Capitulo 5

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro. Las imágenes no me pertenecen, las encontré y me parecieron lindas, los créditos son para sus creadores.



Hina ¿puedes llevar la orden de la mesa cinco por favor?—una de las compañeras de la morena respondió una llamada importante y tuvo que encomendarle la orden a ella. Hinata asintió y tomó la bandeja con los platos en su mano. Ese día en particular, había muchos clientes en el restaurante y todos los empleados se ayudaban mutuamente para atender la clientela adecuadamente.

Llegó a la mesa y leyó la nota donde su compañera anotó los pedidos—Un expresó y un café regular sin azúcar—la chica se disponía a colocarlos sobre la mesa y fue entonces que enfocó a los clientes.

—Gracias lindura—soltó un chico de cabello claro y extraños dientes puntiagudos. Hinata intentó controlarse ante la persona que se quedó en silencio y sólo se dedicó a observarla.

—¿Desean algo más?—no quería ser grosera, pero se sentía incómoda estando frente a ellos.

—Para mi, otra orden de galletas con nueces ¿y tú Sasuke?—el chico cuestionó a su amigo y él sólo negó con la cabeza.

—En seguida—la joven anotó el pedido—con permiso—sin mirar al Uchiha, se despidió con una reverencia y se fue en dirección a la cocina donde le entregó el apunte a la mesera que había atendido esa mesa, ya que la llamada había concluido y de nuevo podía atender a los clientes.

—Pero que chica tan encantadora, parece una muñequita de porcelana—soltó Suigetsu mientras veía a la joven atendiendo a los clientes de las otras mesas—si yo estuviera en tu lugar, volvería a vivir con tus padres para poder estar cerca de ella... aunque no creo que seas su tipo, incluso pareció incómoda cuando estás cerca de ti.

—Hmph—el Uchiha también la miró mientras continuaba con sus labores cerca de otros clientes. Ella les sonreía a todos con amabilidad y a diferencia de su comportamiento con ellos, la joven se mostraba amigable. Desde la noche del dichoso carnaval, no había dejado de pensarla, incluso visitó la casa de sus padres con la intención de verla, no obstante, ella no dio señales de estar presente, por lo tanto, invitó deliberadamente a su amigo a tomar un café y fue precisamente en el lugar donde ella laboraba.

—Con permiso—la mesera que los atendió a su llegada, se acercó a dejar las galletas que pidió Suigetsu.

—¿Y Tsuki-chan? ¿Porque no viene ella a dejarlas?—Suigetsu no se sentía ansioso por las galletas y su pedido fue hecho a la ligera, ya que sus verdaderas intenciones era que la linda "hermanita" de Sasuke volviera. Disfrutaba mucho viendo la reacción de la chica, pero lo hacía más, mirando la del Uchiha mientras estaban frente a frente.

—No, a ella le corresponden otras mesas y atendió esta sólo por hacerme un favor—la mesera hizo una reverencia y se marchó.

—Bueno, no queda mas remedio que verla desde aquí—Suigetsu se dedicó a molestar a su amigo y todo se debía a los cambios que venía mostrando últimamente en torno a la chica. Cuando llegaron a Konoha la conocieron por medio de la familia Uchiha y rápidamente se percataron de la apatía que mostraba Sasuke hacia ella, muy diferente con Itachi, quien la trataba como a una hermana muy querida. En realidad, la chiquilla era fácil de querer y nunca entendió el motivo por el cual Sasuke la rechazaba. Tsuki lo trataba como a un superior y en la medida de lo posible, se dedicó a evitarlo, no obstante, algo en el arrogante azabache había cambiado. Horas antes, salieron de la oficina y fue el azabache quien sugirió ir por un café, al principio no pensó en nada extraño, hasta que miró a la chiquilla vistiendo el uniforme de los empleados. Eso le dejó muy en claro que su amigo quería estar cerca de ella.

