Capítulo 8
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Pasa algo, papá?—tanto Hanabi, como Kurenei, se preocuparon al ver que Hiashi se llevaba la mano al pecho, su rostro reflejaba preocupación y algo parecido al miedo.
—No lo se, de pronto sentí algo extraño—respondió y sin poder evitarlo, recordó la oscura época en la que lo perdió todo. Suspiro, tratando de alejar esos tristes recuerdos—No importa, debe ser el cansancio—les dijo a ambas para tranquilizarlas.
Neji entró y lo miró con preocupación, su tío parecía resignado a morir antes de encontrar a su hija y él, por mas que se esforzaba, no había podido ayudar en nada. Lo que ellos no sabían, era que los resultados de las pruebas de ADN, realizadas a la chica llamada Tsuki, efectivamente coincidían con las de Hinata y a esa hora, en otro país, los hermanos Otutsuki, ya se preparaban para viajar a Konoha.
Ambos hermanos dejaban sus ocupaciones mas importantes a los empleados de confianza. No sabían exactamente cuánto tiempo se demoraría reunirse con su sobrina y por supuesto, no podían permitirse ser interrumpidos, además, también tenían la intención de llevar personalmente a la hija para reunirse con su padre. Tenían mucho que agradecerle a Ko y pensaban brindarle los honores que merecía como el héroe que fue durante todos esos años de sufrimiento.
Taizo ya les había narrado todo acerca de Ko y los Otutsuki, se conmovieron con la inquebrantable voluntad de ese hombre. No había que pensarlo mucho para saber que Hiashi también estaría muy agradecido, después de todo, fue ese hombre quien cuidó de Hikari y de Hinata mientras él no podía hacerlo.
[...]
Tras declarar el delicado estado de Mikoto, también se le imputó el cargo de intento de asesinato y robó premeditado a Hinata. Con la confesión de Shion, rápidamente la llevaron a una celda, no obstante, tal como lo había planeado Kimimaru, el perfil de Hinata pasó de no tener cargos anteriores, a ser considerada una adolescente problemática y hasta cierto punto, peligrosa.
La frialdad de la celda en la que la pusieron, no se comparaba con el dolor que la joven sentía en su corazón tras ver el lamentable estado de la mujer a quien quería como a una madre y como si las cosas no pudieran empeorar, Sasuke, ni siquiera le dio la oportunidad de explicar. Seguramente la odiaba tanto y no dudaba que fuera capaz de todo lo que la culpaban.
Apenas la llevaron a la celda, le quitaron sus pertenencias, las cuales no eran muchas, dado que su celular se quedó atrás y ni siquiera pudo llamar a alguien para avisarles sobre los acontecimientos. Pensó con preocupación en su padre, ya que antes de encerrarla, le permitieron realizar una llamada y fue a él, a quien llamó, pero luego de varios intentos, no respondió. Pensaba llamar a Itachi, pero ya no se lo permitieron.
—Vamos—la voz de alguien la regresó a la realidad—serás trasladada al reclusorio—hasta ese momento, la chica no había caído en cuenta de lo que podía enfrentar si era hallada culpable, pero al escuchar que la llevarían a ese sitio, sintió un escalofrío en todo su cuerpo.
—Ella apenas llegó y ya se la llevan ¿que hizo para que se apresuren tanto?—cuestionó una mujer de mediana edad que también se encontraba detenida por una llamada de violencia domestica.
—Pero, aún no he completado el tiempo de estancia aquí y ya les dije que yo no hice nada... por favor, tienen que creerme—las lágrimas volvieron a aparecer y las burlas de las otras mujeres detenidas no se hicieron esperar.
—Si, si, claro, eso dicen todas, vamos, no me obligues a utilizar la fuerza contigo y ustedes—el oficial se dirigió a las otras féminas—no interfieran—aún no amanecía cuando se la llevaron a esa gran edificación. Hinata no era tonta, tenía conocimiento sobre los protocolos legales y sabía que algo malo estaba ocurriendo, ya que sumado al trato que recibió, ni siquiera le llevaron abogado, era como si la consideraran una terrorista, o algo similar.
Ella no dejó de temblar durante todo el proceso, incluso, lloró amargamente cuando la obligaron a cambiarse de ropa, para vestir el uniforme de las reclusas.
La custodia parecía tener algo contra ella, ya que la empujó en varias ocasiones, haciéndole perder el pasó, luego la llevó a una habitación con instrumentos médicos, donde le hicieron una revisión rutinaria y acto seguido, le dieron una pequeña pastilla.
—¿Para que es?—cuestionó con dudas.
—No preguntes—le ordenó la custodia de nombre Guren.
—Entonces no lo tomaré, necesito hablar con un abogado, por favor...—no termino de hablar, cuando se vio, sometida contra el piso. La médica se había marchado en cuanto terminó la revisión y solo quedaba ese mujer.
—Escucha—le sostuvo las mejillas con dureza, haciendo que las uñas la hirieran—aquí no serás tratada como una princesa—con un golpe en el estómago, Hinata soltó un grito de dolor y fue ahí, que Guren la hizo tragar la pastilla.
—¿Qué pasa? ¿Porqué la tratas así?—otra custodia llegó hasta ellas y se molestó al ver el trato hacia la joven. Guren tenía poco tiempo trabajando en el reclusorio y desde el principio, vio que era muy ruda, pero ahora parecía fuera de control.
—Ella se puso muy violenta—sin culpa alguna, se encogió de hombros, después de todo, ya le había suministrado la primer dosis del narcótico y a partir de esa, las siguientes serían más fáciles—además, ya te advertí que no te metas conmigo, Anko.
—Si vuelvo a ver algo similar, te voy a reportar, ya hay suficientes quejas en tu contra y no será difícil suspenderte—Guren tenía poco más de un mes trabajando en el reclusorio, ella entró con un amplio currículum que respaldaba la compatibilidad en dicho puesto, así que no le fue difícil quedarse con el trabajo. Obviamente, ella fue contratada por uno de los hombres de Kimimaru. No hubo mucha información además del jugoso depósito en su cuenta bancaria, pero las órdenes reiteraban que estuviera preparada para la llegada de una joven y después de varias semanas esperando, la chica finalmente llegó, por lo tanto, se dispuso a seguir al pie de la letra las instrucciones.
Anko, se aseguró de dar la mano a la temblorosa chica y fue ella misma quien la ayudó a llegar hasta la celda asignada. Hinata sintió que algo andaba mal, ya que la custodia hablaba dandole las indicaciones, pero ella solo escuchaba ecos lejanos. De pronto, la precaria cama se veía como la mejor opción y dando rienda suelta al cansancio de la noche anterior, se desplomó. Anko lo atribuyó al cansancio y quizás en parte, fuera cierto, no obstante, la realidad era diferente y eso era precisamente lo que planeaba el perpetrador.
Kimimaru planeó meticulosamente cada detalle del oscuro plan y no dejó ni un solo cabo suelto. Quería derrumbar mentalmente a la mocosa y una vez vulnerable, la tendría a su merced para ponerle fin a su despreciable vida. El embarazo de Shion fue un extra, ya que no tuvo que observar por mucho tiempo, para saber que ella amaba al menor de los Uchiha, por lo tanto, saberse utilizada por su novio y su supuesta amiga, la hundiría en la tristeza. La suerte por fin le sonreía, ya que incluso la repentina enfermedad de Ko, también se ajustaba a ser un extra, sin embargo, no debía bajar la guardia, así que necesitaba drogar a la Hyuga durante unos días y después, mediante un traslado de reclusorio, conseguiría llevársela sin dejar rastro.
[...]
Durante los dos días posteriores al insistente de la matriarca Uchiha, Sasuke no se había separado de ella. Shisui, se encargó de avisar a todos los familiares y trató por todos los medios de ver a Tsuki, no obstante, en ninguno de los intentos tuvo suerte. La primera vez, le dijeron que no se permitían visitas y las siguientes ocasiones, se encontró con que la joven causó problemas y estaba confinada en las celdas de castigo. Esa información enloqueció por completo a los amigos de Tsuki, especialmente a Ino y a Kiba, quienes juraban que ella era incapaz de atentar en contra de Mikoto.
Fugaku e Itachi, llegaron y después de escuchar a Sasuke, se mostraron renuentes a creerlo, ni siquiera porque el mismo Ibiki, prácticamente confirmó lo del supuesto robo. Aun con las supuestas pruebas, Itachi continuó negándose, especialmente, al saber que era precisamente Shion, quien la acusaba directamente.
Mientras él se debatía en la salud de su madre y en aclarar la situación de Tsuki, los noticieros anunciaron que el incendio ocurrido días atrás, fue solo una forma de ocultar un brutal asesinato. Debido al daño del incendio, no se sabía la identidad de la víctima, sin embargo, los vecinos comentaron que se trataba de un varón de mediana edad, eso fue lo único que se dijo. Quizás si la atención de los involucrados no hubiera estado tan fija en el gran problema que atravesaban, se percatarían de la dirección que mostraba la casa del incendio.
[...]
—¡Tsuki... Tsuki—Fugaku se levantó en segundos y corrió hacia su esposa. La mujer había estado inconsciente durante tres días y finalmente daba señales de recobrar la conciencia—Tsuki—ella aún parecía adormilada y lo único que decía era el nombre de la chica.
—Cálmate querida, llamare al médico—trató de tranquilizarla, pero ella se resistía a ser tocada—RÁPIDO, LLAMEN AL MÉDICO—la puerta se abrió y los dos hijos de ambos entraron con los rostros preocupados. Al ver la situación, Itachi corrió a llamar las enfermeras.
—Mamá—Sasuke se acercó con rapidez y tomó de su mano. El médico ya les había informado que no había daños cerebrales y la recuperación iría surgiendo gradualmente en los próximos días. Madara e Izuna, soltaron el aire y persuadidos por Fugaku e Itachi, regresaron a sus respectivos hogares, dado que ambos hermanos tenían innumerables compromisos.
—Tsuki... ella, ella—la mujer giraba el rostro costeando, su ceño se mantenía fruncido, mostrando gran desesperación. Ese gesto hizo que Sasuke tuviera mas seguridad sobre la culpabilidad de Tsuki.
—Rápido, preparen un cédante—el doctor entró y al ver la condición de la paciente, optó por cedarla, después de todo, ella estaba muy alterada y de continuar así, terminaría aumentando la presión arterial—La paciente reaccionó favorablemente, ahora solo dormirá un par de horas para que se tranquilice—Fugaku e Itachi, suspiraron de alivio.
