Cap 5: Manuel Gonzalez Rodriguez

(Aún en el flashback de Manu)

Ya con la victoria en las tierras de Julio, solo me faltaba ir por Perú. Estaba ansioso por encontrarmelo de nuevo y ver que tan fuerte era, mi corazón latía tan fuerte por ese pensamiento y a la vez quería sufrir por la traición de Perú.
Llego la hora, los soldados y barcos se enlistaban, entre el medio de la guerra, por el mar venian barquitos con algunos soldados mios, decían que un caballero peruano los salvo, que tonto era, los salvados, la mitad se enlistaban de nuevo, mientras que los otros huían, esos cobardes mande a decapitarlos, solo algunos pocos se salvaban enlistandose de nuevo. Hasta que oí buenas noticias, el barco blindado de Perú estaba en nuestras manos, gane por mar ahora solo me faltaba enfrentarmelo por tierra.
Paso unas cuantas semanas, mi ejercito y yo estabamos por las tierras de Arica cerca a un monte o risco, no lo sé. Vi de lejos que llegaban algunos soldados y él con una vista furiosa. Era la hora, los soldados se enfrentaban, Perú y yo ordenamos que nos dejaran en privado nuestra batalla, ambos llevamos nuestras banderas hasta el monte que tenía un risco. Nadie nos veía, dejamos nuestras banderas por el contrario del otro, al voltearnos sacamos nuestras espadas y nos miramos con odio, entonces comenzamos a luchar, debía admitir que Miguel era bueno más que Julio, nuestra batalla comenzaba a cansarnos hasta que él dejo un punto débil, yo aproveche eso para tirarle una patada en la espalda y un corte en el brazo dejandolo mal herido. Seguiamos batallando pero al final Miguel quedo muy mal herido al darle un golpe en las costillas y una cortada en la pierna, estaba tirado en el suelo, yo solo tenía golpes y una cortada en el brazo, esta batalla era más difícil que la de Julio pero era hora de acabar con esto, me dirigí a su bandera para reclamar mi victoria, pero entonces un hombre montado en su caballo agarro la bandera antes que yo, empujandome en el suelo, me quede aturdido un momento pero entonces vi al mismo hombre tirarse al risco junto a la bandera al parecer algunos hombres míos montados en caballos lo estaban siguiendo.

Miguel: NOOOO.......

Perú se levantó, corrió y llevo su mirada en el risco, seguramente era alguién especial para él, ordené a mis hombres retirarse de aquí aún no terminaba mi batalla, ya una ves solos comenzamos nuevamente a luchar, Miguel iba con todo y comenzaba a lastimarme más, hasta que le dí una cortada en el otro brazo y un golpe en la cabeza logrando así tumbarlo en el suelo.

Miguel: pa...rece que este es mi fin.... no Manu...

Manuel: gané, ahora Arica y Tarapacá nos míos.

Vi que de la boca de Miguel brotaban hilitos de sangre.

Miguel: pense.... que eras mi amigo Manu..... cof....

Manuel: eso también pense.... pero me traicionaste.

Miguel: yo jamás traicionaría.... cof.... a un amigo..... y menos a tí.....

Miguel perdió la consiencia, pensaba en sus palabras y la última sonrisa sincera que me mandó, mi cabeza era un lío, me puse encima de él y saque una pequeña daga, si lo mataba... estos sentimientos desaparecerían. Agarre con mis dos manos la daga listo para clavarlo en la cabeza pero entonces me vinieron todos los recuerdos de él, de como nos hicimos amigos, como los dos nos enfrentamos a España para sacar sus flotas de nuestros puertos, hasta el como comenzó todo esto, iba a matar a mi amado amigo y al sucesor del Gran Imperio Inca, al que alguna vez admire, así que con toda frustración clave la daga en la tierra, al costado derecho de su cara, toda la frustración que tenía se convirtieron en lágrimas que caían en la cara de Miguel.

Manuel: este.... este sentimiento que tenía hacia tí... ahora lo entiendo, tu.... tu me gustas.... me gustas Miguel... y no sabes cuanto... yo.... te amo...