—¡Llegue!—el otro amigo del azabache, el corpulento varón de cabello naranja se sentó en una de las sillas junto a ellos—Espero no haber demorado mucho, pero casi atropello a un perrito y no pude abandonarlo hasta no cerciorarme de su estado—Suigetsu rodó los ojos, Jugo siempre estaba haciendo ese tipo de actos, incluso parecía preocuparse mas por los animales que por los humanos.

—No te preocupes, acabamos de llegar—soltó Sasuke antes de darle un trago a su café. La respuesta "amable" incluso desconcertó a Jugo, quien ya esperaba las quejas del Uchiha por hacerlos esperar. El recién llegado miró a Suigetsu y esté a su vez, sonrió desviando la mirada hacia la joven que atendía las mesas cercanas.

—Ya veo—dijo Jugo y con la mano hizo un movimiento para que se acercara la mesera encargada de atenderlos—es un agradable sitio, nunca antes había venido por aquí—añadió luego de haber pedido un té.

—Yo tampoco, pero creo que desde hoy eso cambiará—agregó Suigetsu sin dejar de mirar al azabache por el rabillo del ojo.

—¡Sasuke-kun!—los tres giraron al escuchar la voz femenina y se encontraron a una bella pelirroja con gafas. El azabache puso los ojos en blanco—Que gusto verte después de tanto tiempo.

—Sasuke ¿no piernas presentarnos a tú amiga?—cuestionó el chico con afilados dientes mientras veía a la joven. Karin sonrió seductoramente y se alegró por haber aceptado la invitación de Sasori y Deidara, para ir a la famosa cafetería perteneciente a Konan. Tenía mucho tiempo sin hablar con su amor platónico y lo único que sabía de él, era la cercanía que mantuvo con esa arrogante chica rubia llamada Shion, incluso escuchó que ellos ya vivían juntos.

—Jugo, Suigetsu, ella es Karin, una compañera que estuvo en el mismo colegio que yo—sin esperar invitación, la chica se sentó en la única silla desocupada.

—Deidara y Sasori, me contaron que también te distanciaste de ellos, estoy segura que se alegrarán mucho de verte—el azabache frunció el ceño con disgusto al mirar a Tsuki atendiendo precisamente a los dos mencionados. Aunque al principio ella pareció tensa, poco a poco se fue relajando y cuando regresó a entregar el pedido, les sonrió con sinceridad, eso sin duda alguna fue extraño, dado que en el pasado, la chiquilla parecía asustada con sólo estar cerca de sus compañeros. Ellos al igual que él, también habían cambiado y ya habían dejado atrás el comportamiento infantil del pasado. Deidara trabajaba en una agencia donde se realizaban efectos especiales para películas, series, o programas televisivos y Sasori era un diseñador de juguetes en una prestigiosa empresa.

...

Hinata tomó todo el aire que pudo, luego lo dejó salir, aparentemente, ese fue el día de encontrarse con las personas que prefería evitar, no obstante, debía continuar sus labores y se acercó a donde se encontraban los chicos que siempre estaban con Sasuke.

—Bienvenidos—se comportó como lo hacía con cualquier cliente—Mi nombre es Tsuki y sere la encargada de tomar sus órdenes—a pesar de mostrarse indiferente, se tensó frente a ellos.

—Pero cuanta seriedad, cualquiera diría que no nos conocemos eh—soltó Deidara.

—Lo siento, pero estoy aquí para hacer mi trabajo.

—Se que en el pasado fuimos unos imbeciles, pero hemos madurado—añadió Sasori—incluso, ya no somos cercanos a Sasuke.

—Bien por ustedes—les dijo sin creerles nada, dado que recordaba muy bien como celebraban las majaderías de Sasuke y nunca hicieron nada para frenarlo, tal como lo hizo Hidan.

—Vamos niña, dejemos atrás nuestros errores y comencemos desde cero, ahora somos personas de bien y no volveremos a molestarte ¿que dices eh?

—No veo para que puedan querer mi aceptación, después de todo, yo no soy nadie importante, por lo tanto, no debería importarles mi opinión—repuso la chica sin titubeos.