—¿Dijo algo antes de quedarse dormida?—cuestiono Itachi.
—Mi madre no hizo mas que nombrar a la responsable, seguramente aun se siente aterrorizada ¿y como no estarlo? La haraposa a quien cuido como a su propia hija, mordió la mano de quien la alimento.
—Cuida tus palabras, Sasuke—advirtió Fugaku.
—¿Porqué no eres paciente y dejas que sea nuestra madre quien diga exactamente lo que ocurrió?—Itachi se reprimió para no golpear a su hermano menor. Independientemente de lo ocurrido, ese no era ni el momento, ni el lugar para comenzar con esas acusaciones.
—Yo estoy segura que la niña no fue capaz de hacer tal cosa—añadió Chiyo entre sollozos. Ella no podía aceptar que la pobre chica estuviera detenida en un reclusorio, incluso, antes de la llegada de Fugaku e Itachi, intentó pedir clemencia a los hermanos de Mikoto, sin embargo, al percatarse de sus intenciones, Sasuke se lo impidió, argumentando que Madara e Izuna, eran personas muy ocupadas y no tendrían tiempo para involucrarse con Tsuki. Sin mas opciones, Chiyo mantuvo silencio y los hermanos se marcharon sin saber nada sobre la situación de la ojiperla. Ellos solo sabían que Mikoto se lastimó al caer y preocupados por su salud, no se concentraron en nada más, después de todo, nadie mencionó a la joven durante su breve estadía y una vez supieron que estaba a salvo, partieron el mismo día de su llegada. Si lo pensaba fríamente, aunque les hubiera contado lo ocurrido, ellos dos tampoco hubieran podido hacer nada por ella, dado que ni siquiera Itachi, había logrado tener éxito.
—Quizás no lo hiciera deliberadamente, pero al tratar de huir con todo lo que robo, terminó enfrentándose a mi madre—de hecho, eso era lo que pensaba, ya que aun con todo el rencor que sentía por ella, después de pensarlo por varias noches, Sasuke llegó a esa conclusión. Todo fue un asqueroso intento de robo, en donde su madre fue gravemente herida.
—Como lo dijo Itachi, no deberías asumir nada hasta que la tía nos cuente lo que ocurrió... recuerda que tampoco hemos logrado escuchar la versión de Tsuki y eso ciertamente, me tiene algo confundido—repuso Shisui.
Ante los reproches de su familia, Sasuke guardó silencio y a pesar de estar seguro de lo que ocurrió, no podía dejar de pensar en lo dicho por su primo. Conocía las leyes y le resultó extraño que nadie pudiera verla y como si las cosas no pudieran ser mas raras, el padre tampoco se había presentado a pedir ayuda para dar con ella.
[...]
Durante el primer día en el reclusorio, Hinata experimentó de primera mano, la verdadera crueldad de las personas. Lo primero fue a su llegada y acto seguido, la misma custodia que parecía empeñada en que su vida fuera miserable, la despertó lanzándole agua fría en el rostro.
La compañera de celda se mostró indiferente, pero no fue lo mismo con las otras reclusas. Durante la comida, un grupo la rodeó para darle la"bienvenida" lo que terminó con una golpiza y comida esparcida sobre ella. Cuando las custodias llegaron a aplacar las cosas, todas la culparon y Guren, estuvo muy complacida de llevarla a las celdas de castigo, donde se aseguró de volver a hacerla tragar mas pastillas.
En casi una completa oscuridad, la chica pasó la noche en estado de agonía. Le dolía todo el cuerpo y temblaba involuntariamente. Sus ojos apenas se abrían y ya no sabía si se trataba de pesadillas, o de la cruel realidad, ya que más y mas pastillas fueron ingeridas a la fuerza.
Durante un momento de lucidez, sintió un punzante dolor en el vientre, seguido de abundante sangrado. Pensó que se trataba de su periodo y atribuyó que todo se debía a los fuertes golpes que recibió, sin embargo, eso no se parecía a nada que hubiera sentido con anterioridad. La fiebre no bajaba y su instinto de supervivencia, la impulso a buscar ayuda.
Se incorporó un poco y el dolor la dobló, haciéndole soltar un desgarrador grito. Sin mas alternativas, se arrastró hasta la orilla de la puerta y comenzó a gritar por ayuda—Por favor, necesito ayuda, estoy sangrando mucho—no estaba segura de cuanto tiempo grito y cuando pensaba que volvería a quedarse dormida, alguien abrió la puerta.
—Por todos los cielos—era la voz de Anko, la misma que la ayudó el primer día—Me voy por dos días y esa maldita vuelve a abusar de su cargo—en ese momento, la ojiluna comenzó a perder el sentido, escuchando a lo lejos los gritos de Anko.
...
—¿Que le pasó?—un médico rubio, que casualmente prestaba servicios en el sanatorio del reclusorio, se sorprendió al ver la condición de la reclusa y su asombro creció, al percatarse de su identidad—Tsuki-San—la nombró sin vacilar. Siendo personas conocidas entre si, Naruto sabía sobre lo ocurrido a la matriarca Uchiha, como también a la persona que se responsabilizó por lo ocurrido y aunque efectivamente se necesitaba de un médico en el sanatorio, tras escuchar por Gaara, que nadie se había podido comunicar con la joven, se ofreció voluntariamente para ir, no obstante, nunca esperó que apenas al segundo día, se la encontraría en tan lamentable estado.
—¿La conoces?—cuestionó Anko, mientras el rubio le abría los párpados. Tras estar durante días confinada y con poca fuerza física, Hinata había dejado de lado los contactos que cubrían su color inusual de orbes y tras verle el perlado color, Naruto no pudo evitar sorprenderse de nueva cuenta.
—Un poco—respondió aun sorprendido—¿Desde cuando está así?
—No lo se a ciencia cierta—respondió preocupada—apenas el Viernes la dejé en su celda y ahora la encuentro en este estado en las celdas de castigo—se lamentó Anko—¿estará bien?—la fémina descanso durante el fin de semana y apenas llegó, escuchó rumores sobre el traslado de cuatro reclusas y entre ellas, se encontraba el nombre de la recién llegada. Su sexto sentido le decía que había algo raro y cuando averiguó dónde la tenían, corrió a buscarla. Esta vez no pensaba quedarse de brazos cruzados, tenía la intención de hablar con sus superiores, sin embargo, no esperaba verla tan mal.
—Tiene sangrado abundante, múltiples hematomas y pupilas dilatadas... si no consigo estabilizarla, tendrá que ser trasladada al hospital mas cercano—luego de una confrontación con los directivos, Naruto maldijo la incompetencia de los encargados y sin querer perder tiempo, llamó a uno de sus colegas para que le facilitara lo necesario.
...
Hinata escuchaba voces y aunque lo intentó, no lograba abrir completamente los ojos. Tenía mucho sueño y su cuerpo se sentía muy cansado. No lograba identificar si las voces provenían de sus sueños, o si eran reales, sin embargo, hubo un comentario que la llevó al límite—Su condición indica que fue drogada con un poderoso narcótico, a eso se debe su estado—Naruto se encargo de tomar muestras sanguíneas y rápidamente las envió al laboratorio—además, sufrió un aborto espontáneo.
—¿Estaba embarazada?—cuestiono una voz femenina.
—Tenía alrededor de tres semanas de gestación—Hinata se sintió confundida y se volvió a perder en una nueva ronda de pesadillas.
—Pobre chica, es tan joven—se lamentó la enfermera que ayudó al rubio durante el proceso.
—Probablemente ella ni siquiera lo sabía, después de todo, tenía muy poco tiempo y ante lo ocurrido, quizás sea lo mejor—Naruto la miró con ternura—de haber seguido con el embarazo—con solo ver su condición, el rubio supuso que los narcóticos usados con ella, eran muy fuertes y posiblemente hubieran tenido graves efectos secundarios en el bebé.
Guren se marchó apresuradamente y se puso en contacto con la persona que le encargó el trabajo. Todo lo que planeaban se arruinó, debido al inesperado embarazo y tras recibir grandes dosis de las píldoras, la chica tuvo una hemorragia. Obviamente, omitió decir que aumentó la dosis indicada inicialmente. Seguramente eso fue lo que causó el aborto y ahora el supuesto traslado ya no seria posible. Ella ya había recibido el pago y no pensaba regresar al reclusorio, después de todo, al ver el extenuante cuidado que el médico y su equipo pusieron para tratarla, no dudaba que de igual manera, también se dispusieran a buscar responsables y ella no sabía absolutamente nada sobre el verdadero interesado, por lo tanto, le tocaría cargar con toda la culpa y no pensaba hacerlo.
[...]
—¡TSUKI!—con un repentino grito, Mikoto volvió a despertar y en esa ocasión, lo hizo completamente.
—Tranquila, estuviste muy grave y nos diste un gran susto—Fugaku, soltó la computadora que estuvo usando y se dirigió a su esposa. No quería que ocurriera lo mismo que horas atrás.
—Mamá ¿recuerdas lo que ocurrió?—Itachi fue mas rápido que su hermano y preguntó con cautela. Los ojos de la Uchiha se dirigieron a Izumi, quien le sonreía desde el fondo de la habitación y asintió.
—Tsuki, Izumi y yo, salimos en la trade, quería despedir a mi niña—poco a poco, fue relatando los sucesos hasta llegar al incidente—¿Por cuanto tiempo estuve dormida? ¿Porque ella no esta aquí?—la mujer se puso a llorar, era evidente que ellos no podían detener el viaje, sus vidas peligraban y era de suma importancia que se marcharan de Konoha.
—¿Tsuki te empujó?—Itachi resopló ante la actitud de Sasuke.
—¿Que? Por supuesto que no ¿porque preguntas eso?—cuando Mikoto les contaba, el médico llegó a realizar la revisión, momento exacto para que Itachi, literalmente arrastrara a Sasuke hasta el estacionamiento del hospital.
—Quédate con ella, en seguida regresó—sabiendo lo que podía ocurrir entre sus hijos, Fugaku, no dudó en seguirlos, dejando a Izumi para cuidar a su esposa y tal como lo pensó, Itachi ya le había dado un golpe a Sasuke.
—Te advertí que no la acusaras sin pruebas—reprocho, mirando al menor sobre el suelo—Ya se lo que le hiciste y realmente no te entiendo, de verdad que no te entiendo—la frustración era palpable en su rostro y quiso volver a golpearlo.
