Capítulo 17

Se había desparramado en aquella cama abarcando el medio y se extendió a sus anchas en ella, aspiraba el poco aroma a menta que quedaba de su alfa sobre esas almohadas color almendra que adornaban la cama, se había quitado los zapatos y los lanzo con enojo a alguna parte de la habitación.

A ese punto consideraba seriamente ir a trabajar al día siguiente, pero de hacerlo, tal vez Kirishima, Shoto e incluso Kaminari, se aliarían para hacerlo volver a casa y descansar, ya lo había hecho por un mes, y la idea de continuar de niñera de aquel pecoso ya le estaba irritando.

Más bien lastimando.

El doctor le recomendó permanecer y convivir más con el pecoso, eso le ayudaría a agilizar su mente y tal vez recordar con más facilidad los últimos diez años, pero Katsuki ya estaba más que agotado mentalmente, si continuaba con ese ritmo no sabía si ser apaleado por un villano sería mejor.

Y esa mañana fue la gota que derramo el vaso, aun se sentía abochornado por la escena que había pasado, ¿Cómo pudo hacer aquello? Por más que lo procesaba, aun se reprochaba el intentar seducir a Deku de aquella manera, pero lo hecho, hecho estaba.

Conocía demasiado bien a su esposo, si hubiera hecho esa misma táctica para seducirlo, habría conseguido mucho más que un simple beso, que era lo único que Kacchan quería en aquel momento.

Se hizo de lado y abrazo la enorme almohada que Deku se había comprado con la intención de abarcar más de medio espacio para tener de pretexto el pegarse al rubio por las noches.

Quería gritar, maldecir y recitar toda palabrota que alguna vez aprendió, el decirla alfabéticamente era tentador, explotar todo lo que se hallaba a su paso, se sentía fatal, al punto que su cuerpo pesaba, se sentía arder por el desastre que su estómago estaba teniendo en su vientre.

Se levantó de manera brusca al sentir la extraña estocada que invadió su garganta, alcanzo el inodoro y dejo salir el desayuno que tanto se esmeró en mantener, pero ahí estaba frente suyo, siendo rechazado por su cuerpo y recordándole como el ser Omega siempre seria su mayor castigo.

Se sentó en el suelo del baño y bajo la palanca, miraba el techo preguntándose cuanto más tendría que soportar aquello, quería bajar y partirle la cara a su esposo hasta que volviera a ser el mismo de antes.

Estaba aprendiendo a la mala, que sin Izuku no era nada.

Eran diez años después de todo, el pretender que todo está bien cuando tu pareja de vida manda a la mierda un romance que floreció en ese tiempo no era nada sencillo.

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero ya se había lavado la boca y dado un largo baño donde al menos el ahogarse en la bañera era tentador, pero al escuchar esos chillidos y gritos por parte de los dos peliverdes, sabía que jamás debió dejarlos solos.

¿Acaso ese rechazo lo afecto tanto? Si, al punto de olvidar su propia regla más importante desde que firmo su acta de matrimonio.

Y eso era, jamás dejar a Deku cocinar.

¿Qué tan mal se veía? Podría jurar que el aroma y lo quemado era de otro mundo, los platos servidos y la expresión de vergüenza y culpa por parte del más alto le parecieron tiernos.

Aunque Izumi parecía que en cualquier momento haría una rabieta.

—Como su amado hijo, exijo poder vivir hasta ser adulto.

Y ese comentario, que el chiquillo soltó mientras picaba aquella comida con el tenedor, pensando en que en cualquier momento esta cobraría vida y lo atacaría, ayudo a bajar la tensión entre los adultos, causando una suave risa entre ambos, al ver la cara de penuria que tenía el infante.

—Comerás esta mierda, así que resígnate.

—¿Acaso mama planea matarme? ¿olvidas lo que paso la última vez que comimos lo que papa preparo?

Izuku tembló al escuchar aquello, sobre todo por el rostro lleno de resignación de Kacchan, era como si el pequeño hubiera ganado la discusión y este se hallaba conteniendo su enojo, al parecer después de diez años seguía siendo pésimo en la cocina.

—¿Qué ocurrió la última vez que cocine?

—Bueno, si no te conociera, creería que fue un intento de asesinato a tu familia.

Y esa palabra causo un revuelo en la mente y estomago de Deku, el escucharlo más enfatizada le abofeteo en recordatorio, "familia" ese par eran su familia, su esposo e hijo ¿Qué más podía pedir? ¿era un vil mal agradecido? Tenía lo que siempre soñó y aun así lo estropeaba.

—Entonces no me debiste dejar cocinar ¿y si ordenamos algo?

Tratando de actuar calmado, el pecoso sonrió nervioso, el pequeño peliverde asintió ilusionado por comer algo que su padre no preparo y se giró al rubio en suplica, sabia como era su madre, preferiría obligarlo a comer lo que Izuku preparaba a comprar comida de algún lugar.

A menos que salieran en familia, pero ese era otro tipo de situación.

—En ese caso, preparo yo algo, mierda.

