Capitulo 7

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Se que el pronóstico no será favorable, desde hace tiempo siento que mi cuerpo se debilita y ya no puedo continuar engañándome a mi mismo, por lo tanto, le agradecería que me hablara con la verdad... ¿cuanto tiempo me queda?—el médico miró la determinación en las disfrazadas perladas orbes del varón y lanzó un suspiro. Siendo médico, estaba acostumbrado a dar buenas y malas noticias, sin embargo, desde que comenzó a tratar a ese paciente, se percató de lo rápido que su salud decaía y por mas que le insistió en no alterarse manteniendo una vida tranquila, el en cambio, siempre respondía que no tenía tiempo para perderlo estando tranquilo. A decir verdad, a veces le daba curiosidad el motivo por el cual ese paciente estaba tan alterado, era como si se tratara de una cuestión de vida o muerte.

—Si sigue negándose a formar parte en la lista de trasplantes y si no se cuida debidamente, lo máximo que su corazón aguantará, serán dos meses, quizás tres—a pesar de ya presentirlo, la expresión del castaño fue devastadora ante los ojos del médico.

—¿Tan solo eso?—la pregunta surgió amarga, en ese corto lapso de tiempo, no podría lograr lo que venía planeando.

—De haber seguido mis recomendaciones, su condición no hubiera empeorado tan rápido, pero aparentemente, usted ha estado haciendo todo lo opuesto a mantener una vida tranquila... se lo sugerí al inicio, solo debería someterse a una operación de corazón abierto y sus posibilidades aumentarían hasta en un ochenta por ciento, no obstante, no solo se negó, sino que hizo todo lo contrario a mantener su salud—sin poder evitarlo, el tierno rostro de su hija inundó sus pensamientos ¿qué iba a hacer su niña cuando él ya no estuviera para protegerla? Peor aún ¿como soportarla su muerte? Por caprichos del destino, ellos solo se tenían el uno al otro y ahora, su hija se tendría que quedar a merced de sus enemigos. Al inicio de los malestares, acudió al médico y cuando le ofrecieron la operación de corazón abierto, los descartó de inmediato, ya que la recuperación era muy larga y dadas las circunstancias, no podía permanecer postrado a una cama. Trataba de cuidarse, ignorando los síntomas, sin embargo, el constante miedo a ser descubiertos había terminado por empeorar la enfermedad.

—Necesito vivir un poco mas—murmuró para si mismo.

—Le sugiero que lo hable con su familia, quizás ellos estén de acuerdo conmigo en registrarlo en la lista de espera para encontrar a un donante compatible—Ko, negó con la cabeza, no podía dejar que Hinata supiera que pronto moriría, su princesa no lo pensaría dos veces y haría hasta lo imposible por tratar de salvarlo, pero él ya no importaba.

—No, mi hija no puedo saberlo—soltó con determinación y acto seguido, se concentró en el medico frente a él.

—Pero...—el doctor fue interrumpido.

—Ella solo me tiene a mí y no quiero que me vea desmejorado, yo... necesito mostrarme fuerte antes del final—muy a regañadientes, el médico accedió a prescribirle potentes medicamentos.

—Antes de que se marche, es mi deber informarle sobre los posibles efectos secundarios—Ko se mostraba impactante, dado que las noticias sobre su estado fueron peores de lo que pensaba y solo quería estar a solas para asimilar lo que vendría. Escuchó al hombre sin interrumpir y cuando finalmente terminó, se despidió con una mueca de sonrisa.

Al salir del hospital, se sintió abrumado y mientras esperaba que la farmacia le llamara con sus medicamentos, divisivo un parque. Se acercó, sentándose en una banca y sin poder evitarlo, sus mejillas se sintieron húmedas, eran lágrimas, finalmente había dado rienda suelta a sus emociones. No temía morir, por supuesto que no, el problema era que no podía dejar a su hija sin protección. Ella quedaría sola, a la deriva y peor aun, su niña quedaría expuesta a la maldad de esas personas que la acechaban desde su nacimiento.

Había pasado gran parte de su vida protegiendo a su hija, se lo prometió a Hikari en su lecho de muerte y ahora todo parecía tan cruel. Hinata volvería a quedarse sola. Si bien es cierto que la había instruido para ser cautelosa desde pequeña, su hija no poseía la malicia para detectar las malas intenciones de quienes la rodeaban, por lo tanto, su vida estaría en el peor de los riesgos y él, ya no estaría ahí para cuidarla.

Cerca de dos horas, finalmente levantó los medicamentos y regresó a seguir planeando la próxima partida de su hija. Posiblemente, él no lograría acompañarla, pero ese hecho no lo haría desistir. Tenía menos de dos meses para prepararla y llegado el momento, debía marcharse sin mirar atrás.

[...]

Sasuke tecleaba animadamente su celular. De vez en cuando, dejaba que su perfecto rostro se iluminara con una genuina sonrisa. Desde la primera vez que llevó a Tsuki a su apartamento, la relación se había vuelto mas cercana y no podía negar lo mucho que disfrutaba de su compañía. Estaba tan perdido en sus pensamientos mientras respondía los mensajes de su linda novia, que no se percató del intruso dentro de su oficina.

Itachi no podía dejar de pensar en la repentina cercanía entre Tsuki y su hermano. Trataba de convencerse a si mismo de las buenas intenciones de Sasuke, sin embargo, algo en su pecho le gritaba que no debía bajar la guardia. Sasuke, quizás solo lo trataba como un juego, una competencia para vencerlo, pero lo que había tras la verdadera identidad de Tsuki, era mucho mas oscuro y no le permitiría exponerla a ningún peligro. Ella tenía una vida muy complicada y no había lugar para juegos infantiles.

—Veo que estas de buen humor—debía admitir, que era una de las pocas ocasiones en las que su hermano menor mostraba esa sonrisa y algo le decía que Tsuki era la responsable de ese cambio.

—¿Que haces aquí?—cuestionó, volviendo rápidamente a su habitual actitud inexpresiva—¿Acaso no te enseñaron a tocar la puerta?—ni siquiera sabía el motivo por el cual se sentía inseguro y molesto ante su hermano, era como si lo considerara un peligroso rival y odiaba sentirse así. Su hermano siempre lo superaba y estaba seguro que si se lo,proponía, podría enamorar a cualquier chica, incluyendo a Tsuki. Odiaba ver lo compatibles que eran, ellos parecían estar hechos el uno para el otro y eso lo ponía inseguro.

—Necesitamos hablar—afirmó sin molestarse en responder a las preguntas del azabache menor—y estoy seguro que ya sabes sobre que tema.

—Te equivocas, no tengo idea sobre que debemos hablar—Sasuke se molestó mas, al ver como su hermano se acomodaba en una de las sillas, ignorando su disgusto.

—Bien ¿cuales son tus intenciones con Tsuki?—directamente al punto, pensó Sasuke, apretando los puños no visibles.

—¿Qué pasa? ¿Temes que te robe la presa?—cuestionó con una sonrisa ladina.

—Déjate de juegos, esto es serio—replicó molesto.

—Por supuesto que es serio, no todos los días se ve al gran Itachi Uchiha, perdiendo ante su hermano menor ¿no es cierto?—el azabache mayor suspiró frustrado, no iba a lograr nada con su hermano.

—Francamente, no se de donde sacaste que yo tengo sentimientos inapropiados con Tsuki, pero eso en realidad ya no tiene importancia—Sasuke se mostraba indiferente, pero dentro de si, quería convencerse de no estar frente a un poderoso rival por el amor de su novia—No me importa lo que pienses, solo quiero advertirte—le dijo en tono amenazante—si tus actos dañan a Tsuki, no te lo perdonaré y créeme, tonto hermano menor... me encargaré personalmente de hacerte pagar por cada una de sus lágrimas.

—¡Vaya!—sonrió sin humor y con los celos apoderándose de él—No sabia que fueras tan cursi.

—Estas advertido—le dijo mientras se dirigía a la puerta de la oficina. Conocía muy bien a su hermano y sabía de antemano que no se dejaría intimidar, sin embargo, no estaba tratando de alardear, hablaba en serio y era mejor para Sasuke, entender que si ella salía lastimada, no habría lugar para el arrepentimiento.

—¡Maldito Itachi!—murmuró molesto. El buen ánimo que había tenido anteriormente, se esfumó con las advertencias de su hermano ¿a quien trataba de engañar fingiendo ser el hermano mayor? No, el sabía que Itachi seguramente estaba celoso, ya que a pesar del acercamiento que existía con Tsuki, nunca se atrevió a dar ese paso y ahora que él se le adelantó, le viene con advertencias desesperadas—No me la quitaras, lo juro... juró que esta vez no dejaré que te lleves lo que es mio—lo dijo en voz audible, no obstante, nadie pudo escucharlo.

[...]

Las semanas pasaron y las personas se fueron adaptando, incluso Ko, quien había logrado ocultar su deteriorada salud frente a su hija y con todo en su contra, también consiguió adelantar la mudanza para la siguiente semana a la graduación. Quizás, solo quizás, él alcanzaría a instalarla antes de morir.

Por otro lado y ajena a lo sucedido con Ko, Mikoto organizaba una reunión para Hinata. No se trataba de algo muy excéntrico y conociéndola, sabía que iba a negarse, por lo tanto, se encargó de también celebrar a sus amigas, de ese modo, mas jovenes se unirían y Tsuki, no se sentiría tan abrumada.