—¿En serio eres tan rencorosa? ¿No piensas darnos otra oportunidad?—el pelirrojo parecía muy sincero y la Hyuga ya no pudo mostrarse indiferente, después de todo, no estaban pidiendo nada fuera de lo normal.

—Esta bien, ustedes ganan—finalmente les sonrió y ambos se sintieron mejor. Les tomó la orden y ellos le preguntaron por Hidan, incluso la hicieron sonrojarse cuando se referían a él como su novio.

—¿Y que hay de él? ¿Ya se llevan bien?—ambos apuntaron con la cabeza en dirección a Sasuke y cuando ella volteó, sus orbes de diferentes colores se encontraron, siendo ella quien miró en diferente dirección.

—No y dudó mucho que algún día deje de odiarme—la joven se encogió de hombros y se retiró a continuar sus labores.

[...]

Sasuke llegó a su apartamento luego del trabajo y se sirvió un whiskey. Durante todo el día estuvo pensando en Tsuki. Su frustración aumentaba al recordar su indiferencia hacia él. Escuchó que tocaban la puerta y chasqueó la lengua, no tenía ánimos para recibir visitas y se quedó en silencio, ya se cansarían de tocar y terminarían marchándose. Los toques disminuyeron y cuando pensó que había logrado deshacerse de los intrusos, su celular anunció un mensaje de Shion, quien le pedía abrirle la puerta.

—¿Porque demoraste tanto? Además, cambiaste la contraseña—la chica se veía molesta.

—Hmph—el Uchiha no le prestó atención y volvió a sentarse donde había estado antes de ser interrumpido.

—¿Porque me ignoras? Me siento muy sola y encima no tengo amigas, ya te dije que eres el único con quien puedo contar—Sasuke hizo hasta lo imposible por no rodar los ojos, ya que ella siempre lo quería hacer sentir mal con la misma frase—Traté de ser amiga de Tsuki-chan, pero ella es mala conmigo—soltó obteniendo toda la atención del azabache.

—¿En que sentido es mala?—no pudo evitar hacer la pregunta y es que últimamente, todo lo referente a ella lograba despertar su atención.

—Ella se muestra gentil e inocente frente a todos, pero en realidad, ha hecho que todos en el colegio me repudien, incluso hoy en la mañana me hizo llorar frente a toda la clase.

—¿Que te hizo?—inquirió Sasuke con algo de molestia.

—Se burló de mi resumen en la clase de historia y todos se rieron de mí—confesó llorando, lo que en realidad nunca sucedió—Tú madre la adora y todos creen que es un ángel, pero en realidad ella es muy diferente—añadió logrando que el varón le creyera todo—No se que tiene en mi contra, a veces creó que es por ti.

—¿Por mi? ¿Que quieres decir?

—No lo se con exactitud, pero parece estar enamorada de Itachi y tú madre la apoya en todo... ellas saben que el único que no lo aceptaría eres tú y como yo soy cercana a ti, Tsuki me tiene rencor—el Uchiha se tensó al escuchar que ella podía estar interesada en su hermano. En el pasado, sólo tenía ojos para él, pero desde que la miró cerca de Itachi, algo en él, le decía que había algo mas que un amor fraternal. No dejaría que su hermano le ganara, no está vez, ella no podía haberlo olvidado y se encargaría de demostrarlo. Pensar en eso le causó gran molestia y para colmo de su mal humor, tuvo que consolar a Shion, quien continuó con sus lloriqueos.

[...]

—¿Que tienes ahí?—cuestionó Indra al ver a su hermano sosteniendo un sobre amarillo.

—Es la información que mandó Taizo—Ashura frunció el ceño mientras pensaba en la información que compartió con su mejor amigo.

—¿Pasa algo que aún no sepa?—Indra era muy suspicaz y los gestos de su hermano le indicaban que pasaba algo.

—Taizo comenzó la tarea con éxito, pero al vigilar el objetivo principal, me dijo que sintió prácticamente lo mismo que sentiste tú.