Se levantó y se iba a dirigir a la cocina, pero no se había percatado del gran desastre que Deku había hecho, a punto de girarse a reprochar y tal vez insultarlo de cómo debía morirse, el pecoso lo había tomado de la cintura haciéndolo petrificarse por el tacto de su mano sobre él.

—Ordena algo, yo limpiare, estás cansado.

Esas palabras en su oído bastaron para acatar esa orden sin rechistar un poco, no sabía porque, pero tal vez después de más de un mes, de no tener un solo contacto cariñoso con su esposo, eso basto para hacerlo sonrojar y huir por su teléfono y ordenar la primera cosa que estuviese en su lista de contactos.

El infante presencio todo, y noto que, de igual forma, su padre tenía un leve rubor en las orejas, eso solo pasaba cuando se avergonzaba demasiado, y en efecto, Izuku se sentía avergonzado por su acción, el acercarse tanto al rubio, de hablar con suavidad en su oído y tomarlo de la cintura fueron demasiado para carburar.

Se dispuso a limpiar y lavar todo plato y utensilio que uso, tardaría en poder ver al rubio a los ojos.

Terminaron comiendo sentador en el sofá viendo alguna película infantil de comedia que el pequeño había elegido, Kacchan estaba seguro que ya los había obligado a verla, pero este dijo que era otra y que dejara de preguntar quién era el malo.

A Izuku le preocupaba como ambos disfrutaban de la desgracia del protagonista y aclamaban lo genial que el villano era, si en definitiva eran de tal palo.

Habían terminado viendo una saga entera, a Deku le sorprendía lo bueno que era la animación en aquel filme, habían terminado viendo hasta el anochecer, ya era alta hora de la noche y sin notarlo Izumi ya estaba cabeceando en los brazos del rubio.

Se acurruco en el pecho de este, y se dejó envolver con los brazos de su madre dispuesto a dejarse arrullar en ellos, Izuku que había quedado picado en la historia de aquellas películas infantiles, cuando menos lo pensó, se giró emocionado con el infante que el rubio a su lado tenia entre brazos para alegar de lo genial que era aquella escena.

Pero un mar de emociones lo invadieron cuando es imagen que rogaba jamás se borrase de su mente apareció frente a él, no solo el pequeño hecho bolita entre los brazos del rubio estaba dormido, este de igual forma, estaba con la cabeza baja dormido, se había acurrucado con el infante para dormir de igual forma de manera tranquila. Después de todo el aroma tan dulce del infante era un calmante que siempre surtiría efecto en Kacchan.

Observo aquello como si fuera la cosa más hermosa del mundo, y para él lo era, para Midoriya Izuku de 26 años lo era, entonces para él también debía serlo, así lo sentía, así debía ser.

¿Qué pasaría si en ese momento despertase y todo fue un sueño cruel? Lo destrozaría seguramente, volver a esa época donde Kacchan solo era su rival y amigo de la infancia, era algo amargo, pero realista.

Alzo al rubio en brazos mientras este llevaba al pequeño en brazos, para alguien como Deku con un quirk de alto poder, y trabajado cuerpo, le fue demasiado fácil alzar a los dos dormidos.

El aroma de Kacchan era más dulce a cuando había llegado, estaba calmado y eso seguramente era bueno, "Tu rechazo podría destrozarlo si continuas así..." esas palabras de su amiga surcaron su mente, era cierto, hasta ese punto solo había angustiado al rubio.

Pero eso no significaba que podía fingir que todo estaba bien, porque en la mente de Izuku todo era un vil desastre aún.

Recostó al rubio sobre la cama con cuidado, el infante se había desparramado por inercia sobre el pecho de su madre, decidió dejarlo dormir ahí, eso ayudaría a Katsuki en la noche.

Planeaba retirarse a la habitación de huéspedes, pero sus instintos lo dominaron, se giró a los dos que se hallaban sobre la cama, se recostó aun lado de ambos, todo dentro de él, le estaba ordenando ser un perro guardián del sueño de aquel infante y omega que ahora dormían de manera demasiado tranquila aun lado suyo.

Era un alfa, que, sin saberlo, tenía unos instintos sobreprotectores demasiado agudos y posesivos, el dejar solos a sus dos amores era siempre un dilema en los instintos de Deku.

Se quedó, una noche le ayudaría un poco a despejarse, tal vez ayudaría en saber qué hacer con toda esa situación, y por inercia se apegó a ambos, no podía dejarlos sin resguardo, no estaba en su naturaleza el resistir en procurar a ambos de esa manera, no así al menos.

Eran su cachorro y su omega después de todo.

Holi~

Bueno, quise meter algo más cotidiano, esto no significa que todo está bien, solo que un poco de tranquilidad ayudaría un poco a que este par aviven la pasión .3.

Y me encanta la idea de que Deku cargue a Kacchan estilo princesa y el con su pequeño en brazos por dios eso me da vida y tal vez lo use más de una vez en este fic ♥♥

Bueno nos leemos luego los amo bye .3.

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