—¿De que te ríes, madre?—cuestiono Itachi al ver a su progenitora sonriendo hacia la nada—Mikoto pensaba en lo feliz que hubiera estado Hikari. La niña que nació en medio de la adversidad, se convirtió en una brillante señorita, ella había obtenido excelentes calificaciones, incluso, tenía varias ofertas para universidades del extranjero.

—Quiero darle una sorpresa a Tsuki-chan, estoy organizando una pequeña reunión para ella y sus amigas, después de todo, esas chicas se han vuelto muy cercanas a esta casa, especialmente Ino-chan—la fémina no exageraba, dado que el noviazgo entre la rubia y su sobrino, había terminado de romper las distancias que pudiera haber existido.

—¿Qué tan pequeña?—Itachi conocía a su madre y no dudaba que estuviera pensando en algo exagerado, no es que fuera mala idea, pero conociendo a Tsuki, a ella le incomodaría.

—La verdad, a mi me gustaría celebrarlo por todo lo alto con algo digno de ella, pero...—la azabache se quedó pensativa.

—¿Qué pasa? ¿Hay algo que te preocupe?—el muchacho, no dudo en cuestionar con cierta preocupación en su tono.

—Quizás estoy paranoica, pero, cada vez que le pregunto a Tsuki, sobre su futura carrera, o cosas relacionadas con la universidad que elegirá, ella rápidamente cambia de tema—Mikoto tenía sospechas al respecto y su inquietud aumentó cuando Ino y Tenten, no dudaron en responder lo siguiente que harían luego de graduarse. Entonces ¿porqué si Tsuki, tenía excelentes calificaciones dudaba en responder?—Temo, que deje pasar una excelente oportunidad por no querer ser una carga para su padre—el chico entrecerró los ojos y los recuerdos sobre ese tema le vinieron a la mente. Ella manifestó su deseo por abrir un negocio con su padre, sin embargo, sus orbes mostraban solo resignación a lo inevitable, nada comparado con el brillo en los ojos de sus amigas mientras narraban el proceso de inscripción en la universidad.

—Esa niña es muy orgullosa y aunque le digamos que seria injusto quedarse estancada por falta de recursos, ella jamás aceptaría que nosotros la ayudemos, sin embargo, se de buena fuente que le llegaron varias cartas de aceptación en excelentes universidades. Sus altas calificaciones le valieron becas que prácticamente pagarían completamente los primeros dos años—Itachi no era tonto y se había puesto a indagar sobre las propuestas hacia la joven y tal como lo esperaba, descubrió la existencia de dichas becas, no obstante, ella no le mencionó nada a nadie, ni siquiera a su padre. Era obvio que no pensaba aceptar ninguna oferta y todo con el fin de mantener su identidad bajo las sombras.

—¿Y porque no nos dijo nada?—la fémina miró a su hijo y pronto obtuvo la respuesta—No quiere separarse de su padre ¿verdad?

—Así es, por lo tanto, será mejor no mencionar nada... después de todo, ella piensa que nosotros no lo sabemos —Mikoto quiso llorar de tristeza, no era justo que esa niña desechara brillantes oportunidades y todo por el odio de su propia familia materna.

—Está bien, no diré nada, quizás...—la matriarca guardó silencio al percatarse de la atenta mirada de su hijo mayor. No podía hablar de más, así que sonrió con torpeza, tratando de dejar atrás el tema en cuestión.

[...]

—Soy solo yo ¿o alguien más ha notado lo demacrada que se ve Shion-san?—cuestionó Ino, mientras compartía el almuerzo con Hinata y Tenten.

—De hecho, Kiba mencionó que la miró corriendo hacia los baños luego de estar comiendo en la cafetería de Konan-san—Hinata buscó con la mirada a la mencionada por Tenten y se encontró con sus ojos fijos en ella. Fue muy extraño el comportamiento que mostró luego de saber que ella estaba saliendo con Sasuke y a pesar de no comentarlo con sus amigas, sentía un escalofrío recorrerla cuando la pillaba mirándola. Shion forzó una sonrisa, misma que Hinata identificó como falsa ¿acaso si sentía algo por Sasuke y la culpaba por estar con él? Ella le reitero en más de una ocasión que ya no sentía nada por él, sin embargo, no podía alejar de ella esa incomodidad.

—¿Me puedo sentar con ustedes?—Ino, suspiró frustrada y miró a Hinata, sabiendo de antemano que no se negaría.

—Claro, siéntate aquí—la ojiperla se hizo a un lado, dándole espacio a la otra joven. Tenten solo sonrió mirando discretamente a Ino, quien no pudo evitar rodar los ojos.

—¿Te encuentras bien, Shion? Te veo pálida—la castaña soltó la pregunta sin lograr detenerla, ya que realmente esa mujer parecía estar enferma.

—Estoy un poco estresada con las materias, además, creo que comí algo en mal estado—respondió, esperando que olvidaran el tema, sin embargo, realmente se sentía fatal. El distanciamiento con  Naruto la tenía al borde de sus emociones y encima, Kimimaru, no dejaba de presionarla para que diera el siguiente paso. De pronto, el olor a comida le volvió a revolver el estómago y al volver, miró a Ino revolviendo un tazón de ramen. Instintivamente se llevó la mano a la boca, evitando las náuseas que le produjo.

—¡Cielos!—Hinata rápidamente le ofreció servilletas y cuando estaba a punto de correr hacia el baño, la mordaz voz de la rubia la detuvo en seco.

—Vamos, cualquiera diría que estás embarazada—Tenten se llevó la mano a la boca y miró a las mesas contiguas, afortunadamente, nadie pareció escuchar la conversación.

—¡Ino-Chan!—Hinata se sorprendió y reprendió a su amiga, misma que se encogió de hombros y continuó revolviendo deliberadamente el tazón de ramen.

—Ah... que cosas dices Ino-san—refunfuño Shion, también mirando en todas las direcciones. Al igual que Itachi, esa rubia era como una piedra en el zapato, la odiaba por su mordacidad al dirigirse hacia ella, era como si pudiera indagar lo que pensaba y ese hecho la ponía siempre en alerta. Lamentablemente, la mayor parte del tiempo se hallaba pegada a Tsuki y eso complicaba las cosas. Mas adelante, ya pensaría en darle algún buen escarmiento después de ocuparse de su verdadero objetivo—solo estoy sensible a algo que comí.

—Como sea, pero yo me preocuparía y aprovecharía la visita del médico Uzumaki para revisarme—apenas pronunció el nombre del rubio, los ojos de Shion brillaron de anhelo.

—¿Él está aquí?—la pregunta llegó sin poder contenerla.

—Si, aparentemente, le esta ayudando a Gaara-San con todos los pendientes atrasados de los últimos días de clases—respondió Tenten y apenas terminó de decirlo, la campana sonó anunciando que el tiempo del almuerzo había terminado.

—Bien, es hora de regresar a clases—soltó Ino, poniéndose de pie—¿vamos?—las chicas se pusieron de pie para seguirla, no obstante, Shion se quedó parada en el mismo lugar.

—¿No vienes, Shion-San?—cuestionó Hinata, con algo de preocupación en su voz, ya que la mencionaba lucía confundida y desmejorada.

—Ustedes vayan primero... yo debo ir al baño—sin esperar respuesta, se perdió entre los muchos estudiantes.

—Estoy segura que buscará al médico—se burló Ino, dando por terminada la conversación sobre la odiosa chica.

La rubia no se equivocó, pues como si la atracción fuera inevitable, Shion se dirigió hacia la enfermería y efectivamente, Naruto se hallaba ayudando a Gaara con unos documentos. Su intención inicial era acercarse y buscar hablar con él, sin embargo, viendo su reflejo en los ventanales cercanos, se percató de lo desaliñada que estaba. Sabía exactamente la razón y eso la hizo apretar los puños con odio. En la situación que se encontraba, le era imposible rogar por una oportunidad. Naruto ya había sido muy claro con ella y aunque no pensaba rendirse, era consciente de que ese no era el lugar, ni el momento para acercarse. Derrotada, optó por regresar a su apartamento, después de todo, ya no tenía energía para seguir fingiendo con esa mocosa estupida y mucho menos con sus pesadas amigas.

[...]

Desde el altercado con Itachi, Sasuke había intensificado sus salidas con Tsuki y prácticamente se veían a diario. Las visitas a su apartamento se hicieron cada vez más frecuentes y los apasionados momentos entre ellos eran más intensos, incluso, en dos ocasiones, Sasuke había llevado a la chica a sus primeros orgasmos, sin llegar a terminar con el acto sexual. Por increíble que pareciera, el azabache se había estado conteniendo a las negativas de la joven y solo le quitó la blusa y el sostén para besar los tentadores senos, mientras que sus dedos se encargaron de explotar la feminidad.

Era la primera vez que se contenía así con alguien y a pesar de no obtener placer por parte de ella, Sasuke, sabía que cada vez estaba más apegado a su delicada niña. En la mayoría de los encuentros, terminaba duchándose con agua fría y aunque no le faltaban chicas dispuestas a complacerlo, no le apetecía ninguna que no fuera ella.