—¿Sobre que exactamente?

—Dice que la joven no le recuerda en nada a Hikari... si, quizás tiene algunas similitudes, pero nada que la identifique como Hinata, no obstante...—Ashura levantó el sobre y lo abrió—me aseguró que encontró algo muy interesante en una de sus amigas y quire que nosotros opinemos al respecto—Ashura miró muchas fotografías de una hermosa joven de cabello azulado, el sobre también contenía un USB, donde seguramente encontrarían vídeos.

—De prisa, lo colocaré en la computadora—Indra sintió su corazón acelerado al ver las fotografías y no podía esperar para ver mas sobre esa chica. Los vídeos comenzaron con dicha joven sentada con otras chicas en la cafetería escolar. Los hermanos veían con atención todos y cada uno de sus movimientos.

—¡Nii-san!—Ashura buscó la mirada de su hermano y pronto comprobó que se hallaba desconcertado, tanto, o mas que él.

—Por todos lo cíelos, de no ser por esas oscuras orbes, sería como ver a Hikari, incluso su forma de sostener el vaso es la misma que tenía ella—Indra continuó mirando y mientras más veía, más se convencía que la joven llamada Tsuki, tenía muchas más similitudes con su prima, de las que tenía la tal Shion.

—De ser ella ¿crees que esté usando contactos para ocultar su verdadero color de ojos?—cuestionó Ashura, igual de impresionado que su hermano mayor.

—Sería lo mas probable, no obstante, tampoco podemos adelantarnos hasta no tener las pruebas en nuestro poder—añadió el mayor.

—Bueno, Taizo envió unas latas de refresco que desechó Shion-san, pero no envió nada de Tsuki... él dijo que primero quería nuestra opinión—Indra asintió.

—En ese caso, me pondré en contacto con un laboratorio, necesitamos descartar a Shion—Ashura hizo una mueca de preocupación al escuchar a su hermano, ya que dejó de hablar y parecía estar pensando en algo importante—o en el peor de los casos, comprobar que en realidad ella si es Hinata—suspiró resignado a aceptar el resultado final, aún si no era lo que deseaba. Por amor a su casi hermana, si Shion era su hija, la amaría con todos y cada uno de sus defectos, sólo por ser la niña a quien juraron proteger.

—Tranquilo, a pesar de llevar su misma sangre, no creó que ella haya heredado la maldad de la abuela y de ser así, nosotros la ayudaremos a cambiar para bien—Ashura no podía negar esa posibilidad, después de todo, la hija de su prima era familia de Kaguya, por lo tanto, podía ser tan narcisista y malvada como lo fue ella.

—Tienes razón—repuso desanimado—y suponiendo que el laboratorio demorara un tiempo, dile a Taizo que consiga algo de esta niña—Indra volvió a concentrarse en los vídeos que envió el amigo de su hermano y mostró una mueca de sonrisa. Su corazón latía apresuradamente, sintiendo una gran necesidad de conocer a la joven de cabello oscuro—y una cosa más—Ashura le prestó atención—no le digas nada a los Hyuga sobre lo que averiguó Taizo—no podían darles falsas esperanzas y optó por encargarse personalmente de la investigación.

—De acuerdo, yo tampoco tengo intenciones de darles falsas esperanzas—los ojiperla ya habían pasado por mucho y si esta vez resultaba diferente, ellos mismos llevarían a Hinata frente a su padre, algo en su interior le gritaba que no se trataba de una simple coincidencia, esa chica le trajo muchos recuerdos de sus días con Hikari y eso no le había ocurrido con Shion, por otro lado, Indra y Taizo, también tuvieron la misma sensación. Quizás ya iba siendo hora de viajar a Konoha y comprobar por ellos mismos si Ko, también estaba cerca de la joven.

[...]

