Capítulo 10
Bakugou no sabía que decir o hacer, solo se petrifico y mantuvo silencio al momento de escuchar aquello, Izuku se asustó al ver su expresión, había abierto los ojos de par en par y juraría que sus mejillas estaban tan rojas que parecía un tomate.
Se levantó de manera brusca azotando las manos contra la mesa, el pecoso dio un salto asustado creyendo que en cualquier momento lloverían los reclamos y gritos acompañados de algunos insultos, no hubo tal.
—Kacchan ¿estás bien?
Preocupado por el comportamiento del rubio, Izuku se levantó y trato de aproximarlo, pero este le dio un manotazo cuando trato de tocarlo.
—¡Aléjate...!
No entendía el tono de voz de parte del rubio, parecía que se echaría a llorar, pero este solo huyo de la cocina, a lo que el pecoso trato de detenerlo, pero este se cubría el rostro y se escabullo de manera olímpica de sus brazos.
Cuando subió corriendo por las escaleras, en el camino el pequeño Izumi iba bajando, solo vio cómo su madre huía de ahí, ambos peli verdes escucharon como el rubio azoto la puerta de su alcoba, el pequeño se aproximó al pecoso, el cual se había sentado en la mesa de nuevo bastante confundido.
—¿Qué le dijiste o hiciste a mama?
—¡N-no lo sé, no entiendo nada!
—Mama estaba avergonzado...
El pecoso abrió los ojos en par vio al infante sorprendido, se puso de cuclillas para quedar a la altura del menos, tomándolo de sus pequeños hombros, el mayor lloriqueo confundido.
—Kacchan ¿avergonzado? ¿e-es eso posible?
El pequeño ladeo la cabeza confundido, pero recordó que su padre no recordaba muchas cosas, seguramente su madre no era tan vergonzoso cuando salían en preparatoria.
—Sí, cuando mama se siente avergonzado, suele ponerse ¡Muy rojo, como tomate!
Haciendo un gesto con sus manos extendidas, hizo énfasis en las últimas palabras.
—Eso paso...
—Si, después se tapa la cara porque tu sueles acercarte mucho a él.
—¡Si, eso hizo!
—Por último, mama huye a su habitación y pone llave, pero lo que pasa después de todo eso es...
Justamente antes de que el pequeño terminase la frase, unas cuantas explosiones y gritos se escucharon, por la distancia no se entendían del todo lo que el rubio decía, pero Izuku sabía que no eran nada lindas.
—Suelta explosiones y grita palabras que te prometí jamás decir...
Señalando hacia el segundo piso, el pecoso suspiro, no esperaba que Katsuki pudiese avergonzarse, jamás imagino que eso fuera posible, pero así era, y a lo que entendió, pasaba más a menudo de lo que esperase, ya que el infante conocía muy bien el patrón del rubio.
El chiquillo se sentó y comenzó a desayunar, el pecoso solo veía al chiquillo comer enérgico moviendo sus pies alzados por la altura de un lado a otro, le encantaba ver al infante, tenía los mofletes como los del rubio.
—Izumi ¿ya vas a preescolar?
—Sí, pero estoy de vacaciones.
—Que bien, y... ¿Kacchan tardara mucho?
Comento aquello, porque los gritos y explosiones no habían cesado, le pareció más curioso que para el infante parecía ser algo normal, lo cual era así, este sabía perfectamente el carácter explosivo que tenía el rubio, no era que en esa casa hubiera un ambiente familiar toxico.
En absoluto, sus padres eran demasiado atentos y responsables, se amaban demasiado entre ellos y a él, pero no quitaba que su madre llegaba a explotar y dejaba su carácter a flote dispuesto a explotar todo a su paso.
—Debiste avergonzarlo mucho, ya tardo ¿Qué le hiciste?
El pecoso se sonrojo, porque por obvias razones no podía decirle al infante lo que recordó, era un tema muy poco apropiado para un pequeño de cuatro años, aun cuando Izumi fuera muy maduro para su edad, seguía siendo muy inocente, Katsuki e Izuku se habían encargado de mantener esos temas muy lejos del infante, este solo sabía lo necesario que un pequeño debía saber para no ser lastimado por algún extraño.
—Recordé algo, y creo que le avergüenza eso.
Los gritos cesaron, el pequeño comenzó a pensar, usualmente su madre se avergonzaba cuando su papa le decía cosas demasiado cursis sin previo aviso, o aquella vez, que juraba haber visto a su madre con un vestido de "sirvienta" no recordaba bien como se les llamaba, pero ambos aún le juran al infante que eso jamás paso, Izumi jamás olvidaba las rabietas de su madre y después de verlo estaba seguro que fue a hacer una.
El pequeño termino y agradeció por la comida, escucho los pasos del rubio, el cual bajaba ya más fresco y con las mejillas levemente rojas, entro a la cocina y al cruzar miradas con el pecoso frunció el ceño desviándola.
El infante solo veía como sus dos padres parecían no poder verse el uno al otro, no era como antes, en una situación normal, Izuku estaría sobre Katsuki abrazándolo, dándole besos inesperados, o incluso jugando con él, diciendo muy malas bromas.