—Nadie puede culparme, los mismos oficiales encontraron las pruebas del robo—Sasuke se limpio la sangre de las comisuras de la boca—y sobre lo que hice ¿no crees que tu eres el menos indicado para juzgarme?
—¿De qué hablas?
—Sabes perfectamente de lo que hablo ¿o vas a decirme que no quieres estropear tu imagen frente a todos?—francamente, Itachi estaba desconcertado ¿que demonios le ocurría a Sasuke?—¿Porque no admites que eres tan, o mas despreciable que yo?—cuando el mayor de los hermanos estaba por volver a golpearlo, el padre de ambos se puso en medio.
—Basta ya—miro a ambos con molestia—se suponía que a estas alturas, ya deberían estar por llegar a las autoridades ¿como creen que reaccionara su madre cuando sepa lo que le ocurrió a Tsuki?—los hermanos bajaron la cabeza—¿Que esperan? Llamen al abogado, Nara-san—como era de esperarse, Shisui se había encargado de conseguir uno de los mejores abogados que le recomendaron y este a su vez, ya se había encargado el caso. Fueron ellos quienes se lo informaron a Gaara, sabiendo que esa joven podia ser la prima de Neji—y no olviden contactar al padre de Tsuki, desde que llegamos aquí no ha venido y me parece extraño—en ese momento, ambos hermanos se percataron de lo dicho por Fugaku.
—Yo buscaré a su padre—afirmó Sasuke y se fue sin escuchar nada. Itachi, por su parte, abrió el celular mientras avanzaba a su auto y se puso en contacto con el bufete de abogados Nara.
...
Tras la declaración de Itachi, sobre la inocencia de Tsuki y las amenazas jurídicas realizadas por Shikamaru y Temari, al personal que abuso de sus cargos para trasladar a Hinata sin respetar sus derechos,ellos se les prohibió seguir ejerciendo y estarían bajo investigación hasta determinar su culpabilidad o inocencia y como era de esperarse, finalmente el caso fue puesto en evidencia.
Todavía se debía seguir algunos pasos, ya que efectivamente, se encontraron pruebas del robo entre sus pertenencias, además, para retirar la acusación de intento de asesinato, debía ser la misma Mikoto, quien declarara lo que realmente pasó, no obstante, tras lo ocurrido, ella definitivamente ya no podía pasar ni un segundo mas dentro del reclusorio.
Al enterarse de lo ocurrido a la detenida, Temari literalmente amenazó a quienes se interpusieron en su camino para llegar hasta la chica y una vez que lo lograron, Itachi casi se derrumbo. Solo habían pasado tres días y la linda joven que siempre estaba llena de vida, ahora yacía inconsciente e indefensa sobre una vieja camilla.
—¡Itachi-San!—Naruto se sorprendió al ver entrar a varias personas y entre ellas se encontraba Itachi Uchiha, Shikamaru y Temari Nara.
—Naruto ¿que tiene? ¿Porque esta aquí?—con suma delicadeza, el azabache se acercó a ella y la evaluó. La ira lo puso al límite tras verla llena de hematomas, su ceño aun en la inconsciencia, se mantenía fruncido y los constantes temblores le indicaron que había mucho mas que una golpiza.
—Por el momento se encuentra estable—el rubio no sabía si debió revelar la información confidencial de la joven, por lo tanto, solo dijo lo mas relevante.
—Estamos aquí para trasladarla a un hospital ¿podrías ayudarnos?—Naruto miró al matrimonio Nara y sonrió.
—He querido hacerlo desde que llegué y ahora que nadie lo impide, por supuesto que lo haré—el rubio omitió decir sobre los resultados toxicológicos, dado que una vez en el hospital, se encargaría personalmente de obtener las muestras.
[...]
Sasuke arribó a la misma casa donde dejó al padre de Tsuki, la vez que se ofreció a llevarlos. La propiedad estaba completamente en ruinas y la inconfundible cinta amarilla de los investigadores, dejaba claro que se trataba de un caso criminal. De pronto, un escalofrío le erizó la columna y se preguntó por el paradero del hombre.
Estaba por cruzar la cinta para acercarse, cuando alguien lo detuvo—Deténgase, no puede pasar—se giró y encontró una pareja de ancianos.
—¿Que sucedió aquí?—preguntó con cautela.
—Bueno, eso fue muy lamentable—se lamentó la fémina—¿usted conocía a Ikea-san?
—Si ¿que pasó con él?
—Tres noches atrás, ese buen hombre fue acecinado brutalmente y para cubrir el crimen, incendiaron la propiedad—Sasuke dio un paso atrás y se llevó la mano a la cabeza. Su corazón latió desenfrenado y el apacible rostro del varón apareció en sus memorias—debido al fuego, aun no es oficial que se tratara de él, pero es una mera medida oficial, ya que nadie mas vivía aquí.
—Afortunadamente, su linda hija no se hallaba con él, de lo contrario, ella hubiera sufrido ese mismo destino—añadió el anciano con tristeza.
—¿Se sabe algo de los responsables?—logró cuestionar el azabache. No podía dejar de pensar en la noche en que Tsuki, se preocupó por su estado y él, le prometió que siempre estaría a su lado.
—Lo extraño es que Tsuki-chan no haya venido a buscarlo—murmuró la mujer—ellos eran muy cercanos y no puedo imaginar el dolor que va sentir al enterarse—sin mas que decir, la pareja continuó su camino, dejando atrás al desconcertado Uchiha.
Luego de pensarlo por unos minutos, Sasuke llamó a su padre para decirle y se dirigió a la estación de policía, necesitaba saber sobre el caso, quizás la identidad de la persona fallecida no era la misma que el padre de Tsuki. Sonrió sin alegría, obviamente se trataba de Ikea-San y su muerte ocurrió precisamente el mismo día que su hija fue detenida.
...
Con voz aguda y sin lugar a la negación, Fugaku, le ordenó que se fuera directamente al hospital. Prácticamente, le dijo que él no tenía la necesidad de hurgar en asuntos de personas a quienes despreciaba. Aunque su padre no lo dijo abiertamente, era obvio el reproche en lo dicho y lo fue aun mas, al enfatizar que sería Shisui, quien se encargaría de averiguar los detalles.
No tenía derecho a refutar, así que luego de permanecer sentado en su auto frente a la destruida casa, se dirigió al hospital.
El pasillo hacia el elevador que lo conducía al piso de su madre se veía solitario, sin embargo, una figura muy conocida venía caminando desde el lado opuesto. Ellos dos no se habían visto desde que rompieron su amistad y encontrarse después de tanto tiempo, los sorprendió a ambos.
Naruto ya había terminado de acomodar a Hinata en una habitación para recibir los cuidados correspondientes. Cansado luego de muchas horas sin dormir, salió para dirigirse a su hogar y para su mala suerte, se encontró de frente con la persona que mas hubiera querido evitar.
Las orbes oscuras se encontraron con las azules durante escasos segundos y sin decir nada, el rubio continuó su camino, ignorando por completo al desconcertado azabache. Cada uno tenía diferentes pensamientos, mismos que coincidían en la ultima vez que se vieron, no obstante, tal como lo decretó Naruto, ellos dos nunca mas volverían a ser los mismos de antes.
Saliendo de la sorpresa inicial, Sasuke volvió a retomar su camino hacia la habitación de su madre, no obstante, sus piernas se detuvieron al escuchar la conversación que sostenían su hermano y su padre.
...
—¿Entonces ya la trajeron aquí?—cuestionó Fugaku, quién se encontraba afuera de la habitación de la matriarca Uchiha, junto a Itachi, ambos se veía serios y había molestia en sus voces.
—Si, Naruto fue el medico que la atendió en el reclusorio y fue una suerte que la haya tratado con tanta rapidez, de lo contrario...—Itachi se llevó la mano a su cabello y negó con la cabeza—Ella fue golpeada brutalmente y a juzgar por su estado actual, también fue obligada a ingerir medicamentos controlados que han alterado su estado mental—Sasuke se tambaleó y sus piernas golpearon la silla cercana a él, atrayendo la atención de los dos hombres.
—¡Tsuki!—se acercó a su hermano y lo tomó del cuello de su camisa—¿Es cierto lo que acabas de decir?—el mayor frunció el ceño y se deshizo del agarre.
—No finjas interés en ella—le ordenó con disgusto—y desde ahora te digo que no se te ocurra volver a acercártele... si bien es cierto que lo ocurrido no fue directamente tu culpa, también es cierto que no moviste un solo dedo para ayudarla, incluso te negaste a darle el beneficio de la duda.
—No puedes decir eso, yo ni siquiera fui quien llame a las autoridades, todo lo ocurrido sucedió tan rápido, además, Shion...—se quedó callado y finalmente pensó en lo ocurrido aquella noche ¿porque Shion afirmó sin dudarlo que Tsuki fue la responsable?
—Si, claro—soltó Itachi con una sonrisa sarcástica—y como se trata de ella, no había nada que dudar, después de todo, ella es un ejemplo de buen comportamiento y si hay dudas, podemos preguntarle directamente a Naruto ¿no es así hermano menor?
—Basta los dos—Fugaku tuvo que volver a intervenir—este no es el momento para discutir, Shisui no debe tardar en regresar con información sobre Ikea-San.
—¿Que pasa con él?—cuestionó Itachi y Fugaku le contó lo que averiguó Sasuke. Como era de esperarse, Itachi se quedó consternado y su cerebro de inmediato comenzó a pensar en diferentes hipótesis.
[...]
Kimimaru enloqueció por lo ocurrido. No había fallas, se encargó de cuidar todos y cada uno de los detalles, pero la mocosa no pudo soportar un solo día más y terminó arruinando su elaborado plan. Ahora debía pensar en otra manera de acceder a ella y de nueva cuenta volvió su atención hacia Shion.
—Necesitó que vuelvas a usar tus dotes de actriz—la fémina lo miró con disgusto. Las molestias del embarazo no le daban tregua y encima estaba el hecho de que la vieja bruja Uchiha, ya había recobrado la conciencia y solo era cuestión de tiempo para que la acusara directamente a ella—Me informaron que la Hyuga fue ingresada al mismo hospital donde esta tu futura suegra y no adivinas quién fue el medico que logró estabilizarla—la rubia lo miró con incredulidad y sintió el corazón palpitar aceleradamente.
—¿Que quieres decir?—titubeó con miedo.
—¿No lo adivinas?—Kimimaru sonrió—Se trata de tu Naruto, tu perfecto sol... fue él, quien se encargó de protegerla y ¿quién sabe? Quizás al igual que el arrogante Uchiha, también se haya interesado en ella.