Sasuke gruño molesto al corroborar que el paquete que esperaba le llegaría a su apartamento y él no estaría ahí para recibirlo, por lo tanto, lo regresarían a quien lo envió. Los documentos eran de suma importancia y debía firmarlos cuando antes, pero los múltiples pendientes de ese ajetreado Sábado, le impedirían ir a esperarlos. No tenía otra opción, debía pedirle ayuda a su madre para que fuera a su apartamento y esperara por ellos.

Tomó su celular y marcó el número de Mikoto—Madre!—la azabache sonrió al escuchar la voz de su hijo menor.

¿Que sucede cariño? Debes necesitar algo, de lo contrario, no me llamarías en horas laborales—la fémina sonrió al escuchar el chasqueó que soltó Sasuke.

Exageras, sabes que trató de llamarte cada vez que tengo la oportunidad—se defendió de la acusación, no obstante, su progenitora tenía razón, ya que no acostumbraba hacer llamadas personales en horas laborales.

Si, si, claro... bueno en ese caso me alegra mucho saludarte—añadió Mikoto y contó mentalmente del uno al cinco, estaba completamente segura que su hijo le pediría algo y no demoraría en hacer a un lado el orgullo para hacerlo.

Escucha, me llegará a mi apartamento un paquete con documentos importantes y necesito que alguien los reciba, de lo contrario, los regresarán al remitente y necesito tenerlos firmados lo antes posible—no tuvo otra opción que aceptar lo dicho por su madre, pero no tenía a quien mas pedirle ese favor.

Ya veo—la fémina se hubiera reído, no obstante, se hallaba fuera de Konoha acompañando a Fugaku y a Itachi, quienes debían evaluar un terreno, por lo tanto, no podría hacer el favor que necesitaba Sasuke—lo que pasa es que... estoy con tu padre.

—Espera... ¿viajaste con ellos?—cuestionó refiriéndose a su padre y hermano.

Así es, lo decidimos a última hora—la Uchiha se sintió culpable y pensó en una solución—pero no te preocupes, le pediré a alguien de confianza que lo haga por mi, estoy segura que Chiyo nos hará el favor—esa era una solución, de ese modo, los documentos estarían seguros.

Hmph, esta bien—aceptó el azabache, ya que no tenía otra opción y su madre haría todo por ayudarlo—sólo necesitan esperar entre las tres y las cuatro, luego firmar al recibir el paquete y dejarlo dentro.

—No te preocupes, me ocuparé ahora mismo—Sasuke agradeció y terminó la llamada dando un suspiro de alivio.

[...]

Hinata tomó el papel en sus manos y no sabía que decir. Mikoto llamó a Chiyo para ir al apartamento de Sasuke, pero la anciana dijo que era mejor enviar a Tsuki, después de todo, era Sábado y no trabajaría esa tarde, la dama Uchiha estuvo de acuerdo con la idea y habló personalmente con ella para convencerla. La ojiperla trató de negarse, no obstante, la azabache prácticamente le rogó y le aseguró que Sasuke no estaría en su apartamento, por lo tanto, no se encontraría con él.

El chofer de los Uchiha la llevó hasta el edificio donde se encontraba la vivienda del moreno y para no sentirse tan incomoda, le aseguró al hombre que podía regresar a la mansión y ella tomaría un taxi de regreso. El chofer no estaba seguro de acceder, sin embargo, ella lo persuadió con la excusa de ir a visitar a sus amigos cuando el mensajero arribara con el paquete.

A pesar de saber la contraseña para entrar, debido al papel que le entregó Chiyo, ella optó por esperar afuera, dado que no se sentía cómoda estando en el espacio privado de Sasuke. Aún no olvidaba lo ocurrido la última vez que lo hizo y con sólo pensarlo, se le erizaba la piel.

Recargando su espalda sobre la puerta, se sentó en el suelo, ya que llevaba mas de cuarenta y cinco minutos esperando y el mensajero no llegaba, incluso llegó a pensar que quizás no llegaría, sin embargo, ella no se iría hasta no haber cumplido con el encargo. Mikoto le dijo que se trataba de algo importante y confió en ella, por lo tanto, no la defraudaría.