Escucharla gimiendo, solo aumentaba los deseos de poder estar con ella sin ninguna culpa. Estaba ansioso por gritar a todos que eran pareja, que su corazón le pertenecía y quizás, le plantearía que una vez graduada, se fuera a vivir con él. El único problema era la oposición que vendría del padre de su novia y ni hablar de su madre. No es que no pensara casarse con ella, por supuesto que lo haría, pero quería que ella estuviera totalmente segura de su lealtad antes de unirse por completo al vínculo del matrimonio, después de todo, Tsuki, aún era muy joven y le faltaba mucho por vivir antes de casarse.

...

Por otro lado, Shisui, no había querido esperar por más tiempo y rápidamente tomó la decisión de conocer a su futuro suegro, a quien no dudo en confesarle sus intenciones. Él quería formalizar el noviazgo y en cuanto Ino concluyera sus estudios, se casarían. El mayor se mostró muy renuente a los rápidos planes del chico, pero al ver la felicidad en el rostro de su hija, no le quedó más remedio que ceder.

Complacido con la aprobación del rubio, Shisui se aventuró a poner un deslumbrante anillo de diamantes en el dedo de su chica, dejando en claro su compromiso.

La familia Uchiha trató de persuadir al muchacho, no obstante, él se mantuvo imperturbable y poco a poco, no tuvieron mas remedio que apoyarlo. Esa era la primera vez que Shisui les presentaba a una chica y supusieron que debía haberse enamorado.

Kiba, Shino y Tenten, solo se dedicaban a observar a sus amigas. Ellos ya intuían sobre el noviazgo de Tsuki con Sasuke y a diferencia de la tranquilidad que sentían con la relación de Ino, a la ojiperla le aconsejaban andarse con cautela. Ellos no confiaban en Sasuke y temían que solo quisiera burlarse de ella.

Kiba era el más ruidoso en cuanto a lo que haría con ese engreído si se atrevía a dañar a su amiga, mientras que Shino parecía indiferente, no obstante, en su interior, también tenía pensado en distintos métodos de castigo si la lastimaba. Ese apoyo incondicional, ponía muy melancólica a Hinata, ya que por un lado se sentía bendecida por tener amigos así, pero al mismo tiempo, se sentía insegura del futuro con Sasuke.

[...]

Fugaku, terminó la llamada con Madara y se llevó los dedos al puente de la nariz. Su cuñado le informó sobre rumores acerca de una posible huelga en la empresa ubicada en Honk Kong, misma que de llegar a suceder, requeriría su presencia inmediata.
Gracias a los innumerables contactos que poseía Madara, se enteró del hecho y no dudó en ponerlo sobre aviso.

—¿Pasa algo, querido?—Mikoto, que había estado mirando hacia el podio donde los estudiantes recibían sus diplomas, notó la expresión de su marido y supuso que había problemas—¿Qué te dijo Madara?—cuestionó dudosa.

—Aún no es seguro, pero existen rumores sobre una huelga en la empresa de Honk Kong—respondió, mirando como su hijo mayor sostenía un gran ramo de flores y junto a él, se encontraba Shisui. Su sobrino mostraba la siempre contagiosa sonrisa que lo caracterizaba y todo se debía a la hermosa rubia de ojos azules que caminaba frente a Tsuki. Mas atrás las seguía Tenten, quien veía insistente hacia un joven de cabello rojo. Hasta donde sabían, el joven era el médico que ofrecía tutorías y también, el amigo de Naruto, el ex amigo de Sasuke. Tras recordar a su hijo menor, Fugaku, frunció el ceño y se dedicó a buscarlo entre los presentes, sin embargo, no logró dar con su paradero. Era extraño que no estuviera presente en un día tan importante—¿Porque no ha llegado Sasuke?—en ese momento, Mikoto se percató de la ausencia de su hijo.

—¿Crees que halla tenido algún contratiempo en la oficina?—cuestiono, al mismo tiempo que le enviaba un mensaje de texto.

—No, Itachi se encargó de arreglar todo para poder venir—respondió, negando con la cabeza. Sasuke se había marchado antes que ellos, por lo tanto, era imposible que se estuviera encargando de algún negocio.

—Entonces ¿porque no ha llegado?—giró su rostro desconcertado y miró a Ko, quien lucía muy pálido, incluso se veía mas delgado que la última vez que se vieron. El varón veía a su hija sin parpadear, pero había un semblante de tristeza en su rostro y ella no pudo comprender el motivo, no obstante, las cosas para el Hyuga se habían complicado. Gracias a su enfermedad y a permanecer hospitalizado en dos ocasiones, no logró finalizar la mudanza y el tiempo se tornaba en su contra, la vida se le escapaba de entre los dedos y según sus cálculos, le llevaría alrededor de cuatro semanas más en concluir la mudanza.

...

Hinata sintió un irregular palpitó en su pecho, la graduación había llegado y con ella, el día en que Sasuke les diría a todos sobre su noviazgo, sin embargo, él no apareció, instintivamente, buscó la presencia de Shion y para su sorpresa, ella tampoco se encontraba por ningún lado. El corazón le latía irregularmente, las dudas que siempre estaban arraigadas en ella, surgieron desde lo más adentro de su ser. A pesar de haber pasado los últimos meses a lado de Sasuke, no se permitía bajar completamente la guardia, ya que los aparentemente inocentes comentarios de Shion, nunca le pudieron dar tranquilidad. El miedo a ser dejada de lado, a descubrir que ella no era más que un juego, le hacían flaquear, justamente a eso se debía su negativa a dar el siguiente paso con él. Pasaron momentos muy íntimos, sin embargo, aun se resistía a perder su virginidad. No quería equivocarse y se mantuvo firme, aunque de continuar como estaban, ya no sabía por cuanto tiempo podría continuar negándose a sus propios deseos..

—¿Pasa algo, Tsuki-chan?—Tenten, notando la incomodidad de su amiga, se aventuró a cuestionar.

—No, es solo un poco de nostalgia—respondió, mostrando una genuina sonrisa al ver que su familia ya había llegado.

—Te entiendo, yo siento lo mismo—añadió la castaña, saludando en dirección hacia donde Kiba levantaba un letrero felicitando a Tsuki. Shino, con mas seriedad, sostenía tres arreglos florales, mismos que compraron para ellas antes de llegar.

—Es un ciclo que llega a su fin y comienza otro, posiblemente más desafiante y deslumbrante que el anterior—agregó Ino, retocando su labial—¡Miren!—apuntó hacia Shisui—Ahí está el hombre mas apuesto de este mundo—soltó sin dudarlo, pero al sonreír, se percató de la presencia de alguien mas—¿y ella quien es?—Hinata y Tenten, siguieron su mirada y enfocaron a la hermosa chica castaña junto a Itachi y a Shisui.

—¿La conoces Tsuki-Chan?—cuestionó Tenten con algo de curiosidad y al mismo tiempo, diversión por los celos de Ino.

—En realidad no personalmente, pero debe ser Izumi-san, una pariente lejana de la familia Uchiha... aparentemente, fue compañera de Itachi-nii-san, durante los años escolares—tanto Mikoto, como Chiyo, le habían comentado que la joven llegaría a Konoha y se quedaría a establecerse permanentemente en la cuidad. La ojiluna, también escuchó que la joven estuvo muy enamorada de Itachi, no obstante, él nunca pareció sentir lo mismo.

—¡Vaya!—Ino se cruzo de brazos, notablemente disgustada—Mas bien parece mas cercana a Shisui—el mencionado sonreía con algo dicho por la chica y en un acto familiar, le despeino el cabello, surgiendo mas risas. El momento de entregar los diplomas pasó sin contratiempos y en ese momento, los alumnos se hallaban recibiendo regalos de sus familiares y amigos. Otros se tomaban fotografías, al mismo tiempo que el lugar quedaba vacío.

Los amigos y familiares de las tres chicas se conocieron formalmente, como lo era el caso del padre de Ino con la familia Uchiha y por supuesto, con Ko. Kiba y Shino también se unieron a las felicitaciones, entregando los arreglos.

—Niñas—las llamo Mikoto—quiero presentarles a Izumi Uchiha, ella es hija de una prima lejana y fue la compañera de juegos de Itachi y Shisui—la joven sonrió con amabilidad y se acercó a las tres amigas—Izumi, ellas son Tsuki, Ino y Tenten—para ese momento, Shisui ya tenia rodeada la cintura de Ino, mientras que Itachi, observaba sin mostrar emociones. Cualquiera diría que estaba tranquilo, sin embargo, su preocupación por Tsuki no lo dejaba concentrarse en nada. Era evidente que ella se sentía triste por la ausencia de Sasuke, pero como su relación no había sido anunciada, nadie se aventuró a cuestionar su ausencia, después de todo, la mayoría de los presentes, sabía que su hermano odiaba a Tsuki, por lo tanto, a nadie debió extrañarle su ausencia.

—Encantada de conocerlas, Mikoto-san me ha hablado mucho sobre ustedes—sonrió de nuevo y se enfocó en Hinata, especialmente de ti, incluso, siento que ya te conozco desde antes—a la ojiperla le dio muy buena impresión la actitud amigable de la hermosa chica y no dudó de su sinceridad.

