Mientras tanto, Momo > Hoseok.

El llanto cesó en cuanto la puerta del baño fue abierta, Mina y Nayeon no oyeron nada más que unos pasos apresurados y lo que pareció volver a ser sollozos.

-Tranquila... -susurró una voz, demasiado conocida-. Está bien, llora todo lo que necesites, estoy aquí para ti.

La menor y la coreana se miraron confusas, Mina moduló un "Creo que es Momo", pero Nayeon no le entendió.

-¿Qu-? -antes de lograr preguntar por lo bajo, otra voz la interrumpió.

-Gracias, Momori, siempre eres muy linda conmigo. Siento que no te merezco.

Y entre las sonrisas ajenas, Im Nayeon sintió su corazón ser atacado con fuerza y crueldad.

Esa voz.

Era la voz de Jeong.

Y sólo para asegurarse, ella y Mina (bueno, Mina lo hacía de chismosa), observaron a través de los espacios de la puerta del cubículo, confirmando su teoría.

Momo y Jeongyeon estaban abrazadas frente al espejo, mientras la más alta lloraba en el hombro de la japonesa mayor.

La mezcla de sus emociones fueron un caos total, por más que quiso separar a esas dos por sus desesperados celos, también lo quiso hacer para ser ella quien la abrazara; porque detestaba ver a su cachorra llorar.

Lo que Nayeon no sabía era que en realidad Jeongyeon lagrimeaba como cachorro abandonado nada más y nada menos, que por su culpa.