—¡MENTIRA!—le gritó enojada—Naruto jamás podría fijarse en alguien como ella—la ira la incendió desde adentro y en ese momento, ya no había necesidad de incitarla a seguir órdenes, dado que la misma Shion estaba dispuesta a todo por quitar esa molestia de su camino.
—Tranquila querida, recuerda tu bebé—tras escuchar la mención del niño, la ira aumentó en la rubia. Odiaba a ese bebé, la frustraba no poder luchar abiertamente por Naruto y todo gracias a ese niño.
—Déjate de sarcasmos y dime de una maldita vez que demonios quieres—el varón sonrió y supo que ella obedecería sin protestar.
[...]
—Ya puse las pruebas sobre el abuso de poder en contra de Tsuki-San, además, también se ha llevado a cabo el interrogatorio a Mikoto y con esto, queda claro que la acusada está libre de toda sospecha... ahora solo falta averiguar sobre la acusación de robo—informó Shikamaru.
—¿Y que hay de las personas que la golpearon?—cuestionó Ino, con el rostro bañado en lágrimas. Ella, al igual que sus amigos, habían llegado al hospital en cuanto supieron que la joven fue ingresada en mal estado.
—La mayoría de las perpetradoras fueron reclusas y la autora principal fue una nueva custodia... fue ella quien se encargó de maltratar a la joven en cuanto llegó al reclusorio—Shisui, se encargó de consolar a la rubia, mientras Shino, contenía a Kiba—El abuso de poder de esa persona es un grave delito y obviamente, ya nos ocupamos de lanzar las pruebas en su contra... desgraciadamente, toda su información personal era falsa, gracias a esos errores, ella escapó y nadie la ha visto desde lo ocurrido—aclaró Temari.
—¿Porqué tanta crueldad con ella?—se lamentó Tenten. Izumi se acercó a ella y le dio unas palmadas en el hombro en señal de apoyo, ya que ella se cuestionaba lo mismo.
—Y encima está lo ocurrido a su padre—repuso Shino—no se como lo tomará ella cuando se entere—había preocupación en sus palabras y pronto, todos estuvieron de acuerdo con él.
—Se que no es mucho, pero yo personalmente me encargaré de quienes levantaron la mano en su contra—añadió Shisui, queriendo tranquilizar al grupo de chicos—les juro que ellas lamentaran haberse metido con nuestra Tsuki—Ino sonrió con tristeza y al mismo tiempo, sintió una gran calidez en su pecho. Su novio era el mejor. Shikamaru por su parte, fingió no escuchar nada y solo pudo imaginar lo que haría el Uchiha en contra de esas mujeres.
—Dadas las condiciones de la tía Mikoto, creo que el más indicado para hablar con Tsuki-chan sobre lo ocurrido a su padre, es Itachi—repuso Izumi y todos estuvieron de acuerdo con ella.
[...]
Hinata continuó su recuperación y mientras dormía, seguía escuchando parte de las conversaciones a su alrededor. No sabía si se trataba de las innumerables pesadillas, o por el contrario, eran reales, tal como lo que escuchó sobre haber sufrido un aborto espontáneo. Al no volver a oír nada al respecto, eso quedó como parte de sus pesadillas. La mayor parte del tiempo, sus sentidos parecían dislocados, volviendo a vivir en la oscuridad que la absorbió dentro de esa celda luego de haber sido golpeada durante la comida por todas las reclusas, sin darle oportunidad a defenderse. Todo eso fue como una tortura que parecía interminable, no obstante, fue lo último que escuchó, lo que la puso en un estado frenético. Su padre, no, su padre no podía estar muerto, eso definitivamente debía ser otra cruel pesadilla.
—La presión arterial está subiendo mucho, de continuar así, su corazón se verá afectado—informó la enfermera encargada de monitorear a la joven. Gracias a la influencia de los Uchiha, se evitó que colocaran a guardias para custodiar a la joven, puesto que según las autoridades, aún se le consideraba detenida.
Itachi sintió el corazón apretado y no pudo evitar pensar en que quizás ella logró escuchar lo que estaba hablando con Naruto sobre la muerte del Hyuga. Viendo correr a Naruto, se maldijo mentalmente por ser tan descuidado.
—Rápido, preparen un sedante—la enfermera le entregó al rubio el medicamento y él, lo colocó sobre la vía intravenosa. Poco a poco, la respiración de la chica comenzó a ser más tranquila y el médico pudo soltar un suspiro de alivio.
—¿Crees que nos haya escuchado?—cuestionó Itachi.
—La desintoxicación ha sido lenta y por momentos, ella se ha alterado mucho, pero viendo esto, estoy seguro que si nos escuchó—Naruto animó al azabache—y por cruel que sea, también es una buena señal—afirmó, revisando los párpados de Hinata—Tsuki-San, esta por recobrar el conocimiento—el rubio omitió decir, que quizás la chica iba a estar mentalmente alterada por unos días, aunque después de verla reaccionar a la dolorosa noticia, había más probabilidad de que estuviera con pocos efectos secundarios—Vamos, hablemos afuera—los dos caminaron afuera de la habitación.
—Siento que hay algo más que no me has dicho ¿verdad?—Naruto no era tonto y pronto se percató de que Itachi era la persona que mas se preocupaba por la frágil joven y conociendo su temperamento, dudo en contarle sobre el aborto, después de todo, ya había escuchado que para él, Tsuki era como su pequeña hermana y no dudaba en hacer pagar a cualquiera que la dañara, incluso al mismo Sasuke.
—Ella tenía tres semanas de embarazo y debido a los medicamentos y los golpes, sufrió un aborto espontáneo—el azabache se llevó la mano a la boca y dio dos pasos atrás. Sus memorias viajaron a tres semanas atrás y sus puños se contrajeron.
—Sasuke—murmuró entre dientes y fue entonces, que Naruto logró atar cabos. Entonces era Sasuke.
—Escúchame—el rubio lo llamó para atraer su atención—estoy seguro que ella ni siquiera lo sabía, por lo tanto, es mejor que por ahora, no le digan nada, al menos hasta que se encuentre completamente bien—sabiendo que la situación era delicada, el Uchiha optó por estar de acuerdo y resignado, se dirigió a enfrentar a su madre, quien exigía explicaciones sobre Tsuki.
...
—¿Cómo quieren que me tranquilice sabiendo que Tsuki, se encuentra enferma?—Fugaku no quiso decir lo ocurrido a su mujer, no hasta que la joven recobrará por completo el conocimiento y en su lugar, le contaron que al estar detenida, se contagió de una fuerte gripe—¿Cómo pudieron pensar que mi niña seria capaz de dañarme?—la mujer se palpó la cabeza y se sintió mareada, sobre todo, al recordar la conversación que mantuvo minutos atrás con Shion. La chica, prácticamente le rogó que la perdonara, argumentando que todo fue un lamentable accidente, lo cual era cierto, no obstante, tenía la intención de dañar a Tsuki y eso no era aceptable. Shion lloró amargamente y atribuyó sus acciones a la inseguridad que le causaba la atracción de Sasuke hacia Tsuki. Mikoto no se dejó convencer, pero cuando estaba por gritar que la sacaran, la chica le mostró una serie de fotografías de una ecografía.
Esa mujer estaba embarazada y el padre era Sasuke. La noticia la dejó helada, obviamente quería ser abuela, pero que ella fuera la madre de su futuro nieto, le trajo una sensación agridulce. Luego de permanecer callada por unos minutos, le pidió a Shion que se marchara, no le pudo asegurar que permanecería en silencio, sin embargo, tampoco quería que el embarazo lo pasará tras las rejas. Ni hablar, estaba realmente confundida sobre lo que debía hacer. Quizás si le hubieran dicho que gracias a Shion y a sus falsas acusaciones, Hinata fue puesta en prisión, no sentiría dudas, pero por temor a alterarla, su familia optó por mantener eso en silencio.
Shion salió de la habitación de Mikoto sin ser vista y del mismo modo, se escabulló en el lugar donde tenían a Hinata.
La encontró a solas, con los ojos fijos en el techo. Aparentemente, ya había despertado y nadie lo sabía, de lo contrario, estarían con ella llenándola de mimos, como siempre lo hacían con ella.
Sintiéndose observaba, la ojiluna dirigió sus perladas orbes hacia Shion, estaba tan confundida, que no se preocupó por ocultar su verdadera identidad. Shion, no pudo evitar la sorpresa que le causó ver el verdadero color en sus ojos, no obstante, rápidamente lo disimuló.
—¿Qué quiere aquí, Shion-San?—cuestionó con la voz ronca por haber estado dormida por tanto tiempo.
—¡Tsuki-chan!—Shion se arrodillado dramáticamente y lloró, aparentemente arrepentida—Por favor perdóname, no quería que esto pasara, yo...—la voz se le quebró por el llanto, pero Hinata permaneció indiferente.
—¿Que es exactamente lo que pretende? ¿Acaso no ha terminado de burlarse de mí? ¿No está conforme con engañarme, sino que también desea verme privada de la libertad?
—Lo siento tanto, yo realmente te aprecio y no quería que las cosas salieran así—las lagrimas no dejaban de salir y eso incomodaba a la Hyuga—Te juro que de haber tenido otra alternativa, no hubiera hecho lo que hice, pero dadas las circunstancias, ya no puedo hacerme a un lado en la relación que mantuve en silencio con Sasuke.
—Lo que ustedes dos hagan, no es de mi incumbencia, así que guarde sus explicaciones—Hinata sintió que el suelo se abría para terminar de tragársela, mientras la rubia apretó los puños con odio, de no ser por las advertencias de Kimimaru, ya habría abofeteado a esa maldita mocosa. La odiaba desde antes y ahora que Naruto la cuidaba tanto, su odio se desbordó.
—No, tú no entiendes, yo de verdad no quería volver con Sasuke, pero él, se negó a terminar, incluso cuando comenzó a salir contigo, además, me enteré que estoy embarazada y él es el padre—Hinata sintió que el corazón se le terminaba de romper y sin pensarlo, se llevó las manos al plano vientre ¿seria un sueño lo que escuchó sobre haber abordado?—Como puedes ver, me llene de miedo al saberlo , pero Sasuke se puso muy contento y optó por planear acusarte de robo. Yo en verdad no quería hacerlo, pero me dijo que solo manchando tu imagen frente a sus padres, lograría deshacerse de tu presencia... lo que no planeó, fue que su madre se interpusiera y saliera herida—el cuerpo de la ojiluna comenzó a temblar ¿tanto la odiaba que quiso ponerla en prisión?—Por favor perdonarme, pero luego de saber sobre el embarazo, mi única preocupación es nuestro bebé, él no tiene la culpa de los errores que cometimos y merece tener una familia completa—las lágrimas de Hinata salieron sin que pudiera contenerlas.