Sabía que él no me iba a contestar, estaba harto de todo la batalla con Julio, hasta la batalla con Miguel, sabía que si él despertara me odiaría toda la vida y no podía vivir con eso, de pronto una fugaz idea vino a mi mente, "porque no suicidarme llevandome a él", ya no estaba en mi cordura, limpie mis lágrimas de su rostro y las de mi rostro, toque sus labios y lo bese con el amor que sentía hacia él, sus labios eran exquisitos y suaves, deje de besarlo, agarre mi daga con una sonrisa y lo apunte en el cuello de mi amado, quizas en otra vida podremos estar los dos juntos, cuando ya estaba a punto de asesinarlo siento una patada en mis costillas tumbandome lejos de Miguel, dirijo mi mirada hacia él culpable y me sorprendió al ver a Julio, aún con vendas, recogiendo a su hermano del suelo. Toda la cordura volvio a mí de golpe y me arrepentí de lo que iba hacer, me quede inmóvil pensando de que él había visto, pero ninguno de los dos hablabamos, al mirarnos mutuamente, vi en su mirada odio y pena hacia mí. Ya cuando los dos se retiraron me levante arrepentido de lo que iba hacer, mire a mis hombres que festejaban y di ordenes.

Manuel: HOMBRES, PERÚ FUE DERROTADO, GANAMOS ARICA Y TARAPACÁ, PUEDEN SAQUEAR ESTAS TIERRAS CUANTO LES GUSTE.

Al dar estas ordenes, mis hombres fueron a las ciudades de Arica y comenzaron a llevarse a las jovenes, además de matar a los hombres y ancianos, en medio de la revuelta vi de lejos a un Miguel furioso y dolido y a un Julio mirando todo esto con pena. Yo solo los miraba neutral, como si este caos no me interesará, que más podía hacer, la persona a la que amo me odia y la persona que me vio en mi momento más patético esta junto a él, ayudandole. Ordene a algunos comandantes llevarme a la capital, a mi hogar, algunos con fastidio aceptaron ya que muy pronto sería el momento de firmar un tratado limítrofe. Pasados dos meses, por respeto mío obligue a mis comandantes firmar rápidamete el tratado y luego retirarse de la sala, tenía tantas ganas de conversar con él, al ver a sus comandantes estos me lanzaban miradas de odio que yo simplemente las ignore hasta que llegó el momento de firmar los dos, Miguel mando a retirarse a sus comandantes. Al estar solos Miguel agarro la pluma sin mirarme, firmó rápido y comenzaba a retirarse.

Manuel: espera.... porque te retiras tan rápido.

Miguel: no es lo que tu deseabas Manuel, es decir Chile.

Manu: no quieres conversar sobre tus límites, te dejaré visitar solo a tí Arica si me haces un favor.

Miguel: Para que.... para que me restrieges en la cara lo que me has quitado, lo que era mío por derecho, eso es lo que usted quiere Chile.

Manuel: escuchame bien, yo no fui el que traicionó nuestra confianza que teníamos antes de todo esto.

Miguel: traición, ja.... usted hablandome de traición, yo como Perú hice una alianza de amistad con Bolivia para forjar nuestros lazos de hermandad, yo nunca pense en la guerra o las discuciones que tenía con mi hermano, traición debe llevarlo usted al romper nuestros lazos de amistad, así que sin más me retiro, que le vaya bien de aquí en adelante ya que yo no deseo el mal a nadie.

Y ahí estaba, perfecto Manuel la cagaste en grande, ahora al que amo me odia, firmé el tratado y me diriji directo a mi hogar, estaba cansado y quería tomar mucho Pisco que me había dado mi gente. Pasaron los días y comenzaba a tener una adicción a cualquier bebida alcohólica, hacía mi trabajo bien pero al llegar a mi casa o tener algún feriado, ahogaba mis penas en las bebidas, sumado de que Martín venía a visitarme y a regañarme de que dejara eso, después de un año me entero por un soldado, el hermano del que me había dado la noticia de mi amigo traicionero, me conto de que nunca había ocurrido eso, su comandante y hermano planearon la mentira para que me adueñara del salitre y guano, le pregunte si esto era verdad y no un truco.

Manuel: y como puedo confiar en usted soldado.