Ino y Tenten estuvieron enviando mensajes en grupo para salir a una discoteca, aparentemente, Shisui invitó a la rubia y esa noche se verían. Desde la mañana le pidió permiso a su padre y muy a regañadientes, él aceptó, dado que no pretendía tenerla encerrada, su hija era joven y al igual que sus amigas, comenzaba a querer experimentar lo que hacían todas las chicas de su edad, aunque para Ko, eso significaba una larga noche en vela, pidiendo a Dios que nada malo le sucediera a su pequeña.

—Buenas tardes—Hinata levantó el rostro de su celular y de inmediato se puso de pie al ver que finalmente el mensajero había llegado. Recompuso su aspecto y se aseguró de que su vestido estuviera en orden.

—¿Es usted quien trae el paquete de Uchiha-san?—cuestionó apresurándose abrir la puerta, de otro modo, el encargado no podía estar seguro de entregárselo a la persona correcta.

—Así es—el hombre buscó unos papeles y un bolígrafo—y ahora necesitaré su firma—la chica evitaba mirar la decoración del lugar y se centró en lo que debía hacer.

—Aquí tiene—le regresó el bolígrafo y los papeles, recibiendo el paquete.

—Hasta luego y que tenga un buen día—el varón le sonrió y con una reverencia se marchó dejando a la joven sosteniendo la puerta, misma que cerró para dejar el encargo sobre la mesa de la sala.

A pesar de negarse a mirar el entorno, Hinata fue recibida por el inconfundible olor del perfume que usaba Sasuke. Cerró los ojos mientras suspiraba, estando ahí, fue como estar dentro de la habitación que ocupaba en la mansión Uchiha, dado que todo parecía tan serio, incluso los muebles eran en color oscuro.

Negó con la cabeza y optó por salir rápidamente, de lo contrario, se hundiría mas en los recuerdos. Antes de salir, se aseguró de tomarle una foto al paquete y se la envió a Mikoto, así sabría que ya no tenían nada de que preocuparse.

Tal como lo supuso, la dama Uchiha le respondió el mensaje agradeciéndole y mientras respondía, escuchó que abrían la puerta. Su corazón dio un vuelco al girarse con rapidez, quedando frente a frente con Sasuke, quien para colmo de su mala suerte, no se veía de buen humor.

...

Sasuke bufó molestó al recibir la llamada del cliente con quien se reuniría, el tipo se disculpo diciendo que había tenido una emergencia y por lo tanto, pospondría la reunión hasta nuevo aviso. Miró su reloj y optó por ir a su apartamento, después de todo, esa reunión era lo último que tenía en su agenda y ya no tenía que regresar a su oficina.

¿Quien se creía ese imbecil para dejarlo plantado? Pensó molestó mientras ingresaba la contraseña para entrar a su hogar, apenas abrió la puerta, sintió un agradable aroma y cuando dirigió sus orbes en dirección a la sala, miró a quien menos hubiera pensado ver en sus dominios. Maldijo mentalmente al verla palidecer ante su llegada, era obvio que jamás esperó encontrárselo.

—U-Uchiha-sama, Mikoto-san, me pidió venir a recibir su paquete—Hinata intentaba guardar la compostura y se obligó a no volver a tartamudear, dado que él se mofaba de ese defecto. Sasuke la miró de arriba abajo sin ningún pudor, ella se veía preciosa y a suponer por el vestido y el peinado, parecía lista para salir a algún lado.

—¿Y lo recibiste?—olvidándose de cerrar la puerta, se acercó peligrosamente a ella, quedando a escasos centímetros. Estando tan cerca, podía percibir su calor y su fragancia tan única.

—Si, aquí lo tiene—la ojiluna trataba de retroceder y no entendía el extraño comportamiento de Sasuke, dado que siempre parecía asqueado con su cercanía.

—¿Que es esto?—mirándola retroceder, él continuó acercándose hasta que ella quedo pegada al sofa.