—No era necesario acusarme, yo nunca me metería entre ustedes dos, además, pensaba marcharme de Konoha y no volvería a verlos, así que también me mantendría lejos de la familia Uchiha—Shion sonrió mentalmente al verla tan afectada y se levantó del suelo para acercarse a ella.
—Lo sé, pero él temía que su familia no te dejara ir, incluso, creyó que lo obligarían a casarse contigo y bueno, tu mejor que nadie, sabes lo que Sasuke piensa de ti. Se que estuvo mal por prestarme, pero él quiso demostrar que no eras tan leal como todos creían y al ver el rechazo que tuvieron hacia mí, pensó darles una lección, después de todo, la familia Uchiha me despreció desde el inicio y siempre dejaron claro que te preferían a ti.
—Me queda claro que ustedes dos se merecen—le dijo sin importarle mostrar su dolor y decepción—y no se preocupe en explicar, es evidente que él nunca dejó de odiarme—la Hyuga se incomodó mucho al recordar que no portaba los contactos. Sus ojos eran visibles y cualquiera podía verla, así que intentó voltear a otro lugar.
—Se que no podrás perdonarme, pero te pido que pienses en mi bebé, todo lo hice por su bienestar—se acercó a ella y fingió una dulce sonrisa—mira, estás son las imágenes de la ecografía—Hinata sollozo amargamente. Nunca debió dejarse engañar por Sasuke, ahora toda su vida fue perturbada—Sasuke está muy feliz, incluso lloró un poco al ver a nuestro bebé moviéndose dentro de mí.
—Por favor, marchese—la ojiperla sintió que a fin de cuentas, los sentimientos de odio, también podían florecer dentro de ella—usted y yo, ya no tenemos nada de que hablar y me gustaría estar a solas—con fingida aflicción, Shion se alejó y salió sin ser vista. El llanto de la joven aumentó y no fue consciente de la presencia de Naruto.
—Tsuki-San ¿has despertado?—mirándola llorar, pensó que ya sabía sobre las noticias de su padre—¿Que pasa? ¿Te duele algo?
—Dígame ¿es cierto que estaba embarazada?—sabía que lo mejor era no saberlo, pero al mismo tiempo, necesitaba descartar esa posibilidad.
—¿Lo sabías?—la pregunta de Naruto, le dio la confirmación que había estado temiendo.
—Entonces no lo soñé—la joven lloró en voz alta, mientras Naruto le contó como fue que surgió el aborto. El rubio no sabía como tranquilizarla y lo único que pudo hacer fue abrazarla hasta que solo se escuchaban suaves suspiros. La crueldad de Sasuke había superado sus expectativas y ahora, un ser inocente fue víctima de todo el odio que guardó hacia ella.
—Eres muy joven y no fue tu culpa, así que trata de no pensar demasiado—la consoló, ayudándola a limpiarse el rostro—Hay muchas personas preocupadas por ti y estoy seguro que se pondrán felices al saber que estás despierta—Naruto le sonrió genuinamente y cuando estaba por alejarse, ella lo sostuvo por la bata medica.
—¿Puede hacer algo por mi?
—Por supuesto, solo dime lo que necesitas.
—Antes de decirles a todos que he despertado ¿podría conseguirme unos contactos negros?—ella evitó sus deslumbrantes orbes azules y jugó con sus dedos—Le juro que los pagaré, pero por favor, no le comente a nadie sobre esto, es una larga historia—suprimiendo su curiosidad, Naruto asintió y con solo una llamada, obtuvo el pedido de la chica. Esperaron alrededor de quince minutos y una enfermera llegó con el pequeño paquete.
—En unos minutos vendrá una enfermera a ayudarte con la ducha y más tarde, te trasladarán a una habitación más cómoda ¿de acuerdo?
—Gracias, Naruto-San, nunca olvidaré esto—el rubio se rascó la mejilla con nerviosismo, esa joven era muy linda y verle esas exóticas orbes perladas, lo dejó cautivado. Sasuke era un bastardo y no se merecía a alguien como ella.
Sin dejar de sonreír, Naruto salió de la habitación y realizó las peticiones para la joven, luego de quedar todo claro, se marchó a continuar con los otros pacientes.
...
—¿Mejor?—Hinata sonrió con tristeza y asintió a la fémina que le ayudó a ducharse—Bien, ahora me ocuparé de hacer los arreglos para llevarte a otra habitación, descansa un rato—la enfermera se fue y la joven volvió a llorar, era tan irónico que hubiera estado embarazada y ni siquiera lo pudo cuidar. De haberlo sabido, quizás se habría cuidado más y en este momento, esa criatura todavía formará parte de ella. La decepción la invadió al recordar que Sasuke fue el causante de todas sus aflicciones y gracias a su odio, el bebé que tendría con ella, ya no sería un obstáculo en la familia que formaría con la mujer que realmente amaba y la misma que si daría vida a su descendiente.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por los golpes a la puerta. Ella no respondió y la puerta fue ligeramente abierta—¿es usted Tsuki Ikea?—cuestionó un repartidor y ella asintió—Tengo un paquete para usted, solo firme aquí—ella firmó y miró la caja sobre el sofá cercano a la ventana. Sin mucho animo, se levantó para ver el contenido, pero al sostener la caja, se sorprendió por el peso y se preguntó que podría haber dentro.
Un escalofrío recorrió su columna vertebral y de pronto se sintió inquieta. La caja era cuadrada, forrada con papel de regalo, adornada con un gran moño y aparentemente, su peso era considerablemente alto. Pensando en ello, supuso que se trataba de porcelanas, o quizás electrónicos. No había remitente y después de pensarlo por unos minutos, se acercó para abrirla.
Con las manos temblorosas, poco a poco, fue retirando el papel y al abrir la tapa, su rostro se llenó de horror. No consiguió coordinar sus movimientos y tras caer hacia atrás, el contenido de la caja le cayó sobre las piernas.
Miles de pensamientos surcaron su ya desequilibrado cerebro y ni siquiera se dio cuanta que sus gritos salían sin control, mientras la cabeza de su padre yacía inerte manchándole la ropa con la sangre ya cuabulada. El olor llenó sus sentidos y sus orbes se fijaron en las orbes vacías que antes la veían con tanto cariño—PAPÁ—grito con dolor en el pecho. Eso era demasiado, estaba segura que se trataba de una cruel pesadilla y se obligó a despertar. Tirada en el frío suelo, buscó la manera de infligirse dolor para salir de esa pesadilla, así que no dudo en morderse la muñeca hasta sentir que el líquido caliente llenaba su boca.
—Tsuki—Itachi entró corriendo, seguido por Mikoto sentada sobre una silla de ruedas que empujaba Fugaku. Las tres personas quedaron atónitos.
—Por todos los cielos—Fugaku, giró la silla de ruedas para obstaculizar la visión de la grotesca escena, mientras que Itachi se apresuró a levantar a la ojiperla y sin pensarlo, salió de la habitación, gritando que llamaran a las autoridades.
En minutos, el hospital fue invadido por los oficiales y los forenses criminales. La noticia se esparció como pólvora y quienes conocían a los involucrados, quedaron horrorizados. Eso fue una gran crueldad contra esa joven, la cual parecía tener una nube oscura sobre su cabeza.
Horas mas tarde, finalmente los médicos consiguieron estabilizar a Hinata. Ella pasó por diferentes estados de ánimo, desde gritar, llorar, querer lastimarse diciendo que debía despertar, hasta quedarse completamente en silencio, con la mirada perdida. Mikoto se hallaba con ella sobre la camilla y la abrazaba con ternura queriendo consolarla. Antes del incidente, no fue posible detener a la azabache y tras rogarle a su hijo y esposo, consiguió que la llevaran a ver la la niña. Itachi sabía por Naruto que Tsuki ya estaba bien, por lo tanto, accedió a la petición, sin embargo, al ver lo ocurrido, se arrepintió de su debilidad, ya que su madre lloraba en silencio y no dejaba de negar mirando hacia su padre. Era evidente que las personas de quienes se ocultaban el padre y la hija, los habían encontrado. Itachi sabía que los buscaban, sin embargo, al ver lo que esas personas fueron capaces de hacer, comprendió que la situación era peor de lo que pensaba.
Las cámaras del hospital los llevaron a un callejón sin salida, dado que solo dieron con el repartidor y tras un largo interrogatorio, solo quedaba claro que fue alguien más el verdadero responsable de enviar la cabeza del Hyuga.
Sasuke tembló al saber la noticia y se mantuvo en silencio y ocultó de los amigos de Tsuki, quienes se reunieron en la sala de espera. Necesitaba verla, saber su estado y tratar de aminorar esa dolorosa culpa que se incrustó en su pecho. Ella fue la primera mujer en herirlo, pero no creía que algún día pudiera llegar a odiarla y muy a su pesar, le dolía saber lo mucho que estaba sufriendo.
Cuando finalmente todos se alejaron, se metió en la habitación de la joven. Su cuerpo tembló al ver su frágil estado. Ella no estaba dormida y lo sorprendió encontrarse directamente con su mirada inexpresiva.
La ojiperla finalmente reaccionó al percibir la presencia del azabache. De nuevo, una ola de eventos volvió a su mente, la postura de Sasuke seguía siendo arrogante y al verlo, un sofocante miedo la fue invadiendo. Ese hombre que siempre mostró su desprecio hacia ella, no se tentó el corazón para dañarla y sin proponérselo, una aterradora idea se formó en su mente ¿y si él estaba aliado con sus perseguidores? ¿Y si fue él quien entregó a su padre para que muriera tan cruelmente? El temblor en su cuerpo fue inevitable y la respiración se le aceleró
—Yo, me enteré de lo ocurrido y de verdad lo lamento mucho—el Uchiha trataba de parecer firme, esperando que respondiera algo, no obstante, ella permaneció alterada y negando una y otra vez—Supongo que te debo una disculpa—Hinata comenzó a llorar histéricamente—mamá ya se está mejorando y nos contó que tú nunca la dañaste—a pesar del dolor que ella le producía, Sasuke debía tomar responsabilidad por sus actos y lo primero, era disculparse. No quería seguir sintiendo esa culpa, pero no pudo evitar preocuparse al ver detalladamente su estado. La hermosa chica que le robó el corazón con adorables sonrojos, ahora lucía pálida, sin brillo en la mirada y con señales de haber sido maltratada—Yo, de verdad lo lamento, no creí que Shion hubiera mentido—la chica se mantenía en silencio, pero cuando escucho lo último, ya no logro contenerse.