Soldado: no se si me crea, pero le digo la verdad, yo ya no tengo nada más que perder, mi esposa se fue con ese asqueroso comandante dejando a nuestros dos hijos de 5 años solos conmigo, uno enfermó y el otro está grave así que no tengo los recursos para sanarlos, mi hermano que ahora es rico no me quizo ayudar, por favor ayudeme.

Manuel: aún no le creo, mis hermanos le habran pagado para decir esas mentiras...

Soldado: no es así, en el día de la reunión que usted casi salió herido habían dos soldados no?, uno peruano y un boliviano con mascaras de demonios, yo era el soldado boliviano disfrazado, el plan era apuntarle la bala en el ojo, mi hermano disfrazado de soldado peruano le apunto, yo dude al hacer lo pedido, así que cuando estaba a punto de hacerlo yo lo moví, hiriendolo solo un poco de la mejilla, esa es la verdad y me arrepiento mucho de esto, por mi alta traición puede hacer lo que quiera conmigo, pero le ruego que ayude a mis hijos, ese comandante demente y mi hermano casi me matan por evitar decirle, pero escape sin que se enteraran de que aún seguía vivo.

Todo vino a mi mente, enojo, frustración, colera, ira, arrepenrimiento, tristeza, furia, no podía definir lo molesto, dolido o furioso que estaba, mire al soldado con sed de sangre y hable.

Manuel: si quieres que ayude a tus hijos y perdone tu patética vida me dirás donde se encuentra este comandante de la ptmr además del bastardo de tu hermano y haras esto....

Viaje por unos dos días hasta encontrar la casa de ese maldito soldado mentiroso, vine con uniforme elegante y una medalla gigante en mano, cuando me habrió se sorprendio al verme, yo tuve que discimular mi furia y convertirla en una sonrisa falsa.

Soldado: buen día mi respetable país Chile, en que lo puedo ayudar.

Manuel: "hipócrita" oh vine a entregarte esta medalla por tu valentía en el campo y honestidad " mentira", esto esta hecho de oro espero que disfrutes de tus logros "esta hecho de cobre weón", me retiro.

Al momento de escuchar un grito de alegría dentro de la casa, vi directo a mi carruaje donde esta su hermano, di la señal y entonces el bajo una palanca, se escucho una exploción y luego nada, entre de nuevo a la fuerza y encontre al soldado traicionero encima de su comedor con perforaciones en su pecho y agonizando del dolor, yo simplemente lo mire con asco.

Manuel: eso pasa al querer mentirme, te mataría pero me das asco, creias que era weón, pues ahora te salió el tiro por la culata.

Me retire de ese lugar sin antes incendiarlo, ahora solo faltaba uno. Tome otro día para viajar y esta vez me encontre con una mansión, toque la puerta y me atendió una mujer, me decía que su esposo esta por bajar, ah debera ser la mujer del que me hablo este soldado desamparado.
Salude cordialmente al comandante y lo cite que me dejara pasar, deje la puerta abierta para que mi ayudante pasara, ya en el comedor por un descuido de él lo apuñale en los brazos y piernas inmobilizandolo, su esposa grito y ese era la señal para que mi ayudante trajera tres perros sarnosos hambrientos entrenados por algunos comandantes.

Manuel: esto te pasa por engañarme, crees que soy weón ctmr, ahora veras tu castigo.

Comandante: no por favor, perdoneme la vida además usted ahora tiene una gran economía con el salitre y el guano, todo eso es debido a mí Manuel Gonzalez, por favor dejeme vivir y le traere más riquezas.

Manuel: crees que eso a mí me importa, pudrase por pensar en eso, soldado sueltelos ahora.

Mire al hombre siendo atacado por los perros, de él brotaba mucha sangre, la mujer intentaba ayudarlo pero un perro comenzo a atacarla, di orden de retirada al soldado y nos fuimos directo a mi hogar, al llegar después de tres días, dí al hombre la riqueza que tenían esos dos corruptos y mentirosos, lo nombre mi mano derecha temporal, este me agradeció y se retiro. Después de descansar casi todo un día, vino Martín de nuevo a hablar conmigo, pero esta vez no estaba ebrio así que se sorprendió, sabía que este iba ser un largo día conversando con este fleto culiao de Tincho.

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