¿Recuerdas que te había dicho que no le había tomado importancia al ñoño de Sehun?

Pues al final, termine temiéndole, no me dejaba de mirar, ¡es muy raro! No podía dejar de perderlo, el siempre podía encontrarme y hasta cada vez que se me acercaba con las intenciones de hablarme yo huía rápidamente, excusándome con tarea o con una cita contigo.

No fue hasta que te conté todo y tú te habías enojado con el, tanto que lo dejaste en el hospital una semana; no quería que lo dejaras así, ¡no se lo merecía!

Me enoje contigo ya que solo quería que hablaras con el, no que lo golpearas, así que no te hable en lo poco que duró el chico en el hospital. Y veo que lo habías entendido porque sé que tú sabes que no me gusta la violencia.