—MÁRCHESE—el Uchiha se sorprendió al ver el miedo en los ojos de la joven.
—Escucha, las cosas se salieron de control, nadie podía saber que tú padre...—ella volvió a elevar la voz, sorprendiendo al moreno, dado que parecía al borde de un ataque de ansiedad, incluso tenía dificultad para respirar ¿acaso le temía?
—LARGO DE AQUÍ—ella lo veía con horror y Sasuke trató de acercarse para que no se lastimara a sí misma, ya que había un vendaje sobre la muñeca izquierda y ya comenzaba a mancharse de sangre.
—Espera, te vas a lastimar—tras tocarla brevemente, la joven perdió por completo la cordura y se tensó.
—NO ME TOQUE, NO SE ACEQUE A MI—Hinata lanzaba manotazos tratando de alejarse y el azabache se preocupó aún más—DEJEME EN PAZ Y VÁYASE AL INFIERNO—le gritó sin importarle el dolor físico que sentía al moverse bruscamente—TODO ES SU CULPA—ella no parecía estar en su sano juicio y el azabache se negaba a marcharse dejándola sola.
—¡Tsuki!—la llamó sin saber exactamente lo que quería decir.
—YA ENTENDÍ TODO Y EN LO QUE ME RESTA DE VIDA, NUNCA MÁS VOLVERÉ A CRUZARME EN SU CAMINO—luego de saber que fue él quien trató de incriminarla en el robo, la Hyuga ya no dudó que él era el culpable de la muerte de su padre y si continuaba cerca, no descansaría hasta acabar con ella.
Sasuke se quedó parado por unos segundos, estaba atónito y preocupado por la condición de la chica, sin embargo, el dolor lo superaba, ella le tenía miedo, no, no era solo miedo, ella estaba aterrorizada ante su presencia y eso logró desestabilizarlo. Su postura soberbia fue dando paso a la preocupación, pero la joven solo se descomponía gradualmente y comenzaba a lastimarse deliberadamente.
Repentinamente, la puerta fue abierta y el personal médico entró en la habitación—La paciente se volvió a alterar, suministren el doble del tranquilizante—entre los gritos y las protestas de la ojiluna, alguien sacó al Uchiha y desde afuera, miró como ella se resistía a ser tocada y lanzaba objetos indiscriminadamente para evitar que la alcanzaran.
—Tranquila... todo estará bien—el joven medico logró acercarse y se conmovió al verla así. Era evidente que ella había pasado por experiencias traumáticas y sin temor a ser herido, la abrazó para darle confianza. Luego de minutos tratando de resistirse, finalmente la chica colapsó ante los efectos del sedante.
—Pabrecita, debió ser terrible ver la cabeza de su padre en ese paquete—repuso una de las enfermeras que llegó con el médico y de nuevo, la culpa en el azabache aumentó.
—Así es, de verdad que los responsables deben ser personas enfermas y lograron dañarla, incluso intento cortarse las venas con sus propios dientes, es evidente que el impacto fue terrible—añadió la otra joven, peinándole el azulado cabello hacia atrás. La herida ya había sido tratada y la ojiluna dormía inquieta, era como si incluso en sus sueños, ella no pudiera descansar.
Sasuke se llevó las manos al rostro y se preguntó en que momento las cosas se salieron de control, apenas unas semanas atrás, ellos planeaban un futuro juntos, felices y muy enamorados, sin embargo, los sucesos actuales la orillaron a temerle hasta el punto de sufrir un colapso nervioso. Sabía que era normal que ella lo culpará por todas sus desgracias, pero el comportamiento que mostró, le pareció que había algo más. Apretó los puños pensando en la persona responsable del atroz acto ¿qué había tras el asesinato de su padre? ¿Porque enviarle la cabeza? Sintiéndose frustrado, recordó algunos comentarios que dijo su hermano y pronto llegó a una conclusión... su hermano y sus padres, sabían algo, seguramente a eso se debía la constante preocupación de su madre hacia ella y ni hablar de la sobreprotección de Itachi.
[...]
—Es bueno verlos aquí—Taizo se sentó en el restaurante del hotel que eligieron los hermanos Otutsuki—tengo malas noticias—Indra, levantó una ceja, mientras que Ashura, puso expresión preocupada.
—Explica exactamente lo que pasa—Como de costumbre, el mayor de los hermanos no se andaba con rodeos.
—Tal como lo acordamos, me mantuve atento a la niña, pero días atrás, cuando los hombres de Kimimaru encontraron a Ko y le dieron muerte, ocurrió otro incidente en la mansión Uchiha.
—¿Que ocurrió ?—Ashura se asustó.
—Aparentemente, la dama Uchiha sufrió un intento de asesinato y lo peor está por venir—Taizo les contó que mientras vigilaba la situación en el hogar de Ko, algo ocurrió en la mansión Uchiha y desde entonces, nadie había podido comunicarse con ella.
—¿Como que la perdiste de visita? Ahora es cuando más necesita estar a salvo—reprochó Indra.
—Según lo que averigüé, la chica a la que investigue anteriormente, acusó a la niña de ser la responsable y también se le imputaron graves cargos de robo, sin embargo, estoy seguro que los sucesos ocurridos a Hiashi Hyuga en el pasado, se están volviendo a repetir con ella.
—¿Qué quieres decir?—cuestionó Ashura y Taizo, les contó sobre los movimientos que realizó Shisui, al igual que los abogados Nara.
—Yo fui a averiguar por mi propia cuenta, pero ni siquiera me atendieron y por mas esfuerzos que he hecho, no logré saber exactamente su situación actual.
—Entonces, debemos ir directamente al reclusorio—repuso Indra, mientras deslizaba la contraseña del celular. Si iba a obtener información, lo haría con todos los medios, tanto legales, como también ilegales, pero de una cosa estaba seguro, esta vez darían con ella.
[...]
Hinata despertó repentinamente por la madrugada y de nuevo los sucesos anteriores la asfixiaban. Ya no tenía familia, su padre fue asesinado con crueldad y enterarse del fallido embarazo, la colocó en una espiral de dolorosos recuerdos. Su cercanía con la familia Uchiha, fue el detonante para la desgracia y ahora ya ni siquiera tenía las fuerzas para continuar ocultándose, a fin de cuentas ¿qué sentido tenía seguir viviendo entre las sombras? Los hechos le dejaron muy en claro que no había lugar donde ocultarse y solo retrasaría lo inevitable.
Su deseo de sobrevivir ya no parecía la mejor opción y pensó que sin su amado padre, no podría continuar, él era su fuerza y su refugio en medio del dolor. Pudo soportar ser engañada y descartada por Sasuke, incluso la crueldad que empleó para dañarla, pero pensar en una vida sin su única familia, ya no tenía sentido. Las imágenes de él, siendo mutilado, la desgarraban por dentro ¿canto dolor y miedo sentiría al ver a esos asesinos? De nuevo se golpeaba el pecho y volvía a llorar.
Aún en la oscuridad de la madrugada, la joven tomó una decisión, necesitaba marcharse de ese asfixiante lugar. Abrió la puerta y se percató que los pasillos estaban vacíos, solo se veía a algunas enfermeras deambulando de una habitación a otra.
Para no alertar a nadie, debía pasar desapercibida y así lo hizo. Se volvió a poner su propia ropa y sin ningún reparo, se deshizo de los contactos, ya nunca mas volvería a usarlos, después de todo, tampoco es que le quedara una larga vida.
Pasando por una de las salas de espera, tomó un gorro, unas gafas y una manta que seguramente pertenecían a alguien que esperaba noticias de un familiar. Se sintió mal por robarlas, pero eso la ayudaría a salir sin ser detectada.
Una vez que llegó con éxito al estacionamiento, escuchó el torrencial aguacero que caía sobre la
cuidad. Había escuchado a las enfermeras hablando sobre las alertas que emitieron las autoridades meteorológicas, sin embargo, no les prestó atención.
Sin importarle las fuertes ráfagas y las frías gotas de lluvia, salió hacia la solitaria avenida que se encontraba en la puerta trasera del hospital, justo la ruta que daba al río de la cuidad. En ese inestable clima, ella pensó que nadie la notaría, no obstante, alguien caminaba tras ella con el mismo sigilo de una serpiente. La había estado esperando durante horas, sabía que luego del envío que le hizo, era cuestión de tiempo para verla salir y no se equivocó, la chiquilla era muy predecible.
A ninguno de los dos parecía importarles la frialdad del entorno y una vez que Kimimaru se percató del lugar al que ella se dirigía, apresuró el paso para darle alcance.
La chiquilla se paró en el puente, que a esas horas, estaba desierto. Abajo se podía escuchar el rugido del agua. Días de fuertes lluvias, hicieron que el caudal aumentara considerablemente y a esas alturas, resultaba realmente mortal.
—¿Piensas que si te quitas la vida, remediaras la muerte de tu padre?—la joven se aferraba a un muro del puente y se asustó al escuchar a alguien, sin embargo, lo que dijo la inquietó—De todos modos, eres y siempre serás la única responsable de lo que pasó y ni siquiera tu muerte conseguirá traerlo de regreso.
—¿Quién es usted?—la tenue luz, unida a las gotas de lluvia, impedían que la Hyuga pudiera ver con claridad a la persona frente a ella. Estaba segura que su voz le resultaba familiar, pero en ese momento, no logró identificar de quién se trataba.
—Yo, técnicamente, soy la única familia que te queda, Hinata—escuchar su nombre en boca de un desconocido, le dio la certeza, él era el cazador y ella era la presa. Finalmente después de tantos años huyendo, logró encontrarla y gracias a querer dar con ella, su pobre padre terminó asesinado con crueldad—No tienes idea de lo mucho que he estado esperando este día
—¿Porque?—cuestionó la joven—¿Porque ser tan cruel con mi padre? Él era inocente y si era a mi a quien quería, bien pudo dejarlo de lado... no había necesidad de tanta crueldad con alguien que era tan noble—la joven volvió a llorar, ya no tenía miedo a morir, pues a esas alturas, eso era precisamente lo que buscaba, sin embargo, su padre era algo diferente y con solo pensarlo, el corazón le dolía.