—Es el papel que me dieron con la contraseña de su puerta—Hinata evitaba verlo y sólo mantenía sus orbes a la altura del pecho masculino, cosa que estaba irritando al Uchiha.

—¿Porque no me miras?—la joven se sorprendió y pensó que había escuchado mal ¿que le sucedía a Sasuke? ¿Porque actuaba tan diferente a como siempre lo hizo? Estaba confundida y fue mucho peor cuando los dedos del Uchiha le levantaron lentamente la barbilla. Él estaba empeñado en lograr que ella lo mirara como lo hacía con Itachi, no dejaría que en unos meses, su hermano les saliera con la noticia de estar enamorado de ella.

—¿Uchiha-Sama?—francamente, ella quedó confundida y no sabía si prefería ser tratada con el habitual desprecio, o de esta manera tan extraña, la cual no sabía como manejar.

—Háblame como lo haces con mi hermano—la penetrante mirada masculina la dejó sonrojada y con las piernas temblorosas. La atención de Sasuke se dirigió a una cadena de oro blanco que descendía hasta perderse en el inicio de los géneros senos y sin pensarlo dos veces, la tomó para escanearla, ya que nunca se la había visto. La joya era diferente a cualquier otra que hubiera visto con anterioridad y se notaba que no era una baratija.

—Debo irme—la joven se percató de su error al dejarse el dije, pues con el vestido que llevaba puesto se alcanzaba a ver.

—¿Itachi te regalo esto?—cuestionó molesto cuando ella le quitó el dije y trató de ocultarlo donde había estado—¿O fue Hidan? Dime ¿quién de los dos te hizo este regalo?

—Ese no es asunto suyo y si me disculpa, debo irme—la joven se sorprendió al verse aprisionada entre el sofá y la anatomía del azabache.

—Responde a mi pregunta ¿estás saliendo con mi hermano y por eso te hizo este regalo?—volvió a cuestionar y ella se sorprendió por escuchar ese disparate.

—Por supuesto que no, está joya es muy valiosa para mi, porque perteneció a mi madre—apenas soltó la información y se arrepintió de haberlo hecho. Su padre le aconsejó que no le dijera a nadie sobre esa exótica joya, incluso le pidió no usarla para que no se la miraran y ella acababa de cometer un gran error.

—Y que hay de mi hermano ¿estás enamorada de él?—la Hyuga no lo podía creer ¿como podía estar preguntando algo como eso? Ella amaba a Itachi, pero como a un hermano ¿de donde había sacado ese disparate?

—Quiero a Itachi Nii-san como a un hermano—a pesar de estar molesta por los cuestionamientos, Hinata agradeció que el azabache no continuara con el tema del dije. Lo mejor era ya no usarlo, no podía volver a cometer otro error—y como ya dije, debo irme—el azabache no sabía porque se estaba comportando así, pero tampoco es que le importara. Estaba disfrutando de su cercanía y ahora que finalmente pudo acceder a ella sin interrupciones, se negaba a dejarla ir.

—¿Y que sientes por mí? ¿Comenzaste a odiarme?—soltó las preguntas intentando saber que había en su interior, necesitaba escucharla decir que no sentía odio, ni desprecio hacia él.

—Yo... yo no lo odio Uchiha-Sama—le respondió con melancolía, ya que sus sentimientos eran muy diferentes al odio—simplemente me he dedicado a mantener la distancia, tal como usted me pidió que lo hiciera—por supuesto que él recordaba la manera tan cortante en que le hablaba, nunca pensó que se arrepentiría de haberlo hecho. La joven miró el celular que no había dejado de estar vibrando y él imaginó que alguien la esperaba, seguramente a eso se debía la insistencia en querer marcharse, ademas de no querer estar cerca de él.