—Como ya lo había dicho antes, los invitamos a todos a nuestro hogar para cenar—repuso la dama Uchiha y nadie pudo negarse, ni siquiera Inochi.

—¿Pasa algo cariño? Te veo muy triste—a pesar de haber recibido innumerables obsequios y arreglos rodeados de globos, Ko, notaba que su niña se veía triste y no tuvo que pensarlo por mucho tiempo para saber el motivo. La ausencia de ese muchacho engreído le afectaba a su hija y él como padre, sentía ganas de golpearlo por hacerla sufrir.

—No, todo esta bien, además ¿porque estaría triste? Después de todo, tengo a las personas mas importantes cerca de mi—de no haber estado tan preocupada por Sasuke, Hinata se hubiera dado cuenta del visible desmejoramiento que mostraba su padre, mismo que intentaba disimular.

—Vamos, yo los llevo—Itachi los condujo hasta su auto y él, a diferencia de la joven, si fue consciente del estado del Hyuga. El hombre había adelgazado mucho y los círculos bajo los ojos, le daban un aspecto cansado. Estaba seguro que no estaba bien, sin embargo, guardo silencio para no preocupar a Tsuki.

...

La cena fue animada entre las conversaciones de los jovenes, especialmente por parte de Kiba y Shisui. Itachi se encargo de invitar a sus amigos y algunos compañeros de las chicas también se hallaban presentes.

Cerca de las nueve, los mayores se retiraron, dejando el lugar a los jovenes. Hinata se quedó a solas luego de haber estado conversando con Konan y de nuevo, volvió a mirar su teléfono. Le había llamado a Sasuke en tres ocasiones y se mordió el labio ante las ansias de volver a hacerlo. Suspiro a punto de llorar, cuando el móvil comenzó a timbrar. Sin mirar el número, se apresuró a responder.

—¡Kirei!—la expresión sombría de la joven, fue reemplazada por una de sorpresa—¿Me has extrañado todo este pinche tiempo?—la joven sonrió genuinamente al escuchar esa voz que tanto había extrañado.

—Hidan-San—lo nombró atrayendo la atención de algunos invitados. Esa mañana, mientras se preparaba para la ceremonia, un mensajero llegó con un paquete y era enviado por Hidan. La chica no lo esperaba y quedó mas sorprendida al ver el fino collar de con dije de girasol. Tras la bonita flor, se encontraban unas letras que decían Felicidades Kirei, tal como él solía llamarla para ponerla nerviosa—Gracias por el collar, pero no debió molestarse, es muy costoso y no se si deba...—el varón la interrumpió.

Te pregunte si me extrañabas y aun no me respondes—debía interrumpirla, de lo contrario, le rechazaría el obsequio.

—Yo, bueno, en realidad, si, quiero decir, todos lo extrañamos—la risa del varón, la hizo sonreír a ella también.

Eso me alegra, porque muy pronto tendré una pausa y me librare de estos pendejos para regresar a Konoha... por Jashin-Sama, que si no lo hago, terminaré sacrificando a todos los cabrones que quieren enseñarme a ser mejor, hmph, como si lo necesitara—el animo de Hinata mejoró tras esa llamada y al colgar, miró a Ino, avanzando muy molesta, con  Shisui siguiéndole de cerca. Ambos salieron al jardín y al mirar a Tenten,, esta solo se encogió de hombros.

—¿Te sientes mejor?—la reconfortante voz de Itachi la hizo sonreír—Sabes que siempre puedes contar conmigo para cualquier problema ¿verdad?—ella asintió—Entonces ¿que te tiene tan decaída? Se supone que hoy es un día para divertirse—podía entender que no quisiera decirle nada sobre Sasuke, ya que terminaría dandole una lección, sin embargo, ella tampoco le contó sobre la relación que mantenían y eso lo hizo sentir triste por ella.

—No estoy triste, créeme—el muchacho se conmovió por su falsa compostura y la abrazó con ternura. La sintió temblando, seguramente, evitando llorar y quiso golpear a su hermano por ser el causante.

—¡Tsuki-Chan!—el abrazo se aflojó y ambos vieron a Shion acercándose hacia ellos—Lamento mucho no haber llegado antes, pero tuve algo que resolver y no medí el tiempo —por la ventana, se podía ver el auto de Sasuke, dejando claro que ambos llegaban al mismo tiempo.

—¿Llegaste sola?—cuestionó Itachi con algo de molestia. La verdad es que esa mujer no le agradaba y sabía que el sentimiento era reciproco.

—No, yo me encontré con Sasuke-kun y él me hizo el favor de traerme—respondió con una falsa sonrisa. Hinata sintió su corazón estrujado. Ellos estaban juntos y el perfume de Sasuke impregnado en Shion, no dejaba lugar a dudas. Se obligó a no quebrarse, dado que no podía sacar conclusiones apresuradas y cuando ya no podía continuar con la áspera conversación, su padre la llamó.

—Shion-San, discúlpeme un momento—Hinata se alejo, dirigiéndose a su habitación, mientras Itachi la siguió, asegurándose que Shion no la siguiera.

Luego de que terminó la llamada con su padre, la Hyuga lloró en silencio, alejada de todos, creyó que Sasuke la encontraría para aclarar las cosas, pero luego de cuarenta minutos, él no llegó. Recomponiéndose, volvió a la reunión y el auto que había estado antes, ya no era visible ¿se fue sin hablar conmigo? Se preguntó con dolor y para colmo, también Shion se había marchado ¿que significaba ese comportamiento? ¿Que estaba pasando? ¿Porque Sasuke se portaba así?

La reunión finalmente terminó y todos se fueron marchando. Ino y Shisui, aparecieron, luciendo radiantes y con unas sonrisas culpables, se despidieron de ella.

Esa noche, la joven lloró amargamente y no sabía que hacer. Sasuke no se había dignado en buscarla para darle una explicación. Todas las personas que conocía la habían felicitado, incluso, con quienes casi no hablaba, como fue el caso de Nagato, el apuesto pelirrojo de mirada penetrante, mientras que quien se decía su novio, brilló por su ausencia.

...

Tres días después de no tener noticias del azabache, Hinata se armó de valor y fue hasta su apartamento. No le importaba esperar, necesitaba hablar con él, le debió una explicación, un cierre, incluso si eso le partía el corazón. No le había dicho a nadie sobre lo ocurrido y mucho menos a su padre, puesto que podría preocuparse por saber que volvía sola del trabajo.

—¿Que haces aquí?—la molesta voz del Uchiha, la saco de sus pensamientos. Ese tono molesto le recordó el pasado y tragó saliva.

—Yo... solo quería saber porque no respondes a mis llamadas—lo miró abriendo la puerta y sin esperar ser invitada, se apresuró a entrar tras él—¿pasó algo que no sepa?—la piel se le erizó ante la furiosa mirada del varón.

—Estuve ocupado—respondió sin cambiar el semblante.

—Shion-San, me contó que estuvo contigo y fuiste tú quien la llevaste a casa de tus padres—se le hizo un nudo en la garganta al imaginar lo que pudo haber ocurrido entre ellos.

—No sabía que te debía explicaciones—soltó con frialdad, logrando que las lágrimas de la joven fueran visibles. Mirandola tan frágil, Sasuke desvió los ojos, no podía mostrar debilidad con ella, eso nunca mas lo haría.

—Pero... dijiste que nos amamos, además, todo lo que hemos compartido—la ojiluna se limpiaba las lágrimas y no podía entender nada ¿porque ese cambio?

—¿Amarnos?—sonrió con sorna—¿En verdad me amas?

—Claro que lo hago, creí que ya te lo había demostrado durante este tiempo que llevamos saliendo—Sasuke se burló y lentamente se fue acercando a ella, hasta quedar cerca de su oído.

—Entonces, has que te crea—lanzó el reto sin esperar obtener nada, sin embargo, ella se acercó de manera temblorosa y colocó los brazos alrededor de su cuello para acercarse a besarlo. El cuerpo masculino se puso rígido y estaba a punto de arrojarla lejos de él, no obstante, la maldita atracción y el infinito deseo lo venció por completo.

Lo que comenzó de manera insegura por parte de ella, se convirtió en un completo frenesí por parte del Uchiha, quien no tardó en tomar el mando. Los deseos que estuvo reprimido durante el tiempo que trataba de respetarla, ahora ya no estaban presentes, por lo tanto, su antiguo yo salió a flote.

Sin brusquedad excesiva, pero tampoco con ternura, el azabache se abalanzó sobre el frágil cuerpo de la joven. Ella trataba de seguirle el ritmo, incluso, cuando fue trasladada a la habitación donde estuvieron en otras ocasiones. No se sorprendió cuando la ropa comenzó a ser innecesaria, dado que así era como había ocurrido anteriormente y como estaba tan perdida dejándose llevar, no se percató de las diferencias.

—¡S-Sasuke!—el temor que sintió al notar la diferencia entre los dedos, con el duro miembro que luchaba por adentrarse, la regresó de golpe a la realidad. Era la primera vez que el azabache se despojaba por completo de sus prendas y ese hecho, unido al anterior, le hizo sentir asustada—Espera, yo...—el la interrumpió.