—Porque la vida no es justa, pequeña—respondió, acercándose a ella. Sobre el puente, un auto se detuvo y el varón le dio la señal de esperar por ellos—Anda, ven conmigo, entiende que aquí ya no te queda nada y si decides negarte, refugiándote con la familia Uchiha, ellos podrían correr la misma suerte que tu amado padre ¿quieres que eso pase?—el miedo se reflejó en la postura de la chica y negó con determinación. Eso jamás, nunca dejaría que otra persona muriera por su culpa.
—Yo soy a quien usted quiere ¿no es cierto?
—Por supuesto, ya te lo dije, llevo muchos años buscándote—el varón se acercó y finalmente su rostro fue visible. Hinata tembló y no fue solo por el intenso frío. Ese hombre, ella ya conocía a ese hombre y de pronto, las piezas del rompecabezas comenzaron a unirse ¿entonces la aparición de ese tipo fue lo que disparó el miedo en su padre?
—¿Usted?—ella quiso alejarse, pero él fue más rápido y le tomó la muñeca—Suélteme—la ojiperla forcejeó, pero sus fuerzas se habían extinguido y Kimimaru no tuvo mas paciencia.
—Basta de juegos—ante la tenue luz, ella logró vislumbrar el brillo del metal. El tipo sacó una navaja y estaba dispuesto a usarla con ella—Ven conmigo, o no dudare en herirte—al sentirse asustada, ella dejó de luchar y terminó chocando contra el pecho masculino. Las orbes de ambos se conectaron y el siempre seguro Kimimaru, se desconcertó—Tus ojos, tu...—ella no entendía nada, sobre todo, al sentir el suave tacto de la fría mano sobre su rostro. Él veía sus ojos con algo parecido a la adoración. Él estaba completamente seguro de cumplir su promesa, sin embargo, viendo esas hipnotizantes orbes opalinas, le recordó lo que mas admiraba de su abuela. Habla observado a la chiquilla durante los últimos días, sin embargo, ella siempre llevaba contactos.
El varón seguía debatiéndose entre lo que debía hacer y fue ese momento de duda, el que Hinata aprovechó para liberarse. Ella no iba a darle el gusto de asesinarla como lo planeó, así que si de todos modos moriría, seria por ella misma. El cielo se iluminó con otro relámpago y eso bastó para que Kimimaru reaccionara.
—ESPERA... POR FAVOR NO LO HAGAS—Kimimaru miró hacia el otro lado del puente y sabía que era hora de actuar. Esos tipos tan conocidos para él, se acercaban rápidamente.
—NO HAGAS TONTERÍAS Y BAJA DE AHÍ—Hinata ya no puso atención al tipo frente a ella, como a las personas que se escuchaban a lo lejos. Necesitaba aplacar el dolor, necesitaba dejar de todo atrás. Sin pensarlo, dio el paso final y su cuerpo cayó en caída libre, acto seguido, la recibió la frialdad del agua.
A pesar de haber querido acabar con su vida, el instinto de supervivencia que vivía en cada humano ante la inminente muerte por ahogamiento, la hizo resistirse a darse por vencida y rápidamente trataba de nadar, aun cuando la corriente la arrastraba a mas oscuridad. Poco a poco, las fuerzas se le agotaron y su cansado cuerpo se rindió a lo inevitable.
Mientras arriba, Kimimaru quedó sorprendido y apenas tuvo tiempo para huir antes que los intrusos lo alcanzaran. El auto salió a toda velocidad y los hombres no pudieron ver su verdadera identidad.
—NO ¿QUE ESTAS HACIENDO? ASHURA—Indra quedó pasmado al ver que su hermano ni siquiera dudó en lanzarse al mismo río embravecido, al que se acababa de lanzar la joven que buscaron por mas de una década.
Los hermanos Otutsuki, no tardaron en intimidar a las autoridades del reclusorio y ellos les dieron la información del actual paradero de la chica. Sin importarles la hora, se dirigieron al hospital de Konoha y cuando finalmente lograron acceder a la habitación, la encontraron vacía. Indra hizo un escándalo y acusó la deficiente seguridad que tenían.
Viendo que esos hombres tenían razón, accedieron a las cámaras de seguridad Y en minutos, lograron captar el momento justo de su huida. No les llevaba mucha ventaja y tras ver los lentos movimientos, decidieron seguirla. Taizo se quedó atrás, escuchando los últimos acontecimientos que posiblemente orillaron a la Hyuga a huir en ese estado. Ella se encontraba mentalmente desequilibrada y podía confundir la realidad. Con toda la información en mano, Taizo salió corriendo, seguido del equipo médico. Durante esa madrugada, Itachi se había ido a duchar y pensaba regresar antes que Tsuki se despertara, por lo tanto, ellos no se enteraron del caos que se vivía en el hospital.
—¿Que paso? ¿La encontraron?—cuestionó Taizo, mirando la preocupación en el siempre inexpresivo rostro de Indra, se percató de la ausencia del castaño—Espera ¿donde esta Ashura?—el mayor de los hermanos sostenía el celular luego de haber llamado a alguien.
—Hinata se lanzó al rio y Ashura también lo hizo—Taizo corrió hacia los pilares en el puente y solo se escuchaba el sonido del agua, sin embargo, la oscuridad era la misma que se presenta, poco antes de amanecer.
—No te preocupes, Ashura es el mejor nadador y lo ha demostrado, incluso en el mar congelado al lado de los pingüinos—era cierto, Ashura era un hombre que llegaba al límite para probarse a si mismo y dos años atrás, rompió un récord mundial.
—Lo se, pero de todos modos, algo malo puede ocurrir, así que llamé por ayuda—Indra subió al auto que llevó Taizo y antes de buscar secarse a si mismo, leyó el expediente de su sobrina. No sabía quién era el tipo que trataba de llevarse a Hinata antes de lanzarse al rio, pero no había que ser un genio para deducir que se trataba de Kimimaru. El muy maldito la llevo al extremo y consiguió desestabilizarla. Seguramente a eso se debió que ella se lanzara sin pensarlo.
[...]
Dos meses después de lo ocurrido, la familia Uchiha preparó un pequeña reunión para anunciar el compromiso de su hijo mayor con Izumi. El azabache recordó la noche que celebraron la graduación de Tsuki y confrontó a Izumi. La chica se negaba a admitirlo, pero tras la insistencia de Itachi, confesó llorando que efectivamente, ellos durmieron juntos.
Itachi no lo dudo y decidió casarse con ella, después de todo, él era un hombre de principios y también sentía atracción hacia ella. Izumi se negó y dijo que no había necesidad de llegar a tomar ese paso, de igual manera, ellos eran adultos y mientras él se encontraba ebrio, ella si sabía lo que estaba haciendo. El Uchiha no se dejó persuadir y tras la insistencia de la misma Mikoto, ella aceptó.
—A decir verdad, nunca creí que te casarías primero que yo—soltó Shisui, molestando a su primo.
—Hmph—Itachi miro a su futura esposa, quien desde lejos le sonreía. Los otros miembros de la familia también se unieron a ellos, incluso los hermanos menores de Mikoto.
—Deja de provocar al muchacho—Madara le dio una palmada a Shisui.
—Me parece toda una hipocresía—todos miraron hacia Sasuke.
—¿De que hablas?—cuestionó Izuna, con algo de curiosidad.
—Me pregunto ¿que pensaría tu prometida si se entera que te acostaste con tu supuesta "hermana" el mismo día que lo hiciste con ella?—Itachi, quien se había mantenido tranquilo, se enfureció ante las repugnantes acusaciones hacia Tsuki y a él.
—¿Que demonios estás inventando? ¿Que te pasa?—enfurecido, se enfrentó a su hermano menor.
—No finjas, yo mismo escuché como ustedes dos daban rienda suelta a su amor—Itachi se confundió mas ¿de que estaba hablando su estupido hermano?—La misma noche de la reunión que organizó mi madre para ella, yo te miré siguiéndola a su habitación y cuando conseguí acercarme, escuché lo que estaban haciendo ahí dentro—Shisui esculpió la bebida y sonrió avergonzado.
—Bueno... eso—les dijo rascándose la nuca—esa noche, mi Ino, se molestó conmigo por un mal entendido y cuando la fui a buscar, ella se refugió en la recamada de Tsuki-chan y bueno—el chico sonrió con mas vergüenza, lo cual era extraño, ya que muy pocas veces se avergonzaba—la inocente, Tsuki entró y nosotros—todos escucharon que la joven se sonrojó al máximo y sin querer interrumpir, se marchó cerrando la puerta.
—¿Que? Estás mintiendo, eso lo dices para ayudarlo—Sasuke no lo podía aceptar, esa noche su corazón se rompió ante los sonidos de jadeos y gemidos llenos de placer. Desde esa noche, se sintió devastado, él se había enamorado de ella y ella, prefirió a su hermano. La rabia y el odio lo consumió, pensó que no se había equivocado al desconfiar de ellos y la noche que ella lo busco, no se pudo contener a tenerla. Creyó que con solo una vez, se quitaría ese sentimiento que lo quemaba, pero no fue así y lo que vino después, fue una completa tortura.
—Te lo dije mas de una vez, yo solo sentía amor de hermanos por ella, pero tu te empeñaste en buscar lo que no había... yo a diferencia tuya, lo único que quería era verla feliz y sobre todo, a salvo—lo último que dijo, hizo palidecer a Sasuke, quien ya se veía desorientado.
—¿Entonces por eso la trataste tan mal después de esa noche?—cuestionó Shisui y Sasuke se mantuvo en silencio—Vaya—sonrió el azabache—De todos modos, se separarían debido al embarazo de Shion, pero la forma en que te manejaste le causó mucho mas sufrimiento del que merecía—el sonido de un celular se escucho y Madara negó con la cabeza,viendo como Izuna respondía la llamada.
—No te molestes tío, esas son las consecuencias de ser el mejor psiquiatra—añadió Obito—y volviendo a lo de antes ¿que piensas hacer con Shion-San? Tu padre ya nos contó lo ocurrido sobre lo que hizo para inculpar a Tsuki-chan. De hecho, de no ser por el embarazo y su deteriorada condición médica, ya la hubieran enviado a prisión—Sasuke se había derrumbado mentalmente y su rostro siempre soberbio, ahora se veía descompuesto. Los recuerdos de lo ocurrido lo volvieron a invadir y su pecho se sintió apretado. Días después de enterarse de lo ocurrido con su madre, estuvo a punto de perder la compostura al enfrentarse a Shion. Ella trató de embaucarlo, diciéndole que todo lo hizo por el miedo a tener un bebé sin padre, tal como lo hizo con Tsuki y con Mikoto, pero con él, no funciono. Todo rastro de culpabilidad hacia ella, desapareció por completo y lo único que quedo, fue odio. Durante el tiempo que ocurrió lo de Tsuki, se mantuvo alejado y una vez que la declararon persona desaparecida, se desligó de la rubia, no obstante, sus padres le montaron una escena al enterarse que esa mujer se encontraba en mal estado y la internaron en el hospital.