El rubio se sentó y dio un bocado de manera brusca a su desayuno, el pecoso no había terminado aún, así que solo comía en silencio sin saber si podía continuar con la conversación o no.
—Iré a mi habitación...
El infante huyo de ahí, prefería dejar al par solos, ya que sabía que ellos se contenían a veces por su presencia, le parecía apropiado, ver a sus padres mostrando demasiado afecto le daba asco, como a cualquier infante realmente, después de todo, para él los besos en la boca eran feos.
—Kacchan yo...
—No lo digas...
—Pero ¿Por qué te avergon...?
Antes de que continuase, el rubio soltó una leve explosión sobre la mesa silenciando al pecoso, sus mejillas estaban de nuevo muy rojas, pero antes de siquiera poder huir, el pecoso lo tomo de la mano, se sorprendió al ver que tenía la fuerza para detener a Kacchan.
—Kacchan, por favor, recordé algo y tú te pones así ¿Qué te avergüenza?
El rubio no quería responder, quería huir y esconderse en algún lugar — hasta la parte debajo de su cama sonaba tentadora — pero Izuku lo sostenía con firmeza, además tenía razón, había recuperado un recuerdo y el solo huía de él, debía enfrentarlo.
—¡porque fue mi primer celo! Me avergüenza cada que caigo en celo ¿feliz? Si no fueras un imbécil sin recuerdos, lo sabrías, cada que mis supresores no funcionan y caigo en celo me da vergüenza, sobre todo por lo que paso ese día...
—¿Q-que paso? Recuerdo que te lleve a la enfermería y Aizawa-sensei me saco de ahí... después desperté.
—¡N-no lo diré en voz alta idiota! ¡es tu maldito problema!
El pecoso se molestó por no recibir una respuesta clara, hizo que Katsuki se levantase, alzo su brazo sobre su cuello y lo levanto como si de un saco se tratase, el rubio gritoneo ante tal acción, Izuku lo saco de ahí y derribo contra el sofá, acorralándolo en este, Katsuki se hallaba recostado coba arriba, con su esposo encarándolo, bloqueando su paso con ambos brazos.
—¡Me vas a decir que paso ese día Kacchan!
Vio de manera severa al rubio, el cual estaba aún más sonrojado que antes, sobre todo por la situación actual, Izuku cayó en cuenta de donde habían terminado ambos, pero no entendía como fue que hizo tales acciones, fue de manera instintiva, como si su cuerpo ya supiera que hacer.
Era cierto, Kacchan era el más sorprendido, cada que él se negaba a decirle algo a Izuku o negarse a caer a sus provocaciones, la mejor manera en la que este lo intimidaba, era acorralándolo contra el sofá, era un arma de doble filo, o conseguía respuestas, o conseguía sexo, en ambas el pecoso ganaba.
—¡L-lo siento, no era mi intención...!
—¿Cómo mierda lo recuerdas?
—No lo sé, solo seguí mis instintos.
Izuku suspiro y se alejó sentándose en la otra orilla del sofá, se avergonzó de sus acciones, si supiera que, en la actualidad, lo que más le encanta era acorralar al rubio y aprovecharse de él, cuándo este cedía.
—Me comenzaste a gustar...
El pecoso escucho aquello como si de un susurro se tratase, se giró al rubio, el cual abrazaba sus rodillas escondiendo su rostro en ellas, solo podía ver sus orejas rojas.
—¿Qué dijiste?
—Ese día, cuando me llevaste a la enfermería, comenzaste a gustarme, después de eso me termine enamorando del imbécil Alfa que en vez de cogerme como otro lo hubiera hecho, me protegió, ¡no lo volveré a decir! ¿bien? ¡así que vete a la mierda, tú y tu amnésica cabeza!
Kacchan se levantó y huyo de ahí, volvió a pasos pesados a la cocina dispuesto a limpiar, dejando a un muy confundido y avergonzado Izuku, no sabía que decir o hacer, esa era técnicamente una "confesión" pero eso era algo tonto al estar casados, pero para él, que todo era nuevo, no sabía cómo tomarlo.
Era obvio que el Izuku actual estaba locamente enamorado del rubio, a como todos se lo describían y sus instintos actuaban, seguramente había caído locamente por él.
Pero el no, no aun al menos, no lo recordaba, es cierto que los sentimientos que le dieron eso recuerdo fueron muy cálidos, desde antes él siempre tuvo sentimientos por su amigo de la infancia, admiración y algo de atracción, seguramente después de eso, estos se desarrollaron hasta el punto de desposar al rubio.
Ahora más que nunca quería recordar, saber cómo había terminado casado, como enamoro al rubio y como él se enamoró.
Holi~
Bueno, primero que nada, me dio algo de risa que en el cap pasado creyeran que Kacchan se iba a enojar xD me gusta la idea de que se avergüence, porque siento que eso haría, sobre todo me gusta la idea de que sea agresivo y se esconda, me parece lindo y propio de el ♥
Bueno, no me parece correcto que Deku este enamorado de a la de ¡Ya! Porque él no recuerda nada, no tendría mucho sentido.
Bueno espero les esté gustando esta rara historia ♥
Los amo bye .3. ♥
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