—¿No crees que ya me has hecho esperar bastante?—ella notó el deseo en sus oscuras orbes, pero también había algo mas—¿Es está tu forma de demostrar que me amas? ¿Cuanto tiempo llevo sin obtener nada?—molesto, estuvo a punto de levantarse, pero antes de hacerlo, los temblorosos brazos de Hinata lo detuvieron.

—No dudes de mi amor por ti—le dijo con determinación. Ahora sabía a ciencia cierta que ya había llegado el momento de dar el siguiente paso, aunque en su interior, la voz de la conciencia le gritaba que se negara, que huyera.

—Mhhh—murmuró el azabache y sin ninguna duda, le dio una poderosa embestida. Hinata, que no quería volver a defraudarlo, se dedicó a sollozar en silencio, aferrándose a los fornidos hombros masculinos. Sasuke, no estaba siendo brusco, pero tampoco fue tierno como ella supuso que debería ser. La oscuridad de la alcoba camuflaba los gestos adoloridos y el varón se maldijo mentalmente por estar disfrutando la mejor experiencia de su vida. La chica era definitivamente una diosa y se permitió disfrutar de ella tanto como pudo.

Hinata, trataba de responder a los apasionados besos, sin embargo, el ardor en su intimidad, le hizo difícil disfrutar del aparente placer que experimentaba su novio, así que solo se dedicó a dejar que fuera él quien disfrutara, después de todo, necesitaba que ya no hubiera dudas sobre su amor.

...

Sasuke golpeó la pared del baño, nunca debió haberla tocado, no debería haber bajado la guardia con ella. Se encontraba tan frustrado, que esa noche no logró dormir y optó por ducharse antes de marcharse.

En cuanto salió, la miró tumbada sobre su cama, la había dejado exhausta y probablemente no despertaría hasta dentro de unas horas, por lo que solo dejó una nota sobre la almohada. En el papel, le explicó que estaría muy ocupado los días posteriores y por ende, no podrían verse, ni comunicarse. Sin mas, esa mañana se fue sin mirar atrás.

¿En que momento su mundo fue sacudido tan bruscamente? Primero se había preparado para anunciar su noviazgo y cuando estaba por salir a la ceremonia de graduación, Shion apareció frente a él con un análisis de embarazo. Al principio se negó rotundamente, pero las fechas que ella señalaba coincidían con la ultima vez que tuvieron relaciones sexuales, todo fue antes de comenzar a fijarse en Tsuki y la probabilidad lo sacudió, sin embargo, él no era tonto y sabía que Shion no lo amaba. Cabía la posibilidad de que dicho embarazo no fuera suyo.

Siendo calculador, optó por despejar las dudas y la llevó al hospital, necesitaba una prueba de paternidad. Estaba seguro que ella se negaría, pero al verla tan dispuesta, sintió una punzada en el pecho.

Por razones obvias, no acudió al hospital cercano, ya que alguien podría verlo, sin olvidar que Naruto trabajaba ahí, por lo tanto, condujo dos horas hasta una cuidad vecina. El proceso fue rápido, pero los resultados demoraron un poco. Durante todo ese tiempo, no dejaba de pensar en su chica, en todo lo que pasaría si los resultados fueran positivos. Miro las llamadas y no tuvo el valor de responder ¿que mentira le diría? Ella posiblemente lo dejaría.

Cuando la enfermera le entregó los resultados, dio un paso atrás y Shion se arrojó a sus brazos sin dejar de llorar. La fémina se disculpó innumerables veces y mencionaba cómo enfrentaría a Tsuki. Él permaneció con los brazos a los costados, no la consoló como solía hacerlo y sin darse cuenta, apretó los puños.

No fue hasta ya entrada la noche, cuando se armó de valor para dar la cara y se arrepintió de hacerlo. Ahora, tal como lo anunció con anterioridad, su madre lo llamaba constantemente para pedirle explicaciones sobre no dar la cara para presentar formalmente a la chica que eligió como novia, aunque era obvio que también quería saber porque repentinamente se alejó de Tsuki. No le dijo a nadie que se trataba de ella, sin embargo, toda la familia lo intuía, incluso su padre que era tan desinteresado ya había escuchado hablar sobre el tema.

Bien, ya no los haría esperar, por lo tanto, desbloqueo el número de Tsuki y le envió un escueto mensaje, era de suma importancia que ella estuviera presente para dar el anuncio.

[...]

Fugaku e Itachi, tuvieron que salir de la ciudad por tercera vez para encargarse de los rumores sobre la huelga y aun con la ausencia de ambos, Mikoto organizó una pequeña cena para que su hijo menor anunciara el nombre de su novia. La fémina sonrió, ya sabía de quién se trataba.

La cena era especialmente para ambos chicos, así que se esmeró en los platillos fuertes con mucho tomate y por supuesto, en los postres, los favoritos de su futura nuera.

—Es tan bueno vivir lo suficiente para ver al pequeño de la familia sentar cabeza—soltó Chiyo, sin evitar recordar la tierna escena del rostro sonrojado de la chiquilla involucrada. Esa niña era la adecuada para para cualquier hombre, sin embargo, aun dudaba de Sasuke y de sus intenciones hacia ella, sobre todo, después de no volver a dar la cara durante ese lapso de tiempo.

—Y lo mejor de todo, es la mujer que eligió—añadió la dama Uchiha con el rostro feliz, mientras colocaba el ultimo juego de la vajilla. La mesa estaba preparada para cinco personas, ya que al no estar presentes su hijo mayor y su esposo, prefirió no incluir a nadie mas que a los directamente involucrados.

—¿Sabes? El día que él no se presentó en la ceremonia de graduación, me sentí insegura, pero, seguramente él tuvo una buena razón para no asistir—esa realización también confundió a la matriarca y a pesar de intentar indagar, su hijo evito el tema, accediendo a la cena. Itachi fue otro que buscó una buena explicación, pero al igual que ocurrió con ella, Sasuke se negó a hablar.

...

Hinata se vistió con un vestido sencillo en color lila, el cual consistía en mangas largas y cuello de tortuga. Aun recordaba que luego de terminar de hacer el amor, se quedó completamente dormida y cuando despertó, encontró el otro lado de la cama vacío. Ese hecho la entristeció, pero al leer la nota, se sintió ligeramente mejor, no obstante, luego de una semana sin ninguna noticia sobre el, se animó a enviar un mensaje de texto, solo para encontrarse bloqueada. Se obligó a no llorar, ya que no quería causar problemas entre Sasuke y su familia, sin mencionar a Shisui y a sus amigos.

El tiempo continuó amargamente y de pronto, esa mañana su teléfono vibró con un texto. Las lágrimas de alegría se mezclaron con las de tristeza y tras recomponerse, se tranquilizó.

Sentada frente al espejo, sostuvo el dije de su madre entre sus manos, no sabía si debía usarlo y después de pensarlo, prefirió volver a guardarlo en el cajón. Su corazón latía con irregularidad, no entendía bien el comportamiento de Sasuke y algo dentro de ella  le hizo temer. Por mas ocupado que hubiera estado, no entendió el motivo de bloquear su número, eso no tenía sentido. Un escalofrío le recorrió la columna y antes de sucumbir a las náuseas causadas por los nervios, tocaron su puerta.

Se apresuró a abrir, encontrándose con la siempre apacible mirada de su padre, a quien apenas veía las ultimas semanas. Él era uno de los invitados, ya que Mikoto se empeñó en que asistiera, sin embargo, su salud no era buena y la paranoia lo tenía al límite. Estaba seguro que lo estaban siguiendo y a pesar de la insistencia de la Uchiha, declinó la invitación, sin embargo, sabía que esa era una noche importante para su hija y fue a verla para darle apoyo—¡Papá!—la niña se arrojó a sus brazos y el castaño se conmovió al verla tan linda—¿Esta todo bien?

—Claro, cariño—le besó la coronilla y le sonrió.

—Pareces dudoso ¿hay algo que quieras decirme?—ella lo conocía y sabía por la expresión de su rostro que algo le estaba preocupando.

—En cuanto termine la cena volveré para que hablemos, debo decirte algo muy importante—ella estuvo a punto de preguntar, pero Chiyo llegó a llamarlos. La anciana estaba acompañada de Izumi, quien se quedó unos días en casa de los Uchiha y se volvió muy cercana a la morena. Ko se despidió, prometiendo regresar mas tarde

Cuando las tres llegaron al comedor de la mansión, Sasuke ya estaba sentado en su silla y ni siquiera levantó el rostro para ver a la ojiluna. Ese detalle tenso a Hinata ¿que pasaba con él? ¿Porque se portaba así con ella? Tenía ganas de arrojarse a sus brazos para sentarse tranquila y solo obtuvo frialdad.

—Bien, ahora que ya estamos todos, comencemos con la cena—Mikoto también noto la actitud de Sasuke y optó por romper la tensión.

—¿Porque colocaste la mesa solo para cinco personas?—cuestionó Sasuke, apenas asintiendo en un escueto saludo hacia Izumi. En ese momento, el timbre sonó y la sonrisa del azabache congeló a Hinata.

—¿Invitaste a alguien?—Mikoto miró a su hijo con desconfianza, algo en su actitud no le gustaba.

