77- Perdida
La chica avanzó hacia la isla con paso decidido.
Ni Law ni cualquier miembro de la tripulación del sobrero de paja iba a impedir que ella lograse llegar a su destino.
Aquello no solo le pertenecía a él.
Le pertenecía también a ella.
Necesitaba aclarar sus dudas, necesitaba saber que es lo que realmente pasaba por la cabeza de Doflamingo. Y no se iba a quedar parada sabiendo que aquellas respuestas no llegarían porque el cabezón de Law se lo impedía.
¿Quién era él, aparte de su capitán, para impedirle aquello?
Se preguntó.
Absolutamente nadie.
Apretó más su arma entre su puño y aceleró el paso llegando a una zona más habitada.
(Tn) redujo el paso saliendo de sus pensamientos y contempló aquella gente. Bueno, si es que se le podía llamar así a aquellos muñecos vivientes que paseaban junto a los humanos.
Se detuvo unos segundos viendo a perros de juguetes, soldaditos, y diversos animales que parecían funcionar con una llave incrustada en sus espaldas.
Frunció un poco el ceño y decidió meterse por una calle poco transitada, se ató su arma a la espalda y se escabulló entre callejones y callejuelas en busca de algún lugar que le indicase la cercanía de lo que buscaba, algo que le diese alguna pista de que él no andaba lejos. Pero por más que caminaba y caminaba no veía nada.
Suspiró pesadamente y subió la mirada al cielo tomando aire, aquello no debería ser tan difícil.
Fue entonces cuando escuchó jalear a las personas. Se volvió hacia donde procedía ese sonido y caminó con paso dudoso hacia donde venían esos gritos eufóricos.
Llegó a una plaza atestada de gente, todo miraban hacia una pantalla gigante más arriba de sus cabezas mientras gritaban el nombre de "Lucy" a coro.
La chica alzó la mirada y no pudo evitar no contener una queja al ver a aquel sujeto saltando en aquella arena.
No le sorprendía, Luffy no parecía de ese tipo de personas que se tomaba los planes ni las situaciones en general muy en serio.
Y a diferencia de molestarle su falta, lo agradeció. Un obstáculo menos, pero el que era infranqueable era Trafalgar, él no se alejaría del plan pasase lo que pasase.
O eso era lo que creía ella al menos.
(Tn) se alejó de allí con cautela y corrió hacia el otro extremo de la calle alejándose de aquel gentio.
Siguió corriendo de frente esquivando a la multitud de personas curiosas que se aproximaban al ver el espectáculo, llegando así a una zona más despejada desde la cual pudo ver al fin aquella zona elevada que sobresalía de cualquier otro edificio de aquella isla, más concretamente porque estaba sobre un podio de tierra estratégicamente ubicado.
La chica se mordió el labio y caminó hacia aquel lugar.
De camino meditó que es lo que haría cuando estuviese frente a ese loco asesino. Aquellos días atrás no había pensado en que hacer si lo tuviese delante, pensó solo en limitarse a lo que Law habría planeado pero no pensó en la opción de que él no le dejase ir, ya que, ingenua de ella, decidió confiar en la palabra del ojeroso.
Suspiró y optó por adaptar a su situación el lema de Luffy por no tener nunca ningún plan.
¿Qué opción le quedaba? y al sobrero de paja no parecía que ese procedimiento le tan fuese mal.
Suspiró y siguió caminando por las calles hacía ese lugar que le provocaba una oleada de emociones e incertidumbre.
Pasaron varios minutos hasta que llegó a aquel lugar, se escondió tras unos muros observando una de las entradas, la cual estaba siendo vigilada por varios hombres de aspecto poco amigable.
Se mordió el labio y recorrió toda la esfera en busca de algún lugar que le permitiese acceder al interior de aquel lugar sin que hubiese vigilancia.
Se detuvo ante una pequeña salida de agua del interior del castillo, el cual conducía al mar y estaba protegido por unas verjas plateadas. Se asomó a su interior viendo a donde conducía pero la oscuridad bañaba la zona a partir de un punto determinado. Examinó la verja viendo un pequeño candado.
Tomó su arma y poniendo la punta de la hoja dentro del orificio donde debería ir la supuesta llave la metió con fuerza girando la hoja provocando un estallido metálico cuando la cerradura cedió cayendo al suelo estrepitosamente.
La chica se maldijo a si misma y sin tardar un segundo más se introdujo en aquel pasadizo sin percatarse de que algunos guardias corrieron hacía aquella zona.
Corrió todo lo rápido que podía, el sonido de sus zapatos golpear la piedra bañada por un pequeño río de agua hacía mas ruidoso su avance.
Vio una pequeña cascada de agua y a sus lados piedra oscura, mojada por el gua, observó aquel lugar en busca de alguna escalinata, tan solo fueron unos segundos empleados en buscar algo con lo que subir cuando escuchó pasos acelerados a su espalda.
Con una presión en el pecho optó rápidamente a aferrarse a la piedra y escalar.
A medida que iba subiendo sus dedos iban doliendo, la piedra era muy resbaladiza y apenas tenía agarre por lo que usaba únicamente su fuerza y la poca visión que había en aquel lugar.
No supo cuanto tiempo pasó escalando, pero a ella se le hizo horas interminables, el ruido de aquellos sujetos aproximándose tras y el dolor de sus manos hacían que cualquier segundo se hiciese eterno.
Fue entonces cuando unos pequeños rayos de luz sobre su cabeza le indicaban lo cerca que estaba de su destino.
Se mordió fuertemente el labio y escaló más rápidamente ignorando el dolor. Cuando llegó le dió un par de puñetazos a la valla y esta se desencajó y se desplazó hacia un lado saliendo de aquel lugar viendo que había llegado a un patio, en el cual no había nadie, o eso creía ya que corrió hacía un extremo ocultándose tras unas columnas y vio a dos personas salir del mismo lugar que ella y buscando con la mirada a alguien y separándose tomando diferentes direcciones para buscarla.
La chica corrió por los pasillos en los cuales empezó a haber gente, los cuales la miraban extrañados y otros alarmados, fueron expresiones de horror cuando uno de los guardias gritó.
Guardia- ¡Atrapadla! ¡Que no escape!
Varias personas se abalanzaron contra la chica pero ella los fue esquivando aumentando la velocidad.
Se metió por diferentes pasillos, bajó y subió escaleras sin saber a donde iba, todo aquello le parecía un laberinto.
Pensó si usar su arma con aquella gente, estaban desarmados y sería una clara ventaja para ella, pero con tal de escapar aquella idea no se le hizo tan mala.
Fue entonces cuando al llevar su mano hacía la espalda para desenvainar su espada recibió dos disparos en una pierna.
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Perdón por la espera, solo falta un capítulo.
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