—De hecho, después de perder a Tsuki, lo único que ha logrado mantener a mi madre ha sido pensar en su nieta... a pesar de sentirse tan disgustada con esa mujer, sabe que si se mantiene cerca, podrá ver a la bebé en cuanto nazca—desde la madrugada en que Hinata escapó del hospital, nadie volvió a saber nada sobre ella, incluso se estropearon las grabaciones de todas las cámaras y no quedó absolutamente nada que indicara a donde pudo ir. Itachi, prácticamente enloqueció con las autoridades del hospital y movilizó sus influencias sin obtener absolutamente nada. Con los días, se dispuso a darle un entierro digno al padre de la joven, pero eso tampoco fue posible, ya que los restos se consideraban pruebas de asesinato y hasta no cerrar el caso, estarían en la morgue. Sin embargo, Itachi, no seria considerado un genio si se mantenía conforme con ese relato y pronto obtuvo información que le confió únicamente a sus padres.
—Deberías casarte con ella, así le darás a tu hija una familia—sugirió Madara, pensando que eso seria un buen karma por sus acciones hacia Tsuki.
—Jamás me casaré con ella, además, esa niña tampoco me interesa—soltó con odio, ya que ese embarazo no fue algo que tuviera en mente y aunque la criatura no tenía la culpa de sus errores, no podía evitar el rechazo que sentía al pensar en ser su padre.
—Madura de una maldita vez—Itachi se alteró y lo sujeto del cuello de la camisa. Los otros Uchiha, en lugar de separarlos, se colocaron frente a ellos con el fin de bloquear las miradas de los otros invitados—¿Sabes? No planeaba decirte esto, porque simplemente no merecías saberlo, pero gracias a tu inmadurez y tus complejos, Tsuki sufrió un aborto en prisión. Ella tenía tres semanas cuando la detuvieron y gracias a no protegerla como un verdadero hombre, ella sufrió un infierno—Sasuke, palideció aún más y sus piernas ya no lograron sostenerlo. Durante los meses que pasaron, Itachi, lo había golpeado varias veces y ahora entendió el porqué del desprecio en sus ojos—Piensa, destruiste por completo la vida de Tsuki, no lo hagas también con tu hija... compórtate como un hombre y asume las responsabilidades de tus actos—sin mas que decir, Itachi se recompuso para ir con Izumi, dejando a su hermano atrás. Los otros Uchiha, no hicieron mas comentarios y fingieron no ver las dos lagrimas sobre las mejillas del menor.
...
—Bien, yo...—Izuna regreso al comedor y mostraba el rostro lleno de disculpas por responder el celular durante la reunión.
—No se te ocurra decir que te vas—advirtió Obito, ya acostumbrado a ese tipo de actos por parte de su tío menor.
—¿Podemos hablar un momento?—preguntó Itachi y observando la seriedad de su sobrino, Izuna asintió—¿Qué planes tienes para los próximos meses?—inquirió con seriedad.
—Sabes que estaba planeado instalarme permanentemente en Konoha, pero la llamada que recibí, me ofreció un caso en otro país, incluso me ofrecieron una fuerte cantidad de dinero.
—Y bien ¿que respondiste?
—La llamada se cortó, pero voy a declinar, no quiero posponer mis planes y por muy fuerte que sea la cantidad que ofrecen, no daré marcha atrás—durante años, Izuna se esforzó en buscar éxito y fortuna, quería ser tan exitoso como Madara y tras lograrlo, se concentró en la ultima fase, regresar a vivir cerca de su hermana y su familia, misma que lo acogió durante su adolescencia y niñez.
—Se que es algo complicado para ti, pero fui yo quien sugirió tu nombre y me alegro que finalmente se contactarán contigo—Izuna frunció el ceño—Por favor, solo conoce al paciente y si después de hacerlo, decides que el caso no es adecuado para ti, yo me haré cargo de tu traslado hasta aquí.
—¿Quién es el,paciente?—la curiosidad de Izuna fue evidente para su sobrino.
—Es alguien que necesita salir de la oscuridad y si aceptas el caso, has todo lo que puedas para garantizar el éxito—Izuna sabía que Itachi ya no diría mas y no perdía nada con evaluar personalmente el caso en cuestión, después de todo, su sobrino rara vez, o mas bien, nunca hacía pedidos descabellados.
—Está bien, lo haré por ti—Itachi soltó un suspiro de alivio y ambos regresaron con el resto de la familia y demás invitados.
[...]
Días mas tarde, Izuna fue recibido en una clínica y después de concretar los pasos a dar, lo condujeron a la habitación de la persona a quien debía tratar. El Uchiha tenía mucha curiosidad por el estado del paciente, ya que su sobrino estaba muy interesado en la recuperación.
—Es aquí—le informó el médico de guardia.
—Está bien, me ocuparé de ella—el varón asintió y lo dejó a solas. Izuna se sintió tranquilo, ya que según el expediente, la joven no presentaba conducta agresiva, en realidad, era todo lo contrario y ella atravesaba una fuerte depresión y a menudo mostraba conductas suicidas—Hola, Hinata, soy el doctor Izuna y estoy aquí para conocerte—la joven se hallaba sentada en un sillón frente a la ventana que tenía vista hacia el bonito lago. Ella ni siquiera se giró a verlo y permaneció viendo el reflejo de las nubes sobre el agua. Sin inmutarse por ser ignorado, Izuna se acercó a ella y se sentó en el otro sillón—Me han contado que te niegas a salir y tampoco quieres ver a tu familia ¿te gustaría contarme a qué le temes?—el Uchiha la miró de lado y se sintió extraño. Ella le parecía familiar y necesitaba verla de frente, así que continuó cerca, sin molestarse por la falta de respuesta.
Hinata permaneció sumergida en sus propios pensamientos. Luego de ser rescatada por aquel extraño, fue llevada lejos de Konoha y se negó a confiar en esos dos hombres que decían ser sus tíos. Su padre jamás le habló de ellos y después de lo ocurrido, ya no podía confiar en nadie.
Convencida que le mentían para después darle muerte, se negó a prestarles atención y apenas tuvo oportunidad, intentó escapar de ellos, sin embargo, el lugar era muy diferente a Konoha y no conocía a nadie, por lo que anduvo vagando durante media día, hasta que la detuvieron afuera de un restaurante y en minutos, ambos hombres llegaron a llevársela.
Ellos no la trataban mal, a decir verdad, parecían realmente preocupados por ella, pero luego de lo que le tocó vivir, ya no se dejó convencer por nadie. Los días en esa tranquila clínica pasaron sin importancia. Lo único que la molestaba, eran las constantes visitas de los médicos queriendo hacerla hablar, sin olvidar a las enfermeras que la persuadían para que se terminara las comidas.
Cansada de estar sentada durante tanto tiempo, optó por regresar a su cama y fue entonces que fue consciente de no estar a solas. Otro medico queriendo que se sincerara, pensó con molestia y cuando finalmente lo encaró, su cuerpo tembló involuntariamente ¿porqué de todas las personas que la fueron a ver tenía que ser Sasuke el que invadió su espacio personal? Los dolorosos recuerdos volvieron de golpe y lo que no había ocurrido desde que dejó Konoha, volvió a ocurrir.
—¿SASUKE... UCHIHA-SAN—gritó con miedo—QUE QUIERE AQUÍ?—con la agilidad de un rayo, la Hyuga corrió hasta la puerta y antes de lograr salir, Izuna la detuvo—NO ME TOQUE, DÉJEME EN PAZ, NO QUIERO VOLVER A ESA PESADILLA, TODO ES SU CULPA—Izuna estaba muy sorprendido y su preocupación aumentó al sentirla temblando mientras la mantenía inmovilizada.
—Oye—la trató de tranquilizar—no soy Sasuke, mi nombre es Izuna, Izuna Uchiha—los movimientos de la chica se detuvieron por unos segundos, sin embargo, volvió a tratar de liberarse—Si no te calmas, te van a cedar ¿es eso lo que quieres?
—NO, POR FAVOR NO ME PONGA A DORMIR—le rogó aterrorizada de dormirse y despertar otra vez encerrada en una celda.
—Entonces trata de calmarte, estoy aquí por petición de mi sobrino, Itachi—apenas escucho ese nombre, la ojiperla dejó de luchar para deshacerse del agarre.
—¿Itachi-nii-san?
—Así es y si lo conoces a él, también debes conocer a mi hermana, Mikoto—lentamente, Izuna la fue girando para que lo viera—¿Lo ves? No soy Sasuke—la joven lo evaluó detenidamente y después de hacerlo, se convenció que no eran la misma persona. Si bien es cierto que tenía un gran parecido físico con Sasuke, el hombre frente a ella, se veía más maduro, además, su cabello era largo y a juzgar por el aspecto, no parecía una peluca.
Saber que fue Itachi quien lo envió, la dejó convencida de no estar en peligro y todavía guardando la distancia, se sentó sobre la cama, mientras él, lo hizo en una silla.
—Disculpe la interrupción, pero es hora del almuerzo y ella se saltó la cena de ayer y el desayuno de esta mañana—avisó una de las enfermeras que le había tomado cariño a la hermosa joven.
—Está bien, yo me encargaré de que se termine todo—la enfermera asintió y dejó la bandeja sobre la mesa.
—Con permiso—de nuevo se quedaron a solas.
—Ahora cuéntame, Hinata ¿porque no quieres comer? ¿Acaso no quieres recuperarte rápido para estar con tu familia? Ellos están muy preocupados por ti y han sufrido mucho por no estar a tu lado—Izuna estaba en un debate interno. La joven lo hipnotizó por completo y ni siquiera tenía que pensarlo, obviamente aceptaría el caso, sin embargo, se sentía muy poco profesional y esa fue la primera vez que algo así le ocurría
Continuará
Lamento la demora en el capítulo, pero quería avanzar lo mas que pueda para continuar con las otras historias y como ya lo dije, aun cuando me demoré en actualizar, no dejaré de hacerlo y les agradezco por la paciencia.
Lamento las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notará, apenas las encontré y las iré corrigiendo.
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