—¿No fuiste tú quien se empeñó en conocer a la mujer que elegí como mi novia?—respondió mirando con arrogancia hacia la ojiluna. La joven tragó saliva y estuvo completamente segura que esa cena no iba terminar bien. Izumi le apretó la mano en un gesto de apoyo. La primera vez que vio a Hinata, no pudo evitar sentir celos, sobre todo, al ver lo mucho que Itachi se esforzaba por mantenerla feliz, sin embargo, al verlos con la cabeza fría, se percató de los verdaderos sentimientos. Itachi, no la veía como a una mujer, no, él la veía como a una niña, como a alguien de su familia. La noche de la celebración, Shisui, la estaba poniendo al día, pero eso le ocasionó un conflicto con la rubia y finalmente fue Chiyo, quien se encargó de aclarar todas sus dudas. Ahora que veía la actitud de Sasuke, se sintió muy identificada, ya que ella también amaba a Itachi y él ni siquiera le prestaba atención, incluso, la única noche que estuvieron juntos, fue el día de la reunión con honor a las chicas y él se caía de borracho, así que fuera de sentirse feliz, se sentía una aprovechada por colarse en su habitación y salir antes de amanecer.

—Buenas noches—Shion, sonreía con arrogancia. No tenía sentimientos de amor por Sasuke, pero disfrutaría enormemente de posarse frente a la familia Uchiha, misma que se encargó de despreciarla abiertamente desde que llegó a Konoha.

—Sasuke ¿que demonios significa esto?—Mikoto arrojó la servilleta y se puso de pie sin saludar a la recién llegada, la cual se aferraba al brazo del azabache y fingía estar asustada.

—Tal como lo acordamos, invité a mi novia para formalizar nuestra relación—Chiyo veía con tristeza a la niña, ella no se merecía eso. Izumi también estaba muy sorprendida, si mal no recordaba, esa chica era amiga de Tsuki ¿como podía ser tan cruel?—Bien, primero cenemos y después tendrás la oportunidad de hablar con la mujer que amo—dijo esa frase, mirando directamente a Hinata, la cual, ni siquiera levantó la mirada de la mesa.

Durante la cena, solo se escuchaban las conversaciones de la flamante pareja, ya que los otros cuatro mantuvieron silencio, cada uno con emociones encontradas. Para Hinata fue una tortura, se había entregado a él y ahora se hallaba frente a ella con la misma mujer que nunca había soltado, la misma que se decía su amiga y la cual, la animo a darle una oportunidad. Su mente divagó en los últimos meses y pronto tuvo la certeza. Sasuke nunca dejó de odiarla, la despreciaba tanto, que incluso se alió con Shion para lograr hacerla caer y ella como la tonta que era, prácticamente le facilitó las cosas.

—No puedo fingir, dime de una vez ¿que pretendes con esto? Efectivamente, yo misma te animé a presentarme a tu novia, pero solo lo hice porque creí que se trataba Tsuki-chan, de lo contrario, no me prestaría para juegos y lo siento mucho Shion-san, pero no creo que seas la mujer adecuada para mi hijo.

—¡Uchiha-San, lo lamento tanto—Shion estalló en llanto y se aseguró de captar por completo el melodrama. Kimimaru le ordenó colocar una pequeña cámara entre su vestido, el muy maldito quería disfrutar al ver la derrota en el rostro de esa mocosa. Lamentablemente para ella, la sensación de triunfo se veía empañada al recordar que su amado Naruto se alejaba más y más de ella.

—Basta madre—Sasuke interfirió—El que me haya acercado un poco a tu protegida, no significa que tenia intención de elegirla como a mi novia... es ella la mujer que no es adecuada para mi—Izumi jadeo y ya no pudo quedarse en silencio.

—Vamos, Tsuki-chan, tu padre dijo que tenía algo importante que decirte... con permiso—como una muñeca sin voluntad, Hinata se dejó llevar por la castaña. A pesar de la tristeza y del amargo sabor de la traición, ella no derramó lágrimas, no les daría esa satisfacción. Mikoto la miró alejarse y su ira aumentó, Chiyo por su parte, también se disculpó, de lo contrario, terminaría hablando de más.

—Te molesta que arruine tus planes ¿verdad?—cuestionó el azabache y la matriarca no entendió—Como tu hijo favorito es demasiado, optaste por que fuera yo quien se case con una mujer de baja moral, en otras palabras, una cualquiera—Hinata e Izumi, aun no habían salido, cuando escucharon la última declaración, seguida de lo que pareció una fuerte bofetada.

—Debi saber que solo fingías—Mikoto sonrió con tristeza al ver la mejilla enrojecida de su hijo—Márchate, en este momento no quiero hablar contigo—el azabache se sostuvo la mejilla y miró a su madre con incredulidad. El golpe en si, no fue doloroso, al menos, no como los que obtenía de Itachi, sin embargo, el dolor en su pecho fue desgarrador. Su madre lloraba y recordar los ojos de Tsuki, lo hacia temblar.

—¡Sasuke!—Shion lo siguió, tratando de alcanzarlo, pero él no detuvo sus pasos hasta que llegó a su auto—Espera ¿que haremos ahora?  De no ser por la ropa ajustada, embarazo no podría ocultarse y...—el azabache la interrumpió con molestia.

—No me presiones—no hubo más palabras y subiendo al auto, se fue sin mirar atrás. La chica apretó los puños y maldijo su suerte. Ese embarazo llegó en el peor momento y para colmo, le estaba quitando completamente la energía. Meses atrás, cuando pensó en abortar, el desgraciado de Kimimaru la amenazó. Según él, ese embarazo les seria muy útil en la destrucción de la mocosa.

—¿Necesitas un aventón?—Shion, puso los ojos en blanco y subió al coche negro que conducía Kimimaru, después de todo, él mismo fue quien la llevó, ya que a menudo observaba los movimientos de su objetivo.

...

Izumi dejó a Hinata con su padre. Ella se sintió muy mal por la joven, pero no sabía como ayudarla—¿Qué pasa, cariño?—Ko miró con preocupación a su hija y ella ya no pudo soportar la tristeza.

—¡Papá!—los sollozos fueron una puñalada al corazón del Hyuga y cuando se enteró de lo ocurrido, se maldijo por no ser lo suficientemente fuerte para darle una lección a ese muchacho engreído. Estaba seguro que algo así podía ocurrir y quiso persuadir a su hija para que no confiara en él, pero al ver que sonreía  como cuando era niña, no tuvo el corazón de destrozar sus sueños.

—Él no te merece y estoy seguro que pronto encontrarás a alguien digno de estar a tu lado—poco a poco, la joven se tranquilizó y se obligó a recomponerse.

—Querías decirme algo ¿verdad?—el castaño dudo por unos segundos, sin embargo, el asunto era de vida o muerte y ya no podía posponerlo.

—Necesito que no te alteres—con miedo, ella asintió—Estoy seguro que nos han encontrado—Hinata levantó el rostro y miró a su padre con miedo. De pronto, su corazón herido palpitó con temor.

—¿Y que haremos?—cuestionó, limpiándose las lagrimas que aún se negaban a abandonar su rostro.

—No te preocupes por nada, papá no dejará que nadie te dañe—reiteró con convicción y ella se conmovió. Era hora de dejar de soñar, la única persona que la amaba era su padre, ellos solo se tenían el uno al otro y así había sido desde su nacimiento. El amor por Sasuke la distrajo, olvidando que sus vidas no eran normales—Por ahora me iré—al escuchar eso, la joven sintió pánico, no quería permanecer un día mas en esa propiedad.

—No... no quiero quedarme aquí, por favor llévame contigo, yo no pertenezco a este lugar—Ko, se conmovió al verla aferrada a él.

—¿Que pasa cariño? ¿No te trata bien Mikoto-San y su familia?—Hinata negó repetidamente. Excluyendo a Sasuke, la familia Uchiha la hizo sentir el calor de un hogar y pensar en dejarlos atrás, le dolía inmediatamente.

—No es eso, ellos me han tratado como a un miembro de la familia, pero mi lugar está con papá—así debió ser desde el inicio, fue un error separarse de su padre.

—Mi casa es muy pequeña y no te sentirás cómoda, además, a esos asesinos que nos buscan, les será mas fácil acceder a ti.

—No me importa, yo solo necesito estar contigo como lo estuvimos antes—los ruegos de la niña le estrujaron el corazón al castaño y sintiendo los latidos irregulares, se llevó instintivamente la mano al pecho—¿Papá?—la mueca de dolor en el rostro de Ko, despertaron los peores temores en Hinata. Ella tenía mucho miedo a quedarse completamente sola y ahora que Sasuke le demostró lo que es el dolor de la traición, su padre era la única persona que podía consolarla—Estas pálido ¿estás enfermo?

—No es nada mi niña, tranquila—el hombre se las arregló para mostrarse bien y muy a regañadientes, Hinata aceptó la idea de no llevarlo al hospital.

Al rededor de media hora mas tarde, Ko, dejó dormida a su hija y cuando se dirigió a la salida, Mikoto lo llamó. Tenían una conversación pendiente y ambos lo sabían.

—Supongo que ya estas al tanto de lo ocurrido durante la cena ¿verdad?—Ko, se sintió mal por ella, ya que aparentemente se culpaba por las acciones de su hijo.

—Si mi niña estuviera bajo la protección de sus verdaderos padres, nada de esto hubiera sucedido—el varón se limpió las lagrimas y eso causó mas dolor en la dama Uchiha.

