no soy buena amiga, para nadie, es todo lo que puedo decirte. Pero... El que seas mutante no te impide tener y hacer amigos, en cambio... Una personalidad como la mía, eso lo impide mucho... Para mí eso está bien.

Aunque era cierto que en el equipo TMNT, Mikey era el menos inteligente y siempre por su carácter hiperactivo e infantil lo metía en problemas y era un dolor de cabeza para muchos, podía empatizar rápidamente con personas y seres vivos, y en ese momento sentía como si, su mismo sufrimiento fuera el de esa chica de cabellos negros ondulados, que le parecía tan hermosa.

Blake: (Dándole la espalda) ¿Seguimos?

Mikey: (Observándola) Si.

Al seguir corriendo, la tortuga de bandana naranja, fue notando un pequeño rastro de sangre, que venía de delante de él, y se dio cuenta de que su compañera se encontraba herida, recordando que en la pelea el mismo vio como la mano y parte del brazo izquierdo de esta, tenía pequeñas heridas abiertas que dejaban salir la sangre de estas, no era algo de gravedad, pero por el movimiento constante del cuerpo de esta y aunque fuera poca, la sangre es un líquido vital.

Justo unos metros antes de llegar al lugar de donde podían salir, lograban escuchar como sus enemigos Krang, se acercaban a ellos.

Aun teniendo una pequeña ventaja no la podían desaprovechar, pero para la desgracia de Blake, debían escalar una gran parte para salir de allí, por el camino de un viejo ascensor del cual no servía por la falta de energía eléctrica, la pelinegra, sabía que debía hacer lo imposible para seguir con vida. Así que se dirigió directo a la puerta de donde se debía escalar después, para así hacerlo, sin importar que estuviera lastimada.

Mikey: (Se acerca a ella y la toma del hombro) Si lo intentas, esas heridas de abrirán más y eso sí sería malo.

Blake: (Lo mira) No ha de otra, tengo que hacerlo. No puedo morir aquí.

El pequeño mutante se acacho poniéndose en cuclillas frente a ella.

Mikey: (Sonriendo) Entonces yo te llevare, sube a mi espalda, sé que te pido que me sujetes fuertemente, y eso te duela, pero es el único modo por el cual podremos salir sanos y salvos, sin que sea peligroso para ti.

La pelinegra, se sorprendió por ese gesto del mutante hacia ella, aunque ya tenía poco más de un año conviviendo con personas que la aprecian y quieren, ver que alguien que apenas la conoce, le brinde ese tipo de ayuda, hizo que se conmoviera un poco y vio a Mikey con mucha ternura. Pero eso rápido se disipo al escuchar a los Krang acercándose y por ende el ninja verde, la tomo del brazo derecho, indicándole que debía sujetarse de él rápidamente, para salir de ese lugar de una vez por todas.

Y así lo hicieron, aun con el peso extra de Blake, la tortuga se movía muy ágilmente por entre los muros, tenía en mente el de salir con vida y con su compañera de allí sin que nada malo más pase, tomo tan solo unos minutos poder ascender, pero si fueron los más largos de sus vidas, con el Krang casi pisándoles los talones, pero al llegar arriba, pudieron tomar un poco de aire y tranquilizar sus corazones que estaban al mil por hora.

Cuando escucharon que el Krang también venia por el mismo camino, Blake tuvo una rápida y decisiva idea, de su bolsillo del cual tenía algunos Dust, tomo uno con polvillo rojo brillante, y la dejo caer por aquel umbral de oscuridad que daba hasta abajo, aventándolo con toda la fuerza que tenía en el brazo derecho, haciendo que este artefacto callera y cuando se impactó contra el piso, detono su gran magnitud de explosión, provocando que fuera tan masivo que se adentró a todo el gigante subterráneo y calcinando a los Krang de inmediato.

De inmediato que la explosión por debajo comenzó, la pelinegra comenzó a correr de nuevo, pero esta vez ella llevaba de la muñeca a Mikey, para que ambos se alejaron del peligro inminente que era el estar en ese lugar justo en ese preciso momento.

Ambos jóvenes no se detuvieron al salir de ese complejo de departamentos y se encontraran a varios edificios de distancia, de donde pudieron tomar un respiro y ver como el lugar de donde habían estado momentos antes se llenaba de fuego y humo sofocante, mirado aquel siniestro.

Espectáculo, Mikey se dejó caer sentándose en el techo e donde se encontraban, dejando escapar un suspiro de un gran alivio.

Mikey: (Sonriendo por completo) Lo logramos, salimos vivos de allí.

Blake: (Seria, respira un poco agitada) Eso estuvo muy cerca.

Mikey: (Levantándose) Oye, ¿Dónde conseguiste esas cosas? Son geniales, quiero unas.

Blake: (Mirándolo) ¿Te refieres al Dust?

Mikey: (Mirándola sonriendo) Si, ¿así se llama? Me gusta su nombre.

Blake: (Confundida) Pero ya les habíamos hablado un poco de estas cosas.

Mikey: (Sonriendo rascando su cabeza) Creo que debí distraerme jajajaja.

La pelinegra, lo miro completamente desconcertada, al saber que no había prestado mucha atención, le pareció un chico muy distraído, pero también muy dedicado y decidió, de muy buen corazón y ella solo atino a sonreír y dejar escapar unas cuantas risitas.

El mutante de bandana naranja, al verla sonreír y escuchar su risa, le pareció algo tan maravilloso y hermoso, que se quedó mirándola por un tiempo, solo observándola y admirando su belleza. Pero todo eso fue interrumpido cuando de ambos se escuchó un ruido extraño de su estómago, esos sonidos sin duda eran de falta de comida, ya eran la 1 de la tarde, obviamente el hambre tenía que ser acto de presencia, principalmente por todo lo que tuvieron que hacer por sus vidas.

Mikey: (Avergonzado y algo rojo) Creo que es hora de comer.

Blake: (Nerviosa y son una débil sonrisa) Si, así es.

Mikey: (Sonriendo) Preparare algo rico de comer, ¿Qué te gustaría?

Blake: (Sorprendida por la pegunta) Bueno, lo que sea está bien para mí.

Mikey: (Sonriendo confiado) Entonces, creo que hare algo con arroz, ¿Qué tal arroz blanco con anchoas?

La cazadora, parecía que tuviera un condicionamiento por asociación ya que tan solo escuchar la palabra anchoas para comenzar a que su boca se hiciera agua.

Mikey: (Mirando la reacción de su compañera) Creo que te gusto mi idea. (Sonriendo) Vamos, los demás ya debieron llegar.

Blake, asintió y comenzó a caminar detrás del mutante, cuando estuvo a una distancia prudente del ninja verde, saco de su bolsillo trasero, aquel dispositivo de teletrasportación perteneciente a los Krang, sin duda debía ser estudiado por su camarada Weiss, así que se mantenía precavida de mostrarlo.

Pasando su camino principalmente saltando de techo en techo, hasta llegar a las alcantarillas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top