—Alguien te espera para salir ¿verdad?—ella desvió el rostro y afirmó con la cabeza—Entonces ayúdame con la corbata y yo mismo iré a dejarte, después de todo, debo agradecer tú tiempo al venir aquí—Hinata quedó boquiabierta ¿que le arreglara la corbata dijo? Además, también dijo que él iría a dejarla ¿se volvería loco? ¿Quizás comió algo en mal estado? Lo cierto era que el hombre frente a ella no se parecía en nada al que conocía desde niña.

—No es necesario, ya llamé un taxi—soltó lo primero que le vino a la mente, pues aún desconfiaba de sus supuestas "buenas intenciones"

—Tu negativa sólo me demuestra que no me equivoco y si me odias—aseguró sin dejar de verla y ella comenzó a mover la cabeza negando—entonces demuestra que estoy equivocado... vamos, ayúdame con la corbata y déjame llevarte.


Muy sonrojada por la cercanía, la ojiluna se concentró en la corbata y evitaba verlo. La torpeza por los nervios, apenas le permitió hacerlo bien, sobre todo al sentirse observada por las oscuras orbes que la veían de forma diferente a como siempre lo hicieron. Sasuke sonrió mentalmente al comprobar que no le era del todo indiferente.

El azabache no esperó a que ella se recuperara y le tomó la mano para llevarla a su auto. Estaba seguro que si le daba mas tiempo, ella volvería a negarse y sentía mucha curiosidad por saber a donde y con quien saldría vestida tan linda.

—Pero, ya le dije que no es necesario, el taxi debe estar por llegar—argumentó la joven enfocando la puerta que seguramente Sasuke dejó descuidadamente abierta.

—Estás mintiendo, no llamaste ningún taxi y aunque lo hubieras hecho, seré yo quien te llevé—Hinata no tuvo mas remedió que avanzar—¿a donde te llevó?—le preguntó antes de abrirle la puerta de su auto.

—A casa de Ino, por favor—moría por preguntar más, pero su orgullo lo mantuvo a raya, después de todo, ya había iniciado el primer acercamiento y no sería el último.

[...]

Lejos de Konoha, un peli blanco sonrió con satisfacción al recibir la llamada que estuvo esperando durante tanto tiempo.

—¿Estas segura?—quiso volver a preguntar.

Si, incluso aseguró que el dije perteneció a su madre.

¿Y como fue que pudiste verlo?

Por un descuido de mi "Sasuke kun"

—Resultaste no ser tan inútil como pensaba—la fémina borró la sonrisa y se molestó al escuchar las carcajadas al otro lado del teléfono.

Lamentó arruinar tu buen humor, pero como lo acordamos al inicio, todo tiene un precio, yo ya cumplí con una parte del trato, por lo tanto, espero que no olvides realizar el depósito bancario.

—No tan rápido Shion—la mencionada puso los ojos en blanco—te dije desde el principio que necesitamos tener el dije en nuestro poder... estoy seguro que el mal nacido Hyuga pagará lo que le pidamos cuando le enviemos fotografías de esa joya y cuando le saquemos todo lo que queremos, le enviaré lo que desea, pero en un ataúd—eso no era su plan inicial, sin embargo, quería darle mas dolor a ese maldito por contribuir a la muerte de su abuela.

—Eso me llevará mas tiempo y siento que cada día que pasa, Naruto kun, se aleja más de mí—se quejó Shion.

Ese no es asunto mío y si quieres lo acordado, deberás continuar obedeciendo—le recordó Kimimaru—y no lo olvides Shion, no se te ocurra tratar de traicionarnos, ya sabes lo que ocurre a quienes lo hacen—la chica se molestó con la amenaza—Ahora se buena chica y cumple con tu parte. Pronto llegaré a Konoha para encargarme de estudiar mi objetivo y te iré a visitar—la llamada concluyó y el varón sonrió mirando la foto de Kaguya. Estaba muy cerca de cumplir su promesa.

Continuara.

De verdad me disculpo por haber demorado tanto con la actualización de esta historia y trataré de no volver a dejar que ninguna se quede tan atrás. Me disculpo por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encuentre y las iré corrigiendo. 😊💕

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