—No digas eso, aquí la única responsable soy yo. Nunca debi fomentar el interés de Tsuki hacia Sasuke—Ko, la interrumpió diciendo que nadie era culpable y después de tranquilarla, dio paso al tema principal, el mismo que estuvo ocultando los últimos meses.

—Antes de marcharme, debo decirle algo muy importante—la fémina lo animó a continuar—Estoy preparando todo para mudarnos de Konoha... Mi plan era hacerlo un día después de la graduación, sin embargo, surgieron pequeños percances que me lo impidieron, además, no sabía cómo plantearle la noticia a mi hija—Mikoto sintió que le caía un balde de agua fría encima ¿irse? No, ella no podía separarse de la niña, ella la quería como a su hija y no quería perderla, quizás a eso se debía su insistencia en unirla a Sasuke, ya que estando casada con él, no la tendría lejos—pero ahora con lo ocurrido...—sin querer hacerla sentir mas mal, guardo silencio.

—¿Porque? ¿No es algo repentino? ¿Que esta pasando?—todas las preguntas abrumaron a Ko y aunque trataba de evitar decir la verdad, la insistencia de la mujer terminó por hacerlo ceder. Mikoto se horrorizó y se sintió mas alarmada con la ausencia de Fugaku e Itachi.

—Usted sabe que no tengo otra salida, en este momento, la vida de mi hija es lo mas importante y haré cualquier cosa por mantenerla a salvo, así que adelantare el viaje para dentro de una semana—tal como lo predijo el Hyuga, la dama Uchiha, trato de persuadirlo para esperar por ayuda de la familia extendida, pero ya no había tiempo y él, oculto la información sobre su enfermedad.

—Si no puedo hacerte desistir, entonces acepta mi ayuda—Ko, se negó rotundamente a cualquier cantidad de dinero, pero la fémina no desistió y lo obligó a aceptar una tarjeta prepagada con una fuerte suma. Una vez que el Hyuga se marchó, Mikoto dio paso a la amargura, su pecho le dolía. Recordar los años con la niña le dificultaba la respiración, sobre todo, por los actos de Sasuke hacia ella.

[...]

La huelga que antes se consideraba solo un rumor, repentinamente estalló y por ende, ni Itachi, ni su padre pudieron regresar a Konoha. Mikoto optó por no comentarles nada sobre lo ocurrido con Sasuke, ya que su hijo mayor no dudaría en regresar, solo para darle una lección al hermano menor. Incluso, aunque ella hubiera querido hacerlo, fue la misma Tsuki, quien se negó rotundamente a que ellos lo supieran.

Faltaban dos días para partir de Konoha y como la tristeza la invadía constantemente por pensar en Itachi, Mikoto, Fugaku, Chiyo y por supuesto, sus amigos, Hinata evitó mencionar que la próxima partida no era solo un viaje entre padre e hija, no, esa partida, seria definitiva, después de todo, estaban de vacaciones y ese hecho le sirvió para disfrazar la mudanza. Su padre le advirtió que no debía decirle a nadie el lugar en donde vivirían y como ocurrió con las personas que conocieron en su niñez, también a ellos los dejarían atrás. Habían sido muchos años viviendo en Konoha y se relajó creyendo que finalmente habían encontrado un hogar, sin embargo, luego de lo ocurrido con Sasuke, comprendió la triste realidad. Él nunca la aceptó en la familia y su desprecio fue tan grande, que incluso se alió a alguien mas para burlarse de ella, así que lo mejor era tomar distancia.

Por increíble que pareciera, Shion la había estado buscando desde la noche de la cena. Según ella, necesitaban hablar sobre lo ocurrido. En la cafetería, fue Konan, quien se encargó de echar a la rubia y en la mansión Uchiha, las responsables fueron Izumi y Chiyo.

No entendía cual era el afán de querer explicar, dado que se vio obligada a bloquear su contacto, debido a las multiples fotografías que le enviaba de ella junto a Sasuke en poses muy sugestivas, incluso, reconoció la cama donde se entregó a él. Hinata no sabía si las fotos eran recientes, o si eran de antes, pues eso no era relevante, de todos modos, no volvería a dejar que se burlaran de ella.

Suspiro cansada y se disponía a guardar las joyas que tenía dentro de su cajón, al igual que los perfumes y el maquillaje.

—¡Tsuki-Chan!—la llamada de Izumi, la saco de sus pensamientos—Estoy aquí para que me acompañes a ver los muebles de mi apartamento, la tía Mikoto, también ira con nosotros y me dijo que no iremos sin ti—Izumi ya había conseguido un lugar para vivir y necesitaba ir a encargarse de amueblarlo. Al escuchar eso, Mikoto pensó que era buena idea pasar el día con Hinata, ya que los últimos días, apenas la vio un par de veces.

—Me faltan algunas cosas por empacar—en realidad, no tenía ánimos para salir. La noche anterior fue su ultima noche en la cafetería y con lagrimas en las mejillas por ambas, se despidió de Konan, quien se aseguró de darle su información completa, le reitero que podía contar con ella en cualquier circunstancia.

—Ahh, por favor—ante la insistencia de Izumi, ya no pudo negarse y tomando unas zapatillas deportivas, salió con ella.

Mikoto sonrió al verla y las tres subieron en el coche conducido por el chofer de la familia. Chiyo, había salido a visitar un pariente en su cuidad natal y aseguró que regresaría antes de la partida de Hinata. Itachi, quien también terminó por enterarse de la mudanza, garantizó estar presente para despedirse, aunque el muchacho ya se había encargado de no perderlos de vista.

...

Izumi se quedó en el apartamento, mientras que cerca de las ocho, Hinata y Mikoto, regresaron. Ko, pidió ayuda a su hija y el chofer se encargó de dejarla en casa de su padre.

La matriarca Uchiha se encargó de ducharse y mientras esperaba por Hinata, se preparó un té y se comunicó con su marido. Fugaku, le contó sobre los avances en las negociaciones y aseguró que apenas dejaran las cosas tranquilas, regresarían, aunque omitió decir que aparentemente, alguien se encargó de sembrar discordia entre los trabajadores. Ese teme aun mantenía la completa atención de Itachi y no había logrado identificar la fuente de dicha información.

—Tsuki ¿eres tú?—la llamada concluyó debido a que Mikoto creyó escuchar ruidos en el despacho de su marido. Creyendo que la ojiluna ya estaba de regreso, entró a buscarla, pero encontró el lugar vacío—¿Tsuki?—la volvió a llamar y al no obtener respuesta, pensó que se había dirigido hacia su habitación, así que salió a buscarla. La joven dijo que aun no terminaba de empacar y seguramente se marchó al escucharla hablando con Fugaku, eso pensaba la azabache.

Poco antes de llegar a la pequeña alcoba, miró que la puerta estaba un poco abierta y justo cuando pensaba entrar, se encontró de frente con Shion.

—¡Mikoto-San!—la fémina se sobresalto al verla—Estaba buscando a Tsuki-chan, ella me pidió que viniera—dijo con nerviosismo. La Uchiha la miró de arriba abajo debido a la peluca de cabello negro y pronto, sus orbes se centraron en lo que trataba de ocultar entre sus manos.

—Estas mintiendo—Shion supo que había sido descubierta y trató de huir.

—Debo irme—reiteró nerviosa.

—Esa joya es de Tsuki, devuélvemela—sin querer confrontarla, la rubia trató de escabullirse, sin embargo, Mikoto no estaba dispuesta a dejarla y la tomó del brazo—ERES UNA LADRONA Y TRATAS DE DAÑAR A TSUKI—entre el forcejeo, Mikoto logró arrebatarle el dije, per al hacerlo, perdió el equilibrio y cayó, golpeando la cabeza sobre una maceta de concreto. La sangre se fue mostrando y la chica palideció sin saber que hacer. Temía que a pesar de la peluca oscura, las cámaras de seguridad la captaran al momento de escapar.

—Mikoto-San—al escuchar el llamado de Tsuki, supo exactamente lo que haría. Sin perder tiempo, levantó la peluca del piso y se ocultó en la oscuridad. Mirando el drama, esperó a que la otra persona involucrara hiciera su aparición. Aparentemente, su plan no se arruinaría, sino todo lo contrario—¿Que pasó? Por favor respóndame—con las manos temblorosas, Hinata trataba de llamar a la ambulancia mientras contenía la hemorragia.

—Madre—la voz de Sasuke la asustó y su celular cayó al suelo, afortunadamente, ya había llamado a la ambulancia—¿Que le pasó?—el muchacho se acercó lleno de temor y le buscó el pulso, el cual era muy débil.

—No lo se, yo...—Hinata trataba de narrar los sucesos, pero fue interrumpida.

—Ella lo hizo, Sasuke-kun—el Uchiha, que estaba por llamar a su padre, miró de Shion, a Hinata—Tu madre la encontró robando sus joyas, además de documentos importantes y cuando la confrontó, ella la empujó... yo quise ayudar, pero no fui lo suficientemente rápida y solo pude llamar a la policía.

—¿Que?—Hinata sintió que el aire se le acababa—Eso no es cierto, yo la encontré así, yo nunca la dañaría—a pesar de no creer que Tsuki fuera capaz de algo así, los ojos de Sasuke, vislumbraron algo entre las manos de su madre. Lentamente y con miedo, lo levantó y supo bien a quien pertenecía esa joya.

—Esto es tuyo ¿verdad?—la ojiperla se quedó pasmada al ver el dije de su madre ¿porque lo tenía ella?

—Tu madre se lo quitó cuando trataba de impedir que huyera—Shion no dudó en inculparla, haciendo que Sasuke comenzara a creerle.

—Sasuke-kun, tu me conoces, yo jamás dañaría a  Mikoto-san—la joven lloraba preocupada por la salud de la azabache y por las acusaciones en su contra. A lo lejos, ya se escuchaban las sirenas de la ambulancia y también de la policía.

NO VUELVAS A LLAMARME ASÍ—le grito, asustando mas a la llorosa chica—Parece que después de todo, nunca me equivoque contigo—le dijo con odio—no eres mas que una basura que muerde la mano de quien le da comer—Hinata sintió que veía todo en cámara lenta. Los paramédicos se llevaron a la matriarca y las voces se escuchaban muy lejanas. No fue hasta que un hombre de rasgos duros la llamó, que ella volvió su atención al caótico entorno.

—¿Es cierto lo que dice la señorita? ¿Usted intentaba robar y por eso atacó a Uchiha-san?—el policía se presentó como Ibiki y no parecía feliz de estar encargándose de ese problema.

—No, eso es mentira, me están calumniando—Sasuke la veía con odio, mientras que Shion, mostraba satisfacción al continuar diciendo que revisaran sus pertenencias. Al principio estuvo confiada, después de todo, ella no tenía nada que esconder, pero luego de ver el giro que dieron los acontecimientos, se sintió temerosa—Mikoto -san y yo, estuvimos toda la tarde con  Izumi-san, ella lo puede confirmar—soltó desesperada por demostrar su inocencia.

—No te hagas la idiota, lo que hiciste a mi madre no fue en la tarde y a juzgar por el desorden que tienes en tu cuarto, estabas planeando huir—esos duros reproches le dolieron a la ojiluna, pero no era el lugar para flaquear.

—Si, papá y yo nos iremos pasado mañana, eso no es un secreto—Sasuke se sorprendió al saber que ella pensaba mudarse ¿tan herida se sintió que decidió robarles y dañar a su madre?

—Entonces ¿esta de acuerdo en que revisemos su habitación?—preguntó Ibiki.

—Pero ya les dije que yo no hice nada—la ojiperla lloraba desesperadamente—Uchiha-sama, por favor...—al ver la afilada mirada de Sasuke, se arrepintió de buscar compasión con él, era evidente que la odiaba y no tendría piedad con ella.

—Si en verdad no lo hiciste, no te importará que revisen—Hinata dejó de luchar y solo miró hacia abajo. Sin esperar su permiso, Sasuke les indicó que revisaran el lugar y tras unos pocos minutos, los oficiales mostraron dos carpetas con documentos importantes sobre dos futuros proyectos millonarios, los cuales, de caer en manos de los competidores, los harían tambalear en la cuerda floja. También encontraron una bolsa de terciopelo, con las valiosas joyas de Mikoto y dinero en efectivo.

—¿Como pudiste ser tan cruel?—el rostro de Hinata se sintió arder, tras recibir una fuerte bofetada proveniente de Shion—Creí que eras una buena persona, pero cuando viste que Sasuke no caería en tu trampa, optaste por desquitarte con la mujer que te recogió... eres una víbora—la rubia se echó a llorar en los brazos de Sasuke y acto seguido, Hinata sintió que la esposaban, al mismo tiempo que le leían sus derechos y la llevaban a la patrulla.

—Ruega para que mi madre no muera, de lo contrario, me encargaré de que vivas en el infierno—la amenazó Sasuke para que solo ella pudiera escuchar.

...

Kimimaru sonrió complacido al saber que su plan mejoró considerablemente. Sin preocuparse por las grandes sumas monetarias que uso para los sobornos, se apresuró a completar la siguiente parte del plan. La suerte de esas dos escurridizas personas había terminado esa noche.

Sonriendo, entró en la modesta casa y con una exagerada reverencia, se presentó frente al castaño que sus hombres mantenían inmovilizado—Buenas noches, Hyuga-san, es un placer estar frente a frente con usted después de tanto tiempo.

—Ya les dije que me están confundiendo, yo no soy esa persona que dicen—sabia que estaba perdido, pero quería ganar tiempo para que Hinata pudiera escapar, solo esperaba que hubiera leído el mensaje que le envió. No hables con nadie y sigue nuestro plan, huye ahora mismo Eso fue lo único que le pudo enviar cuando supo que ya lo tenían rodeado.

—¿Sabe una cosa, Hyuga-san?—Kimimaru caminaba de un lugar a otro, hurgando entre las pertenencias del castaño—A pesar de encontrarnos en lados opuestos, siento una gran admiración por usted—Ko lo miró esperando la risa que seguiría, pero esta no llegó, dejando en claro que no estaba mintiendo—Nunca he conocido a una persona tan leal y tan dedicada a su misión... Hikari no se equivocó en confiar la vida de la niña a un hombre tan dedicado.

—Entonces, ya debe saber que estoy dispuesto a todo para impedir que dañen a mi hija.

—Lo se—reiteró—y créame, esta será la primera vez, que lamentare asesinar a un oponente—Ko, intentaba liberarse, pero sentía que su corazón estaba por colapsar.

—Ensañarse con una niña ¿acaso no tienen sentimientos?—Kimimaru sonrió.

—Usted sabe la importancia que tiene dar la palabra a alguien que respetamos, así que no debería extrañarle que yo esté dispuesto a todo, por cumplir la promesa que le hice a mi abuela en su lecho de muerte... ¿lo ve? Después de todo, no somos diferentes, ambos estamos dispuestos a morir para tener éxito, sin importar los métodos que utilicemos—el peli blanco notaba que la condición del Hyuga iba desmejorando y para comprobar su teoría, decidió dar a conocer detalles de como dieron con su paradero después de tantos años.

—Si algo le ocurre a mi hija, la familia Uchiha no tardará en dar con usted—trataba de alardear, aunque ya le costaba hablar con claridad.

—Como a los condenados a muerte que les conceden algo antes de morir, así mismo, yo le contaré como fue que logramos dar con ustedes—sin omitir detalles, le contó que basándose en la amistad de Hikari con esa familia, comenzaron a vigilarlos—pero no fue hasta que la persona infiltrada me habló del dije, que estuve completamente seguro del éxito.

—Infiltrado ¿a quien se refiere?—para ese momento, Ko, ya comenzaba a perder la visión, sin embargo, se obligaba a escuchar el nombre de esa persona.

—¿No lo adivina?—Kimimaru sonrió al notar las muecas que hacia el castaño.

—Shion...—de pronto todo tuvo sentido, si tan solo su cuerpo no se hubiera rendido, se apresuraría a salvar a su hija. Ahora entendía porque esa joven nunca le gustó y peor aun fue el miedo que lo recorrió al pensar que su niña no iba lograr escapar.

—¡Bingo!—se burló—A pesar de creerla una inútil, esa chica resultó ser de gran ayuda, incluso, en este preciso momento, se encargó de inculpar a su hija por intento de asesinato a Mikoto-Uchiha, así que comprenderá que dicha familia no hará nada por ella—sabiendo que el hombre apenas mantenía un soplo de vida, se acercó hasta el oído para que escuchara lo ultimo—Su hija está exactamente donde yo quería y una vez ahí, sufrirá el mismo destino que sufrió su verdadero padre. La única diferencia será, que ella no logrará escapar y una vez que la tenga a mi merced, le narrare y mostraré los últimos momentos de usted, así no se irán con dudas ¿qué le parece?—finalmente, el corazón del Hyuga colapsó y la vida lo abandonó. Su rostro siempre apacible mostraba el miedo en toda la extensión de la palabra, incluso el mismo Kimimaru, sabía que la forma en que murió, fue mucho peor que en un enfrentamiento y eso era exactamente lo que vería la mocosa antes de morir.

—Esta muerto—declaró uno de los hombres que sostenía al castaño—¿que hacemos ahora?—cuestionó y Kimimaru se encargó de enumerar los siguientes pasos.

—Bien, ahora me voy—anunció el peli blanco, luego de recibir lo que le entregó uno de los tipos—No olviden incendiar todo para borrar posibles huellas, pero quiero que quede muy en claro que se trató de un brutal asesinato—satisfecho como no lo estuvo durante años, Kimimaru se alejó. Lo siguiente del plan ya debía estar en marcha, dado que dio un gran soborno para alterar el perfil de la mocosa. Pasaría de no tener antecedentes penales, a estar involucrada en múltiples delitos, desde robo y prostitución, hasta intento de asesinato, por lo tanto, a primera hora del siguiente día, la enviarían al reclusorio sin posibilidad a fianza.

Continuará.

Lamento mucho la demora y también lo largo del capítulo, pero quería dejar avanzar la historia, así que el siguiente también ya está comenzando y en unos días lo subiré. La idea era hacerlo uno solo, pero se fue haciendo cada vez más largo.

Lamento las posibles faltas de ortografía que seguramente se me fueron quedando sin que las notara, apenas las encontré y las hire corrigiendo😊💕

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